Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 4

Capitulo 3: Caminos Divergentes

Parte 1

Mi nombre es Ares Srowa. Por todos los derechos, debería haber sido Ares de Srowa, pero mi familia fue despojada de su territorio. Por lo tanto, no era Ares de la tierra de Srowa, sino simplemente Ares Srowa. Yo era el segundo hijo del marqués Srowa. Tengo dos hermanas mayores.

Hubo un tiempo en que tuve un hermano, el hijo mayor, pero se convirtió en un escudero de los Caballeros de Bahamut para elevar su estatus, y mientras portaba lanzas para un guerrero anciano, fue alcanzado por la flecha perdida de un bandido y murió sin sentido.

Mi hermano nació con la Bendición Divina del Cavalier, pero conoció su final antes incluso de ganarse un corcel. Todo lo que hizo fue llevar lanzas de repuesto para aquellos caballeros que rompieron las suyas. Nunca tuvo la oportunidad de hacer uso de sus habilidades de caballero.

Mis dos hermanas dejaron nuestra familia hace algún tiempo, vendidas en matrimonios políticos. Ambas estaban casadas con el hijo de un rico comerciante para dar una dignidad aristocrática a los plebeyos que solo tenían dinero a su nombre.

“Es una bendición que hayas nacido. Ares el Sabio será la esperanza de nuestra familia”.

Al crecer, mi padre me dijo esas palabras innumerables veces. Se convirtieron en un mantra para él.

La Bendición Divina del Sabio. Era una bendición increíblemente rara que podía usar tanto las artes místicas de las bendiciones al estilo de los magos como las artes clericales de las bendiciones de la línea del clérigo. En materia de magia, es incomparable.

La bendición de mi padre fue Luchador, una bendición que puedes encontrar en cualquier esquina de cualquier ciudad. Nunca lo había creído apto para ser cabeza de familia noble. Él también era muy consciente de esta insuficiencia. Estaba claro por su comportamiento que luchaba con su posición. Eso era de esperar, supongo. Porque, ¿qué marqués de verdad bajaría la cabeza a un contratista campesino para buscar trabajo como aventurero para ganar dinero?

Para compensar su propio fracaso, mi padre deseaba que mi hermano y yo nos convirtiéramos en los aristócratas dignos que nunca pudieron. El mundo en el que crecí era un lugar desesperadamente tonto.

La bendición del Sabio poseía una habilidad única, una a la que solo podían acceder aquellos con la bendición del Sabio o la bendición del Santo. Permitía al usuario valorar la bendición de otro.

Aunque requirió un enfoque mental significativo, los resultados hablaron por sí mismos. Pude ver las bendiciones y los niveles de los demás, su verdadera naturaleza.

La mera capacidad de usar Evaluar era suficiente para garantizarle a alguien con una bendición de Sabio una cálida bienvenida en cualquier país. Por eso mi padre, el marqués deshonrado, había puesto todas sus esperanzas en mí.

Por desgracia, no lo entendió. Despreciaba a mi familia. Era cierto que solo con Evaluar, se me garantizaría cierto nivel de importancia. Si trabajara treinta años, podría reclamar un título de propiedad digno de un conde o vizconde menor. Sin embargo, ninguna cantidad de estudio o trabajo podría lograr algo digno de un marqués.

Despreciaba mi patria. A lo largo de mi vida, utilicé Evaluar en todo tipo de personas de diferentes posiciones sociales, echándome un vistazo a sus bendiciones a mi antojo. Al hacer eso, me di cuenta de que solo había dos tipos en este país. Los que eran enérgicos y confiados en todo lo que hacían, y los que perdían el tiempo, siempre cometían errores y solo abrían la boca para quejarse.

Como Sabio, entendí rápidamente la razón de eso. Algunos tenían trabajos que se alineaban bien con sus bendiciones y otros no. Esta no fue una revelación profunda. Había descubierto eso mucho tiempo atrás, habiendo observado a mi padre.

Comprendí lo que significaba alcanzar la felicidad. Todos deben vivir según lo ordenado por Dios. Ese fue el camino hacia una vida plena. Dado que ese era el caso, ¿cómo debería yo, un Sabio, vivir mi vida?

