Slayers (NL)

Volumen 6

Capítulo 2: Bienvenido A Vezendi: Ten Una Estadía Para Morir

Parte 2

Amelia todavía tenía las manos llenas.

Gduza chilló y se lanzó hacia delante, cerrando la distancia entre ella y Amelia. Mientras corría, su grueso cabello comenzó a actuar de manera extraña, no se extendió detrás de ella como se esperaba, sino que se sacudió alrededor de sus hombros como si fuera extraño, la brisa de otro mundo lo empujó.

Entonces sucedió algo aún más extraño: ¡El pelo extendido en Amelia!

Amelia extendió la mano izquierda y atrapó una sección gruesa del cabello demoníaco. La sonrisa de Gduza se ensanchó; El cabello se envolvió alrededor del brazo de Amelia, luego se apretó con un movimiento brusco. Algo en el brazo de Amelia se rompió con un chasquido repugnante.

Amelia ni siquiera se inmutó. Ella acaba de golpear su otro puño en el vientre desprotegido de Gduza.

“¡Elmekia Lance!” Gritó Amelia, lanzando el hechizo directamente al cuerpo del Mazoku.

Gduza chilló de dolor. Ella saltó hacia atrás, arrastrando el cabello del brazo aplastado de Amelia en el proceso.

“¡T-Tú, estúpido humano!” Gritó Gduza mientras se tambaleaba hacia atrás.

El hechizo definitivamente había hecho algún daño, pero no era suficiente para detenerla.

“¡¿Sacrificarías tu brazo solo para tener la oportunidad de atacar ?!”

Amelia movió los pies.

“Ganar una batalla a veces toma un poco de locura”, afirmó.

“¡Es un riesgo que con mucho gusto tomare!”

A pesar de la resolución en su rostro, Amelia obviamente estaba sufriendo, el sudor que corría por su frente era una prueba de eso.

“Hmm.” Gduza hizo una pausa.

“Tal vez te juzgué mal”. Amelia simplemente la ignoró y comenzó a recitar su siguiente hechizo.

“Había planeado matarte lentamente mientras me alimentaba de tu miedo y dolor”, dijo Gduza arrastrando las manos mientras sostenía las palmas.

“Pero parece que no puedo permitirme perder el tiempo”.

Ella hundió sus manos en la sombra que arrojó al suelo. Sus manos desaparecieron en la oscuridad hasta sus muñecas.

Amelia se estremeció cuando algo se apoderó de sus tobillos; Miró hacia abajo para descubrir las manos de Gduza que emergían de su propia sombra.

“¡Hee hee hee!” Gduza soltó una carcajada.

“¡Es hora de aplastar todos los huesos de tu cuerpo!” Su cabello creció y se alisó, sumergiéndose en su sombra.

Las hebras se arrastraban como serpientes alrededor de las piernas de Amelia.

Gduza se detuvo de repente. Abrió mucho los ojos y levantó la cabeza hacia Amelia.

“¡No ese hechizo, pequeña mocosa!”

Gduza, al parecer, había comenzado a escuchar el canto de Amelia, el de Ra Tilt.

Considerado como el hechizo de ataque más fuerte en la magia chamánica, Ra Tilt concentra todo su poder letal en un solo oponente. El hechizo inflige daño desde el lado astral, lo que significa que puede destrozar a un Mazoku.

“¡Maldita sea!” Gduza gruñó mientras soltaba su agarre en las piernas de Amelia. Su pálido rostro se volvió tan negro como el resto de su cuerpo, aparentemente el primer paso de su retiro mágico.

Pero ella ya era demasiado tarde; Amelia había terminado de recitar.

“¡Ra Tilt!”

Una columna de llamas azules rugió alrededor del cuerpo de Gduza. Antes de que el Mazoku pudiera gritar, las llamas envolvían su forma encogida.

