Campione (NL)

Volumen 1

Capítulo 7: La Diosa Hereje, Atenea

Parte 3

La espada dorada chocó con la guadaña oscura.

Al mismo tiempo, la oscuridad continuó extendiéndose desde Atenea.

— Frio.

La temperatura disminuía mientras oscuridad se expandía.

Un frio que parecía atravesar la piel, como si el invierno hubiera llegado repentinamente.

“¡Una no se sorprende de ti; Una puede ser inmortal, pero no puede soportar los ataques que cortan la fuente de la divinidad, por lo que una tiene que derrotarte con la oscuridad prohibida!”

Atenea acumula su poder en la muñeca que sostenía la guadaña.

Para rechazar completamente a la espada dorada, ella también estaba usando todo su poder.

Antes de que él se diera cuenta, la oscuridad ya había cubierto todo el cielo, extinguiendo la luz de la luna y las estrellas, y todo el entorno se sumió en una oscuridad caótica.

Aparte de la espada dorada, ni un solo rayo de luz podía atravesar la oscuridad.

A pesar de esto, Godou aun podía ver perfectamente a través de esta abisal oscuridad ― estaba realmente sorprendido.

Las flores que lo rodeaban marchitaron en un instante. Los árboles también perdieron su verdor.

El verdor de todos los tamaños comenzó a marchitarse uno tras otro. Las frutas se convirtieron en polvo casi instantáneamente. Las ramas también se secaron, reduciéndose hasta que parecía leña.

Incluso el sonido de los insectos desaparecieron de la noche.

— Esto era la Muerte.

Ejerciendo el poder divino que comanda a la muerte y al deceso, Atenea inyecta su poder más peligroso en su guadaña.

“¡Una invoca al invierno, dueño de la vida y la muerte, emisario del gélido inframundo, la reina que obtuvo la astucia; Una ordena: Kusanagi Godou, conviértete en el rey muerto, descomponte hasta los huesos!”

Atenea dijo mientras bloqueaba la espada dorada con su guadaña.

Su hechizo entró a través de los oídos de Godou y comenzó a invadir su cuerpo, que lentamente fue congelándose.

— ¿Es broma?

¡No puedo ser derrotado aquí!

Manteniendo su distancia para contraatacar la guadaña, Godou intentó imaginar la siguiente escena.

Él había planeado matar a Atenea, pero fue bloqueado por su guadaña, sin embargo, la guadaña negra era también una parte de Atenea. Visto de esta manera, ¿la Espada podría seguir cortando cualquier cosa?

¡Esta fue creada para ser efectiva únicamente contra Atenea ― una Espada que podía derrotar y sin duda matar a Atenea!

Cortar.

Godou cortó a la guadaña negra y Atenea a la vez.

El poder divino que formaba parte de la diosa transfirió los sentimientos directamente a través del filo de las palabras-hechizo.

Tierra, oscuridad, sabiduría, serpientes, aves, vacas, reina, esposa, mujer temible, mujer renacida, inmortalidad ―

Godou partió con fuerza todo lo que ella tenía.

Al mismo tiempo, Godou fue afectado también por las palabras-hechizo de la Muerte. No estaba seguro de por cuánto tiempo perdió el conocimiento.

Ya sea que hayan pasado pocos segundos o varios minutos, cuando Godou recuperó la conciencia, tanto él como Atenea estaban tendidos en el suelo.

Godou presionó toda su fuerza en sus extremidades, luchando desesperadamente por ponerse de pie.

A pesar de que ambos cayeron a la vez, Atenea no sería derrotada tan fácilmente; como la persona que la había atacado, él lo sabía mejor que nadie.

Entonces, Atenea lentamente comenzó a levantarse.

No había rastro alguno de heridas en su cuerpo, pero el daño causado en su interior debería impedirle recuperarse rápidamente.

“Como esperaba, ganar no va a ser tan fácil, pero hubiera sido genial si hubiese ganado así de fácil.”

“Tonterías. Para que una se llame la diosa serpiente; no importa que tan herida esté una, ni las serpientes ni la mujer va a morir. Incluso si murieran, podrían renacer.”

