Nishino (NL)

Volumen 7

Capitulo 4: Exámenes parciales

Parte 2

 

 

La primera noche de exámenes parciales, Nishino estaba cenando con la chica gyaru en la sala.

En la mesa del comedor, hay platos que ella ha preparado. El menú de hoy es Mapo Tofu, Bok choy y sopa wakame. Hoy he atacado con comida china por primera vez en mucho tiempo, son las palabras de Yamanobe que terminó de arreglar los platos.


Nishino, que ha sido bendecido con la oportunidad de comer la comida casera del sexo opuesto durante muchos días seguidos, extiende sus palillos en señal de agradecimiento. Al igual que ayer, la hica gyaru parece tener una personalidad sorprendentemente hogareña, y prepara la cena a diario.

—Hee, ¿era un examen parcial?

—Sí, se le hizo difícil a la presidenta estar al borde. Yo también tuve una prueba.

—Yo también odiaba los exámenes. Odio estudiar y esas cosas.

—No sé cómo te sientes al respecto.

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Yukki está en el trabajo, y la gyaru blanca no la visita para pedirle comida. Por eso estan los dos solos en la mesa del comedor. El único sonido en el comedor es el de él y ella comiendo, y las voces intercambiadas allí. Era un momento muy tranquilo.

—¿Es Nishi el que puede estudiar o algo así?    ¿O eres como yo?

—Normal.

—Ah, esa es la forma de hablar de un tipo que puede estudiar.

—Hasta hace poco, pensaba trabajar después de la secundaria. Pero luego volví a pensarlo y decidí que ir a la universidad no parecía tan mala idea. Así que este semestre, he decidido ponerme serio con mis estudios. Este examen es sólo para ver cómo va.

—¿Hmmm?    ¿Nishi ira a la universidad?

—Siempre y cuando apruebe bien los exámenes de ingreso, claro.

—La universidad es mucho más trabajo que la secundaria, ¿no?    Va a ser realmente agotador.

—No necesariamente, ¿verdad?

—¿Eh?    ¿No es así?

—A diferencia de la escuela secundaria, en la universidad no existe la división de lo que se llama un curso regular. Puedes estudiar sólo lo que te interesa como especialidad. Yamanobe tiene al menos un tema que le gusta, ¿no?    Lo estudiarás a fondo en la universidad.

—Cuando se trata de asignaturas favoritas, supongo que diría que economía doméstica.

—Ya veo.

—Me gusta cocinar. Y Yukki también es feliz.

—De hecho, la comida china de hoy es deliciosa. Creo que está en un nivel en el que se podría servir en un restaurante y cobrar por ello.

—Pero aunque seas bueno en economía doméstica, no aprobarás el examen de acceso a la universidad.

—Tal vez eso no sea justo.

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—Ah, ¿todavía lo crees?    Yo también lo he pensado durante un tiempo.

La conversación fluye sin problemas entre ellos. Para bien o para mal, el carácter de la chica gyaru, que no se fija en los detalles, parece haber encajado bien con el grandilocuente Nishino.

Intercambian palabras entre sí sin desentonar de esta manera.

Y con una buena comida al lado, es la situación perfecta para Nishino. Aunque no puede ver ninguna relación más allá de eso, una comida con una persona del sexo opuesto de su misma edad es de gran valor para él en su búsqueda de la juventud.

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—También existe la forma de ir a la escuela de cocina y tener tu propio restaurante y empezar tu propio negocio. Debido al ecosistema establecido en el sector, es relativamente fácil independizarse en la industria de la comida. ¿Qué tal si corriges la inequidad en esa área?

—Pero eso va a costar dinero, ¿no?

—Bueno, sí.

—Entonces es imposible. No tengo esa cantidad de dinero.

—Bueno…

—Pero me gustaría tener mi propia tienda algún día.

