Campione (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Yo, Desde Hace Mucho Tiempo he Buscado la Derrota

Parte 1

Antiguas ruinas y el hermoso océano, éstos eran conocidos como los atractivos turísticos más importantes de la isla de Cerdeña.

En toda la isla había un total de más de siete mil edificios de piedra ― nuragas.

La civilización que los construyó se remontaba a más o menos el siglo XV A.C. En ese entonces, la gente que vivía en la isla de Cerdeña se reunía en torno a las nuragas para construir sus asentamientos y vivir allí.

Luego vino el período de la Edad Antigua con la llegada de los fenicios.

Ellos primero hicieron contacto con la isla como comerciantes marítimos. Finalmente, en el año 509 A.C., toda la isla de Cerdeña pasó al dominio de la ciudad fenicia de Tharros.

Luego llegaron los romanos.

Bajo el gobierno de la República y del Imperio Romano, los romanos reconstruyeron las calles construidas por los fenicios, haciendo de ella su propio territorio.

Esta es la razón por la que ruinas romanas y fenicias coexistían en la isla de Cerdeña.

Su ubicación actual es la provincia de Oristán, en el oeste de la isla, donde había una gran cantidad de ruinas antiguas.

A fin de abrir rutas marítimas para llegar a la costa occidental, los fenicios se habían establecido en ciudades como Oristán y Tharros.

— Especialmente en Tharros.

Estas ruinas se encuentran en un cabo que sobresale de la península. Aunque la mitad de él se ha hundido en el mar, se conserva aún en los tiempos modernos.

Era una ciudad construida por los fenicios de Tiro ― las personas cuyos divino protector era Melqart.

“Melqart y su principal identidad, Baal, eran deidades íntimamente relacionadas con la cultura fenicia y sus costumbres ― ¿has oído hablar de Aníbal?”

“¿El nombre de la película? ¿O te refieres al general que se dirigió a Roma?” Esta era la capital de la provincia de Oristán, en el oeste de la isla.

Al igual que Nuoro, era una ciudad bastante bien desarrollada, pero más cercana al mar. El viento llevaba el sabor del agua de mar. Tal vez debido a eso, el aire se sentía muy libre y fresco aquí.

Estaban dentro de una cierta tienda de pizza en la ciudad.

Sentados en las mesas al aire libre, Erica y Godou estaban comiendo. Ahora que lo pensaba, era la primera vez que Godou comía pizza en Italia.

Esta era la crujiente y delgada masa de estilo romano en vez de la rumoreada masa gruesa del estilo napolitano.

“Por supuesto, Aníbal significa ‘hijo amado de Baal’, mientras que el nombre de su padre, Amílcar… significa ‘sirviente de Melqart’. Ambos eran nombres muy comunes entre los fenicios.”

“…Entonces, ¿es por eso que hemos venido hasta aquí?”

Al día siguiente de encontrarse con las bestias gigantes en Dorgali, ellos habían salido de ese pequeño pueblo.

Primero, regresaron a Cagliari en el sur, y luego viajaron hacia el oeste tomando el auto alquilado por Erica, llegando a Oristán después de casi dos horas.

Erica había mencionado que las ruinas de Tharros estaban aproximadamente a veinte kilómetros del pueblo.

Las ruinas de la base establecida por los fenicios, más tarde mejoradas por los romanos con acueductos y otros servicios de la ciudad, eran ahora una desierta atracción turística.

“Así que, sobre el Dios de la espada dorada, ¿hay algún problema? Y el otro chico ― el tipo que afirmaba amnesia y desapareció, ¿está bien dejarlo así?”

“Ya no importa, ya casi he resuelto el enigma.”

La respuesta de Erica puso muy ansioso a Godou.

Para Godou, en lugar de lo que estaban haciendo, quería aprender más acerca del Dios de la Espada, el dios que vio ayer.

El dios que había derrotado a las bestias gigantes por toda la isla, el dios que parecía estar estrechamente vinculado al joven. Pero Erica parecía haber perdido completamente el interés en ese dios.

“Actualmente, las encarnaciones causando estragos por toda la isla pertenecen al dios de la espada, ¿cierto? Ese debe ser el más peligroso, por lo que debemos estar preparados contra ello en primer lugar.”

“Incluso si las encarnaciones del dios de la espada aparecieran, a lo sumo, habrá una o dos, y serán derrotadas tan pronto como aparezcan. Por lo que es más eficiente localizar al faltante Melqart… Además, Estoy muy segura acerca de la identidad del dios de la espada.”

La respuesta de Erica sorprendió a Godou, ¿cuándo es que ella investigó a tal detalle? “Eres increíble… Aunque no te vi investigar, ¿cómo lo descubriste?”

“Porque yo ya gasté un montón de esfuerzo para descubrirlo el día de ayer, probablemente sea una deidad de Persia o India… Parece más como un dios persa, porque hay algo así como un halcón o un águila.”

Sentada al aire libre, Erica dijo aparentemente aburrida.

“Pero que digas que esos monstruos serán derrotados inmediatamente, ¿no es muy pronto para decir algo como eso?”

“No hay problema. Aunque las encarnaciones sepan que van a ser vencidas, están obligadas a seguir al cuerpo principal ― entonces, fin de la conversación. Tengo que contactar con la asociación local y eso tomará algún tiempo, ¿entendido?”

“¿Local?…Es cierto, las asociaciones secretas de magos.”

Godou estaba desconcertado por el término asociación, pero recordó inmediatamente.

