Oda Nobuna No Yobou (NL)

Volumen 3

Capitulo 5: Defensora de Kyo, Akechi Mitsuhide

Parte 3

Incluso Takenaka Hanbei, un genio, ignoraba el origen de esos hechizos.

Pero por sus instintos como Onmyouji, entendió vagamente una cosa: la Matsunaga Hisahide frente a ella no era alguien que podía subestimar.

—Matsunaga–sama; la época en que la clase dominante dependía en los Onmyouji ha terminado. El clan Tsuchimikado encargado de proteger el Yamato Gosho también ha decaído y hace tiempo ha partido de Kyo hacia Wakasa. No hay ninguna razón para sus celos.

—Para ser honesta, a mí no me interesa mucho ese rencor. Después de ver a un Onmyouji tan fuerte como tú, solo quise pelear; además, tengo algo que preguntarte.

—… ¿Qué cosa?

—Oda Nobuna–sama no cree en lo sobrenatural. Para nosotros que hemos vivido en la oscuridad, Nobuna–sama es el verdadero rey demonio. Definitivamente destruirá la vena del dragón que ha latido bajo Kyo desde la antigüedad. El sello sobre los espíritus de Kyo en el que los Onmyouji se esforzaron durante cientos de años, será destrozado por completo. El poco poder que les queda a los Onmyouji desaparecerá junto con la vena del dragón de Kyo. En otras palabras, para los Onmyouji, Nobuna–sama es el verdadero enemigo. Tú también debes comprender eso. Entonces, ¿Por qué?

Eso fue suficiente.

Hanbei reveló una leve sonrisa.

—En ese caso, las personas que abusan de los hechizos como nosotros, causando incidentes que afectan a todo el país, ya no serán un problema; porque al mismo tiempo que nuestro poder como protectores desaparezca, todos los demonios y fantasmas desaparecerán en silencio en el nuevo futuro también.

En términos modernos, significaba que la luz de una nueva era pronto brillaría sobre los tiempos oscuros del pasado.

Hanbei mostró una sonrisa inocente mientras hablaba sin ninguna duda.

• ¡¿Pero…en ese momento…tú…?!

La voz de Hisahide tembló ligeramente por el shock y el miedo.

• ¡No me digas…que incluso has tomado…tal decisión…!

El verdadero significado, la resolución y los sentimientos detrás de las palabras de Hanbei…

De todos los presentes, solo Matsunaga Hisahide que también dependía de lo sobrenatural, lo entendió…

Para la inteligente Hisahide, solo esto fue suficiente.

Perdí completamente ante Oda Nobuna—sama.

Hisahide lo entendió, finalmente había llegado el momento de que su alma sucumbiera a la voluntad de Nobuna.

Pero Hisahide, quien era apodada “Escorpión Venenoso”, no sería tan temida si se rindiera tan simplemente. Cuánto más consciente era de su inminente derrota, menos podía aceptarlo. Su resistencia fue lo que realmente le dio el apodo de Escorpión Venenoso.

Después de que Hisahide chasqueó los dedos, más seres desconocidos y ominosos bajaron uno tras otro del cielo oscuro.

¡Cinco, diez, veinte, treinta……!

Todos tenían rostros de chicas jóvenes y hermosas.

Todas vestían trajes artesanales rojos y emitían una presencia cautivadora, casi como si fueran réplicas pequeñas de Hisahide…

Sin embargo, sus ojos estaban vacíos, sin ninguna luz en ellos.

—… ¡¿Marionetas…?!

Hanbei sujetó sus talismanes firmemente preparando su postura. La risa diabólica de Hisahide resonó en la oscuridad.

• ¿Lo entiendes, linda onmyouji pequeña? La esencia de los hechiceros no son solo las ilusiones; el verdadero poder de las ilusiones se originó de la habilidad para manipular marionetas de Persia.
• ¡¿Persia…?!

—Por supuesto que la gente del oeste también tiene sus dioses que adoran, pero ya se trate de Buda o Asura, no son más que las reencarnaciones de Angra Mainyu, el dios supremo de Persia.