—Si quieres resolver el problema financiero, podrías empezar vendiendo fiambreras en la carretera. A diferencia de un restaurante, no necesitas montar una tienda. Si sólo necesita una instalación de fabricación, puedes alquilarla de forma relativamente barata. Esto sería algo menos que un obstáculo.

—Ooh, sí, en efecto. La gente se pasea empujando carros a la hora de comer, ¿no?

—También se podría negociar la ubicación con el propietario de un terreno vacío en el distrito de oficinas para alquilar el terreno sólo para la hora del almuerzo. Se te pedirá que pagues alguna propina, pero es mucho más fácil y menos arriesgado que la molestia de montar una tienda.

—Nishi, vives con mucho más pensamiento del que pensaba.

—¿No es así?

—Creía que simplemente ibas a la escuela todos los días sin pensar en el futuro ni en nada.

—…

—Ah, pero no me estoy burlando de ti, ¿vale? Sólo pensé que parecías uno. ¡Es bonito!   Tienda de almuerzos. ¡Cuando me despidan de la tienda en la que trabajo, he pensado que no sería mala idea montar una!

—Aah, deberías. No puedes empezar nada si no actúas.

—Tienes razón. Es que no soy muy buena haciendo mis propios movimientos…

—Entonces deberías hablar con Yanagida. Si trabajas en una tienda nocturna, debes tener buena cara para los restaurantes del barrio, ¿no?    Si eres joven y guapo, Yamanobe, pronto encontrarás a alguien que pueda ayudarte.

—…Después de todo, si no trabajamos duro mientras somos jóvenes, tendremos problemas, ¿no?

—No está mal, pero definitivamente empeorara por momentos.

—Ugh…

—Bueno, puedes hacer lo que quieras.

—Estoy luchando porque no puedo hacer eso…

—Puedes llegar a cometer errores en tu adolescencia.

—Incluso Nishi tiene la misma edad que yo.

—Lo recuerdo.

—Soy un total desconocido…

Con más éxito que nunca, la conversación fluyó entre el futsumen y el sexo opuesto. Él también siente la respuesta. La misma, o incluso mayor, sensación de logro se arremolinó en su pecho como cuando se unió por primera vez al club de breakdance y realizó con éxito el Molinete frente a Takeuchi-kun.

Pero ese tiempo no es para siempre.

Cuando la comida estaba a medio consumir, el terminal de Yamanobe tembló de repente.

Parece que ha entrado una llamada.

—Ah, lo siento. Parece que es del gerente de la tienda de Yukki.

—No es Yanagida?

—Sí. Cuando le visité antes, intercambiamos números.

—Ya veo.

Escuchar el sonido de “Yukki” le recuerda al futsumen su distancia con la chica gyaru. La mujer que tiene enfrente tiene un hombre en su corazón y ya está en una relación física con él, y cambia de opinión para corregir el espacio que se le ha acercado inesperadamente.

Es un virgen ingenua en todo momento.

—¿Eh?    Ah, sí. No ha vuelto?

—…

Frente a Nishino, que pone los palillos en su comida, la chica gyaru lleva unos minutos hablando por teléfono.

Después de un tiempo, el terminal se coloca en la mesa.

Abrió la boca antes de que el futsumen pudiera hacer alguna pregunta.

—Es con Yukky, he oído que no estaba en la tienda.

—¿No que estaba trabajando?

—Pensé lo mismo que tú.

—…hmm.

Poniendo su mano en la barbilla, Nishino finge pensar. Es una pose que la presidenta odia.

A la chica gyaru no parece importarle esto.

—Yukky parece tan serio con su trabajo que cuesta creer que se tome un día libre sin llamar. La gente de la tienda también dijo que podría haber estado involucrado en un incidente o accidente en alguna parte, y por eso me llamaron.

—¿No puedes ponerte en contacto con el?

—El gerente dice que ha intentado llamar unas cuantas veces, pero no hay respuesta.

—¿Qué pasa con Yamanobe?

