Ore Seikan Kokka Akutoku (NL)

Volumen 1

Capítulo 6: Trampa de miel

 

 

El Guía se sentía bastante Miserable desde el agradecimiento que Liam estaba enviando a su manera, pensó mucho acerca de cómo llenarlo de odio, resentimiento y disgusto.

—Necesito hacerlo infeliz, pero las únicas personas que tiene en su vida son el viejo mayordomo y la muñeca. No hay forma de que yo pueda causarle algún daño emocional. Si hubiera una mujer humana en la imagen, podría desenterrar parte del trauma de su antigua vida, pero…

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Pensó en tener a alguien que trabajaba para Liam para que provocara algún tipo de problema, pero todos los funcionarios del gobierno que podrían haber hecho daño habían sido ejecutados, así que eso estaba fuera de discusión. Necesitaba encontrar algún tipo de peón…

Si tuviera que hacerlo, él podría crear uno, pero estropearía la diversión si interfiriera tan directamente. No era de su agrado armar todo él mismo. La estrategia típica del Guía era generar un pequeño impulso y observar cómo se desarrollaban los eventos después de eso. Al mismo tiempo, quería arreglar rápidamente este asunto de Liam, por lo que estaba teniendo dificultades para decidir.

—Pensé que tendría docenas de mujeres sirviéndole y estaría haciendo lo que quisiera, pero ha sido sorprendentemente diligente.

Liam supuestamente había planeado convertirse en un lord malvado, pero gobernaba a su pueblo como un gobernante benevolente. ¿Olvidó su propia meta o qué? se preguntó el Guía.

Cuando Liam estuvo solo en su oficina, a él finalmente se le bajo la tensión y sonrió.

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—¿Oh?; Cuando el Guía leyó sus pensamientos, descubrió que Liam tenía sus propias ideas sobre cómo ser un lord malvado.

Mi dominio está floreciendo ahora y mi gente tiene más libertad económica. Realmente es algo bueno que les haya ayudado a obtener algo de riqueza antes de exprimirlos para

secarlos. Quiero decir, ¿qué se suponía que debía hacer si no tenían casi nada?

El Guía se alegró de descubrir que Liam no había olvidado su objetivo. Si hubiera cambiado de opinión, el Guía podría haberlo aplastado entre sus dedos en ese mismo momento.

—Ya veo—al igual que yo, él tiene la intención de levantarlos antes de

derribarlos. Ciertamente no es una mala idea. Eso significa que puedo esperar desarrollos interesantes en el futuro.

Liam reflexionó sobre sus planes futuros. ¿Debería empezar por coleccionar un hermoso harem? Teniendo en cuenta la población de mi dominio, tiene que haber al menos una o dos bellezas sin igual por aquí.

El Guía se sintió mareado al escuchar a Liam contemplar la posibilidad de reunir mujeres en contra de su voluntad. —Maravilloso. Ahora puedo ver lo vulgar y de mente estrecha que eres. Ya sea que las secuestres o las compres, nunca serás dueño de sus corazones. Oh, eso me atrapa cada vez. Ahh, pero tal vez dejaré que estén acaramelados entre ellos y luego

presentaré a otro hombre que les robe sus mujeres. ¡Estoy seguro de que a Liam le encantaría eso!

En ese momento, Amagi entró en la habitación para estropear la diversión del Guía. Él chasqueó la lengua y observó el intercambio con resentimiento.

—¿Quieres transferir personal del ejército?

—Sí. Estaríamos contratando soldados de reserva y aquellos que están cerca de jubilarse. Había preguntado por la compra de excedentes no utilizados del ejército, y me preguntaron si también deseábamos personal.

El Guía decidió que podía hacer uso de la sugerencia del Ejército Imperial. —Mmm. El ejército probablemente quiera deshacerse de algunos de sus miembros problemáticos.

