Campione (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Otro Caótico Día Escolar

Parte 1

El Santuario Tamaura estaba ubicado en la sección de Yushima más cercana a la calle Kuramaebashi.

Seishuuin Ena estaba saludando a unos visitantes en sus territorios.

Pocas horas han pasado desde su visita al Santuario Nanao, y ya era tarde.

“Cómo estás, Ena-san. Ha pasado un tiempo. Por cierto, si necesitas un santuario, sólo tome cualquiera, el que más te guste…” dijo uno de sus invitados, Amakasu Touma.

Era un hombre en la segunda mitad de sus veintes, vestido con un terno barato. Por lo general, hacía mandados para el Comité de Compilación Histórica.

Pero eso sin duda no lo hacía un subordinado. Incluso entre los expertos del comité en todo Kanto, él trabajaba directamente para la familia Sayanomiya.

Frente a él estaba Ena, que ya se había cambiado de su uniforme escolar a su traje de sacerdotisa.

Túnica blanca y un hakama rojo; y una espada cuyo misterioso poder era ocultado por la bolsa de tela en sus manos.

“Este santuario está bien. Esos lugares con mucha gente son una molestia de todos modos, y Ama no Murakumo se siente más cómoda aquí. No te preocupes por eso.”

“Si es así, siéntete como en casa. Yo me haré cargo de los trámites, así que úsalo como quieras.”

Ena asintió apropiadamente ante las palabras de Amakasu.

Ella ya había hablado con el administrador de este lugar y había conseguido la llave del templo.

Ella tenía la intención de utilizarlo como quisiera, incluso sin que lo dijeran. Los dioses adorados aquí eran Oinari^[4], Yamato Takeru^[5] no Mikoto, y Oto Tachibana no Hime⁶.

Todos ellos tenían una extraordinaria compatibilidad con la joven y su socia. Podría fácilmente ser utilizado como una casa temporal.

“Escuché la historia de Yuri-san y del jefe de los Seishuuin. Sí, ¿cómo debería decir esto…?”

“¿’No te metas’?”

Cuando Ena preventivamente interrumpió con una sonrisa llena de superioridad, Amakasu mostró una leve sonrisa.

“No puedes ser tan directa ahora, ¿o sí? Eres realmente cercana al Comité, pero como esos sentimientos no se mostrarán esta vez…”

“Es lo que dijo el Abuelito. Sí, mis condolencias…”

“Gracias. Por cierto, Ena-san, ya te has puesto en contacto con Erica Blandelli y Liliana Kranjcar, ¿no es así?”

Como era de esperar, la información había viajado rápidamente. Sin la intención de ocultarlo, Ena lo admitió inmediatamente.

“Bueno, sí. La idea de atacar a Erica mientras dormía anoche llegó a mi mente…”

“¿Y lo dejaste así? Sabía decisión. La barrera que esa Gran Caballero de la Cruz de Cobre Negro levantó alrededor de su casa debe ofrecer algo más que una defensa normal. Aunque me gustaría que te abstengas de interferir aún más con ella si fuera posible…”

“¿Por qué? Japón finalmente tiene a su propio rey, ¿y ahora una chica extranjera es su amante? ¿No sería mejor perseguirla hasta botarla?”

Ante la propuesta de Ena, Amakasu sacudió su cabeza como si estuviera decepcionado.

“Tal vez haya sido así en la época del aislamiento nacional⁷, pero los tiempos han cambiado. Ya sea la Cruz de Cobre Negro o la Cruz de Bronce Negro, ambas son dos asociaciones mágicas extremadamente poderosas. Puede que sea como dices si fueran agentes de organizaciones simplonas, pero ellas…”

“¿Esas chicas son problemáticas?”

“Sí. Es como poner nuestras manos sobre diplomáticos extranjeros. En el peor de los casos, podría provocar conflictos entre nuestros países.”

Ena entendía bien esos sentimientos. Pero no tenía ninguna intención de cambiar sus planes.

La política y la diplomacia son demasiado complejos para ella. Las peleas eran más divertidas cuando eran simples. Chocar espadas y competir con fuerza bruta, ¿acaso no era suficiente?

