Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 12: El Amanecer de una Nueva Era

Capitulo 12: Dragonantes

Parte 9

Al día siguiente, le di a Shirin su regalo. Desafortunadamente, eso puso a Friede de mal humor.

“Papá…”

“Llámame padre. Estamos en medio de una ceremonia importante.”

Shirin estaba sentado en una pose formal frente a mí, con la espalda erguida. Era bastante difícil para él doblar las piernas debajo de él gracias a su cola, pero Shirin estaba enamorado de la cultura de Wa y quería hacer todo lo que hacían sus guerreros.

“Tío, acepto humildemente tu regalo. Estoy profundamente agraciado por recibir unas espadas tan valiosas”, entonó Shirin. Había memorizado las palabras, pero tuvo un traspié y dijo agraciado en lugar de agradecido.

Friede me hizo un puchero y dijo, “¡Padre, yo también quiero un regalo de Wa!”

“¿Qué tipo de regalo?”

“¿Un castillo, tal vez?”

Pide algo realista. No creas que obtendrás todo lo que quieres solo porque eres la hija de la Señora Demonio. Imité la pose formal de Shirin y le di a Friede una mirada severa.

“Te di un vestido en tu séptimo cumpleaños, ¿no?”

“¡Pero las espadas son mucho más geniales!”

“No te voy a dar una espada.” Negué con la cabeza con firmeza. “No son juguetes ni adornos. Las espadas son la herramienta de un guerrero. Existen para proteger su vida y la de sus compañeros. Y el camino de la espada es un viaje sin fin al que debes dedicar toda tu vida.”

Shirin asintió. La mayoría de los dragonantes eran estoicos, pero Shirin había sido influenciado mucho por Friede y ahora era bastante expresivo.

Miré a los ojos brillantes de Shirin y dije, “Shirin ha recibido un entrenamiento severo desde que era un niño y está calificado para empuñar una espada. Sabe cuándo no debe desenvainar sus espadas y a quién no debe apuntarlas nunca. Solo aquellos que han aprendido estas lecciones son aptos para poseer una espada. Los aficionados no merecen una.”

Friede pareció desconcertada y después de un breve silencio murmuró, “Tú…”

“¿Sí?”

“Tienes razón…” Ella asintió solemnemente. A pesar de su corta edad, era sorprendentemente comprensiva. Friede no podía usar una espada, arco o lanza. Luchaba con frecuencia con los otros niños hombres lobo y estaba aprendiendo a montar a caballo con Airia, pero no había practicado con ningún arma. Ella misma no estaba muy interesada en aprender a pelear con ellas.

“Si quieres una espada, Friede, primero debes practicar cómo usar una.”

“Biiiiien”, dijo Friede con un movimiento de cabeza reacio.

Ambos sabemos que no vas a aprender a usar una espada. Ella se inclinó ante Shirin y salió de la habitación y yo me volví hacia él.

“Lamento que mi hija siempre te esté molestando.”

“¡E-Está bien!” Shirin respondió con un apresurado movimiento de cabeza. “Friede es muy fuerte y es mayor que yo. Ella sabe un montón de cosas y…”

“¿Y?”

“Y creo que ella es asombrosa. Ella siempre me sorprende de alguna manera.”

Lo siento. Menos mal que eres un niño tan paciente.

“Gracias por ser amigo de Friede. No estoy seguro de que alguien más sea capaz de seguir su ritmo. Todos los niños hombres lobo aún no pueden transformarse, por lo que no tienen ninguna oportunidad cuando se trata de competencias físicas.”

La mayoría de los hombres lobo aprendían a transformarse cuando llegaban a la pubertad. Había casos atípicos en los que algunos ya habían nacido en su forma de hombre lobo, pero al igual que los polluelos aprenden a volar observando a todos los pájaros adultos que los rodean, los hombres lobo aprenden a transformarse observando a su manada.

Shirin sonrió torpemente y respondió, “Friede es increíblemente fuerte, por lo que suele ser ella la que me entrena a mí y no al revés.”

“Esa humildad la has heredado de tu padre. Estoy orgulloso de ti como tío.”

“M-Muchas gracias.”

Shirin bajó la mirada, moviendo la cola de un lado a otro con energía. Por lo que parece, se estaba convirtiendo en un puente no solo entre los dos grandes clanes dragonantes, sino también en un puente entre los dragonantes y los humanos. También había heredado el emplumado de su madre y todos los demás dragonantes lo consideraban muy guapo. Se decía que sus escamas eran del color del amanecer y muchas de las mujeres dragonantes mayores estaban enamoradas de él. Si bien no estaba muy familiarizado con la cultura dragonante, sabía que todos lo amaban.

