Fushi no Kami (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Así Habló La Página

Parte 3

Perspectiva de Maika

Mi corazón se congeló cuando noté que Ash se había ido.

Al principio, escuché a alguien gritar que había aparecido un jabalí. Eso dio miedo, pero también era algo sobre lo que los adultos nos habían advertido innumerables veces. Una de las niñas mayores, que era la líder de la búsqueda de alimentos, nos recordó que mantuviéramos la calma y ordenó a todos que se reunieran lenta y silenciosamente en la entrada del bosque. Hubo algunos niños que hicieron algo de ruido, pero afortunadamente el jabalí no se había vuelto loco y nadie resultó herido.

Después de que todos se reunieron, todos parecieron aliviados. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que faltaba alguien. Aunque podría haber sido el primero en notarlo, no me atreví a decir nada.

“¿Dónde está Ash?” preguntó nuestro líder. Todos miraron al compañero de grupo de Ash, Jigil, quien tenía una mirada pálida en su rostro. “¿Qué pasó, Jigil?”

“El jabalí apareció junto a Ash y luego…” Jigil no se atrevió a decir nada más, pero eso era todo lo que necesitaba decir.

“¡Todos, regresen al pueblo! Y Maika, podrías decirle a tu padre… Maika,

¿estás bien?

Lo sé. Tengo que decírselo a mis padres.

Mi padre era un maestro espadachín; mi madre siempre se jactaba de que él era el mejor del reino.

Mi papá iba a salvar a Ash.

Si pudiera encontrarlo. Si no fuera ya demasiado tarde. Si Ash no estuviera ya…

Antes de darme cuenta, estaba llorando. Estaba avergonzada, pero no podía detenerme. ¡No! No quiero pensar en eso. Ash no puede morir todavía.

“Todo va a estar bien, Maika. Estamos hablando de Ash después de todo; Estoy seguro de que sabe cómo lidiar con un jabalí”. Mientras lloraba, mi mamá corrió hacia el bosque y me abrazó. Intentó desesperadamente consolarme, pero no podía dejar de preocuparme.

Todos los adultos parecían preocupados. Decían que Ash se había llevado un jabalí, y qué lamentable era que Ban, el cazador, no estuviera presente en un momento como este. Incluso mi mamá no sonreía en lo más mínimo. Me estaba asustando cada vez más; Estaba temblando. No podía dejar de llorar.

En ese momento, Folke, que había salido inusualmente de la iglesia, se me acercó. “Hey. No malgastes tus lágrimas tan fácilmente”. Hablaba con voz tranquila.

¿Cómo puede estar tan sereno? Y no parece que esté fingiendo, como mi mamá y todos los demás tampoco; parece genuinamente indiferente. Lo miré sin comprender.

“A este paso, no te quedarán lágrimas para cuando vuelva”, dijo. “¿El volverá?”

“Por supuesto que lo hará”.

¿Cómo? No lo mató el —

“¡Como si un simple jabalí pudiera dañar a ese demonio Ash! Ese chico podría convencer incluso a la propia Muerte de firmar un contrato irrazonable y regresar ileso”. Folke se burló del peligroso jabalí, considerándolo mucho más débil que Ash.

Se aclaró la garganta y continuó en tono serio, diciendo: “Déjame contarte una historia, Maika”. Folke se inclinó para contarme sigilosamente un secreto que se había transmitido durante generaciones. “Hay una leyenda sobre un dios pájaro que vivió hace mucho, mucho tiempo. Era diferente de los dioses que adoramos hoy en la iglesia; este dios no murió. Fue conocido como el Fénix. Siempre que se lesionaba, o cuando se hacía mayor, se preparaba un nido con ramitas de canela, se sentaba en el nido y lo encendía con una llama mágica para quemarse vivo”.

“¿Pero no moriría?”

“Sí, normalmente esto lo habría matado. Pero el Fénix no era normal. Después de que las llamas mágicas se apagaran, revivió y se levantó de las cenizas más poderoso que antes”.

¿De las cenizas? ¿Ash?

“¿No crees que eso le da al nombre ‘Ash’ un significado bastante poderoso? Aunque supongo que solo los investigadores de escritos antiguos sabrían realmente el origen detrás de esto”. Folke estaba sonriendo. “Entonces, debes guardar tus lágrimas para cuando Ash regrese”, agregó Folke mientras se secaba las lágrimas. “Después de todo, las lágrimas son la mejor arma de una mujer; no te reprimas cuando los uses en Ash. De lo contrario, ese tonto actuará como si nada hubiera pasado”. Folke, que acababa de consolarme, parecía un verdadero sacerdote con una suave sonrisa en el rostro.

