Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 6

Capitulo 4: Regresar A Gimul

Episodio 35: Más Allá Del Crimen Y El Castigo

“No en mi turno, no lo harás”, dijo Wilieris, poniendo fin a la pelea antes de que pudiera comenzar.

“Vamos, al menos peleemos un poco”, se quejó Kiriluel. “No es que venga a visitarnos todos los días, y nadie saldrá herido mientras peleemos aquí”.

“No lo permitiré. Ryoma puede parecer humano en este momento, pero es solo un alma en esta forma. No lastimarás su cuerpo, pero podrías lastimar su alma. Esas heridas podrían ser aún más graves, en todo caso. Si sale mal, podrías destruir su mente. Si insistes absolutamente en pelear, deberías pedirle a Tekun que te proporcione algún tipo de armadura o ver si Fernobelia puede ayudar”.

Wilieris pasó de ser afable a ser severo e inflexible. Kiriluel estaba descaradamente enfadado, pero yo tampoco quería especialmente que me destruyeran la mente.

“Tal vez pueda preguntarle a Tekun, pero hablar con Fernobelia es un gran dolor. Como si él fuera a ayudar de todos modos”.

“¿Preferirías que te enseñara a usar tu habilidad de Intimidar, Ryoma? Dijiste algo sobre no saber cómo usarlo”.

“Sí. Tengo la sensación de que podría ser útil”.

“Ahí, ¿no es eso más productivo? ¿Puedes explicarlo, Kiriluel?”

“Sería más fácil de entender con la práctica que con las palabras”, dijo Kiriluel. “Bueno, estoy seguro de que volverás un poco más en el futuro, así que podemos intentarlo entonces. La habilidad Intimidar es honestamente difícil de manejar, creo”.

“¿Qué significa eso? ¿No soy lo suficientemente fuerte?”

“No, al contrario. Cualquiera tan fuerte como tú debería poder usarlo de forma natural. Escucha, la habilidad Intimidar consiste en jugar con los miedos e instintos de tu enemigo. Cuando seas lo suficientemente bueno en eso, deberías poder evitar que el enemigo actúe y usarlo para fintas ataques. En una batalla entre dos luchadores maestros, siempre verás surgir esta técnica. Estás en esa clase de luchador, por lo que puedes usarlo bien en la batalla. El caso es que si no estás de buen humor, no puedes usarlo en absoluto. Como si no pudieras hacer que tu voz suene amenazadora, cualquier tipo enorme será más intimidante sin importar lo débil que sea”.

La habilidad Intimidar podría aparecer en alguien incluso en la vida cotidiana, pero en esos casos, solo sería de Nivel 1 o 2.

“Piénsalo así”, continuó Kiriluel. “Ves a un tipo grande. Está en cuclillas en el suelo y temblando. Está llorando y mojándose. Luego grita: ‘¡Te mataré!’ ¿Le tienes miedo a ese tipo?”

“No, probablemente lo encontraría un poco asqueroso”.

“Si, probablemente. Las palabras por sí solas no son suficientes para asustar a alguien. También necesitas la actitud y la intención correctas”.

“Ya veo. Sin embargo, ¿cómo funciona eso para mí? Evidentemente, todavía puedo intimidar a las personas con este cuerpo, y también adopto una actitud bastante intrépida. He intimidado con éxito a la gente antes, pero a veces funciona y otras no”.

“En tu caso, probablemente sea un problema del corazón. Eres japonés, ¿verdad? Esas personas tienen que ver con hablar las cosas pacíficamente y pensar que todos pueden llegar a un entendimiento”. “Kiriluel, creo que tu punto de vista está terriblemente sesgado. Pero Japón se considera más pacífico que el país promedio, supongo”.

“¿En serio? Sin embargo, la mayoría de los japoneses que han venido aquí eran así”.

“¿Han traído muchos japoneses aquí?”

“Sí, bueno, mencionamos cómo elegimos a las personas más seguras para traer”, dijo Lulutia. “Quizás una proporción relativamente alta de esas personas son japoneses”.

“Por supuesto, también seleccionamos personas de fuera de Japón”, agregó Wilieris.

“La mayoría de ellos o se acostumbran a la forma en que hacemos las cosas aquí o hacen la vista gorda, pero algunos insisten en el pacifismo y mueren por eso. Nunca pude entenderlo, pero hay que admirar su compromiso”.

