Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: Magia Oscura

Parte 3

 

 

Al menos espero que no haya más de una persona como ella.

“Por cierto, se llama Sarah.” Me dijo Larna.

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“¿Sabemos su nombre?”

“Podría ser un nombre falso. No sabemos si tiene un nombre ‘real’.”

“¿Qué? ¿Cómo puede ser eso?” Pregunté, confundida, y sentí que el ambiente de la habitación se volvía más sombrío.

“Larna… ¿Se lo decimos?” Preguntó Cyrus con una mirada seria.

“Ya está demasiado metida en este asunto, y probablemente se va a involucrar aún más.

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Creo que deberíamos.”

“Ya veo. Pero recuerde que es su decisión.” Asintió Cyrus y luego se quedó en silencio.

Su breve intercambio fue suficiente para entender que lo que estaban discutiendo no era nada bueno.

“Voy a contarte nuestras teorías sobre esta chica Sarah. Considera todo esto como alto secreto.” Instruyó Larna, y luego comenzó a explicar.

Habló de los niños retenidos por la familia Dieke, de los experimentos de Magia Oscura realizados con ellos y de cómo sus captores se deshicieron de ellos para evitar ser descubiertos. Oír esto fue doloroso, y las expresiones en los rostros de los que estaban sentados a mi alrededor mostraban que también era doloroso para ellos.

“Todavía no sabemos por lo que ha pasado, dónde vive o qué está tramando ahora. Lo único que sabemos es que hay alguien muy poderoso que le da órdenes. Será mejor que tengas cuidado si te la vuelves a encontrar.” Terminó Larna.

Según su teoría, Sarah había sido utilizada para realizar experimentos de Magia Oscura cuando era niña, y ahora estaba siendo utilizada por otra persona con fines desconocidos. Se suponía que era aterradora y amenazante, pero después de escuchar todo esto no pude evitar pensar en ella como una pobre niña perdida.

***

 

 

“Katarina Claes ha vuelto al Ministerio de Magia, Sarah.” Me informó.

Me sorprendió. No esperaba que volviera tan pronto. Los rumores decían que sus poderes mágicos eran muy débiles, pero tal vez eso no se aplicaba a los de la Magia Oscura.

“No pensé que harías algo tan descortés como usar Magia Oscura en un lugar tan público.” Añadió. Su voz no tenía ninguna emoción, pero su elección de palabras me hizo sentir que me estaba regañando.

“Lo siento.” Me disculpé, y él me miró sorprendido.

“No estaba tratando de regañarte. Sinceramente, sólo estaba sorprendido y quería saber por qué alguien tan frío como tú actuaría de esa manera.”

Al fin y al cabo, no pretendía reprenderme, pero, a pesar de todo, tenía razón: había perdido la calma.

“Después de toda esta interferencia de ella, puede que me haya sentido ligeramente frustrada.” Expliqué.

“Ya veo. Después de todo, se ha vuelto a entrometer contigo. Pero es inútil llorar sobre la leche derramada. Debes estar cansada, así que puedes ir a descansar mientras yo me encargo de las cosas.” Señaló hacia la salida de la habitación.

Bajé la cabeza y me fui. Era la persona más importante del mundo para mí, y hasta ahora nunca le había mentido. Esto no era exactamente una mentira, pero tampoco le había dicho toda la verdad. Estaba frustrada porque Katarina Claes interfería en mi misión, eso era cierto… pero había más.

“Tienes razón, no lo sabría. Siempre he vivido aquí, en este lugar pacífico. No sé nada sobre la violencia y las dificultades… pero eso no significa que no pueda estar de tu lado. Tanto yo como toda la gente del orfanato. Estamos de tu lado, Liam. Aunque no conozcamos tu pasado, podemos intentar comprenderlo. Si sólo extiendes tu mano, la tomaremos.”

Cuando la oí decir esas palabras, sentí que mi corazón palpitaba incómodo, aunque no me estaba diciendo esas cosas.

“Liam, separarse de la felicidad a la que te has acostumbrado es terrible, pero el recuerdo de esa felicidad te dará la fuerza para luchar contra todo. Así que quiero que seas feliz en el orfanato. Estoy segura de que esa felicidad te hará más fuerte.”

Continuó diciendo esto, y sus palabras me trajeron recuerdos que creía haber olvidado para siempre.





***

 

 

Incluso antes de estar atrapada en ese lugar oscuro, nunca fui tan feliz.

Mi padre, que estaba tan ocupado con el trabajo que rara vez volvía a casa, desapareció por completo, y me quedé sola con mi madre. Ella se encerró en sí misma y mis palabras dejaron de llegarle.

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A menudo no teníamos nada que comer, y cuando esto ocurría tenía que recorrer todo el barrio en busca de cualquier cosa comestible para no morir de hambre. Fue en una de esas ocasiones cuando lo conocí. Era un chico de mi edad, agazapado en la hierba alta como si quisiera esconderse.

“¿Qué estás haciendo?” Le pregunté.

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“Me estoy escondiendo.”

Sus ojos estaban llenos de tristeza y me recordaban a los míos.

“¿Puedo sentarme contigo?”

