Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Supongamos Que Un Niño De La Última Mazmorra De En Medio De La Nada Intenta Subir De Nivel En Una Ciudad En Mitad Del Juego

Parte 5

Phyllo lo descubrió, pero ya era demasiado tarde. Anzu había reducido su peso, alterando su centro de gravedad, mientras Phyllo perdió el equilibrio y el tiro de cadera no se completó.

Anzu revoloteó detrás de ella, el filo de su espada de práctica presionó contra el cuello de Phyllo.

“¡Eso estuvo cerca! Lo había calculado entre el ochenta y el noventa por ciento de mi pérdida. Se siente como si hubiera obtenido una victoria por tu vacilación”.

”     ¿Qué vacilación?” Phyllo parpadeó.

Anzu suspiró. “Tus habilidades son asombrosas, pero tu espíritu no está con ellas”.

“…… Eso es… tan vago.”

“Supongo que la mejor manera de decirlo es… no sabes por qué estás luchando. Si tuvieras un propósito claro u hostilidad, ese lanzamiento nunca me habría dado tiempo para usar Flores Dispersas”.

“……”

Esto pareció tocar un nervio, y Phyllo volvió la mirada al suelo.

“Pasa mucho”, señaló Anzu. “Perfeccione su fuerza lo suficiente, y todos golpearán esta pared. Es un lujo para aquellos que se vuelven demasiado fuertes”.

Puso a Phyllo en pie y se volvió hacia los cadetes.

“Si la punta de tu espada no sabe adónde va, ¿qué hay que temer de ella? Sepa lo que quiere ser. Sepa lo que quiere hacer. Ya sea por honor, dinero o incluso simplemente sed de sangre a la antigua, ¡encuentra ese objetivo y practica!”

La idea de que el dinero y la sed de sangre podrían ser motivaciones útiles definitivamente resonó en algunos cadetes.

“¿S-Sed de sangre?” Lloyd dijo, estremeciéndose.

Anzu asintió. “Lo único que importa es que estés motivado y la sed de sangre puede ser muy motivadora. Luché contra oponentes mucho más aterradores ayer; todos estaban dispuestos a matarme”.

La sangre se le escapó de la cara y tembló ante el recuerdo, dejando a los estudiantes preguntándose. Mientras hablaba, la puerta de la sala de entrenamiento se abrió de golpe y aparecieron los que llegaron tarde.

***

Cuando se le preguntó sobre su estado de ánimo más adelante, Anzu Kyounin diría: “Fui una idiota al pensar que me había escapado limpia”.

“—Por favor cálmate.”

“¡Si hubiera estado un poco tranquilo, me habría dado cuenta de que llevaban uniformes de cadetes! ¡¿Cómo pude haberme olvidado eso?!

¡Debería haber sabido que eso pasaría!”

“—Por favor cálmate.”

“¡Llegas tarde!” Chrome ladró.

“Escuche, coronel Chrome”, comenzó Riho, sin la menor pena. “Estábamos reportando al coronel Choline. Terminé persiguiendo a un criminal ayer”.

Aparentemente, su búsqueda de Anzu había requerido una entrevista en persona con su superior.

“¡Es cierto, coronel Chrome!” Dijo Selen, echando humo. “¡Ella destruyó mis binoculares!”

“¿Por qué tenías binoculares?”

Esta era una buena pregunta, pero Micona hizo un gesto con la mano con desdén.

“¡Eso no importa ahora! ¡Como jefa del segundo año, yo, Micona Zol, exijo que emitamos una orden de arresto contra esta espadachina! ”

“¿Tienes siquiera un nombre? No puedo emitir una orden judicial sin una”, refunfuñó Chrome.

“Lo siento, señor.” Allan pareció profundamente arrepentido. “Parecía familiar, pero era después del anochecer y el ataque surgió de la nada…”

“Y Allan es inherentemente inútil”, espetó Selen.

Chrome se rascó la cabeza. “Bueno, estamos en medio de una profesora invitada aquí. Y nuestra profesora es… ”

Señaló a Anzu… que se había puesto blanca como una sábana, mirando a las chicas con horror.

Todos la reconocieron de inmediato.

“””¡Ahhhhhhhhh!”””

“¡Eeeeeek! N-No tú—”

Sus gritos resonaron por la habitación.

“¿Qué pasa? ¿Lady Anzu…? Preguntó Chrome, parpadeando.

