Campione (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Enemigo Desde Lejos

Parte 2

 

 

Vestida con un traje principalmente rojo y con sus largos cabellos dorados, ella era seductoramente hermosa, el estilo de Érica daba la impresión de la exuberancia propia de la realeza.

Sin embargo, eso no era lo único que atrae las miradas.

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Su aspecto más notable era, probablemente, el aura de elegancia que emanaba desde cada pelo de su cuerpo.

Alguien auto-proclamada tan naturalmente que atrae toda la atención posible, no podría permanecer dócil enfrentando ahora a otra mujer que se podría decir que tiene un gran sentido de auto-respeto. Las dos chicas se encontraban en un estado de perfecto equilibrio, y entonces la cara de Érica mostró una sonrisa de pura agresividad.

“¿Qué pasa, Godou? ¿Por qué pareces alguien a quien Medusa se quedó mirando?” Érica habló tan dulcemente su tono de voz probablemente podría fundir el oro.

Sin embargo, frente a algo que debería hacer que cualquier hombre se sienta más que satisfecho, Godou sólo suspiró.

“Eso es porque alguien pensaba que no podría aparecer en realidad lo hizo. Bueno, esto es Tokio, no Milán, es obvio que no has venido simplemente para charlar, así que ¿por qué estás aquí?”


“¿Por qué? Realmente puedes ser muy denso a veces Godou. Si una chica de un país lejano tuvo un viaje tan largo y doloroso, sólo puede ser para ver a su amante, ¿no? ”

Érica se acercó a Godou.

Llevaba un top negro sin mangas, con un jersey de lana roja, junto con unos jeans.

Esta doncella, vestida tan moderna y conservadoramente, apareció en un antiguo santuario.

Obviamente, los dos no deberían coincidir, pero él no sentía ninguna sensación de incongruencia. Probablemente porque, sin importar a donde fuera Érica, ella sería la estrella en cualquier evento.

“Acércate, Godou. Donde sea y cuando sea, el único lugar en que puedes estar es a mi lado.” Érica habló mientras entrelazaba su mano con la de Godou para luego tirar de él hacia ella. “¿Qu-qué estás haciendo? De repente, apareces así, e incluso hacer algo tan descarado…”

“¿Entonces qué? Conoces muy bien la relación entre Godou y yo, ¿verdad? Perturbar la reunión de una pareja de amantes es algo que sólo una chica insensible haría.

Frente a la feroz Yuri, Érica respondió con ligereza.

‘¡Oi, dejar de decir cosas que causen malentendidos!’ – Sería lo Godou querría decir, pero de repente sintió un escalofrío por la espalda. Esa sonrisa sin emoción alguna que Yuri mostraba infundiría miedo a cualquier persona.

“Este es un santuario sagrado donde uno se beneficia de la voluntad de los dioses. Debo preguntarle a ambos si pueden respetar la santidad de este santuario, y abstenerse de tales vergonzosos y descarados actos ― Érica-sama, Godou-san. ¿Estás escuchándome?”


“Sí, sí, es cierto, Érica, debemos escuchar a Mariya y hacer lo que nos pide, ni siquiera tú jugarías alrededor de un templo, ¿no?”

Pero las costumbres de los dos adolescentes japoneses fueron dejadas de lado con una sonrisa por parte de Érica.

“„Jugar‟, ¿eh? Pero es lo mismo en Japón e Italia, cuando una pareja reconoce su amor y lo muestra a los demás en un lugar santo, es como ir a tu propia boda, ¿cierto?”


“¡Esto no es ninguna boda! ¡Deja de tomarme el pelo!”

Más importante, toda esta conversación estaba sucediendo en japonés.

La gramática y pronunciación japonesa de Érica eran impecables. Érica -y otros experimentados hechiceros- probablemente aprendieron idiomas de la misma manera que Godou aprendió italiano; a través de la magia, podrían aprender muchos idiomas en un corto período de tiempo.

