Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 13

Interludio: La Hermana del Héroe, la Marioneta del Dios Malvado y el Perro de Caza

Miro el mundo desde la ventana.

Abajo, veo que el ejército imperial se dispersa, y se dirige a las habitaciones que se les han asignado.

Entre ellos, reconozco la cara de la candidata a la santidad Yuri y frunzo el ceño a mi pesar.

“Buenas. Te ves malhumorada como siempre, mi querida prometida.”

La puerta de la habitación se abre sin siquiera tocar y Hugo se asoma.

“Silencio, falso héroe.”

“Ooh, qué miedo.”

Pareciendo despreocupado, entra en la habitación y se tira en el sofá.

“Y no me llames tu prometida. Asqueroso.”

“Maldición, qué frialdad. Está bien, entonces, Sue.”

“Tampoco me llames Sue. Solo mi querido hermano y mis amigos más cercanos tienen permitido llamarme así.”
“Ya, ya. Princesa Suresia, entonces.”

Hugo se encoge de hombros mientras muestra una sonrisa desagradable.

Solo mirarle me revuelve el estómago, así que dirijo mi mirada hacia la ventana otra vez.

El ejército imperial se acerca a la aldea de los elfos sin cesar.

Las tropas descansarán aquí por hoy, mañana usarán una puerta de teletransporte para ir a la siguiente ubicación.

Y esta habitación ha sido asignada a Hugo y a mí.

Los dos estamos técnicamente comprometidos para casarnos, aunque muy en contra de mi voluntad.

Lo más probable es que esta organización sea solo para que parezca natural que él y yo hemos estado trabajando juntos.

Pero incluso aunque solo sea una farsa, la idea de estar comprometida con este hombre me hace querer vomitar.

Lo mataría ahora mismo si no fuera por el bien de mi hermano.

Sí, todo esto es enteramente por el bien de mi amado hermano mayor.

Así que debo soportarlo, no importa lo horrible que pueda llegar a ser.

***

Un día, conocí a un dios malvado.

A pesar de su apariencia pura y blanca, era completamente malvada.

Cuando fui a castigar al imbécil pecador llamado Hugo por intentar hacer daño a mi hermano, dictando sentencia con mis propias manos, descubrí que el dios malvado le estaba haciendo algo a Hugo.

Mis instintos me dijeron que no podía vencerla.

Que si intentaba desafiarla, moriría.

Mientras estaba congelada de puro miedo por primera vez en mi vida, el dios malvado me susurró.

“¿Debería ahorrarle cualquier daño a tu hermano?”

Desde aquel momento, fui esclava de ese dios.

Me prometió que siempre que siguiera sus órdenes, no haría ningún daño a mi hermano.

Por su bien, juro que superaré cualquier desafío…

***

“Estaremos en la aldea de los elfos muy pronto.”

Aun sin mirar, puedo decir que Hugo está sonriendo.

Normalmente lo hace, aunque no haya nada gracioso en la situación.

“Je-je. No puedo esperar.”

Desearía que simplemente se callara y dejara de molestarme en los oídos.

Si la voz de mi hermano mayor es como una sinfonía de los cielos, la de este hombre es como una interpretación chirriante con cuerdas oxidadas.

Oh, cómo desearía escuchar la voz de mi hermano ahora…

“Espero que no os importe si me uno a vosotros.”

Puaj.

Ha llegado otro fastidio.

“Buenas, princesita.”

Esta es la subordinada del dios malvado, Sophia Keren.

“¿Qué quieres?”

“Vine a ver cómo estás, por supuesto.”

“Entonces ya lo has visto, ¿no? Así que, por favor, vete.”

Ya es bastante malo que tenga que aguantar a Hugo, el adefesio insoportable. Si me obligan a soportar más, podría volverme loca del estrés.

“Ay, qué grosera. ¿No podemos al menos charlar un poquito?”

“No tengo nada que decirle a la gente como tú.”

“Oh, ya veo. Y yo que pensé que podría consolar a la pobre y llorosa niñita que fingió que tenía el cerebro lavado y traicionó a su estimado hermano mayor.”
“¡Por qué, eres…! ¡Eso no es de tu incumbencia! ¡Tan solo eres el fiel sabueso de un dios!”

No estaba fingiendo—¡realmente me habían lavado el cerebro en ese momento!

Por alguna razón, probablemente por orden del dios malvado, no tenía control de mi cuerpo cuando maté a padre.

¿Por qué haría ella tal cosa?

Esto es solo una suposición, pero creo que tal vez ella me diera una vía de escape.

Así que no fue mi culpa—simplemente me lavaron el cerebro.

El dios malvado es astuto y despiadado, pero a veces muestra un poco de bondad.

Honestamente, sería más fácil para mi entender que ella fuera simplemente pura maldad de principio a fin…

“Oh, ¿lo soy? ¿Pero no estás tú ahora en mi mismo barco? Por eso traicionaste a tu hermano.”

“¡No! ¡Yo nunca traicionaría a mi hermano!”

¡Esa es la única línea que nunca cruzaré!

“Pero estás obedeciendo a nuestra maestra, independientemente. Eso te hace enemiga de la humanidad.”

“¡Nnngh!”

“Ahí estamos. Esa es la cara que quería ver.”

Los labios de Sophia se curvan con placer.

“Eres lo peor.”

