Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 4

Capitulo 4: El Héroe Contra El Sabio

Corrimos hacia las profundidades de las ruinas. Ruti no había explorado tan profundo, pero los golems de mecanismo defensivo no estaban funcionando y no había nada que se interpusiera en nuestro camino. Los pasillos se llenaron de un inquietante silencio.

“H-Hey, pequeña señorita,” Godwin llamó a Tisse patéticamente. Ella le dedicó una sola mirada. “Solo voy a interponerme en su camino, ¿verdad? ¿No sería mejor que saliera a esperar?”

“¿Y me harías esperar ahí afuera contigo?”

“Quiero decir, no es como si pudiera defenderme… te lo ruego aquí. No me veo sobreviviendo si me quedo con ustedes”.

“No hay ningún lugar más seguro que nosotros”, declaró rotundamente Tisse.

Godwin se desplomó decepcionado, pero lo siguió obedientemente, sin mostrar ningún signo de intentar huir a las ruinas por sí mismo.

Finalmente, llegamos a una gran sala de algún tipo. Linternas mágicas colgaban del techo y tres ascensores estaban listos para transportar a los pasajeros más profundamente bajo tierra. En un momento, un letrero colgaba sobre ellos, pero había evidencia de que había sido arrancado por la fuerza.

Las mesas y sillas alrededor del salón habían sido destruidas, como si un ataque de rabia hubiera golpeado a los elfos del bosque que habían llegado tan lejos. Los muebles de los antiguos elfos eran extraordinariamente resistentes, por lo que no se romperían sin el uso de magia o habilidades. Supongo que los electrodomésticos deben haberlos molestado mucho.

¿Quizás habían visto algo aquí que los hizo estallar?

Un ruido metálico salió de uno de los ascensores. Se activó un campo de fuerza mientras la magia de los elfos antiguos desde tiempos inmemoriales se activaba, acompañada por el sonido de un ascensor deslizándose hacia nosotros.

“Shisandan”. Comencé a desenvainar mi espada de bronce, pero antes de que pudiera, una espada larga plateada brillante apareció frente a mí. Ruti estaba sosteniendo mi vieja espada de confianza, Thunderwaker.

“¿Guardaste eso? Estaba seguro de que lo habrías vendido”.

“Nunca haría eso. Es tu espada”.

Estaba un poco indeciso a la hora de tomar el arma. Era un símbolo de mi tiempo con el grupo de la Heroína, totalmente en desacuerdo con la forma en que estaba viviendo mi vida actualmente. Aun así, agarré su empuñadura con firmeza. Si Rit estaba lista para volver a la aventura por última vez para vengarse, entonces yo también podría volver a ser Gideon por un tiempo.

“Gracias.” Mantuve mis palabras de gratitud breves y realicé un solo swing de práctica para reafirmar mi sentimiento por Thunderwaker. Era completamente diferente a la espada de bronce que usé en Zoltan. El Dominio de Armas: Habilidad de espada larga que permanecía inactiva cada vez que empuñaba mi espada de bronce y se activaba de nuevo, y podía sentir que me convertía en uno con la espada. “Está bien.”

Pronto llegaría el ascensor. Hubo otro ruido metálico cuando los frenos se activaron y una sola puerta sólida se abrió. Lo que apareció fue un hombre con armadura con un shotel en la cintura.

“Ha pasado tanto tiempo, mi pequeña y linda discípula”.

Era Gaius, el jefe de la guardia real en Loggervia y maestro de Rit. “¡¡¡Shisandaaaaaan!!!”

Rit corrió hacia adelante con los dos proyectiles preparados. “¡Espera! ¡Algo está mal!”

Sin embargo, la advertencia de Ruti llegó demasiado tarde. Rit ya estaba blandiendo una de sus espadas hacia la figura parada en el ascensor.

“?!”

El Gaius que estaba en el ascensor ni siquiera se movió mientras Rit cargaba. Sus espadas no atraparon nada más que aire vacío.

“¡Un señuelo ilusorio! Su cuerpo real es… ”

Shisandan era invisible, de pie detrás de Rit mientras conducía una espada hacia su espalda.

Sorprendentemente, Rit estaba sonriendo. Si sabía que un ataque venía por detrás, no importaba si podía ver a su enemigo o no. Solo la sensación de amenaza en el aire fue suficiente para que Rit atrapara la espada de Shisandan con el shotel en su mano derecha.

