Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 15

Capitulo 2: Días Que Pasan

Parte 1

Ahora era el día siguiente, el veintitrés del mes negro.

Mientras trabajábamos en los puestos, nos encontramos con un cliente inusual: Diel, la hija de un chico que dirigía un grupo de trabajadores siderúrgicos del sur.

“Hola. Ha pasado un tiempo, ¿no es así, Asuta?” dijo la chica de pelo corto moteado con una sonrisa radiante mientras se acercaba al puesto. Naturalmente, estuvo acompañada por su asistente Labis.

Cyclaeus había sido un socio comercial importante para ellos, pero después de perderlo, el grupo de su padre pudo volver a trabajar en sus acuerdos con otro representante del duque Genos. Gracias a eso, el líder del grupo, Grannar, terminó regresando triunfante a casa con un pedido masivo. Sin embargo, Diel y Labis permanecieron en la ciudad del castillo junto con otros dos miembros del grupo para continuar con los negocios que fueran necesarios.

Luego, si recibían un nuevo pedido, debían enviar un totos rápido a su país de origen para informar a su empresa. Y al menos por ahora, el plan era enviar un gran grupo a Genos cada seis meses más o menos una vez que los productos estuvieran listos.

Incluso cuando asumió el trabajo de suministrar utensilios de cocina a los restaurantes que habían estado bajo el control de Cyclaeus y fabricar armas para los soldados del castillo casi a perpetuidad, el padre de Diel también estaba tratando de expandir aún más sus tratos. Ciertamente parecía ser un hombre de negocios bastante motivado.

“Sí, ¿han sido alrededor de diez días más o menos? Me alegro de verte luciendo bien”, respondí, estallando en una sonrisa en respuesta a la sonrisa sincera de Diel. Las cosas habían estado en el aire entre nosotros hasta que todo se resolvió con Cyclaeus, pero desde entonces habíamos vuelto a nuestra relajada relación habitual. Y mientras sonreía aún más brillante, Diel miró por encima de la línea de puestos.

“¿Qué debo tener hoy? No voy a la ciudad postal con tanta frecuencia, ¡así que nunca sé qué elegir!”

“Te gusta el giba manju, ¿verdad? Pero estoy seguro de que lo que realmente buscas es el sándwich de chuletas de giba.”

“¡Por supuesto que sí! ¡Todavía solo lo he recibido una vez!”

Aun así, solo la vi cada cinco o diez días más o menos, por lo que se podría decir que tuvo mucha suerte de haberlo dibujado aunque sea una sola vez.

Mientras pensaba en eso, una figura se acercó desde la espesura por detrás. Y cuando se volvió en esa dirección, los ojos de Diel se abrieron como platos.

“¿Oh? ¿Por qué estás aquí? ¡Es muy raro que vengas a la ciudad!” Era Ai Fa. “Tengo una compra que necesito hacer hoy”, respondió ella.

Había venido a la ciudad por lo que realmente era la primera vez en mucho tiempo para comprar un reemplazo para la espada que rompió ayer. Aunque se había encargado de ello a primera hora de la mañana, se había tomado el día libre de la caza y nos estaba acompañando en su lugar. Aparentemente, además del corte en su boca, uno de sus dientes posteriores se sentía suelto, lo que supuestamente hizo que no pudiera reunir toda su fuerza.

Realmente fue una sorpresa que hubiera sido capaz de lanzar a Lem Dom tan fácilmente en ese estado, pero, bueno, definitivamente no había nada de malo en tomárselo con calma cuando no te sientes lo mejor posible. Hasta hace un rato había estado un poco somnolienta por las hojas de romu que estaba usando para aliviar el dolor, pero parecía haber recuperado su mirada penetrante normal mientras estaba de pie frente a Diel.

“Hmm ya veo. Deben haber pasado alrededor de dos meses desde la última vez que te vi.”

“Por supuesto. Nos vimos por última vez cuando visité la mansión Turan para recuperar a Asuta”, respondió Ai Fa, haciendo una suave inclinación de cabeza. “Me ha estado molestando desde entonces que no he podido agradecerte adecuadamente. Le debo mucho a tu ingenio esa noche, así que te agradezco desde lo más profundo de mi corazón”.

“¿Inteligencia? ¿Qué quieres decir?”