—S-Sí. Pensaba llamarlo ahora.

Como apurada por las palabras de Nishino, volvió a coger el terminal. Luego selecciona la persona que quiere de la agenda y se pone el altavoz en la oreja. El timbre se oye con un ligero eco en la sala, que ahora está en silencio por la pérdida de la conversación.

Y así esperaron una docena de llamadas.

Fue un mensaje del contestador automático el que salió.

—…Yukki no contesta.

—Parece que sí.

Una atmósfera inquietante fluye sobre la otrora pacífica mesa de la cena.

La cara de Yamanobe, que había estado sonriendo constantemente, ha cambiado y se ha vuelto inquieta.

Al ver la expresión de nostalgia en su rostro, Nishino abre la boca.

—Ha dicho antes Yamanobe que había visitado el lugar de trabajo de Yanagida, ¿no es así?

—Eh?    Ah, sí.

—Recordandolo, parecía que no estaba bien anoche. No fue el lenguaje de la empresa en la que trabaja, pero tal vez se puso enfermo de camino al trabajo y se desmayó. Siento interrumpir tu comida, pero creo que voy a buscarle fuera ahora. ¿Qué hay de Yamanobe, también?

—¿Está bien?    Nishi, tienes otro examen parcial mañana, ¿no?

—No me importa. Somos amigos, vivimos en la misma casa.

—…gracias.

Cuando se les ocurrió el pensamiento, abandonaron la mesa del comedor y se fueron de la casa.

***

 

Después de salir de la casa compartida, Nishino siguió las indicaciones de la chica gyaru por la calle.

Es la ruta de Yukki al trabajo.

Ya ha anochecido y las casas de la zona residencial están poco pobladas. Si alguien se hubiera caído, habría sido fácilmente detectado. Pero no había señales de nadie más cerca de la casa.

Una vez que llegaron a la estación a la que se sabía que solía ir, fue una búsqueda en tren. Mientras tanto, tenían que vigilar aquí y allá. Debido a que el lugar de trabajo de Yukki es una tienda nocturna, sus pasos se dirigen hacia el lado animado.

Mientras tanto, han llegado al barrio de la tienda donde trabaja el buscado.

—Yukki no está aquí.

Yamanobe dijo, mirando la ajetreada escena de gente yendo y viniendo en el centro de la ciudad por la noche.

No se puede sentir ningún ánimo en la forma en que murmura.

El aspecto deprimido se nota porque el lugar suele estar muy animado.

—Sí.

A lo que Nishino responde, desconcertándose sobre qué hacer ahora. Ha comprobado la ruta al trabajo.

Si van más lejos, hay un límite de lo que puedan buscar juntos. Se le ocurren algunas opciones.

—Lo siento, pero ¿podrías llevarme al lugar de trabajo de Yanagida?

—¿Eh?

—Me ahorraré los detalles, pero quizá pueda ayudarte un poco.

—…Nishi, ¿conoces a alguien por aquí?

—Bueno, somos algo parecidos.

Es un futsumen que pensó en comprobar el nombre de la tienda y del dueño, sea lo que sea. Se imaginó que con sus pocas amistades, sería costoso, pero no imposible de rastrear. Este es el único uso que se le da, según él. Sólo se utiliza en estos casos, dice.

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—El tipo de la tienda da miedo, ¿está bien?    No le gustan las bromas ni nada, ¿sabes?

—Aah, no hay problema.

—¿En serio?    No es amable como Yukki, ¿sabes?    Creo que no puedo protegerte…

—Entonces, ¿podría decirme dónde está la tienda?

—…vale, te la enseñaré.

La chica gyaru le confirma repetidamente que es una mujer de buen corazón.

Mientras tanto, Nishino, que asiente despreocupadamente, se muestra tan cínico como siempre. Si la presidenta hubiera estado allí, seguramente le habría dicho que debería haber pensado un poco más en la otra persona.