“Eeeem, lo siento. El Abuelito y los demás le habían pedido a Ena que las expulsase de aquí, así que no puedo parar ahora. Además, pelear con ella también parece que va a ser divertido. Bueno, sólo dejémoslo así, ¿de acuerdo?” Por el momento, Ena decidió pedir disculpas por adelantado.

Amakasu se encogió de hombros ante la frívola disculpa de Ena, y su otra invitada de repente sonrió.

“Tu honorable abuela – ¿fueron instrucciones de la jefa de los Seishuuin? Y tu tutor, el Anciano, lo aprobó también. Es propio de él mantener un interés en sofisticados combates de poder…”

Esas fueron las primeras palabras de la tercera persona que se había mantenido en silencio hasta el momento.

Sayanomiya Kaoru. Como la lideresa de la rama de Tokio del Comité de Compilación Histórica, tenía autoridad sobre el Comité de Kanto.

“Eso es extraño. ¿Alguna idea de por qué el Anciano te dio esa orden?”

“¿Quién sabe? No hay manera en que Ena lo sepa. Pero incluso si el Abuelito luce heroico, puede ser inesperadamente malvado. Tal vez esté tramando algo.” Mientras daba felizmente su respuesta, ella mostró a Kaoru una sonrisa irónica.

Sayanomiya Kaoru tenía una belleza elegante y un aura de estar perdida en un mundo efímero. No había ni un gramo de grasa innecesaria sobre su esbelta figura. “Nunca cambias, Ena, nunca te molestas por nada. Eso es muy propio de ti.” La expresión era un poco afectuosa. Su sonrisa era clara y encantadora.

Su aspecto delicado y andrógino desafiaba la realidad. Si la llamasen como un hombre, probablemente podría aparecer como un niño bonito ‘de aspecto irreal’ de un manga shoujo.

Pero Sayanomiya Kaoru tenía el mismo sexo que Ena. Ella también era una de las Hime-Miko de Musashino.

Después de terminar la infructuosa entrevista con Seishuuin Ena, dejaron el Santuario Tamaura.

Mientras Amakasu Touma se marchaba, su superior, Sayanomiya Kaoru, seguía a su lado.

Ella no sólo era la próxima jefa de la familia Sayanomiya, sino también una candidata para ser la próxima lideresa del Comité de Compilación Histórica.

No importaba que ella aun estuviera en el tercer año de preparatoria. No había quejas sobre sus habilidades, tampoco. Después de todo, el problema era su comportamiento; el travestismo, por ejemplo.

Actualmente vestía un uniforme masculino.

Una camisa blanca con corbata, chaqueta y pantalón. No era una falda plegada, sino el pantalón de los chicos.

“Sin embargo, me pregunto por qué los Ancianos decidieron aumentar el número de concubinas de Kusanagi Godou,” Amakasu lanzó la pregunta a su superior que no era ni hombre ni mujer.

“Hasta ahora, nunca tuvieron queja alguna contra tu plan de dejarlo solo con Yuri-san, por lo que parece extraño. Sólo incitará un vano desorden, así que me gustaría mucho evitarlo…”

“Bueno, creo que ellos tienen sus propias ideas acerca de esto,” dijo Kaoru, pensativa. En momentos como éste es que lucía como un hermoso chico peligrosamente frágil, o tal vez como una chica. A pesar de que Amakasu conocía su verdadero género, aun lo veía de esa manera. Los extraños estarían aún más seguros de ello.

“Pero si están incrementando el número de concubinas del Campione, ¿no significa que sería aceptable que todas las familias ofrezcan a sus hijas e inicien una fiesta libertina? Pero los Ancianos sólo enviaron a Ena. Creo que es un movimiento hozado.”

“Así que los Ancianos cedieron frente a la presión de la familia Seishuuin,” Amakasu sonrió ampliamente.

Eso era imposible. A pesar de estar convencido de eso, él expresó una opinión completamente opuesta.

Kaoru probablemente creía lo mismo. Como era de esperarse, ella sonrió maliciosamente.

“No hay forma. Al igual que los Sayanomiyas, los Seishuuin son una de las cuatro familias. Especialmente contra ese Anciano, los Ancianos no pueden actuar tan egoístamente.”

“Así que en cambio, ¿los Seishuuin están siendo utilizados? … ¿Cómo adornando a un gato con una campana?”

