Slayers (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: La Vida Humana Es: Encontrarse, Despedirse Y Volverlo A Repetir

Parte 1

Allí, en un pequeño claro, había un joven. Tenía alrededor de veinte años y parecía de estatura media, ni demasiado baja ni alta, ni delgado ni gordo, con un cabello de color negro sedoso recortado justo debajo de la barbilla. Vestía las túnicas negras comunes como un sacerdote y sostenía un bastón de sacerdote. Consideré sus rasgos bastante atractivos, aunque no había nada extraordinario en ellos, excepto por la sonrisa fuera de lugar en sus labios.

«¿Quién es este?» Se burló Balgumon.

Si Balgumon no sabía quién era el chico, entonces nuestro hombre misterioso no era un aliado del culto Mazoku. Entonces quién es…

«Tenemos una historia», espetó Felds.

“En lo que voy a dosificarlo cortándolo en trozos pequeños».

Con eso, Feltis comenzó a avanzar lentamente. Sus ojos se encendieron con la sed de sangre, y me sorprendió no ver vapor saliendo de sus oídos.

Estaba tan desconcertada como Balgumon y Amelia, pero, hablando por mí misma, no tenía ningún interés en quedar atrapada en estas cosas. Comencé a retirarme lentamente fuera de las cercanías del mortal enfrentamiento.

«Detente, Feltis-san», apeló el sacerdote,

«No luchemos, ¿Si? He venido aquí por una razón, y ciertamente no es para matarte»

«Habla por ti mismo», gruñó Feltis.

«¡He estado esperando esto, bastardo! ¡Tus hechizos no funcionarán en mí!”

«Uhm», murmuró el sacerdote.

«Supongo que, si sientes eso, entonces no me dejas otra opción»

Comenzó a recitar un hechizo, la sonrisa tranquila nunca dejó su rostro.

Podía escuchar su hechizo. Como todo hechizo, tuvo un comienzo extraño.

«¡Oh, no, no lo hagas!» Rugió Feltis.

En un abrir y cerrar de ojos, él estaba sobre el sacerdote atacando con su larga espada.

*¡Clank!*

El hombre bestia fue expulsado del sacerdote y enviado a caer a través del pasto.

“¿¡Que…!?”

Fue mi respuesta inmediata y menos que perspicaz. Feltis había sido devuelto por nada más que el campo mágico del hechizo.

Mira, cuando se está lanzando un hechizo, un muro mágico (algo así como un campo de fuerza) rodea al conjurador. El muro es generalmente más fuerte para los hechizos de ataque más fuertes, pero solo hasta un punto; para darte una idea, el Drag Slave, que se dice que es el hechizo de ataque más poderoso, proporciona un muro que aún no puede soportar el Fireball de un hechicero de tercera clase o los ataques de un espadachín de primera clase.

Hasta ese momento, nunca había visto a un atacante, especialmente a uno tan poderoso como Feltis, ser desviado por un campo mágico solo.

¿Qué demonios estaba recitando ese sacerdote?

«¡¿Q-Qué pasó?!» Feltis tartamudeó mientras se ponía de pie.

Mientras lo hacía, el sacerdote lo señaló delicadamente con un dedo y soltó las palabras de poder.

«¡Blast Bomb!»

Mientras el aire zumbaba y gemía, docenas de bolas de luz brotaban alrededor del sacerdote. Luego atravesaron el aire, girando en espiral para converger directamente hacia donde él señalaba.

Fue entonces cuando mi voz interior me dio una instrucción simple y desesperada:

¡Al suelo!

Golpeé el suelo cuando las bolas de luz se estrellaron contra el muy desafortunado Feltis.

*¡KA-BOOOOOOOOM!*

El rugido masivo fue seguido por una onda de choque y, finalmente, por una ráfaga de aire sobrecalentado. Las manos que puse sobre mis orejas apenas lograron evitar que mis tímpanos explotaran.

