Slayers (NL)

Volumen 6

Capítulo 2: Bienvenido A Vezendi: Ten Una Estadía Para Morir

Parte 4

Para cuando Gourry, Amelia y yo habíamos regresado a la casa de Radok Ranzaad, estaba bien avanzada la noche. Zelgadiss se quedó en la posada para comer en la taberna y esconderse en su habitación para pasar la noche.

Miré a Amelia mientras nos acercábamos a la puerta de Radok.

“¿Cómo te sientes?” Le pregunté.

Se aclaró la garganta, luego lanzó su brazo una vez roto en el aire.

“¡Bien!” Anunció ella.

“Fuimos derrotados porque teníamos poco conocimiento de la fuerza de nuestro oponente, pero eso ha sido remediado. ¡La próxima vez que nos encontremos será su momento de ajuste de cuentas!”

A veces me pregunto por qué me molesto en preocuparme por la chica: ella nunca caerá mientras tenga justicia.

El portero nos dejó entrar. Cuando entramos en la casa, escuché la voz de Xelloss desde una de las cámaras cercanas.

“En absoluto”, reflexionó.

“Eso tampoco fue fácil para ti, ¿verdad?”

“No, no”, respondió una segunda voz agradablemente.

“Este también es el destino de aquellos que sirven a sus amos” Sonaba como el mayordomo, el señor Raltaak.

Fruncí el ceño.

¿Estaban teniendo una maldita fiesta de té? ¿Y desde cuándo Xelloss y Raltaak intercambian sutilezas?

Me asomé a la habitación.

Allí, en una pequeña mesa de mármol junto a la ventana, Xelloss y el Mayordomo de Raltaak jugaban tranquilamente una partida de ajedrez.

¡Bien, ahora estoy enojada!

Estuve tan enojada por un segundo que temí que saltara mi cabeza. Entonces, mientras habíamos estado luchando con Mazoku y haciendo todo lo posible por no morir, ¡¿Xelloss lo había estado haciendo con lujo y desafiando al mayordomo a un juego de mesa? Mi impulso inicial era tomar ese estúpido tablero de ajedrez y metérselo en la garganta.

“¡Xelloss!” Grite.

“¡Tú…Estúpido!”

Cambiando en su silla, Xelloss se giró un poco para mirarme. Luego hizo lo que siempre hizo, él mostró su pequeña sonrisa.

“Por qué….Hola”, dijo.

“Bienvenidos de nuevo…Chicos”

¡GRAGHHRAGHHG!

“¡A la mierda!” Grité.

“¿Tienes alguna idea de lo que acabamos de pasar?”

Xelloss volvió a su juego.

“Por supuesto que no”, dijo, avanzando su caballero a lo largo del tablero.

“Y creo que eso es un Jaqe mate, Raltaak-san”

“Mmm”, entonó Raltaak.

“De hecho, eres un buen oponente, Xelloss-san”

No pude soportarlo.

“¡TONTO!” Grité.

“¿No me escuchaste?! ¡Acabo de decir que el resto de nosotros casi fuimos asesinados esta noche!

“Creo que ese es su propio problema, señorita”, dijo una voz plana detrás de mí.

Me giré, mis ojos ardían con el fuego de la furia. Una figura familiar estaba en el pasillo detrás de mí: Abel, el hijo de Radok. No parecía impresionado.

“¿Estoy equivocado?”, Preguntó.

“Te aventuraste a salir incluso después de aceptar proteger a mi padre. Te vas por tu cuenta, te metes en problemas por tu cuenta y luego le ladras a tu amigo como si de alguna manera fuera el culpable” Él levantó una ceja.

“Creo que eso es bastante grosero”

Por un segundo, solo pude pararme allí, loca de rabia pero todavía buscando palabras. Una fantasía apareció en mi cabeza, involucrando la aceleración de Xelloss con la columna vertebral de Abel.

Bueno, tal vez él tenía un punto, uno corto, pero un punto. Pero definitivamente no tenía derecho a meterse en cómo traté a mi equipo.

“Ocúpate de tus propios asuntos”, le espeté.

“Y no vayas asumiendo que Xelloss tiene derechos humanos”. Empujé mi pecho, solo para enfatizar a Abel que no aceptaría su mierda.

Gourry y Amelia, parados a mi lado, asintieron con su apoyo. Xelloss solo examinó sus uñas.

“Además”, continué,

“Ya les dije a todos que Zuuma vendría por mí primero”.

¿Tienes algún problema para entender el idioma, amigo?

Mis palabras tomaron a Abel con la guardia baja por un segundo. Lentamente, la preocupación se extendió por su rostro.

“Espera un minuto”, dijo.

“¿Quieres decir que peleaste con Zuuma esta noche?”

Me detuve Podía sentir mis herramientas para romper su moral alta deslizándose entre mis dedos. Realmente, realmente quería mentir.

Pero me quedé con la verdad; Su padre, después de todo, era nuestro cliente. ¿Verdad? Puedo ser ética, estúpidamente ética, de poca fe.

