Heavy Object (NL)

Volumen 14

Capítulo 2: Acción Independiente Tomada tan Casualmente como una Donación en una Tienda de Conveniencia >> Dominación de la Línea Desmilitarizada del Centro de Norteamérica

Parte 6

La explosión a corta distancia realmente derribo a Quenser esta vez. Él vio como la chatarra en llamas reboto una vez y entonces comenzaba a rodar, así que ni siquiera tuvo tiempo de ahogarse por el impacto. Él medio se arrastró y rodo para moverse lo más lejos posible del asfalto abrasador para evitar ser aplastado.

Para su suerte, él había estado exhalando. Si hubiera estado inhalando cuando las llamas explosivas se expandieron, su tráquea y sus pulmones se habrían freído.

“Oh…gh…”

¿Pero qué había sido eso? Había venido desde una dirección diferente a la del camión blindado dando la vuelta en el estacionamiento.

Las puntas de sus dedos casi se convulsionaron mientras extendía su mano, pero Heivia tomo esa mano y lo jalo a sus pies.

“¡Tenemos que apresurarnos y escondernos detrás de esa estatua exhibicionista desnuda! ¡Hay que usar ese pedestal de concreto para protegernos de la segunda explosión! ¡¡De prisa!!”

“¿Qué-?”

Quenser todavía estaba confundido después de haber sido prácticamente arrastrado detrás de una cubierta, por lo que Heivia, cubierto de hollín, le gritó una explicación.

“¡Eso fue un lanzagranadas elástico! ¡Esas son armas antitanques que usan un grueso resorte helicoidal dentro de un tubo de lanzamiento! Es solo un resorte, pero aun así pueden lanzar una granada a 500 metros. Y como no usan un explosivo para lanzarlo, no hay sonido ni humo. ¡¡Esto tiene sus desventajas, como una trayectoria balística inestable y un tiempo de recarga de más de dos minutos, pero para un ataque sorpresa esto no podría ser más malditamente conveniente!!”

El arma de resorte le recordó a Quenser algo. “¿¡Así que realmente es la Organización de la Fe!?”
“Aún más importante, ¿qué hacemos ahora? Si estamos atrapados aquí, el sheriff y los demás estarán acabados…”

La pregunta de Myonri le recordó algo más.

“Sobre eso. ¿No hay muy poca sangre para una ciudad civil siendo atacada por el ejército?” “¿…Huh?”
Confundida, Myonri observó el gran estacionamiento una vez más. Efectivamente, algunos autos se incendiaron, pero no había señales de ningún cuerpo. Las amas de casa y los empleados huían del centro comercial, que era lo suficientemente grande como para contener un edificio escolar o gimnasio, pero ninguno de ellos recibió un disparo en la espalda mientras corrían por el espacio abierto del estacionamiento.

Quenser volvió a mirar el pedestal de la estatua exhibicionista. Esta tenía una placa de metal con las palabras “Refugio de Guerra de Área Amplia”.

“La Organización de la Fe también está guiando a la población. Los disparos y las explosiones son solo para asustarlos.”

“¿¡Pero para que!?”

“¡Para asegurarse de que las personas estén preocupadas por sus necesidades básicas en lugar de comenzar una revuelta! ¡Para recuperar los corazones de las personas! ¡Un refugio de guerra debe tener suficiente comida, agua, mantas y tiendas de campaña, por lo que, si se hacen cargo de este centro comercial, pueden controlar al menos a las diez mil personas que se encuentran en la superficie de la ciudad silo!”

“¿Así que ellos mismos están destruyendo todo y después repartiendo suministros? ¿Eso realmente funcionará?”

“¿No sabías que la mayoría de las reconstrucciones de guerra son financiadas por el ganador? No importa cuán irrazonable sea la situación, las personas lo aceptarán si pueden volver a sus vidas normales. Así que tenemos que parar esto sin importa qué. Si ese sheriff sigue preguntando por su anillo y la verdad detrás del cromo hexavalente, podría ser tratado como una irregularidad. En otras palabras, ellos apretarán el gatillo y lo silenciarán con una bala.”

“Sí, pero ¿¡cómo cruzamos este estacionamiento que es más grande que un campo de fútbol!? ¡Viste la explosión de ese lanzagranadas elástico! ¡¡Incluso un ciborg de combate de cuerpo completo sería volado en pedazos!!”

“Heivia, ¿de dónde crees que está disparando la Organización de la Fe?”

“¿Huh? Dado que hay autos en llamas repartidos por el estacionamiento, ¿no sería el techo plano de ese centro comercial lo más obvio? No es que podamos verlos desde aquí abajo.”

