Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Un Golpe A La Confianza — Supongamos Que Un Profesor Intenta Enseñar A Einstein

Parte 2

Nexamic claramente se sentía excluido. “¡Mwa-ha-ha! ¡Estamos aquí para darte un ultimátum, Anzu Kyounin!”

“Así que escúpelo ya. Maldita sea.”

“¡Estás enseñando el camino de la espada a mujeres y niños, para que incluso los débiles puedan defenderse!”

“¿Y qué?”

“¡Eso es incorrectoooooo! ¡Las mujeres, los niños y los débiles primero deben hacerse algunos músculos!”

“No todo el mundo puede simplemente—”

“¡Tu desdén de la musculatura no es ético! ¡Los dioses no lo tolerarán! ¡Ni mis músculos!”

No metas a los dioses en esto, por favor.

Nexamic volvió a su rutina de poses, mostrando los dientes y los isquiotibiales.

“Qué postura tan espantosa”, dijo Riho. “Todo el mundo aquí es así”, susurró Selen.

“¡No, no! ¡No lo son, lo prometo! ¡La mayoría son totalmente sensatas!”

“¡Músculos para todos! ¡Difundiendo amabilidad adorablemente! ¡Tigre!

¡Es! ¡Lindo!”

“Me temo que he perdido la compostura. Debo tomar otra taza de té y recuperar mi elegancia”.

“¡Deténganse los dos! ¡Estás destruyendo la reputación del Dominio! Y después de todo el arduo trabajo que hicimos para parecernos comercializables… ”

Anzu enterró su rostro entre sus manos, atrapada entre los músculos y el juego de té. Este debe ser un lugar difícil de gobernar.

“¡Nunca temas! ¡Cuando sea gobernante, será aún más comercial! ¡Músculos libres de drogas en todas partes! ¡El mercado más comercializable y sin problemas de todos! ¡Y yo! ¡Soy Tigeeeeer Nexamic!”

Anzu lo miró con desprecio. “¿Sin problemas? ¿Con lo que les hiciste a mis alumnos? …¡¿Qué hiciste?! ¡Confiesa!”

“¡Mwa-ha-ha! ¡Todos los guerreros Kyounin fueron hechizados por el poder de mis isquiotibiales! ”

“Los envenenamos”.

“¡Renge! ¡La historia de los isquiotibiales es mucho mejor!”

“Puse veneno en un poco de té y se lo entregué, y nadie sospechó nada”.

“Oh, ¿en serio vas a confesar eso?”

“Ella realmente no debe querer ser agrupada con el macho”.

“¿Por qué se unieron entonces?”

Nexamic estaba haciendo algunas poses de bíceps dobles. “¡Mwa-ha-ha!

¡El tigre caza de noche! ¡Con todas sus fuerzas! ¡Recuérdalo!”

“Eso es leones…”

Los tigres solo tuvieron una tasa de éxito de caza de alrededor del 5 por ciento. En realidad, son bastante malos, por cierto.

Pero este tipo realmente no escuchó a otras personas. Probablemente es por eso que el contingente de Azami solo estaba viendo cómo se desarrollaban los eventos.

Renge se sirvió una nueva taza de té y ofreció una propuesta. “Funcionalmente son dos contra uno. Los clanes Audoc y Tigre serían más que un rival para el clan Kyounin, incluso si tus estudiantes estuvieran despiertos. ¿Lista para retirarse?”

“‘Por supuesto que no.”

Renge pareció sorprendida por esta confianza. “Así que tus invitados…

¿están aquí para sacarte de apuros, supongo?”

Miró de nuevo al grupo de Azami, asintió con la cabeza y luego se puso de pie.

“¡Veo la causa de tu confianza! ¡La razón por la que permaneces firme en mi presencia! ¡Los rumores eran ciertos!”

“”¡El Asesino de Dragones — Allan!””

“…… ¿Huh?”

Allan encontró dos dedos apuntándolo y comenzó a prestar atención. Entre el mareo y las escalofriantes escaleras, estaba tan cansado que había sido todo lo que podía hacer para no vomitar.

“… Er, ¿por qué me señalan?”

“¿No estabas escuchando?” Riho se burló. Renge y Nexamic seguían adelante.