«¡Nngh!» Gruñí, encogiéndome con fuerza. Después de que el aire se calmó, tentativamente abrí mis ojos.

Lo primero que noté fue que Feltis se había ido. Bueno, no se ha ido tanto como para estar reducido a polvo de color naranja. Esa fue una extraña señal de que había sido vaporizado, una señal dispersa por todos los arbustos y ramas cerca de donde estaba parado.

Consideré que tal vez había escapado y que el polvo era solo comino, pero probablemente solo era mi lado humano el que hablaba. Una potencia de fuego bastante impresionante para un sacerdote promedio, pensé, y luego de repente paré.

¡Balgumon y Amelia se habían ido!

Por un segundo, entré en pánico y pensé que habían entrado en el camino del ataque. Una repentina y horrible imagen mental de mí entregando una caja de polvo con mis condolencias a Phil-san cruzó por mi mente. Sin embargo, una vez que pensé por un momento, dudé que hubieran sido golpeados directamente. Probablemente acababan de ser arrastrados por la explosión.

«Vaya», dijo el sacerdote, chasqueando la lengua, como si un camarero hubiera ridiculizado su orden de huevos revueltos.

«Parece que el otro se escapó»

Su tono era más divertido que agitado. Se rascó la cabeza, con el rostro torcido en una ligera perplejidad.

Creo que he conocido a mi primer sociópata.

«Uhm … Está bien», murmuró mientras se giraba para mirar en mi dirección. Se alegró.

«¡Perdóname!» Llamó cortésmente.

«Me doy cuenta de que esta es una pregunta incómoda, pero, ¿sabes por dónde se congrega ese grupo de antes?»

Lo admito, el hombre me asustó. Haciendo tanto daño mientras sonreía feliz, una sonrisa me hizo pensar que era una especie de loco fugitivo. Entonces, de repente, se me ocurrió, como un hechizo de luz que se enciende en mi cerebro, tal como podría ser.

«Oye», dije, mirando con curiosidad al sacerdote. «Tú eres Lei Magnus, ¿verdad?»

El sacerdote literalmente se cayó. La sorpresa puede hacer eso a algunas personas.

«E-En qué parte del mundo», preguntó lentamente, «¿Se te ocurrió una idea así?» Usó su bastón para apoyarse a sí mismo.

«Solo conozco a una persona que puede usar Blast Bomb, y ese es Lei Magnus. ¡Eso hace que seas él!

“Ya veo,” contestó el sacerdote.

«Pero Lei Magnus era un hechicero que vivió hace cinco mil años, te das cuenta»

«Solo son pequeños detalles», me burlé.

«¿Qué es un milenio o dos entre los  hechiceros?

¡Puedes vivir todo lo que quieras si tienes las agallas!»

«¿Y qué clase de órganos mágicos extenderían la vida?», Preguntó, levantando las cejas de forma caprichosa.

“En     cualquier    caso,     ya     tengo     un     nombre perfectamente bueno. Soy Xelloss»

¿Xelloss? Nunca he oído hablar de ti. «Hunh». Reflexioné sobre su respuesta. «¿Y exactamente qué eres?»

«Un sacerdote misterioso», respondió crípticamente sin perder el ritmo.

Me detuve. Eso fue algo extraño que decir. «¿Y qué es Feltis y su grupo para ti?» «Ellos son mis enemigos»

Él no me estaba dando mucho para trabajar. Debe haber sentido mi escepticismo, porque sonrió de nuevo.

«¿No confías en mí?» Preguntó.

«Ser el enemigo de mi enemigo no te convierte en mi aliado»

«Bueno …» Xelloss se encogió de hombros. «Eso es cierto».

«Además», continué,

«No he confiado en los sacerdotes por un tiempo. Es una larga historia»

Xelloss me miró por encima. «Parece del tipo de una ‘Historia larga'». De acuerdo, no nos pongamos cómodos.

«De todos modos», dije bruscamente.