Más importante aún, porque Godou y Érica estaba hablando en japonés, Yuri era también capaz de entender lo que acababan de decir.

— En realidad, no, incluso si estuvieran hablando en otro idioma, el resultado habría sido el mismo.

Los ojos de Yuri eran aterradores, su mirada era fría como el hielo y se sentía como si un instinto asesino emanara de ellos.

Para ser específicos, su mirada está dirigida específicamente al brazo izquierdo de Godou. Es decir, la parte de su cuerpo que una cierta doncella italiana estaba abrazando fuertemente y frotaba suavemente con su pecho.

“Godou-san, ¿podría retirar su presencia de este santuario? He comprendido completamente la verdadera profundidad de su lujuria, y no tengo nada más que decirle.”

“¡Espera, espera un momento, Mariya! Dame un minuto para callar a esta tipa.” Godou gravemente giró hacia la inesperada intrusa, y luego habló:

“Érica, si sigues haciéndote la tonta en verdad me voy a enojar; por favor, trata de no seguir mintiendo”.

“Ahh, al menos finalmente te pusiste serio. Tan diferente a la anterior expresión de cachorro.- Esto es más como mi Godou.”

La sonriente Érica dejó tranquilo a Godou.

Esa vil muchacha probablemente vino aquí para ayudarle; pero aún así, Godou deseaba que eligiera otra forma de hacerlo… Eso era probablemente más que imposible, pero aún así se no dejó de quejarse al respecto.

“Solo le mencionaba a Mariya como me diste el Gorgoneion. ¿Has venido a Japón a causa de esto?”

“¡Que niño tan inteligente! Por eso, te voy a dar una ‘A’, pero en realidad, estaba persiguiendo a la persona que vino aquí en primer lugar, por lo que volé a Japón.”

“La persona que vino aquí primero… ¿quién es?”

‘No debería preguntarle quién. La respuesta, obviamente, no va a ser nada bueno.’ ― Aunque eso era lo que su intuición le decía, Godou preguntó muy tímidamente.

Yuri palideció, su entonces descolorido rostro hizo que Godou se preocupara mucho; no podría ser que su fuerza espiritual le dijese que no presagiaba nada bueno…

“¡Por supuesto que es un Dios Herético!” “¡¿Por supuesto?!”

Como Érica habló, Yuri también suspiró y dijo lo mismo.

Sus malos presentimientos se realizaron, y el estado de ánimo de Godou se hizo aún peor.

“¿Cómo es que eso vino tras el Gorgoneion desde Roma? Nunca dije nada acerca de a dónde iba.”

Ante esa pregunta, Érica sólo pudo encogerse de hombros.

‘Bueno, los seres humanos nunca comprenderán los métodos de los dioses’ – fue probablemente lo que ella quería decir.

“Para ser honesta, probablemente fue mi culpa. Yo fui demasiado optimista, para los dioses el cruzar mares y océanos debe ser tan fácil como hablar… Olvídalo, ya que ya está aquí, céntrense en cómo pueden obligarlo a retirarse.”

“No hables como si no fuera tu problema. Tú eres la principal cómplice de traer al dios aquí.”

“Umm, ¿dónde está la Deidad Herética en este momento? Y su nombre. ¿Cuál sería el nombre del eminente ser?”

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Érica asintió a Godou, la expresión de su cara decía ‘está bien, todo está bien, lo entiendo’ – y luego se volvió hacia Yuri.

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“Escuché la conversación anterior. Parece que tienes una percepción espiritual, que es perfecta en este momento. Por favor predice el nombre de la deidad que se avecina.”

“¿Predecir? ¿Te refieres a la profecía del oráculo? ¿Eso puede hacer algo así?”

“Probablemente. Actualmente contamos con el Gorgoneion, y alguien que conoció personalmente a la Diosa – Godou – también está presente. Mientras la profetisa sea una sibila* adecuada, puede ser logrado.