* * *

Gourry limpió el polvo de su ropa. Parecía bastante indiferente, considerando que Seigram lo había pateado a mitad de camino en el restaurante. Con una sonrisa resuelta, Gourry preparó su Espada de Luz.

“Has cambiado un poco tu estilo desde la última vez”, le explicó a Seigram.

“Lo siento, solo estoy tratando de acostumbrarme a eso”

Quería decirle a Gourry que elimine los comentarios sarcásticos. Ya era escéptico acerca de nuestras posibilidades, y incitar a Seigram a pelear aún más feo no era exactamente lo mejor para nosotros.

Lo que más me frustró fue que estábamos atrapados en lugares cerrados. Si hubiéramos estado en el desierto en algún lugar, podría haber usado algo de distancia y haber terminado con Dragon Slave. Sabía que Gourry, al menos, se lastimaría si lanzaba un gran hechizo destructivo en la taberna; Y demonios, si estuviera realmente fuera de lugar, podría convertir todo el bloque en un cráter. Tuve que tapar las cosas.

Además, el campo de protección de Mazoku probablemente nos había cambiado a algún tipo de dimensión de bolsillo. No tenía idea de cómo se enfrentaría a algo tan letal como el Dragon Slave, o si evitaría que el mundo real sintiera el golpe.

Dado que ninguno de mis hechizos ofensivos a pequeña escala podía herir mucho a Seigram, todo lo que podía hacer era enviar a los bebés a un lado y tratar de evitar golpear a Gourry. Elmekia Lance encaja muy bien con ese propósito.

Gourry volvió a atacar a Seigram, y Seigram se adelantó para encontrarse con él de frente. Demostró el punto de Gourry: que el estilo de lucha de Seigram realmente había cambiado.

Seigram solía quedarse inmóvil, atrayendo a sus oponentes y luego teletransportarse a un lugar diferente cercano. Fue un truco sucio que, desafortunadamente, fue realmente efectivo contra nosotros. Pero no se había teletransportado ni una vez desde que entró en la taberna ese día. ¿Creía que la vieja idea era escasa o había algo más?

¡Quizás no se haya recuperado realmente! Pensé.

Bueno … no tanto como “Pensarlo” como “orado”.

Gourry recortó hacia abajo en Seigram. Una luz mágica brotó de la palma de la mano derecha de Seigram y, de hecho, bloqueó la Espada de Luz que, bueno, aspiró… Con la espada de Gourry detenida por el momento, Seigram aprovechó la oportunidad para lanzar otra patada al estómago de Gourry. Pero Gourry estaba listo esta vez; Levantó su propio pie para bloquear.

Seigram retrocedió y retrocedió unos pasos. Queriendo mantenerse a la ofensiva, Gourry empujó hacia adelante y golpeó el torso del Mazoku. Seigram intentó tirar de su truco para desviar la espada de nuevo girando su mano izquierda brillante, pero Gourry lo vio venir y ajustó su ataque para golpear el brazo de Seigram en su lugar. Seigram aún logró bloquear la hoja entrante con una palma mientras apuntaba con la otra a Gourry.

*¡BLAM!*

Mi Elmekia Lance golpeó la palma libre y lanzó la luz mágica a la nada. ¡Gourry fue salvado, tal como lo había planeado! Y no, el hecho de que hubiera estado apuntando a la cabeza de Seigram no hizo que el movimiento fuera menos patético.

El hechizo sorprendió tanto a Gourry y Seigram que ambos saltaron hacia atrás. Probablemente habrían olvidado que yo existía.

Desafortunadamente, mi ataque no los detuvo por mucho tiempo; En el momento en que los pies de Gourry tocaron el suelo, saltó hacia Seigram de nuevo. Me mantuve alerta para otra apertura, pero dudaba que obtendría una, las dos lucharon demasiado juntas como para que yo obtuviera un tiro limpio. Seigram también demostró ser ridículamente rápido, prácticamente emparejando el golpe por golpe de Gourry en combate cuerpo a cuerpo. ¿Sabes cuántas personas pueden igualar el golpe por golpe de Gourry en combate cuerpo a cuerpo?