Lloyd intervino. “Vamos. ¡Estamos en clase! ¡Tenemos una gran instructora de visita!”

“Clase, ¿eh? ¿Qué está enseñando esta señora?” Riho frunció el ceño, sin disimular su desprecio en absoluto.

“Er, eh… ¿la importancia de la sed de sangre?” Lloyd dijo, ya olvidando todo menos la parte que sonaba peor fuera de contexto.

“¡Qué tema tan encantador para la educación!” Selen gritó. “No sé quién es ella, pero claramente, debería ser el objetivo de nuestra sed de sangre”.

“¡Sí, ha sido una clase muy impresionante! ¡Ella esquivó fácilmente los golpes de tres estudiantes de último año a la vez!”

“¿Oh? Bueno, vamos a verla escapar cuando la rodeemos. Tenemos algunos rencores que desatar… ”

Frente a tres chicas vengativas obviamente desinteresadas en escuchar lo que alguien tenía que decir, Anzu inmediatamente perdió toda confianza. Ella comenzó a retroceder, luciendo desesperada.

“Augh… ¡Ayuda, Lloyd!”

Estaba tan asustada que se volvió hacia Lloyd antes de darse cuenta, escondiéndose detrás de él y aferrándose a él con miedo. Pero esa acción solo añadió más leña al fuego. Cierto alguien no toleraría eso.

“¡Quitas las manos de eeeeeeeeeeeel! ¡Cómo te atreveeeeeeeeees!”

La sed de sangre ciertamente agregó una ventaja a los movimientos de Selen. Ella era como el tipo de enemigo que mejoraba todas sus estadísticas si realizabas el ataque equivocado. Y probablemente no tenía un límite superior en ese efecto.

Mientras tanto, Lloyd todavía estaba tratando de reconstruir las cosas. “Er, Lady Anzu, ¿nos hemos visto antes?”

“¡¿No me recuerdas?!”

Parecía que la había olvidado por completo. Quizás simplemente había estado demasiado estresado por conocer a todas esas personas importantes.

“Yo, yo, yo, yo, ¿abusar de su posición como profesora invitada para acosar a los niños menores de edad?” Preguntó Riho.

“¡El poder del treant claramente no es suficiente para ella! ¡Tendré que usar el de Abaddon también! ¡Y con ella unida a Lloyd, esta es mi oportunidad de acabar con los dos!”

Micona estaba en modo de batalla final, un caparazón insectoide cubriéndola, desatando ondas de choque de envidia.

“¡Deténganse!”

Una línea se cruzó en el aire entre los dos lados, como la cinta amarilla alrededor de la escena del crimen, excepto que estaba hecha con el taparrabos de Merthophan.

“¡Ew, asqueroso, Merthophan!”

“¡No te preocupes! Lo lavé esta mañana. ¡Tranquilos! Este es el gobernante del Dominio Ascorbic, Anzu Kyounin. ¡Si le pasa algo, provocarán un incidente internacional!”

“¡Has provocado una con solo revelar tu taparrabos cerca de ella!”

“¡S-Sí!” Gritó Anzu. “¡Lo haré uno! ¡Guarda ese taparrabos! ¡Ya me ha causado tanta angustia!”

Hace solo unos minutos, había prometido con confianza que no ocurrirían incidentes internacionales, pero eso era claramente una cosa del pasado. Mocos y lágrimas volaban por todas partes.

“¡Primero! ¡Aléjate de mí Lloyd! ¡Entonces hablaremos!”

“Elija uno: ¿Rendirse? ¿O la muerte? ¡Y paga por sus binoculares!”

“Y compensarme por mis donas… ¡que ni siquiera me gustan!”

Al enfrentar estas demandas, Anzu giró sobre sus talones. “Coronel Chrome, ¿puedo pedirle que salga corriendo y me compre algunas cosas?”

Sacó una billetera. Como si estuviera siendo asaltada.

***

Un rato después, en la sala de recepción de la Academia Militar Azami…

Riho estaba sentada en un cómodo sofá, devorando rosquillas. Selen y Micona miraban con asombro un par de binoculares trucados. Merthophan simplemente tenía los brazos cruzados.

Anzu estaba sentada torpemente frente a ellos, como si se estuviera derrumbando bajo la presión de una entrevista.

Lloyd y Phyllo estaban parados a un lado, luciendo totalmente perdidos.

Cuando estuvo segura de que sus niveles de ira se habían calmado, Anzu se disculpó y explicó sus acciones.