El ejército parecía querer degradar a algunos de sus soldados y mandarlos a las zonas alejadas, dejándolos para que este lord rural se ocupara de ellos. Como el Guía, Liam se dio cuenta de esto y frunció el ceño. —Simplemente nos van a enviar gente inútil, ¿no es así?

—Nos enviarán soldados imperiales, algunos de ellos quizás graduados de la Academia Militar Imperial. Estarán bien educados y entrenados profesionalmente, con experiencia en combate real. Creo que ese personal es necesario para fortalecer nuestra armada privada.

Las palabras de Amagi fueron persuasivas y Liam se vio obligado a estar de acuerdo.

Los labios del Guía se torcieron en una sonrisa. —Tengo la idea perfecta para sembrar algunas semillas para el futuro. Me aseguraré de que obtenga un buen contingente de guerreros serios que nunca defenderían a un lord malvado, y luego esperaré a que se rebelen contra él. Esto parece ser bastante divertido después de todo.

Liam había estado trabajando duro para asegurarse de poder atormentar a su pueblo como un lord malvado en una etapa posterior. Él seguramente no apreciaría a los soldados de buen carácter moral que estarían con el pueblo cuando ellos organizaran un levantamiento y mandaran a la ahorca a Liam. Una calidez se extendió a través del Guía cuando se imaginó a los propios hombres de Liam ejecutándolo.

—Ahora, déjame asegurarme de que los hombres que le envíen sean agradables y

honrados. No escatimo esfuerzos cuando se trata de hacer un seguimiento, ¿verdad? ¡A veces incluso creo que trabajo demasiado!

El Guía chasqueó los dedos y un humo negro salió de su cuerpo, dispersándose en el aire a su alrededor. Él inclinó su sombrero hacia abajo y atravesó la puerta entre los mundos.

—Pero en serio, no hay nada más nauseabundo que la gratitud. Me siento mal con solo estar aquí. Es mejor pasar un tiempo en otro lugar por un tiempo. Por favor entretenme la próxima vez que venga, pequeño Liam.

 * * *

Una flota de acorazados de estilo antiguo había llegado al dominio de la Casa Banfield. Al mando de ellos estaba un general de brigada del Ejército Imperial, una élite que se había graduado con las mejores calificaciones de la academia militar y había ido subiendo de rango. Sin embargo, su ascenso terminó cuando expuso las malas acciones del noble que era su oficial al mando. Mientras sus contemporáneos continuaban su carrera, él solo seguía

siendo un general de brigada, relegado a una flota que simplemente patrullaba una región remota. La flota era conocida por estar compuesta por personas que el ejército no deseaba, cruzando una zona que nunca vería el combate con una fuerza enemiga.

De hecho, había varias flotas de este tipo y, debido a los caprichos de algún superior u otro, se había decidido que algunas de ellas debían eliminarse. Ellos habían encontrado a un noble que quería adquirir los viejos acorazados, y las personas que los tripulaban eran parte del paquete.

—Así que el ejército ahora también está vendiendo gente. Esos están podridos hasta la medula; Murmuró el general de brigada en su puente, pero nadie a su alrededor estaba escuchando. El personal que le habían asignado para esta reasignación era una colección de alborotadores de voluntad fuerte que se habían enfrentado a sus superiores, un buen número de los cuales habían sido degradados por desafiar a un noble.

—Qué montón de inadaptados.

Uno de los operadores del puente le informó que se estaban acercando al planeta de la Casa Banfield.

—Estamos recibiendo una comunicación de la Casa Banfield, general.

—Conéctanos.

El general pensaba mal de los ejércitos privados de los nobles y lamentó el hecho de que ahora iba a pertenecer a uno de ellos. Sin embargo, como hombre que había pasado muchos años en el ejército, no conocía otra forma de vivir. No podía simplemente elegir otro camino en este momento de su vida.

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Un montón de inadaptados, incluyéndome a mí. Bueno, me pregunto cómo será este noble que nos compró.