“Pensé que lo intentarías. No hay forma de que caiga en una provocación tan obvia”. Rit seguía siendo la misma luchadora hábil que había sido durante sus días de aventuras. Su shotel izquierdo aceleró hacia las piernas de Shisandan.

“¡Red!”

“¡Entiendo!”

Llevé mi espada para atacar al demonio Asura desde atrás. Me di cuenta del plan de Rit tan pronto como ella comenzó a correr, y me acerqué para poder golpear a Shisandan cuando fuera el momento adecuado. No necesitamos palabras. Podía entender lo que estaba pensando.

La invisibilidad de Shisandan terminó cuando mi espada se encontró con una de las suyas, revelando la imponente figura de la verdadera forma del demonio Asura. Sus piernas estaban abiertas mientras bloqueaba el golpe de Rit también.

“Tch”. Shisandan hizo un sonido de disgusto.

“¿Y ahora qué, demonio Asura? Le tendiste una trampa a Rit, pero solo te dejaste flanquear”, le dije.

“¡Entonces supongo que no se puede evitar! ¡Corazón de piedra! ¡Desata todo tu poder mágico!”

Un torrente de agua brotó a nuestro alrededor. “¿La magia de undine?”

Rit y yo fuimos derribados por el agua. Afortunadamente, controlé mi aterrizaje con un balanceo e inmediatamente me levanté de un salto. Rit fue golpeada contra uno de los ascensores, pero ella también volvió rápidamente a la posición de lucha.

Shisandan respiró hondo para recuperar la compostura.

Un poco más y nuestras espadas lo habrían alcanzado. Sin embargo, su maniobra desesperada debería haber agotado todo el poder del objeto mágico que había usado. Además, todavía estaba atrapado entre nosotros dos. Aún teníamos la ventaja.

Sin embargo, ¿son espadas de elfos del bosque? Parece extraño que un demonio use tales cosas. Y esos cuatro que todavía están en la vaina de su cintura me están molestando.

Rit y yo despegamos del suelo, desatando otro ataque. Sin embargo, apenas lo hicimos, me asaltó una incómoda premonición.

“¡¿Magia?!”

Rápidamente cambié a una postura defensiva. “¡Llama Paralizante!”

Una de las fachadas de la habitación desapareció, revelando una pared justo detrás de ella.

Creando un espacio oculto lanzando una pared ilusoria justo en frente de la verdadera, ¿eh?

Llamas venenosas brotaron del suelo, corriendo hacia Rit y hacia mí. El hechizo podría aturdirlo al contacto. Ni Rit ni yo teníamos resistencia a la parálisis. Rit podría intentar luchar contra él usando su magia espiritual, y yo podría aguantar y resistir debido al alto nivel de mi bendición, pero eso solo funcionaría si el enemigo estaba en un nivel similar. Resultó que nuestro nuevo oponente era el pináculo de los magos humanos; su magia sería casi imposible de resistir.

“¡Ares!”

El que había desatado el hechizo no era otro que Ares el Sabio. En su cintura había otra de las espadas que Shisandan tenía a su lado, para un total de cinco.

¿Ha perdido la cabeza y se ha unido a un demonio?

“¡Muere, Gideon!”

Las llamas se acercaron, pero una radiante capa de luz blanca nos rodeó.

“Escudo Mágico Sagrado”. Ruti lanzó un hechizo con su mano izquierda. Entrenada a través de miles de batallas con las fuerzas del señor demonio, había anticipado la posibilidad de que Ares nos traicionara y se había quedado donde estaba, preparada. “Esta es tu última oportunidad, Ares. Ríndete ahora, y todavía puedo dejarte ir”, advirtió.

“Todavía hay tiempo, Ruti. Por favor, solo di que continuarás el viaje del Héroe junto conmigo”, respondió Ares, aparentemente ajeno a su declaración.

Ambos rápidamente comenzaron a trabajar nuevos hechizos. “¡Jabalina de Tormenta Gigantesca!”

“Sacred Punisher”.