No tenía idea de que hubiera gente así, pero nos estábamos saliendo del tema, así que traté de volver a encarrilar las cosas.

“Así que sí, estoy segura de que hay todo tipo de personas diferentes en

Japón, pero es justo decir que es un país pacífico, ¿verdad?” Preguntó

Kiriluel.

“Sí.”

“Y cuando vivía allí, ¿amenazaba con regularidad a la gente por su propia voluntad?”

“No, no puedo decir que lo hice”, admití. A veces la gente se asustaba por mi apariencia, pero nunca porque yo quisiera. De hecho, mi apariencia aterradora me hizo necesitar compensarlo tratando de actuar menos aterrador. No es que alguna vez fuera suficiente en ese entonces.

“Eso es lo que pensé. Formaste un hábito. Puedes ser intimidante cuando realmente tienes que serlo, pero probablemente te reprimas inconscientemente. Parece que también te desarrollaste de una manera irregular”.

Tenía curiosidad por saber qué quería decir con esa última parte, pero antes de que pudiera preguntar, Wilieris y Lulutia miraron a Kiriluel como si pensaran que era una mala educación. “Bueno, de todos modos, ahí lo tienes. Es un problema del corazón”, concluyó, apartándose torpemente del tema. Todavía me preguntaba de qué estaba hablando, pero decidí preguntarle en otro momento. “Y los problemas del corazón no son mi especialidad. Creo que tienes esto que llamas consejería en tu mundo. Nunca había hecho eso antes. Y estoy seguro de que tendrías que hacerlo por un tiempo para ver los efectos. Personalmente, aprendo mejor con acciones que con palabras, y también enseño mejor de esa manera. Así que, si pudiéramos…”

“No, no vas a pelear”, intervino Wilieris. “Bien, lo tengo. Entonces no puedo hacer mucho por ti, honestamente. Tómese su tiempo para aprender a través de la experiencia. Con el tiempo lo dominarás”.

“¿Así que solo tengo que practicar y no hay atajos?”

“Esa es la idea. Tu cuerpo todavía tiene espacio para crecer, así que si quieres volverte más fuerte de lo que eres ahora, tienes mucho tiempo”.

Lo suficientemente justo. Apenas tenía más de diez años, así que no era como si solo tuviera otra década o dos para mejorar. También planeaba cazar más bandidos en el futuro, así que tendría amplias oportunidades. Lo que me recordó algo en mi mente.

“Sobre otro tema, ¿crees que es posible rehabilitar a los bandidos después de capturarlos?” Yo pregunté. Tenía la esperanza de que los bandidos que capturé pudieran rehabilitarse, así que quería su opinión. Pero parecían en conflicto al respecto.

“Desafortunadamente, es común que los criminales continúen cometiendo más delitos”, dijo Lulutia. “Los bandidos que formaban parte de gremios son expulsados después de su arresto, por lo que incluso después de salir de la cárcel, no pueden volver a unirse, por lo que les resulta difícil encontrar empleo. Por supuesto, no es imposible encontrar trabajo sin la ayuda de un gremio, pero la mayoría de los empleadores usan gremios para encontrar trabajadores examinados”.

“A diferencia de Japón, el concepto de autodefensa es común aquí”, dijo Kiriluel. “No mucha gente se desvive por contratar a ex delincuentes si eso los pone en riesgo”.

“Escuché que ha contratado gente de los barrios marginales”, dijo Wilieris. “Pero gran parte de la población ni siquiera los contratará, incluso si sus registros están limpios, debido a nociones preconcebidas sobre su criminalidad”.

Tenía que simpatizar con ellos. En cierto modo, entendí cómo se sentían los empleadores. La idea de contratar a alguien que pudiera dañar a mis empleados era aterradora. Pero hubo un recuerdo específico que pasó por mi cabeza.

“Sin embargo, creo que sería un poco mejor para todos si pudieran conseguir trabajo”, dije.

“Tal vez, dependiendo de cuánto se arrepientan de sus crímenes, cuánto estén dispuestos a cambiar y cuánto puedan tolerar el prejuicio que enfrentarán”, dijo Lulutia. “Sin embargo, creo que darles empleo facilitaría su rehabilitación”.

