Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 10

Extra 1: Mary

“Asegúrate de informar de todo lo que hace tu hermano Jeord.” Le ordené a mi prometido.

“Claro, Mary.” Respondió con dudas.

“En ese caso volvamos a vernos cuando llegue el momento.”

“De acuerdo.”

Me despedí de él y luego subí al carruaje que me llevaría de vuelta a casa.

En cuanto se decidió que acompañaríamos a Katarina en una de sus salidas, utilicé todos mis contactos de la alta sociedad para evitar que Jeord se enterara de nada. No pude evitar que Keith se uniera a la excursión, ya que era hermano de Katarina, ni tampoco Nicol, ya que su hermana Sophia también venía con nosotros, pero esos dos no representaban una gran amenaza de todos modos. El problema era Jeord. Sin duda trataría de llevársela toda para él.

Definitivamente intentaría ir en el mismo carruaje que ella, e incluso podría llegar a preparar uno sólo para ellos dos. Estaba dispuesta a presentar batalla para detenerlo, por supuesto, pero sabía lo difícil que podía resultar. La opción más fácil era ir sin él, pero pedirle que se abstuviera de venir no serviría de nada, así que no tuve más remedio que dejarlo en la oscuridad.

Por muy injusto que fuera para él, el amor en el corazón de una dama no conoce reglas. Esta sería mi primera oportunidad de ver a Katarina en bastante tiempo, y quería disfrutarla al máximo. Por eso había pedido a mi prometido Alan que espiara a su hermano Jeord. Como pago por sus servicios de espionaje, le permitiría unirse a nosotros y a Katarina.

Alan y yo estábamos comprometidos desde hacía algunos años. A pesar de que este compromiso no era más que una formalidad, nos llevábamos muy bien. En todo caso, nos habíamos hecho más amigos que antes. Alan era un hombre sencillo, lo que le hacía fácil de manipular y agradable para pasar el tiempo. Incluso cuando le pedí que espiara a su hermano, accedió sin rechistar.

Jeord nunca aceptaría tan fácilmente una propuesta mía. Siempre que estábamos en la misma habitación, los dos discutíamos. Tal vez nos odiábamos tanto por lo parecidos que éramos, y por eso me alegraba mucho de tener a Alan como prometido.

Mi carruaje llegó a su destino. Al bajar de él, ya estaba entusiasmada con la idea de salir con Katarina dentro de unos días. Seguramente María le iba a llevar dulces, y Sophia le iba a llevar libros. Pensé en lo que podría llevarle para hacerla feliz, y finalmente me decidí por un buen té. Mi corazón rebosaba de ilusión.