Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 4

Capitulo 6: Después Feliz Para Siempre

Parte 2

“Parece que eso es lo último”.

“Sí.”

Dos días después del funeral de Ares, Rit y yo finalmente habíamos limpiado nuestra tienda. Si hubiéramos hecho todo el trabajo nosotros mismos, habríamos tardado mucho más, pero afortunadamente, habíamos recibido mucha ayuda. Estaban los artesanos que habíamos contratado, por supuesto, pero Ruti, Tisse, Gonz, Tanta, Mido, Nao, Dr. Newman, Stormthunder, Oparara, Al, Ademi, amigos del Gremio de Aventureros y algunos guardias fuera de servicio, también.

Durante el banquete de agradecimiento que Rit y yo realizamos para todos, presenté a Ruti como mi hermana pequeña y la pasamos muy bien.

A decir verdad, lo último de la limpieza fue la limpieza después de la celebración, no el alboroto de Ares.

“Haaah”. Rit suspiró, frustrada. Había estado así desde que descubrimos que habían saqueado nuestra tienda. “Si Ares todavía estuviera vivo, realmente le haría pagar por esto”, murmuró mientras comenzaba a hacer shadowboxing.

Me reí entre dientes y le di a Rit el té que había hecho para ayudarla a relajarse. “Toma, bebe un poco de esto. Deberíamos acostarnos antes de que pase mucho tiempo”.

“Sí.”

Eso fue suficiente para que ella se sentara, al menos. Parecía que finalmente se estaba asentando.

“… La cama…”, susurró Rit mientras miraba la taza. “¿Hn?”

“Él destruyó nuestra cama”.

“Ah sí…”

No era exactamente inaudito que las damas aristocráticas escondieran cartas dentro de sus sábanas. Ares estaba convencido de que yo estaba en contacto secreto con Ruti por algún nefasto propósito. Había destruido nuestra cama, buscando evidencia inexistente de conspiración.

Obviamente, incluso si hubiera estado en contacto con Ruti, no había forma de que Rit o yo hubiera escondido los mensajes en un lugar como ese. Solo fue para mostrar cuán desesperado había estado Ares.

“Esa era nuestra cama…” La voz de Rit tembló mientras bajaba la mirada hacia la taza en sus manos.

“Rit…”

Esto la molestó mucho más de lo que pensaba. ¿Por qué?

Me acerqué a ella y ella se apoyó en mi hombro.

“A veces, por la noche, cuando es hora de ir a dormir, me asusto mucho, mucho”, admitió Rit en un tono apático que se sentía muy diferente a ella.

“¿Asustada?”

“Empiezo a preguntarme si todavía estarás allí cuando me despierte por la mañana”.

“No seas tonta”.

“Pero Danan… él también comprende lo increíble que eres tú. No soy solo yo. Todos necesitaban tu fuerza. Tú eres la Guía. Mientras estés allí, todo estará bien”.

“Mi bendición no es tan asombrosa. Aparte de empezar con un nivel alto, no tiene nada especial. No hay habilidades inherentes y los impulsos son completamente menores. Ni siquiera puedo usar magia o artes marciales”.

“No, no lo digo en el sentido de la bendición en sí. Lo más importante no son las habilidades ni los impulsos. Eres tú.” Rit me miró directamente a los ojos. “Tú, Red el Guía, eres increíble. La combinación de la vida que has llevado y tu bendición te han convertido en el tipo con el que todos cuentan”.

“Quizás…”

Mi bendición existió para proteger a la Heroína durante los primeros pasos de su viaje. Como tal, me había instado a mantener a salvo a la Heroína. Sin embargo, el poder de una bendición era proporcional a la fuerza de sus impulsos, y los Guías eran increíblemente débiles. Ni una sola vez en mi vida había sentido que mi bendición me estaba manipulando. No había forma de que estuviera destinado a dirigir a nadie más que a Ruti.

Aun así, tal vez Rit tuviera razón. Se me había concedido el poder en parte para cumplir mi papel de guiar a Ruti, y también había hecho un esfuerzo significativo por mi cuenta para ese mismo fin. Esa experiencia me puso en una posición en la que estaba calificado para apoyar a otras personas además de mi hermana pequeña. Cuando realmente lo pensé, me pareció obvio. Sin embargo, en un mundo donde las Bendiciones Divinas eran el centro de la vida de la mayoría de las personas, la opinión de Rit era poco común.

“Ese es el Red que conozco. Él es quien me mostró el camino en Loggervia cuando todavía era muy terca, todo lo que hice falló y caí en la desesperación. Pero era engreída, pensando que era la única que entendía ese lado tuyo”. Los ojos de Rit vacilaron mientras me miraba.