“¡La leyenda viviente de Azami! ¡El hombre que enterró dragones solo con su aura y que convoca a los héroes de la antigüedad! ¡Allan Toin Lidocaína! Puedo ver por qué estarías tan segura. ¡Una solución que incluso yo considero elegante!”

“¡Mwa-ha! Sus músculos por sí solos parecen estar dos o tres muescas por debajo de mí, pero claramente, ¡la energía escondida dentro de ese cuerpo está más allá de mi imaginación! ¡Puedo sentirlo irradiando de él!”

“…… ¿Entiendes ahora?”

“Urp… no realmente…”

Mientras Allan luchaba contra otra oleada de náuseas, Renge se acercó y se inclinó vacilante.

“Es un honor conocer a una leyenda en persona, Allan. Mientras tengo tu oído, ¿puedo ofrecerte una propuesta?”

“¿Una propuesta?”

“Sí. Más específicamente, ¿te importaría unirte al clan Audoc en la lucha por venir? Ambos somos maestros del hacha, y será bienvenido”.

Renge ya estaba tratando de convencer a Allan de que cambiara de bando, asumiendo claramente que él era el cuarto bateador y el Jugador Más Valioso. Darle la espalda a este equipo fortalecería a su equipo y debilitaría la táctica de su oponente, que ciertamente funcionó en el mundo del béisbol.

Entre su malestar estomacal y su total falta de comprensión del tema en cuestión, Allan respondió con silencio.

“Naturalmente, no gratis. Puede nombrar su precio”.

“¡Te enseñaré cómo hacer la proteína de entrenamiento de fuerza especial del clan Nexamic! ¡Consejos para convertirte en el tigre más lindo posible directamente del tuyo!”

“Y, naturalmente, proporcionaremos una gran cantidad de la mezcla de té personalizada del clan Audoc”.

“¿Eh? Quiero decir, podría ir a tomar una taza de té, seguro”. Allan parecía tener la impresión de que ella era una sirvienta que le ofrecía té.

“¡Es un acuerdooooooo! ¡Qué elegante! ¡El té es justicia! ¡Mala suerte, Anzu!”

Renge había entrado en un puñetazo con las piernas arqueadas, y detrás de ella, Nexamic expresó su deleite en una pose clásica de Sergio Oliva, sirviendo un verdadero espectáculo de armas.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Deberías habernos detenido, Anzu! ¡Pero el rito y los músculos son nuestros!”

¿La respuesta de Anzu a todo esto? “Oh, adelante, llévatelo”.

Fue para no oponer resistencia alguna. ¡Naturalmente! Lloyd era todo lo que le importaba.

“… ¿Er? ¿Estás segura?”

“Sí. Toma tu botín y corre, ladrón”, instó Riho.

“Quitar su volumen nos da al resto de nosotros más espacio”, dijo Selen. “…… No aceptamos devoluciones”, agregó Phyllo.

Casi te hizo sentir lástima por Allan. Sin embargo, este trato severo estaba haciendo que Renge y Nexamic sospecharan una trampa.

“Todo esto es demasiado fácil”, murmuró Renge.

Mientras tanto, el único que intentaba detener a Allan era Lloyd. “¡Esperen, todos! ¡Este es Allan! ¡Es uno de nuestros mejores!”

Esta fue más la reacción que Renge había esperado, y se sintió visiblemente aliviada, y se lanzó a un discurso que claramente había preparado.

“¡Esto es la supervivencia del más fuerte! ¡Lo último en elegancia! ¡Tus palabras no tienen sentido!”

“¡Mwa-ha-ha! ¡Nos ocuparemos de él! ”

“Oh, gracias, lo siento”, dijo Allan. “Me estás cargando porque estoy enfermo, ¿verdad?”

El macho lo había arrojado a un agarre de princesa, y Allan le estaba dando un giro muy positivo a esto. Obviamente, era una situación que le provocaba angustia, pero Allan no estaba en condiciones de resistir.

“¿Puedes derrotar nuestra alianza con el resto?” Renge cantó. “Parecen un grupo monótono. ¡Claramente ya hemos ganado!”

“¡Sí! ¡Ni un músculo entre ellos! ¡Un montón de diminutas habichuelas!

¡Tengo que suponer que todos son veganos que esquivan la carne y comen conejo!”