En el momento en que vi por primera vez a la Heroína, supe cuál era mi vocación. Como el hombre más sabio, guiaría a la Heroína, lucharía junto a ella y luego, después de haber destruido al señor demonio, arreglaría este mundo irracional. Todos vivirían de acuerdo con sus bendiciones. Manejaría el mundo como la encarnación de la santa voluntad del Todopoderoso Demis.

La razón por la que nací no fue para restaurar el honor de mi casa, un asunto trivial ante la escala del mundo. No, el sueño de mi padre, el de mi hermano que murió antes de que yo lo conociera, ambos eran irrelevantes menores que no tenían ningún significado para mí.

Nací para gobernar este mundo y convertirme en su magnífico emperador.

***

“Soy un Sabio. Esto es… no he logrado nada todavía… no hay territorio, no hay revolución, no hay guerra santa… “, murmuró Ares mientras miraba sin comprender cómo la sangre se acumulaba alrededor de sus pies. Quizás saborear un fracaso que un sabio nunca debería saber lo había distraído de curar su herida.

“¿Por qué? ¿Por qué la Heroína no puede vivir como debería? La Guía de bendición es una basura sin valor que debería haberse quedado en la capital… ¿Por qué me han abandonado a mí, un Sabio? Dejados sangrando aquí… Tontos, todos, tontos. La gente es tan tonta. Maldita sea… maldita sea…”

Ares se dobló y agarró su estómago, la sangre goteaba de su boca mientras apretaba los dientes y continuaba maldiciendo a todos menos a sí mismo. Aunque sabía que no tenía sentido, no pudo evitar que el odio se desbordara desde adentro.

Desde el día en que echó a Gideon del grupo, nada salió como lo había planeado. Ese hecho exigía que reconociera a la inútil Guía de bendiciones como superior para el Sabio. Ares había refutado su propio principio de que uno debe vivir de una manera acorde con su bendición.

El pilar que sostenía su espíritu se había derrumbado. En su estado actual, era incapaz de notar que la sombra se acercaba.

“¿Estás bien?”

Al escuchar una voz, Ares volvió su rostro sin sangre y fantasmal hacia el sonido. Lo que lo saludó fue un joven de piel oscura. Había una espada larga y ligeramente curva colgando de su cintura, y llevaba una capa con trozos de hierro entretejidos.

“¿Quién eres tú…?” Ares exigió débilmente.

“Soy Bui, un aventurero, como puedes ver. Más concretamente, sin embargo, esa herida se ve bastante mal. ¿Necesitas ayuda?”

Bui le tendió una poción de curación extra. Ares miró fijamente por un momento antes de que una chispa de vida volviera a sus ojos, y se lanzó Extra Cure sobre sí mismo.

“Oh, puedes usar magia de Sanador. Mis disculpas por la suposición”, comentó Bui, con una sonrisa barata en su rostro. Ares entrecerró los ojos.

“Te veo, demonio Asura.” El hombre utilizó Evaluar y vio que Bui no tenía una bendición. Él habría notado lo mismo si hubiera hecho tanto cuando Shisandan estaba disfrazado de Danan, por supuesto, pero la habilidad requería concentración. Ares no era del tipo que gastaba esfuerzos en alguien que conocía a menos que se le diera una razón para dudar de él.

Esta fue una situación diferente. Ares no era tan ingenuo como para confiar en un aventurero que había aparecido convenientemente de la nada en una antigua ruina.

Al ver eso, Bui, o más bien Shisandan, curvó sus labios en una sonrisa complacida. “Ese es el Sabio para ti. Vio a través de mí, ¿eh?” comentó el demonio, apelando sutilmente al orgullo de Ares.

Aun así, Ares permaneció en guardia, listo para lanzar el hechizo que había hecho cola en cualquier momento. Sin embargo, luchar solo como un usuario de magia no era un escenario óptimo.

Pedir ayuda es la primera orden del día.

Tener una bestia espiritual para protegerse era el movimiento clásico, pero Ares ya estaba dentro del alcance del demonio Asura. Podía sentir un escalofrío recorrer su columna vertebral.

¡Todo esto se debe a Gideon!

Se le heló la sangre, pero un odio abrasador consumió su mente. Ares estaba decidido a desatar toda esa ira como magia destructiva, incluso si eso significaba morir aquí. Curiosamente, casi como si fuera capaz de mirar dentro del corazón de Ares, Shisandan dio un paso atrás.

“No tengo ninguna intención de pelear contigo, Sabio.”

“¿Cuál es tu objetivo entonces?”