“Así es, este es el pueblo más cercano a las ruinas de Tharros, así que las chances de obtener información son las más altas.”

“¿Podría ser, hay un dios en esas ruinas?”

“Eso no debería suceder. Los Dioses Herejes suelen evitar a la gente, es raro que se queden en los lugares turísticos. Sin embargo, las antiguas tierras sagradas y los templos son algo atrayente para ellos. Si los dioses están cerca, las asociaciones locales de magos debería haberse dado cuenta.”

Después de esta conversación, Erica salió de la pizzería.

Cuando Godou le sugirió preguntarles por teléfono, Erica le explicó que era de muy mala educación hacer preguntas directas a los magos locales sin hacerlo presencialmente.

Al parecer, había todo tipo de reglas en el mundo de los magos. Después de eso, Godou dio un paseo en la ciudad para matar el tiempo.

Pensando cuidadosamente, ha pasado un tiempo desde que hizo algo propio de un turista, pero no tuvo ninguna sensación de felicidad. Él había estado encontrándose con dioses, y ahora estaba siguiéndolos.

— Cuando Erica regresó, el sol ya se estaba poniendo.

Sin decidir un tiempo o lugar para encontrarse, ella apareció de la nada, usando probablemente esa magia busca-personas que mencionó el día anterior.

“Venir aquí fue lo correcto.”

Esas fueron las primeras palabras de Erica.

“― Aunque no está claro si se trata de Melqart o del dios de la espada, un Dios Hereje ha descendido cerca de aquí. Los magos locales han sentido la presencia divina, y están entrando en pánico ahora. Desde que llegué aquí, fui capaz de obtener una gran cantidad de información.”

“Un dios viene otra vez…”

Completamente incapaz de ocultar sus nervios, la reacción de Godou hizo que Erica mostrara una expresión que era difícil de describir.

Si tienes algo que decir, solo dilo directamente. Esta no era como su expresión habitual.

“¿Qué sucede? ¿Te preocupa algo?”

“Godou, puedo preguntar… ¿No vas a regresar a Japón?” “¿Ah?” Ante la repentina pregunta, Godou se sorprendió.

(Hasta ahora, ¿no fuiste tú quien insistió en llevarme contigo, a este ordinario japonés?)

“Habiendo llegado a esto, como un paciente en etapa avanzada, ¿cómo puedo simplemente salirme a la mitad?”

Estaba seguro de que lamentaría regresar a Japón sin ver las cosas hasta el final. Enojado porque nuevamente había perdido de vista al joven ayer, Godou respondió de inmediato:

“Al menos, sin antes confirmar la condición de ese tipo, no pienso volver.”

“Ese tipo ― deben ser el chico, ¿verdad? Incluso si te obsesionas con él, no creo que vaya a terminar bien.”

“…No sólo el dios, ¿incluso sabes acerca de ese tipo?”

Erica respondió a la pregunta con la misma sutil expresión.

En otras palabras, ella sabía algo, pero no quiso revelar la respuesta. Este pesimismo no era propio de ella.

“Lo sé, pero es completamente diferente a mis expectativas iníciales. Pero creo que entiendo su esencia. Me preocupaba que pudiera venir y llevarte, por eso no te lo dije.”

Al ver la expresión de Erica, Godou se dio cuenta de que cometió un enorme error.

Siempre pensó que era una narcisista arrogante y egocéntrica, pero resultó que prestaba más atención a los detalles de lo que él imaginaba, y también tenía un lado serio.

Tal vez la razón por la que Erica no quiso decirle más fue en consideración por Godou. Al darse cuenta de eso, Godou se quedó en silencio.

…Pensándolo bien, este fue quizás el primer instante en que se redujo la distancia entre Kusanagi Godou y Erica Blandelli.

“Sin embargo, en lo personal, no tendré ningún problema siempre y cuando el Grimorio Secreto de Prometeo esté aquí. Ya sea que lo lleves y me acompañes, o me los des y vuelvas a Japón, no me molestará. Así que si tienes miedo, por favor, vuelve a tu tierra natal, no te detendré.”

Quizás Erica también lo notó, la extrañeza resultante de su preocupación por Godou. Su actitud se puso tiesa, y habló con rapidez.

Al ver tal reacción de ella, Godou tuvo ganas de reír por primera vez, así que respondió inmediatamente.

“Entonces está decidido. Te seguiré hasta el final. Incluso si me dices que no, te seguiré, y probablemente te traeré un montón de problemas. ¿Está bien?”

“― No muy bien, pero como sea. ¡A partir de ahora, seguirás siendo responsable de mi equipaje, así que prepárate!”

Viendo a Erica actuar un tanto avergonzada, Godou asintió.

Haciendo memoria, ya había pasado tres días viajando con ella. Tiempo más que suficiente para hacer las paces.

“Quiero dejar esto claro, lo único que necesito es este grimorio, no me malinterpretes. Para ser honesta, no es que te necesite, en absoluto. ¿Entendido?”

“Entendido, ya está tallado en mi corazón.”

En cuanto a las palabras mencionadas por el joven sobre el Grimorio Secreto de Prometeo, todo fue informado completamente.

Después de eso, Erica examinó cuidadosamente el grimorio que data de la era de los dioses, manipulándolo de diferentes maneras, pero al final se dio por vencida. Todavía no podía encontrar la manera de usarlo.

El joven, que fácilmente pudo resolver el problema que confundía incluso a la bruja genio,

¿Dónde exactamente podría estar?