Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Supongamos Que Un Niño De La Última Mazmorra De En Medio De La Nada Intenta Subir De Nivel En Una Ciudad En Mitad Del Juego

Parte 1

El Dominio Ascorbic.

Ubicada en la base de la Montaña Sagrada, Keihi, tan alta que las nubes oscurecían la cima, era una tierra rica en esplendor natural.

Los ríos que recolectaban la nieve derretida de Keihi atravesaban el territorio y la gente se reunía en asentamientos a lo largo de esas orillas. Cada comunidad tuvo una vez sus propias costumbres y cultura únicas y estaba entre más de cien clanes, pero con el tiempo, estos grupos se habían dividido y fusionado, y en estos días, quedaban aproximadamente treinta clanes.

Pero con tantos motivos y demandas diferentes, a la región nunca le faltaron los conflictos.

Como resultado, lo único que todos los clanes tenían en común era el combate. La política significaba fuerza física y viceversa. Cuando la gente de Ascorbic hablaba de un tira y afloja político, lo decían en serio… literalmente.

Con el paso del tiempo, los medios de los clanes para defenderse se codificaron en artes marciales. Durante un tiempo, se encerraron, protegiendo su tierra y las habilidades de las que dependían sus vidas. Pero en los últimos años, el contacto con sus vecinos de Profen les había abierto las fronteras.

Habían pasado décadas rechazando la influencia externa, lo que resultó en sus culturas únicas, y ahora los turistas acudían en masa para verlos, lo que demuestra que nadie podía predecir la próxima tendencia candente.

¡La repentina afluencia de efectivo dejó a todos los clanes yendo al infierno con esta mierda aislacionista! y lanzarse a la atracción del turismo.

La moda de Ascorbic se volvió bastante retorcida; durante un tiempo allí, la vanguardia de la moda se inspiró en los equipos de entrenamiento de Ascorbic, e incluso Azami tenía un restaurante de Ascorbic abierto en el lado norte.

Sin dejar una pajita sin voltear, probando todos los trucos del libro para atraer dinero externo, era inevitable que alguien intentara mercantilizar sus artes marciales.

El Dominio Ascorbic era ahora la tierra sagrada del entrenamiento de combate. Se habían convertido en el tipo de país que se anunciaba con lemas como “¿Interesado en la esgrima o el tiro con arco? ¿Solo quieres perder algunos kilos? ¡Pruebe uno de nuestros programas de formación hoy mismo!”

Con la paz lograda, le tocó al clan Kyounin mantener el país en funcionamiento. El gobernante era conocido como el Dios de la Espada, y las tierras del clan Kyounin estaban donde todos los espadachines del mundo querían estar.

El templo donde vivía el gobernante del Dominio Ascorbic era un lugar místico, envuelto en la niebla de la mañana.

Un edificio de madera solemne. El techo estaba cubierto de pesadas tejas que impresionaron los corazones de todos los que lo buscaron, sostenido en alto por pilares bermellones, descolorido por años de lluvia, pero no menos robusto.

Era un templo tan imponente como los que habitaban en su interior.

“Fff… ¡Haaah!”

En el centro del patio brumoso, una mujer estaba sudando.

Ella estaba blandiendo furiosamente una espada, con el kimono caído hasta la cintura, los hombros desnudos, el pecho cubierto sólo con una envoltura de tela. Esto solo lo hizo para una vista atractiva, pero la pura ferocidad en su rostro desterró esos pensamientos, y su espada se movió demasiado rápido para permitir incluso un jadeo de apreciación.

Su intensidad era tan aguda como el tachi en sus manos, como si cualquiera pudiera cortar hojas en dos. En la intersección entre la sensualidad y la fuerza, había elevado su práctica a un nivel tan alto que se podría confundir con un rito religioso destinado a purificar la tierra en la que se encontraba.

Anzu Kyounin.

Gobernante del Dominio Ascorbic, alabado como el Dios de la Espada a pesar de su juventud.

Su pura habilidad y generosidad fueron suficientes para unir al más feroz de los luchadores. Los espadachines de fama mundial entraron y dijeron: “¡El Dominio Ascorbic no es todo eso!” y, días después, se le podía encontrar inclinándose ante su nuevo amo. Los chicos débiles pasaron unos días con ella y emergieron auténticos aventureros. Hubo innumerables historias similares.