Una tempestuosa jabalina negra y un rayo que trajeron el juicio divino tomaron forma. Los hechizos más grandes del Sabio y el Héroe chocaron, y las consecuencias fueron suficientes para que Shisandan, Rit y yo tuviéramos que dejar de luchar por un momento. El tremendo impacto fue suficiente para enviar grietas a través del piso, las paredes y el techo.

“Así que somos iguales en magia”, murmuró Ruti.

Ninguno de los hechizos superó al otro. Ambos se dispersaron al mismo tiempo.

Era difícil decir si Ares merecía elogios por igualar al Héroe o si debería quedarme estupefacto de que Ruti, un luchador de primera línea, pudiera usar magia a la par con un Sabio.

Si hubiera más personas como Ruti alrededor, los magos serían completamente inútiles.

Esta fue una batalla entre dos que habían superado lo que podían hacer los humanos normales.

“¡¡¡D-Déjame fuera de estoooooooooo!!!” Godwin echó a correr, con una expresión de terror en su rostro. “¡No tengo nada que ver en esta pelea!

¡Los Héroes deberían limitarse a pelear entre sí y no preocuparse por mí!”

Alguien como Godwin podría fácilmente quedar destrozado como daño colateral en esta pelea. Finalmente había tenido suficiente y comenzó a correr hacia la salida presa del pánico.

“¡Espera! ¡No corras!” Lo llamé frenéticamente, pero no había razonamiento con él en ese estado.

“¡Levantaos, grandes colmillos y grandes alas! ¡Ven, señor de las bestias!¡Invocar Dragón Espíritu!” Ares sonrió mientras activaba su magia. Justo cuando Godwin estaba a punto de escapar de la habitación, el poder mágico se arremolinaba ante él, formando una figura enorme.

“¡¿Eek?!” El hombre cayó hacia atrás y chilló cuando una criatura de escamas verdes tomó forma frente a él. El dragón espiritual que Ares había convocado abrió sus mandíbulas llenas de dientes y comenzó a acercarse a Godwin.

No es bueno. Sin embargo, si trataba de ayudar, ¡Shisandan inmovilizaría a Rit! ¡Estaba atorado!

“¡¿Gyaaaaagh?!”

Afortunadamente, Godwin no terminó convirtiéndose en forraje para el dragón. Un cuchillo arrojadizo atravesó el ojo derecho de la bestia y la hizo retroceder y chillar de dolor.

“Como dije, el lugar más seguro en el que puedes estar es a nuestro lado, así que por favor, pórtate bien”. Tisse había arrojado la daga. Su expresión no cambió mientras se interponía entre Godwin y el dragón.

“¡¿E-Estás segura?! Te das cuenta de que es un maldito dragón, ¿verdad?” Godwin preguntó con nerviosismo.

Quizás la visión de una niña tan pequeña oponiéndose a la gran criatura dejó a Godwin con dudas. Incluso tuve que admitir que, cuando uno consideraba la escala únicamente, Tisse parecía la clara perdedora.

“De hecho, mi bendición no se adapta bien a este tipo de situación”, admitió Tisse.

“¡E-Entonces—!” Godwin tartamudeó. “Me llevará un minuto completo”.

Naturalmente, no había forma de que Tisse perdiera ante un dragón espiritual. El único problema era que, excluyendo a Godwin, ella sería la más lenta en vencerlo uno a uno.

La bendición del Asesino tenía muchas habilidades para aprovechar situaciones ventajosas. Luchar mientras se protege a otro no era una de sus especialidades. Aun así, Tisse era mucho más fuerte que la bestia espiritual de más alto nivel.

Había una poderosa confianza en sus palabras, dejando a Godwin sin palabras mientras miraba a Tisse con asombro desde su asiento en el suelo.

***

¡Hasta ahora todo va de acuerdo con el plan…!

Ruti estaba sola ahora, tal como Ares quería. Con sus compañeros distraídos, se enfrentaba a Ares sola.

La sensación de hostilidad de Ruti centrada únicamente en él era como una daga helada en el corazón. Sin embargo, al mismo tiempo, sintió una extraña sensación de exaltación.

Ruti aún no ha hecho ningún movimiento real. Quiere proteger a ese Alquimista, pero ahora él y Tisse se han movido hacia la salida. Con ellos esparcidos así, será difícil para ella proteger a todos de mi magia. En cuyo caso, debería cargar con su espada. Ella obviamente sabe que podría usar un hechizo sobre Gideon antes de que se acerque. Pero si hiciera eso, no podría protegerme y ella asumirá que quiero mantenerme a salvo.