Sin embargo, justo cuando comenzaron a alejarse, sucedió.

—…¿Yamanobe?

Una voz familiar llegó por debajo de él y de ella.

Su atención se vuelve hacia la dirección de la que procede la voz. Es un callejón estrecho, apartado del frente de la calle, metido entre pequeños edificios sucios. La calle es tan estrecha que parece difícil que pase un coche.

Desde el final de la misma, el buscado, Yukio Yanagida, apareció.

—Yukki!

Después de confirmar la apariencia del otro, la chica gyaru salió corriendo. Se dirige en línea recta y lo abraza directamente.

Yukki coge esto con ambas manos.

Nishino notó que el cuerpo de Yanagida temblaba en respuesta a su contacto. Su frente se arruga. Pero es sólo por un momento. El apuesto hombre recuperó rápidamente su rostro normal y respondió de forma amistosa.

—¿Qué haces aquí?

—¿Eh? ¡Ah, no, ve-veras! No pude ponerme en contacto con Yukki, así que me preguntaba. Incluso recibí una llamada de alguien de la tienda, así que pensé que tal vez estaba de camino al trabajo y fue atropellado por un coche o algo así..

—No, no, no, eso no es cierto. Está bien.

—¿En serio?

—Sólo tenía algunos recados que hacer. El teléfono está sin batería.

—…Ya veo. Es bueno saberlo.

—Bueno, me alegro de que te preocupes por mí.

—…

Pone su mano en la cabeza de la chica gyaru y le acaricio el pelo mientras continúo. Acaricia su cabeza.

Es una de esas cosas de la piel que el futsumen anhela. Naturalmente, prefiere que le acaricien.

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—Nishino, ¿también saliste con ella?   Gracias.

—No, no te preocupes. Tenía que hacer un recado para una tienda de por aquí.

—¿Es asi?

—Ciertamente.

—…Esto es diferente afuera. Es realmente malo.

Aquí y allá, el futsumen intenta ser cínico. Por casualidad, un capturador pasa junto a ellos y mira a Nishino con una expresión como “¿De qué habla este tipo?”. Al escuchar su línea actual, y también al ver sus extraños ojos, es el doble de malo estos días.

Pero Yukki, que tiene un gran corazón, se rió de sus palabras.

—Me voy a ir a trabajar, ustedes dos váyanse a casa.

—Sí, vale.

—¿Estás bien solo?

—Oye, oye, Nishino, no te burles demasiado de la generación mayor, ¿vale?

—Bueno, espero…

—Tengan cuidado en el camino a casa.

Y en cuanto se vieron, el guapo se fue a la nada.

El futsumen y la chica gyaru volvieron a la casa tranquilamente como se les dijo.

***

 

 

Al día siguiente, los exámenes parciales de otoño en la secundaria Tsunuma se celebraron el segundo día.

Como ayer, los alumnos están visiblemente más callados que de costumbre. Se les puede ver por todas partes en el aula, frente a sus libros de texto. Nishino no es una excepción a la regla. En su propio asiento, está extendiendo su libro de texto y empollando el alcance del examen en su mente en preparación para el examen de la primera hora, que está a sólo unos minutos.

Entonces hay alguien que le llama.

—Hey, Nishino-kun. Necesito hablar contigo de algo. La otra persona era Risa-chan.

No todos los días tienes la oportunidad de que se te acerque en el aula un compañero del sexo opuesto, salvo la presidenta. El humor de Nishino se levantó naturalmente por la inesperada oportunidad de comunicarse. Responde con unas largas líneas de diálogo, sólo por diversión.

—¿Qué pasa?   Es raro escuchar a Kondo.

Sus ojos se mueven al recibir la respuesta del futsumen.

El ligeramente pretencioso “¿Qué pasa?” fue molesto, y la línea que siguió también le fue a Risa- chan.

Es el tipo de respuesta que te hace sentir como si te conocieras, que es lo que ha estado haciendo últimamente. Es su opinión que no será un problema porque son compañeros de clase.