“Por eso… cuando llegó Danan… Bueno, siempre estuvo tan obsesionada con derrotar al señor demonio… Cuando escuché que había detenido su búsqueda para buscarte… me di cuenta de que todos en el grupo debían haber entendido lo valioso que eras. Me alegraba, pero también me aterrorizaba. Ya no era la única. Una parte de mí temía que no me necesitaras a tu lado”.

“…”

“Entiendo que esta vida juntos es algo que tú también quieres. Realmente lo entiendo. Pero todavía tengo tanto miedo de que te vayas para guiar a alguien más. No sé cuánto tiempo lloré cuando te fuiste en Loggervia. Logré superarlo entonces, pero no sé qué haré si te vas ahora”. Rit agarró mi mano con las suyas como si se aferrara a mi vida. “Este edificio… y esa cama… eran nuestros. Guardaban todos los recuerdos de nuestra convivencia en Zoltan. Entonces, cuando todos fueron destrozados así… fue como si hubieras perdido tu lugar al que llamar hogar…”

“¡Estás completamente equivocada!” Incluso me sorprendió lo intensa que fue mi respuesta, pero no pude contenerme. Al ver a Rit congelarse en estado de shock, lamenté el arrebato, pero no podía dejar que sus palabras se fueran sin explicar mis sentimientos. “Te has equivocado, Rit”.

“¿C-Cómo es eso?”

Me levanté de mi silla y me arrodillé frente a Rit. Yo era más alto, así que cuando la abracé normalmente, mi cabeza estaba por encima de la de ella. Sin embargo, abajo así, estaba mirando su rostro mientras se sentaba en su silla.

“¿R-Red?” Estaba confundida cuando envolví mi mano alrededor de su cintura sin decir nada. Luego la abracé, apretándola fuerte mientras enterraba mi cabeza en su pecho.

“Te necesito, Rit.”

Estaba preocupada de que pudiera irme porque alguien más me necesitaba, pero se había olvidado de que también fue al revés. La deseaba en mi vida tanto como ella me deseaba a mí.

“Esta tienda y nuestra cama, la razón por la que se volvieron preciosos es porque los compartimos. Tú eres a quien voy a volver a casa. Si no te hubiera conocido aquí, estoy seguro de que habría renunciado a mi vida tranquila y aceptado la oferta de Danan. Sin ti, esto no habría sido un hogar”.

“Ah… ugh…”

“¿Recuerdas cuando nos volvimos a encontrar por primera vez en Zoltan? Hablamos de cosas que no conocía y de puntos ciegos que no había considerado”.

“Uh-huh. Por supuesto. Nunca olvidaré una conversación contigo”.

“En ese entonces, ¿recuerdas haber dicho que te diste cuenta de que tenía mis propias debilidades, pero esa era una razón más por la que querías estar conmigo?”

“Sí… lo hago… pero…”

“Eso me hizo muy feliz. Era la primera vez que alguien me decía eso”.

Yo era el Guía. Mi papel era ayudar a la Heroína cuando comenzaba su viaje. Como señaló Rit, también podría usar mis experiencias para ayudar a otros. Sin embargo, cuanto más fuerte se volvía la persona a la que estaba guiando, menos relevante era yo. Además, nunca podría enseñarles artes marciales o magia.

La razón por la que había terminado mi viaje no era porque Ares me hubiera engañado. Me había dado cuenta de que había una pared infranqueable que eventualmente alcanzaría sin importar lo que hiciera.

“Solo soy un Guía. A quienquiera que pueda instruir, en cierto punto, me alcanzarán y se moverán más allá. No hay alumno con el que pueda quedarme para siempre. Al final, todos irán más allá de mi alcance. Ese es mi papel”.

Si el Héroe era una bendición destinada a volverse tan fuerte que todos los demás estaban muy atrás, entonces Guía estaba destinado a ver a todos desaparecer más adelante.

“Sin embargo, incluso después de que me echaran del grupo, cuando ya no era el hombre que podía liderar el camino para ti, incluso sabiendo todos mis defectos… todavía dijiste que querías estar conmigo. Después de luchar tan desesperadamente por mantener el ritmo de todos ustedes en nuestro viaje, finalmente llegué a esta vida lenta y simple: finalmente los encontré”.

Apreté el cuerpo de Rit con fuerza para que no desapareciera. “…Red…”

“Este es el final de mis viajes. Porque te amo tanto, mucho más de lo que crees”.

“…!”