“Myonri, dijiste que habías enviado algunos drones, ¿no es así? Estabas planeando trabajar con el operador para localizar al enemigo, pero ¿aún puedes contactarlos?”

“S-sí. Con las máquinas de procesamiento en paralelo desordenadas, la división de simulación electrónica estaba luchando por el panel de control como en un arcade.”

“Entonces haz que todos los drones caigan directamente hacia abajo. Sobre el techo plano del centro comercial.” Quenser se decidió rápidamente. “No importa si los estrellas o no. Atravesaremos el estacionamiento mientras la Organización de la Fe mira hacia arriba en el aire por temor a un ataque. Podemos recorrer 50m en siete segundos si vamos a toda marcha, ¿cierto?”

El ataque comenzó.

Drones robustos parecidos a zancudos dos veces más grandes de los que se venden en tiendas de electrónica y tiendas en línea se hicieron visibles a medida que caían uno tras otro.

Quenser chasqueó su lengua mientras salía corriendo detrás de la cubierta.

“¡Tch, podrías haber puesto más tiempo de retraso entre cada dron! ¡¡Tan solo eso hubiera extendido el tiempo de esta distracción!!”

“Espera, ¿¡en serio vamos a hacer esto!?”

El comienzo repentino dejó a Heivia inicialmente cauteloso, pero esta era su única oportunidad. Si lo arruinaban ellos quedarían atrapados para siempre detrás del pedestal de la estatua exhibicionista.

El enemigo no debe haber estado tan asustado porque breves estallidos de disparos continuaron incluso cuando estaban entrando en pánico. Chispas anaranjadas brotaron del asfalto cercano, pero ellos no podían detenerse ahora que habían comenzado a correr. Ellos no podían arriesgarse a que alguien fuera alcanzado por una bala perdida, por lo que evitaron la puerta de cristal donde las

personas estaban evacuando y en su lugar corrieron hacia la sección más cercana de la pared del centro comercial a pesar de que no había entrada allí.

Heivia había comenzado a correr detrás de Quenser, pero él fácilmente rebaso al otro chico. “¡¡Lanzagranadas elástico!!”
Un hombre con uniforme militar se asomó desde el borde del techo plano y apoyó algo como un lanzacohetes en su hombro. Incluso si fallara un poco, los tres quedarían atrapados en la explosión. Y escapar de la explosión no sería suficiente para evitarlo.

Sin embargo, un dron cayó directamente encima de él.

Incluso si era ligero, todavía tenía un armazón de aluminio de grado militar. Y al caer lo suficientemente alto, incluso una bola de pinball podría convertirse en un arma mortal. El soldado de la Organización de la Fe fue golpeado por el armazón similar al de un auto deportivo del dron, su casco y cráneo se partió en dos y el explosivo fue lanzado en una dirección inofensiva.

El grupo de Quenser finalmente había llegado a la pared del centro comercial, pero ellos no se detuvieron allí. La pared estaba hecha de vidrio y sobre ella se había colocado una hoja de envoltura industrial para evitar que la luz entrara. Ellos rompieron el vidrio, lo atravesaron y entraron en la tienda.

Entre una fila de cajas registradoras, Heivia corrió hacia un sorprendido soldado de la Organización de la Fe que estaba increíblemente cerca. Él derribó al enemigo barriendo sus pies y disparó su rifle de asalto a quemarropa.

“Maldición, ¿¡acaso tenemos que librar una batalla interior contra quién sabe cuántas personas!?” “?”
Fue entonces cuando Quenser escucho que algo se arrugaba bajo sus pies.

Él movió su bota y encontró un trozo de papel con una huella de sangre en él.

“Advertencia del Venerable Anciano: la batalla final con los demonios del Reino de la Legitimidad se acerca.”

“Estás bromeando, ¿cierto? ¿¡Todavía están difundiendo su fe durante todo esto!?” “Honestamente, ¿no era ese su objetivo todo este tiempo?”
Ellos aún podían escuchar la voz del megáfono en el exterior, pero estaba haciendo demasiado eco para entender algo de lo que decía.

Heivia tenía que quejarse.

“El valor de un dios tiende a dispararse cuando te enfrentas a una amenaza que no puedes manejar.

Es por eso que han creado su propia catástrofe para que las enseñanzas de sus dioses se hundan más fácilmente. Es más fácil difundir su fe en tiempos inestables que en tiempos de paz.”

Esa fue también la razón por la que habían iniciado una batalla entre Objects justo en medio del tenso enfrentamiento entre las Corporaciones Capitalistas y la Alianza de la Información.