Le expliqué a Shirin el significado de las inscripciones en sus nuevas espadas, lo que lo hizo llorar. Él realmente era una raza rara de dragonante con la facilidad con la que dejaba ver sus emociones. Pero a pesar de lo emocionado que estaba, seguía siendo humilde y analizaba la mayoría de las cosas con lógica. Era casi injusto lo perfecto que era. Baltze y Shure realmente lo estaban criando bien.

“Si tan solo nuestra hija fuera la mitad de obediente…” dije con un suspiro y crucé los brazos. Friede era demasiado salvaje para su propio bien. Hablando de eso, ¿a dónde fue?

***

—La Aventura de Friede—

“Bien. Solo iré y se lo pediré al tío Mao”, dijo Friede con un puchero mientras caminaba por el nuevo distrito comercial de Ryunheit. Muchos inmigrantes de Wa vivían y trabajaban aquí, lo que le daba al área un ambiente exótico. Veight era un gran admirador de este distrito, razón por la cual Friede también pasaba mucho tiempo aquí.

“A papá y a Shirin les gustan mucho las espadas, la ropa y esas cosas de Wa… Bueno, creo que también son geniales, pero…”

Mao era una figura influyente en esta área, que había sido apodada Watown. Como Veight era un buen amigo de Mao, Friede también lo conocía. Él siempre le daba regalos y por eso le agradaba, pero por alguna razón su padre siempre fruncía el ceño cuando Mao le traía un regalo. La tienda de sal que manejaba Mao estaba ubicada en las profundidades de Watown. Había varios bares y restaurantes a su alrededor y era básicamente la sección turística de la región.

“Esta es la tienda de Mao y esa también lo es. ¿Creo que la de allí también le pertenece?” murmuró Friede, recordando lo que Mao le había dicho mientras miraba alrededor de la calle.

Unos segundos más tarde, se detuvo repentinamente. Había un olor fétido en el aire. Era el olor que despedía el sudor humano cuando alguien tenía miedo. Normalmente, los hombres lobo encontraban este olor agradable ya que significaba que su presa estaba cerca, pero a Friede no le gustaba. Había múltiples aromas mezclados, lo que significaba que mucha gente tenía miedo. Todas eran chicas jóvenes también.

“¿Aquí?” Friede se dijo a sí misma, deteniéndose ante un edificio extravagante que tenía las puertas cerradas. Los pilares rojos adornaban la entrada, haciendo que el edificio se sintiera diferente y especial. Pero no había ningún letrero que dijera para qué era este edificio. Friede tampoco podía decir el propósito del edificio, pero una persona mayor se habría dado cuenta de que era un burdel.

“¿Hm?”

Cuando Friede ladeó la cabeza, un grupo de hombres que merodeaban por la entrada se acercó a ella.

“¿Qué quieres, enana?”

Friede abrió la boca para protestar, pero luego se dio cuenta de que estos hombres eran dos veces más grandes que ella, así que no se molestó. Era el tipo de persona que aceptaba la verdad tal y como era. En cambio, dijo, “¿No huele un poco raro aquí?”

“¿Eh?”

Los hombres intercambiaron miradas confusas, pero luego decidieron ahuyentar a Friede en lugar de seguirle la corriente.

“No huelo nada. Ahora lárgate.”

“Pero hay muchas chicas aquí, ¿verdad? ¿Por qué están todas tan asustadas?” preguntó.

Ante eso, las expresiones de los hombres se pusieron tensas.

“¿Qué diablos pasa con esta niña…?”

“Oye, mocosa, ¿qué sabes?”

“Solo déjala, hombre.”

El hecho de que se negaran a responder a sus preguntas hizo que Friede sospechara. Pensó que no le dirían nada incluso si preguntaba, así que miró hacia arriba.

“Nos vemos”, dijo y saltó al segundo piso. No necesitaba escaleras ni puertas. Entrar por una ventana del segundo piso era mucho más fácil. Como era de esperar, la ventana a la que había ido no estaba cerrada.

“¡¿Eh?! ¡¿A dónde fue esa mocosa?!”

“¡Ella saltó! ¡Mira, está en el segundo piso!”

“¡Mierda, que alguien la atrape!”

Escuchar la conmoción abajo hizo que Friede se emocionara. Definitivamente, estos tipos son malas personas. Su intuición estaba en lo cierto. Había varias chicas acostadas en la cama y los sofás cercanos en la gran habitación en la que Friede había entrado. Todas llevaban kimonos de alta calidad y joyas caras. Pero por alguna razón, ninguna de ellas había reaccionado cuando Friede intervino.