Cuando salió el sol, la niebla de la mañana se despejó. Un sirviente había estado esperando durante media hora, pero al ver que la espada de su amo comenzaba a disminuir, gritó: “¡Lady Anzu!”

“¿Qué pasa?” Anzu continuó entrenando, sin siquiera mirar a su sirviente. “Llegó una carta de Lady Renge.”

“Tíralo.”

“Er… pero…”

“Será la tontería habitual, decirme que me retire del Rito de la Montaña Sagrada. No tiene sentido leerlo”.

Como se explicó antes, el Dominio Ascorbic era actualmente pacífico, pero eso no significaba que no surgieran conflictos entre los jefes del clan. Una fuente de conflicto fue el rito que Anzu había mencionado.

Era un torneo de artes marciales que se celebraba cada cuatro años. El vencedor fue considerado bendecido por el espíritu guardián de la montaña, y la tradición sostenía que estaban a cargo de todo el dominio.

En esencia, celebraban elecciones cada cuatro años. Votaron con sus habilidades en la batalla: podría hacer lo correcto. Fue un simple juicio por combate, sin manipulación ni representación proporcional involucrada.

Incluso mientras entrenaba, Anzu sonrió. “Dáselo a las cabras. ¡Puedo verla ponerse roja ahora mismo! ¡Ha!”

Ella desató un swing especialmente grande. “¿Y cómo les va a los estudiantes?”

El sirviente negó con la cabeza con tristeza. “No hay señales de mejora, me temo. Todavía están postrados en cama”.

Por primera vez, Anzu detuvo su espada. Se volvió para mirar a su sirviente.

“Han pasado tres días. Si se trata de una intoxicación alimentaria, deberían estar mejorando”.

“Trajimos al médico de nuevo, pero… ni mejor ni peor. Dice que puede que no sea una intoxicación alimentaria… pero no tiene idea de qué más podría ser”.

“Así que podría no estar relacionado con la comida… Considerando estas repetidas solicitudes de retirarnos de nuestro oponente final, el clan Audoc…” Envainó su espada y se frotó la barbilla, pensando.

“Lady Anzu, ¿estás tratando de decir…?”

“Sí, han sido envenenados”, gruñó Anzu. “Explica por qué no se están recuperando”.

El sirviente se armó de valor. “Si su condición no mejora, estamos preparados para tomar…”

“Nah. Renge es una tonta, pero no la derrotaremos enviando una multitud de aficionados, agitando espadas salvajemente”.

“¡Pero eso te deja como nuestra única luchadora! ¿O tienes un as en la manga?”

“¿Un as? Mmm…”

La cara de un chico flotó en su mente.

Se conocieron en la conferencia de reyes en el hotel Reiyoukaku. Él había pulido su espada kodachi con un solo golpe de su tela, afilando la hoja como nueva, todo con la suave sonrisa de un chico de campo tranquilo.

“Lloyd Belladonna, ¿verdad?” Anzu sacó el kodachi en cuestión y lo arrojó a un árbol cercano.

Gracias. La hoja se deslizó dentro del tronco como si estuviera hecha de mantequilla. La hoja era tan afilada que parecía no encontrar resistencia en absoluto.

“Impresionante, Lady Anzu. Pero, ¿qué provocó eso?”

“Tengo una idea de dónde podríamos sacar un as. Tendré que irme de casa por algún tiempo”.

“… ¿Oh? ¿A dónde?”

“Azami. Voy a hacer un poco de exploración”.

“¡¿Exploración?! Lady Anzu, ¿quiere decir que está reclutando personalmente nuevos miembros para unirse al clan Kyounin?”

“Tengo que demostrar que hablo en serio. El rey de Azami también me pidió que le hiciera un favor, así que es el momento perfecto”.

¡Pero es demasiado peligroso! ¡El clan Audoc podría atacarte en el camino!”

“¿Estás preocupado… por mí?” Anzu exhaló, moviéndose por el aire como una hoja en el viento, cortando un árbol cercano.

La hoja pareció atravesar inofensivamente el tronco y ella volvió a envainarla en silencio.

Unos momentos después, el árbol se derrumbó lentamente.

“—! Mis disculpas.” El sirviente hizo una reverencia y Anzu le hizo un gesto con la mano.

“Azami tienen un asesino de dragones y la Princesa del Cinturón Maldito… E incluso si no puedo reclutarlos…”

“¿Qué harás entonces?”