“Me reconociste y, sin embargo, te quedaste callado. Además, casualmente insinuaste la presencia de Asuta, y sentí que intentaste llevar la conversación en una dirección deseable”.

Naturalmente, estaban hablando de cuando Ai Fa me rescató de la mansión Turan. Se había hecho pasar por la hija de un rico comerciante de Sym para infiltrarse en una cena allí, donde Diel también estaba presente. Y, por supuesto, Diel había estado familiarizado con Ai Fa antes de eso. Pero gracias a que ella no reveló la identidad del jefe de mi clan, pude salvarme.

“Pero, quiero decir… No pude hacer nada hasta entonces, así que realmente no creo que debas agradecerme en absoluto…”, respondió Diel con una mirada de dolor.

En respuesta, Ai Fa negó con la cabeza: “No, en ese momento no tenías ninguna razón para arriesgarte a ganarte el resentimiento de la casa de Turan. Es por eso que debo ofrecer mi gratitud por prestar su ayuda a Asuta y a nosotros, la gente del borde del bosque, a pesar de eso.”

“¡Estás exagerando las cosas! ¡Ni siquiera sé cómo responder cuando actúas así de humilde!”

“No busco especialmente ningún tipo de respuesta… Aun así, supongo que no me importa olvidar tu ataque injustificado a Asuta a cambio”.

“Oye, no vayas a desenterrar la historia antigua. Me olvidé de todo eso hace años”, dijo Diel con una sonrisa incómoda, alborotando su cabello corto. “Bueno lo que sea. Si eso significa que estamos bien e incluso, entonces estoy sinceramente agradecido”.

“Correcto”, Ai Fa asintió en respuesta, y luego se alejó.

Mientras exhalaba un suspiro de alivio, recogí el cilindro de madera a mis pies.

“Bueno, entonces, por favor, sigue adelante y dibuja mucho. Si te preocupa qué pedir, tiene sentido hacerlo primero, ¿verdad?”

“Eso es cierto”, coincidió Diel mientras sacaba un palo de madera. En su extremo había una clara marca roja. “Ah… gané”.

“Felicidades. Tienes una muy buena tasa de éxito ahí, Diel” observé mientras tomaba un sándwich de chuletas de giba de la caja que me tendía Toor Deen. “Aquí tienes. Serán tres monedas rojas.”

“Eh heh heh”, Diel se rio alegremente mientras aceptaba el artículo.

En eso, Labis inexpresivamente entregó el pago. A pesar de que siempre acompañaba a Diel como guardaespaldas, aún no había comido carne de giba.

“Oh, ¿esa chica es nueva?” Diel cuestionó, mirando hacia el puesto vecino.

Yun y Li Sudra eran los que lo dirigían. Aunque todavía quedaba tiempo para que el sol alcanzara su punto máximo, habían terminado su trabajo en casa y se apresuraron a llegar.

“Sí, ella es nueva en el trabajo, por lo que actualmente está siendo capacitada. Sé amable con ella, ¿de acuerdo?”

“Hmm, ella es linda… En realidad, hasta la última mujer del borde del bosque que he visto ha sido una verdadera belleza. ¿Estás eligiendo chicas así a propósito, Asuta?”

“P-Por supuesto que no. Me he estado haciendo cargo de los chefs elegidos por los jefes de sus clanes”.

“¿Oh?” Diel murmuró, mirándome fijamente.

Sin embargo, afortunadamente, hoy tenía un tema diferente preparado para girar. “En realidad, tengo algo sobre lo que me gustaría preguntarte, Diel”.

“¿Mmm? ¿Qué es?”

“¿Tienes alguna herramienta de este tamaño y forma almacenada?” “¿Eh? Realmente no lo entiendo; ¿Sobre qué forma estás preguntando?”

“Err, así que sería como un tubo que se adelgaza así en la punta, idealmente”.

“Oh, ¿te refieres a un embudo?”

“¡Un embudo! ¡Si eso es! Tengo un plato nuevo que quiero probar, pero necesito uno de esos”.

Ayer Nail me presentó a uno de sus clientes del este, quien me enseñó a hacer salchichas. Quería tener un conocimiento firme de la técnica, viendo cómo Mikel había prometido visitar el borde del bosque para dar instrucciones sobre cómo ahumar la carne.

