Kaifuku Jutsushi no Yarinaoshi ~ Sokushi Mahou to Skill Copy no Choetsu Heal (NL)

Volumen 1

Interludio: El Día en que Keyaru se Despertó

Parte 2

Pero al ver eso, Flare, la [Héroe de la Magia] y Blade, el [Héroe de la Espada], se rieron.

“Deberías ser más considerado. Ya que tu eres quien hace que Keyaru la pase aun peor”.

“Es verdad, si yo fuera Keyaru, ya me habría suicidado hace tiempo”.

“Oigan, no sean tan groseros al respecto, a mí me encanta Keyaru. Ven aquí, Keyaru”.

Bullet abrazó con sus fuertes brazos a Keyaru.

Y, en ese momento, Keyaru, quien ya no podía sentir ni dolor ni miedo, comenzó a temblar.

Cuando vieron cómo reaccionaba Keyaru, Flare y Blade comenzaron a reírse mucho.

Sus risas hicieron que las venas se mostraran en las sienes de Bullet y este golpeó a Keyaru. Él tenía la fuerza de un ‘Héroe’. Debido a eso, Keyaru fue enviado a volar como una pelota de ping pong y se golpeó contra un árbol.

“¡Jum! ¡Yo siempre soy lindo contigo!”

Keyaru miró a Bullet con una mirada sin emociones.

“¡Maldita sea! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡¿Por cuánto tiempo vas a seguir descansando para que sigas el ritmo?!”

Keyaru se levantó e intentó alcanzar al trío. Sin embargo, volvió a caerse porque había recibido un fuerte golpe.

Como le estaban diciendo que no se retrasara volvieron a golpearlo.

Esa era la escena que usualmente se desarrollaba después de cada batalla.

Ninguno de los tres creía que lo que estaban haciendo estuviera mal. Para el grupo era completamente natural que ese fuera el trato a Keyaru.

***

Después de que atravesaron el bosque hasta cierto punto, el grupo comenzó a prepararse para montar el campamento.

Bullet, el [Héroe del Cañón], también era reconocido como un cazador de primera clase, sabía cómo buscar y recolectar las bendiciones que proporcionaba el bosque, así como pescar en los ríos para asegurar una abundante fuente de comida.

Mientras tanto, Blade, el [Héroe de la Espada], se estaba encargando de instalar las tiendas de campaña y de recolectar leña, por último, Flare, la [Héroe de la Magia], se encargaba de alimentar al perro.

Esta era la división usual de sus roles.

Flare entró en una de las tiendas con Keyaru.

“Ah, gah, ah”.

Keyaru estaba sufriendo espasmos por todo su cuerpo.

Su tiempo bajo los efectos de las drogas había terminado y habían comenzado a aparecer los síntomas de abstinencia. Él tenía que recibir constantemente una dosis para mantener su adicción a las drogas y así prevenir que sintiera miedo o dolor.

“Mira, Keyaru, quieres estas drogas, ¿No?”

“Ah, sí, sí…”

Keyaru asentía violentamente.

Flare parecía actuar cada vez más cruel mientras lo veía.

“Bien, entonces haremos lo habitual. Ven aquí, muéstramelo”.

“¡Sí!”

Keyaru hizo lo que la disciplina de Flare le había enseñado.

Se quitó los pantalones y le mostró su miembro a Flare.

“Jajajajaja, ¿No tienes ni siquiera un poco de orgullo?”

“Ah”.

Flare se reía mientras veía a Keyaru en un estado penoso. Para Flare, Keyaru se había convertido en un juguete con el que podía aliviar su estrés.

“Sí, lo has hecho bien”.

Flare le acercó el pequeño frasco que contenía drogas a Keyaru.

Al ver el frasco, los ojos de Keyaru cambiaron de color y saltó hacia las drogas.

“Espera”.

Keyaru dejó de moverse según la orden de Flare. Incluso en esa condición, Keyaru, quien ya casi no tenía uso de la razón, tenía claro el significado de la orden que le indicaba que esperara, si no se detenía sabía que sería golpeado y que le quitarían sus drogas por un tiempo.

“Ah, gah…”

Los síntomas de abstinencia a las drogas estaban agravándose cada vez más en Keyaru.

Pero no podía hacer nada para colocar las drogas en sus manos. Keyaru se estaba volviendo loco con la orden que le habían dado.

“Ah… ah…”

Finalmente había comenzado a llorar.

Se arrastró, olió el frasco y acercó su rostro lo más que pudo, pero no tocó el frasco con las drogas.

“Gagh, ah, ah…”

Keyaru había empezado a llorar con más fuerza. Incluso comenzó a hacer una acción que él mismo no comprendía y sacó su lengua desesperadamente.