—Nishino-kun es realmente molesto, ¿no?   Es muy molesto.

—¿Es así?

—¿No te hiciste el trabajo dental en nuestra casa antes? ¿Cuánto tiempo vas a seguir faltando a esa cita? El médico está preocupado por ti, así que asegúrate de ir. Gracias a ti, me utilizan como mensajero.

—Aah, tienes razón.

Es Nishino, el tipo que fue a la clínica dental de la familia de Risa-chan.

La vez que Rose tenía su cartera, no pudo conseguir el permiso para tratarse, así que se quedó sin nada. Al mismo tiempo, recuerda la cita a la que había faltado. Si no recuerda mal, tenía que hacerse un examen preliminar de ortodoncia en su próxima visita.

—Lo siento, me gustaría concertar otra cita.

—Ah sí

—Siento la poca antelación, pero ¿qué tal el lunes después de las clases al final de la jornada?

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—¡No me uses como mensajero!

—Tienes razón. Lo siento.

—¡Maldita sea!

Papá me pidió que viniera a darte un mensaje. Eso es todo lo que le dijo, y Risa-chan volvió a su asiento donde sus amigos la esperaban, con ira en sus ojos. Las chicas del grupo susurraban entre ellas que la casa de Risa-chan era un dentista.

Se observan una serie de conversaciones desde dos asientos contiguos, entre ellos el de la presidenta, que tiene una mirada comprensiva.

También, un poco más lejos, en el asiento de Takeuchi-kun, Suzuki-kun, que ha tomado posición frente a él, está enfurecido. Hace tiempo que rompió con su ex-novia para atacar a la presidenta de la clase. Todavía no tiene ni idea de cómo atacarla, así que Nishino era la salida perfecta para desquitarse con ella.

—Últimamente, Nishino se está volviendo arrogante, ¿no?

Sólo está frustrado por el hecho de que ha estado interactuando con la presidenta cada vez más. Suzuki-kun no ha dejado de ser evitado descaradamente desde el anuncio de la orgía por parte de Matsuura-san. Sus ataques al grupo de estudio para los exámenes parciales fueron infructuosos. Todavía no se le ha dado la oportunidad de redimirse.

Además, las chicas de su clase se han distanciado de él aún más que antes.

En contraste con Takeuchi-kun, que ha convertido un pellizco en una oportunidad, es Suzuki-kun quien arrastra el pellizco con él. No se está evitando de ninguna manera. Sin embargo, estos días está siendo eclipsado por hombres guapos del mismo nivel que él.

Lo entiende, y por eso se impacienta.

—…aparte de eso, ¿por qué no lo dejas en paz?

—¿En serio?   Takechi-kun, ¿hablas en serio?

—No es que se esté metiendo con nosotros en primer lugar.

—Pero…

En cuanto a Suzuki-kun, la mera visión de Nishino viniendo a la escuela todos los días con buena salud es suficiente para que se irrite más cada día. Además, la visita ocasional de Rose y Gabriella es otra experiencia angustiosa para él.

—Hey Ogino, di algo divertido.

Esa irritación se fijo hoy en el bromista.

Porque estaba sentado relativamente cerca de Suzuki-kun, por eso estaba en su línea de visión.

—¿Eh?

—No, no, ¿eh? ¿No tienes nada interesante que decir? Ogino se sorprende un poco al ser llamado de repente.

Levanta la vista de su libro de texto y dirige su mirada a Suzuki-kun. Había una expresión algo preocupada en su rostro.

—Hasta mañana es época de exámenes, así que no puedo hacer mucho ruido y molestar a todo el mundo, porque si no tendría que ponerme a estudiar en serio. Siento, pero hoy no. Te conseguiré una historia cuando terminen los exámenes.

—No, eres un inútil.

Suzuki-kun levantó la voz infielmente en respuesta a la respuesta del bromista. Al ver esto, Takeuchi-kun pregunta.