“Umm… ¿Hola?”

Nadie respondió. La puerta del otro lado se abrió de golpe y un hombre de mediana edad irrumpió en la habitación.

“¡Es ella, jefe!”

“¡¿Qué tipo de guardias son?! ¡¿Ni siquiera pueden mantener a una niña fuera?!”

“¡¿Qué querías que hiciéramos?! ¡Saltó al segundo piso!”

El hombre que hablaba con el “jefe” era el mismo que Friede había visto abajo. Los otros estaban con él y se abrieron paso en la habitación.

“¡Que alguien la eche!”

Los hombres corpulentos se abalanzaron sobre ella, pero Friede se limitó a mirarlos.

“No me toquen, pervertidos.”

Los hombres no eran en absoluto lentos, pero Friede los esquivó con facilidad. Su visión cinética era tan buena como la de cualquier hombre lobo, por lo que parecía que se movían en cámara lenta para ella. Bailó entre los hombres, escapando fácilmente de sus agarres.

“¡Maldita sea! ¡¿Quién diablos es esta chica?!”

“Bien, vamos a matarla”, gruñó uno de los hombres, desenvainando el cuchillo en su cinturón. “Ella ya ha visto demasiado. No podemos dejar que se vaya viva. ¿No es así, señor Pokus?”

“Supongo… ¿Y no te dije que no usaras mi nombre?” murmuró molesto el hombre de mediana edad.

Friede podía decir por su olor que estos hombres hablaban en serio. Y eso despertó sus propios instintos. Ella no tenía miedo. Un grupo de humanos no era rival para ella. De hecho, estaba emocionada. Esta era su oportunidad de acabar con algunos chicos malos.

“No creas que voy a ir fácil contigo solo porque eres una niña”, dijo el atacante con el cuchillo, cargando hacia adelante. Sus movimientos eran ágiles e impredecibles; estaba claro que había peleado una buena cantidad de batallas. Pero tales fintas solo eran útiles contra oponentes humanos. Se lanzó hacia adelante con su cuchillo, atacando con un ritmo confuso al que normalmente sería imposible reaccionar. Un humano normal habría sido apuñalado hasta la muerte, pero Friede no era ni normal ni humana.

“¡¿Qué diablos?!”

Usando su visión mejorada y sus habilidades atléticas, Friede pudo agarrar fácilmente el brazo del hombre.

“Pervertido”, dijo mientras lo lanzaba hacia atrás. Golpeó el suelo con tanta fuerza que quedó inconsciente. Eso conmocionó a los otros hombres e hizo que guardaran silencio. Sus expresiones se endurecieron y también sacaron sus cuchillos. Su animosidad era tan densa que Friede casi se atragantó con el hedor.

“¿Oh?”

Están empezando a asustarme, así que debería deshacerme de ellos rápidamente. Había un pequeño brote de miedo en ella ahora, pero a fin de cuentas estos tipos seguían siendo humanos. Friede respiró hondo y desató su arma secreta…

“¡AWOOOOOOOO!”

Soul Shaker. Ya no funcionaba con Isabelle, que había practicado resistirlo durante años, pero era eficaz contra todos los demás humanos. Incluidos los de aquí.

“¡¿Whoa?!”

“Qué…”

“No puedo moverme…”

Friede se regocijó por la emoción de la victoria cuando vio a sus oponentes congelarse. Estarían paralizados por unos segundos, lo que significa que estaban completamente a su merced.

“¡Oh, sí! ¡Huyan mientras tengan la oportunidad, chicas!” gritó Friede, recordando a las chicas secuestradas. Pero sus expresiones permanecieron en blanco y no se movieron.

“¡Dense prisa! ¡No hay mucho tiempo!”

Intentó sacudir a una de ellas, pero no obtuvo respuesta. Desafortunadamente, los preciosos segundos que perdió le dieron tiempo a sus enemigos para recuperarse.

“¿Qué fue eso?”

“¿Fue magia, señor Pokus?”

“No, eso no fue magia. Me pareció más bien el poder de un demonio. Esa mocosa parece humana, pero es una especie de demonio”, escupió el hombre de mediana edad llamado Pokus. Extendió la palma de la mano hacia Friede, con cuidado de mantener cierta distancia entre ellos. “¡Sométete!”

“¡¿Ngh?!”