“¿Hay algo en tu mente?” Preguntó Wilieris.

“Algo que me pasó en el pasado”, dije. “¿Sabes de mi pasado, Wilieris?” “Nada que sea relevante para esta conversación”.

“Yo tampoco”, dijo Kiriluel. “Wilieris y yo no nos involucramos en la selección de personas para traer de la Tierra. Todo lo que sabemos es lo que nos dicen Lulutia y los demás, o lo que vemos de sus vidas aquí. De todos modos, toma tiempo memorizar todo sobre la vida de una persona”. Pensé que todos los dioses sabían de mí, pero eso tenía sentido. “Me sucedieron muchas cosas cuando era más joven. Sin embargo, ahora puedo reírme de eso. Estoy bastante orgulloso de lo lejos que he llegado, supongo”.

Wilieris, Kiriluel y Lulutia respondieron en menor medida con jadeos fascinados. Supongo que dije algo curioso.

“Ryoma, ¿te importaría contarnos un poco sobre eso?” Preguntó Lulutia. “No tienes que hacerlo, pero no tenemos cosas de las que hablar”. Eso era comprensible, considerando que habían estado haciendo esto durante tres días.

“Seguro, supongo que sí. De todos modos, todo es agua debajo del puente,” dije. “Solo trata de no gritarme si te aburres. No puedo prometer que será demasiado interesante”.

***

Fue mi primer año fuera de la escuela. De camino a casa desde el trabajo a altas horas de la noche, estaba comprando en una tienda cuando tuve la desgracia de encontrarme con tres asaltantes. Ninguno de ellos ocultaba siquiera la cara, pero tenían pistolas y dispararon contra el techo. Hubo un alboroto en la tienda, pero se rieron y miraron a los clientes, exigiendo las billeteras de todos, incluida la mía. Ordenaron al cajero que también les entregara todo el dinero.

Sonaban borrachos y algo estaba mal en sus voces que todavía es inquietante cuando pienso en ello. Al menos pude suponer por sus palabras y acciones que no tenían la mejor salud mental. El cajero tenía miedo de intentar llevar el dinero de la tienda a estos tres, pero estaba temblando, tropezando y tirando monedas por todas partes. Los tres atracadores siguieron riendo y pidiéndole que se diera prisa.

El mayor problema llegó un momento después, cuando algo pareció ocurrirle a uno de ellos. Gritó y de repente apuntó con su arma a una mujer en la tienda, declarando alegremente que la mataría para dar ejemplo. Fue entonces cuando tomé medidas. No puedo imaginar que el hombre estuviera completamente cuerdo, pero lo tomé en serio sobre lo que dijo.

Todos los hombres ahora estaban dirigiendo su atención a la mujer, como si esperaran ver algo de entretenimiento. Ni siquiera me notaron, así que reprimirlos fue simple. Pero en el proceso, rompí uno de los órganos internos del asaltante, fracturé el cráneo de otro y dañé la arteria subclavia del tercero. Cuando finalmente llegó la policía, me acusaron de autodefensa injustificable y me detuvieron. Incluso podrían haber asumido que era un atracador.

No acepté voluntariamente ni tuve la oportunidad de explicarme. Recordé que me esposaron y me llevaron a la fuerza al coche de la policía. En la estación, creo que primero me preguntaron acerca de la autodefensa injustificable, pero estaba bastante frenético en ese momento y mis recuerdos son vagos. En cualquier caso, lo que más recuerdo es el asombro y el miedo con el que fui visto por los oficiales cuando llegué.

Mi permanencia bajo custodia se prolongó reiteradamente, tiempo durante el cual se establecieron algunos detalles:

• Todos los hombres a los que ataqué estaban armados con pistolas, mientras que yo estaba desarmado.
• Una investigación posterior descubrió que todos los hombres consumían sustancias ilegales.
• Teniendo en cuenta cómo dispararon las armas después de entrar a la tienda, se presumía que había una alta probabilidad de que realmente dispararan a la mujer.
• Como eran tres, existía una alta probabilidad de que hubieran contraatacado incluso después de haber sido desarmados, por lo que era impensable que pudiera haberme contenido en ese momento.
• Les hice heridas graves, pero solo los ataqué golpeando sus armas con mi brazo y lanzándoles un solo golpe a cada uno de ellos.
• Le dije a alguien que se pusiera en contacto rápidamente con la policía y un hospital justo después de atacarlos, y traté sus heridas en la medida de lo posible.
• Las cámaras de seguridad grabaron todo y demostraron que los ataqué lo menos posible.
• Testigos del incidente brindaron testimonio que decía lo mismo.