Las serpientes que mudan su piel para renacer. Las mujeres que no mueren, incluso con una pérdida masiva de sangre menstrual.

Ambas eran representaciones de la inmortalidad.

Pero a pesar de que sus palabras sonaban seguras, el rostro de Atenea estaba muy pálido.

Sin embargo, al mismo tiempo, Godou también había perdido mucha vitalidad debido al hechizo de la muerte. Aunque no tenía heridas, sintió que su fuerza vital se había reducido considerablemente.

El resultado era que ambos, en estado crítico, siguieron enfrentándose entre sí.

“Con esto, tu Espada no se puede utilizar más; una está segura de eso.” Este preocupante hecho fue expuesto por Atenea.

Ella no estaba equivocada. La Espada había desaparecido después de gastar todo su poder. Godou ya no tenía ningún arma que sirviese para el ataque y la defensa.

“En otras palabras, tú ahora no vas a usar el poder del sol… entre las encarnaciones de Verethragna, aquella originalmente más cercana al sol era el Caballo.”

Su poder de combate había sido comprendido por su oponente; la diosa de la sabiduría era ciertamente un rival difícil de combatir. Godou no podía dejar de querer suspirar.

Pero ni siquiera tuvo tiempo para eso.

Atenea presiona en silencio, golpeando una vez más con su guadaña negra. Godou apenas se las arregló para evadir.

Seguido por un nuevo intento.

Cortando a través de la piel de sus hombros. Un tercer ataque.

Sus tobillos casi fueron dañados.

A pesar de perder el poder de la espada, él todavía estaba en la encarnación del Guerrero; aun tenía cierto poder, y era capaz de captar las intenciones de Atenea, así como también predecir su próxima acción.

Es por eso que al menos podía evadir los ataques fatales.

— Sin embargo, si se mantenía a la defensiva, definitivamente sería derrotado.

Él no podía hacer frente a la presión ofensiva de Atenea; por lo que ella no necesitaba preocuparse por su defensa, ya que no esperaba ninguna respuesta de su oponente. Por lo que atacar desesperadamente al oponente, forzándolo a una catástrofe, era suficiente.

La guadaña rasgó, cortó, y atacó sin descanso. Evade. Esquiva. Elude.

Contra los interminables ataques de Atenea, Godou sólo podía seguir evadiendo.

“¿Qué pasa, Kusanagi Godou? ¿Por qué tú no usas el poder del Caballo? ¿No es la única arma capaz de derrotar a una?”

Atenea se burlaba con una voz llena de ironía.

Después de haber señalado las cosas con tanta claridad, ¿por qué iba yo a usar eso para pelear contra ti? Debes haber preparado contramedidas.

Godou maldijo en su mente mientras buscaba desesperadamente un camino a la victoria.

Si él continuaba su lucha cuerpo a cuerpo contra Atenea, no habría siquiera una oportunidad de ganar.

Godou entendía completamente ese punto.

Si se tratara de béisbol o fútbol, tal vez aún había algunas posibilidades de ganar. Pero Kusanagi Godou no tenía un pasado como peleador; no había forma de que pudiera derrotarla solo por la fuerza.

En ese momento, realmente deseaba a aquella confiable socia suya, que pudiera aparecer para actuar como su escudo.

Ella estaría blandiendo su espada mágica como un león, llevando un traje rojo y negro e irrumpiendo con grandeza.

Pero ella no estaba aquí.

Con una oportunidad de lucirse como esa, ¿cómo podría una persona tan egoísta no parecer?

¿Podría ser que ella no pudo encontrarlos a él y Atenea? No, ella no era tan estúpida. Godou sólo deseaba que la razón por la que ella no aparecía fuera la razón que él pensaba.

…Mientras Godou meditaba, la guadaña de Atenea se balanceaba frente a sus ojos. Godou apresuradamente salto hacia atrás y logró proteger sus órganos vitales.

Pero él no pudo eludirla por completo.

Su pecho fue golpeado, rociado sangre en el aire, aunque no fuera una lesión grave, la herida era muy profunda.

— Godou inmediatamente se convenció de una cosa. Él estaba en crisis, pero ella aun no saldría a ayudar.