—¿No tienes que estudiar para el examen, Suzuki?

—Me apunto a una recomendación deportiva para la universidad.

—Bueno, eso ya lo dijiste antes.

—Si eres un hombre, tienes que ser físicamente activo en el deporte, ¿no?

—Bueno, la elección de tu futuro es personal.

—¿No está Takeuchi un poco bajo hoy?    ¿Te sientes bien o algo?

—Nada fuera de lo normal, ¿no?

A través de las experiencias recientes, Takeuchi-kun había aprendido. Que involucrarse con Nishino es una pendiente resbaladiza.

Podría ser la relación con Matsuura-san, por ejemplo, o el evento de baile con el club de breakdance. Y para Takeuchi-kun, Nishino sigue siendo percibido como un futsumen cabeza hueca en el fondo de la casta del campus.

Entonces no hay necesidad de molestarse con él, fue su decisión final.

Un hombre inteligente y guapo con un futuro prometedor no pierde su tiempo en resentimientos insignificantes. Al acercarse a Rose, Takeuchi-kun decidió distanciarse de Nishino, un cambio total de su política anterior.

No sé. No estoy involucrado. Así es como es. Pero Suzuki-kun era diferente.

Probablemente por eso, al haber presenciado la reacción que él mismo recuerda, Takeuchi-kun se siente tan indescriptible. Así que, para evitar ser perseguido por su amigo, el número uno de la clase decide cambiar de tema. Tiene la historia perfecta para contar en este momento.

—Mas bien, tú, ¿estás seguro de esa apuesta de la que hablaste en el grupo de estudio el otro día?

—¿Eh?

—Si funciona, será una gran oportunidad para tomar a la presidenta.

Una sesión de estudio celebrada en la casa compartida, que es el nuevo hogar de Nishino. Allí se decidio un evento que involucra a Rose y a Gabriella, una apuesta basada en los resultados de los exámenes parciales.

Aparentemente se le había olvidado a Suzuki, y tardó unos momentos en recordarlo.

—No, no, no puedo hacer esto sin importar lo que aparezca, ¿verdad?

—¿Es así?    Supongo que nunca lo sabrás si no lo intentas.

—Por supuesto que sí, ¿no?    Más bien, ¿qué hay de ti, Takechi?

—Bueno, este no es tan malo, supongo.

—¿Hablas en serio?    ¿Puedes tomar a Rose-chan?

—Yo no iría tan lejos, pero me gustaría aprovechar esta oportunidad.

—Ahora es cuando viene bien poder estudiar.

Suzuki-kun se reclina en su silla y mira al techo. Aparentemente había renunciado completamente a las apuestas. Lo opuesto a la voluntad de Takeuchi-kun de atacar a Rose.

Mientras tanto, sonó la campanilla y llegó el profesor examinador.

Es el comienzo de otro examen de primera hora programado para hoy.

***

 

 

El mismo día, la chica gyaru tenía su turno de trabajo libre.

Después de saludar a Nishino que iba a la escuela, se relajó en la sala de la casa. Como para calmar su cansancio diario, se sienta profundamente en el sofá, masticando unos bocadillos y viendo un drama que ha grabado.

Ha decidido pasar todo el día holgazaneando. Y así pasan muchas horas tranquilas.

Creo que hoy almorzaré una pizza o algo así por primera vez en mucho tiempo. Fue en ese momento cuando empezo a mirar las manecillas del reloj y a pensar. De repente se escucho una voz ruidosa desde el piso de arriba, el tercer piso.

—Oi, ¿no es eso lo que prometimos? Es Yukki.

El tono de su voz era impaciente y enojado.

La atención que se había dirigido al drama se trasladó a la parte superior.

—…Yukki, ¿estás bien?

Se levanta naturalmente del sofá, pero resiste el impulso de mover los pies.