Con toda esa información, mis acciones se consideraron justificadas. La ley me declaró inocente, pero la historia no termina ahí. Mientras estaba bajo custodia, se difundió la noticia de que un solo hombre había peleado y había herido gravemente a tres hombres con armas de fuego. Se hizo mucha conmoción al respecto. Al principio me trataron como a un héroe, pero luego los medios se acercaron a las familias de los asaltantes para entrevistas.

“Mi hijo hizo algo mal, ¡¿pero tuvo que ser golpeado tan fuerte?!” dijo uno de sus familiares mayores.

“¡Si no hubiera un hospital cerca, podría haber muerto!” gritó otro.

Después de eso, comencé a ser demonizado en línea y en revistas a diario. Para cuando finalmente fui libre para irme, ya no había lugar para mí en mi empresa. La razón dada fue que, aunque salvé a alguien, no pudieron ignorar que casi maté a tres personas. Una vez compañeros de trabajo amistosos ya no se atrevieron a acercarse a mí. Me menospreciaron a mis espaldas, llamándome un pedazo de mierda que nunca obtuvo lo que merecía. La historia había comenzado a desvanecerse de la memoria del público en general en ese momento, pero no era tan fácil para mis compañeros de trabajo olvidar.

Menos de una semana después de regresar a trabajar, me llamaron a una reunión con mi jefe y un ejecutivo de la empresa. Querían que renunciara. “Parece que tenía la plena intención de seguir sirviendo a nuestra empresa, pero tiene que entender algo”, dijo el ejecutivo. “Va a ser difícil para todos nosotros si te quedas, incluido tú mismo. Deje su trabajo aquí y encuentre otro camino en la vida. Creo que tú también estás atrasado en tu trabajo, ¿no es así? Personalmente, creo que esto es lo mejor que puedo hacer por ti”.

Cuando mi jefe escuchó eso, incluso se postró ante el ejecutivo en mi nombre. Pero él no estaba convencido y, al final, acepté dejar mi trabajo.

“La responsabilidad por cualquier pérdida y la insatisfacción de los compañeros de trabajo que se produciría como resultado de su permanencia probablemente estaría dirigida al hombre que lo mantuvo aquí”, dijo el ejecutivo para finalmente persuadirme.

Ese hombre sería mi jefe. Fue una gran persona. Limpiaba después de los líos de sus subordinados y expresaba sus desacuerdos con los superiores si tenían demandas poco razonables. Era duro cuando se trataba de trabajar, pero confiable y respetable. Mientras estaba bajo custodia, incluso me ayudó a pagar la fianza. También era un padre amoroso al que le encantaba mostrar fotos de sus tres hijos, llamándolos sus tesoros. Le debía mucho y la empresa estaba dispuesta a amenazar su puesto. Siendo ese el caso, decidí dejar la empresa.

“Gracias por todo”, dijo al final. Sonaba frustrado y arrepentido, pero también algo aliviado. Lo había agobiado mucho, así que era de esperar.

Busqué un nuevo lugar de trabajo después de eso, pero debido a que dejé mi primer lugar de trabajo después de tan poco tiempo, nadie me contrató y ni siquiera tuve la oportunidad de explicar por qué lo dejé en las entrevistas. Finalmente, encontré la empresa en la que trabajé hasta mi muerte, una de las empresas más abusivas.

***

“Y esa es la historia. ¿Qué opinas?” Yo pregunté. Traté de tomarlo a la ligera, pero las diosas parecían amargas. Sin embargo, no puedo decir que esperaba una reacción tan positiva en primer lugar.

“No sé qué decir. Eso es definitivamente contrario a todo lo que he escuchado sobre Japón”, dijo Wilieris. “¿Te refieres al incidente que sucedió? Sí, creo que es muy poco común. Las sustancias ilegales están estrictamente restringidas en Japón y casi no hay delitos relacionados con armas. Pero eso no significa que estas cosas nunca sucedan”.