En otras palabras, su compañera pensaba lo mismo que él y estaba esperando una oportunidad para atacar. ¡Mientras el soportase el ataque de la diosa, habría una oportunidad de ganar…!

“¡Sorpresivamente tú eres sorprendente para evadir! tu débil intento de aferrarte a la vida es un espectáculo desagradable, Kusanagi Godou!”

El imparable asalto de la guadaña obligó a Godou a esquivar rodando por el suelo. Todo su cuerpo estaba cubierto de heridas.

A pesar de esto, él se las arregló para proteger sus órganos vitales.

Con todo su cuerpo manchado por sangre y tierra, rodó por el suelo; aunque lucía vergonzoso, fue por el tiempo necesario que le impidió morir.

Godou finalmente dejó de escapar.

Se levantó con sus piernas temblorosas.

Convencido de sus creencias, Godou decidió apostar por estas: ¡Erica definitivamente tomaría alguna acción que él pudiera esperar!

“Así como has dicho, todavía tengo a la encarnación que representaba al sol.” Godou dijo mientras señalaba hacia el este del cielo.

Se imaginó a un caballo blanco bajo el resplandor del sol, su majestuoso cuerpo brillando con luz color blanco puro.

“¡Por la victoria, ven ante mí! ¡Sol Inmortal, por favor concédeme al corcel brillante; El caballo de la gloria divina, que conduce la rueda que simboliza la luz del Señor!”

La tercera encarnación de Verethragna, el Caballo Blanco.

Desde la antigüedad, el Caballo mantuvo una estrecha relación con el dios del sol.

El dios sol que iba de este a oeste en un carro de guerra ― esta era una descripción común transmitida desde numerosas civilizaciones. El Oriente, India, Escandinavia, China y Babilonia, no eran excepciones.Apolo de Grecia también era así.

Similar a él era Mitra, el dios persa de la luz, la mitología se extendía por todas partes gracias a la gente.

¡Para la encarnación Caballo Blanco de Verethragna, que una vez sirvió a Mitra, incluso llevar al sol era natural!

“Oh ― realmente está viniendo, ese molesto caballo.” Atenea murmuró hacia el este.

Eso era cierto. A pesar de que la oscuridad había bloqueado toda luz, los cielos del este comenzaron a arder.

El sol estaba saliendo.

La luz del amanecer teñía el cielo del este de color rojo.

Obviamente todavía era la medianoche, cinco horas antes de que aparezca el sol. Pero el cielo actual se hizo muy brillante.

Esta era la encarnación del Caballo Blanco, capaz de invocar el poder del sol.

“Honestamente, esta encarnación era la más difícil de usar, pero esta vez te has ido demasiado lejos, así que me las arreglé para llamarlo ― porque esta es una encarnación que sólo puede ser usada en contra de un Pecador que infrinja sufrimiento a las personas.”

Atenea que creó este mundo oscuro lograba satisfacer esta condición.

… Para usarse a sí mismo como blanco, siempre debía sentir que la invocación tendría éxito. Pero en esta ocasión, debió ignorarlo por primera vez.

“¡Mira esto, Atenea! ¡Prueba las llamas ardientes del sol que vencen a la oscuridad!” O era una flecha de luz o una lanza del dios del sol que descendía desde los cielos. Un área a cientos de metros de Atenea fue engullida por la luz blanca.(NOTA: Dios griego del sol, la verdad y la profecía, la sanación y la peste, y mecenas de las bellas artes, hijo de Zeus y Leto, que es una de las deidades más importantes e idealizada de Grecia)

El fuego sagrado que consume a los pecadores.

En el lejano horizonte del este, un abrasador fuego descendió sobre la tierra. “¡¡Wowowowowowowowowo!!”

Incluso aquellos más fuertes que Atenea no podían más que llorar de angustia.

El dios del sol que reemplazó a los señores del inframundo y sus llamas que expulsaban a la noche eran la némesis de esta diosa.

Pero…

“¡Hahahahaha! ¡No me subestimes, Kusanagi Godou! Una lo ha dejado perfectamente claro.

¡Una ha sabido por mucho tiempo de tu última carta! Esto no es más que tu lucha muriendo.” El entorno de Atenea estaba protegido por un conjuro negro.