Me miró con sorpresa, pero finalmente me dijo: “Claro”, y me acerqué a él.

Ni siquiera nos hablamos, pero el mero hecho de estar allí, con él, me hacía sentir en paz.

“Tengo que volver a casa.” Dijo el chico una vez más cuando el sol empezaba a ponerse.

“¿Volverás a venir aquí?”

“No lo sé.” Respondió, mirándome con tristeza mientras negaba con la cabeza.

Aunque me lo había dicho, al día siguiente fui al mismo lugar. No estaba escondido en el mismo lugar donde habíamos estado sentados el día anterior, pero seguí buscándolo y finalmente lo encontré no muy lejos.

“¿Puedo sentarme contigo?” Volví a preguntar, y él me miró fijamente, igual de sorprendido que el día anterior, y me dio la misma respuesta. Así fue como nos conocimos.

Empecé a visitar ese lugar todos los días. El niño no estaba siempre allí, pero siempre que estaba me sentaba a su lado. Poco a poco empezó a hablar e incluso a comer algunas de las frutas que yo había encontrado. Me encantaba el tiempo que pasábamos juntos.

Cada vez estaba más demacrado, hasta que en un momento dado, con aspecto de estar muy enfermo, me dijo que no sabía si podría seguir acudiendo allí. El último día que nos vimos, me dio una pequeña flor prensada. Incluso cuando estaba rodeada de oscuridad, la flor, que guardaba en mi bolsillo, siempre me hacía compañía.

***

 

 

Había guardado los recuerdos de todos estos acontecimientos y los había sellado en la oscuridad, donde no tendría que pensar en ellos, hasta ahora. Mi corazón palpitaba y no podía calmarme.

¿Por qué estoy recordando todo esto? Tengo que olvidarlo todo de nuevo, o no podré hacerme cargo de mí misma, pensé, pero los recuerdos no desaparecían.

Me mordí el labio con tanta fuerza que empezó a sangrar.

***

 

 

“Bien, ya he oído suficiente. Si recuerdas algo más, dímelo.” Dijo Larna, y nuestro interrogatorio terminó.

Entre todo lo sucedido y el hecho de tener que ir al Ministerio en un día de descanso, había acabado muy cansada.

“Cyrus y yo tenemos que informar a los superiores, así que nos pondremos en marcha.

Raphael, María, vuelvan a sus departamentos. Puede volver a casa ahora si quiere, Lady Katarina.” Añadió.

Cuando Raphael se iba, le llamé para darle las gracias.

“¡Quién sabe lo que habría pasado si no fuera por el hechizo que me enseñaste! Y lo que pensaste sobre Liam también fue acertado. Gracias a ti encontré las palabras que necesitaba para ayudarlo. Eres increíble, Raphael. Gracias.”

“No necesitas agradecerme. Tú fuiste la que utilizó el hechizo y la que salvó a Liam. Tú eres la increíble.” Respondió con una sonrisa amable en el rostro.

Al igual que María y Cyrus, Raphael también era del tipo muy humilde. Seguramente respondería de la misma manera por mucho que le alabara.

“Al menos déjame darte esto para mostrarte mi gratitud.” Le dije, entregándole una bolsa de papel.

“¿Qué es esto?” Preguntó sorprendido.

“Son las galletas que nos dieron los niños del orfanato. ¡Nos dieron muchas! Por favor, toma algunas. Gracias por todo, Raphael.” Le dije, bajando la voz, y él se sonrojó.


Nos separamos de Raphael y María. Después, Jeord, Keith y yo nos dirigimos a la sala donde me esperaban los demás.

“Parece que Raphael y tú se han hecho muy amigos.” Comentó Jeord por el camino.

“¿Hmm? ¿Qué estás tratando de decir?”

“Nee-san.” Se unió Keith. “Yo también me sorprendí. Esas lecciones de magia que estás tomando… ¿Están solos cuando él te enseña?”

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Me encontré con que me cuestionaban desde ambos lados.

“Por supuesto. Al fin y al cabo es magia prohibida, así que muy poca gente puede conocerla. ¿Eso es tan raro?” Pregunté, y ambos suspiraron.

“Por supuesto, ella está perdiendo el punto por completo. Dicho esto, dudo que Raphael

Wolt actúe de forma descortés… Espero.”

“Creo que se puede confiar en él… probablemente. Y, Nee-san, ya te lo he dicho muchas veces, pero deberías ser más consciente de ti misma como dama.”

Jeord y Keith terminaron advirtiéndome de manera un poco ofensiva.

Pensé que Raphael era la última persona del Ministerio contra la que había que advertir, pero también me di cuenta de que contradecirles sería una pérdida de tiempo.

“Bien, tendré cuidado. Oh, aquí estamos.” Dije y entonces llamé a la puerta de la habitación donde estaban Mary y los demás.

“¡Te estaba esperando!” Mary vino a abrazarme en cuanto entré en la habitación.

“¡Siento haberte hecho esperar!” Me disculpé, pero ella negó con la cabeza.

“No hay necesidad de disculparse. Esperarte fue nuestra decisión.” Afirmó, y los demás asintieron.