 * * *

A la mañana siguiente, me desperté con las primeras señales del sol, ya que no había podido dormir profundamente. En la noche, me había despertado varias veces, cada vez revisando mis heridas y tirando más ramas a la hoguera para que siguiera funcionando. Simplemente no pude deshacerme de mi fatiga extrema. Decidí quedarme y descansar aquí un poco más. Como no podía pensar con claridad, no estaba seguro de si se trataba de una decisión racional o perezosa, pero recé para que fuera la primera.

Necesitaba proteínas. Pensé en la serpiente extremadamente deliciosa que me había comido en mi sueño. Yo también tenía sed. Por ahora, solo iba a recolectar un poco más de lo que asumí que era aloe (aunque estaba casi seguro de que era aloe después de probarlo la noche anterior).

Después de calentarlo sobre la hoguera y comerlo, me di cuenta de que necesitaba agua potable adecuada. El líquido del aloe puede haber sido suficiente para saciar mi sed mientras estaba inactivo, pero necesitaba aumentar mi consumo una vez que iba a moverme por el bosque. Además, me arriesgaba a dañar mi cuerpo si consumía demasiado aloe, considerando que era una planta que se usa para tratar heridas y la piel.

Recordé que había plantas que tenían grandes cantidades de agua almacenadas en su interior. Por ejemplo, en el desierto era posible usar el agua dentro de los cactus para rehidratarse. Me pregunté si habría una planta similar en este bosque.

Alcancé mi amado libro con la esperanza de salvación cuando me di cuenta; podría haber hecho una olla con el libro. Y no lo quise decir como una broma, hablaba en serio. Recordé haber oído hablar de algo llamado ollas calientes de papel en mi vida pasada. A pesar de que estaba hecho de papel, era lo suficientemente resistente como para ponerlo al fuego y dejar que el agua o la sopa del interior hierva a fuego lento hasta que esté caliente. El papel en sí ni siquiera necesitaba una preparación especial; simplemente funcionó de alguna manera.

Por supuesto, no tenía la intención de usar mi precioso libro. Si hubiera sido posible hacer una olla con papel, seguramente también habría funcionado con hojas, que eran menos inflamables. ¡Qué conjetura más lógica! Estaba listo para comenzar mi pequeño experimento de inmediato. En el bosque, también había muchas más hojas disponibles que páginas en mi libro.

Decidí usar una planta que parecía bambú de hoja ancha. Si era lo mismo en este mundo, eso significaba que no era venenoso, e incluso tenía un efecto antibacteriano. Si resultaba ser un tipo diferente de planta, recé para que al menos no me envenenara.

Tal vez fue porque había agotado la mente y el cuerpo en el lapso de una noche, pero sentí que mis estándares de seguridad se volvían cada vez más laxos. Llevaba al límite mi cuerpo de nueve años. Estaba decidido a reponerme lo mejor posible antes de que la situación se volviera fatal.

Se necesitó un poco de esfuerzo para crear un recipiente lo suficientemente grande como para contener un sorbo de agua, ya que las hojas de bambú en sí no eran muy grandes. Teniendo en cuenta que el primer trago también fue un veneno al mismo tiempo, esto podría haber sido lo mejor. Me iba a preocupar por el tamaño del recipiente una vez que mi experimento fuera un éxito.

Suspendí la maceta de bambú de las ramas que había colocado sobre la estufa y encendí un fuego, hasta ahora todo bien. Me sentía cálido y confuso por dentro pensando en cómo se me había ocurrido esta idea y cómo había podido poner en práctica mis nueve años de experiencia en este mundo. Sin embargo, no estaba tan caliente como el interior de la olla de bambú, estaba hirviendo. Si bien había sido idea mía, era un espectáculo extraño.

Después de dejar que el agua hierva un poco más, dejo que se enfríe lejos del fuego antes de comenzar a beber con precaución. Al principio, lo probé dentro de mi boca y busqué cualquier posible señal de peligro. Si bien no estaba entrenado en la degustación de venenos, consideré que la falta de síntomas, como entumecimiento, era una señal suficientemente buena para tragar el agua.