“Por eso no voy a abandonarte, pase lo que pase. En todo caso, tengo miedo de que te vayas. Cuando me di cuenta de que Shisandan estaba vivo, no tenía miedo de perder mis tranquilos días de Zoltan, estaba petrificado de que te dirigieras a luchar contra él sola”.

Podía sentir el corazón de Rit comenzar a latir más rápido mientras abrazaba mi cabeza.

“¿Te quedarás conmigo para siempre, Red?”

“No hay nada que me gustaría más”. Por fin, había sacado todo lo que había estado al acecho en mi corazón. “Por favor, no te preocupes por mi desaparición. Lo diré de nuevo: te amo, Rit”.

“Sí… supongo que no tengo nada de qué preocuparme”. El cuerpo de Rit estaba temblando. Podía oírla sollozar. “L-Lo siento… pero no puedo… no puedo dejar de llorar…”

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero fue un tiempo bien gastado. Finalmente, sin embargo, Rit rompió el silencio.

“Ambos estamos tan indefensos solos. ¿Qué tan débiles nos hemos vuelto?” ella preguntó.

“No estoy seguro, pero una vida en Zoltan no exige ese tipo de fuerza de todos modos”, respondí.

“Tienes razón.”

Estaba bien ser débil. Quizás eso no era cierto en un mundo lleno de monstruos y demonios, pero por ahora, Rit y yo estábamos contentos de esa manera. Nadie pudo convencerme de que este sentimiento estaba mal.

“… Quiero irme a la cama…” El susurro de Rit fue tan suave que casi me lo pierdo. Mirando hacia arriba, la vi mirándome con las mejillas escarlata.

“S-Sí… yo también estaba pensando eso…”

La cara de Rit se puso aún más roja ante mi respuesta.

***

Tarde esa noche.

Rit y yo estábamos sentados uno frente al otro en la cama. Stormthunder nos había dado sábanas blancas nuevas. Ambos nos movíamos nerviosamente, sin decir mucho, mirándonos constantemente y luego apartando la mirada de nuevo.

¿Qué estamos haciendo? Pensé, exasperado por nuestra incertidumbre compartida.

Rit se había puesto el pijama y había dejado los tres botones superiores desabrochados. Debería haber revelado su escote, pero estaba agarrando una almohada para ocultar tanto eso como lo estúpidamente feliz que estaba.

No estoy seguro de cómo describirlo, pero en ese momento, incluso sus intentos de ocultar su vergüenza eran insoportablemente adorables.

“Rit”. Me armé de valor y me acerqué más, hasta que nuestras rodillas se tocaron.

“Red.” Rit también se acercó a mí. Nuestras piernas se deslizaron una junto a la otra, entrelazadas, y pude sentir sus cálidos muslos contra los míos. Eso solo me hizo hervir la cara. Extendí mi mano hacia Rit.

“Umm, ¿está bien si muevo la almohada?” Yo pregunté. “Uh-uh… sólo deshazlo de esta manera”, dijo.

“¿Q-Qué…? No puedo ver mis manos a través de la almohada”.

“¡Estoy segura de que lo resolverás! Y yo haré lo mismo contigo”. Al parecer, no había otra opción.

Los dos comenzamos a deshacernos el pijama del otro con una almohada intercalada entre nosotros. Por extraño que fuera, no debería haber sido tan difícil, pero la suavidad de los pechos de Rit resultó ser una distracción. Estaría mintiendo si dijera que no me estaba emocionando. De hecho, como no podía ver, me estaba concentrando mucho más en mi sentido del tacto.

Su piel era como seda suave. Se sentía tan bien que podría haberlo seguido acariciando para siempre. Mi dedo se movió accidentalmente hacia su escote.

“Ahhh”. Un suave gemido cruzó los labios de Rit.

En ese momento de sorpresa, la almohada se le escapó de los brazos y cayó a la cama.

Podía ver la V hundida desde sus hombros hasta justo debajo de sus pechos. El cuerpo de Rit era realmente hermoso, cautivador.

Su rostro se puso rojo brillante y sus ojos celestes temblaron. Al ver eso, el amor que sentía por ella brotó incontrolablemente dentro de mí. Sin embargo, Rit atacó antes de que pudiera hacer nada.

“¡No es justo! ¡Venganza!” Rit cerró los ojos con fuerza mientras deslizaba sus manos en mi pijama y comenzaba a acariciar mi pecho y estómago. Un temblor de placer recorrió mi columna al principio, pero en poco tiempo…

“¡Kh! ¡Rit! ¡Eso da cosquillas! ¡Ah-ha-ha-ha!”

La vergüenza debió haber sido demasiado para ella, porque sus ojos permanecieron cerrados mientras me hacía cosquillas en los costados.