Eso creó suficiente tensión para sentir que el fin del mundo se acercaba.

Pero también se aseguraron de que la amenaza fuera lo suficientemente pequeña para evitar la destrucción real.

“P-pero,” preguntó Myonri. “¿¿¿Estas personas realmente se dejarán llevar por sus afirmaciones si solo están salvando a las personas de las armas que ellos mismos dispararon???”

“Lo que ves como la verdad se basa mucho en tu punto de vista. Ellos afirman que el Reino de la Legitimidad está causando todos los problemas y la Organización de la Fe está haciendo todo lo posible para hacer el trabajo sucio necesario para evacuar a todos a un lugar seguro. Y probablemente justificarán a sus insurgentes que se apoderan violentamente del centro comercial llamándolo una redistribución planificada del personal. En situaciones de emergencia, las personas con armas se volverán más audaces y las personas sin armas querrán confiar en ellos. Podrían ser capaces de rehacer su imagen de conquistadores a héroes oscuros.”

Cualquiera podría averiguar qué lado estaba diciendo la verdad si comparaban todos los datos y los analizaban racionalmente, pero las personas atrapadas en el medio habían sido esencialmente arrojadas a un laberinto tridimensional gigante. Solo las personas como el grupo de Quenser que tenían conexiones militares podrían preparar el tipo de entorno necesario para encontrar la respuesta.

“Esto no va a ser divertido… Una vez que pasen cierto punto, puede que creen una especie de ‘atmósfera’. Suficientes personas dirán que es verdad para silenciar a aquellos que tienen dudas y todos lo aceptarán.”

“P-pero esta es una ciudad silo de cientos de miles de personas si cuentas la porción subterránea.”

“Solo hay unos diez mil en la superficie y son algo así como una pequeña sociedad aislada del resto del mundo. Solo espero que esto no se salga de control como los juicios de Salem.”

Justo en ese momento, los tres vieron a alguien corriendo por los estantes de la carpintería para el hogar sin pensar en las líneas de fuego o en buscar cobertura. Él ya había roto las reglas, pero parecía creer seriamente que ninguna bala lo alcanzaría.

“¡Es ese sheriff asustado!”

“¡Podemos hablar más tarde! ¡Necesitamos restringirlo primero!”

Quenser empujó un carrito de compras cercano al espacio vacío para que los ojos y las armas en el primer piso y el segundo piso del atrio se enfocaran en él. Heivia y Myonri dispararon contra los movimientos antinaturales que produjo mientras también corrían desde el área de cajas

registradoras a la sección de carpintería para el hogar.

“Con esto, supongo que ellos no se han apoderado de la sala de seguridad y no han tomado el control de las cámaras de seguridad.”

“Aún más importante, ese maldito gordo. Maldita sea, ¿por qué no podía ser una linda chica que adora los revólveres con shorts ajustados? ¡¡Esto está afectando realmente mi motivación!!”

Las manos de Heivia finalmente alcanzaron al sheriff.

Él sujeto los hombros del hombre, lo hizo girar y se preparó para golpearlo de nuevo contra el suelo, pero Myonri apunto su pequeña metralleta hacia un estante de herramientas eléctricas.
Hubo un estallido de disparos, pero ella no dejó de moverse. Antes de que Quenser pudiera expresar su confusión, el estante se derrumbó hacia ellos. Cuando él se dio cuenta de que había sido tacleado desde el otro lado, Heivia y el sheriff ya estaban atrapados debajo de todo.

Quenser cayó sobre su trasero y apenas evitó el mismo destino porque Myonri lo jalo con su mano vacía. Entonces ella se enfrentó al soldado de la Organización de la Fe que había caminado por encima de la estantería colapsada diagonalmente y que se estaba preparando para disparar su rifle de asalto. Ella disparó una bala de 9 mm de su metralleta con una sola mano.

Pero este no era el momento de adorar esa escena de una chica sorprendentemente activa.

Después de soltar un suspiro de alivio y mirar hacia atrás, Quenser vio otro uniforme de la Organización de la Fe.

“¿¡Ah, ah, awahhh!?”

Su mente quedó casi completamente en blanco por lo que le dio una palmada a la pantorrilla de Myonri, pero el hombre con barba de mediana edad apuntó con su escopeta militar antes de que el chico pudiera terminar de comunicar la amenaza.

Justo antes de que todos se convirtieran en carne picada, el hombre de la escopeta resbalo y cayó hacia atrás. Aparentemente, varias latas de pintura en aerosol habían caído del estante colapsado y el hombre había pisado una.

