Nishino (NL)

Volumen 7

Capitulo 5: Lanzar

Parte 1

 

 

En el sótano de un edificio atestado de gente en las afueras de Roppongi, se encuentra la tienda de Marquis. En la estrecha tienda, que ocupa un espacio de pocos metros cuadrados, no se ve ni un solo cliente, ayudado por el hecho de que acaba de abrir.

Sólo están Nishino y el barman.

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—No esperaba que mi casa fuera saqueada tan pronto después de mudarme.

—Los rastros del robo se encontraron en dos lugares: el pasillo del tercer piso y la cocina de arriba. La primera tenía una ventana rota, la segunda había sido inteligentemente escogida. Quizás, pero más de una organización va detrás de tu compañero de piso.

El tema de conversación entre los dos es la casa compartida a la que se mudo Nishino.

Marquis ha informado a Nishino de que alguien ha entrado en la casa de allí. Esto es una noticia para el futsumen, que había estado en la escuela desde la mañana. Le estaba empezando a gustar la vida allí, por lo que su cara era sombría.

—¿Has seguido la investigación?

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—El primero es un grupo de medio-verdes que opera en Tokio.

Con esto, Marquis saca una fotografía del bolsillo interior de su chaqueta.

Ademas, varias fotos, presumiblemente ocultas, están dispuestas sobre el mostrador. Todas las personas que aparecen en las fotos llevan camisas estampadas de cuello abierto,

cabezas rapadas y gafas de sol tintadas, y se puede decir por su aspecto que no son normales. Todos ellos tenían un aspecto rudo.

Y en cada esquina de los cuadros hay letras que pueden ser direcciones.

—Parece que estos están arriba.

—¿Es el dinero?

Comprobando los rostros de las personas en las fotos, preguntó Nishino. Ninguna de las personas que comprobo eran conocidos del futsumen.

—No sé tanto. Pero creo que ellos son los que secuestraron a tus compañeros de cuarto. Llegaron en un coche y se la llevaron a plena luz del día. El número de matrícula parece haber sido sustituido también, lo siento, pero no he podido localizar el destino.

Los hombres de Marquis también confirmaron la misma escena que presenció la chica blanca. También dijo que, según sus palabras, Yukki también estaba en custodia. Dijo que el culpable es una de las personas de la foto que se acaba de dar.

—¿Qué se sabe de este último?

—Estamos investigando eso. Me pondre en contacto contigo en cuanto sepamos más.

—Bien.

—Pero creemos que es el mismo negocio por la forma en que lo manejaron.

—Teniendo en cuenta la limpieza, eso parece más problemático de lo que vale.

—Si es posible, por favor identifícalos antes de poner las cosas en marcha.

—Muy bien.


Parece que la llamada a Nishino fue para hacer tal informe. Tras una breve conversación, el futsumen abandona su asiento en el mostrador. El sonido de su paso era extrañamente fuerte en el silencioso bar.

Finalmente, su mano alcanza el pomo de la puerta. Marquis habló a la espalda de Nishino.

—Sabes que, por muy inexpertos que sean como organización, muchos de ellos actúan sin previsión. Hacen cosas triviales por razones triviales. No puedes esperar controlar el final. Si sólo eres tú, ¿quién sabe hasta dónde llegará?

—Entonces es fácil hablar.

—¿Conoces a alguien?

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—Aprovechare esta oportunidad para deshacerme de todos ellos.

Habló claro sin mirar atrás. El momento no podía ser mejor para hablar a sus espaldas. Pero esta vez, más que cínico, es un hombre pensante.

En el ojo de su mente, junto con la gyaru morena y Yukki, estaba el hámster mascota que tenía en su habitación. No creia que estuviera a salvo después de que los rudos irrumpieran en su habitación. Comprendió que la pequeña vida no tenía remedio.

Por eso el futsumen de hoy fue inusualmente agresivo.

—… Esta bien.

—¿Puedo dejar que te ocupes de las secuelas?    Te pagaremos bien.

—Muy bien. Pero ten cuidado de no exagerar.

—Ahora, no puedo prometer eso.

Despues del consejo de Marquis hubo una ligera pausa.

Ante esto el futsumen sale de la tienda con una palabra ligera.

***

 

 

Después de dejar Roppongi, Nishino se dirigió a Ikebukuro en su camino.

Las diversas fotografías que recibió de Marquis, y las direcciones indicadas en cada una. Decidió que su primer destino sería el más cercano de ellos, un pequeño edificio. En la planta baja hay restaurantes, mientras que en la segunda y en las plantas superiores hay tiendas de crédito al consumo y salones de masaje.