La mano derecha de Ares tocó el Sacred Avenger.

Pero eso es realmente lo que quiero. Si hay que creer en Shisandan, si desenvaino esta espada y toca su cuerpo, la bendición del héroe se verá reforzada. Entonces debería darse cuenta de que trabajar junto a mí es la forma más eficaz de lograr su destino y no será un factor en esta batalla. Si Ruti es la Heroína, ¡será imposible que se vuelva contra mí!

Mientras Ruti no interviniera, el resto eran poco más que molestias. Si hubieran sido Danan, Theodora y Yarandrala, Ares habría sido más cauteloso, pero se enfrentaba a los desertores Gideon y Rit y al comodín Tisse. Ares estaba seguro de su victoria.

***

Rit y yo estábamos atacando a Shisandan desde ambos lados.

Es más fuerte que la última vez que peleamos.

A pesar de que teníamos la ventaja de flanquearlo, una vez que pudo estabilizarse, logró continuar desviando nuestro bombardeo combinado. El demonio no era el tipo de oponente que caería rápidamente, pero tampoco podíamos permitirnos tomarnos nuestro tiempo.

Estaba preocupado por Ruti. Ella se estaba enfrentando a Ares sola. Normalmente, Ares no tendría esperanzas de ganar, pero nadie lo entendía mejor que él. Sin duda, tenía algún tipo de plan.

“¿Qué son esas espadas que llevan Ares y tú, Shisandan?” Exigí.

“¿Oh? Debería haber esperado tanto de ti, Gideon. Preocupado, ¿verdad?” Shisandan parecía realmente impresionado. “Lo descubrirás muy pronto”, agregó con una sonrisa.

Al instante siguiente, todos en la habitación sintieron que se acercaba el escalofrío de la muerte. Olvidamos nuestras respectivas batallas por una fracción de segundo e instintivamente miramos a Ruti.

“Arte Marcial: Gran Torbellino”.

Usando la tremenda fuerza de su bendición, Ruti balanceó su espada con gran fuerza y velocidad en un corte giratorio. Una onda de choque corrió, dejando profundas hendiduras en las paredes. Quizás debido a la fuerza del Héroe, el corte que soltó no tuvo ningún efecto en nosotros, pero sus enemigos fueron consumidos en un torbellino de golpes.

“¡E-Eeeeeeep!” Godwin gritó cuando la cabeza del dragón espiritual fue cortada y rodó hacia él antes de desaparecer en un estallido de luz.

“Pensar que se había vuelto tan fuerte”, exclamó Shisandan.

Las seis espadas élficas que había usado para defenderse se hicieron añicos, y sus dos brazos inferiores colgaban sin fuerzas, empapados en sangre.

“Agh, ahhh…”

Ares había logrado escapar ileso. Por lo que parece, se había defendido apresuradamente con la espada en la cintura. Sin embargo, el arma se había hecho añicos, dejando solo una empuñadura rota en su mano.

“E-Eso es imposible”. La voz de Ares temblaba.

¿Era esa espada su carta de triunfo para tratar con Ruti? Me preguntaba.

Hasta ese momento, Shisandan se había mantenido sereno durante todo nuestro intercambio, pero ahora su expresión era tensa. Sin embargo, después de respirar un poco, la mirada plácida del demonio volvió.

“Ares, me ocuparé de Ruti. Sigue adelante.”

“¿Eh? ¡Ah! Claro.”

“No había contado con que ella rompiera la espada, pero esperaba que fracasaras. Estará bien.” Shisandan golpeó con el pie con un ruido sordo.

“¿Qué es esto? No te ves tan confiado ahora, ¿verdad, Shisandan?” Esta vez, lo estaba provocando. Sería bueno si dejara que eso lo sacara de su ritmo, pero no había forma de que fuera un oponente tan fácil.

“De hecho, tengo que admitir que tu hermana es un ser verdaderamente peligroso. Con más razón, sin embargo, no se le puede permitir que se convierta en otra cosa que no sea la Heroína”.