Esta era su única oportunidad.

Quenser lleno de lágrimas saltó hacia el soldado caído. Quenser estaba arriba, pero el hombre usó solo la fuerza de su brazo para golpearlo en el puente de la nariz y la visión del chico se puso blanca. En lugar de buscar un arma, sus manos buscaban algún tipo de apoyo para evitar que se cayera hacia atrás, pero estas se encontraron con un dispositivo pesado. Y en lugar de ser una unidad para la venta, esta era aparentemente una unidad de exhibición utilizada para demostraciones en la tienda.

Era una motosierra para cortar árboles. “Ah.”

El hombre de la Organización de la Fe ya estaba escapándose por debajo de Quenser mientras sacaba una pistola de la funda de su cadera. Tomaría menos de tres segundos para que removiera el seguro con su pulgar y apuntara. Quenser tenía que hacer todo lo posible para sobrevivir. Incluso un momento de vacilación significaría la muerte. En cualquier caso, no tenía tiempo. Y desafortunadamente, su oponente no era una linda y frágil hermana menor. Simplemente era un hombre macho.
Él tenía su respuesta: ¡Su propia vida tenía prioridad aquí! “No… Realmente no soy una persona tan cruel…
¿¡Ah, ah, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!?”

El efecto de sonido del rugido de la motosierra se escuchaba con más frecuencia en películas gore cómicas en estos días que en las películas de terror serias. El Estudiante de Campo de Batalla, Quenser Barbotage, aprendió entre lágrimas lo difícil que era mantener el control del dispositivo que sostenía y descubrió con horror la cantidad de sangre y otras cosas que salpicaban sobre él.

Los detalles se omitirán, así que aquí está el resultado puro: cortado verticalmente en dos. “¡¡Gyahhh!!”
Hubo un grito y el sheriff se echó a correr nuevamente después de ver a Quenser cubierto de sangre. (Eso solo era sangre, ¿no es así?) Aparentemente, él no era el tipo de persona cuyas piernas tendían a rendirse cuando realmente importaba. Y Heivia sonaba completamente exasperado.

“Realmente no puedo culpar al tipo. Nadie pensaría que alguien tan empapado de rojo está aquí para difundir amor y justicia.”

En cualquier caso, ellos tenían que rescatar a ese sheriff. Si él había huido, tenían que darle seguimiento.

Fue entonces cuando los tres escucharon unos disparos amortiguados arriba. Heivia parecía entender solo por el sonido.
“…Esas no son nuestras armas.”

“Es la Organización de la Fe, entonces.” Quenser, la Catástrofe Sangrienta, miró hacia el techo. “¿Pero a qué le están disparando ahora?”

Quenser, Heivia y Myonri caminaron cautelosamente por el primer piso y encontraron las escaleras que llevaban hasta el segundo piso.

Alguien les hizo una seña con la mano allí.

Ellos encontraron a otro grupo en uniformes del Reino de la Legitimidad que aparentemente habían entrado por una ruta diferente. Sorprendentemente, Frolaytia, la comandante de la Base, estaba con ellos y con pistola en mano.

“¿Qué estás haciendo aquí? Tú eres la comandante, ¿¡no es así!?”

“Tus peones no hicieron el trabajo, por lo que el rey fue atrapado en el tiroteo. Y Quenser, ¿qué pasó contigo? ¿¡Quedaste atrapado en algún tipo de ritual!?”

Los disparos continuaron.

De hecho, parecía estar intensificándose. “Todos, estén en guardia.”
Siguiendo las instrucciones de Frolaytia, los dos equipos subieron las escaleras suavemente curvas. Esto parecía ser una sección para juguetes de niños. Pero eso significaba cosas como trenes de plástico y vías de tren, no videojuegos.

Ellos escucharon algún tipo de discusión.

Un lado parecía ser ese sheriff. Pero ¿quién era el otro lado?

“¿Qué es esto del cromo hexavalente? ¿¡Por qué los detectores de metal se activan en el suelo de por aquí!? ¡¡Estás con la Organización de la Fe, así que tienes que saber la respuesta!!”

“¡Cállate! ¿¡No ves que tenemos asuntos más importantes con los que lidiar!?” “¿¡Asuntos más importantes!? ¿¡Que nuestras vidas no significan nada para ti!?”
“Así que no te llego el mensaje. ¡¡Entonces te mostraré lo que les pasó a esas personas…haciendo lo mismo contigo!!”

Heivia y Frolaytia chasquearon sus lenguas y comenzaron a avanzar.