“No”, admití en voz baja.

Abel inmediatamente se animó.

“Ah”, dijo con toda la humildad de la aristocracia.

“No lo creía.” Hizo un gran alboroto.

Genial, pensé. ¡Y él es un aspirante a Alfred!

“De lo que quería hablarte”, continuó Abel,

“Era si este miembro de Zuuma realmente está detrás de ti y de mi padre”. Él entrecerró los ojos.

“¿O está pasando algo más?”

No me gustaba a dónde iba.

“¿Qué?” Pregunté lentamente.

“Estoy empezando a dudar de que la carta que recibimos en realidad fue escrita por Zuuma. Mi padre es un hombre rico, creo que alguien más tiene un ojo en su bolsillo”

¿Este idiota está pensando en lo que creo que está pensando?

“Para aclarar”, dijo Abel con una pequeña y desagradable burla,

“Creo que alguien con poco dinero en efectivo escogió a mi padre como una marca fácil, luego firmó una carta con el nombre de Zuuma”. Él resopló.

“Y se especifica en la carta que ellos mismos deberían ser contratados como protección”.

¡GRR!

“¡Espera un minuto!” Grite.

“¿Me estás acusando de …?”

“Lina-san” Amelia rápidamente intervino, agarrando mi hombro para detenerme.

Ella lanzó una mirada dura en la dirección de Abel.

“En otras palabras”, dijo uniformemente,

“Has venido aquí para decirnos que nos vayamos, ¿verdad?”

Asustado por nuestra ira, Abel olfateó y levantó la nariz.

“Soy bastante delicado”, explicó con amargura.

“La mera idea de dormir bajo el mismo techo con lo no refinado empeora mi estado de ánimo”

¡GRRRRRR!

No podía creer lo que estaba escuchando. ¿El chico quería una pelea? Me tomó todo lo que tenía, junto con el agarre firme de Amelia, para evitar que golpeara al tipo. ¡El infierno no tiene tanta furia como una Lina inverse enojada!

“Bien”. Abel se enjugó con irritación una mano en el aire.

“Ya que lo mencionaste, sí, me gustaría que todos se fueran de inmediato”.

“¡SILENCIO!”, Una voz resonó en el pasillo.

Todo el mundo (sin Xelloss) se giro bruscamente. Radok había aparecido en la puerta, mirando a su hijo.

“¡Abel!” Rugió.

“¡Esto es imperdonable!”

Abel prácticamente saltó, probablemente por el gran volumen que su padre podía alcanzar.

“¡Padre!”, Gritó.

“Sólo estaba pensando en tu bienestar. ¿No puedes descartar la posibilidad real de que estos rufianes sean fraudes? ”

“¡¿Y si no son fraudes ?!” Radok exigió.

“Si estoy realmente en peligro, ¿estás mejor preparado para protegerme que ellos?”

Abel parpadeó.

“Pero…”

“¡Suficiente!” Gruñó Radok.

“¡Mantén la boca cerrada, Abel!”

Abellando los hombros, Abel chasqueó la lengua y dejó caer los ojos al suelo.

¡Bien hecho, Papá!

Mientras resistí el impulso de voltear a Abel para una buena medida, Radok desvió su mirada hacia mí.

“Y a ti”, le espetó.

“Salir por su cuenta todos los días! ¿No podrías al menos obtener mi permiso primero?”

Yo fruncí mis cejas hacia él.

“No me limité a ‘salir'”, le contesté.

“Le dije a su mayordomo aquí. Dijo que le iba a decir”

“¡Y así lo hizo!” Radok frunció el ceño.

“¡Pero eso todavía no significa que lo haya permitido!”

“Mira,” dije sombríamente.

“Te lo expliqué antes. Lo que Zuuma quiere …”

“Es para ir tras de ti primero, dijiste eso! Pero en cualquier caso, ahora eres formalmente en mi empleada. ¡No permitiré que te vayas de la mansión por tu propia cuenta!”

¡GRRRRRRRRRRRRRRRRR!

Pude ver que no había razonamiento con el chico. El agarre muy frágil que tenía en mi genio se estaba deslizando.

Tranquila, Lina, me lo advertí.

Recuerda quién te está dando dinero. Solo piensa en el dinero brillante y relajante.

Sintiendo que no tenía nada a modo de respuesta, y tal vez al ver cómo se me nublaban los ojos mientras fantaseaba frenéticamente con el dinero, Radok bufó.

“Lo dejaré pasar esta vez”, murmuró.

“En cualquier caso, la cena está siendo preparada; alguien te mostrará el comedor una vez que esté listo ”

Se dio la vuelta y luego se detuvo para mirar a Abel.

“¡Abel!” Ordenó.

“¡Ven!”

Habiendo dicho su artículo, Radok pisó el pasillo. Su hijo lo siguió obedientemente, justo sobre los talones de Radok.

Esperé hasta estar seguro de que estaban fuera del alcance del oído antes de patear una pared.