“¿Qué se supone que significa eso?” Shisandan y yo nos miramos fijamente. “¡Cuidado!” Tisse gritó. “¡Algo viene de abajo!” “¡¿Debajo?! ¡No es bueno! ¡Rit! ¡Corre!”

“¿Eh?”

Estaba a punto de correr hacia Rit, pero Shisandan se interpuso en mi camino.

“¡Fuera de mi camino!” Lancé a Thunderwaker hacia el demonio que estaba allí parado con dos brazos heridos y todas sus espadas rotas. Desafortunadamente, se encontró con mi corte con una espada larga radiante que sacó de una de las vainas en su cadera.

“¡¿Que—?! ¡¿El Sagrado Asesino de Demonios?!”

Por un instante, mi atención se centró en su espada. No fue más de una fracción de segundo, pero ese momento de tiempo perdido fue insustituible.

El piso del elevador Rit se rompió hacia arriba. “¿Un segundo dragón espiritual?”

Un dragón espiritual con armadura de cuerpo entero había irrumpido en el estrecho ascensor, con la boca abierta mientras amenazaba a Rit. Desequilibrada, Rit pateó contra la pared, obligándose a permanecer de pie mientras cortaba la cara del dragón con su shotel.

Incluso en tal situación, Rit debería haber podido luchar contra el dragón. Sin embargo, cuando vio a su jinete, se puso rígida.

“¡¿T-Tú?!”

“Cadenas Sagradas”.

“¡¿Que—?! ¡¿Nrgh?!”

El cuerpo de Rit estaba atado por radiantes eslabones de metal. Era un arte clerical extraordinariamente poderoso del que ni siquiera Rit podía escapar.

“¡¿Theodora?! ¡¿Por qué?!”

La mujer encima del dragón espiritual ignoró el grito de Rit y saltó fuera del eje, con la lanza lista. Sintiendo este nuevo problema, Ruti corrió hacia el ascensor. La lanza de Theodora y la hoja de Ruti chocaron, y los dos se detuvieron.

“¿Por qué?” Preguntó Ruti. Parecía incapaz de creer lo que estaba viendo.

“Por el bien de este mundo. Ódiame si quieres. Cortaré mi estómago en expiación cuando esto esté hecho. ¡Pero ahora mismo, tu sacrificio es necesario para este mundo!”

Ruti vaciló ante las palabras. Aunque era superior en fuerza, Theodora todavía se las estaba arreglando para contenerla.

“¿Por qué yo? ¿Por qué debo ser sacrificado por el mundo?”

“Porque eres el Héroe”.

“¡Nunca pedí serlo! ¡Muchas otras personas sueñan con convertirse en Héroes y salvar el mundo! ¡¿Entonces por qué tengo que ser yo?!” Ruti se armó de valor, agachándose bajo el golpe de Theodora y avanzando firmemente hacia el Cruzado con una estocada dirigida a su torso blindado. Los ataques de Ruti fueron lo suficientemente poderosos como para perforar escamas de dragón, pero Theodora torció su cuerpo y hábilmente evitó un golpe directo. Hubo un chirrido metálico de su armadura cuando la espada de Ruti pasó raspando.

Al igual que Danan, Theodora era una maestra de su estilo. No había muchas personas en el continente capaces de evadir a Ruti mientras llevaban armadura.

“Si no peleas, una cantidad incalculable de personas morirá”. Theodora echó hacia atrás su arma de asta. Hojas cortas adornaban cada lado de la punta de lanza, y Theodora las estaba usando para apuntar a la espalda de Ruti. Ruti se agachó y, sin siquiera mirar, golpeó el tajo entrante a un lado usando el guantelete blindado que envolvía su mano.

“¡¿Qué?!”

Era una defensa absurda que no existía en ningún estilo estándar de manejo de la espada. Solo uno con habilidades físicas sobrehumanas podría lograrlo. Incluso Theodora no pudo reaccionar ante una maniobra tan impredecible. Su postura se rompió por el exceso de impulso de balancear su lanza. Usando esa apertura, Ruti se movió fuera de alcance.

“¿Por qué tengo que sacrificarme para salvar las vidas de innumerables personas que nunca había conocido antes?”

“Porque esa es la voluntad de Dios”. Ambas voces estaban escurridas y tensas.