“……No es verdad. Me encantan los kebabs… y a Riho le encantan las donas…”, corrigió Phyllo.

“¡Maldita sea, no menciones eso ahora!”

El pánico de Riho hizo que Marie, Selen e incluso Lloyd sonrieran. Claramente, estaban sobre ella.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Di lo que quieras! ¡Adiosito! ¡Te arrepentirás de tus pecados!”

Cape girando, riendo salvajemente, Nexamic abandonó la escena con Allan acurrucado en sus brazos.

“Aceptaremos su rendición en cualquier momento. Resolvamos esto con elegancia”.

Renge dobló la silla y la mesa, se las echó al hombro y la caja con su juego de té, bebió el resto de la tetera pensando que no debería desperdiciarse, se subió el dobladillo de la falda y se alejó.

“Muy elegante…”

El contingente de Azami negó con la cabeza. En este punto, Marie finalmente recordó que estaba aquí para tratar a los estudiantes de Anzu.

“¡Olvídate de Allan! ¿Dónde están mis pacientes?”

Lloyd, sin embargo, todavía estaba nervioso por la requisa de Allan.

“¿Estamos… seguros de que deberíamos dejar que se lleven a Allan?”

Anzu agitó una mano alegremente. “No te preocupes, no le harán daño. Y…”

“¿Y?”

“… por la forma en que están actuando, hay algo más aquí. Si tenemos a uno de nosotros en su campamento, podríamos averiguar eso”.

“¿Qué quieres decir?”

“¿Dos clanes que ni siquiera se hablarían entre sí formando una alianza… y acusándome de despotismo? Alguien debe estar llenando sus cabezas de tonterías. Y hacer un lío de las cosas”.

Anzu negó con la cabeza, murmurando en voz baja.

Unas horas más tarde, en la tierra natal del clan Audoc… El área estaba cubierta de espesas hayas, y la región era conocida por el shiitake que se cultivaba en sus troncos talados.

A medida que las luchas por el control del Dominio se intensificaron, las hachas utilizadas inicialmente para la tala de madera se convirtieron en herramientas de combate adecuadas, y la región se conoció como la tierra santa de los hacha. A pesar de la obsesión de su líder por el té, no cultivaron nada de eso, y todo era importado.

Pero más concretamente, en las profundidades de ese bosque había una pequeña cueva escondida.

A simple vista, parecía la guarida de un oso, o tal vez el escondite de un bandido. Si se tratara de un JRPG, esperaría encontrar un consumible útil, en lugar de un artículo raro, y estar bastante seguro de que el cofre que lo contiene reaparecerá con regularidad. Emitía ese tipo de vibra.

La parte trasera de esta cueva traicionó esas expectativas. Había un suelo adecuado, sofás y una mesa, incluso una computadora. Una pequeña habitación muy acogedora, menos parecida a una cueva que a un café manga.

Nexamic y Renge estaban parados en esas tablas del piso. “¡Mwa-ha-ha! Nuestro plan… ”

“… se llevó a cabo con la mayor elegancia”.

“Lady Eug”.

Hicieron una reverencia a una chica que parecía tener unos catorce años. Llevaba una bata de laboratorio blanca, luchando con algún tipo de máquina.

***

Estaba rodeada por una pila de taladros y otras herramientas, muchas de las cuales estaban claramente más allá del nivel tecnológico de este mundo. La niña apartó este montón de su camino y se sentó con las piernas cruzadas en su mesa de trabajo, mostrando sus caninos en una amplia sonrisa. Tenía el tipo específico de arrogancia que te aseguraba que daría un ataque en cualquier momento que perdiera, incluso si era un juego de Othello o póquer sin apuestas.

Tenía una piruleta en la boca, pero en realidad era un objeto diseñado para restaurar su magia.

“¿Lo lograste, entonces?” Preguntó Eug.

“¡Sí! ¡Mis isquiotibiales encantaron a la multitud!”

“¿Qué hiciste realmente? ¡Y deja de apuntarme con el trasero!”

Nadie quería que un tipo de cuarenta y tantos tirara de su capa a un lado y les enseñara el trasero. Eug era tan mayor como Alka pero parecía ser un adolescente, por lo que la imagen era bastante desafortunada y su regaño estaba extremadamente justificado.