¿Qué tipo de cosas se verían obligados a hacer por la Casa Banfield? Muchos de sus soldados estaban preocupados por la respuesta a esa pregunta, y mientras el hombre que los dirigía, el general de brigada infló el pecho, decidido a causar una fuerte impresión.

 * * *

Ahora tenía cuarenta y tantos años. ¿Me habría considerado viejo en este momento de mi vida pasada? Quizás todavía no. En este mundo, me estaba acercando a la edad adulta. En cuanto a mi vida, fue más de lo mismo. Todavía estaba supervisando mi dominio, estudiando y entrenando mi cuerpo. ¿Por qué? Llámalo la fase de preparación de mis malas acciones. En realidad, sentí que lo había estado haciendo bastante bien, así que no vi ningún problema en continuar de esta manera.

Cuando estaba terminando algo de trabajo en mi oficina, Amagi llegó con un informe. — Maestro, la teniente de ingeniería Nias Carlin de la Séptima Fábrica de Armas solicita reunirse con usted. Ella desea preguntar sobre el estado de Avid.

¿Nias?; Así que esa hermosa teniente de ingeniería finalmente regresó a mi territorio. —¿Ella vino hasta aquí solo para ver a Avid?

—Verificar el estado de Avid es probablemente solo un pretexto. Creo que su verdadera intención es vender las mercancías de la Séptima Fábrica de Armas.





El Imperio tenía muchas asperezas, lo cual era comprensible para una organización intergaláctica. Su inmensa escala significaba que innumerables temas terminaron siendo tratados como asuntos triviales. Por ejemplo, cualquier noble antiguo podría comprar armamento en una fábrica de armas administrada por el Imperio. Había términos para comprar y vender tales cosas, pero eran laxos, de ahí que el representante de la fábrica que había venido aquí actuara como un vendedor de puerta en puerta.

—Supongo que calcula que nuestras finanzas son lo suficientemente buenas ahora para que podamos pagar sus productos. Sin embargo, los acorazados nuevos van a ser caros, ¿no?

Supuse que sería comparable a comprar un auto usado versus uno nuevo. La mayoría de los buques militares actuales de la Casa Banfield tenían una generación de antigüedad. Para reducir costos, nuestra fuerza principal estaba lejos de ser de primera categoría, pero consideré que nuestras naves eran bastante adecuadas. En este momento, no tengo ninguna queja.


—Debería ofrecer sus cosas al Ejército Imperial o a los nobles más ricos, en lugar de tratar de vendérmelas.

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—Me tomé la libertad de investigar la reputación de la Séptima Fábrica de Armas y, si bien parecen es reconocida por su fabricación de alta calidad, también es conocida por su diseño inferior. La calidad constante también hace que sus precios sean altos. A fin de cuentas, tienen una reputación media dentro del Imperio. La Tercera Fábrica de Armas es mucho más respetada y sobresale tanto en calidad como en diseño.

El hecho de que la fábrica de Nias fuera la séptima significaba que obviamente había más fábricas de armas en el Imperio. Me imaginaba que las cosas eran difíciles para ellos con tanta competencia, pero eso no tenía nada que ver conmigo, así que no podía decir que me importara mucho de una forma u otra.

Le respondí afirmativamente a Amagi con respecto a la solicitud de Nias, entonces me dirigí a mi sala de recepción.

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 * * *

A mi llegada a la sala de recepción, encontré a Nias allí esperándome. Hoy vestía su uniforme militar en lugar de su ropa de trabajo, aunque la falda ajustada que llevaba me parecía terriblemente corta. Al darse cuenta de mi mirada, Amagi me susurró, —Ese uniforme infringe las regulaciones del Ejército Imperial.

Cuando me senté en el sofá, entendí lo que quería decir. Nias tenía puesta una ropa interior bastante atrevida.