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Cada tienda tiene una superficie total de unos 20 o 30 tsubos, con un inquilino por planta. La disposición es la típica de un edificio relativamente pequeño en Tokio. En cada planta, además de la entrada y el pasillo, sólo se puede ver un espacio comercial.

La hilera vertical de rótulos de los comercios que ocupan cada planta a lo largo de la pared exterior del edificio no es diferente a la de cualquier otro edificio. En su punto más alto está la única señal blanca que se puede ver. Nishino utilizó el ascensor para llegar al mismo piso, que es el cuarto piso sobre el suelo.

—…

Cuando salio del ascensor, había una puerta de hierro ignífuga cerrada cerca. En cualquier otro piso, la puerta habría estado abierta con un tapón y un cartel de la tienda al lado para dar la bienvenida a los clientes.

Sin embargo, en este piso, la puerta también está cerrada, y no hay ninguna señal de actitud de bienvenida más allá de eso. Para los no iniciados, habría parecido una propiedad vacía más.

Pero cuando giro el pomo de la puerta, giró sin ninguna resistencia. Aparentemente la puerta está desbloqueada.

Afortunadamente para él, movio el brazo y abrió la puerta sin dudarlo.

Al otro lado de la puerta, una puerta automática de la tienda le dio la bienvenida al aire libre. El área alrededor de la puerta no está iluminada, lo que hace que se sienta débilmente iluminada. Por otro lado, al final del pasillo, al otro lado de una puerta, hay una luz y una presencia de personas.

Tras confirmarlo, Nishino comienza a caminar con estrépito.

—…

Avanza por el pasillo unos metros con el mismo andar de siempre. Ni siquiera intenta ocultar sus pasos.

Y abre la puerta que lleva al piso con la facilidad de abrir la puerta de un lavabo en casa. El pomo de la puerta se movió sin ninguna resistencia, al igual que la puerta cortafuegos del portal. El chirrido de las bisagras, que se habían atascado, anunció su presencia a los demás.

El interior de la habitación se despejó por sí mismo.

Debe haber sido originalmente un bar. Se puede ver un viejo mostrador y unas cuantas sillas redondas frente a él. En el extremo más alejado hay una zona de asientos en forma de caja formada por dos conjuntos de sofás. Al fondo del mostrador hay una barra trasera, que apenas está forrada de botellas.

En medio de todo, un grupo de hombres. Todos están vestidos de forma severa.

El denominador común son las joyas de metal en sus orejas y narices, y los tatuajes que se ven por toda la piel. La ropa que llevan varía, algunos llevan trajes, otros sudaderas.

El suelo está lleno de humo de cigarrillo, con colillas y botellas de licor vacías por todas partes. A todos los efectos, esto es un lugar de encuentro para delincuentes. En algunos lugares, se puede ver algún tipo de gotas no identificables en la alfombra y el papel de la pared.

—¿Qué quieres?   tu.

Un hombre murmuró en nombre del lugar.


Es un hombre sentado en un sofá en un palco en el extremo de la sala. Su apariencia no era diferente de la imagen que obtuvo de Marquis. Es el único en el piso que lleva traje. Es tan caro como la ropa de diario de Tarosuke.

Cuando escuchó el ruido por primera vez, probablemente pensó que sus familiares habían entrado. Al otro lado de la puerta abierta, sin embargo, hay un chico que parece estar en la mitad de la adolescencia. Al ver al chico con el uniforme de la escuela le echa una mirada que dice: “Menudo payaso”.

—Esto no es una tienda. Lárgate de aquí.

El otro tipo miró a Nishino y le dijo que era un grano en el culo.

Los hombres que le rodean también miran amenazadoramente al futsumen. El ceño fruncido se basó en el pensamiento de que si lo amenazaban un poco, huiría de inmediato.

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Pero el cabeza hueca siguio.

—Busco a alguien.

Nishino miró al hombre de la foto y habló claro. Su tono es algo más tranquilo de lo que suele ser.

—…tu, ¿quién eres?

—¿Recuerdas los nombres Yanagida o Yamanobe?

—…

Tras las palabras de Nishino, el hombre del traje hizo un amago de pensar. Al parecer no pudo calibrar la identidad del chico que tenía delante.

Pero sólo por un momento.

—Oi.

Mira al hombre cerca del lugar.

