Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 10

Capitulo 57: Magia y Magia

Parte 3

Cerca de la cima de una montaña ligeramente nevada, la más alta de Vanalis, había una figura que miraba el campo de nieve desde lo alto de un escarpado acantilado. Como una roca inmóvil, se limitaba a lanzar una mirada silenciosa hacia abajo, como si tratara de percibir algo.

La nieve ya había cesado. La ilusión del invierno se había liberado por fin. Sin embargo, el hombre no parecía pensar nada de los valientes que se habían precipitado. Su rostro sereno no mostraba signos de admiración ni de irritación. Tenía una larga melena pelirroja que le llegaba hasta el cuello. Ese color era lo único que destacaba en el hombre.

Sus ojos parpadearon de repente, aunque sin ninguna señal de emoción. A sus pies había un Maestro Mágico con el que acababa de lidiar… manchando la nieve de rojo.

Gracias a que por fin dejó de nevar, el sol asomó en el horizonte y hubo nubes blancas en el cielo. Y cuando la luz del sol iluminó su entorno, se pudo ver lo que sostenía en su mano extendida. Su agarre de hierro sostenía a una chica de cabello plateado que dejaba escapar un débil grito de agonía.

Loki forcejeó débilmente, tratando de salirse de su agarre. Consiguió apretar sus manos entre la palma de él y su cuello, pero no pudo mover su mano ni un centímetro. Cada vez que se movía, la sangre brotaba de las heridas que había sufrido al luchar contra el Lefkis. Luchó por respirar, al ser sostenida por encima del suelo, y miró hacia abajo con los ojos nublados.

Mujir estaba en el suelo e inconsciente. La sangre se acumulaba a su alrededor, lo que aumentaba la sensación de urgencia de Loki. Pero la situación era desesperada. Había una abrumadora diferencia de fuerzas entre el pelirrojo y ella.

Después de la lucha contra el Lefkis, se dieron cuenta de que la nieve no había desaparecido y sintieron una presencia antinatural. Se apresuraron a venir, pero lo que les esperaba era una visión inesperada. Se trataba de otro humano a estas profundidades del Mundo Exterior.

Además, era un adversario formidable. La batalla había terminado tan rápido como había comenzado. Aunque Loki podía estar agotada, estaba claro que el hombre era terriblemente poderoso. Incluso Mujir había sido tratado como si fuera un niño.

Y en el momento en que el hombre se movió para luchar contra Mujir y Loki, la nieve había cesado. Fue entonces cuando Loki se dio cuenta de que este hombre era el que movía los hilos y que era el responsable de la nieve. La nieve no había sido obra de un Fiend. Todo fue hecho por la voluntad de este hombre.

Pero ¿por qué…? Cuando Loki empezó a pensar en los motivos del hombre, se aplicó más fuerza en su cuello. La sangre fluía de su boca y ella luchaba por respirar. Su visión se volvía borrosa.

Loki reunió las últimas fuerzas para resistir. Sólo le quedaba un método, manifestar la electricidad dentro de su cuerpo. Se designaría a sí misma como las coordenadas de la manifestación, al igual que el Lefkis. Era un método burdo, intentar acabar con el hombre autodestruyéndose. Pero era la única manera de escapar de la mano del hombre. Aunque tuviera que quemarse, era mejor que le rompieran el cuello.

A punto de desmayarse, concentró su mente y se lanzó a sí misma el hechizo de nivel intermedio Lightning Bolt. Una bola de rayos apareció con un estruendo y cayó al suelo. Pero antes de darse cuenta, el rayo que debía electrocutar a ambos se había convertido en una bola de hielo normal.

Pero eso no sorprendió a Loki. Ya sabía que el hombre sería capaz de hacer algo así con facilidad. Sólo había demostrado su capacidad para manejar el atributo del hielo, pero incluso sólo en ese campo mostraba una temible pericia.

¡‹‹Force››! Usando el maná que le quedaba, aumentó la fuerza de sus piernas. Entonces giró su cuerpo para patear el brazo del hombre. Era una poderosa patada que esperaba que rompiera un hueso.

Pero en cuanto su patada golpeó el brazo del hombre, el dolor le atravesó la pierna como si hubiera pateado una viga de acero. El dolor se apoderó de todo su cuerpo cuando la parte superior de su pie se rompió. “Aaah…” Gritó, y un chorro de sangre salió de sus labios.