Sentí que había vuelto a la vida. Parecía que los líquidos contenidos en el aloe y el perejil no habían sido suficientes después de todo. Esperé un poco más para ver si había algún efecto secundario antes de preparar varias macetas de bambú más. No podía esperar para beber hasta el contenido de mi corazón.

Mientras suspendía tantas ollas como pude sobre la estufa, me pregunté qué debería hacer mientras tanto. Sobre todo pensaba en la comida, como era de esperar de alguien que no había comido bien en un tiempo. Mirando a mi alrededor con el estómago vacío, noté los peces en el río. ¿Por qué no había pensado en esto antes? Podría haber frito y comido el pescado. Eso también habría sido más seguro que comer plantas silvestres. Solo necesitaba descubrir cómo atraparlos.

Como tenía la canasta para recolectar plantas, pensé que podría recrear el método de pesca usado en el pueblo. De hecho, fue bastante fácil. Primero, tuve que colocar la canasta en un lugar estrecho en el río. Si no pudiera encontrar un lugar así, podría reducir el flujo colocando algunas piedras y ramas. A continuación, necesitaba hacer algo de ruido río arriba salpicando el agua antes de perseguir a los peces hasta la canasta. Fue más difícil de lo habitual dado que no podía arrinconarlos yo solo, y que la canasta era bastante pequeña, pero aun así logré pescar dos peces. Hola, proteína. Seremos uno en cuerpo y alma. Como un niño, salté lleno de alegría. Hice una brocheta con algunas ramitas y comencé a freír el pescado de inmediato.

El sol había alcanzado su cima. Esto significaba que ya había pasado algún tiempo desde mi experimento con el agua y todavía me sentía bien. Al menos sabía que podía evitar morir de hambre o deshidratarme. Me sentí un poco aliviado. Durante el resto del día, me iba a concentrar en conseguir comida y agua, para que mañana pudiera comenzar mi viaje de regreso al pueblo.

Estaba sonriendo al ver el pescado cocido, perdido en mis pensamientos, cuando de repente una mano agarró mi hombro por detrás…

“¡No me asustes así!”

Miré al hombre que se había acercado sigilosamente y casi me hizo arrojar mi brocheta de pescado a su cara. Nunca había hablado con él antes, pero sabía quién era este tipo de aspecto duro de veintitantos años.

“¡Qué coincidencia verte aquí, Ban!” Estaba hablando con Ban, el cazador.

Sus labios estaban fuertemente cerrados y tenía una mirada aguda en su rostro. Se sentó frente a mí sin decir una palabra. Vamos decir algo.

“¿Quieres comer uno?” Yo pregunté.

Intenté entablar una conversación, pero solo me encontré con un silencio seguido de un movimiento de cabeza. Como Ban era tan silencioso y poco sociable, la mayoría de los niños pensaban en él como una persona aterradora. Tampoco fue una sorpresa que todavía fuera célibe a pesar de ser guapo.

“¿Qué pasó?” Al escuchar una voz profunda, instintivamente miré a mi alrededor. Me tomó un momento darme cuenta de que era la voz de Ban. Resultó que no solo nunca había hablado con él personalmente, sino que nunca lo había escuchado hablar con nadie antes. Mientras tanto, Ban se rascaba la cabeza, probablemente preguntándose por qué no le respondí.

“Oh, lo siento. Tienes razón, es extraño que esté aquí solo”. Ban asintió con la cabeza.

“Para decirlo simplemente, tuve un accidente y estoy completamente perdido. ¿Podrías ayudarme a encontrar el camino de regreso a la aldea?”

Después de parpadear sus agudos ojos varias veces, asintió de nuevo.

Finalmente, parecía que iba a regresar a casa. Como cazador, Ban era uno de los únicos expertos forestales por aquí. Los otros aldeanos solo entraban a las afueras cuando buscaban comida, pero él puso un pie en las profundidades del bosque.

Aliviado, mordí mi pescado cocido. No iba a dejar mi comida preparada solo porque sabía que podía irme a casa ahora.

Mientras masticaba, hablé con él tranquilo Ban. “Realmente me salvaste. Ayer estaba recolectando plantas silvestres comestibles con todos, pero para encontrar el árbol de aloe, decidí treparme solo a un árbol caído, y después de eso, no recuerdo nada. Al parecer, me desmayé y cuando me desperté de nuevo me encontré en medio del bosque, sin saber dónde estaba”.

Ban volvió a rascarse la cabeza al escuchar la palabra “aloe”. “¿Estás confundido por la palabra ‘aloe’?”