“Un embudo, ¿eh? No creo que tengamos ninguno almacenado, ya que la gente no necesita reemplazarlos muy a menudo”, dijo Diel después de darle un mordisco a su sándwich de chuletas de giba. “Se utilizan para transferir vino y aceite de tau y similares de barriles a botellas, ¿no es así? Así que deberías poder conseguir algo así en la ciudad postal, me imagino.”

“¿Mmm en serio? Traté de buscar uno en los lugares de metalurgia de la ciudad, pero no encontré ninguno”.

“En ese caso, ¿quieres que eche un vistazo a las tiendas en la ciudad del castillo?”

“Ah, ya tengo un intermediario en ese extremo, así que les preguntaré. Siempre estás ocupado, ¿no?” Respondí, justo antes de que el gran jefe de ese intermediario apareciera por el norte, montado en una enorme carreta tirada por dos totos.

Siguiendo mi mirada, Diel dijo “¿Hmm?” con una adorable inclinación de cabeza. “¿De qué trata eso? Parece que tiene el emblema de un noble”.

“Ese tiene que ser el hijo del Conde Daleim. Desde esa cena en la ciudad del castillo, ha estado visitando nuestros puestos todo el tiempo.”

La carreta de totos se detuvo en la entrada de la ciudad postal, y dos guardias armados bajaron junto con un noble regordete. Como era de esperar, era de hecho Polarth, el segundo hijo de la casa de Daleim. La aparición repentina de un noble causó un gran revuelo entre la multitud que pasaba. Después de lanzar una amplia sonrisa como para calmarlos, Polarth se adelantó y se acercó a mi puesto.

“Hola. Una vez más, me gustaría hacer una compra de su cocina, Sir Asuta.”

“Gracias por tu negocio continuo. ¿Te gustaría dibujar mucho?”

“¡Claro que sí! Después de todo, ha pasado medio mes desde que dibujé un ganador.”

Normalmente enviaba sirvientas o pajes para que hicieran sus compras por él, pero cuando tenía negocios con la tienda de Yang o el territorio Daleim que manejar, pasaba personalmente así en el camino. Y obviamente, la gente se dio cuenta cuando lo hizo. Después de todo, normalmente sería inimaginable que un noble viniera hasta la ciudad postal para comprar una comida.

“¡Ah, una señorita! ¡¿Por qué debo ser tan terriblemente desafortunado?!” Polarth proclamó con un decepcionado encogimiento de hombros, interrumpiendo mis pensamientos. Parecía que ni siquiera había considerado la idea de usar su autoridad como noble para hacerme preparar especialmente sándwiches de chuleta de giba para él. “El bocadillo de chuletas de giba es el plato que más me gusta. Por supuesto, eso no quiere decir que encuentre fallas en sus otros platos, pero ese sabor realmente es algo especial…”

Mientras compartía sus lamentos con nosotros, la mirada adolorida de Polarth se posó en las manos de Diel mientras ella estaba de pie junto al puesto. Y luego pareció darse cuenta de algo, cuando sus ojos se abrieron de par en par.

“¿Oh? ¿No sois los visitantes de Jeland que os alojáis en la casa de huéspedes?”

Ante eso, Diel tragó saliva rápidamente, luego colocó su mano abierta sobre su estómago e hizo una reverencia. “Sí, hola… Oh, quiero decir, hola, soy Diel, la hija de Grannar, el trabajador siderúrgico de Jeland, mi señor”.

“Ah, no importa las formalidades. Después de todo, no es como si estuviéramos en el castillo. Soy el segundo hijo de la casa de Daleim, Polarth. Si no recuerdo mal, ¿no te trasladaste de la casa de huéspedes a una posada recientemente?”

“Sí. Continuamos con nuestro negocio siderúrgico desde allí”.

“Ah, ya veo. Parece que tienes algunos productos realmente buenos. Por lo que escuché, cuando el capitán de la guardia ducal inspeccionó la hoja de ejemplo que proporcionó, declaró que no encontró fallas en ella.”

“Ese es un honor verdaderamente inesperado…”

Parecía que Diel era mucho mejor sabiendo cómo manejar a los nobles que yo. Aun así, el hecho de que ella estuviera sosteniendo su sándwich de chuleta de giba parcialmente comido en una mano todo el tiempo fue bastante lindo.

Después de ofrecerle un asentimiento, Polarth se giró y miró hacia mí. “Por cierto, Sir Asuta, he venido aquí hoy con palabras del Señor Genos”. “¿Eh? ¿De qué, exactamente?”