Tampoco era sólo dolor. El pie que había utilizado para patear estaba siendo congelado. Apartó rápidamente el pie, pero la piel se desgarró junto con la bota militar congelada y quebradiza.

La sangre brotaba de la herida fresca y goteaba por los dedos del pie.

“Una hazaña encomiable para tu edad.” El hombre le dedicó a Loki un elogio vacío mientras la arrojaba como un juguete roto. “Pero estoy empezando a perder el interés. Así que pongamos fin a esto.” Murmuró, mientras un arma hecha de hielo empezaba a aparecer detrás de él. La afilada punta apuntaba directamente a Loki, amenazando con atravesarla. Con varios metros de largo, la enorme espada de una sola hoja expulsaba aire frío a su alrededor.

Una punzada de arrepentimiento recorrió la mente de Loki. Deseó no haber gastado tanta fuerza contra el Lefkis, o haber podido oponer un poco más de resistencia.

Pero había conseguido ganar un poco de tiempo. Ahora su papel había terminado. Loki miró al hombre con algo parecido a una sonrisa de alivio. Luego, en el momento siguiente, una fuerza se apoderó de su cuerpo y se la llevó.

No fue ni la parca ni el impacto de la espada de hielo del hombre. Cuando la nieve se detuvo, su sonar de maná volvió a funcionar y pudo hacer pleno uso de sus habilidades como observadora.

Ahí está. En lugar de una bengala, ella había disparado su sonar, sabiendo que él lo notaría. De hecho, estaba convencida de ello. Incluso tras su duro aterrizaje, Loki no cerró los ojos ni un momento. Se limitó a mirar cómo Alus la había tomado en sus brazos y la había rescatado.

Porque tenía una fe absoluta en él, no quería que pensara en ella como una princesa que sólo esperaba ser salvada. “Muchas gracias, Sir Alus.” Dijo con voz clara y tranquila, esperando no causarle ninguna preocupación innecesaria, como si hubiera estado preparada para este momento.

Después de que Alus la dejara en el suelo, Loki miró al pelirrojo que había intentado matarla. Lo flanqueaban Lettie por un lado y Alus por el otro.

Pero el hombre estaba inmóvil. Y por supuesto que lo estaría. Un momento antes de salvar a Loki, Alus había blandido Bruma Nocturna a la velocidad del rayo y había acuchillado al hombre dos veces.

El brazo del hombre cayó al suelo. La sangre brotó de su cuello que había sido limpiamente cortado. Sin embargo…

“Ciertamente eres… rápido.” A pesar de tener un corte tan profundo en el cuello, la voz del hombre no cambió. Al poner la mano sobre su cuello, la herida se congeló y la hemorragia se detuvo. Tal vez porque el manejo de la espada de Alus había sido tan agudo y preciso, la arteria cortada e incluso su tráquea se congelaron en un instante y volvieron a unirse. “Me alegro de haber tomado medidas antes de tiempo. Después de todo, esta vez tenía que tener en cuenta mis experimentos.” Una persona normal habría muerto, pero el tono amable del hombre seguía siendo el mismo.

“¿Qué buscas? ¿Intentabas jugar limpio con los Fiends?”

El hombre sonrió ante la pregunta de Alus. “Seguro que bromeas. Esto es sólo un experimento para divertirme.”

Alus frunció el ceño mientras el hombre continuaba con una expresión suave: “Aun así, me sorprendió que Godma pudiera producir resultados de investigación tan útiles. Realmente era un genio.”

“¡…! ¿Te refieres al Godma que fue responsable del Proyecto de Separación del Factor Elemento?” Godma Barhong era un criminal y científico loco al que Alus recibió una vez la misión de eliminar. Al final se había convertido en una mezcla de hombre y Fiend. Se suponía que había tenido una muerte misteriosa en las instalaciones donde estaba detenido.

“Terminaste aplastándolo… Qué pena.” Contestó el hombre con indiferencia.

Realmente había habido alguien más detrás del incidente de Godma. Y aunque su identidad era desconocida, el hombre era un poderoso Maestro Mágico. Juntando las piezas, empezó a tener mucho sentido.