“No te preocupes, todos los estudiantes del clan Kyounin han sido víctimas del veneno que proporcionaste. El efecto persiste de la manera más elegante”.

“Magnifico. Me alegro de que haya sido útil”.

“Entonces demostré la hora del té de la confianza. El té es el epítome de la elegancia, después de todo”.

“Hmm, sí, creo que a tu elegante truco probablemente le vendría bien un poco más de variación, pero… llamémoslo un trabajo bien hecho”. Eug asintió con aprobación, a pesar de su bufonada de una sola nota.

Orgulloso de su éxito, Nexamic hizo girar su capa y adoptó una pose.

“¡Y! ¡Anzu regresó con refuerzos de otra tierra! ¡Pero mi adorable amor era tan fuerte que se llevó a sus aliados! ¡Nuestra única amenaza restante es la cima del clan Kyounin, la propia Anzu! ¡Y ella no es rival para el Tigre Nexamic en topless! ¡Sin condiciones! ¡Y! Isquiotibiales!”

“Ponte algo de ropa.”

“Trajo a varios con ella, pero no un alma elegante entre ellos, así que los consideré sin importancia. También parecían más té verde que té adecuado”.

“… Extraño,” murmuró Eug. Ella misma era una persona del café. Esta no fue su única queja, pero…

No tiene sentido discutir. Los necesito de mi lado si voy a lograr esto. Ella apretó los dientes, obligándose a sonreír.

“¿Pero por qué nos ayudas sin recompensa?” Preguntó Renge. “¡Renge!” Nexamic rugió. “¡Seguro que no eres tan tonta!”

¿Fue este un raro atisbo de inteligencia real? “Huh, tú—”, comenzó Eug, sonando momentáneamente impresionada.

“¡Seguramente son músculos! ¡Ella quiere un poco! ¡No te preocupes, Eug!

¡Este Tigre preparará una rutina de ejercicios solo para ti!”

“¡Diablos, no, idiota!” Eug gritó, cortándolo.

“¡Aha! ¡Entonces! ¡No debes tolerar el mal! El mal llamado— ¡Anzuuuu!”

“Eug, ¿estás segura de que Anzu está planeando convertir el Dominio en parte del Reino de Profen a cambio de una posición de poder permanente para el clan Kyounin?”

Parecía que Eug le había contado a Renge una historia sin sentido sobre Anzu vendiendo su propia casa.

“Sí, sí, es por eso que ha estado empalmando tanto con Profen. Sentando las bases”.

“Maldito seas, Anzu… una vez fuiste una mujer mejor que eso…”

“¡Renge! ¡Debemos frustrar las ambiciones de nuestro gobernante! ¡Y destroza su campaña antimúsculo! ¡Dos pájaros de un tiro!”

“Sí, claro, claro. Más importante aún, ¿es cierto que el vencedor de este concurso puede ingresar al santuario de la Montaña Sagrada?”

Ignorando por completo todos los balbuceos sobre los músculos, Eug fue directo a lo que le importaba. ¿Qué propósito tenía ella con este santuario?

“Sí, un bautismo de la Bestia Sagrada en ese santuario te permite servir como gobernante del Dominio durante cuatro años”.

“¡Eso es lo que quería saber! Eso es todo lo que importa. ¡Puedes irte ahora! Buen trabajo.”

Como un jefe hostil, ese “buen trabajo” era solo de labios para afuera, pero ninguno de sus secuaces se dio cuenta de los detalles. Se inclinaron respetuosamente.

“¡Muy bien! ¡Dejaré que mis músculos se enfríen!”

“Debo servir un poco de té a nuestro invitado, ¡que esté bien!”

“¡Oh, lo olvidé! ¡Le daré la bienvenida con músculos y proteínas! ¡Mwa-ha- ha!”

Cuando se fueron, Eug puso los ojos en blanco. “Uf… en serio, tener que trabajar con esos payasos es muy estresante”.

Ella rodó su piruleta alrededor de su boca. Sus ojos estaban en el techo de la cueva mientras no hablaba con nadie en particular.

“Pero si empiezo a quejarme ahora, nunca terminaré, al menos son más fáciles de manipular que Sou y Shouma”.