Nunca pasaba un año en el que no hubiera noticias de que alguien fuera arrestado por posesión de drogas y, a veces, esas noticias eran sobre atletas o actores. Fue raro, pero sucedió. Los tres atracadores estaban usando algo.

“De todos modos, ¿no es extraño cómo respondió la policía?” Preguntó Kiriluel. “Entre usted y los atracadores, está bastante claro quién estaba equivocado. Entonces, ¿por qué has tenido que estar detenido durante tanto tiempo? Además, se difundieron rumores desagradables sobre ti e incluso perdiste tu trabajo. Pero ahora hablas de ello como si no fuera gran cosa. ¿Cómo?” Kiriluel sonaba como si no pudiera comprenderlo. De todos los dioses que había conocido, sus emociones eran las más fáciles de entender.

“Bueno, como dije, ahora todo es agua debajo del puente. Y yo no entiendo todo lo que pasó en ese momento”.

Pensé que la forma en que actuó la policía era extraña, pero no me dijeron qué estaba pasando internamente. Los medios de comunicación también eran tan sensacionales entonces como en la actualidad. No sabía exactamente de dónde sacaron las noticias todos en mi empresa o vecindario, pero una vez que uno de ellos escuchó algo sobre mí, todos pudieron compartirlo entre ellos.

“Lo pensé mucho en ese momento, pero ahora tengo que asumir que tuve mala suerte. No sé quién podría haber creado una situación así a propósito, salvo un dios o algo así”, dije con una sonrisa, pero luego me di cuenta de que dije algo que no debería haber dicho. Las tres diosas fruncieron el ceño. “Lo siento, no debería haber dicho eso”.

“¿Eh?” dijo Lulutia.

“¿Oh?” dijo Wilieris.

“¿Por qué te estás disculpando?” dijo Kiriluel.

Pensé que no les complacía que yo culpara a un dios. No tenía la intención de decir que fue su culpa ni nada, pero si yo fuera un dios, no me importaría que los humanos acusaran a los dioses de causar su desgracia. Éramos una especie de amigos, pero eso no significaba que pudiera olvidar mis modales. Especialmente cuando me encontraba con dos de estas diosas por primera vez. Hay algunas cosas que no debes decir. Así es como me sentí, al menos, así que le expliqué cómo me sentía. “Oh, no, no, estás totalmente fuera de lugar”, dijo Kiriluel.

“Lo que ella dijo. No nos ofendemos en absoluto, no te preocupes”, dijo Lulutia.

“De hecho”, dijo Wilieris. “Sabemos que no estaba hablando de nosotros y es razonable que piense de esa manera en su situación”. Fue bueno escuchar eso, pero no explica sus reacciones hace un momento. “Por cierto, ¿esa experiencia está relacionada con lo que dijiste sobre trabajos para delincuentes?”

“Oh sí. Después de lo que pasé, creo que puedo entender la ansiedad por no tener trabajo, lo difícil que es la vida para ellos y la crueldad con que los ve la sociedad”.

Pero no solo los antiguos delincuentes vivían esas vidas. La gente de los barrios marginales se encontraba en una situación similar y tuvo que soportarla a pesar de su inocencia. Hubo algunas ocasiones en mi vida pasada en las que todo me pareció demasiado para soportarlo, y me detuvieron y casi me llevaron a la corte. Pero todavía sentía que logré vivir honestamente hasta el final.

Quizás por eso me molestaban esos bandidos. Se convirtieron en bandidos por su propia voluntad, trabajaron para un asesino, pero aun así insistieron en que estaban en contra de matar y que nunca mataron a nadie porque no lo hicieron personalmente. Que se sentían cómodos diciendo que eso era repugnante. Odiaba que pensaran que no tenían otras opciones. Pero no tenía sentido simplemente descargar esa ira sobre ellos.

Si bien tanto este mundo como Japón tenían desigualdad, todos tenían ciertas protecciones bajo la ley. El estado no podría castigar a nadie sin un juicio, y si lo hiciera, ellos mismos estarían violando la ley. Y los criminales cumplieron condena en prisión, por lo que se podría decir que ya pagaron por sus delitos cuando fueron liberados. Eso no cambia el hecho de que esos delitos se cometieron, por supuesto, y eso quedó en sus antecedentes penales. Aquellos con antecedentes penales tenían una buena posibilidad de volver a cometer delitos, así que pude entender la desconfianza hacia ellos.