“O tal vez pegando insectos sobre un león.”

Los Ancianos probablemente querían provocar algún tipo de reacción por parte de Kusanagi Godou.

Después de haber igualado su opinión, jefe y subordinado se dirigieron al coche silenciosamente.

***

Las mañanas de Mariya Yuri comenzaban temprano. Ella se despertaba antes de las siete y se dirigía hacia la cocina.

Sus padres eran empleados. Su padre trabajaba para una cierta cadena de restaurantes (dicho esto, el propietario era el padre de su padre, en resumen su abuelo), y su madre daba clases en una escuela.

La rutina diaria de Yuri era hacer el desayuno en lugar de su ocupada madre.

A veces, ella preparaba las cajas de almuerzo para ella y para su pequeña hermana Hikari.

Pero esta mañana hizo un almuerzo de más y salió de casa más temprano que de costumbre.

La familia Mariya vivía en un complejo de apartamentos en Toranomon. A pesar de que su casa principal estaba en la prefectura de Saitama, ellos utilizaban el apartamento en Toranomon para facilitar sus viajes al trabajo y la escuela.

Tomar la línea Chiyoda y desembarcar en la estación de Nezu era su rutina habitual.

Sin embargo, esta mañana, tomó la línea de Ginza y se bajó en la estación de

Suehiromachi. Iba a encontrarse con Seishuuin Ena. Se le informó que la chica ocupaba un pequeño santuario en Yushima, por lo que iría a verla cada cierto tiempo.

Con su cara totalmente ruborizada y mirando hacia abajo, Yuri se precipitó hacia el santuario.

Cuando abrió las puertas del santuario que no habían sido aseguradas, se encontró a Ena envuelta en un saco de dormir, acostada en el suelo. “¡E-Ena-san…!”

No había esperado que Ena durmiera en el santuario.

Mientras pensaba en lo horrible que era, Yuri la llamó en voz baja.

“Hey, Yuri, buenas~. Eso huele bien ~, ¿Has traído un almuerzo para Ena?”

Ena de repente abrió sus ojos. Su voz era tan clara que no sonaba como si acabara de despertar.

“S-sí. Traje su parte también, así que si quiere…”

“Por supuesto que quiero~. Realmente eres prudente, sabes ~. Eres la chica número uno a la que Ena quiere hacer su esposa. Buena chica, buena chica. Mis alabanzas a ti.”

Mientras bromeaba así, la más grandiosa Hime-Miko de Musashino abrió su bolsa de dormir.

Se levantó, vestida inmodestamente con sólo una camiseta y pantalones cortos. Se veía más delgada con ropa, por lo que aun delgada, sus curvas eran impresionantes.

Yuri se puso avergonzada mientras el esplendor del cuerpo de Ena podía verse fácilmente a través de la fina ropa.

“P-por cierto, ¿ya estaba despierta, Ena-san?”

“Ena estaba totalmente dormida. Me desperté cuando escuché el Tap, Tap, Tap de tus pasos. Sonabas totalmente apurada, ¿qué pasó?”

Ella despertó inmediatamente porque percibió los pasos aproximándose.

Aun sorprendida por el oído inhumano de Ena, Yuri dijo en voz baja: “E-em, en torno a este santuario hay tantos edificios extraños…”

“Ah, perdón, perdón. Ena también se sorprendió cuando llegó; en realidad está lleno de hoteles sucios, ¿no? ¡Tokio es realmente increíble ~! Pero es conveniente tener una tienda tan cerca. Y no hay osos…”

Al parecer, durante medio año, Ena había estado entrenando en un lugar sagrado en las montañas.

La risa nacida de un salvaje estilo de vida hizo que Yuri se ruborizara. Estaban en una tranquila zona residencial. Sin embargo, varios hoteles de cierto tipo fueron edificados alrededor del santuario.

“Pero sabes, Yuri, ¿acaso no has ido a lugares así?”

“¡No lo he hecho! ¿¡Cómo es que llega a tales conclusiones!?” Yuri rechazó enérgicamente la idea.

Sin embargo, Ena curiosamente preguntó con una cara en blanco: “¿Por qué?”