Sintiendo el peligro en la palma de su mano, Friede corrió hacia el pasillo. En el momento en que lo hizo, se dio cuenta de que habría sido más inteligente saltar de nuevo por la ventana. Todo el edificio era un atrio, por lo que Friede pudo saltar del pasillo al primer piso. Intentó salir corriendo por la entrada principal desde allí, pero su cuerpo no se movió. Por alguna razón, no quería salir. La salida la asustó. Friede no se dio cuenta, pero la razón por la que tampoco se había escapado por la ventana antes era porque la magia estaba jugando con sus pensamientos.

Una voz gritó desde arriba, “¡Esa mocosa es resistente a la magia de control mental! ¡Que alguien le dispare con un Blast Rifle!”

“¿Está seguro de que quiere usar eso aquí, jefe?”

“¡No es como que podamos seguir haciendo negocios aquí de todos modos!” Pokus apuntó con su propio Blast Rifle mientras gritaba. “¡Todo este pueblo se puede ir a la mierda! ¡Toma esto, mocosa!”

Una bola de luz se dirigió hacia Friede. Sus movimientos estaban embotados debido a la magia, pero en un acto de desesperación, se quitó el abrigo. Era su abrigo lo que le impedía absorber pasivamente el mana de su entorno. Con sus ataduras removidas, pudo absorber el mana de la bala que iba a toda velocidad. Pero a diferencia del mana ambiental a su alrededor, la cantidad de mana en la bala estaba muy concentrada. No pudo absorber la totalidad del mana contenido en su interior y parte del mana aún le infligió daño.

“¡¿Ngh?!”

Apenas logró mantenerse en pie, pero el hecho de que todavía estuviera viva fue un shock para sus enemigos.

“¿Ella también puede resistir Blast Rifles?”

“¡Es un maldito monstruo! ¡Definitivamente es un demonio!”

“¡Sigan disparando! ¡Acaben con ella!”

Numerosas personas en el primer piso también sacaron Blast Rifles y comenzaron a disparar a Friede desde todos los lados.

“¡Ay! ¡Deténganse! ¡Oigan!”

Friede no era una maga, por lo que no podía hacer nada con el mana que estaba absorbiendo. Y aunque el daño era leve, las balas comenzaban a desgastarla. No tenía forma de montar un contraataque ya que no podía lanzar múltiples Soul Shakers en rápida sucesión. Además, no sabía cómo controlar el flujo del mana circundante como lo hacía Veight. Tampoco podía correr debido a que todavía estaba afectada por la magia de control mental.

Después de unos segundos de ser bombardeada, Friede cayó de rodillas. Su visión se volvió borrosa y roja. Una ola de miedo atravesó la densa neblina en la que estaban sus pensamientos.

“¿Eh? Estoy…”

…¿A punto de morir? Si muero, no podré volver a ver a mamá y papá… Un escalofrío recorrió la columna de Friede y un segundo después su dolor desapareció. Ella pensó que había muerto, pero sus enemigos seguro que no.

“¡¿Qué diablos?!”

“¡¿Nuestras balas no están impactando?!”

Friede miró hacia arriba y vio que las balas de todos giraban a su alrededor. Se movían tan rápido como cuando fueron disparadas por los Blast Rifles de los enemigos, pero solo giraban sin darle a ella. Finalmente, disminuyeron su velocidad y su brillo se desvaneció. La luz residual creó un rastro brillante que se dirigía hacia la entrada del burdel. Todos se volvieron y vieron que habían volado las puertas dobles.

“¿Ella pidió refuerzos?”

“No lo sé, ¡pero sigan disparando!”

Todos en el primer y segundo piso levantaron sus armas. El hombre de pie en la entrada era Veight, vestido completamente de negro.

“¿Papá…?” susurró Friede.

Una ráfaga de balas de luz salió disparada hacia él, pero Veight avanzó a grandes zancadas a través de ellas. Todas las balas impactaron, pero no hicieron nada para frenarlo.

“¡¿Qué diablos pasa con ese tipo?! ¡Las balas tampoco funcionan con él!”

“Oye, jefe, estos Blast Rifles son los mismos que usa el ejército de Rolmund, ¿verdad? ¡¿Qué diablos está pasando aquí?! ¡Tú fuiste el que los cargó con mana!”

“¡N-No lo sé! Ese tipo está absorbiendo mi mana… “Pokus se calló de repente, dándose cuenta de algo. “N-No me digas… ¡¿Eres el Rey Negro de los Hombres Lobo?!”

En respuesta, Veight se transformó en su forma de hombre lobo de pelaje negro.

“¡Aaaaaaaaah!”

“¡¿E-E-Es un hombre lobo?!”

“¡Es el monstruo que mató a cuatro mil hombres!”

“¡Disparen! ¡Dispárenle con todo lo que tengan! ¡No pueden dejar que se vaya con vida!”