El Héroe no habría tenido ningún problema en sufrir por los demás, pero Ruti era la que luchaba ahora. Ella superó con creces a Theodora. La única razón por la que estaban peleando en términos remotamente parejos era que las palabras de Theodora habían embotado la destreza de Ruti.

“¡Maldita sea!”

Quería correr hacia Ruti para tomar su lugar luchando contra Theodora. Me dolía no pararme frente a mi hermana y protegerla de las palabras mordaces de la mujer, pero…

“¡Rit!”

Rit todavía estaba en el ascensor, atado por la magia de Theodora y agarrado por las garras del dragón espiritual.

“Heh-heh-heh, dos personas a las que salvar: tu amante y tu hermana pequeña. Debe ser difícil decidir, Gideon”.

La boca con colmillos de Shisandan se retorció de risa. El demonio Asura todavía me miraba fijamente. Si le daba la espalda y corría hacia Ruti, Shisandan fácilmente acabaría con Rit, y si quería salvar a Rit, tendría que pasar por encima de él. A pesar de no poseer ninguna bendición, Shisandan era fuerte. Incluso luchando junto con Rit, no habíamos logrado atravesar sus defensas.

Desaté una tormenta de fintas y cortes, pero fácilmente detuvo mi espada con la espada sagrada que estaba empuñando. Strong no empezó a describir a esta criatura. Si bien dos de sus brazos estaban discapacitados, algo había cambiado en el momento en que desenvainó una de esas cuatro hojas. El aura a su alrededor se había hinchado y ahora parecía completamente diferente.

No tenía idea de si lo que sostenía era una verdadera Sagrada Asesino de Demonios, pero no había duda de que era una espada mágica excepcional. Si lo enfrentaba de frente con Thunderwaker, mi arma no saldría ilesa.

Mientras luchaba, miré a Theodora.

“Esta es la realidad. Sir Gideon es uno de los mejores espadachines del mundo, pero sin el Héroe, ni siquiera él puede salvar a su amor. La humanidad te necesita para cumplir tu destino”.

La expresión de Ruti estaba llena de dolor.

¡Maldita sea! Mi mandíbula se tensó.

Estaba a punto de perderme en la rabia al pensar que mis luchas estaban haciendo sufrir a Ruti.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de estallar, se escuchó un estruendoso golpe desde el ascensor. Aún atada por las cadenas de Theodora, Rit había pateado la cabeza del dragón espiritual contra la pared.

“¿Quién te preguntó?” Rit gritó, dirigiendo una mirada furiosa directamente a Theodora. “¡¿Qué te da derecho a poner mi vida en manos del Héroe?!” Ella estaba furiosa. Vehemente, ferozmente enfurecido.

Aun tambaleándose, el dragón trató de reprimir a Rit de nuevo, pero ella le dio una patada en la cabeza. La cabeza de la bestia se estrelló contra el techo antes de volver a caer. El piso del ascensor había quedado en mal estado después de que el dragón espiritual se estrelló, y apenas había una base sólida. Con los brazos atados, Rit no podía usar sus espadas ni su magia. Sin embargo, eso no pareció importarle a Rit, ya que se volvió para mirar a Theodora hacia abajo.

“Pero fue el Héroe quien salvó tu tierra natal, ¿no es así? ¿No te estás probando a ti misma que el Héroe es necesario para salvar el mundo?” respondió Theodora.

“¡Te equivocas!”

“¿Cómo?”

“No fue el Héroe o el Guía o un Cruzado quien nos salvó a Loggervia o a mí”. Rit golpeó la cabeza del dragón por tercera vez con el pie. Los dientes rotos salieron volando. “¡Fueron Ruti, Red, y tú, Theodora! ¡Ustedes fueron los que nos rescataron!”

“… Una distinción sin diferencia”.

“¡No es lo mismo en absoluto! Un Héroe no es una especie de bendición. ¡Así es como describimos a las personas! ¡Loggervia no se salvó con la mera presencia de una bendición! Fue porque ustedes, todos ustedes, nos instaron a levantarnos. ¡Eso fue lo que libró a Loggervia del mal! ¡Pensé que al menos lo entenderías, incluso si Ares no puede!”

“Soy simplemente una sirviente del Todopoderoso Demis… ¡¿Qué otra opción tengo?!” preguntó Theodora.