Era raro que el propio señor de la tierra, el duque Marstein Genos, enviara un mensaje a alguien como yo. Pero como me preocupaba en secreto que nos iba a decir que volviéramos a subir el precio de la carne de giba, explicó Polarth con su sonrisa sincera e inquebrantable.

“Bueno, verá, parece que habrá visitantes de Banarm que vendrán nuevamente el próximo mes. Sin embargo, esta vez será un grupo de enviados.”

“¿Enviados? Entonces, ¿quieres decir… que están tratando de forjar de nuevo esas relaciones diplomáticas que Cyclaeus interrumpió hace unos diez años?”

“No sé si lo llamaría ‘relaciones diplomáticas’ cuando tanto Genos como Banarm son territorios del Reino de Selva, pero sí, eso es esencialmente. Vienen a discutir una vez más si puede o no haber comercio de fuwano y vino de frutas y similares producidos por nuestros dos pueblos”. Sus mejillas regordetas se movieron un poco mientras sonreía aún más. “Parece que Sir Welhide liderará el grupo, para seguir los deseos de su difunto padre. Y por lo que me han dicho, ha pedido volver a cenar con su cocina, Sir Asuta.”

“¿Eh? ¿Mi forma de cocinar?”

“Por supuesto. Parece que insiste en ello. Presuntamente, Sir Welhide ha tenido dificultades para convencer a la gente de su ciudad natal de que la cocina giba es realmente deliciosa. Sin duda, debe estar pensando: ‘¡Entonces haré que se lo coman ustedes mismos!’”

Welhide era un joven que formaba parte de una rama de la casa ducal de Banarm. Ya lo había visto dos veces, durante la reunión cuando nos enfrentamos a Cyclaeus y Ciluel y en el banquete no mucho después. Como su padre había sido asesinado por Zattsu Suun bajo las órdenes de Cyclaeus, Kamyua Yoshu lo había traído como testigo.

A pesar de que ya se había dictado sentencia, todavía era alguien que la gente del borde del bosque tenía una deuda de expiación. Y a pesar de esa mala sangre dirigida a nuestra gente, todavía se había comido felizmente mi cocina giba.

Mientras recordaba la cara limpia y seria de Welhide en mi cabeza, le devolví la cabeza. “Está bien. Tengo algunas dudas sobre si alguien tan inexperto como yo puede o no manejar un papel tan importante… pero

consultaré con los principales jefes de los clanes del borde del bosque sobre el asunto”.

“¡Sí, por favor hazlo! Aun así, al igual que la última vez, no hay necesidad de obsesionarse tanto con la cocina giba. Siempre que pueda mostrar decisivamente la delicia de giba a través del plato de carne por el bien de Sir Welhide, debería poder hacer lo que quiera con el resto”.

Dijo eso, pero no era como si yo fuera tan hábil en el manejo de la carne de karon o kimyuus. Es decir, no tenía confianza real en poder hacer algo mejor que con giba si intentaba usarlos. Aunque si mis experimentos actuales progresaban bien, tal vez podría usar el plato algo interesante que estaba probando que contenía tanto fuwano como poitan.

“Y me imagino que también puedes usar la mayor cantidad de ingredientes que aún se desbordan en la mansión Turan como quieras. Según recuerdo, creo que solo has puesto un pie en la cocina más pequeña, ¿correcto?”

“Sí, así es. Pero definitivamente no tuve ningún problema con la variedad de ingredientes que se ofrecen allí”.

“¡Ah, pero la despensa de la cocina más grande está en una escala completamente diferente! ¡Ese lugar es un tesoro de ingredientes que Cyclaeus pasó la mitad de su vida reuniendo, después de todo! Yo mismo lo vi por primera vez hace poco tiempo, ¡y fue realmente una vista impresionante!”

Recordé cómo Mikel una vez llamó al lugar el tesoro oculto de Cyclaeus también. Los ingredientes que fluían hacia la ciudad postal ahora no eran más que la punta del iceberg.

“¿Qué dices? Si no es mucha molestia, tal vez podría echar un vistazo a la despensa de antemano. ¿Por qué no traer cualquier ingrediente que parezca utilizable al borde del bosque e intentar pensar en un nuevo plato?

¡Aah, el mero pensamiento me emociona!”

“Cierto… Consultaré con los principales jefes de los clanes sobre todo eso también”.