“Entonces, ¿podemos saber qué ha pasado hoy? He oído que has acabado en una situación bastante peligrosa.” Me preguntó Nicol con una mirada muy seria.

“Bueno…” Empecé a explicar todos los acontecimientos del día, excepto los detalles sobre Sarah que habíamos escuchado de Larna. Jeord y Keith también me ayudaron.

“Esto debe haber sido muy agotador para ti.” Comentó Sophia al final, y no pude evitar estar de acuerdo.

“Lograste volver ilesa después de que te lanzaran un hechizo de Magia Oscura… Eso es impresionante.” Comentó Nicol, sorprendido.

“Me alegra mucho ver que está bien.” Añadió su hermana pequeña con una sonrisa.

“¿Quién iba a saber que existía un hechizo así? Tengo que reconocer que has mantenido la calma y has utilizado la magia que tienes a tu disposición para salir de los problemas, Katarina.” Me dijo Alan, que parecía realmente impresionado.

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“En absoluto. Al principio tenía mucho miedo, hasta que descubrí que el príncipe Jeord y Keith estaban conmigo. Si no fuera por ellos, no lo habría conseguido.”

Si hubiera estado atrapada sola dentro de esa niebla oscura, no creo que hubiera salido sana y salva. Estaba realmente agradecida por su presencia.

“Así que, es decir… que estuviste atrapada junto a estos dos, y nada menos que en un lugar oscuro. ¿Te pasó… algo?” Preguntó Mary de una manera inusualmente incómoda.

“En absoluto. No estoy herida en ninguna parte. Ni siquiera un rasguño.” Consolé a mi preocupada amiga.

“Hmm, no, no es eso a lo que me refiero. Quiero decir… ¿te hicieron algo esos dos?”

“¿Eh?” Ladeé la cabeza, sin saber qué quería decir.

Jeord y Keith hablaron al mismo tiempo.

“Mary, por favor. El lugar estaba demasiado oscuro para hacer algo. Por supuesto, un caballero como yo nunca soñaría con hacerle algo impropio a ella.”

“¡Claro que no, Mary! Nunca haría algo así.”

Los ojos de María parecieron oscurecerse ligeramente.

“Discutiremos la definición de ‘caballero’ en otro momento.” Espetó. “Pero por el momento, no puedo evitar recordar ciertos rumores de la alta sociedad sobre cómo, de hecho, a menudo actúas de forma impropia sin importar el lugar o la situación.”

“¿Dónde has oído rumores como esos?” Murmuró Alan, rascándose la cabeza.

“Katarina, no te dejes engañar por esos rumores infundados. Soy un caballero y nunca te haría nada. Estás a salvo conmigo.”

“Oh, um, claro.” Respondí a pesar de no tener absolutamente ninguna idea de lo que estaban hablando.

Jeord me ofreció su mano, e instintivamente fui a tonarla, pero Keith se interpuso rápidamente entre nosotros.

“Yo diría que no está segura contigo, Príncipe Jeord.”

“Que palabras más graciosas, Keith, viniendo de alguien que dice ‘nunca haría algo así’ y que, sin embargo, se aprovechó de la oscuridad para que Katarina le tocara en quien sabe qué lugar.”

“E-Eso fue sólo ella moviendo sus manos, y yo no…”

“¡¿Maestro Keith?! ¿Estabas mintiendo? ¡¿Esa timidez tuya es sólo una fachada para ocultar tus fechorías?!”

“¡No, Mary, por favor, escucha!”

“Maestro Keith… No esperaba tal comportamiento…”

“Me siento traicionada, Keith.”

“¡Sophia! ¡Maestro Nicol! ¡Juro que esto es un malentendido!”

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“Lo siento por ti.”

“¡Príncipe Alan! ¡¿Qué se supone que significa esa mirada?! ¡Todos ustedes están malinterpretando esto!”

Otome Game no Hametsu Flag Volumen 10 Capítulo 6 Parte 3

 

Verlos a todos charlando con su habitual amabilidad me hizo sonreír. Pensar que estaba sola en ese lugar oscuro, bajo un hechizo de Magia Oscura, había sido aterrador. Saber sobre el personaje secreto de FL2 y la potencial perdición que me esperaba lo hacía aún más aterrador… pero tener a Jeord y a Keith a mi lado lo hizo todo mejor, y ahora tener a mis amigos rodeándome así aumentaba aún más las buenas vibraciones.

“Quiero que todos ustedes estén siempre a mi lado.” Murmuré para mí, pero de alguna manera todos me oyeron.

“Por supuesto. Yo, Mary Hunt, estaré siempre a tu lado. La próxima vez, también iré contigo a la niebla oscura.”

“Supongo que puedo estar allí también si realmente quieres.”

“Por supuesto, yo también estaré contigo.”

“Eso no hace falta ni decirlo, también estaré allí.”

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“Estaré a tu lado para siempre, mientras lo desees.”

“Nunca te dejaría, Nee-san.”

“Te seguiría a cualquier parte, Katarina.”

“Gracias a todos.”

No sabía lo que me esperaba… pero sabía que estaría bien.

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