Esa acción era demasiado divertida para Flare, por lo que pudo reírse por un tiempo.

“Sí, ya te he hecho esperar lo suficiente. Bien, ¿Te gustaría tomarte tus drogas ya? Entonces has lo de siempre”.

Flare levantó su falda y se quitó la ropa interior.

Luego dejó caer el líquido de las drogas en sus genitales.

“¡Sí!”

Después de que Keyaru dijo eso, saltó hacia los genitales de Flare y la lamió con todas sus fuerzas.

**Prup prup**

Incluso cuando ya no quedaban más drogas, Keyaru continuó lamiendo intentando encontrar más drogas.

“¡Ah! ¡Sí! Keyaru, allí, ¡Lame más allí!”

Flare ocasionalmente vertía más drogas en sus genitales y seguía haciendo que Keyaru la lamiera mientras este encontraba lo que deseaba.

Para ella, esto no era más que una simple masturbación.

“¡Ah! ¡Qué bien se siente! ¡Ah! ¡Allí!”

Flare agarró con fuerza la parte posterior de la cabeza de Keyaru y la sujetó contra su parte baja con fuerza.

Keyaru continuó lamiendo inocentemente.

Entonces, la espalda de Flare se arqueó y su cuerpo se sacudió.

El rostro de Keyaru terminó empapado con el jugo de amor de Flare.

“Jaaa… Qué buen uso para este perro, su rostro es lindo y este juego es bastante divertido. Oh, ¿Este perro tiene una erección?”

Keyaru se había quitado los pantalones cuando Flare se lo ordenó y se encontraba expuesto, por lo que Flare podía ver el miembro desnudo y dolorosamente grande de Keyaru.

“Oh, ah”.

“A pesar de que eres un sucio perro callejero, tienes el descaro de entusiasmarte con los humanos, ¿Pensaste que podrías hacerlo conmigo? ¿Pensaste que mi noble cuerpo podría ser ensuciado por un maldito plebeyo? Eso amerita un buen castigo”.

Flare pateó a Keyaru y lo hizo acostarse boca arriba. Luego pisoteó los genitales de Keyaru.

“¡Aaaahhhhhhhh!”

Keyaru comenzó a gritar, pero Flare lo pisoteó una y otra vez.

“Es una verdadera perversión que ser pisoteado haga que se te ponga más grande. Escucha, debes reflexionar. ¡Te estoy diciendo que reflexiones! ¡¿Por qué estás feliz?!”

Flare quedó absorta en su nuevo juego. Ella pisoteó el miembro de Keyaru muchas veces mientras sus propios genitales se volvían a mojar debido a su excitación.

Hasta que Keyaru dejó de estar excitado.

“Jaaa, jaaa, eso fue refrescante. ¿Por qué yo, la princesa, tengo que embarcarme en este viaje tan molesto? ¿Por qué tengo que estresarme de esta manera? Este grupo es raro a excepción de mí. Todos son un montón de personas extrañas. Oh, todavía queda un poco de drogas para el día de hoy… Se me acaba de ocurrir una buena idea”.

Flare dejó caer las drogas sobre el miembro pisoteado de Keyaru.

“Hmm, déjame verte”.

Keyaru dobló frenéticamente su cuerpo y lamió sus genitales. Su cuerpo se había doblado suavemente.

Se alcanzó a sí mismo sin mucha dificultad.

“Hmm, ah, ah, ah, ¡Es asombroso, asombroso! Se está lamiendo así mismo, es un pervertido. Es un verdadero enfermo. Mira, mira cómo te toca la cara, ¿Ah? ¿Es sabroso y delicioso? ¡¡Aaaahhhhh!!”

Ese fue el gemido más grande de la noche.

Keyaru se continuó lamiendo los genitales hasta que el sabor de las drogas desapareció.

***

Keyaru había quedado exhausto por un tiempo.

Ya no vería a Flare por un largo tiempo.

Pero entonces, una figura apareció donde él estaba descansando.

Era el [Héroe de la Espada]. El atractivo hombre con ropa masculina. Pero que en realidad era una mujer homosexual. A ella le gustaba cambiar su aspecto exterior para verse como un hombre y conquistar fácilmente a otras mujeres.

Ella estaba enamorada de la princesa Flare.

En ese momento, en una de sus manos había un palo de madera.

Luego golpeó el palo de madera contra el suelo.

“Te vi, maldito perro de mierda. Te vi, te vi. ¡¡Vi lo que hacías maldito hombre asqueroso!! ¡¿Crees que puedes tocar, lamer y darle placer a Flare?!”