Eug saltó de la mesa y se derrumbó en el sofá, boca abajo, con la cabeza en un cojín y pateando las piernas detrás de ella.

“¡Auuugh, si tan solo tuviera la fuerza física de Alka! ¡Sería libre! ¡Podría hacer lo que quisiera incluso en este mundo atrasado! No—”

Dejó de patear y se volteó de espaldas, mirando a lo lejos, perdida en el pasado.

“Si el experimento hubiera tenido éxito… nada de esto habría sucedido”. El desagradable recuerdo la hizo masticar con fuerza su caramelo.

“Vaya, no puedo hacer eso, no quiero perder toda la magia que tengo almacenada allí”.

Eug se levantó y puso con cuidado la ventosa en un recipiente parecido a un tubo de ensayo por seguridad. Luego suspiró de nuevo.

“Incluso si no pudiera tener fuerza física, si al menos tuviera un poco más de magia… no habría fallado en Azami, no habría tenido a Lloyd detrás de mí por la razón más tonta… ¿Mm?”

Ella sintió ojos sobre ella.

Eug se dio la vuelta y encontró a alguien con un disfraz de conejito asomando la cabeza por la esquina.

Eran un conejito rosa muy cursi, completamente fuera de lugar aquí. Incluso se movían adorablemente, como si hubieran sido bien entrenados en un parque de diversiones, cada uno de sus gestos perfeccionados para lograr el máximo atractivo.

Salieron saltando, agitando ambas manos, y llamaron a Eug en un tono extracortés. “¡Yoo-hoo, Eug! ¡Mucho tiempo sin verte!”

“Eve…”

Eve hizo girar el traje, riendo… y esto hizo que la cabeza del conejito se cayera. La persona que estaba adentro se lo volvió a poner apresuradamente, esta secuencia no era nada linda.

“¡Cerca! Casi no cumplimos”.

“¿Cumplimiento de qué?”

“¿Pautas personales? Eh-heh-heh”.

El conejito hizo una demostración de ser más adorable, tratando de recuperarse. Su nombre era Eve Profen. Su género no estaba del todo claro. A pesar de su apariencia, estaba a cargo del reino de Profen, aunque nadie sabía cómo era realmente. Por su voz y el ocasional atisbo de la persona que llevaba dentro, se podría decir que era mujer.

Ella saltó chillonamente hacia Eug y le dio unas palmaditas en los hombros. “¡Te ves cansado! ¿El plan no va bien?” Sonaba como un jefe tratando de tener una discusión abierta.

“¡Va bien! Hemos eliminado a la mayor parte del clan Kyounin. Y los clanes Audoc y Nexamic se han aliado. Compraron mi mentira: anzuelo, sedal y plomada”.

“¡Un enemigo común sin duda derrite la nieve rápidamente!”

“Los tiempos pueden cambiar, pero la gente no”.

“¿Pero qué hay de la clave de todo esto? ¿Todavía no hay señales de la Bestia Sagrada?” Eve se sirvió una taza de té y se sentó en el sofá. En lugar de quejarse de esto, Eug se sirvió una taza y preparó algunos bocadillos. Claramente, se conocían desde hace tiempo.

“Si no puedes encontrarlo, Eve, este señor demonio debe ser inusualmente cauteloso…”

Eug le ofreció a Eve algunas galletas. Eve sacó una mano de una rendija de su disfraz y se la comió. Un espectáculo extraño.

“Munch, munch, gulp… Este santuario no se puede abrir con fuerza bruta, lo que sin duda lo convierte en el principal sospechoso. ¿Creemos que este señor demonio es el jefe del laboratorio?”

“Si es así, definitivamente la queremos de nuestro lado. Ella siempre fue un poco difícil, pero…”

“¿No es peor que Sou y Shouma?”

Recordando lo excitado que había hecho a esos dos su amor por Lloyd, Eug hizo una mueca, pero luego negó con la cabeza, desterrando esos pensamientos.

“Está claramente configurado, por lo que debe seguir los procedimientos adecuados. Incluso si no es el jefe del laboratorio, tiene que ser uno de los señores demonios más fuertes. Una carta como esa nos ayudaría a sumir al mundo en el caos y ayudaría a forzarlo a avanzar”.

