Fushi no Kami (NL)

Volumen 1

Extra: La Luz de Yuika

Mi hija Maika tenía fiebre. Sin duda se había resfriado. Afuera se había vuelto mucho más frío y había varias otras personas enfermas en el pueblo. De prisa, hice que mi esposo Klein se reportara a mi familia en la ciudad en mi lugar, para que yo pudiera cuidar de Maika.

“Tienes una fiebre muy alta. Asegúrate de descansar bien”.

No importa lo que dije, ella no respondió. Siguió respirando con dificultad. Por el momento, le puse una toalla húmeda en la frente para bajarle la temperatura. Oh espera. Según Ash, fue más efectivo colocar la toalla en el cuello o debajo de las axilas. Parecía que cuando se trataba de mi propia hija, me había olvidado del mismo consejo que les había dado a todos los demás aldeanos que informaron tener fiebre. Esto no fue bueno. Necesitaba controlarme.

“Lo superarás Maika”.

Sudaba profusamente. Ash dijo que en este caso era mejor que tomara la mayor cantidad de líquido posible. Necesitaba preparar un poco de agua con miel y sal. Ya era pasada la hora del desayuno y pronto los otros aldeanos enfermos vendrían a recoger su ración también. Pero tampoco podía dejar a Maika sola…

Como estaba en este estado de confusión y mi cuerpo se había congelado, escuché un golpe en la puerta acompañado de una voz tranquilizadora.

“¿Señora Yuika? Soy yo, Ash. Tu esposo me lo contó todo y he venido a ayudar”.

“¡Ash! Por favor, entra. Maika está dormida”.

Me sentí aliviada. Mi esposo Klein, mi orgullo y alegría, se había asegurado de informar a una persona capaz y confiable de nuestra situación antes de dejar el pueblo. Esa persona era Ash.

“Voy a entrar. Escuché que Maika se ha resfriado”. Ash nos vio fugazmente a mí ya Maika con una expresión tranquila en su rostro. “Por favor, quédate al lado de Maika. ¿Puedo tomar prestada tu cocina mientras tanto?”

“Por supuesto. Puedes usar lo que quieras”.

No esperaba menos de Ash. De inmediato comprendió que necesitaba su ayuda. También fue muy caballeroso por su parte no fisgonear en la habitación más de lo necesario.

“No voy a hacer nada. Primero, herviré el agua y haré agua con miel salada. También he traído un medicamento para el resfriado que hice. Déjame que me ocupe de los demás aldeanos enfermos”.

“Gracias. Lo dejo en tus manos.”

Ash respondió con una sonrisa reconfortante. Pude ver por qué Maika siempre hablaba de que su sonrisa se parecía a un sol. Irradiaba como una luz brillante y cálida. Nada había cambiado, pero sentía que todo iba a estar bien.

“Después, también prepararé el almuerzo y la cena. Estoy pensando en cocinar un guiso de fácil digestión. Quiero usar sus ingredientes más antiguos primero, así que volveré a consultarlo más tarde con respecto a ese asunto”.

Verlo actuar tan rápidamente me quitó un peso de encima. Estaba segura de que las cosas iban a estar bien. Me había reunido con Ash antes y habíamos planeado exactamente esta situación. Estábamos decididos a ayudar a todos los aldeanos a pasar este invierno. Mis pensamientos confusos comenzaron a aclararse. Era como si hubiera encontrado una luz que me guiaba en la dirección correcta.

“Maika, la persona que te gusta es realmente confiable”.

No puedes dejar que se te escape de los dedos. Necesitas descansar y recuperarte pronto, para poder estar al lado de Ash nuevamente.