“Entonces tendré que desafiarlos a una ronda de práctica para probar su fuerza. ¡Una vez que hayamos terminado, es posible que vengan rogando por unirse a mi clan!” Anzu sonrió y regresó al templo para cambiarse y empacar para su viaje.

Al verla irse, el sirviente recordó el último golpe y se estremeció.

“La técnica de la espada iai de Lady Anzu es más rápida que el sonido. Y ella tiene el arte secreto, Flores dispersas. Lo siento por cualquiera que rechace su oferta y haya probado sus habilidades…”

Sacudió la cabeza, compadeciéndose de los extraños de una tierra lejana, sin sospechar ni una sola vez que el gobernante en el que había depositado su fe terminaría corriendo a través de Azami, con lágrimas en los ojos.

Después de todo, Azami tenía al niño de la última mazmorra en medio de la nada, portadores de armas y armaduras legendarias y una serie de antiguos enemigos que habían cambiado de bando con sus poderes intactos.

Mientras tanto… en el lado este de Azami, la tierra que el sirviente sin nombre compadecía, dos chicas hablaban sobre el Dominio Ascorbic.

“¿Estás diciendo que un señor demonio podría estar allí?”

Marie llevaba un atuendo extremadamente de bruja: sombrero negro puntiagudo, túnica negra, joyas elaboradas. Frente a ella había alguien que parecía una niña con una túnica blanca con su cabello negro peinado en coletas.

“Mm, y no el que Sou y Eug lanzaron recientemente. Ha estado allí desde la antigüedad, el tiempo suficiente para ser clasificado como una ‘Bestia Sagrada’. Kunlun necesita una nueva bestia guardiana, por lo que podría valer la pena explorarla”.

Alka estaba leyendo un folleto de viajes, tratando de hacer pasar esto como su propio conocimiento. Marie frunció el ceño. Algunas personas querían parecer más inteligentes de lo que eran.

“‘Desde la antigüedad’, pero ¿acabas de notarlo? Quiero decir, eres inmortal y tienes más de cien años. ¡Y eso es un folleto de viajes! ¿Por qué la jefa del legendario pueblo de Kunlun sabe menos que un agente de viajes?”

“Oh, ¿vas por golpes bajos? ¿No has escuchado el modismo Nadie puede ver más lejos con todos estos árboles? Además, eres una princesa, ¡y tampoco lo sabías!”

“¡Es tan increíblemente famoso que nunca se me ocurrió! Y no puede ver el bosque por los árboles. Si estas personas quisieran ver más lejos, simplemente podrían trepar por sus ramas…”

Como esta conversación ya había revelado, Marie la Bruja era en realidad la princesa de Azami y Alka, la jefa inmortal de Kunlun. Como también demostró esta conversación, ambas eran extremadamente inmaduras.

Kunlun había perdido a su bestia guardiana, y Alka estaba a la caza de un señor demonio capaz de reemplazarlo. Al hacerlo, esperaba frustrar los planes de Eug de desatar a todos los señores demonios y doblegar el mundo a su voluntad.

Alka tomó un sorbo de una bebida tan cargada de leche y azúcar que apenas calificaba como “café”.

“Esta Bestia Sagrada es atesorada como el Espíritu Guardián del Dominio, por lo que debería poder conversar fácilmente”.

“¿Vas a cazar al señor demonio de otra persona? … Sabes, no muchos de ellos terminan siendo atesorados…”

La experiencia principal de Marie con los señores demonios había involucrado a uno que casi se apoderaba de su país, así que… ella no era una fanática.

Muy consciente de esa historia, Alka ofreció información complementaria.

“No es ser malvado lo que los convierte en señores demonios. Es más fácil etiquetarlos de esa manera. Se han transformado en criaturas de instinto, impulsados por un anhelo de lo que les falta… así que si eran buenos para empezar, o recuperan algunos recuerdos, es posible que no sean malos. Pero recuperar sus recuerdos podría hacer que algunas criaturas sean peores que cualquier señor demonio…”

“¿Qué recuerdos?”

“Vaya. Básicamente, incluso un idiota puede servir de algo. De todos modos, voy a hacer un trote rápido hacia el océano hacia el sur”.

“Espera, ¿pensé que ibas al Dominio Ascorbic? ¿El océano? Con todo lo que está pasando, ¿vas a ir a la playa?”