Que esta hechicera fuera tan complicada… por primera vez Hanbei reveló una expresión de shock.

No podía entender sus hechizos en absoluto.

Aunque había leyes definidas en todos los conjuros y brujerías que se deben seguir y usarse por el usuario… las bases de este hechizo encarnaba leyes totalmente diferentes a las del onmyoudou. Hanbei no podía recordar nada parecido incluso de los registros oficiales. Para ella, esto era una cultura completamente diferente y extraña como la dinastía Tang.

En el oeste más allá de la dinastía Tang, incluso más allá de la india que se conocía como la orilla occidental… ¡El país llamado Persia…!

Este peculiar hechizo de Persia podría haberse perdido incluso en su país de origen.

Sin embargo, a través de la ruta de la seda, finalmente había llegado a su destino, en Kyo, a través del cuerpo de Hisahide fluía la misma sangre persa que lo creó, este antiguo y peculiar hechizo que casi era como invocar espíritus malignos volvió a despertar.

—Tus Shikigami y mis marionetas. Decidamos ahora qué lado es más fuerte.

Incluso con las habilidades de Hanbei, las probabilidades de que venciera a un enemigo con poderes desconocidos eran muy bajas.

Además de eso, había perdido casi la mitad de sus Shikigami en la batalla.

—Ama. Por favor déjanos esto a nosotros y escapa rápidamente.

Zenki le susurró en voz baja, pero Hanbei sabía que si se iba, el salón principal quedaría envuelto en llamas de nuevo.

Estaba en una situación totalmente desfavorable.

Incluso Nobuna quien había estado disparando su arcabuz en el techo estaba siendo rodeada gradualmente por las tropas de Matsunaga.

«Esta mujer va muy lejos para probar los límites de Nobuna–sama. Después de perder a su amo, Miyoshi Nagayoshi y ser etiquetada como una asesina, ya no puede confiar en nadie, e incluso se convirtió en enemiga del clan Miyoshi y el Shogun, ¡una persona que vaga entre el límite de la realidad y el mundo de los sueños…!».

Hanbei tomó su decisión.

Para reparar el alma torcida, oscura y caótica de Matsunaga Hisahide, tendría que hacerse un sacrificio…

«Tal vez muera aquí…Yoshiharu–san, lo siento».

Hanbei tosió violentamente mientras sujetaba el último talismán en su mano y se lo lanzó a Hisahide.

Sin embargo, este último encanto escapó débilmente de sus pequeños dedos.

Coff.

Coff, coff, coff.

Con un hilo de sangre fresca bajando por un lado de los labios de Hanbei, la pequeña chica se desplomó.

• ¿Qué pasa? Qué aburrido……pensar que finalmente podía empezar una masacre y desahogarme… ¿Eso fue todo? En ese caso, entonces mátenlos a todos—, dijo Hisahide con cierto pesar en su voz.

Después de oír estas palabras, las marionetas invulnerables se movieron como se los ordenó.

Comenzaron el ataque final sobre los pasillos y el techo, con la intención de acabar con la vida de Nobuna y sus sirvientes.

—Hey. ¿Qué demonios es esto? ¿Por qué las marionetas nos atacan? ¿Eso es una ilusión?

• ¡No, estas cosas no son ilusiones! ¡Tienen cuerpos reales! ¡Escapa ahora, Nobuna…!

Todo estaba perdido…

• ¡¿Maldición, pensar que vamos a tener el Game Over en el Templo Kiyomizu, esto no es igual en el juego, sabes?!
• ¡Es por eso que te recordé que no pidieras demasiado, Sagara–shi!

La lanza de Yoshiharu no serviría de nada contra las marionetas, por lo que se vio abrumado por su fuerza. Mientras la espada frente a él pasaba a solo unos centímetros de su cuello, Yoshiharu escuchó el rugido nervioso de Goemon.

• ¡Si te rindes, todo terminará! ¡No puedes rendirte! ¡…Sagara–senpai!