Entonces el hombre sentado en la silla redonda frente al mostrador se mueve. Era el que estaba bebiendo más cerca de la puerta. Es el único de piel oscura y rostro cincelado, mientras que los demás tienen todos la piel amarilla.

—…

El hombre se acerca silenciosamente al trasero de Nishino.

Debido a la diferencia de altura, el segundo está mirando al primero.

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—He oído que ha habido una afluencia de africanos aquí últimamente.

Mirando al hombre que está frente a él, el futsumen habla como si estuviera haciendo una pequeña charla. El gesto, pronunciado con las manos en los bolsillos del pantalón, sin duda tocó la fibra sensible de los hombres que lo observaban.

—¿Recuerdas los nombres Yanagida o Yamanobe?

—…

El otro hombre, con o sin una palabra, estiró su brazo hacia el cuello de Nishino.

El futsumen podría confundirse con un estudiante de secundaria en algunas situaciones. Si se maneja mal y lo lastima, puede ver que la policía hará un gran movimiento en estos días en que están reprimiendo ese tipo de cosas. La idea era apretar ligeramente su cuello y forzarlo a salir.

Es Nishino quien hace caso omiso de esa amabilidad de la otra parte como si.

—No me gusta mucho hacer este tipo de cosas.

Una mano, que se había metido en el bolsillo del pantalón, sale. La cabeza del hombre es cortada mientras su brazo se balancea.

La sección se congela, como siempre.

Cayó directamente al suelo, haciendo un fuerte sonido de gorgoteo.

Siendo testigos de la secuencia de eventos, los demás comienzan a moverse. Todo el mundo se levantó tan rápido como pudo y empezó a tener cuchillos y pistolas en sus manos Toman sus posiciones alrededor de Nishino. El ambiente en el lugar ha cambiado dramáticamente, de calmado a tenso.

—…tu, ¿quién eres?

El hombre de la foto se acercó a Nishino de nuevo. Tiene una pistola en la mano.

La mira estaba puesta directamente en la frente del futsumen.

—Volveré a comprobarlo. ¿Recuerdas los nombres Yanagida o Yamanobe?

—No sé. Tendrás que buscar en otra parte.

—Lo siento, pero esto es urgente.

A partir de entonces, el brazo de Nishino se agita repetidamente.

Uno a uno, los que estaban presentes caen. Están todos decapitados, y la sección transversal está congelada, para que no pueda fluir ni una gota de sangre. Y no pocos minutos después de que cayera el primero, el lugar quedó en silencio.

El último que queda es aquel cuya cara vio en la foto de Marquis.

—Lo comprobaré una vez más. ¿Recuerdas los nombres Yanagida o Yamanobe?

—¡No-No lo sé, debes estar equivocado!

—¿Estás seguro?

—¡Es verdad!    ¡Créelo!

—Ya veo…

El futsumen murmuró con pesar.

Al ver la mirada en su cara, el futsumen dice.

—¡A-Ahora, lárgate de aquí!    ¡Te has equivocado de persona!

—Sí, lo haré.

Murmurando con indiferencia, el futsumen se da la vuelta. Se dirige lentamente hacia la puerta, que había quedado abierta cuando visitó el lugar.

Se da la vuelta fácilmente, y el hombre que se había librado de ser decapitado levanta su pistola en la mano. Y sin dudarlo aprieta el gatillo.

Sonó un puf seco.

La bala se dispara, directamente a la espalda de Nishino.

Pero la bala se posó a centímetros de su espalda. Flota en el aire, como si estuviera bloqueado por un muro invisible, y no hace ningún ruido. Es como si el tiempo se hubiera detenido allí.

El sonido del casquillo vacío cayendo al suelo resuena en la habitación con un ruido metálico.

—Eh…

La expresión del hombre se tensa por el asombro. Nishino se da la vuelta tranquilamente y le llama.

—Aah, sí.

—¡E-Espera!    ¡Tengo dinero!    He ganado mucho dinero…

—Me olvidé de deshacerme de ti.

La cabeza del hombre del traje se desprende de su torso mientras el futsumen mueve sus brazos.

***

 

 

Algún tiempo después de la partida de Nishino, alguien visitó a Marquis.

Con un sonido seco, una campana suena para anunciar un visitante en el bar. No se ve un alma en el bar, excepto el propio barman. En el bar desierto, Marquis, que había estado puliendo ociosamente su copa, dejó su trabajo y levantó la vista.

Fueron Rose y Gabriella las que entraron.

Ambas están uniformadas, la primera sostiene una jaula para animales pequeños.