“¡No lo hago! ¡Godou-san y yo sólo somos amigos! ¡Tenemos una relación pura!”

“¿Ehh ~? Pero tus rivales, Erica y Liliana, son extranjeras, ¿no? …Ena no está muy segura, ¿pero no han hecho avances de esa manera?”

“¿A-avances?”

Después de guardar la bolsa de dormir, las dos Hime-Miko se sentaron una frente a la otra en seiza.

Ena aceptó la comida que le ofrecía, abriendo rápidamente la tapa y devorando su contenido.

“Sí, tu cocina es estupenda como siempre. Últimamente sólo he comido nueces, plantas silvestres y cosas por el estilo, así que esto es excepcional~”

Al parecer, se había abstenido de todo tipo de cereales. El entrenamiento de Ena era más duro que el de otras Hime-Miko.

Puliendo sus habilidades con la espada, castigándose a sí misma una y otra vez, vaciando su mente. Últimamente, Yuri no podía permanecer en silencio sin hablar de este tema, pues le preocupaba el cuerpo de la chica.

“…Es decir, Godou-san… no, ¿los hombres prefieren a las mujeres asertivas y sensuales después de todo?”

“Uhm ~, Ena no lo sabe muy bien tampoco, pero ¿no es algo diferente~?” Ena dijo mientras saboreaba alegremente el arroz blanco.

Ella hablaba con franqueza, pero cuando estaba sentada en seiza se veía formidablemente hermosa. Su forma de comer y gestos eran elegantes y se sentaba en posición vertical. En realidad, en términos de ser una dama, ella superaba a Yuri. “Ayer, sabes, después de que Ena finalmente regresara a Tokio, fue a hacer un poco de turismo. En Akihabara.”

“Ahh, ¿no hay muchos extranjeros por ahí?”

“Y luego, después de ojear la mayor parte de las tiendas de aparatos eléctricos en la calle principal, Ena también entró a las tiendas de los edificios y otros lugares… y fue increíble.”

“¿Increíble?”

“Sí. Había muchas tiendas pequeñas, todas eran tan extrañas y fascinantes. Hay un montón de tiendas que son, ya sabes, completamente rosas, o como el color de la piel.”

“¿¡Totalmente de color piel…!?”

“Nirvana o Paraíso, pueden ser así. Ya sea a la izquierda o a la derecha, por delante o por detrás, hay imágenes de desnudos por todo el lugar. Dime, ¿sabes de las esculturas de Maithuna en la India o en alguna parte? ¡Una pared llena de imágenes de hombres y mujeres desnudos!”

“Estoy segura de que gente muy piadosa deben haberse reunido allí…”

Ella no sabía que Tokio tenía un lugar tan sagrado para los extranjeros.

Mientras se avergonzaba por su propia ignorancia, decidió que un día iría allí para estudiarlo.

“Puede ser. De todos modos, Ena entiende que a los chicos probablemente les guste este tipo de cosas”, comentó Ena mientras engullía las verduras.

Ella estaba mirando algún lugar lejano. Como si estuviera sucediendo una escena muy sensacional.

“Ena cree que, como Kusanagi-san es un chico, es igual para él. ¡Al final, desnúdate y funcionará, definitivamente!”

“¡Está pidiéndome demasiado! ¡Puede que a veces sea algo dudoso, pero Godou-san básicamente, es una persona diligente!”

“Me pregunto ~. Yuri, eres demasiado fastidiosa, por lo que él no podría ser capaz de decirlo por sí mismo.”

Yuri se sorprendió cuando su compañera Hime-Miko le señaló eso.

En Cerdeña, Lucretia Zola le había dado un profundo discurso sobre la mentalidad de los chicos.

Pero ella no podía entender esa profunda teoría en lo más mínimo. Posiblemente, la clave para una buena interacción con Kusanagi Godou estaba en eso.

“Por cierto, trajiste una lonchera para Ena, pero, ¿hiciste una para Kusanagi-san también? A pesar de que Ena no ve como si tuvieras algún equipaje extra…”

“Ah, sí. Sólo traje para usted.”

“¡No puedes hacer eso! ¡No te olvides que el camino más corto para acercarse a un animal es a través de la comida!”