Dicho esto, no parecía razonable esperar que sufrieran y trabajaran por salarios injustamente bajos en condiciones de trabajo miserables. Las personas pueden sentirse tan negativamente acerca de sus crímenes como deseen, pero según la ley, los tribunales y los jueces deben decidir la sentencia por su crimen y su castigo. Una vez que se cumplió la sentencia y salieron de la cárcel, eso debería haber sido suficiente para compensar sus crímenes.

Si alguien después de eso pensaba que la sentencia no era lo suficientemente buena, se le permitía tener esos sentimientos, pero someter a las personas a abusos porque tenían antecedentes penales era similar a castigarlos sin un juicio. No parecía sensato imponer su propio castigo a un criminal por violar la ley cuando la ley decía que era el tribunal quien debía imponer castigos a los criminales. Esta desconfianza hacia los ex delincuentes y el temor de que inevitablemente volverían a cometer delitos solo los colocaba en una posición en la que era más probable que cometieran otro delito, así que sentí que todo era ilógico. Y, sobre todo, si les diéramos a estos ex delincuentes oportunidades laborales adecuadas, no podrían usar la excusa de que no tenían otra opción si volvieran a cometer un delito.

“Entiendo lo que estás diciendo, pero ¿no estás pensando demasiado en las cosas?” Preguntó Kiriluel. “Se siente un poco teórico”.

“No sé cómo te parece, pero siempre he sido así”, le dije con una sonrisa.

Yo era del tipo que siempre leía las reglas o el manual primero, y cuando era joven, me llamaban especialmente serios. Incluso ahora, la forma en que lidiaba con los bandidos era como una versión extrema de eso.

“Lo sabía, como cuando hablamos de intimidación”, dijo Kiriluel en voz baja.

“¿Qué quieres decir?”

“La mayoría de la gente evitaría a ex delincuentes, obviamente. La razón es que, como dijiste, podrían ser peligrosos. Se preocupan por su propia seguridad en caso de que ocurra algo, pero usted no tiene que preocuparse tanto por eso. Tanto en tu mundo pasado como en este, eres una persona especialmente fuerte. Pero incluso tú te has enfrentado a un peligro como ese desafortunado incidente en el que te metiste, ¿verdad?”

“Supongo que sí. Sin embargo, no tanto al final de mi vida allí”.

“Así que mira, en tu caso, puedes ser atacado por atracadores y ganar esa confrontación sin problemas. Es por eso que ni siquiera tienes que intentar intimidarlos, e incluso puedes acercarte a ayudar a sus objetivos. Y si intentan atacarte, puedes golpearlos tú mismo”.

“¿Crees que es porque tengo confianza?”

“El hecho es que los tipos duros al azar no son rival para ti, y has superado una desgracia que normalmente sería impensable. Sí, tal vez tengas algo de confianza subconsciente. Lo que hagas con eso depende de ti. De todos modos, no hay muchos tipos que piensen como tú, y mucho menos que pongan esos pensamientos en acción”.

“Tus ideas son lógicas e idealistas”, dijo Wilieris. “En una nación de leyes, creo que esa es la perspectiva correcta a adoptar. Pero, lamentablemente, Kiriluel tiene razón en que la mayoría de la gente reacciona ante los ex delincuentes con miedo y aversión. Eso es completamente natural y es difícil culparlos. Reprimir esa respuesta emocional con lógica y elegir ofrecer ayuda en su lugar no es fácil. No creo que necesites que te diga eso”.

“Viví treinta y nueve años, sí, me gusta pensar que entiendo cómo las emociones pueden ser una molestia. No puedo contar la cantidad de veces que deseé que pudiéramos resolver todo con teorías”, dije. Wilieris me miró como una madre a su hijo y sirvió té en mi taza vacía. “Sé que lo que estoy diciendo es idealista y que no se hará realidad fácilmente. Eso es lo que lo convierte en un ideal. La realidad es diferente”.