Mitsuhide, quien estaba muy herida, cortó la cabeza de la marioneta y justo después de eso, sus próximos cortes fueron a las manos y cuerpo de la muñeca.

—Ahh~ Qué grosero, irrumpir en mi habitación así… ¡Ven a salvarme, Inuchiyo!

—… Yoshimoto, agarra un arco.

• ¿Inuchiyo? A pesar de mi apariencia, realmente no soy hábil con el arco. Si se trata de fútbol, soy la mejor… oh~ hohoho.

Las lanzas y espadas ya habían rodeado a Yoshimoto e Inuchiyo, no tenían salida. Parecía que la vida de Nobuna y los demás había llegado a su fin.

Matsunaga Hisahide se quedó de pie en silencio, como si fuera una marioneta que perdió sus hilos.

« ¡Estaba demasiado preocupado por el “Incidente Honnou–ji”, y permití que Nobuna cometiera un error tan grande! ¡Ahora el problema no es si Mitsuhide traicionará a Nobuna! ¡Sin importar lo grande que sea el ejército, si el general está muerto, no tiene sentido! ¡Debí haber evitado que Nobuna viniera personalmente aunque me diera una paliza!».

Yoshiharu lamentaba su decisión en el fondo de su corazón mientras era empujado al suelo por la abrumadora cantidad de marionetas.

Los golpes y patadas de las marionetas caían sin piedad sobre su cuerpo y Mitsuhide estaba haciendo todo lo posible para rescatar a Yoshiharu a su lado.

Pero sin importar cuánto lo intentara, no podía llegar a Yoshiharu. Mitsuhide estaba llorando. Lloraba y le gritaba.

En medio de la confusión, Yoshiharu no podía oír lo que gritaba Mitsuhide.

—Juubei–chan. Nobuna. Todos… lo siento…

… Pero…

Los cielos… parece que no abandonaron a Nobuna.

El milagro que nadie esperaba sucedió en ese momento. En la oscuridad de Kyo resonó el ruido de caballos.

• ¡Son refuerzos!

Rodeada de marionetas y resistiéndose con todas sus fuerzas con su famosa espada “Kunishige Hasebe”, Nobuna gritó mientras señalaba al oeste.

Los refuerzos se dirigían hacia el Templo Kiyomizu a toda velocidad desde la montaña Settsu. Debían haber oído lo que sucedió en el templo.

Sin embargo, el ejército Oda estacionado en Settsu debería haberse retirado a Mino hace tiempo.

Las tropas que quedaron cerca de Kyo eran pocas. Era imposible que fueran tantos.

• ¡¿De quién es ese ejército…?! Yoshiharu entrecerró los ojos.

Una chica portando una armadura occidental montaba un caballo blanco europeo al frente de los refuerzos…

• ¿Frois–chan?

Sí. Era la monja que Yoshiharu salvó el Sakai, Frois.

Por supuesto, como una monja devota, Frois no tenía ningún soldado propio. Sin embargo, ella tenía muchos compañeros.

Estas personas eran quienes se habían unido al cristianismo bajo su influencia.

• ¡Yoshiharu! ¡Traje a mis amigos cristianos!

Los hombres que llevaban cruces colgando en sus pechos gritaron sus nombres uno tras otro.

• ¡Soy el amo del castillo Takatsuki, Takayama Dom Justo! ¡A partir de ahora, seguiré a Frois–sama y me uniré a las filas del ejército Oda!
• ¡Uno de los miembros del Kaigi de Sakai, Konishi Joachin! ¡He traído todo el dinero y suministros!

—Sin importar quién sea, los salvaré a todos. ¡El médico de Kyo, Manase Belchior!

Detrás, había numerosos aldeanos y agricultores que gritaban “¡debemos devolver la bondad de Frois–sama!”

Aunque su fuerza individual era pequeña, después de que Frois los reunió, se convirtieron en una fuerza enorme.