Pero la reacción de Alus fue a otra cosa. “Así que los Cuatro Libros de Fegel sí existieron.” Dijo con una leve sonrisa.

En el momento en que esas palabras salieron de la boca de Alus, los ojos inexpresivos del hombre se entrecerraron de forma desconcertante, lo que no hizo sino reforzar la convicción de Alus. Si el libro que había visto era realmente uno de los Cuatro Libros de Fegel… entonces la misteriosa muerte de Godma estaba destinada a silenciarlo y a atar cualquier cabo suelto.

Y el hombre que tenía delante y que había reaccionado a las palabras de Alus era el probable culpable. Su motivo probablemente no era borrar cualquier rastro de su conexión con Godma, sino de los propios Cuatro Libros de Fegel. Eso aún dejaba la pregunta de cómo, pero los militares no eran un monolito. Podría haber tenido un cómplice dentro.

“Allie, ¿cómo quieres hacer esto?” Lettie preguntó agresivamente, pero era parte de su bravata. No tenía fuerzas para luchar con el hombre que tenían delante, pero aun así lo dijo como forma de presionarle. El hombre era la viva imagen de lo espeluznante y las profundidades de sus habilidades eran desconocidas.

Sin embargo, fue el propio hombre quien respondió a su pregunta. Se mostró casi sin miedo dada la situación. “No será necesario. Mi misión ha concluido, así que me despediré. Ese también debe seguir respirando… aunque le habría hecho respirar por última vez si hubiera tenido un poco más de tiempo.” Dijo en tono ligero, mientras miraba a Mujir. Sin embargo, en contraste con su tono, sus ojos eran terriblemente fríos. Estaba claro que lo habría hecho si Alus y Lettie no hubieran llegado a tiempo.

“Seguro que puedes hablar mucho en esta situación. No tienes la opción de escapar. Serás asesinado por mí o por Lettie. De cualquier manera, vas a morir aquí.” Dijo Alus, con sus ojos afilados clavados en el hombre.

El hombre ciertamente sabía cómo manejar los hechizos de hielo, y ya había terminado de poner hielo en el extremo de su brazo cortado para detener la hemorragia. Pero eso era todo. Era casi imposible que pudiera revertir la situación en la que se encontraba. Alus le había cortado el cuello antes de tiempo para evitar cualquier resistencia inútil.

Así que su conciencia es clara incluso en estas circunstancias. En otras palabras, tenía la capacidad mental de comprender la situación y adaptarse a ella. Ese tipo de persona podía construir hechizos incluso a las puertas de la muerte. La fuerza mental para hacer eso era imposible para cualquier Maestro Mágico normal. Así que este hombre estaba muy lejos de lo ordinario.

Por lo que Alus tomó su decisión. “No te sujetaré. Así que tampoco habrá tortura. No te preocupes, estoy acostumbrado a esto.” Una ejecución rápida para evitar futuros problemas… esa era la forma de juicio de Alus. Al mismo tiempo le indicaba que no necesitaría la ayuda de nadie. Ya que no sabía lo que el hombre haría, que las debilitadas Lettie o Loki intervinieran sólo complicaría las cosas.

“Ya veo, es una valoración razonable. Pero me cuesta aceptarla sin más. Por lo tanto, opondré al menos una resistencia simbólica.” Su tono era del tipo que molesta a la gente, y su elección de palabras no era lo que se esperaba de un hombre acorralado.

Al momento siguiente cayó nieve y el hombre se movió.

Alus dio un paso adelante como respuesta. El ambiente se tensó. No llevaba la expresión de un Maestro Mágico, sino la de un hombre que mataba gente.

Era la primera vez que Lettie lo veía así. Sus ojos se abrieron de par en par con un tinte de confusión en ellos. ¡¿?! ¿Desapareció…? Alus parecía haberse desvanecido como una sombra al confundirse con su entorno. Sus ojos se agitaron con incredulidad, pero no había duda. En el momento en que se dio cuenta de que había matado su presencia, sintió como si la temperatura hubiera bajado varios grados.

La trenza roja de Lettie saltó por su respuesta de sobresalto. La demostración de fuerza de un Maestro Mágico se basaba principalmente en la liberación de maná, pero Alus había hecho exactamente lo contrario. Era una señal de combate completamente diferente de lo que se esperaba que hiciera un Maestro Mágico.