Después de que nos saludamos, Nias intentó hacer una pequeña charla en lugar de lanzarse directamente a su discurso de venta. —Ha crecido mucho, mi lord. Apenas lo reconocí.

—Cierto. Entonces, ¿a qué se debe su visita?; Ella probablemente tenía la intención de alagarme, pero yo no sentía que hubiera crecido tanto. Para mí, era solo una palabrería, una frase común que le dirías a un niño.

—Pensé en venir y ver cómo le va a Avid. ¿Cómo le ha ido últimamente?

Dejé que mi mirada se deslizara hacia el espacio entre sus muslos, mirando dentro de su falda. —Eso no es por lo que estás aquí. Tienes algo que venderme, ¿no?

Mi dominio estaba mucho más desarrollado ahora y estaba generando mucho más dinero de los impuestos. Cuando percibieron un soplo de mi situación financiera recientemente mejorada, todo tipo de personas se presentaron para venderme cosas. Nias fue una de ellos.

Ella sacó una tablet y jugueteó con ella, produciendo algunas imágenes en 3D que aparecieron frente a mí. —Directo al grano, ¿eh? Soy consciente de eso. ¿Le gustaría comprar alguna de las naves o armas de la Séptima Fábrica?

Las imágenes que flotaban ante mí eran pequeñas, pero tuvieron bastante impacto. Los hologramas eran increíblemente realistas, casi como miniaturas elaboradas flotando a mi alrededor, y debajo de cada imagen había una figura absurda—el precio.

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Sí, coches nuevos—quiero decir, las naves nuevas son caras.

—Son mucho más costosos que las naves que estamos usando.

—Bueno, las naves como esta tienen grados, ¿sabe? Cuestan sustancialmente más que las naves con solo el mínimo de capacidades.

Por el precio de un nuevo acorazado de alta potencia, podría comprar tres naves usadas de menor calidad.

Amagi examinó las imágenes y agregó información que Nias no había proporcionado. — También tendrás que pagar impuestos sobre todo lo que compres en una fábrica de armas propiedad del Imperio. Estos precios no tienen los impuestos incluidos.

Miré a Nias para encontrarla desviando su mirada, con una sonrisa nerviosa en su rostro. —

¡Sin embargo, puedo garantizar un alto nivel de rendimiento! ¡Los últimos modelos tienen múltiples mejoras, superando con creces a las naves anteriores en varias áreas! Tome este crucero, por ejemplo—¡Este puede acomodar a muchos más caballeros móviles que los modelos anteriores! ¡También funciona mucho mejor como nave de combate!

En otras palabras, han hecho algunas mejoras menores a los modelos anteriores, por lo que está aquí para vendérmelos. Claro, estos tienen una gran funcionalidad, pero ¿qué es lo que quieren que haga con ellos?

—Véndelos al Ejército Imperial.

Luciendo abatida, Nias se cubrió la cara con ambas manos. —No fueron escogidos en los concursos preliminares.

El Imperio tendía a hacer las cosas a grandes rasgos, por lo que cada flota del Ejército Imperial podía elegir la fábrica en la que compraba sus naves. Por esta razón, constantemente se llevaban a cabo concursos. Nias acababa de revelar que la Séptima Fábrica de Armas no había vendido ninguna de sus naves después de participar en el concurso.

Amagi presentó fríamente los resultados de su análisis. —En este caso, el problema no radica en el rendimiento.

Nias puso excusas, casi sonando como si estuviera a punto de llorar. —¡Nuestras embarcaciones eran superiores en varios aspectos, pero seguían diciendo cosas como “Son más pequeñas que los modelos anteriores”, “No me gusta el diseño” o “El interior parece hecho de material barato”!

Como cuestión de estatus, los nobles priorizaron la apariencia exterior y el diseño de interiores. Había algunos plebeyos que habían alcanzado los altos mandos del ejército, pero los nobles constituían una abrumadora mayoría. Si no hubiera una gran diferencia en las especificaciones entre dos naves, obviamente irían con el modelo que se veía más impresionante. En su lugar, yo mismo elegiría el que tuviera el mejor diseño.