Él y ella, aunque viven juntos, no tienen ningún tipo de parentesco. Al tratarse de una casa compartida, un espacio donde están tan cerca unos de otros, la chica gyaru dudó incluso de dar un paso adelante.

Si vivieran separados, sus voces nunca se oirían.

—…

Es que tengo curiosidad. Pongo en pausa el drama y paso un rato mirando hacia arriba. Una vez más, si oigo voces fuertes del piso de arriba, le llamaré mientras voy a pedir la comida. Eso es lo que pienso.

Pero el se acordó de que ella también estaba allí, y después de eso no se oyó más la voz. Finalmente, en un momento en que Yamanobe empezaba a pensar que era hora de llamar a la pizzería, Yukki bajó las escaleras del tercer piso con su traje.

Al confirmar que oía pasos golpeando, Yamanobe se dirigió al pasillo.

Allí, justo a tiempo, estaba el apuesto hombre que había bajado las escaleras.

—Ah, Yukki. ¿Vas a trabajar ahora?   Es un poco antes de lo habitual.

—Sí, me voy. Y lo siento, pero voy a salir a comer.

—Sí, de acuerdo.

Tras un breve intercambio de palabras, Yukki se dirigió hacia abajo y bajó las escaleras. La chica gyaru sólo observa esto de cerca.

***

 

 

Ese día, después del segundo día de exámenes parciales, Nishino se fue directamente a casa.

En el aula, después de las clases, había mucho ruido por todas partes, ya que los alumnos se llamaban unos a otros para estudiar juntos para los exámenes, o planeaban lanzarse mañana, último día de exámenes. Le hubiera encantado participar si pudiera, pero no esta en condiciones de hacerlo.

Lo que quería en cambio era relacionarse con sus compañeros de casa en la casa compartida.

—¿Ah, Nishi?   Bienvenido de nuevo.

Cuando abrió la puerta principal, la chica gyaru alzó la voz en respuesta al sonido. Aparentemente está en su habitación en la planta baja.

Una voz familiar de los últimos días llegó a los oídos de Nishino a través de la fina puerta corredera.

—Aah, estoy en casa.

—¿Cómo fue tu examen?

—Estuvo bien, supongo.

A través de la puerta de la sala, intercambiando palabras con ella sin ser visto, Nishino se dirige a su habitación. Al recibir no sólo el saludo de “estoy en casa”, sino también una conversación informal sobre la vida cotidiana, el futsumen sintio aún más los beneficios de una casa compartida.

Conversaciones entre estudiantes escuchadas en el aula.

Fue el virgen al que se le calentó su corazón a la charla que no fue menos que eso.

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Después de cambiarse el uniforme por la ropa de civil en su habitación, Nishino se dirigió rápidamente a la sala.

Y allí, encontró a la chica gyaru que ya estaba allí.

Parece que se ha mudado de su habitación hace algún tiempo.

—Nishi, ¿quieres una Cola?    Estaba barata en el supermercado local.

—Tomaré una copa si eso esta bien.

—Vale.

Yamanobe entra en la cocina sirviendo un vaso de cola.

Se sienta frente a Nishino, que se sienta en una silla del comedor.

Dos vaoss chispeantes están dispuestas sobre la mesa. Tomando uno de ellos, la chica gyaru traga. Parece que tiene una garganta bastante fuerte, y se bebe un tercio de un trago, luego deja escapar un gran suspiro.

Un rápido trago y la carbonatación que acaba de tragar se le escapa de su boca.

—Ah, lo siento. Sólo tengo la costumbre de hacer lo que siempre hago.

—No, no es nada para preocuparse.

Siguiendo su ejemplo, Nishino se lleva el vaso a la boca. Observando la escena sin hacer nada, la chica gyaru dice.

—Nishi, ¿recibes algún mensaje o algo de Yukki?

—¿No?   No es Yamanobe la persona adecuada para eso.

—¿Es así?