(NOTA:  Profetizas de las mitologías griega y romana.)

Se hace una gran diferencia si uno conoce el verdadero nombre de la divinidad a la que uno está a punto de enfrentar.

Aunque Godou no tenía experiencia real en este ámbito, ya había aprendido la importancia de conocer el nombre de una deidad.

“… Y así es como es, así que ¿podrías ayudarnos? Ah, por supuesto, todo este desastre es culpa nuestra, y sé que es muy mezquino de nuestra parte solicitar tu ayuda, pero aún así, por favor ayúdanos.”

Las palabras de Godou eran totalmente sinceras, y se inclinó mientras hablaba. Por supuesto, todo se hizo hacia Yuri Miko-hime.

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Sorprendida, ella parecía que estaba a punto de decir algo, pero finalmente se limitó a suspirar profundamente.

“No es que tenga otra opción, ¿verdad? Voy a tener que probarlo, por favor, pásame esa piedra, y Godou-san, por favor, extiende tu mano. Te has encontrado con esa Diosa Herética antes,

¿cuál fue tu opinión de ella?”

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La mano izquierda de Yuri sostuvo al Gorgoneion; la derecha, la mano de Godou, y murmuraba algo en voz baja.

Luego cerró los ojos, y empezó a hablar solemnemente.

Con esta atmosfera seria y grave impregnada, Godou naturalmente se puso ansioso, y todo su cuerpo se puso rígido en la anticipación.

“Creo que… es la noche. No estoy segura exactamente de qué tipo de diosa es, pero siento que ella es una deidad de la noche.”

Una Diosa Madre, una serpiente, un Gorgoneion, Medusa.

Hasta ahora, todo lo que había oído Godou fueron las palabras clave de su definición.

Ninguna de ellas había provocado una respuesta instintiva en Godou. La diosa a quien conoció en Roma, puede muy bien haber sido un miembro de la noche; sus palabras hicieron que se sintiese seguro.

“La noche… ojos como obsidiana, una joven diosa de cabellos plateados… no, no es joven, y no es una diosa despojada de su edad y o su posición divina… por lo tanto, ella es joven… de ahí que es Herética…”

Yuri estaba murmurando en voz alta detalles sobre la diosa que nadie le había dicho.

Así que este era el poder de la percepción espiritual… Godou quedó profundamente impresionado – era casi tan buena como la omnisciencia.

“Y su nombre divino es… Es decir, el nombre de la Diosa Hereje es ― ¿eh?”

Yuri repentinamente abrió los ojos con asombro, pero estaba completamente en silencio.

Godou y Érica se miraron entre sí. Si ella estaba así de impresionada, ¿significa que alguien de proporciones apocalípticas ha llegado?

“¿Qué has visto? ¿Quién es? ¿Podría ser un nombre que conoces?”

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“S-sí… Pero debe haber algún error en alguna parte. Porque, bueno… esta diosa debe ser una enemiga de Gorgonas… de todas las deidades serpientes; incluso yo conozco mucho sobre ella.”

“Una divinidad que incluso una miko japonesa conoce… bueno, ¿cuál es su nombre?” Érica siguió adelante con su interrogatorio.

Su penetrante mirada actual no tenía ningún rastro de su anterior alegría.

“Ella es Atenea. La diosa con quien Kusanagi-san se reunió, la diosa que ha llegado a Japón, su nombre es Athena. Pero eso es imposible, ¿no es así…?”

Medusa, el demonio con cabello de serpientes,  aquella que convertía en piedra a quien la mirase.

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Y el héroe que la sometió, Perseo.

Y quien lo protegió, quien lo guio, era la diosa que representaba la sabiduría y la guerra – Atenea. Al menos, eso era lo que los mitos griegos dicen…

¿Por qué una diosa tan peligrosa apareció?, eso era algo Godou simplemente no podría entender.

 

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