Hubo personas que priorizaron la funcionalidad, pero cuando se compararon dos naves militares del mismo tipo, no hubo mucha diferencia. Si estaba en lo cierto y la fábrica de Nias solo había realizado pequeñas mejoras en sus modelos anteriores, lo que resultó en un diseño y una relación precio-rendimiento decepcionantes, no había ningún incentivo para comprar sus nuevas naves.

—¿Q-Qué dice, mi lord? ¿Qué tal solo doscientas naves? No, ¡que sean cien! ¡Ni siquiera tendrá que pagarlos todos por adelantado! ¿Podría pensarlo bien?

Supuse que la Séptima Fábrica de Armas no había previsto que les iría muy mal en los concursos. Probablemente solo vendrían a mí debido al exceso de fabricación hecho.

—¿Amagi, puedes mostrar las naves de otras fábricas?

—Por supuesto.

Pequeñas imágenes en 3D de acorazados de otras fábricas de armas aparecieron alrededor de Amagi. Cuando miré las otras naves, me di cuenta de que las de la Séptima Fábrica tenían cierta franqueza. Quizás incluso la “franqueza” se quedaba corto. Todos eran funcionales y sin forma, prácticamente gritando, “¡Somos armas!” Simplemente no podía emocionarme con

ellos. Las naves de otras fábricas con la misma estructura básica se jactaban de diseños mucho más refinados. Entendí por qué las naves de la Séptima Fábrica no tenían éxito. No había forma de que pudieran competir.

Cuando comparé todas las diferentes naves que Amagi me mostró, los de la Tercera Fábrica de Armas se veían especialmente geniales. Esos se venderían con seguridad.

—Este es bueno, ¿no, Amagi? Hagamos de este mi buque insignia.

—Necesitaría permiso del Imperio para comprar una nave de la clase buque insignia, Maestro. Me temo que no se le otorgará a la Casa Banfield.

Parece que no puedo comprar nada que supere los dos mil metros. Entonces tendré que escoger entre las naves de mil metros. Pero, ¿mil metros se consideran pequeños? ¿Cómo puedo juzgar?

—¿Oh, sí? Eso es muy malo.

Resultó que la razón por la que no podía comprar una nave así era porque, hasta hace poco, la Casa Banfield se había atrasado en los impuestos que le debía al Imperio. Finalmente se estaban efectuando los pagos, pero el daño ya estaba hecho y el Imperio todavía me trataba con frialdad. Supuse que, si les pedía permiso para adquirir un buque insignia, ellos exigirían que primero pagara los impuestos atrasados de Casa Banfield hasta la fecha. No pensé que tuviera sentido para mí, como un lord malvado, estar pagando impuestos con diligencia, pero nada bueno saldría de enfrentarme a mis superiores. Si no puedes con ellos, págales. Haciendo el mal en mi propio territorio y chupársela al Imperio… Soy un villano de segunda. Bueno, así es como está.

—Supongo que me conformaré con este tipo, entonces. De todos modos, se ve más genial de lo que tengo ahora; Indiqué una nave de clase de ochocientos metros, aunque era un poco pequeña.

—Entonces, me pondré en contacto con la Tercera Fábrica de Armas.

Estábamos teniendo esta conversación justo en frente de Nias, y ella intervino. —¡Espera un segundo! ¡Nosotros realmente estamos en problemas!

Yo me di cuenta de eso, pero no era como si fuera mi culpa. —Bueno, tus diseños apestan.

—¿Pero no es la funcionalidad más importante? ¡No puedes ver el exterior de una nave cuando estás dentro de uno!

—Si las especificaciones no son tan diferentes, entonces tienes que elegir según el diseño, ¿no es así? Pero el interior también es un problema. “Parece hecho de material barato” no lo cubre. Cuando se invierte este pequeño esfuerzo, parece que los estás haciendo por despecho.