Dom Justo, Takayama Ukon, aunque también era un guerrero, no tenía la fuerza para oponerse a Matsunaga Hisahide por su cuenta. Necesitaba depender de otra persona al final; si Hisahide fuera la que marchara hacia Kyo, se habría aliado con ella. Si fuera el clan Oda, los apoyaría a ellos… Para poder sobrevivir, no había otra salida. Un guerrero muy débil…

Pero nadie habría esperado que ante la llamada de esta chica occidental, Frois, arriesgara la supervivencia de su clan y ayudara a los Oda.

Como una hechicera persa, Hisahide odiaba a los occidentales en su corazón.

Debido a que odiaba la cruz y su llamado Dios, despreciaba profundamente el cristianismo.

Después de todo, Persia es Persia, Japón es Japón, Occidente es Occidente.

Personas con diferentes culturas que adoran dioses diferentes. Si no pueden coexistir pacíficamente, nunca llegaría el día en que se entendieran realmente.

La razón por la que era llamada bruja era por el color de su piel y su origen. Convencida de que esto era normal para el mundo y odiando tal situación, Hisahide estaba totalmente sorprendida de que “la débil misionera cristiana viniera a ayudar a Oda Nobuna, un general de otro país”.

Es totalmente diferente. Esta chica es totalmente diferente de todos los que he conocido.

Incluso comparada con Nagayoshi–sama y todas las élites que han muerto en este país, esta chica era fundamentalmente diferente.

El Escorpión Venenoso que seguía tratando de atacar y resistirse a Nobuna… En este momento, finalmente lo reconoció.

Había perdido.

***

Por la noche…

En el Templo Kiyomizu donde la mitad de las paredes se habían reducido a cenizas.

Un guerrero estaba de rodillas delante de Nobuna.

—Yo, Matsunaga Hisahide, admito mi derrota. Estoy dispuesta a servirle a Nobuna–sama.

—Dearuka.

Al lado de Nobuna, Yoshiharu pudo apreciar el voluptuoso cuerpo de Hisahide por primera vez de cerca; después de inhalar un poco del perfume de su cuerpo, Yoshiharu comenzó a sentirse mareado, su cuerpo inclinándose hacia adelante incontrolablemente.

• ¡Uwahhhh! ¡Qué belleza exótica! ¡Ella es demasiado sexy…! ¡Los pechos…!

¡Qué pechos tan grandes…! ¡¿Uwahh?!

El joven Yoshiharu obviamente no tenía ninguna defensa contra esta mujer madura.

Molesta, Nobuna golpeó a Yoshiharu justo en la cara.

Sin embargo, Nobuna parecía muy interesada en Hisahide a pesar de que ella casi la había matado.

Mitsuhide estaba aconsejándole fervientemente: “Esta mujer es una reincidente de rebelarse. Definitivamente se rebelará algún día de nuevo; por favor ejecútela para evitar que eso suceda”, pero Nobuna no la escuchó.

• ¡Hisahide, no te preocupes por las palabras de Saru y kumquat! Finalmente te has rendido a mí y parece genuino esta vez. ¡Me gustan los guerreros inteligentes como tú!

—Yo también había esperado este final desde el fondo de mi corazón. Es algo muy bueno poder servirle a alguien más fuerte que uno mismo. Así que, como prueba de mi rendición a Nobuna–sama, permítame ofrecerle este tesoro, la “Tsukumo Nasu”.

Matsunaga Danjo le presentó respetuosamente a Nobuna la jarra.

Ohhh…Nee–chan, hueles muy bien…las manos de Yoshiharu comenzaron a cubrir su entrepierna.

Al final Nobuna decidió que un golpe no era suficiente para él y en esta ocasión picó sus dos ojos sin piedad.

• ¡¿Ahhhhhhhhhhhh~?!
• ¡No te excites ahora, maldito Saru pervertido!

—Hehe… Este tesoro fue mantenido en secreto por Ashikage Yoshimitsu. Como uno de los mejores tres tesoros del mundo, no podrás conseguirlo incluso si estás dispuesto a pagar 20,000 kan. Ningún otro tesoro se le ajusta mejor.