“Pero a pesar de comprender la realidad, ¿no renunciarás a tus ideales?” Preguntó Wilieris, llegando al núcleo de lo que estaba sintiendo. Pero aunque sentí que eso era correcto, algo estaba mal y no estaba seguro de qué. Pero mis dudas se disiparon inesperadamente rápidamente. “En la Tierra, hay un concepto en religión llamado gracia divina”, dije. “Es de suponer que la forma en que los dioses nos influyen en nuestra vida diaria y nos ayudan. Quizás algunos reciban la gracia de los dioses. Pero si algunos lo hacen, debe haber otros que no lo hagan”.

De hecho, recibí la gracia de los dioses de este mundo entre todos los posibles candidatos, la única razón por la que estaba aquí ahora. Y mientras pensaba en ello, mi vida desde que reencarné no había sido más que felicidad. Tenía absoluta libertad y vivía al contenido de mi corazón. Conocí gente amigable y nunca me quedé sin dinero. Todo fue perfecto, casi demasiado perfecto. Nunca antes me hubiera imaginado disfrutar tanto de cada día.

Esa era mi realidad ahora, pero como hablaba el bandido que me guiaba, ser acusado falsamente de crímenes y obligado a vivir como criminal seguían siendo problemas muy reales en este mundo. Yo mismo a menudo me decía a mí mismo que no tenía otra opción cuando surgían problemas en mi vida en la Tierra. Deben haber despreciado esta realidad.

Mientras seguía pensando en ello, no pude evitar empezar a sonreír. “¿Esto también es solo escapismo?”

“El escapismo tiene una connotación bastante negativa”, dijo Wilieris. “Pero todavía me parece que lo estás disfrutando”.

“Sí, creo que sí. Tal vez me esté divirtiendo ahora mismo”.

No tuve elección. Esta era la realidad. Seguí pensando eso para mí mismo, pero mientras lo hacía, las emociones ardientes comenzaron a encenderse en mi corazón. Recordé este sentimiento. Era un sentimiento que me negué obstinadamente a renunciar cuando era niño, pero que naturalmente reprimí como un adulto trabajador.

“Me niego a aceptar que la realidad tiene que ser así. Esa es la única respuesta que puedo darte, Wilieris,” dije, mirándola directamente a los ojos.

Estos fueron mis verdaderos sentimientos. Muchas cosas del mundo eran absurdas. Hubo momentos en los que supe que las cosas iban mal, pero no podía decirlo. Hubo momentos en los que tuve que tolerar cosas que no deberían haber sido necesarias. No quería aceptar el mundo tal como era, pero tenía que convencerme de que no había otra forma. Ahora, sin embargo, eso fue en el pasado.

“Quizás este es el tipo de cosas que dicen los niños cuando no comprenden la realidad”, dije. “Pero honestamente no puedo pensar que esté equivocado sobre esto. ¿Es porque me reencarné de niño?” “Oh, Dios, ¿no fuiste siempre así?” Preguntó Wilieris.

“La documentación sobre su vida antes de la reencarnación decía que era relativamente terco”, dijo Lulutia.

“¡¿Qué?! ¿Según quién? ¿El dios de la Tierra?” Yo pregunté. “Lulutia, ¿puedes dejarme ver esa documentación un poco?”

“¡No, no podemos hacer eso! ¡Es solo para los ojos de los dioses! Pero creo que la descripción de tu personalidad fue bastante precisa. También mencionó lo lógico que eres. Obstinado, lógico y con una sensibilidad única. Pero después de todo lo que experimentó en la escuela y el trabajo, se reprimió y se conformó con el mundo que lo rodeaba. Apuesto a que es difícil vivir dentro de una comunidad cuando no puedes ser tú mismo”.

“Bueno, no puedo discutir con eso”.

Kiriluel y Wilieris nos miraron a Lulutia ya mí con una sonrisa. Fue entonces cuando la suave luz comenzó a brillar más.

“Oh, parece que nuestro tiempo casi se acaba”, dijo Wilieris.

“Tenías mucho que decir aquí, pero ¿qué planeas hacer ahora?” Preguntó

Kiriluel.

“Bueno, disfruto la vida que estoy viviendo y la libertad que se me brinda.