“Vi cómo la Heroína te hizo a un lado”.

“¡¡¡CUIDA TU LENGUA!!!”

Enfurecido, Ares activó su hechizo de invocación. Un espíritu terrible tigre saltó hacia Shisandan con los colmillos al descubierto, pero el demonio fácilmente dividió a la bestia con un solo corte.

“Cálmate. No estoy aquí para poner sal en tus heridas. ¿Qué dices? ¿Qué tal si formamos una alianza temporal?”

“¿Eh? ¿Me tomas como un tonto? ¿Por qué yo, un miembro del grupo de la Heroína, me uniría a un demonio?”

“El grupo de la Heroína, ¿eh?” La forma falsa de Shisandan sonrió. En su rabia, Ares podía sentir el latido de su corazón llenando su cabeza. “Dime,

¿sabes por qué te borraron de ese pequeño grupo?”

“Por un tonto llamado Gideon, que ha hechizado a la Heroína”, respondió Ares de inmediato.

“Eso es correcto.” Sin esperar que un demonio estuviera de acuerdo con él, Ares se sorprendió por la respuesta. “Si las bendiciones son los roles dados por Demis, entonces la lucha entre el señor demonio y el Héroe no solo está destinada, sino que es justa y natural. Nosotros, en el ejército del señor de los demonios, no deseamos nada más que el Héroe se levante y luche contra el señor de los demonios”.

“… ¿Quieres decir que el señor demonio simplemente está intentando cumplir con su papel ordenado?”

“Precisamente. Debido a que el equilibrio de poder entre los dos continentes se vuelve obsoleto, el Héroe y el señor demonio deben enfrentarse. El resultado de su conflicto alterará el equilibrio estancado. Después de un tiempo, aparece un nuevo Héroe y señor demonio, y el ciclo continuará. Estas guerras han ayudado a desarrollar el mundo. La civilización, como las bendiciones, solo puede avanzar a través de las dificultades. Después de todo, las capacidades de las personas y los demonios que dirigen están determinadas por el nivel de sus bendiciones. Una guerra a gran escala elimina a los débiles mientras que los poderosos ganan niveles. Y el mundo avanza hacia una nueva era a espaldas de los elegidos por Bendiciones Divinas”.

“Las Bendiciones Divinas y la civilización son lo mismo… Eso… es algo que nunca antes había considerado”.

Ares estaba cautivado. Por el contrario, fue todo lo que Shisandan pudo hacer para no fruncir el ceño con disgusto por la absurda idea. La filosofía que describió fue la del antiguo señor de los demonios.

Para los demonios Asura que no poseían bendiciones, la ideología era una farsa maravillosa y nada más.

¿Con qué lógica se produjeron los avances en campos como la agricultura o la construcción a través del combate? Los demonios Asura vieron los grilletes de las Bendiciones Divinas como ridículos.

Aun así, el concepto degradado cumplió su propósito, ganándose la confianza de Ares. Shisandan juzgó que ya era hora de llegar al punto principal.

“Una reliquia del primer Héroe yace bajo tierra aquí en estas ruinas.

¿Entonces qué dices? Podemos continuar nuestra lucha después de recuperarlo”.

“¿Una reliquia del primer Héroe?”

“Si le das eso a la Héroe actual, estoy seguro de que recordará su deber. Se dará cuenta de que la individualidad es trivial para el Héroe”.

“¿Individualidad? ¿Qué quieres decir? Espera… no hay forma de que un miembro del ejército del señor de los demonios como tú entregue algo tan valioso”, dijo Ares, dudoso.

“Tal como están las cosas, la Heroína abandonará su papel. Si lo hace, la reliquia no tendrá ningún valor de todos modos”.

“Eso es…”

El contorno del cuerpo de Shisandan se deforma y se transforma en un demonio de seis brazos.

“Uno tan sabio como puedas llegar a entender por qué existe el Héroe y qué debes hacer al vislumbrar la reliquia…” Los susurros del demonio se filtraron en la mente de Ares. “Incluso para un Asura como yo, será difícil seguir adelante solo. Necesito tu fuerza, Sabio”.

Para Ares, a quien Ruti había dejado de lado, esas palabras dieron en el blanco. No había forma de que pudiera negarse.

***

Ruti y yo nos dirigimos hacia los demás. No tardó en reunirse, ya que nos habían estado siguiendo. Cuando mencionamos que nos habíamos encontrado con Ares, Rit pareció aliviada, Tisse pareció sorprendida y Godwin no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo.