Mitsuhide, quien era hábil en las ceremonias de té, se acercó y soltó un grito de sorpresa.

Hisahide se rio en voz baja y continuó.

—Nobuna–sama; para gobernar Kyo, que es el centro de la cultura japonesa, se necesita algo más que fuerza militar. Para poder establecer buenas relaciones con los oficiales y las personas de Sakai, debería esforzarse un poco en aprender la etiqueta apropiada de las ceremonias de te; aunque es grosero de mi parte decirlo, las ceremonias de té de Owari…

Hisahide habló como si fuera una madre al dirigirse a Nobuna. Aunque suave y cálido, también tenía un tono estricto.

• ¡Ya que he recibido un tesoro tan valioso, garantizaré la estabilidad de Yamato, Danjo!

—Hehe… Estoy en deuda con usted. Mitsuhide suspiró descontenta.

—Nobuna–sama, aunque lo he reiterado muchas veces, esta mujer es famosa por ser impredecible. Hace un momento, tenía toda la intención de matarnos a todos; si esto continúa, definitivamente existirá el riesgo de que envenene a alguien. Por favor ejecútela.

• ¿No es bueno? El veneno puede usarse como medicina si se utiliza correctamente.

—Pero yo, Juubei Mitsuhide, nunca perdonaré a una mujer así. Por favor ejecútela de inmediato.

—Ahh~ ¡En serio, qué molesto! Dije que lo dejarás, así que obedéceme.

—E-Entendido.

Mitsuhide finalmente se rindió. Pero por su expresión, parecía que aún no podía aceptar la situación.

Odiar a las personas que se rebelan a tal punto, esta chica es demasiado seria… en este mundo no debería suceder el Incidente de Honnou–ji, Yoshiharu se relajó.

Nobuna se dirigió a Hisahide de nuevo.

—Por cierto, Danjo. Hay algo que quiero preguntarte.

• ¿Qué es? El otro tesoro, “Hiragumo”, me importa más que mi vida. No puedo dárselo.
• ¿Qué pasa si quiero que me lo des?
• ¿Quién sabe? Quizá lo abrace y haga que explotemos juntos.

En el juego, esta persona realmente explotó junto con el Hiragumo… Yoshiharu no pudo evitar sonreír sarcasticamente.

—Danjo. Realmente no envenenaste a tu amo, Miyoshi Nagayoshi, ¿verdad?

Los ojos de Hisahide comenzaron a llenarse de lágrimas mientras le gritaba a Nobuna “eso es demasiado”.

• ¿Cómo podría ser? ¡Yo no envenené a Nagayoshi–sama! ¡Eso es solo un rumor inventado por las personas ignorantes en Kyo! ¡Para mí, que aún no he tenido descendencia, Nagayoshi–sama era como mi propio hijo!
• ¿En serio?
• ¡Todo lo que hice fue darles un poco de aconitina a sus hermanos que ideaban planes malvados y a los ojos desleales de Nagayoshi–sama! ¡Juro que no le hice nada a Nagayoshi–sama!
• ¿Acaso no es eso envenenar…? —todos a excepción de Nobuna respondieron al instante.

Al mirar de cerca, el adorno que Danjo llevaba en su cabeza era una flor púrpura de acónito.

• ¡Todo fue por el bien de Nagayoshi–sama! ¡A esas personas no les importaba en absoluto el gentil Nagayoshi–sama! ¡Si no los hubiera corregido, Nagayoshi– sama habría muerto un día en sus manos! Pero quién hubiera pensado que después de eliminar a todas las personas peligrosas en el clan Miyoshi, Nagayoshi–sama ya no estaría conmigo… ¿Por qué…?

El padre de Miyoshi Nagayoshi traicionó a su propio señor, el clan Hosokawa y después fue asesinado por el propio clan Miyoshi en respuesta. El joven Nagayoshi quedó totalmente aislado y su vida estaba en peligro. En ese momento, fue Matsunaga Hisahide, la guardiana del clan Miyoshi, quien salvó a Nagayoshi. Al tratarse de Nagayoshi, quien había perdido a su familia, lo miraba como a su propio hijo y escapó a Shikoku en secreto con él. Después de organizar su ejército, ella volvió y no solo realizó la venganza de Nagayoshi por su padre, sino que también apoyó al joven Nagayoshi para ser el líder de su clan.