“Cualquiera que obligue a otro a soportar el destino del mundo en contra de su voluntad está equivocado, y si esa es realmente la voluntad de Dios, entonces Dios también está equivocado, ¡y se lo diré en la cara si es necesario!” Rit gritó.

Tanto Ruti como Theodora se quedaron paralizadas por eso.

“Fascinante. Los humanos son realmente fascinantes”, murmuró Shisandan mientras entrelazaba espadas conmigo. “Eso es precisamente. Un Héroe no solo nace. Solo aquellos que se esfuerzan por ser un héroe son dignos del título. Y, sin embargo, Dios, en su necedad, ni siquiera puede comprender tanto”.

“¿Qué…?” Me las arreglé con los dientes apretados. Curiosamente, se sintió como si Shisandan expresara una admiración genuina por la declaración de Rit.

“Pero, por desgracia, somos enemigos”. El demonio Asura levantó una pierna.

¡Rit! ¡Estate atento!”

Shisandan le dio una patada diestra a un fragmento de una de las espadas élficas que yacía en el suelo hacia ella. Fue un disparo preciso, apuñalado directamente en su muslo izquierdo.

“¡Argh!”

El líquido carmesí se filtró por su pierna y manchó el suelo. “¡Acaba con ella, criatura!” Ordenó Shisandan.

La boca del dragón espiritual se abalanzó sobre Rit desde arriba. Tenía los brazos atados y la pierna herida. Al ver eso, finalmente espeté.

“¡¡¡Rit!!!” Abandoné toda defensa, perdiendo un ataque con cada parte de mi poder, pero Shisandan simplemente se deslizó a un lado, cediendo el camino a Rit sin un choque. El sudor frío corría por mi espalda.

¡¿Una trampa?!

Me habían atraído. Ahora estaba jugando en las manos de Shisandan. Aun así, no me importó.

“¡Thunderwaker! ¡Perfora a mi enemigo!”

Me sumergí en el ascensor mientras empujaba mi espada, apuñalando directamente a través del cuello del dragón espiritual y hacia arriba a través de su cabeza. Inmediatamente, la bestia quedó flácida. Ya no pudo mantenerse en este reino, su cuerpo se desvaneció.

Agarré a Rit y estaba a punto de dar un salto cuando vi a Ares sonriendo victoriosamente. Tisse arrojó dos cuchillos para interrumpir su magia, pero se protegió la cara con el brazo izquierdo, contento de dejar que las dagas golpearan su extremidad. Hubo un chorro de sangre, pero la emoción de su triunfo pareció evitar que notara ningún dolor.

“¡Eso es todo! ¡Muro de Hierro!”

El techo del ascensor en el que Rit y yo estábamos comenzó a crujir. Ares había conjurado un enorme trozo de metal en la parte superior de nuestro ascensor. El sonido que escuché fue el de la cuerda cediendo bajo una carga mucho más allá de cualquier cosa que pudiera soportar.

“¡Corre, Red!” Rit gritó.

Mi velocidad del rayo significaba que podía salir a tiempo por mi cuenta. Sin embargo, eso significaría dejar ir a Rit…

Quizás eso hubiera sido lo correcto. Los dos cayendo en picado no ayudaría a nadie. Me preguntaba si habría podido tomar la decisión óptima cuando todavía era Gideon.

“Lo siento, Rit”.

Pero ya no era Gideon. Yo era Red. Tomar Thunderwaker de nuevo no había cambiado eso. Incluso sabiendo que no lo lograría, no iba a dejar ir a Rit.

“¡¡¡Hermano!!!”

Cualquier vacilación que había estado reteniendo a Ruti se desvaneció en un instante. La lanza de Theodora se partió de repente en dos. Girando con gracia, Ruti dio un paso en una estocada, clavando su espada a través de la armadura de Theodora.

“Como se esperaba del Héroe… Por eso yo…”

Theodora, una de las más grandes practicantes de las artes clericales de la humanidad y una verdadera maestra de la lanza, cayó al suelo. Solo había retenido a Ruti por un momento, pero había sido decisivo.

Antes de que Ruti pudiera alcanzarlo, el ascensor cedió y Rit y yo nos dejamos caer en la oscuridad.

“¡Por fin gano! ¡Por fin, Gideon pierde!” Ares gritó jubiloso.