“Entonces, munch-munch, calificaste a Allan como más débil que su reputación, munch, pero cuando fuiste tras él, Merthophan saltó al taparrabos y se produjo una persecución. ¡Así que la succión de Allan está detrás de todo!”

“¡¿Cómo me culpan por esto?!”

“Ya veo. Según estos binoculares, ella no miente”.

“Déjame tomar prestados esos, Selen Hemein. Sí, puedo ver claramente, no está mintiendo”.

“Ustedes son fáciles de complacer…”

Reemplazar los artículos perdidos en la raíz de esta lucha y ofrecer una ronda de genuflexión claramente genuina ciertamente había enfriado a todos.

“No puedo disculparme lo suficiente,” dijo Anzu, todavía sin atreverse a levantar la cabeza.

“Cualquiera correría con un taparrabos detrás de ellos… Realmente deberías dejar esa mierda, Merthophan”.

“¡Cómo te atreves! ¡La moda agrícola tradicional no es una mierda!”

“¡No estás en una granja!”

Por un momento, pareció que el asunto estaba resuelto, pero luego Selen sacó a relucir otro punto. “Por cierto… parece que conoce a Sir Lloyd.

¿Podemos obtener una explicación detallada allí?”

La oscuridad que acechaba detrás de los ojos de Selen y el movimiento de su cinturón maldito envió un escalofrío por la espalda de Anzu. “¡Eep!”

“Esa expresión de tu rostro me entristece. No temas, normalmente no soy propenso a tomar medidas extremas”.

“¡Augh! ¡El cinturón habla! ¡¿Y habla como un jefe suave?!”

Ciertamente sorprendió a todos los que lo escucharon por primera vez. Especialmente la cosa del jefe suave.

Parecía que Lloyd finalmente había recordado cómo había conocido a Anzu.

“¡Oh!” el exclamó. “¡Eres la señorita de la reunión en el hotel! ¿No eras el gobernante del Dominio Ascorbic? Lo siento, se me escapó por completo”.

Todavía no recordaba su nombre, pero eso era perdonable. Estaba tan concentrado en ser un buen camarero.

“Sí, entonces… uh, así es como nos conocemos. Así que, por favor, guarda el cinturón, en serio” pidió Anzu, retirándose al otro extremo del sofá, con las rodillas levantadas contra su pecho. No quedaba rastro de dignidad real en ella.

Merthophan, quien, puede estar seguro, estaba de nuevo en uniforme, expresó la pregunta en la mente de todos.

“¿Pero que el gobernante del país venga en persona? Esperábamos a uno de los estudiantes del clan Kyounin. Debes estar ocupado con el Rito de la Montaña Sagrada en este momento”.

“Uh, sí, me hubiera encantado hacer eso, pero… no era una opción”.

“¿En qué manera?”

Anzu explicó su situación.

“Por eso estoy realmente aquí. Esperaba encontrar algún talento de Azami para ayudar a unirme al rito. ¡Entonces todos menos Allan me enviaron a empacar! ¡Ha-ha-ha!”

“¡Bien, soy débil! ¡Lo admito!” Allan se encogió lo más pequeño que pudo, y Anzu le dio una palmada en el hombro.

“¡Tienes potencial! Todos los demás son increíblemente fuertes. ¡Ven a entrenar en el Dominio y te convertiremos en un hombre mejor en poco tiempo!”

“¿S-Sí?”

“El punto es que quiero que algunos de tus mejores vengan conmigo. Trabajo remunerado, por supuesto. Agradecería toda su ayuda. Especialmente Llo—”

Antes de que pudiera siquiera decir su nombre, él estaba de rodillas ante ella. Ella parpadeó y él bajó la cabeza hasta el suelo, con los dedos alineados pulcramente frente a él.

“¿Qué es esto, Lloyd?”

“Lady Anzu, ¿escucharás mi súplica?”

“Uh, claro… quiero decir, te estoy preguntando aquí…”

“¡Por favor, entréneme! ¡Quiero ser más fuerte!”

“””¿Huh?”””

Esto asombraría a cualquiera.

Todos los presentes, incluida Anzu, pensaron lo mismo: ¿Es eso posible? Lloyd, sin embargo, nunca había sospechado ni una sola vez que fuera más que débil. Pensó que esta era la oportunidad perfecta para cambiar eso.