Una barrera negra inmensamente poderosa, capaz de cortar toda la luz.

Eso rechazaría las flamas blancas. Para prepararse para este ataque, ella probablemente había estado reuniendo el poder divino de la oscuridad todo este tiempo, y luego esperó el momento justo para usarlo.

Si Atenea se protegiera con esto hasta que el fuego se consumiese…

Godou ya no tenía alguna encarnación capaz de derrotar a la diosa madre de la oscuridad, y una vez que las llamas se extinguieran, la encarnación del Caballo Blanco desparecería, dejando a Kusanagi Godou sin una sola autoridad.

Pero Godou negó con la cabeza.

“Te equivocas, la que subestima los demás eres tú. A pesar de que no me subestimaste a mí, sino que nos ignoraste ― a nosotros los humanos.”

Un haz de luz fue disparado hacia Godou desde el otro lado de la oscuridad. Un rayo de luz plateada.

La brillante luz plateada ― era una luz fría, como la del filo de una espada.

Cuore di Leone, la espada del león empleada por la chica que era la pareja de Godou. La espada plateada se clavó en el suelo frente a Godou.

“¿Cuando luchamos te olvidaste de la existencia de Erica? Sería mi derrota si ella no estuviera aquí, pero, desafortunadamente para ti, las cosas no resultaron de esa manera.”

Godou sacó a Cuore di Leone.

“¡Atenea, eres demasiado tonta! La espada de esa persona fue forjada especialmente. Contiene las palabras-hechizo de la desesperación, poder capaz de vencer incluso a dioses. Normalmente, es probable que puedas protegerte de ella por completo, pero, ¿qué va a pasar ahora, mientras que estás defendiéndote con todas tus fuerzas del sol?”

Las llamas blancas eran bloqueadas por la barrera de oscuridad, incapaz de alcanzar el cuerpo puro de la diosa.

Sin embargo, el rostro de Atenea reveló su ansiedad.

— Si Erica se hubiera precipitado en entrar cuando la guadaña de Atenea llevó a Godou contra la esquina, Atenea, naturalmente, tomaría conciencia de la presencia de Cuore di Leone, y alteraría sus acciones apropiadamente.

Así que, a pesar de ver caer a Godou en una desesperada situación, Erica no se mostraría para rescatarlo.

Debido a que Godou se dio cuenta de plan de Erica, se lo jugó todo en este intento.

Todo había sido por esta oportunidad de hacer que Cuore di Leone se convierta en su nueva carta de triunfo.

“A pesar de que esta lucha combinada no fue pre planeada. Afortunadamente, funcionó; esa Erica sabe cómo calcular el mejor momento para aparecer.”

Lanzar su amada espada por sobre la diosa, adivinando a través de esta oscuridad, justo lo que esperaba de su pareja.

Godou lentamente se acercó a Atenea.

Pero si atacara directamente, se quemaría a sí mismo.

¿Podría esperar hasta que las flamas se consumieran?

Justo cuando pensaba en esto, Cuore di Leone cambió a la forma de una jabalina, probablemente debido a que Erica había usado su magia.

Por supuesto, si la utilizase para un ataque a distancia, no habría necesidad de acercarse mucho. Tal generoso apoyo hizo sonreír a Godou.

“¡Este es el último golpe, toma esto, Atenea!”

Lanzó con todas sus fuerzas la jabalina hacia la diosa.

Cuore di Leone que había tomado forma de una jabalina se disolvió en un meteoro de plata, atravesando el pecho de Atenea.

Tanto la diosa como la jabalina plateada fueron inmoladas por las flamas. No importaba.

Esa espada fue forjada en acero indestructible. Incluso después fusionarse en el fuego, aun sería capaz de resucitar como un fénix.

“¡Kusanagi Godou, tú osas un ataque furtivo a la Desafiante Diosa Atenea! ¡Tú, maldito, poseer un título tan odioso como el de rey demonio, una nunca supuso que tú eres tan despreciable!”

“¡Deja de culpar a los demás! ¡Es porque subestimaste a la humanidad que te llevaste a tu propia muerte!”

Después de verse afectada por la lanza plateada y caer de rodillas, Atenea fue tragada por las flamas blancas.