—Sólo nos conocemos desde hace unos días.

—Me preguntaba si hay algunas cosas de las que es más fácil hablar entre hombres.

—¿Estás preocupada?

—…sí, un poco.

En respuesta a la pregunta de Nishino, asintió, tapándose la boca con el vaso que tenía en la mano. Me pregunto si ha pasado algo entre los dos mientras yo no estaba, es una conjetura no muy descabellada dibujada en la mente del futsumen.

—¿Lo has comprobado con él?

—No, era un poco difícil preguntar…

—Ya veo…

Lo que vino a la mente de Nishino fueron los eventos de la noche anterior.

Yukki se encontró con él en un estrecho callejón, en el centro de la ciudad, de noche.

A Nishino no le pasó desapercibida la salpicadura de sangre, por leve que fuera, en el dobladillo de su traje. ¿Podría ser por su propia hemorragia, o por una pelea con alguien más? Es imposible determinar ninguna de las dos cosas por el momento.





Según sus propias palabras, Yanagida trabaja en una tienda nocturna. Por eso Nishino pensó que habría uno o dos días difíciles. Aun así, ver la expresión de preocupación en la cara de la chica gyaru así le hace preguntarme muchas cosas.

Esto es, por ejemplo, la presencia de Rose y Gabriella, que no han visitado el aula de la clase 2A sólo hoy.

Durante el día, van a la misma escuela que sus compañeros. Y si salieran de la escuela, ¿quién sabe qué pasaría? Para Nishino, antes de ser compañeros de clase, eran colegas y rivales que algún día podrían encontrarse en el trabajo.

En el improbable caso de que su vida en casa compartida se desmorone a manos de estas chicas.

La ominosa imaginación que de repente surgió en la mente movía el cuerpo del futsumen que no es un hombre en absoluto.

—Lo siento, tengo que hacer unas llamadas.

—¿Eh?

—Tal vez pueda resolver las preocupaciones de Yamanobe.

—Un momento, Nishi, qué significa eso…

Dejando a Yamanobe en el comedor, que ladeó la cabeza en señal de pregunta, Nishino salió al pasillo.

Subiendo las escaleras hacia el tercer piso.

Sacando de su bolsillo un nuevo terminal, no hace mucho que lo compró. El número de entradas en la libreta de direcciones sigue siendo de dos como máximo. Sin necesidad de utilizar la función de búsqueda, encuentra el número de teléfono de Marquis en la lista y conecta la línea.

La otra parte respondió después de unas tres llamadas.

—”¿Qué pasa?”

—Lo siento, pero ¿podrías aceptar una pequeña petición?

—”Es inusual que hagas una petición.”

Marquis se sorprendió al escuchar las palabras de Nishino. Es un futsumen que recibe peticiónes, pero no pedirlas.

—Es un trabajo que necesita mano de obra. ¿Puedes hacerlo?

—”Sí, puedo prescindir de alguien durante los próximos días.”

—Te pagaré el doble de la tarifa del mercado. Quiero que vigiles a un hombre por unos días.

—”¿Quién es?”

—Es mi compañero de piso de la casa compartida. Te enviaré los datos más tarde si puedes aceptarlos.

—”Aah, ¿te refieres al que envio los documentos de alquiler antes?”

Tras las palabras de Nishino, Marquis respondió como si lo hubiera entendido.

Es el que prestó su nombre a todo el papeleo para la entrada del futsumen en la casa de la acción. Con esos antecedentes, era fácil de entender.

—¿Puedes hacerlo?

—”Muy bien. Me encargaré de ello si es lo que quieres.”

—Gracias.

—”Pero no son como la gente corriente, ¿verdad?”

—Yo seré el juez. Tendrás que darme información precisa.

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—”Ya veo, ya veo”

—Siento irrumpir así, pero por favor…

—”Aah”

Llevaban sólo un par de minutos hablando.

La línea se cortó sin una palabra de cada lado.

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