“P-pero no hay ninguna razón para hacerlo. No hay ninguna razón para hacer un almuerzo para esa persona en primer…”

“¡No te preocupes por eso! ¡Necesitas empezar a actuar primero! En primer lugar, necesitas acercarte a él con más fuerza, como pedirle que te abrase o escabullirte durante la noche.”

“¿¡¡Escabullirme durante la noche!!? ¡Por favor, pare con eso!, ¿¡cómo acabamos hablando de eso!?”

“Ena cree que es más fácil que te ganes su corazón si lo haces. ¡Da todo de ti!”

“Yo, escabullirme durante la noche… ¿Los hombres no son los que suelen hacer eso? ¡En primer lugar, eso es ilegal hoy en día!”

“Eres tan problemática~ ~. De todos modos, tienes que hacer por lo menos eso. Ena te ayudará también, ¿ves? Por ahora, desarrollemos tu relación con Kusanagi-san durante todo el día. ¿De acuerdo?”

Yuri se puso pálida en respuesta a la propuesta extremadamente irrazonable de Ena. “¡Y-yo no puedo! ¡Eso es imposible!”

***

En la Academia Jounan, las clases de educación física para chicos y chicas estaban separadas.

Dos clases tomarían clases juntas, y luego hombres y mujeres se dividirían. La clase cinco de Godou estaba junto a la clase seis.

Los rayos del sol todavía eran implacables y la temperatura también era elevada. Eran finales de verano, pero el clima parecía propio de pleno verano. Por ello, la piscina fue usada durante la clase educación física.

Una vez más, el plan de estudios de natación fue aplicado.

Pero eso era sólo para las chicas. Los chicos tenían clase de gimnasia en el húmedo gimnasio.

La atmósfera febril estaba cargada hasta el límite, y en medio del calor y el olor corporal, los estudiantes masculinos hicieron ejercicios de colchoneta y gimnasia. “Señores, ¿no creen que esto está mal?”

Alguien hizo una pregunta contundente.

El que hablaba era Nanami. A menudo hacia declaraciones problemáticas como “En realidad, me encienden las sacerdotisas.”

Pero, inesperadamente, también era un líder carismático. Siempre que la gente hacia algo como grupo, por lo general, él se encontraba en medio de todo… tan bueno para nada como un centro lo puede ser.

“‘Sociedad segregada’. Pensemos en el significado de estas palabras una vez más, camaradas. Reunidos aquí no hay nada más que hombres, en un páramo gris de un mundo sin calor ni color. ¿Está bien que nos conformemos con esto? ¡Por supuesto que no!”

Nanami sacudía al gimnasio entero con el montón de tonterías que proclamaba a viva voz.

Por cierto, el profesor a cargo de la educación física estaba ausente. Unos minutos antes, él se había ido, acompañando a un estudiante que se había caído de la barra de equilibrio, fracturándose aparentemente un hueso. Ahora estaban en una sesión de autoestudio.

“¡Entonces, si este mundo es un desierto, sólo aquellos! ¡Sólo aquellos, que siguen sus ambiciones serán capaces de cambiar este lugar! ¡Tenemos que abrirnos paso a través de las puertas del paraíso nosotros mismos!”

“Nanami… lo que quiere decir es, en resumen, ¿eso?”

Quien hizo la pregunta fue Takagi. Pertenecía al club de Kendo y, debido a su gran musculatura, era muy hábil en ello.

Pero él era un hombre débil ante influencias extrañas y fácilmente se dejaba llevar por el mal camino.

“¡En este mismo instante, hay que apuntar al cielo!”

“Así es. Actualmente, el lugar más cercano al cielo en esta escuela es la piscina. ¡La piscina en donde nuestras chicas de las clases cinco y seis están tomando clases juntas! ¡Los terrenos sagrados a los que se nos prohíbe la entrada, el jardín de flores secreto donde más de treinta chicas están jugueteando en el agua y en donde florecen las flores de lirio!”^[5]

“Pero el riesgo es demasiado alto….”

Una voz fría cayó sobre ellos como agua helada. Sorimachi rió burlonamente.

El autodenominado ‘Hombre con 108 hermanitas en 2D’.  Por ridículo que parezca, era la única rareza que había visto el problema. Por lo menos él no era una persona común.