Quiero aferrarme a eso. Tengo planes de abrir más lavanderías y no tengo ninguna intención de abandonarlas. En un par de décadas más, debería poder contratar a un buen número de personas. También seguiré investigando limos, y tal vez otras cosas si pienso en otra cosa. Tengo la familia del duque y muchas otras personas que estoy seguro de que me ayudarán si lo necesito, así que creo que puedo asegurar mi propia felicidad. Pero me gustaría tomar la felicidad que se me ha otorgado y difundirla. Voy a intentar perseguir más mis ideales. Para hacer eso, creo que tendré que aprender más sobre este país y el mundo, pero solo tengo once años, así que tengo tiempo de sobra. A menos que haya alguna razón por la que tenga que renunciar a mis ideales, eso es”.

Gran parte de mi felicidad fue gracias a la gente que me rodeaba y a la suerte con la que fui bendecido. Tal vez eso fue gracias a las bendiciones de los dioses, pero fuera a través de mi propio trabajo o no, era feliz. Y todo lo que pensaba era en asegurarme de ser feliz. Incluso cuando se trataba de expandir mi negocio de la manera que me recomendaron, fui cauteloso, si no completamente pasivo.

Pero ahora, quería buscar la felicidad de manera proactiva. Este mundo ya estaba cerca de ser ideal para mí, por lo que podría estar satisfecho con mi vida actual. Pero se me concedió la oportunidad de una segunda vida, así que tal vez esa fue una razón más para buscar la perfección aún más. Hice más que suficiente para rendirme en mi vida pasada. Si había una razón para que me rindiera en este, no se me ocurrió.

Cuando dije todo esto e inflé mi pecho, Wilieris me dio una sonrisa alegre y dijo: “Es cierto, ahora tienes once años. Es demasiado pronto para renunciar a tus sueños. De hecho, no importa la edad que tengas, si eliges perseguir tus ideales o no, depende de ti. Eres tu propia persona. Dije que tus ideas serán difíciles de aceptar para todos, pero respeto su deseo de ayudar a los demás. Oro para que conserve esos sentimientos durante toda su vida”.

Wilieris exudaba un aura tan divina que no pude evitar inclinarme ante ella. Luego recibí una dolorosa palmada en la espalda. “¿Por qué fue eso, Kiriluel?” Yo pregunté.

“No hay necesidad de inclinarse ante ella”, dijo. “Eso no fue un decreto divino ni nada. Ya sabes, a veces pareces un cierto idiota astuto con gafas, lo sé, pero a veces eres sorprendentemente tonto”. No estaba muy contento de que un dios me llamara idiota. El astuto idiota con gafas que asumí era Fernobelia, el Dios de la Magia.

“Bueno, me gusta la gente que es tonta como tú”, continuó. “Como dije antes, no tengo nada en contra de las peleas. Pelear no se trata solo de intentar ganar; se trata de dar a algo todo lo que tienes. Donde hay conflicto, naturalmente surgen cambios y desarrollos. Independientemente de cómo elija vivir, es seguro que terminará en algún tipo de lucha. Incluso si solo vives pasivamente. Y si persigue sus ideales, habrá demasiados conflictos para contar. Puede perder o correr muchas veces y eso está bien. Siempre puedes hacerte más fuerte y volver a intentarlo más tarde.

Solo vives una vez, así que pelea las peleas que quieras, o te arrepentirás”. Esa fue una forma única de decirlo, pero definitivamente la apoyó.

Estaba a punto de agradecerles a Kiriluel y Wilieris, pero de repente Kiriluel gritó antes de que las palabras salieran por completo de mi boca. “¡Gah, eres tan formal!” ella lloró.

“Ryoma, has pasado suficiente tiempo con nosotros ahora para relajarte un poco, ¿verdad?” Preguntó Wilieris.

“Como sea, solo, gracias a las dos”.

“¡Está bien!” dijo Kiriluel.

“Cuídate hasta la próxima vez que nos veamos”, dijo Wilieris con una risita. “Te presentaré a mi esposo la próxima vez”.

“No tenemos muchos humanos por aquí. Yo también observaré lo que estás haciendo de vez en cuando. Y peleemos un rato”.

“¡Espera! ¡¿Dónde está mi agradecimiento?!” se quejó Lulutia, pero mi mente ya estaba volviendo a mi cuerpo.