“…”

Keyaru miraba a Blade sin emociones.

Ella se estaba muriendo de la envidia. Eso era todo.

“¡Te castigaré para que nunca más puedas hacerle esas cosas despreciables a Flare! ¡Te impartiré disciplina!”

Blade comenzó a golpear a Keyaru con el palo de madera muchas veces, lo hizo una y otra vez sin detenerse.

Blade sabía que si lastimaba gravemente a Keyaru ofendería directamente a la princesa Flare. Así que tenía mucho cuidado de no matarlo.

Sin embargo, no lo perdonó y lo siguió golpeando.

Continuó golpeándolo e insultándolo sin detenerse.

La piel de Keyaru comenzó a cambiar de color. La piel de su cuerpo ya no era del color de la piel humana.

Todo su cuerpo se hincó y ya no podía moverse.

“Jaaa, no me importa lo roto que estés, ¡Esto es lo que te sucederá si vuelves a hacer eso! ¡¡Nunca más vuelvas a tocar a Flare!!”

Después de golpear a Keyaru hasta quedar exhausta, Blade intentó alejarse.

Pero luego se detuvo.

“La… La lengua que lamió a su alteza Flare… Ese hombre… si aún puede seguir lamiendo a su alteza Flare…”

Entonces Blade regresó a donde se encontraba Keyaru.

Luego, forzó a que la boca de Keyaru se abriera y metió su propia lengua en su boca.

Quizás porque estaba emocionada, comenzó a jugar con sus propios genitales. Después de un tiempo se escuchó el sonido de agua caer al suelo.

“Hmm, hmmm, delicioso, el sabor de su alteza Flare… de su alteza Flare…”

Y finalmente alcanzó el clímax.

Cuando terminó con sus propios asuntos, liberó a Keyaru y lo golpeó en el rostro con el palo de madera.

“¡Tú! ¡Por tu culpa! ¡Todo porque estuviste con Flare! ¡Tener que besar a un hombre!… sí, sí, sí, ¡Sí! ¡Sí! ¡Te mataré! ¡Te mataré ¡Te voy a matar!”

Una vez más, Blade comenzó a golpear a Keyaru muchas veces. Ya no tenía en consideración si él moría o no.

Le pegó hasta quedar completamente satisfecha y luego se fue.

Keyaru nunca dijo o hizo un sonido, solo observó con una mirada sin emociones la espalda de Blade alejándose.

***

El estómago de Keyaru comenzó a sonar.

Él no había comido nada.

Después de haber sido golpeado demasiadas veces, ya no podía moverse.

Keyaru estaba esperando que su cuerpo sanara.

Keyaru era un sanador de alto nivel. Mientras estuviera en el mismo grupo con los demás, obtendría una parte de la experiencia que ganaban. Gracias a su resistencia como un sanador tenía una gran vitalidad, por lo que sus heridas se curaban a una velocidad sorprendente.

Debido a que eran conscientes de eso, tanto Flare como Blade golpeaban a Keyaru implacablemente hasta cansarse.

Podía utilizar [Sanación Recuperadora] sobre sí mismo, pero al tener un nivel más bajo que los demás, no podía hacer nada sobré sí mismo sin sus órdenes.

Pero entonces, un nuevo visitante llegó a su lugar de descanso.

“¡Hey! Keyaru, pobrecito. Otra vez volvieron a ser extravagantes contigo”.

El que se presentó era un hombre grande y corpulento de piel morena. Era el [Héroe del Cañón], Bullet.

“Te traje un poco de arroz, le di a Blade un poco para que te lo diera, pero por el sonido de tu estómago puedo imaginar que ni lo probaste. Supongo que ese sujeto al final lo terminó tirando a la basura como si fuera un castigo. No debería de hacer ese tipo de cosas terribles”.

Con un tono de voz suave, Bullet se acercó a Keyaru y se sentó junto a él.

“Sabes, soy el único que está de tu lado. Soy el único que te ama de verdad”.

La mano de Bullet acarició las nalgas de Keyaru.

“Mira, primero te dejaré comer”.

Bullet le había traído a Keyaru, arroz, un pescado ensartado en un palo, pan y nueces.

Bullet le dio un mordisco al pescado, lo masticó y cuando fue fácil de tragar, besó a Keyaru y se lo pasó a su boca.

Keyaru tragó a la fuerza para que Bullet no le apretara la nariz hasta asfixiarlo.

“¿Lo ves? Soy amable, ¿Ves cómo te doy de comer mientras estás lesionado? ¡Soy muy gentil contigo!”

Con un rostro lleno de codicia, Bullet miraba fijamente el rostro de Keyaru.