Slayers (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: Preparándose Para La Gran Pelea

Parte 4

Cuando regresé al sitio de la emboscada de bandidos, las cosas ya estaban bajo control. La carretera estaba llena de bandidos humeantes o golpeados, y las pilas de ellos llenaban el aire con el hedor de la carne de bandido sudorosa, sin lavar. Fue una de las victorias más apestosas que habíamos tenido.

Gourry, Amelia, Zel y yo rodeamos al bandido que Gourry había capturado, nuestras armas listas. Ya era hora de un dulce interrogatorio.

“Está bien”, gruñí, agitando mi espada a nuestro cautivo.

“¿Quién te envió, renacuajo?”

El bandido, ya pálido, prácticamente se puso verde.

“No … no”, gimió patéticamente.

Increíble, ¡podemos hacerlo de la manera más difícil!

“¡Habla!” Mostré mis dientes, tratando de parecer lo más feroz posible.

“Definitivamente te escuché decir ‘Esto no era parte del trato’. Ahora, ¿cuál fue el trato, patético desperdicio de piel y grasa?”

“¡Uhh!”, Murmuró, sus grandes ojos en mi espada.

“¡Este chico se presentó anoche en nuestro escondite!”

“¡Eso no es lo suficientemente bueno, tu podrido saco de basura humeante!”

“¡Estaba vestido de negro, dijo que se llamaba Zuuma!” El bandido resopló, demostrando que tenía todas las agallas de Radok.

“Usualmente matamos a cualquiera que encuentre nuestro escondite, pero este tipo Zuuma tenía un par de Mazoku con él, así que no pudimos hacer nada”

“¿Mazoku?” Repetí.

“¿Te refieres a los Lesser Demons?” El bandido chilló y se encogió de nuevo.

“¡¿Cómo debería saber la diferencia entre un demonio menor y cualquier otro demonio?! He oído hablar de las cosas, ¡pero fue la primera vez que vi uno!”

Mi corazonada había sido correcta: el Mazoku que había incinerado en el bosque había sido enviado por Zuuma para retrasarme. ¿Pero puede hacer eso? Me preguntaba. Incluso para los invocadores entrenados, llamar a los demonios no es tarea fácil. Algo no estaba bien.

“Lo que sea”, dije algo con impaciencia.

“Entonces, ¿qué pasó después?”

“Dijo que quería nuestra ayuda y agitó bolsas de oro frente a nosotros. Mañana, eh, hoy, quería que hiciéramos una emboscada a un grupo que custodiaba una carreta en este camino. Quería que separáramos el carro de ustedes; Si el plan se puso en marcha sin problemas, dijo que nos pagaría un poco más” Soltó un resoplido y nos miró suplicante.

“¡Quiero decir, él tenía demonios con él! ¡Teníamos que decir que sí!”

Gourry y yo intercambiamos miradas. Ciertamente parecía que el bandido estaba diciendo la verdad.

“Pero nos mintió”, agregó el bandido rápidamente.

“Dijo que los guardias no serían tan duros y que tendríamos el Mazoku como respaldo. ¡Pero ustedes fueron muy duros y no vi ningún Mazoku!”

Zuuma planeó secuestrar a Radok todo el tiempo, pensé. No era de extrañar que un millón de cosas se hubieran puesto entre ese carro y yo.

El bandido juntó las manos.

“Me crees, ¿verdad?”, Suplicó.

“Me dejas ir ahora, ¿verdad?”

Amelia dio un paso adelante, sus puños plantados desafiantemente en sus caderas.

“¡No haremos tal cosa!” Dijo bruscamente.

“¡Tus delitos son muchos! Si crees que simplemente te dejaremos ir, ¡estás muy equivocado!”

El bandido se lamentó. Amelia colocó sus pies firmemente ante el hombre encogido y lo señaló con un dedo condenador.

“¡Ve con las autoridades del pueblo más cercano! ¡Si no lo haces, te perseguiremos hasta que lo hagas!”

“¡No!” Gritó el bandido.

“¡Pagaré mi deuda con la sociedad! ¡Voy a seguir recto, lo juro! ¡Solo déjame ir!”

“¡Silencio! Incluso si el cielo no te derriba donde estás parado … ”

Sabía que Amelia iba a seguir así durante un tiempo, así que simplemente la ignoré. Tenía cosas más importantes en que pensar.

Zuuma, obviamente, finalmente había jugado su mano. El siguiente paso sería el nuestro, y nos llevaría al final. De mí, tal vez. Pero esperaba el final de Zuuma.

* * *

Dos días después, Gourry y yo caminamos por un sendero angosto de la montaña a través de un tramo vacío de desierto. El cielo estaba nublado, como lo había sido todos los días desde que habíamos dejado Vezendi. Me pregunté si era algo estacional, o si nuestra suerte era cruda.