“Tenemos chicos de las clases cinco y seis, dando un total de treinta y seis. Son muchas personas yendo al mismo tiempo para apreciar a las chicas en la piscina. Ciertamente es una idea atractiva, pero sólo tendremos cuarenta minutos hasta que las clases hayan terminado. Ni siquiera seremos capaces de prepararnos adecuadamente en tan poco tiempo. Los sentimientos por si solos no nos llevaran a ningún sitio…” Nanami se dirigió hacia el hablante.

¡Bam! El puño de Nanami conectó de lleno. Sorimachi miró severamente al atacante que lo había golpeado en la mejilla.

“¡¡Nanami, tú!!”

“Te juzgué mal, Sorimachi. Nunca pensé que eras un hombre tan aburrido.”

El que golpeó y el que fue golpeado se enfrentaron entre sí, uno con ira en sus ojos, el otro con compasión.

“En aquel entonces, nunca usaste eso como excusa. Enfrentabas con valentía incluso las misiones más difíciles, eras un héroe dedicado a la victoria. ¡Y sin embargo, te has convertido en un marica!”

“¡¡De qué estás hablando, idiota!!”

“Hace unos dos meses. El día antes del lanzamiento de ‘Santa ☆ Academia de Hermanitas’, luchaste para ver todos los finales de ‘Junto con Onii-chan’, en que tienes que limpiar la ruta de cuatro hermanitas; e ‘Imohare!’, en que tienes que casarte con siete hermanas. Todo esto mientras sufrías de una fiebre de 38 ° y de diarrea…”

“Tch. Todavía recuerdas esas desagradables cosas.”

Sorimachi apartó la mirada de Nanami, que estaba hablando de los viejos tiempos.

“En ese entonces yo dije: ‘Déjalo ya. Sólo déjalo de lado como basura. Tu cuerpo está en sus límites’. Pero entonces respondiste…”

“Sí. ‘Soy un hombre con 108 hermanitas. No soy un hermano inútil que abandonaría a una hermana pequeña, una vez que ha comenzado su captura.’ Durante el día en que conquisté todos los finales, y en el siguiente, dediqué todo mi poder a ‘Santa ☆ Academia de Hermanitas’…”

Flamas iluminaban los ojos de ambos muchachos.

Llamas desde el interior de sus corazones que sólo se encendían cuando dos compañeros de espíritus ardientes se entendían entre sí.

“Parece que olvidé de mis agallas de aquel tiempo. Gracias por recordármelo… ¡Este es mi agradecimiento!”

“¡Guh!”

“Eh. ¿Qué tal? ¿Lo sentiste?”

Esta vez Sorimachi dio el puñetazo. Pero Nanami sonrió mientras salía volando.

Su sonrisa parecía decir: ‘¿Has despertado por fin, idiota estúpido?’ Hace un momento, sus puños habían sido palabras para ellos dos.

“Ese fue un buen golpe. Llevaba tu espíritu. Tienes un buen puño…”

“Cierra la boca. Ya he dejado de dudar. Luchemos juntos.”

Sorimachi extendió su mano y tomó la de Nanami. De esa manera lo levantó. Era una escena emocional entre dos hombres que lograron entenderse profundamente entre sí después de un enfrentamiento. Sin embargo, harto de todo finalmente, Godou dijo con una voz sobria.

“Hey, chicos.”

Los dos comediantes dirigieron sus miradas llenas de hostilidad hacia él.

Pero Godou siguió su camino y no cedió ante la presión.

“Hay tantas cosas que quiero decir en este momento, pero en primer lugar, ¿podrían no espiar? Saben que es como un crimen.”

*Foop* (El sonido de balancear una colchoneta de gimnasia)

“H-hey, qué estás—”

*Bam* (El sonido de dicha colchoneta aplastando a Godou)

*Wup, Wup, Wup* (El sonido de los estudiantes A, B y C saltando sobre la colchoneta)

“Aghh. H-Hey, esperen un segundo, ¿están tratando de aplastarme?”

Aplastado bajo la voluminosa y maloliente colchoneta, Godou se quejó.

El peso de los tres estudiantes cargaba sobre él, así que era bastante doloroso. A duras penas logró sacar la cabeza de debajo de la alfombra y asegurarse un poco de oxígeno. “Maldita sea, está vivo. Bueno, matarlo sería malo, también.”