“El hecho de que Ares esté aquí explicaría al dragón espiritual”, declaró Ruti.

Tisse asintió con la cabeza.

Sin duda, era el mago más grande del mundo, pero…

“La presencia de Ares me preocupa, pero estoy más preocupado por la otra persona que se suponía que debía estar con él”, dije.

Parecía que Ares había dejado atrás a su compañero anónimo cuando pasó a la clandestinidad. Todo lo que le sucedió a esa persona después de la separación no estaba claro. Por lo que dijo Tisse, esta otra persona era incluso más hábil para ocultarse que Ares. Ruti y yo deberíamos haberle preguntado a Ares sobre eso cuando tuvimos la oportunidad, pero supongo que no había sido una gran opción.

“Tal vez fue Theodora”. Rit expresó la teoría obvia.

“Normalmente, ese podría ser el caso, pero si es ella, que se separen no tiene sentido. Theodora nunca haría algo tan peligroso como aventurarse a través de las antiguas ruinas de los elfos por su cuenta, no a menos que hubiera alguna razón especial. Ella es alguien que prioriza la lógica sobre la emoción”, respondí.

“Ahora que lo mencionas, tuve ese tipo de sentimiento de ella”, agregó Tisse.

Theodora no era del tipo que actuaba sola en este tipo de situación. Nunca antes me habían dado una razón para suponer que ella poseyera algún conocimiento sobre golems como serpientes de hierro.

Los golems no requerían ninguna habilidad para controlar, pero sí exigían un alto nivel de inteligencia y una manipulación precisa del poder mágico. Teóricamente, cualquiera con una bendición que pudiera usar la magia podría comandarlos, pero la cantidad de personas que podían hacerlo tan bien era baja.

Las cosas mecánicas tampoco eran precisamente baratas. Aun así, la razón principal por la que los golems, trabajadores potencialmente producibles en masa que nunca se cansaron, no terminaron asumiendo todo el trabajo manual fue que eran tan difíciles de controlar.

“En cuyo caso, ¿Ares encontró un nuevo aliado después de que Ruti se fue?” Preguntó Rit.

“Supongo que sí”, respondí.

Regresamos a la habitación con el laboratorio improvisado de Godwin. Encendí el fuego y comencé a preparar un té de hierbas con una olla por ahí. Ruti y yo necesitaríamos un poco de tiempo para calmarnos. Todos guardaron silencio durante unos minutos.

“Hombre, ¿cuánto tiempo voy a tener que estar encerrado en estas ruinas de todos modos? Si solo se trata de hacer medicinas, no hay ninguna razón por la que no pueda hacerlo en otra ciudad, ¿verdad?” Godwin murmuró para sí mismo mientras tomaba un sorbo del té humeante.

Sin embargo, cuando Ruti se volvió hacia él, se corrigió frenéticamente.

“N-No es como si hubiera pasado un mes aquí, así que no estoy tratando de quejarme ni nada”.

Realmente estaba totalmente aterrorizado por ella.

“Lo consideraré.” Ruti parecía arrepentida por la situación en la que había puesto a Godwin. No es que él fuera consciente de eso. Entendido completamente mal, el hombre se estaba volviendo loco para disculparse.

Tisse y yo solo miramos, casi sintiéndonos mal por él, pero no del todo.

“Entonces… ¿tal vez Shisandan está involucrado?” Murmuró Rit.

“Shisandan, ¿eh?” Eso se me había olvidado por completo debido a la conmoción de ver a Ares de nuevo.

“Pero el señor Ares es un Sabio. Sería capaz de reconocer a un demonio Asura que no tuviera una bendición”, protestó Tisse.

“Eso no está garantizado. Ares nunca usa Evaluar en una persona que ha conocido antes. De vuelta en Loggervia, no se dio cuenta cuando Shisandan tomó la forma de Gaius a mitad de nuestro tiempo allí”, corregí.

“Cierto. Y Shisandan puede convertirse en Danan”, agregó Rit.

No sería sorprendente saber que Ares, sin saberlo, estaba confabulado con el demonio.

“¿Entonces las serpientes de hierro eran de Shisandan? ¿Para qué?” Preguntó Tisse.