“Todo el mundo sabe lo fuerte que es Allan, ¡pero lo has evaluado como débil y prometiste que el entrenamiento te ayudaría! Soy incluso más débil, pero si pudiera entrenar y aprender un ataque definitivo… ¡entonces ya no sería el eslabón más débil!”

“Las historias sobre Allan son tremendamente exageradas…”, dijo Selen.

Allan asintió vigorosamente. “Ojalá hubiera hecho algo de eso… pero fue sobre todo obra tuya, Lloyd”.

Anzu no estaba muy seguro de cómo manejar esta solicitud. Era como un velocista que fue medallista de oro olímpico que se presenta en un club deportivo infantil y dice: “¡Necesito ser más rápido!”

“Un minuto… Uh, miren, todos… Er, Lloyd, ¿pueden traernos un poco de té?”

“¡Seguro! ¡Vuelvo enseguida!”

“¿Qué pasa, Lady Anzu?”

Anzu miró a su alrededor, tratando de llegar al fondo de esta confusión. “¿Lloyd… no sabe lo fuerte que es?”

Hubo un silencio incómodo.

“Aughhh…,” gimió Anzu, enterrando su rostro entre sus manos. “¿Cómo es que terminas así?”

“Lady Anzu, la cosa es…”, comenzó Chrome.

Chrome explicó cómo nació el niño en Kunlun y cómo había malinterpretado sus propias acciones. De vez en cuando, se veía obligado a detenerse para frotarse la cabeza dolorida o ignorar una explosión de desvaríos de Selen mientras continuaba con su explicación.

“Eso… suena como la trama de una novela. Pero he visto su fuerza con mis propios ojos. Tienes mis condolencias”.

“Sería un gran alivio si pudiéramos convencerlo de la verdad. Tanto como un activo para nuestro ejército como para evitar que todos corramos limpiando tras él”.

Chrome suspiró… y Anzu le dio una palmada en la rodilla. “¡Claro! Déjemelo a mí, coronel Chrome”.

“¿Tiene una idea, Lady Anzu?”

“¡¿Para qué más es entrenar?! Estaría feliz de supervisar el suyo”.

“Pero él ya es tan fuerte”, dijo Allan. “¿Cuál sería el punto?”

Anzu le tocó un lado de la cabeza, recordándole que usara su cabeza. “Dale la vuelta a esa idea. Si está convencido de que es débil, entonces debemos engañarlo para que piense que se ha vuelto más fuerte”.

Ella sonrió, dejando que la idea se hundiera.

“Por lo que escuché, lo principal que necesita es confianza. Si cree que el entrenamiento lo transformó, entonces su autoconciencia y la evaluación de sus propias habilidades podrían ponerse al día con la forma en que el resto del mundo lo ve”.

“¿Estás… segura? ¿No estás en medio del Rito de la Montaña Sagrada?”

“Te debo una. Además, si se une al rito, eso realmente me ayudaría. Haré lo que sea necesario para mantenerme a cargo. Mi destino está en tus manos”.

Claramente estaba poniendo todas sus cartas sobre la mesa.

“Agradable y simple”, dijo Riho, sonriendo. “El tipo de trato que puedo hacer”.

“¡Aprecio la ayuda!” Anzu asintió. Luego su voz se redujo a un susurro. “No puedo dejar que nadie más entre en ese santuario…”

“¿Mm? No entendí eso”.

“No importa.”

En este punto, Lloyd regresó. “¡Aquí está tu té! Oh, Lady Anzu, ¿qué hay de este entrenamiento?”

Mientras colocaba su taza frente a ella, ella sonrió.

“¡No hay problema por mi parte! ¡Cuantos más, mejor! ” Lloyd abrazó felizmente la bandeja contra su pecho.

“Siempre estoy dispuesto a viajar cuando alguien más paga la cuenta”, dijo Allan.

“¡Capacitación! ¡Entrenamiento nupcial!” Selen exclamó.

“Necesitarás un líder, pero tengo mucho en mi plato. Si hay veneno de por medio, es mejor preguntarle… ”

“Voy a pasar. Mientras Lloyd Belladonna se haya ido, ¡Marie será toda mía!” Micona exclamó.

Mientras los cadetes de Azami tomaban sus decisiones, solo Phyllo permaneció en silencio, luciendo abatida.

Anzu se volvió hacia ella. “Tú también vienes”, instó. “Nunca se sabe lo que podría sacar de ello. Llámalo un viaje de autodescubrimiento”.

“…… Mm.”

Riho miró eso con gran preocupación.