Bueno, no era como si estuviéramos allí para mirar el paisaje. Gourry y yo tuvimos una pelea a muerte para asistir.

El camino dio un giro y apareció la cabaña que estábamos buscando. Era una simple cabaña de troncos, apartada del sendero y envuelta en una profunda sombra. El propietario original no debió gustar mucho la civilización, era el único edificio en millas.

“¿Deberíamos entrar?” Preguntó Gourry en voz baja.

Asentí. Comenzamos a avanzar lentamente, revisando cada sombra en busca de signos de una trampa.

En realidad, no estaba demasiado preocupada por luchar contra Zuuma. Habíamos peleado con él muchas veces antes, y nunca había logrado vencernos. Además, había estado trabajando duro para mejorar mi habilidad con la espada. No había tenido mucho tiempo para practicar, pero cualquier nueva habilidad podría darnos una ventaja adicional.

Sin embargo, más que nada, tener a Gourry como mi aliado me hizo confiar en nuestras posibilidades. Gourry había combatido a Zuuma casi sin ayuda en Saillune; juntos, había pocas dudas en mi mente de que podríamos terminar con Zuuma de una vez por todas.

El problema con mi evaluación fue que solo funcionaba si Zuuma nos peleaba uno contra dos. Zuuma no era un idiota, así que estaba seguro de que había llamado a la pelea porque tenía trucos desagradables bajo la manga. Casi esperaba que una multitud de Lesser Demons comenzaran a llover del cielo.

Me hubiera gustado tener a Amelia y Zelgadiss como respaldo, pero con un rehén involucrado, no podíamos perder el tiempo. Los dos esperaron en Dufon, un pequeño pueblo en la base de la montaña.

Había algo más extraño en la situación. Zuuma no solo me había convocado, él había pedido por mí y por Gourry. Si Radok y yo éramos sus verdaderos objetivos, ¿por qué quería que viniera Gourry? ¿Venganza? Zuuma no parecía del tipo de guardar rencor, ni siquiera de rehén. Algo no estaba bien.

Gourry y yo llegamos al pabellón de caza sin incidentes. Era un edificio pequeño, nada especial, sin signos de trampas que pudiera ver. Detecté una presencia dentro, pero solo débilmente.

“Me dirigiré primero”, susurró Gourry.

Puso la mano en la puerta y empujó. La puerta se abrió con un crujido para revelar la oscuridad; Gourry se adelantó y le eché un vistazo alrededor de su brazo.

Los únicos puntos de interés en la habitación eran una pequeña chimenea, una mesa pequeña y una única silla de madera. Alguien yacía en un montón de ropa de cama en una esquina.

“Uhm … ¿Radok-san?” Llamé.

El hombre, aturdido, se volvió hacia nosotros lo mejor que pudo con los brazos atados. A pesar de la oscuridad, no podía confundirse con él, era Radok Ranzaad, todavía muy vivo.

Escaneé la habitación de nuevo en busca de presencias, pero no sentí a nadie más. Y no era como si hubiera muchos lugares para esconderse. No dudé de que Zuuma pudiera enmascarar su presencia de mí, pero simplemente no había nada para que él se agachara. Y estaba bastante seguro de que no podía ocultar su presencia a Gourry, de todos modos.

“¿Qué debemos hacer?” Susurró Gourry.

“Espera un segundo”, le contesté, luego canté rápidamente un hechizo.

“¡Dam Brass!”

¡AUGE!

Pensé que tal vez Zuuma se había escondido en el montón de ropa de cama debajo de Radok, pero resultó que pensé mal. Todo lo que hice con mi hechizo fue hacer volar una gran cantidad de ropa, esparciendo trozos de tela y plumas de ganso por toda la habitación.

Radok golpeó el suelo cuando la ropa de cama debajo de él se desintegró. Dejó salir un gemido de descontento.

¿Dónde diablos está Zuuma?

Justo en ese momento, finalmente sentí otra presencia, viniendo rápidamente detrás de mí. Me giré para enfrentar a la persona que asumí que estaba allí para matarnos.

Estaba muy, muy apagado.

“¿Abel ?!” “¡¿Qué estás haciendo aquí?!”

Abel, el joven que estaba en camino de ganar el premio a la estupidez del año, se detuvo justo afuera de la entrada, apoyándose pesadamente contra la puerta. Basado en la forma en que jadeó, probablemente corrió todo el camino desde el pueblo.

Radok inclinó débilmente la cabeza.

“¿Abel?” Gruñó, aparentemente saliendo del estupor en el que estaba.

“¡Padre!” Abel gritó con alivio, tambaleándose en la cabaña.

Me hice a un lado cuando Abel corrió hacia Radok y desató las cuerdas que ataban las manos de su padre.

“T-Tonto”, Radok amonestó con voz ronca mientras se encogía de hombros.