La leal Hisahide, su destino se retorció desde ese momento… su presencia fue requerida para proteger la posición adquirida de Nagayoshi y no podía creer en los miembros del clan Miyoshi que una vez los traicionaron; pero las personas que planeaban asesinar a Nagayoshi, sin importar si fueran parte de su clan, el líder del clan Hosokawa o el Shogun Ashikaga… ella utilizó sus propias manos para deshacerse de todos.

Para proteger a su amo Nagayoshi, Hisahide hundió sin piedad su aguijón venenoso en cualquiera que se acercara, convirtiéndose en un violento escorpión.

Y cuando su amado Nagayoshi murió por una enfermedad, ya nadie más pudo evitar que Hisahide se saliera de control… ni siquiera ella misma.

—… Entiendo, ahora que Nagayoshi está muerto, querías encontrar un amo digno de tu lealtad, ¿verdad, Dango?

—Es verdad. He estado buscando un nuevo amo que supere incluso a Nagayoshi–sama para poder contribuir con todo de mi parte; así que por eso ataqué a Ashikaga Yoshiteru para probar su fuerza, porque cuando alguien es empujado a su límite, revela su verdadero yo. Al final, usted fue la única que pasó la prueba, Nobuna–sama. Que los onmyouji tengan tal resolución por usted, que una monja esté dispuesta a tomar las armas por usted, tal gracia… solo usted es capaz de aceptar realmente a una hechicera como yo que provengo de Persia y soy odiada por todos.

Nobuna sonrió y asintió con la cabeza.

—No hay problema, ¡Concederé tu deseo!

—… ¿Eh?

• ¡Lo que estoy diciendo es que seré tu nuevo amo! ¡Pero mi objetivo no es solo esta región! ¡Mi batalla por Japón, e incluso por todo el mundo, solo acaba de empezar! Debería ser más interesante que el tiempo que estuviste con Nagayoshi,

¿no? ¡¿No tienes nada en contra de que yo sea tu amo, verdad?!

—… Nobuna–sama♥

—Me agradas. ¡Incluso si no hubieras atacado al Shogunato Ashikaga, un día yo misma los habría derrotado! ¡Si no pueden gobernar nada más que Kyo, no hay necesidad de un Shogun tan inútil! ¡Danjo! ¡Tú y yo, limpiemos juntas este país y permitamos que renazca de nuevo!

—… Ah… Ahh, finalmente lo encontré el amo que realmente me entiende…

Aparentemente abrumada por la emoción, Hisahide se frotó los ojos con sus mangas.

Personas que destruyen tradiciones, una que está empeñada en crear una nueva era, y la otra que puede hacer cualquier cosa por su amo.

Ellas resonaban entre sí con el término común de “destructor”.

«Ahora que lo pienso, Nobuna también es una pirómana», recordó Yoshiharu.

« ¿Pero realmente estaba bien tener alrededor a una Nee–san tan peligrosa? Ella parecía una yandere… lo que es más difícil de manejar que un simple villano…», Yoshiharu comenzó a preocuparse.

• ¡Pero, Danjo! Solo hay una cosa que debes prometerme. ¡No les harás ningún daño a los sirvientes del clan Oda! ¡A este Saru tampoco! ¡Mis sirvientes son mis pertenencias, no te atrevas a envenenarlos y matarlos!

—Entendido; a partir de ahora, estoy dispuesta a cambiar mis maneras y convertirme en “Danjo Blanco”.

Con una sonrisa brillante, Hisahide se arrodilló de nuevo.

Su sonrisa brillaba intensamente con una gran pureza, el temblor en el corazón de Yoshiharu no podía detenerse de ninguna manera «Estoy preocupado… muy preocupado… qué hago… qué hago…».