Experimentó un miedo instintivo. La sensación desconocida hizo que sus manos se humedecieran por el sudor frío, a pesar de que también tenía experiencia en la lucha contra otras personas, y más que la mayoría. Cada uno de los movimientos de Alus emitía un aura propia de los que se ganan la vida matando. Lettie tragó inconscientemente, y antes de que el sonido de su garganta se apagara por completo, Alus se había deslizado junto al hombre.

Sin mediar palabra, barrió su AAR hacia los lados. No dudó, ni se preparó, como si matar fuera algo cotidiano. Era una técnica para usar contra la gente y no contra los Fiends.

Pero justo a tiempo, la espada de hielo del hombre chocó con el barrido de Bruma Nocturna. Y la espada del hombre ni siquiera estaba en su mano. Estaba fijada en posición entre él y Bruma Nocturna.

Ese tipo de control remoto requería una técnica delicada y precisa. Aun así, Alus no estaba impresionado ni asombrado. Lo único que su mente procesó fue que su primer ataque había sido bloqueado. Cualquier otra información era inútil.

Lo siguiente que se supo fue que una hoja de maná ultrafina se extendió desde su AAR. Sin perder el ritmo, se clavó en el abdomen del hombre. La sangre salió a borbotones. Pero no hubo tiempo para empujarla más. Antes de que la espada de hielo de contraataque pudiera golpear, soltó su AAR. Fue una decisión rápida tomada con la sensación de escozor aún en su mano.

Dando un paso atrás, Alus se agachó bajo la espada de hielo. Entonces devolvió el golpe, no con su espada sino con su propio brazo. O más bien, con la nueva hoja de maná que se extendía desde él. La hoja se lanzó hacia arriba, en diagonal, hacia el hombro opuesto del hombre.

La sangre fresca salpicó, pero eso no lo perturbó. Una vez que Alus decidía matar, no se detenía hasta lograr su objetivo. Ni siquiera una herida mortal era suficiente, ya que significaba que el oponente aún no había muerto.

La hoja de maná atravesó el cuerpo del hombre y le cortó directamente el cuello. No fue un mero intento de herida mortal, sino un golpe que traería una muerte segura.

Cuando Alus aterrizó y levantó una bocanada de nieve, su trabajo había terminado. El hombre se tambaleó dos o tres pasos hacia adelante y luego se desplomó.

La sangre brotó de su cuello, y un momento después su cabeza se separó del cuello y rodó sobre la nieve. Su expresión no mostraba conmoción alguna; era simplemente la mirada de un hombre que había aceptado su destino. Su sangre siguió goteando silenciosamente sobre la nieve.

Al sentir una respuesta adecuada a su ataque, Alus recogió y envainó su AAR. Normalmente este tipo de asesinatos no quedaban en su memoria. Incluso esta vez no fue diferente de patear una piedra de su camino. Si algo quedaba en su memoria era la espada de hielo que el hombre había utilizado… o más bien la escultura. Su forma y sus adornos le resultaban vagamente familiares, pero al final no valía la pena recordarla y desapareció en las secuelas de la batalla. “¡Mujir! ¡¿Aún estás vivo?!” La voz de Lettie hizo que Alus volviera a la realidad.

A pesar de sus graves heridas, Mujir parecía haber recuperado la conciencia. Gimió al mover la muñeca y respondió a la llamada de Lettie golpeando débilmente la nieve. Loki, que lo miraba con preocupación, se sintió aliviada.

Poco después, Alus y los demás se agruparon también con Sajik. No había señales de Fiends a su alrededor, pero nunca se sabía cuándo podía aparecer uno. Por eso, dejaron la recuperación del cadáver del hombre para más tarde.

Alus había revisado su cuerpo, pero no encontró ninguna pista sobre su identidad, ni tampoco el equipo necesario para sobrevivir en el Mundo Exterior. Ese hecho sólo hacía que el hombre fuera más inquietante. Había llegado a la Vanalis infestada de Fiends con las manos vacías y había ayudado a los Fiend con su nieve. El hombre no dejó más que misterios, pero por el momento, tratar a los heridos tenía prioridad.

Sajik, al que se le había encargado llevar a Mujir, parecía realmente molesto, pero el grupo regresó sano y salvo a la base.