Abrí el interior de uno de los hologramas de la Séptima Fábrica. Los pasillos eran tan estrechos que era como si el diseñador hubiera intentado deliberadamente incomodar al comprador. Ni siquiera parecía que hubieran contado con la tripulación. Solo se podía llegar hasta cierto punto para reducir el despilfarro.

—¡Nuestra productividad y capacidad de servicio están en una liga diferente a la de las otras fábricas!

—Ese no es el problema.

—E-Entonces…; Negándose a retroceder, Nias se quitó rápidamente la chaqueta. A través de su blusa blanca, pude distinguir un sujetador bastante llamativo. ¿Era este el tipo de ropa que uno usaba cuando quería hacer una declaración? Mientras la veía juntar sus pechos de una manera tentadora, recordé algo de mi vida pasada: la cantidad de ropa interior llamativa que nunca antes había visto multiplicándose en el cajón de la cómoda de mi esposa.

Mientras tanto, ignorante de mi reflexión, Nias se tambaleaba, intentando forzarse a sí misma a adoptar varias poses sexys. Empecé a sentirme mal por ella mientras la miraba.

—Mi lord…; Canturreó.

Esto es demasiado lamentable. Dejé que mis hombros se hundieran y las lágrimas brotaron de los ojos de Nias.

—¿Por qué pareces decepcionado? ¡No podías dejar de mirar mis pechos antes!

—Es cierto, pero no estoy de humor en este momento; Mi estado de ánimo se había podrido al recordar mi vida pasada. Por la noche, mi esposa no querría tener intimidad, pero seguía comprando toda esa lencería. Eso fue lo primero que me hizo sospechar de que ella podría estar teniendo una aventura, pero decidí creer en ella y evité interrogarla por eso.

Al parecer, pensando que necesitaba redoblar sus esfuerzos, Nias desabrochó algunos de los botones de su blusa y abrió las piernas lo suficiente para que sus bragas fueran visibles. Ella intentó conquistarme con poses que claramente no estaba acostumbrada a hacer, estaba tan avergonzada por sus propios esfuerzos que se había sonrojado.

—¿No le apetece comprar algunos acorazados, mi lord?; Ella fingió una sonrisa, pero estaba temblando levemente por toda su tensión.

Ore Wa Seikan Volumen 1 Capitulo 6 Novela Ligera

La vista de eso no hizo nada por mí. Ver a una belleza competente y genial suplicando así, algo que ella normalmente nunca haría, debería haberme emocionado, ¿verdad? Pero todo lo que sentí por Nias en este momento fue lástima. Al fin y al cabo, había acabado provocando una reacción en mí, pero lo que había estimulado era mi compasión en lugar de mi deseo sexual.

—Suficiente. Es doloroso ver esto, así que ya te compraré algunos. Eran doscientos, ¿verdad?

—¡Oh, te agradecería que pudieras comprar trescientos!

¡Así que ahora son trescientos! Ella es demasiado determinada. Y su seducción ni siquiera funcionó.

—Amagi, ¿podemos permitirnos comprar trescientas naves?; Pregunté, y Amagi realizó los cálculos de inmediato, proporcionándome la respuesta.

—Si compramos menos naves de los que consideramos originalmente, sí. Desde un punto de vista a largo plazo, creo que no habrá ningún perjuicio en la compra de estas naves en este momento.

Volví a mirar a Nias y la encontré juntando las manos, con los ojos más brillantes.

—¡Muchas gracias! Haré que los entreguen de inmediato.

—Espera. Los compraré, pero… haré algo con los exteriores, en serio. No me importa si es solo para mostrar; pon una especie de cubierta en el exterior. Puedes pensar en algo,

¿no? También te pagaré para que hagas algo con los interiores—“lucen demasiado baratos”.