“¡Perfecto! ¡Y discutiré el asunto con el Duque Genos! Ah, y no podíamos simplemente imponerte toda la responsabilidad, así que me dijeron que nuestro lado también tendrá un chef especialmente capacitado para participar”.

“¿Un chef especialmente hábil?”

“Así es. Anteriormente fue el jefe de cocina de la mansión Turan y desde entonces ha abierto su propia tienda en la ciudad del castillo: un hombre extraordinario llamado Sir Varkas. En el pasado, fue contado como uno de los tres grandes chefs de Genos”.

“¿Los tres grandes chefs de Genos?” Mientras pensaba vagamente en lo grandioso que era ese apodo, Polarth continuó con una declaración que me dejó sin aliento.

“Sir Varkas se convirtió en el jefe de cocina de la mansión de Turan, mientras que otro de los tres ocupó el mismo puesto en el castillo de Genos, y ambos son venerados como casi sin igual en su profesión. Por lo que he oído, el tercero se ganó el disgusto de Cyclaeus y le cortaron el futuro como chef.

Estaba estupefacto. “¿Mmm? ¿Pasa algo?”

“Um, ¿era… ese hombre se llamaba Mikel?”

“Ah, sí, creo que eso fue todo. Supuestamente, todavía vive en algún lugar de Genos, pero no conozco los detalles”.

“¿Entonces se supone que esa persona de Varkas es tan hábil como Mikel?”

“Por supuesto. En realidad, en términos de reputación, diría que Sir Varkas se impuso. ¡Después de todo, él es capaz de usar tantos ingredientes tan hábilmente! Escuché decir que en ese momento, Cyclaeus le pagó una suma enorme para obtener sus habilidades.”

Podía sentir una especie de calor subiendo gradualmente en mi pecho.

Naturalmente, esa persona de Varkas no había hecho nada malo. Después de todo, si hubiera rechazado la solicitud de Cyclaeus, podría haber corrido la misma suerte que Mikel.

Era difícil expresar cómo me sentía acerca de la idea de que las personas que eran sus compañeros en el pasado todavía eran famosas incluso ahora, mientras que Mikel solo se quedó quemando carbón fuera de la ciudad del castillo.

“¡Bueno, entonces, asegúrate de darle mis saludos a los principales jefes de los clanes! ¡Después de todo, tengo la intención de hacer lo que sea

necesario para asistir al banquete yo mismo! ¡Espero una respuesta positiva, Sir Asuta!”

Cuando regresamos al asentamiento de Ruu, encontramos a Lem Dom esperándonos allí.

“Ah, Ai Fa… He estado esperando tu llegada”.

Ai Fa dio un paso atrás y me colocó como su escudo. Como no había salido del vagón en toda la mañana, esta era la primera vez que veía a Lem Dom desde ayer.

“Parece que lo estás haciendo bien, Lem Dom…”

“Lo estoy, aunque me ha estado doliendo la espalda por haber sido golpeado contra el suelo… Es casi como si me estuvieras abrazando toda la noche, Ai Fa”.

“No digas tonterías tan repugnantes, tonto”.

Mientras nos lanzaban miradas inquisitivas, las otras mujeres comenzaron a descargar el equipaje. Pero como la única con una comprensión real de las circunstancias, Yun Sudra parecía bastante preocupada mientras lo hacía.

“Por cierto, ¿por qué te escondes detrás del miembro de tu clan de esa manera? He estado esperando mucho el momento en que finalmente podría ver tu hermosa figura…”

“Son esas cosas repugnantes que dices las que me hacen desear esconderme”.

“Qué declaración tan cruel… y, sin embargo, el solo hecho de que te dirijas a mí me da tanta alegría…”, dijo Lem Dom, su mirada hacia Ai Fa se volvió extrañamente más sensual.

Mientras el jefe de mi clan me agarraba los hombros con fuerza, me quedé sin saber qué hacer.

“Entonces, ah… esto es muy difícil de decir…”, continuó Lem Dom. “Entonces simplemente déjalo sin decir”.

“No, lo diré… Durante el próximo medio mes, deseo ponerme al cuidado no solo de los Ruu, sino también del Fa”.

“No puedo entender el significado de tus palabras en lo más mínimo”.

“Deseo que se me permita quedarme en la casa del Fa cada dos días. El líder del clan Ruu, Donda Ruu, ya dio su aprobación”.