Se adelantaron sin vacilar y pasaron por encima del mostrador de la barra al frente de Marquis. La visión de los fuertes ojos de Rose mientras caminaba delante de él le impacientó, ya que no recordaba haber hecho ninguna promesa.

—…¿qué quieres?

—He venido a hacerle algunas preguntas sobre él.

—…

Con él, supongo que te refieres a Nishino.

En comparación con lo habitual, Rose parecía tener una extraña energía hoy. Francisca le había dicho en el pasado que la loli rubia que tenía delante era tan difícil de manejar como Nishino. Le respondió en voz baja para no provocar al otro.

—Te diré lo que pueda decirte.

—Así que déjame preguntarte rápidamente, ¿dónde está ahora?

—No sé tanto.

—Entonces cambio la pregunta, ¿se te ocurre alguien que pueda haber atacado su nueva casa?

—…

Después de la pregunta de Rose, se le ocurrió al barman. Es un rastro de entrada múltiple encontrado en la escena.

—¿Quieres decir que fueron ustedes?

—Cuando lo comprobamos, el lugar ya había sido saqueado.

—…ya veo.

La confirmación de una de las mitades hasta ahora desconocidas alivió la mente de Marquis. La situación no será tan complicada si son ellas. Es posible hablar con ellas a través de Francisca.

—Sólo para asegurarme, está bien?

—Eso no es un problema. Ha estado mostrado su cara aquí.

—Si…

En cualquier caso, la expresión de Rose, que había sido fuerte, se suavizó un poco al ver que el futsumen estaba a salvo. El secuestro y confinamiento del futsumen, que había experimentado durante un viaje al extranjero hace algún tiempo, había sido un poco traumático para ella.

—Intenté con los contactos de Francisca, pero no tenían ni idea. Me pregunto si no ayuda el hecho de que suele hablar mucho, pero no puede ser util cuando se necesita. Gracias a ello, he perdido mucho tiempo.

—Después de esperar tanto tiempo, todo lo que conseguimos fue comida para hámsters. No sólo Rose, sino incluso Gabriella dijo con una mirada de asco en su cara.

Cronológicamente, era media tarde cuando las chicas se colaron en la habitación de Nishino. Poco después de que se retiraran sin sacar nada en claro, los hombres de Marquis confirmaron una anomalía en la casa de acciones por el secuestro de un objetivo de vigilancia. Se supone que Nishino ha sido contactado.

Mientras tanto, Rose y Gabriella, que habían dejado la nueva casa del futsumen, se unieron a Francisca. Desde entonces, probablemente han estado esperando que ella identifique al culpable.

Pero desde que el vigilante los perdió de vista, la investigación parece no haber llegado a ninguna parte.

En la jaula en manos de Rose, se puede ver al hámster tomando agua fresca y comida en el lecho limpio. Siguiendo las palabras de Gabi-chan, eso es realmente todo lo que han conseguido.

—Bueno, supongo que sí.

—¿Sabes algo al respecto?

—Este no es el tipo de gente que se organiza. Cuanto más, más difícil será para ellos hacer lo que tú has hecho. No es que Francisca sea incompetente… Es que este es un producto que sólo tienen las tiendas locales.

—¿Estarías dispuesto a vendernos ese producto?

—Eso depende del precio.

—Aceptaré el precio de venta.

—Es muy generoso de tu parte.

—¿Pero realmente vas a venderlo?

—Más manos es mejor que menos. Si están dispuestas a ayudarle en su trabajo, esta vez le serviremos. Creo que Francisca no se quejará de moverse si él está involucrado. Por supuesto, no les obligaré.

—…¿qué quieres decir?

Ante las miradas incrédulas de Rose y Gabriella, Marquis les cuenta lo sucedido. Es que la casa de Nishino fue atacada y su compañero de cuarto, que vive en la misma casa compartida, fue secuestrado.

Además, está en medio de sus propias actividades para perseguir a esa persona.

—Siguen gastando su energía en cosas extrañas.

—¿Qué haras?

—Ayudaré. Así que date prisa y dime dónde está. Rose dijo que no inmediatamente.

Esta es la oportunidad perfecta para congraciarse con Nishino.

—Yo también ayudaré y quiero que me enseñes.

—Okay.

Después de asegurarse de que Rose y Gabriella asentían, Marquis puso delante de ellas el mismo cuadro que le había mostrado a Nishino. Las chicas lo miran fijamente cuando se lo presentan en el mostrador, como si fuera una mirada paternal.

