Slayers (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Largo, Largo Camino A Sairaag

Parte 5

“Ha pasado un tiempo”, respondió Gourry. “Ojalá hubiera sido un tiempo más largo” La única frente del Mazoku se contrajo. “Bien ahora. Esto es bastante inesperado”.
Su medio labio se giró hacia arriba, formando una media sonrisa.

“Ciertamente ha pasado un tiempo” Eris tiró de mi puño un par de veces. “¿Qué?” Pregunté sin girarme.
“Dijiste… ¿Mazoku?” Me preguntó con voz temblorosa.

“Sí.”

“P-Pero, me encontré con un demonio menor una vez y él no se parecía en nada a eso”. Eris estaba horrorizada.

“Esa es una variedad de rango mayor”, expliqué. “¿R-Rango mayor?”

“Como la diferencia entre un tigre y un gato” “¿Un tigre?” Eris gritó mientras salía corriendo.

No tenía intención de detenerla. De hecho, era mejor así. No había posibilidad de que pudiéramos pelear con él y protegerla a todos al mismo tiempo.

Pero…

“¡Wah!” Eris dejó escapar un extraño grito desde algún lugar detrás de nosotros. Me di la vuelta y miré.

Una araña gigante apareció ante ella, bloqueando su camino de escape.

“¿Vas a algún lugar, niña?” La araña se lamió los labios mientras hablaba.

Una araña gigante. Por supuesto. ¿Qué esperabas?

Tenía ocho patas y un enorme abdomen de araña. En todos los aspectos, era exactamente como imaginabas que sería una araña gigante, excepto que … su piel y cabeza eran humanas.

Me saltearé el resto de los detalles anatómicos, pensando que probablemente perderás tu almuerzo.

Todo lo que me importaba era, dada su naturaleza híbrida: ¿podía hacer girar una red? Si pudiera, bueno, eso haría las cosas más difíciles.

“Déjala ir, Baaz”, gritó una voz diferente.

“Ella no es una amenaza. Puedes jugar con humanos en tu tiempo libre”

La tercera voz emanaba de un hechicero vestido con túnicas negras. Aunque su rostro y su vestuario no tenían nada especial, había un rubí incrustado en su frente que, por alguna razón, atrajo mi atención.

“Hmph,” el hombre-araña escupió. “Como desees, Vrumugun”

“¡¿Qué ?!” Gourry y yo gritamos al unísono. El hechicero sonrió y rio.

“Esta vez”, dijo, “la victoria será mía”. “¡Espera un momento, tú!” Me opuse.

“¡No puedes ser Vrumugun! ¡Vrumugun está muerto!”
“Oh, ves ahora”, se rio el hechicero.

“Realmente pensaste que tu ataque sería suficiente para matarme, ¿verdad?”

¿S-suficiente? Bueno, sí, lo hice, en realidad …

El día en que él, Rahanim y Dilgear nos atacaron … bueno, sé que mi hechizo lo golpeó de lleno. ¡Gourry y yo habíamos visto los resultados con nuestros propios ojos! No me importaba si él era un dragón, un troll o una cucaracha, ¡no había manera de que alguien pudiera haber sobrevivido a ese golpe!

“¡Wow! Él todavía está vivo. Un tipo bastante desafiante, ¿verdad?” —Preguntó Gourry en un tono medio de admiración.

Desafiante no era la palabra que usaría, pero serviría.

“Bueno, supongo que ahora son tres contra tres,
¿eh?” Hice un esfuerzo por reír audazmente mientras Eris estaba congelada bajo la mirada del hombre araña.

“No, lo siento … pero no”. Vrumugun sonrió en silencio, moviendo un dedo que apuntaba hacia arriba.

Una sombra danzante se abría paso a través de la luz del sol que se filtraba a través de las ramas de los árboles.

¡Rahanim!

Miré de reojo a Eris.