Justo cuando entraron en la sección de juguetes para niños, se detuvieron. Allí les esperaba un mundo colorido.
Ser una sección de juguetes de lujo no era necesariamente algo bueno.

¿Acaso no podría una mascota linda parecer espeluznante dependiendo de dónde estaba ubicada? Por ejemplo, ver la cabeza de un disfraz de mascota en un parque de diversiones abandonado, ver la mascota anunciadora de una farmacia o pastelería en el basurero, o ver un animal de peluche flotando en un río enlodado.

Esta era una versión extrema de eso.

Los soldados de la Organización de la Fe fueron cortados a pesar de tener chaquetas a prueba de balas y colapsaron con sangre brotando de sus heridas.

Y las sonrientes muñecas con vestidos y mascotas tenían todo ese líquido rojo vertido sobre ellas. Este tipo de muerte no fue traída por balas o bombas.
Algunos fueron apuñalados y otros cortados en diagonal. La batalla seguía en pie.
Por un lado, estaba la Organización de la Fe armada con carabinas de barril corto y lanzagranadas. En el otro lado había un misterioso grupo cargando rifles de asalto que decoraban sus armas de última tecnología con anticuadas culatas de madera y bayonetas.

Sin embargo, ninguno de esos era el quid de la cuestión. “¿…Que demonios…?”
Heivia observó a través de la mira de su rifle de asalto y sus dedos parecieron congelarse en su lugar. Eso demostraba la dificultad con la que su cerebro estaba procesando la escena ante sus ojos.

Era una katana.

Esa única hoja plateada estaba tomando vida tras vida.

En el centro del misterioso grupo había un hombre de cabello plateado empuñando una espada de la Nación Isla. Él llevaba un traje negro brillante que se veía mejor en un mago de escenario que en un anfitrión de una fiesta de noche y ciertamente no se adaptaba a un desierto de piedra seca y cactus. Las manos que sostenían la empuñadura estaban incluso cubiertas por guantes blancos.

Normalmente pensando, una espada no tenía forma de derrotar a las armas. Pero cuando este hombre danzaba, los soldados de la Organización de la Fe equipados con lo último en equipo fueron cortados con una facilidad extraña. Cuando un soldado intentó armar un arma antitanque accionada por resorte, la ojiva fue cortada en dos. Otros fueron decapitados cuando sus cuellos fueron rebanados horizontalmente, ya que estos tendían a tener ningún equipo a prueba de balas allí.

Quenser se sintió abrumado por esa tormenta de sangre, pero Heivia notó algo y frunció el ceño.

“Espera… No es que este tipo de la katana sea súper hábil. El grupo de bayonetas está utilizando sus balas para mover a los soldados de la Organización de la Fe dentro del alcance de su espada. Son como perros de caza que expulsan a la presa de los arbustos.”

Eso significaba que era un escenario preparado para que el hombre del traje disfrutara cortar a un enemigo cada vez que agitaba su espada. Él parecía querer vivir su fantasía caballeresca de un arma que derrotaba armas más que nada.

¿A qué lado debían apuntar primero?

No había tiempo para dudar. El último soldado de la Organización de la Fe le dio una patada al sheriff que se aferraba a él, trató de esconderse detrás de algo y quedó acorralado por las balas. Entonces él fue cortado diagonalmente junto con la estantería de la tienda que estaba usando como cubierta por la katana.

Esa fue una demostración aterradora de habilidad, pero también era una oportunidad.

Cuando conseguías la victoria, te liberabas de la tensión y respirabas un suspiro de alivio era exactamente cuando la muerte te sonreiría en el campo de batalla.

“Divídanse, dispárenles desde dos direcciones y llévenlos a la ventana. Pero no le den al sheriff en el suelo allí. Si no les damos libertad para moverse, podemos lograr…”

Heivia trató de comunicarse con los demás mediante señales de mano, pero entonces Frolaytia levantó una mano. El ejército era una sociedad estructurada verticalmente. Si su oficial al mando intervenía, ellos tenían que obedecer sin importar que.

“O.…”

Frolaytia fue la primera quien finalmente habló.

La sádica comandante de cabello plateado y enormes pechos sonaba confundida cuando le habló al joven del traje que tomaba un trozo casi transparente de papel de la Nación Isla de uno de los soldados con bayoneta que aparentemente trabajaba para él. Entonces procedió a doblar el papel en dos sobre la parte posterior de la hoja de la katana, y limpio la sangre y la grasa.

“Onii-chan, ¿¿¿qué estás haciendo aquí???” Eso lo decidió todo.
Todas las reglas que gobiernan a la humanidad se habían derrumbado.