En la esquina de la foto había una dirección, como la que había visto Nishino.

—Lo recuerdo. Hay que deshacerse de esta gente, ¿no?

—Sí, de eso estoy hablando.

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—…

Marquis permanece en silencio mientras observa cómo empiezan a hacer ruidos.

Es sólo una corazonada en su mente que, dependiendo de la situación, puede que no necesiten hacer un movimiento. De hecho, más de la mitad de ellos ya han sido eliminados por el futsumen.

—Por cierto, ¿qué pasa con el hámster?

Con la conversación resuelta, la mirada de Marquis se desplaza a la jaula en la mano de Rose. Si no recuerda mal, es el hámster mascota que Nishino tiene en casa, y el set en el que lo guarda.

Marquis lo ha cuidado en varias ocasiones cuando ha estado fuera de casa durante largos periodos de tiempo. ¿Cómo puede estar en su poder? La boca se movió naturalmente cuando me pregunto de repente. Comprende perfectamente el afecto que el futsumen tiene por su mascota.

—Lo encontre en su habitación.

—Está vivo?

—Se escapó de su jaula y se escondió bajo su ropa.

—Ya veo.

—La mujer de allí casi lo mata.

—Onee-sama, no creo que sea correcto hablar así.

—¿Podría dárselo, por favor?

Gabi-chan dice con voz de reproche.

Sin importarle el atractivo, Rose pone la jaula en el mostrador.

—Okay.

—Gracias. Te dejo con ello entonces.

Habiendo obtenido la información que necesita, Rose se aleja de Marquis. Gabriella la sigue.

Pasaron rápidamente por delante del mostrador y salieron de la tienda. Sus espaldas se pierden pronto de la vista de la tienda, enviadas por el ligero tintineo de la campana de la puerta.

—…

Tras confirmar que han salido de la tienda, Marquis saca un terminal de su bolsillo.

Pensó que debía informar de su interacción con las chicas a Nishino. Sin embargo, aunque intentó llamar, la línea nunca se conectó debido a la falta de señal. Después de dos o tres veces, no hubo ningún cambio en el mensaje de auto-respuesta.

—Bueno, supongo que está bien.

Murmurando a nadie en particular, el barman vuelve a sacar brillo a su vaso.

***

 

 

Mientras Nishino corría por Tokio, los miembros de la clase 2A visitaban un bar de karaoke en el centro de Tokio para lanzar sus exámenes parciales. La primera reunión fue una comida, y luego la segunda reunión.

Los miembros son algunos de los alumnos de mayor casta de la clase. Naturalmente, Takeuchi-kun, la presidenta, y Risa-chan también están allí.

A pesar de la inesperada intromisión de la gyaru blanca, todos se unieron al lanzamiento como estaba previsto. La chica en cuestión, que se había entrometido en otra escuela, fue persuadida por Takeuchi-kun y Risa-chan, y se marchó honestamente.

—Hey, voy al baño.

Un tiempo después de entrar en el restaurante, Risa-chan se levantó de su asiento. Y esto es seguido por la presidenta y Takeuchi-kun.

—Ah, yo también.

—Lo siento, yo también me he estado conteniendo.

Normalmente, tendrían mucho cuidado de abandonar sus asientos. Pero esta vez, se levantaron como si estuvieran de acuerdo. Los tres salieron rápidamente de la habitación y se fueron por el pasillo sin intercambiar una palabra.

Un poco más tarde, cuando vieron las escaleras de emergencia más adelante, Takeuchi-kun dijo.

—Después de salir del baño, ¿por qué no hablamos un poco fuera?

—Si.

—Bien.

La presidenta y Risa-chan asintieron honestamente y cumplieron.

En cuanto a lo primero, probablemente dejaron su asiento con esa intención. Ellas parecían haber anticipado su pregunta, y su respuesta fue natural. Aunque era un estudiante de otra escuela, al que nunca han conocido, al parecer les preocupa el hecho de que sea amigo de Risa-chan.

Y luego, durante unos minutos.

Tras cruzar la puerta de incendios, los tres se encontraban frente a frente en el rellano de la escalera de incendios exterior. También está abierto a los huéspedes, pero la mayoría parece estar usando los ascensores o las escaleras internas, por lo que no hay señales de gente entrando y saliendo.

—Ahora es mucho más fresco, ¿no?

Sintiendo la brisa nocturna soplar suavemente en sus mejillas, Takeuchi-kun dijo. Al parecer quhay algunas dudas al abordar el tema.

