Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 4

Historia Extra 2: Lección De María

En la sala de descanso de Bosque de Bambú, dos mujeres conversaban. Uno era brillante y alegre, mientras que el otro parecía preocupado. Una tercera mujer se les acercó.

“¡Volví!” dijo María.

“Oh, ahí estás”, dijo Jane.

“María, ¿estás bien?” preguntó Fina. “Te llamaron por lo que pasó el otro día, ¿verdad?”

“¡Estoy bien!” dijo María. “El jefe me advirtió sobre manejar los limos, ¡pero no estaba enojado conmigo! ¡Estaba feliz, en realidad!”

“Mira, ¿qué te digo?” dijo Jane. “El jefe nunca le gritaría a alguien por algo tan tonto. Te preocupas demasiado, Fina.”

“Quizás sí, pero esos limos limpiadores son importantes para el jefe y para este establecimiento. ¿Y si les pasara algo?” Fina argumentó para explicarse, aparentemente consciente de que lo estaba pensando demasiado.

“Seguro, lo entiendo”, dijo Jane, no realmente interesada. “Entonces, ¿vas a cambiar de trabajo o algo así, María?”

“¡Realmente no! Me acaban de decir que si un limo de repente quiere comer algo diferente, eso podría significar que evolucionará y afectará nuestro trabajo, por lo que debemos aislarlo. Entonces el jefe simplemente se encargará de cuidarlo por su cuenta”.

Jane se rio. “Sí, lo pensé. Al jefe le encantan los limos”.

“Me alegra saber que no pasó nada”, dijo Fina.

“Sí, pero debería aprender a controlar un poco mejor los limos”, dijo María. La conmoción terminó con daños menores, pero fue causada por la incapacidad de María para manejar adecuadamente los limos. Por lo general, era una cabeza hueca, pero sabía cuándo cometía errores.

“Hablando de eso, ¿cómo la magia de domesticación te permite controlar monstruos?” preguntó Fina.

“¡De muchas maneras, por lo que me dijo Lobelia!” María respondió. “Por ejemplo, el jefe aparentemente puede comunicarse con sus monstruos completamente a través de sus pensamientos. Pero tienes que ser realmente compatible para que eso funcione. La mayoría de la gente necesita usar flautas, látigos, comida, cosas así para que sus monstruos entiendan las órdenes. Y eso requiere mucho tiempo y entrenamiento. Lo hago con mis pensamientos, pero no soy tan buena en eso como el jefe, así que llevo los limos en una canasta cuando necesitan ser transportados. Cuando comencé a trabajar, les dije que comieran lo que quisieran. Creo que es por eso que ese limo se comió el carbón, ¡así que realmente tengo que dar mejores órdenes!”

El tono casual de la voz de María no la hacía sonar tan seria, pero estaba reflexionando sobre sus errores lo mejor que podía. Mientras se esforzara por solucionar sus problemas, probablemente nunca la despedirían.

-FIN DEL VOLUMEN 4-