Mientras observaba la pelea, tratando de distinguir los dos borrones, sinceramente esperaba que no estuviéramos completamente jodidos.

* * *

Desde el otro lado de la habitación, el grito de Dugld colgaba débilmente en el aire antes de desaparecer por completo. Zelgadiss miró fijamente el cuerpo desplomado de su enemigo.

“Te engañé.” Dugld de repente levantó la cabeza. La espada aún estaba incrustada en sus entrañas, pero no pareció molestarle en lo más mínimo.

“¡¿Qué demonios …?” Zelgadiss se echó hacia atrás.

*¡KA-BLAM!*

Una explosión golpeó a Zelgadiss violentamente hacia atrás. Aterrizó a través de la habitación en un montón de muebles, rompiéndolos en pedazos mientras se estrellaba contra el piso.

“Eso fue un descuido de ti”, dijo Dugld con una risa.

“Aunque debería agradecerte por la oportunidad descarada, Piedra. Drenar la magia de tu espada fue simple, ya que estaba atrapado en mí de esta manera”

Dugld sacó despreocupadamente la espada de su vientre y la arrojó de nuevo a Zelgadiss. Con eso atendido, se volvió hacia Amelia.

“Nngh …”

Dugld miró hacia atrás al sonido. Zelgadiss, respirando pesadamente, se retiró de los restos.

“Bien, bien”, murmuró Dugld.

Zelgadiss se puso de pie con cuidado. Se agachó para recuperar su espada, sus piernas temblando un poco debajo de él.

“Supongo que fui descuidado”, murmuró Zelgadiss.

“Me movi cuando debería haberme apartado. Espera un segundo” Preparó su espada de nuevo, sus labios se curvaron en una sonrisa cansada pero irónica.

“Parece que yo también fui descuidado”, comentó Dugld cuando comenzó a acechar a Zelgadiss.

“Ese golpe podría haber matado fácilmente a un humano normal. Pero no eres exactamente humano, ¿verdad?”

“Usualmente eres el que me recuerda eso”

Dugld levantó los brazos y estiró los dedos de ambas manos. Las piedras de la oscuridad se formaron alrededor de él una vez más.

* * *

El pilar de la llama azul que rodeaba a Gduza desapareció. Parecía que la Mazoku misma había muerto o había logrado retirarse, no estaba por ninguna parte.

Amelia suspiró aliviada.

*¡FWOOM!*

Una onda de choque mágica golpeó a Amelia y la lanzó hacia atrás.

“¡Aaah!” Gritó Amelia mientras golpeaba contra la pared. Con un gemido sordo, ella se deslizó al suelo.

El lugar donde se encontraba Gduza estaba ahora ocupado por … la cabeza de Gduza. Ya no tenía cabello, ni siquiera un cuerpo: la cara blanca con su horrible sonrisa roja flotaba a la altura de la cabeza. Una malvada carcajada emanaba de la cabeza flotante, seguida por la voz aguda y escalofriante.

“¡Así que!” Declaró Gduza.

“Has logrado soportar mis ataques hasta ahora”. Mientras hablaba, una oscuridad irradiaba de su rostro y lentamente tomó la forma de túnicas y cabello.

Pronto recuperó su cuerpo, exactamente como lo había sido antes.

“Y ese hechizo tuyo era bastante peligroso”, admitió Gduza.

“Pero las llamas solo consumieron el cuerpo astral que derramé como señuelo. Como puedes ver, ya me he restaurado”. Ella se rió.

“Ustedes, humildes humanos, deberían liberarse del engaño de que posiblemente puedan destruirnos”.

Amelia gimió y trató de enfocar sus ojos nublados en el Mazoku.

La horrible boca de Gduza sonrió.

“Esto ha durado lo suficiente”, dijo arrastrando las palabras.

“Me temo que es hora de que mueras”