Mientras hablábamos del trato, Nias se palmeó el pecho con alivio y se subió las gafas, restableciendo su posición. Puedes intentar lucir profesional ahora, pero no voy a olvidar ese lamentable espectáculo que acabo de presenciar.

—¿No puedes entender la belleza de nuestros diseños funcionales?

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—Mira, necesitas comprender cómo se sienten tus clientes potenciales y por qué estás perdiendo en los concursos.

Nias, que estaba sentada sobre una mesa a la que había saltado durante su incómodo espectáculo, se desplomó y abrazó sus rodillas contra su pecho.

—Lo sé, y realmente me molesta. Honestamente, traté de hablar con mis jefes sobre todo esto, pero no escuchan.

Sabes que todavía puedo ver tu ropa interior, ¿verdad? Podrías no sentarte encima de una mesa.

Amagi nunca mostraba mucha emoción, pero había casi un poco de exasperación escrita en su rostro. —Parece que su trabajo es la única área en la que se destaca; Comentó.

Y ella también es muy bonita. Un desperdicio de belleza, eso es lo que ella es.

Dejando los detalles del negocio para que Amagi y Nias discutieran, salí de la sala de recepción sintiéndome exhausto.

 * * *

Brian paseó por los pasillos de la mansión.

—Es bueno que recibamos tantos visitantes estos días.

Antes, nadie quería visitar la mansión debido a la mala opinión de la nobleza sobre la Casa Banfield. El hecho de que ahora recibieran visitas significaba que la gente estaba empezando a pensar bien en Liam, y ese pensamiento entusiasmó a Brian.

Con este buen humor, dobló una esquina y captó la voz de una mujer. —¿Hm?

¿Es esa nuestra invitada, la señorita Nias? Él sabía que era de mala educación, pero se escondió y escuchó discretamente su conversación.

—¡Bueno, logré vender trescientos!

Parecía dirigirse a uno de sus compañeros de trabajo en la Séptima Fábrica de Armas. Desde su posición ventajosa, Brian también podía ver la pantalla flotante con la que estaba

hablando Nias.

—Pero eso es con la condición de cambiar los diseños. A los jefes no les va a gustar eso.

—B-Bueno, ¿qué se suponía que debía hacer? ¡No los compraría de otra manera! ¡Sólo tenemos que arreglarlos un poco!; Nias parecía descontenta con la respuesta de su compañero de trabajo. —¿Qué tan duro crees que tuve que trabajar solo para lograr eso? ¡Piensa en lo que tuve que pasar!

—Honestamente, no puedo creer que una persona recta como tú haya logrado llevar a cabo una estrategia de seducción. ¿Qué tan lejos tenías que ir, de todos modos?

—No tanto como estás pensando, al menos. Pero créeme, el conde está loco por mí. Sus ojos estaban sobre mí hoy, de verdad.

—¿En serio?

—B-Bueno, probablemente. Creo; La voz de Nias se apagaba poco a poco a medida que perdía la confianza.

—Tal vez deberías aspirar a convertirte en condesa mientras estas en eso.

—No voy a llegar tan lejos. ¡De todos modos, deberías mostrarme más respeto! ¡Después de todo, mis artimañas nos ganaron este trato!

—Sin embargo, son sólo trescientas naves, ¿verdad? Tenemos que vender mucho más que eso.

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—Es un comienzo, ¿no? ¿No puedes simplemente decir “gracias”?

A partir de la conversación, Brian supuso que la Casa Banfield compraría trescientos acorazados de la Séptima Fábrica de Armas. Aunque Brian no tuvo más remedio que obedecer las órdenes de su maestro, había una cosa en esa decisión que simplemente no podía aceptar: el hecho de que Nias obviamente había seducido a Liam para que comprara esas naves.

¿El Maestro Liam cayó en una trampa de miel?

Brian estaba lleno de ansiedad por el futuro de Liam.

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