Eve asintió. “Esto significa que tenemos que lastimar a Anzy”, dijo casi con tristeza. “Me volví muy amiga de ella con la esperanza de aprender más sobre la Bestia Sagrada. ¡Ella es tan agradable! Es casi deslumbrante”.

“No te preocupes. Mientras podamos conseguir a este señor-demonio- barra-bestia, Anzu puede tener el Dominio Ascorbic”.

“Eso sería óptimo. ¡Argh, no puedo esperar a recuperar la civilización! Ni siquiera puedo usar este hervidor eléctrico en público”.

Eve se sirvió una taza nueva con agua que había hervido en poco tiempo.

“Conseguir a este señor demonio sería un gran paso hacia eso. Después de todo, ¡es lo suficientemente fuerte como para que ninguno de nosotros pueda hacerlo por nuestra cuenta!”

“Cierto. Y si es el jefe del laboratorio, entonces la espada sagrada: ¡el sistema de la Última Llave está casi descodificado! Un gran impulso para nuestros planes”.

Eve apartó los ojos de su disfraz, sacó un brazo de él, tomó su taza de té y se la bebió por el ojo.

“Demasiado para el cumplimiento… Esa es una forma realmente aterradora de beber cosas”.

“¡Pero no en contra de mis pautas personales!” Eve lanzó un signo de la paz por el ojo. Era una criatura tan sobrenatural que haría llorar a cualquier niño.

Eug negó con la cabeza y Eve apartó los ojos.

“Aparte de este señor demonio, ¿tienes las piezas en su lugar para hundir al mundo en el caos?”

“Estamos cultivando treants en los bosques de bambú de Ascorbic. Difícil criarlos aquí, pero prometedor. Si tienen éxito, estaremos produciendo en masa algunos monstruos desagradables. Las armas estándar del nivel de tecnología actual no las rayarán”.

“¡Y una vez que el Imperio de Jiou desate una ola de monstruos, todos rogarán por nuestro nuevo armamento! … ¡Todo tiene sentido!” Eve agitó los brazos felizmente y Eug sonrió.

“Cuanto más dure la guerra, más querrán mejores armas. Estudiarán y mejorarán los que les demos. Las nuevas armas serán un trampolín para poner esa nueva tecnología en las armas existentes y difundirla. Dentro de diez años, todos los hogares tendrán un hervidor eléctrico”.

“¡Siiii! Entonces, ¿ha inventado las armas que provocarán este aumento en la ciencia?”

Eug le dio una mirada como ¿Con quién crees que estás hablando?

“Hice que los enanos fabricaran cien unidades de artillería autopropulsadas. Luego obtuvimos mil metralletas y pistolas automáticas, un montón de transceptores y otras cosas que ayudarán con el esfuerzo de guerra, todo almacenado en la cueva de Rapier Ridge. Esa es una tierra sagrada, por lo que los lugareños nunca se acercan a ella, afortunadamente”.

“¡Bravo!” Eve dijo, juntando sus patas. “Si aceptan los avances en automoción y telecomunicaciones, ¡será un gran paso! ¡Ordenadores!

¡Accesorios! ¡Celulareeeeeees!” Empezaba a sonar como un comercial.

“Una vez que estén listos, podemos comenzar en aviones o similares”, señaló Eug. “Si podemos hacer que esta guerra dure uno o dos siglos…”

“¡La necesidad los obligará a investigar un híbrido de magia y ciencia en todo el mundo! ¡Tendremos tecnología mucho más allá de lo que conocíamos! ¡La materia de los sueños! ¡Coches voladores y todo lo que prometían las películas!”

“Como científico, odio depender tanto de otras personas, pero tengo muchas cosas en mi plato”.

“Hay mucho que puedes hacer por tu cuenta. ¡Pero si toda la especie trabaja junta, con el máximo poder científico, esta vez—!”

“Podríamos controlar el dispositivo la Ultima Mazmorra”.

“¡Sí! ¡No puedo esperar! ¡Ven! ¡Heave! ¡Ho! ¡Arriba y a ellos!”

Eve estaba bailando salvajemente. Después de un jig furioso, sacó algo de una bolsa de la cadera.

“Y tengo un regalo para ti, Eug.”

Bailó de regreso a Eug, sosteniendo dos huevos grandes.