«Además de todo eso, quiero saber sobre los amuletos          que     llevas puestos.        Son                    talismanes, ¿verdad?»

«¿Qué quieres decir?», Preguntó Xelloss, fingiendo ignorancia.

«Esos», insistí, señalándolos.

“Esa gema que cuelga de tu cuello, la que está en tu hebilla del cinturón y las dos en tus pulseras. Estás usando los cuatro como amplificadores de capacidad, ¿verdad?»

«Vaya», dijo Xelloss. «Tienes el ojo muy afilado».

En realidad, parecía impresionado, y había abandonado la actitud de más santo que tú, lo que era agradable.

Los hechiceros han estado investigando amplificadores de capacidad durante años, pero nunca había oído hablar de alguien que aplicara con éxito este concepto. Yo misma los había investigado, pero todo lo que encontré fue que los amplificadores teóricamente podrían funcionar con los hechizos más simples. Algo me dijo que Xelloss no necesitaba ayuda con eso.

Pero como él se estaba haciendo el tonto, decidí presionar el caso.

“Hiciste un hechizo corto», dije.

«Justo antes de que comenzaras con el Blast Bomb. Estoy bastante segura de que el hechizo corto era para la amplificación mágica, pero si fuera tan fácil hacer un amplificador de capacidad, cada hechicero del mundo no se volvería loco tratando de hacerlo. En otras palabras, ese hechizo fue causado por otra cosa»

Xelloss sonrió.

«¿Es por eso que crees que estos son talismanes?»

“Si, ¿de qué están hechos? No pueden ser joyas normales»

Xelloss ladeó la cabeza mientras reflexionaba sobre mi pregunta.

«Honestamente…», dijo.

«No estoy realmente seguro. Fueron regalos”

Mientras me miraba con esa expresión agradable en su rostro, me pregunté si tenía un cerebro dentro de ese cráneo.

Hablando de calaveras vacías, de repente recordé a Gourry y esperaba que estuviera bien.

Xelloss miró los talismanes.

«Supuestamente son piedras de sangre de demonio. Ruby Eye, Dark Star, Chaotic Blue y Death Fog — Del Señor Demonio de este mundo y tres Señores Demonio de otros mundos»

Eso fue suficiente para volar la mente de cualquiera, incluso una mente tan aguda como la mía.

“¿¡S-Señores     Demonios     de     otros     mundos?!” Tartamudeé.

Mi mandíbula cayó y mis ojos salieron de mi cabeza. «¡De ninguna manera! ¿Es en serio?!”

«No estoy seguro», repitió Xelloss. «Eso es lo que me dicen».

«¿Quién?» Pregunté rápidamente, sintiéndome como un búho asustado.

«¿Quién lo dice?»

«Es un s-e-c-r-e-t-o», respondió con calma, moviendo su dedo hacia mí.

Fruncí el ceño. No me hagas darte una bofetada.

«Bueno, definitivamente son únicos, sean lo que sean». Un pensamiento de repente me golpeó; Junté mis manos.

«¡Eso es!» Exclamé. ¡Deberías vendérmelos!” Xelloss parpadeó.

«¿Por qué demonios haría algo así?», Preguntó en respuesta a mi excelente idea.

«Porque los quiero, duh. Mira, te pagaré quinientos cincuenta por ellos. Quiero decir, en serio, ¡Es un precio increíble! ¿No soy yo generosa? ¡Podrías comprarte un estoque con esa cantidad de dinero!”

Xelloss se acaba de reír.

«Quinientos cincuenta mil y son tuyos» Sin dudar, respondí.

«¡Vendido!»

«¿Eh?» Xelloss se congeló, y juro que la palabra TONTO apareció sobre su cabeza como luces de neón.

«Dijiste que los venderías por quinientos cincuenta mil, ¿verdad?» Agarré el saco de mi espalda, lo abrí y comencé a sacar varios objetos mágicos.

«A ver», reflexioné en voz alta.