“Ahora parece que son cuatro contra cuatro, entonces”

“¡Oye! ¡De ninguna manera! ¡No cuentes conmigo en esto! “Eris protestó.

“Oh, pero parece que todavía estás en desventaja”, gritó una voz baja.

…Oh vamos. ¿Otro?

Una criatura se materializó detrás de Vizea. Tenía el cabello áspero, una constitución robusta, y parecía el feo hijo de un troll y un demonio de golpe. Podría haber sido una quimera de algún tipo.

“¿No está de acuerdo, Vizea-san?”, Dijo.

“Oh sí. Todos.” Mientras el Mazoku hablaba, levantó su mano derecha en alto y chasqueó los dedos.
El miasma en el bosque se espesó … susurrando … los árboles casi parecían cerrarse alrededor de nosotros. Entonces…

“¡Eeek!” Eris gritó con voz aguda. Gourry y Lantz se congelaron, y un escalofrío me recorrió la espalda.

Uno por uno, los Lesser Demons emergieron del bosque. Contaban cerca de una docena.

Tenía sentido si lo pensabas: si era un impostor o el verdadero McCoy, Rezo estaba en Sairaag. Por supuesto que tendría ese tipo de fuerza a su disposición. Probablemente había escuchado que

Zelgadiss había huido a los bosques y enviado tropas. Entonces Vrumugun, que de alguna manera había sobrevivido a nuestro último encuentro, entró en la escena por casualidad … ¡y listo! Ahí estábamos, rodeados.

No había querido creer que el hechicero hubiera sobrevivido, pero tenía pez humano a su lado y, a diferencia de Rahanim, podía reconocernos de un vistazo.

Ciertamente era la posibilidad más lógica.

En cuyo caso, nuestros disfraces podrían no haber sido efectivos después de todo.
Por supuesto, también existía la posibilidad de que Vrumugun fuera una especie de apellido y que este tipo solo estuviera familiarizado con “Lina” y “Gourry” de una fuente de segunda mano.

Por otra parte, nada de eso realmente importaba. La única preocupación apremiante era cómo vencerlo, quienquiera que fuera, aquí y ahora. Y podría haber parecido posible, si no fuera por los Lesser Demons que se acercan a nosotros. Si no hubiera sido por ellos, podríamos haber salido del cerco e intentarlo.

Interjección breve: los Lesser Demons son el rango más bajo del orden de los seres conocidos como Mazoku. De todos modos, los guerreros normales y los hechiceros no son rival para ellos. Los hechizos chamánicos de tierra, fuego, agua y viento tienen poco efecto sobre ellos, y aunque los ataques físicos son efectivos en teoría, sus pieles son más duras que las escamas de dragón.

Aunque, por supuesto, no eran rival para mí, la hechicera más brillante y talentosa de mi era. ¡El problema era que había demasiados de ellos!

“¿Dónde están mis modales?” Dijo el demonio troll mientras se giraba para enfrentarnos directamente.

“No me he presentado todavía”.

Oh, bueno. ¿Cómo no tengo suficientes problemas? Ahora tengo que mantener los nombres de los demonios en orden

Detrás de nosotros, Baaz, el hombre-araña, se movió silenciosamente de lado.

“Mi nombre en tu lenguaje humano es Goluas”, se ofreció el demonio.

“Mi verdadero nombre es …”

Abrió la boca y dejó escapar un rugido ensordecedor. Las copas de los árboles se mecían violentamente, esparciendo hojas verdes por todas partes. La onda de choque feroz sacudió nuestros huesos.

Nuestros gritos fueron ahogados por el bramido del demonio. A pesar de que nuestras lesiones no eran graves, el ataque auditivo había sido suficiente para tumbarnos de espaldas. Nos quedamos estupefactos.

Antes de que tuviéramos tiempo de recuperar nuestros sentidos, ¡un grupo de lanzas blancas llovió a nuestro alrededor! Los misiles habían brotado de la carne en el lado derecho de la cara de Vizea. Estábamos en guerra.