Esa declaración me dejó estupefacto, y debe haber sido lo mismo para Ai Fa también.

“¿Q-Qué estás diciendo? No puedo imaginar a Donda Ruu alguna vez aprobando tal cosa. Para empezar, ¿le revelaste tu ridícula idea de querer convertirte en una cazadora?”

“Por supuesto. No sería bueno hacer una solicitud a un jefe de clan líder mientras ocultaba mis verdaderas intenciones. Y ahora mi propia cabeza de clan también sabrá de mi intención”, declaró Lem Dom, una luz firme de repente brilló en sus ojos. “Pero está bien. El jefe de mi clan, Deek, seguramente ya lo había sentido vagamente, y tenía la intención de revelárselo cuando cumpliera quince… Y además de todo eso, tengo la intención de dar todo lo que tengo para tratar de vivir como un cazador.”

“¿Pensaste cuidadosamente en lo que te dije?” Ai Fa cuestionó en un tono firme.

“Por supuesto.” Lem Dom asintió en respuesta. “Incluso sin necesidad de que me lo digas, es obvio que si deseo vivir como una mujer cazadora, los que me rodean me evitarán. Aun así, no puedo simplemente dejar de lado mis sentimientos. ¿No fue ese también tu caso, Ai Fa?”

El jefe de mi clan no parecía tener una respuesta.

“Persistes en tus deseos a pesar de todo, y por eso, te respeto más que a nadie. Quiero aprender de ti la voluntad de una cazadora. No te pediré que me lleves al bosque, por supuesto. Ayer me inculcaron a fondo que aún no estaba calificado para eso”.

Ai Fa simplemente la miró fijamente.

“Juro que no interferiré con tu trabajo. Simplemente esperaré en tu casa a que regreses. Mi esperanza es observarte de cerca. Y tengo la intención de trabajar duro en el manejo de la estufa también, naturalmente. Entonces… ¿no me dejarás quedarme a tu lado, Ai Fa?”

“Cada dos días durante medio mes, ¿correcto?”

“Así es. Pero si Rutim y el norte pueden intercambiar mujeres después de eso, podría terminar extendiéndose”.

Podía sentir claramente la preocupación de Ai Fa en mi espalda. Ella misma había tratado despiadadamente de cerrar a Lem Dom, pero la chica todavía decía que no renunciaría a sus deseos. ¿Qué sentía realmente el jefe de mi clan por ella?

La idea de querer ser cazadora a pesar de ser mujer era un territorio que había pertenecido solo a Ai Fa, pero ahora esta chica Lem Dom también había puesto un pie allí. Siempre y cuando ella no estuviera a medias al respecto, eso no era algo que el jefe de mi clan pudiera simplemente ignorar.

“Asuta, ¿qué piensas?”

“Estaré de acuerdo con lo que decida el jefe de mi clan, por supuesto”.

La idea de vivir con otra mujer definitivamente era incómoda en varios sentidos, pero si era solo por medio mes, entonces no era gran cosa. Lo que más importaba eran los sentimientos de Ai Fa al respecto.

Después de unos momentos de silencio, Ai Fa tranquilamente dio su respuesta. “En ese caso… como jefe del Clan Fa, permitiré que te quedes, Lem Dom”.

“¡¿En serio?!”

Mi campo de visión de repente dio un gran giro. Los brazos fornidos de Lem Dom habían hecho volar mi esbelto cuerpo, y rápidamente terminé en el suelo.

“¡Gracias! ¡Usaré hasta la última fuerza que tengo, Ai Fa!” “¡Cállate, tonto! ¡¿Qué diablos te pasa?!”

Ai Fa ahora luchaba desesperadamente, después de haber sido abrazada por el frente por Lem Dom. Pero dado que la chica más joven era superior en términos de fuerza muscular bruta, la cabeza de mi clan estaba teniendo bastante tiempo tratando de liberarse.

“¡Retiro lo que dije! ¡No puedo permitir que un tonto como tú se quede en mi casa!”

“Oh, como una persona del borde del bosque, ¿te retractarías de tu palabra? Está mal decir mentiras, Ai Fa…”, dijo Lem Dom con una sonrisa dichosa, frotando su mejilla contra el cabello de Ai Fa. Esa expresión realmente la hacía parecer de su edad a pesar de su complexión musculosa.