«Un paquete de raíces de crowley, dos medicinas de meltian, un anillo de radilina, mineral de remtite, bolsas de polvo de mustaal… oh, y qué demonios,

¡incluso voy a tirar una pastilla de crucero! En cualquier ciudad importante— Le expliqué, entrecerrando los ojos y pellizcándome los dedos como un comerciante astuto—, podría venderlos por más de quinientos cincuenta mil, sin duda. Parece que hemos llegado a un acuerdo»

Pero Xelloss acaba de empezar a balbucear. «Oh … corre … bueno …»

«No me digas que no quieres vender después de que hayamos acordado un precio justo». Le di a Xelloss una mirada que apuñaló a través de sus alumnos.

«Pero … uhm …»

*PUÑALADA*

Finalmente, bajó los ojos y dejó caer los hombros.

«Sí, señora», murmuró.

¡Éxito!

Con un suspiro resignado, Xelloss sacó los cuatro talismanes y los entregó a regañadientes.

«Es mejor que sepas», me dijo.

«Para usar los amplificadores, colócalos frente a ti en una postura cruzada mientras recitas el hechizo de Amplificación antes del hechizo que deseas usar. En cuanto al hechizo de amplificación…”

«Eso está bien», lo corté, agitándolo.

«Ya te escuché decirlo. Lo tomaré desde aquí »

«¿Eh?» Xelloss soltó. Hizo un pequeño estruendo en su garganta. Creo que le impresioné.

Tengo ese efecto en los hombres, ya sabes. «Eso es realmente…», dijo.

«Recordar un hechizo que solo has escuchado una vez, incluso si es corto…»

«Supongo» respondí un poco engreída.

Luego, solo para que no pareciera demasiado arrogante, agregué.

«Hice un poco de investigación en esto hace un tiempo»

Me puse los talismanes. Puede que no estén a la moda, pero con el poder viene el sacrificio.

“¿Investigación?” Preguntó Xelloss. «¿Eso significa que eres una hechicera?» Levanté una ceja.

«¿El atuendo no te avisó?»

Xelloss se encogió de hombros.

«Pensé que tal vez solo eras excéntrica. O te gustaba disfrazarte”

«¡Oye!»

«Está bien, está bien». Xelloss extendió las manos como para disculparse.

«Pero no usaste ninguna magia en la batalla antes.

¿Hubo alguna razón en particular para eso?”

Me estremecí. Una forma de golpearme cuando estoy deprimida, quería decirle, aunque no estaba segura de querer compartir la horrible verdad en absoluto. Después de pensar un segundo, pensé que no iba a cambiar mucho.

«Mis hechizos», dije con un suspiro, «Fueron sellados»

Xelloss agarró delicadamente su barbilla.

«Así que hay alguien aquí con el poder para hacer eso, ¿verdad?»

«Sí», murmuré.

«Ella es parte del escuadrón idiota. Se hace llamar Mazenda»

Xelloss me miró como si acabara de brotar tres cabezas.

«¡Ehhhhhhhhhhhh!», Gritó, retrocediendo dos pasos asombrosos.

«¿Mazenda-san es una de ellos?»

«¡E-Espera un minuto!» Sacudí la cabeza y le hice un gesto para que se calmara.

«¿Quieres decir que la conoces?» Las sorpresas volaban rápido ese día.

Xelloss se enderezó con su bastón. Se detuvo un momento, luego se rascó la cabeza.

«Bueno, más o menos», explicó.

«Pero    en    este    momento,    parece    que    somos enemigos»

¿Dijo que parece?

«Estoy sintiendo complicaciones»

«De hecho». Xelloss miró a su alrededor y luego agregó:

«Pero este no es un muy buen lugar para conversar». Dejó los artículos que le había dado en una bolsa.

«¿Por qué no vamos al pueblo más cercano y continuamos esto allí?»

«Genial», le contesté mientras me frotaba el estómago con aprecio.

«Toda esta charla me está dando hambre»