Al notar tal carga en él, Risa-chan dijo.

—Siento que mi amigo te haya causado problemas hoy. Está un poco llena de energía o demasiado enérgica, creo que mi amiga estaba en un gran problema y se angustio.

—No, esta bien. Y no es nada por lo que debas disculparte, Risa-chan

—¡Sí, asi es!

Las palabras de preocupación siguieron inmediatamente de Takeuchi-kun y la presidenta. Tenían razón, fue Nishino quien causó el problema en primer lugar.

—¡No es nada para que Risa-chan se preocupe! ¡Creo que es porque Nishino se tomó la libertad de contarle ciertas cosas sobre Takeuchi-kun! ¡Creo que quería hacerse amigo de los amigos de Risa-chan, así que habló de Takeuchi-kun!

Es la presidenta quien ha estado interactuando más con Nishino últimamente. Gracias a eso, sus conjeturas son agudas.

Exactamente así, por lo que es un pequeño y molesto pelele.

—Esa es la cosa, esa chica ha estado enamorada de Takeuchi-kun por un tiempo…

—Eh, ah, pero…

La presidenta pierde impulso cuando la distracción de Nishino es desviada inesperadamente.

Este es reemplazado por la persona que estaba siendo elogiada. La persona que estaba siendo adulada dice algo a cambio.

—Aunque sea así, no tienes que preocuparte por ello, Risa-chan, vale?    Si ese es el caso, entonces soy yo quien tiene la culpa de haber iniciado los extraños rumores, y aunque puedes culparme, no creo que sea correcto decir nada de nosotros dos.

—Lo siento mucho.

—No, no me importa en absoluto.

Risa-chan no se siente con tanta energía como de costumbre. A lo que Takeuchi-kun responde con una sonrisa.

Antes de que Rose se mudara a la nueva escuela a principios de la primavera, el objetivo de Takeuchi-kun era Risa-chan. Era un chico guapo que había estado pensando en un acercamiento específico después de que los uniera un cambio de clase. Con la ayuda de este fondo, las palabras que le lanzaron fueron suaves.

Unos meses de dificultad para conquistar a Rose. Es inevitable para un chico de secundaria en la flor de la vida que su conciencia coquetee con Risa-chan. De hecho, el aspecto y el estatus de Takeuchi-kun son suficientes para equilibrar el de Risa-chan.

—Ah…

Mientras lo hacían, una voz salió de repente de la boca de la presidenta. Parece que se ha dado cuenta de algo y está mirando hacia el rellano.

—…Presidenta, ¿qué pasa?

—¿Presidenta?

Las miradas de Risa-chan y Takeuchi-kun también se dirigen en la dirección que ella mira. Y ahí están, ambos mirando a la otra persona que conocen.

El edificio de al lado del bar de karaoke. Había gente repiqueteando y corriendo afanosamente por la escalera de incendios, que estaba dispuesta al aire libre, igual que en la que ellos estaban. El oro y la plata brillaban en las luces de neón que brillaban entre los edificios.

Son Rose y Gabriella.

—Eh, ¿podrían ser Rose-chan y Gabriella-chan? Takeuchi-kun murmuró.

Esto es seguido por Risa-chan.

—Es asi…

—…

En contraste con las expresiones de sorpresa en sus rostros, la cara de la presidenta es hosca. Es como si hubiera visto algo que no le gusta.

—¿El edificio de al lado tiene alguna tienda? Risa-chan preguntó.

Su pregunta fue respondida por Takeuchi-kun.

—No, no estaba en construcción?    También había una sábana o algo sobre la entrada.

—Es asi?    Yo también lo vi cuando entré aquí… Asintieron el uno al otro.

Era obvio, incluso para el observador casual, que ambos tenían preguntas en sus rostros.

—He-hey, es hora de ir a la habitación…

La presidenta, que tiene un mal presentimiento al ver a sus compañeros intercambiando palabras, abre la boca. Pero su decisión llegó un poco tarde. Más bien, cuando los vio y levantó la voz, ya había decidido lo que pasaría después.

—No puedo dejarlas solas, voy a echar un vistazo.


—¡Ah, yo también voy!

Takeuchi-kun gritó para sí mismo. Risa-chan le sigue.

Entonces es la presidenta, que no puede ser la única que vuelva.

—…Cre-Creo que yo también iré.

Quiera o no, tenía que seguirlos para mantener su posición en el aula. Al parecer no acabará bien, es la resignación ante el futuro próximo que le viene a la mente a Shimizu en este momento.

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