“¡Se supone que no debes estar aquí!”

“¡Pero estaba preocupado!”, Se quejó Abel.

Justo cuando Radok abrió la boca para iniciar otra discusión, una voz familiar desde afuera lo interrumpió.

“¡Ahí estás, Lina-san!”

Bueno, apestamos al escuchar las instrucciones.

Me volví para ver a Amelia saludándome mientras corría por el sendero, con una sonrisa brillante en su rostro. Detrás de ella caminaban Zelgadiss, Xelloss e incluso el Mayordomo Raltaak. Supongo que habían seguido a Abel después de que se hubiera ido.

Me puse una mano en la frente. “Gourry”, dije con los dientes apretados.

“Corríjame si me equivoco, pero ¿no les dijimos que se quedaran quietos?”

Gourry pensó en eso por un segundo.

“Uhm … creo que sí. Pero, ¿Amelia suele escucharte?”

“Vaya”, vino una voz extrañamente familiar desde cerca.

“Trajiste una gran multitud, a pesar de que se te ordenó venir sola”

Me di la vuelta. Una forma blanca, colgando en el aire a la altura de la cabeza, soltó repentinamente innumerables tentáculos negros para batir en todas direcciones. Los tentáculos se unieron para formar una forma demasiado familiar: un cuerpo encorvado y cubierto con una enorme masa de pelo negro.

Amelia se quedó paralizada.

“¿Gduza ?!” Gritó alarmada.

Admito que fue desconcertante. Estaba allí para enfrentarme con Zuuma, entonces, ¿por qué estaba allí uno de los secuaces de Seigram? Ese día ya tenía una cita de lucha contra la muerte; ¡No puedes ir simplemente cancelando esas cosas!

“Bien”, dijo otra voz desde algún lugar en el bosque.

“Parece que tenemos una gran fiesta en marcha.

“Dugld salió lenta y deliberadamente del bosque. Él asintió con la cabeza a Zelgadiss.

“Nos volvemos a encontrar, ¿eh, Chimera Boy?”, Gritó mientras se inclinaba su estúpido sombrero de disquete a modo de saludo.

“Ojalá pudiera decirte que vine aquí para vengarme, pero si llamo a este lío ‘venganza’ te estaré dando mucho crédito”, suspiró.

“Vamos a terminar esto ya, Raltaak”

Oh querido señor. ¿El mayordomo está detrás de todo esto?

“¿¡Que …?” Amelia, Gourry, Zelgadiss y yo soltamos todos al unísono.

“Uhm.” Raltaak dio un paso adelante con calma.

“De hecho, creo que tienes razón”

El mayordomo anodino comenzó a recitar un hechizo en voz baja. Simplemente pude distinguir sus palabras a través de una reverberación creciente que llenaba el aire, palabras impronunciables para la lengua humana que de alguna manera se derramaban de los labios del hombre. Desde el bosque que nos rodeaba vinieron los sonidos de animales corriendo en pánico. Una nube de mosquitos pasó a mi lado con un grado de propósito antinatural.

Los animales obviamente podían sentir tan bien como yo que algo muy malo estaba por suceder.

“Ooo … Nnn …”

Lo creas o no, esas fueron palabras de poder. El aire que nos rodeaba pulsaba, antes de que de repente …

*¡ZWIIIING!*

Me encogí cuando un sonido agudo llenó el aire. En el bosque, donde momentos antes de que cada ave y bestia hubieran gritado de miedo, todo cayó en un silencio ensordecedor.

“Esto ciertamente es un problema.” Xelloss suspiró, sonando tan molesto como si hubiera entrado en un montón de caca de perro.

“Las cosas se están saliendo de las manos, ¿no crees?”

“Es mucho más interesante de esta manera”, respondió Raltaak, combinando la compostura de Xelloss.

¿De qué están hablando?! Pensé. ¿Y por qué Xelloss es tan amigable con Raltaak?

Los sonidos de los animales del bosque regresaron, pero un nuevo y espeluznante timbre a sus gritos hizo que el hielo corriera por mis venas. Sonaba como si las bestias rodearan nuestro claro.

Miré a Raltaak.

“¡¿Qué demonios acabas de hacer ?!”

Raltaak se encogió de hombros.

“No mucho”, respondió.

“Simplemente llamé a algunos Mazoku de bajo rango del lado astral para que posean algunas criaturas del bosque”.

. ¿No mucho?! ¡Él había convocado a un pequeño ejército de demonios para matarnos, y él consideró que “no mucho”?

Los gritos de los animales se convirtieron en rugidos demoníacos. Docenas de Mazoku salieron de los árboles; Tragué y moví mis pies, preparándome para una batalla horrible.

“¡Ahora!” Dugld gritó, felizmente arrojándose su capa.

“¡Que comience la fiesta!”