El aluvión de balas era prácticamente un rayo de luz interminable, pero Veight permaneció imperturbable. Cada bala tenía el poder suficiente para atravesar un casco de acero, pero no le hicieron nada. Finalmente, los rifles se quedaron sin mana y la tormenta de luz se detuvo. Pokus era el único mago del grupo, así que nadie más podía recargarlos. En el silencio que siguió, Veight se acercó a Friede y se puso frente a ella para protegerla. Le dio unas suaves palmaditas en la cabeza y luego enseñó los colmillos a los hombres que la habían atacado.

“El gran lobo feroz está aquí.”

***

Unos minutos antes, Mao me había puesto al corriente de la situación en Watown.

“Creo que te dije antes cómo estos hombres habían conseguido Blast Canes.”

“Sí, consiguieron algunos de los últimos modelos de Rolmund, ¿verdad? ¿Descubriste cuántos o por qué los querían?”

Aparentemente, cuando varios criminales de Rolmund habían huido a Meraldia, habían traído consigo una gran cantidad de contrabando robado. Me sorprendió bastante cuando me enteré de eso.

“No sé exactamente cuántos lograron conseguir, pero sí sé que solo tienen un mago capaz de cargarlos. Hice que Kite me ayudara a investigar quién podría ser y…” Mao se calló, luciendo molesto.

Realmente no te llevas bien con Kite, ¿eh? No era nada sorprendente, teniendo en cuenta que Kite era un destacado funcionario del gobierno y Mao era un comerciante tan corrupto como ellos.

“Su nombre es Pokus. Solía ​​tener un puesto bastante pintoresco cuando el Senado estaba a cargo. De hecho, era uno de los superiores directos de Kite. Es uno de los raros magos que pueden usar magia mental, pero el consejo se negó a contratarlo debido a su despreciable comportamiento.”

Hojeé el informe que me entregó Mao, echando un vistazo a todas las transgresiones pasadas de Pokus. La mayoría de los magos que trabajaban para el Consejo de la Mancomunidad originalmente trabajaban para el Senado. Como resultado, los consejeros tenían un buen conocimiento de quién había abusado de su autoridad en ese entonces.

“La función principal de la magia mental es controlar a otras personas”, dije. “Cualquiera que use eso para el mal podría salirse con la suya con muchos crímenes atroces.”

“Se las arregló para colarse en Watown gracias a esa desagradable magia suya. Hice que algunos de mis hombres siguieran a los suyos cada vez que venían a negociar, pero nunca consiguieron encontrar el escondite del grupo.”

El ejército de guardaespaldas privados de Mao parecía una pandilla de matones a sueldo, pero todos eran gente sorprendentemente buena y, además, disciplinada. No había escuchado nada más que cosas buenas sobre ellos de parte de todos, por lo que hubo momentos en que incluso el Consejo de la Mancomunidad les encargaba asuntos oficiales.

Mao dejó escapar un suspiro de cansancio. “He prohibido expresamente a cualquier persona importar drogas, esclavos y armas prohibidas. Pero hay algunas personas que simplemente no escuchan.”

Esas no sonaban como las palabras de un comerciante corrupto, pero conocía bien a Mao.

“Sobornarás a todos bajo el sol, Mao, pero sé que tú mismo no aceptas sobornos y no toleras ningún comercio que perjudique directamente a las personas. Por supuesto, no todo el mundo tiene tantos principios como tú.”

“Oh, ¿es un elogio lo que escucho?”

“Un elogio a regañadientes, pero sí.”

Mao no tenía reparos en sobornar a los que estaban en el poder, así que necesitaba mantener un cierto nivel de distancia profesional con él o sentaría un mal precedente. Puede que tenga principios, pero sigue siendo un sinvergüenza. Aun así, al menos es un estafador en el que puedo confiar.

“Este distrito está condenado a tener algún tipo de submundo criminal hagamos lo que hagamos, así que puedo dejar que un criminal con el que puedo negociar controle ese submundo.”

“Eso definitivamente no es un elogio.”

Si quieres que te felicite, cambia tus métodos. En ese momento, un miembro del escuadrón de Monza se coló en la habitación. Tanto mis hombres lobo como los guardaespaldas de Mao eran responsables de mantener la paz en la ciudad, así que todos se conocían. Nadie se molestaría en detenerlo para ver si estaba bien dejarlo entrar.

“Jefe, tengo malas noticias.”

Mientras decía su informe, tanto Mao como yo gritamos “¡¿Qué?!” simultáneamente. Luego salí corriendo de la habitación y me dirigí directamente al burdel.