Alka pareció indignada. “Me encantaría ir a nadar, pero… escuché que Shouma está haciendo algo. Así que voy a estar en el mar, investigando eso. No sé qué hará a continuación…”

Shouma era un aldeano de Kunlun que se había unido al lado de Eug, y Alka pasó mucho tiempo persiguiendo rumores sobre sus actividades. Ella era como un comerciante que se presentaba para ver cómo estaba la tienda en su día libre.

“Eso suena duro… Tienes mis condolencias”.

“Si tratan a esta cosa como a un espíritu guardián, Eug no podrá hacer mucho por ella. Realmente solo estoy aquí para recargar mi energía de la tierna carne de Lloyd, así que no te dejes llevar demasiado por las simpatías”.

“¡Retrocede! ¡Has alcanzado nuevos niveles de abuela infantil espeluznante!”

La carne tierna realmente no recargaba nada.

Pero Alka había dicho su nombre, así que Lloyd asomó la cabeza fuera de la cocina.

“¿Usted llamó?”

Con la voz tan suave como su sonrisa, Lloyd llevaba un delantal y un plato en equilibrio en sus manos. Había estado ocupado lavándose y tenía algunas pompas de jabón en la cara.

“¡Jadear! ¡Esas burbujas! ¡¿Estás actuando como un torpe?! Si solo fuera crema batida y no jabón para platos… ¡Lo suficientemente cerca! ¡Aquí voy!”

“¡Lloyd! ¡Solo está pidiendo otra taza de café! ¡Negra como la noche!

¡Entregado directamente por sus orificios nasales hasta su cerebro! ¡La única forma de sacarla de esto ahora!”

“Er, estoy confundido, pero… ¡seguro!”

Alka amaba demasiado a Lloyd, y esto a veces la convertía en una pesadilla viviente. Por lo general, le correspondía a Marie contenerla, en lo que se estaba volviendo bastante buena.

“¡Marie! ¡¿Qué se supone que debo lamer ahora?! ¡Tengo que lamer algo!”

“¡Qué terrible obsesión! Toma, lame la savia de este árbol y tal vez te acabe para siempre”.

Incluso al oso hormiguero promedio no le gustaba lamer cosas. ¡Pero ese era nuestra Alka!

“¡Eso es rencoroso incluso para ti, estudiante pródigo! ¿Quién te enseñó a ser tan mala? … De todos modos, será mejor que vuelva al pueblo y empiece a empacar”.

Lloyd volvió con el café. “Jefa”, dijo, “¿te escuché hablar sobre el Dominio Ascorbic? …¿Qué pasa? ¿Estás entrenando allí?”

Definitivamente parecía interesado en los sagrados campos de entrenamiento. Le entregó a Alka su café.

“Lloyd, cuando lo piensas, paso todos los días sin hacer nada más que entrenar. Sí… ¡entrenando para ser tu novia—! ”

“Bien, Maestra, su café negro”.

“¡Blergh! ¡Tan amargo!”

“¿Despierta ahora? Ahora vete a casa, estoy ocupada”.

“… Joder, no sé a quién te pareces. ¡Vendré de nuevo, Lloyd! ¡Mmph-beso- beso!”

Con una ráfaga de besos lanzados y una demostración de gran desgano, Alka se teletransportó de regreso a casa.

Cuando se perdió de vista, Lloyd murmuró: “Los campos de entrenamiento sagrados… Me gustaría visitar el Dominio Ascorbic algún día”.

“Ah, ¿de verdad? Primera vez que lo escucho”.

“Sí, últimamente sigo pensando, quiero ser más fuerte o me gustaría aprender algunas técnicas poderosas”.

“…Eh. Cierto.”

“Sin embargo, estoy seguro de que soy demasiado débil para ser digno de la tierra sagrada. Simplemente se reirían en mi cara y me enviarían a empacar”.

“… Er, no, no veo eso—”

“Oh, lo siento, no quise molestarte. ¡Volveré a estos platos!” Lloyd se escabulló tímidamente de regreso a la cocina.

Cuando se fue, Marie frunció el ceño, sorbiendo su propio café. “Entiendo que crecer rodeado de los héroes de Kunlun le haría pensar que es débil, pero… el Dominio no sabrá qué hacer con él…”

Lloyd había crecido al borde de la civilización, y solo un sobrehumano podría entrenarlo. Así que su sugerencia la dejó un poco perdida. Los programas de entrenamiento del Dominio Ascorbic serían tan útiles para Lloyd como lo sería una mancuerna para niños para el poseedor del récord mundial de la prensa de banco.