“Si así quieres, puedo acabar con él.”

“Cálmate. Si lo hacemos, debemos hacerlo con cuidado, en un lugar donde sus piernas no puedan llegar.”

Los tres idiotas Nanami, Takagi y Sorimachi dijeron algunas cosas peligrosas.

Godou preguntó en voz alta a los otros chicos que les rodeaban.

“¿Ustedes me detestan o qué? ¿Por qué diablos me hacen esto?”

“¿Preguntas por qué?”

Nanami lo miró con una mirada fría.

“Déjame preguntarte entonces. Kusanagi, ¿por qué puedes decir cosas como ‘no espiar’?”

“Ocultarse en la piscina de la escuela y espiar está a un cabello de distancia de ser un delito. Sobre todo, ¿no te sientes mal por las chicas? No me preguntes cosas tan obvias…”

Godou dio argumentos sólidos, mientras oraba silenciosamente para que cada uno recupere rápidamente sus sentidos. Si perdieran su camino por un capricho momentáneo, con toda seguridad irían a lamentarlo en el futuro. Pero esa pregunta hizo que la mayoría de los estudiantes de las clases cinco y seis se pusieran incluso más salvajes. Algunos incluso soltaban lágrimas de frustración.

“Maldito hipócrita…”

“Maldita sea. Nos estas menospreciando porque no tienes ningún problema para conseguir chicas…”

“¡Anzai-sensei, queremos ver a las chicas en traje de baño!”

“¡Todo el mundo, cálmense! Junto con la ira y el sufrimiento de todos, yo seré quien hable. ¡Le voy a enseñar a este bastardo mujeriego que piensa que es normal capturar a varias chicas a la vez acerca de nuestros corazones puros!”

Nanami tomó el control de todos los presentes, y dirigió su desprecio a Godou una vez más.

“Oye, Kusanagi, me gustan las chicas en traje de baño. No es ninguna exageración decir que las amo.”

“Bueno, no voy a criticar tus aficiones personales.”

“Sólo cállate y escucha. Me gustan las chicas en traje de baño… así es. Durante el primer año de las clases cinco y seis, Arakawa-san destacó por tener un fabuloso cuerpo, ¿no? Y, obviamente, el atractivo de la pequeña complexión y el pecho plano de Miyama-san dio en el clavo a los entusiastas. Podemos esperar que el traje de baño dé otro tipo de encantadora luz a los lentes de Sawa-san también. Y la corpulencia de Nagasato debería convertirse en la reconfortante aura característica que las chicas delgadas no tienen. Pero, incluso así.”

Nanami apretó fuertemente su puño. Probablemente estaba a punto de presentar su inútil teoría favorita.

“Incluso si las chicas son tan fascinantes, en términos de grupos de idols, ellas no estarían en la primera fila. Están en la segunda fila, por así decirlo, miembros de reserva. Así que, ¿quién es la crème de la crème?”

“Hmm… no lo sé.”

Tenía una idea de las intenciones de los demás, pero Godou se atrevió a hacerse el tonto.

“Erica-sama con su supremamente hermoso cuerpo. Mariya-san, que hace que uno se pregunte si es que ella está escondiendo espléndidas medidas en algún lugar. Y luego está Liliana-san, que se convirtió en la ‘chica número uno a la que quiero poner en un leotardo’ con su cuerpo de hada. …Tú, imbécil, que monopolizas esas flores célebres nunca entenderás lo que hace que nuestra sangre hierva. ¡No, alguien como tú no podría entender!”

“¡Tengo una idea! ¡Encerremos a Kusanagi-san en el almacén!”

“¡Esa es una gran idea! ¡Bien, que alguien vaya a buscar la llave!”

“Bien, ahora es el momento de pagar los platos rotos, bastardo ¡¡Muahahahaa!!”

En respuesta al ferviente discurso de Nanami, las voces de los chicos comenzaron a brotar extrañamente por todos los rincones.

Así, la unión de los chicos de las clases cinco y seis encerró a Kusanagi Godou en el almacén y comenzó a marchar hacia el paraíso de doncellas jugueteando en el agua.