“Me lo tomaré como un cumplido.”

Qué persona más horrible.

Incluso podría ser más malvada que el mismísimo dios malvado.

Ojalá que ella muriera…

“Ey, Sophia. ¿Ni siquiera vas a saludar?”

“¿Oh? No me di cuenta de que estabas aquí.”

Sophia mira a Hugo como si estuviera mirando a un parásito.

“No pongas esa cara. Yo también tengo sentimientos, ¿sabes?”

“¿Oh, los tienes?”

¿Y qué tiene de malo mirar a un gusano como a un gusano?

Mis ojos se podrían pudrir, si tengo que ver a un gusano y a una diablesa a la vez.

“¿Y bien? ¿Ya lograste conseguir una de las habilidades de los Siete Pecados Capitales o las Siete Virtudes Celestiales, princesa?”

“… No, aún no.”

“Vaya, es una pena. ¿Has olvidado tu promesa a la Maestra?”

Nnngh.

Hice una promesa con ese dios malvado.

Dije que la ayudaría y que adquiriría una de las habilidades de los Siete Pecados Capitales o las Siete Virtudes Celestiales.

Si consigo eso, me garantizará la libertad de mi hermano y me liberará.

Pero aún no he logrado hacerlo.

“Bueno, supongo que tampoco importa tanto. No creo que la Maestra tenga muchas esperanzas puestas en ti igualmente.”

“¡Ja! Supongo que algunos de nosotros estamos hechos de otra pasta.”

Aprieto mi puño.

¡Qué humillante!

¡No soporto que me menosprecia semejante basura!

“Esa cara es todavía mejor.” La sonrisa de Sophia se amplía. “Una princesita mimada a la que no le faltaba de nada, temblando de humillación. Es un regalo para la vista.”

Escoria. Lo peor de lo peor.

“……”

Mira, incluso un enorme desgraciado como Hugo parece desconcertado.

¿Por qué la escoria que escandaliza incluso a otra escoria merece vivir?

Ojalá se murieran…

Aparte de mi hermano, ¿qué sentido tiene todo el resto de chusma que persiste en este mundo?

Desearía que todos menos mi hermano y yo murieran.

“¿Seguirá funcionando el plan si esta no lo consigue a tiempo?”

“Debería ir bien. Parece que cuantas más habilidades de gobernante se adquieran, mejor, pero me han dicho que ya se ha alcanzado el mínimo. Imagino que simplemente será más fácil cuantas más haya, ¿no?”

“Ehhh, claro. No es que me importe, porque realmente no sé como usar las habilidades de gobernador…las llaves, ¿Era así? Lo que sea.”

No veo cómo puede estar tan despreocupado cuando está siendo controlado por un dios malvado y evidentemente tiene dos de esas “llaves”.

Hasta donde yo sé, tienen un total de seis llaves hasta ahora: La Lujuria y la Avaricia de Hugo, la Envidia de Sophia y algunas de gente que no he conocido, a saber, alguien llamado Ira, con la habilidad correspondiente, alguien llamado Merazophis con Perseverancia y el Señor Demonio Ariel con Gula.

Tampoco sé para qué son esas llaves.

Pero dudo que el dios malvado las vaya a usar para algo decente.

“¿No es más problemático que Yuri no pueda conseguir una? Ella es una reencarnación como nosotros, maldita sea.”

“Estoy segura de que algunos se adaptan mejor que otros, incluso entre las reencarnaciones.”

Casi me siento mal también por Yuri.

Aunque fuera una ramera podrida que iba de monja que seguía tratando seducir a mi hermano, es cruel que le hayan lavado el cerebro y obligado a cumplir su mala voluntad…

Pero supongo que no me importa realmente, ya que intentó tentar a mi hermano y todo eso.

Tal vez simplemente la palme y se vaya a estar con ese dios que tanto ama.

Ya que ella es una creyente tan devota y eso, asumo que le gustará eso.

“Oh, eso me recuerda algo. Escuché que tu querido hermano se dirige a la aldea de los elfos. ¿Lo sabías?”

“¡¿?!”

¡¿Mi hermano?!

“Tal vez podáis tener un conmovedor encuentro allí.”

Hermano…

Quiero verle…

Pero también tengo miedo.

¿Qué le voy a decir…?

“Me han dicho que la Srta. Oka también está con él. Por no mencionar Katia, Fei, Anna… es muy popular entre las damas, ¿no es así?”

Esas harpías…

Ya veo.

Mientras yo he estado sufriendo de este modo, ellas han estado coqueteando con mi amado hermano…

Siempre sospeché de esa tal “Srta. Oka”.

Y luego está Katia.

Pensaba que era una amiga, pero si se atreve a tocar a mi hermano, no mostraré piedad…

“¿Sabes?… esta chiquilla es rápida para soltar pestes de otras personas, pero es igual de mala, ¿no? No hay manera de que esté pensando nada bueno ni sano hora mismo, ¿me equivoco?”

“La Maestra jamás tomaría a una persona totalmente decente bajo su ala, obviamente. Ella escoge y elige de manera que no tenga que sentirse tan mal si tienen que sufrir un poco.”

“Je, lo pillo. Tiene sentido.”

Esos desgraciados están hablando entre ellos ahora, pero es solo el ruido que hace la basura disfrazada de personas.

No les prestaré ninguna atención.