Esta mujer podía blandir una espada grande y difícil de manejar como un shotel con una destreza incomparable, y estaba usando hasta el último pedacito de esa destreza para hacerme cosquillas sin piedad.

“¡Basta, Rit! ¡Ah-ha-ha!”

“¡¿Bien?! ¡¿Te rindes?!”

¿Darme por vencido? ¿Qué? Quizás se había puesto tan nerviosa que se había olvidado de lo que estábamos haciendo inicialmente. Espera. Si los dos nos metemos las manos en el pijama del otro así, a este paso…

Snap. “Oh…”

En medio de mi retorcimiento, el último botón del pijama de Rit saltó. Su parte superior se deslizó, revelando completamente sus pechos. Los ojos de Rit se agrandaron y no pude apartar la mirada.

“…”

“…”

Los dos nos quedamos paralizados. El único sonido era el tic tac del reloj de la pared.

“¡Kyaaaa!” Saliendo de él, Rit se inclinó hacia adelante y se aferró a mí.

Esa era sin duda una forma de ocultar su pecho, pero esa sensación suave, cálida y acolchada presionando contra mí estaba poniendo a prueba seriamente los límites de mi autocontrol.

“¿Lo has visto?”

“¿No es un poco tarde para preguntar eso? …Eres hermosa.”

“¡Argh!”

Los brazos de Rit se apretaron a mí alrededor. Su aroma llenó mi nariz y pude sentir mi corazón casi a punto de estallar de amor. Antes de darme cuenta, la estaba abrazando tan ceñida como ella a mí.

“Es raro. Incluso esto es increíblemente satisfactorio”, dijo Rit, su expresión se fundió en felicidad.

“Es cierto… abrazarte es increíble”.

Rit me miró con sus ojos azul cielo, y esa mirada sola me trajo más alegría que cualquier tesoro que haya encontrado en mis aventuras.

“Pero.” Rit besó mi cuello. “No es suficiente.”

Un escalofrío recorrió mi espalda cuando la escuché susurrar eso en mi oído. Los dos nos separamos lentamente de nuestro abrazo. Nos levantamos de la cama y nos quedamos uno frente al otro. Esta vez, no intentamos escondernos detrás de una almohada mientras nos desvestíamos en silencio.

La última prenda de Rit cayó al suelo. La luz de la luna que entraba por la ventana bañaba su cuerpo desnudo con un brillo pálido.

“Esto es vergonzoso…” Rit abrazó su pecho para cubrir sus pechos. La pose era tan increíblemente sexy que no pude evitar sonrojarme. “Prácticamente estás sonriente, Red”.

Sin embargo, Rit no estaba en condiciones de hablar. Tenía la misma sonrisa tonta.

“Umm… Uhhh… ¡Yay!” Rit se quedó inquieta por un momento antes de finalmente hacer acopio de valor y abalanzarse sobre mí. La tomé en mis brazos y usé mis Acrobacias para frenar la caída mientras aterrizamos juntos en la cama.

¡Uwaaaaaaaaaaaaaaah! Ambos gritamos internamente. No tenía ninguna habilidad que pudiera leer la mente, pero estaba seguro de que Rit tuvo la misma reacción que yo.

Teníamos a pasar mucho tiempo aferrándonos el uno al otro. Aunque todavía disfrutábamos eso, ya no era el tipo de cosas que nos ponían nerviosos a ninguno de los dos. Sin embargo, sin nada entre nuestra piel, fue una experiencia completamente nueva.

El cuerpo de Rit era tan perfectamente suave y se sentía tan bien que pensé que podría volverme adicto a la sensación. Había un leve rastro de sudor, y estaba tensa y flexible con la cantidad justa de músculo. Sus piernas eran largas y delgadas, pero sus muslos tenían una voluptuosidad, y la forma en que parecían pegarse a mí con nuestras piernas envueltas juntas era asombrosa.

Con sus pechos presionados contra mí, no había duda de lo suaves que eran. Había un aroma agradable proveniente de su cabello rubio. Su respiración ligeramente irregular me hizo cosquillas en la oreja. La línea desde su trasero hasta su espalda era una hermosa curva. A lo largo de ese camino había una cicatriz descolorida, probablemente una vieja herida de una flecha.

Dedique suficiente tiempo a la aventura, y es probable que se lesione en algún momento. La magia podía cerrar la mayoría de las heridas, pero ocasionalmente, quedaban imperfecciones.

Rit tembló cuando me agaché y acaricié suavemente la antigua herida. Para mí, incluso sus cicatrices eran entrañables.