Asintió con la cabeza para responder a mi pregunta.

“Aloe es esto aquí.” Le mostré las sobras del desayuno de esta mañana. “Ungüento”, murmuró con una mirada de satisfacción en su rostro.

“¿Oh?” Espera un minuto. ¿Sabes que esto se puede usar como ungüento? “¿Sabías sobre esta planta?”

El cazador asintió.

Wow. Me pregunto por qué no les contó a los aldeanos sobre una planta tan útil. Sobre todo teniendo en cuenta que también crece en las afueras.

“¿Puedo preguntarte cómo lo sabes? Nadie más parece darse cuenta de ello”.

“Las enseñanzas”.

Esa parecía ser toda su explicación. Tal vez estaba maldito y destinado a morir si seguía hablando durante demasiado tiempo.

“De los cazadores”. Continuó su explicación con un retraso considerable después de ver mi expresión de perplejidad.

“¿Las enseñanzas de los cazadores? ¿Te refieres al conocimiento que se ha transmitido de generaciones anteriores de cazadores?”

Una vez más, señaló su acuerdo con un asentimiento.

Me pregunté por qué parecía tan satisfecho, pero entendí lo que estaba tratando de decir. Aunque pudimos haber estado recolectando plantas comestibles, todavía éramos agricultores; nuestra experiencia radica en los campos y no en el bosque o las montañas. Los cazadores, por otro lado, eran expertos en los dos últimos. Pasando la mayor parte de su vida diaria en el bosque, era natural que tuvieran pleno conocimiento de él, a diferencia de los granjeros que casi nunca ponían un pie dentro. Me hubiera gustado que compartieran este conocimiento más ampliamente, pero supongo que así eran las cosas…

“¿Podría ser que conozcas más de las plantas que se enumeran en este libro?”

Ban inclinó la cabeza. Si bien su expresión siempre se mantuvo igual, parecía que movía mucho la cabeza. Estaba empezando a disfrutar de esta conversación parcialmente silenciosa.

“Pensé que si podía encontrar más plantas que pudieran usarse como alimento o medicina, la vida en el pueblo sería más fácil. Como primer paso, descubrí este aloe”.

Ban asintió.

“Si no te importa, ¿podrías echar un vistazo a las plantas de este libro? Y si hay algo que reconozcas, ¿podrías mostrarme dónde crece?”

Rápidamente me senté a su lado y abrí la guía botánica. Su mirada aguda, que habría aterrorizado a la mayoría de los niños, se dirigió hacia el libro. Mientras hojeaba las páginas, señaló todas las plantas que reconocía. Hubo muchos más de los que esperaba.

“¡Oh, eso es increíble! ¡Eres increíble, Ban! ”

No hace falta decir que los libros eran increíbles, pero también lo era la experiencia adquirida a partir de la práctica. ¡Ambos fueron logros sobresalientes del intelecto humano! Había tantas especies diferentes de plantas que me pregunté por qué ninguna de ellas había sido de uso común hasta ahora. Por supuesto, también habría casos en los que podría haber sido más difícil obtenerlos en la práctica, pero aun así, se sintió que había muchos recursos desperdiciados.

“Por cierto, ¿puedo pedirte un favor?” Tiré las espinas de pescado sobrantes al fuego e incliné cortésmente la cabeza. “Antes de volver a casa, me encantaría recolectar algunas de las plantas que reconociste. Si no es un problema para usted, ¿podría mostrarme dónde están? ”

No quería desperdiciar la oportunidad de que un experto del bosque compartiera conmigo su conocimiento superior en el camino de regreso. Sin mencionar que hubiera sido mucho más rápido y seguro que hacerlo por mi cuenta. Era una propuesta razonable, intentar convertir mi desgracia en una racha de suerte.

Sin embargo, Ban parecía un poco molesto.

Vamos, no digas que no. ¿De verdad vas a rechazar la sincera petición de un niño lindo e inocente como yo?

No lo iba a forzar, y sabía que todavía era solo un día después de mi accidente, pero no vi el daño de recoger los que estaban en nuestro camino de regreso de todos modos. Eso habría sido suficiente para mí, y estaba casi seguro de que los aldeanos también serían felices.

Después de darle una súplica desesperada, Ban accedió a llevarme de regreso a la aldea al día siguiente mientras cuidaba las trampas que había colocado y, por supuesto, me mostraba todas las hierbas silvestres en el camino. No quería ser negligente en sus deberes como cazador, por lo que parecía que este también era un buen arreglo para él. Al enterarme de esa información del silencioso Ban, lamenté sonar tan desesperado en mi solicitud, pero esta vez decidí permanecer en silencio.

El segundo día después de mi accidente, Ban me mostró hierbas silvestres que no recordaba haber visto nunca en mi vida pasada.

Ahora entendí por qué los agricultores no los conocían. Para algunos, tomó mucho tiempo y esfuerzo conseguirlos, y otros parecían casi idénticos a las hierbas venenosas o se volvían venenosos después de una cierta cantidad. Ban me enseñó que incluso los cazadores, que estaban familiarizados con ver estas hierbas todos los días, a menudo solo confiaban en ellas en caso de emergencia y que era mejor dejarlo así si uno no estaba seguro. También había algunas hierbas excepcionales que no eran venenosas en absoluto y sabían bien. Sin embargo, ninguno de ellos se encontraba en las afueras del bosque, por lo que era difícil llegar a ellos.

Según Ban, también existía el peligro de que hubiera demonios en el bosque. Todavía no estaba del todo convencido al respecto. ¿Existían realmente los demonios en este mundo?

De todos modos, después de pasar una noche juntos, aprendí que el Silencioso Ban era bastante bueno para cuidar a los demás y cuidarlos. Caminó a mi paso y me mostró cómo desarmar la ardilla que había atrapado en una de sus trampas. Terminamos comiéndonos la ardilla junto con unas hierbas silvestres que no conocía. Sin embargo, debo admitir que la disección de la ardilla fue bastante grotesca.

En conjunto, había sido una experiencia muy valiosa. Había podido comer car— poner en práctica el conocimiento de mi libro. Me pregunté si sería posible ayudar a Ban con su trabajo de vez en cuando, considerando lo deliciosa que era la carne, lo beneficioso que había sido para mi investigación de plantas silvestres.

Perdido en mis pensamientos, de repente me di cuenta de que estábamos pasando por un lugar familiar. Reconocí el árbol de aloe y el árbol caído. Nos encontramos en la zona de alimentación. El pueblo debe haber estado cerca.

“Ya veo. Así es como estaba todo conectado. ¡Allí está el árbol de aloe que descubrí antes de desmayarme!” Lo señalé.

Ban asintió y miró el árbol caído.

“Ah, sí. Este es el árbol caído al que trepé para ver mejor el árbol de aloe”.

El pueblo estaba casi al alcance. Primero, quería volver a mi casa y dormir bien. Había aprendido que acampar al aire libre no era muy refrescante. Mi cuerpo de nueve años estaba al límite, e incluso ahora tenía que esforzarme para no quedarme dormido en el acto.

“Casi ahí.” Ban pareció notar mi fatiga y siguió mirando hacia atrás para ver si estaba bien. Puede que fuera silencioso y poco sociable, pero era muy cariñoso. Inclinaba la cabeza en agradecimiento mientras que por dentro me quejaba y gruñía. ¡Ay de mí!

Finalmente, llegamos al pueblo y me acerqué tembloroso a la plaza pública, donde se estaba reuniendo una gran multitud. Ambos nos miramos, sin entender realmente lo que estaba pasando.

Claro, era un pueblo pequeño, pero por lo general también estaba tranquilo, ya que todos estaban ocupados con su vida diaria. La gente solo se reunía en una gran multitud como esta en ocasiones como el festival de primavera, el festival de la cosecha o el festival de oración por la fertilidad. Y cada vez que alguien se casaba o alguien había muerto. Dado que el festival de primavera ya había sucedido recientemente, no pudo haber sido eso. También era poco probable que alguien se hubiera casado repentinamente sin que hubiera rumores en una aldea tan pequeña. Lo más probable es que alguien haya fallecido repentinamente. Desafortunadamente, esto sucedió a menudo. Me preguntaba quién era. El mayor de los Madel no se había sentido muy bien recientemente, pero en esta vida, también era común que los más jóvenes murieran a causa de una enfermedad repentina.

“¿Qué pasó aquí?” Caminé hacia los aldeanos, que todos parecían sombríos.

En ese momento, todos nos miraron conmocionados. Ban y yo nos rascamos la cabeza ante esta reacción inesperada. Nadie sabía realmente qué hacer o decir.

Las primeras en romper este silencio fueron Lady Maika y mi madre. Ambas gritaron mi nombre y vinieron a abrazarme. Espera.