Mi primer pensamiento fue que Shisandan estaba buscando a Ruti. Tenía sentido que las fuerzas del señor de los demonios estuvieran detrás de la Heroína. Sin embargo, incluso después de descubrirla a través de las serpientes de hierro, había decidido dejarnos en paz y aventurarse más profundamente en las ruinas. Y si hubiera tenido la intención de engañarnos apareciendo como Danan, hubiera sido mejor no usar las serpientes de hierro y simplemente buscarnos con Ares.

“Si las construcciones no eran para nosotros, entonces debieron estar rastreando el complejo”, dedujo Ruti.

“Sí, las fuerzas de Dreadonna han estado recolectando armas y tesoros de sitios antiguos en todo Avalon. Es posible que el saqueo se haya convertido en uno más de sus objetivos, y esa podría ser la razón por la que Shisandan está aquí”, planteé.

Sin embargo, el saqueo de Dreadonna solo había ocurrido en áreas que ya estaban bajo su control. Si bien Zoltan no tenía muchas defensas, no se conocieron casos de que el ejército del señor demonio se aventurara así desde sus líneas de suministro. El riesgo para ellos parecía alto. Todavía no cuadraba.

“Espera un momento,” intervino Tisse. “¿Qué es?”

“El Señor Ares está en movimiento. Y es débil, pero siento a otra persona con él”.

“¿Se han reunido?” Rit se puso de pie. “Incluso si solo existe la posibilidad de que sea Shisandan, no puedo quedarme de brazos cruzados”.

“Enfrentarme a Ares de nuevo me da una pausa, pero si lo están engañando, merece saberlo”, dije.

El Sabio y yo teníamos nuestras diferencias, pero dejarlo en manos de un demonio Asura todavía estaba mal. Sin perder tiempo, partimos en busca de Ares.

Desafortunadamente, ya no estaba en el mismo piso que nosotros en ese momento.

***

“¡¿E-Esto es…?!” La vista ante Ares lo dejó sin palabras. Un verde tan verdoso estaba completamente en desacuerdo con el material frío y duro que formaba las antiguas ruinas de los elfos.

Cualquier equipo que hubiera estado originalmente en la habitación se había derrumbado hace mucho tiempo, y los ataúdes de granito se alineaban en la cámara. En el interior había momias de elfos del bosque disecadas, yaciendo allí sosteniendo espadas que no tenían rastro de óxido a pesar de los siglos de antigüedad.

“Los elfos del bosque creían en la importancia del ciclo de la naturaleza. Su costumbre en la muerte era realizar los ritos funerarios y luego dejar los cuerpos en el bosque para ser devorados por los animales y regresar de dónde venía. Ya veo… Lo que está más allá de este punto era algo que deseaban proteger tan profundamente que estaban dispuestos a romper con esa tradición sagrada”, dijo Shisandan, como Bui, con una sonrisa. “La reliquia del Héroe está cerca”.

Una vaga inquietud se apoderó del pecho de Ares.

¿Por qué habían escondido los elfos del bosque un artefacto dejado por el primer Héroe? Un objeto así era sin duda un símbolo de esperanza. ¿Qué se podría ganar guardándolo sin siquiera una historia que susurrara su existencia?

Los dos avanzaron más profundamente, pasando junto a los elfos momificados, que los miraban con los ojos vacíos. Shisandan tarareó para sí mismo, aunque se burló de los cadáveres.

Casi se sentía como si la habitación estuviera llena de animosidad. Ares se estremeció, sintiendo un escalofrío repentino. A pesar de su presentimiento, los elfos del bosque no se levantaron como muertos vivientes. Eran simplemente cuerpos que se desmoronaban. No era como si cualquier número de muertos vivientes, seres sin bendiciones, fuera un rival para un Sabio y un demonio Asura de todos modos.

Cuando Ares y Shisandan se acercaron a la salida en el lado más alejado de la cámara, la pareja de repente detectó una intensa hostilidad. Shisandan desenvainó reflexivamente su espada. Al momento siguiente, una espada élfica se lanzó directamente hacia él. Agarrando su propia arma con ambas manos, desvió el ataque. Fue un golpe poderoso que dejó los dedos de Shisandan entumecidos después del impacto.

“¿Quién está ahí?”

Uno de los elfos del bosque se levantó con un sonido de deslizamiento. Y luego se derrumbó al suelo con un ruido sordo.

“¡¿D-Danan?!” Gritó Ares.

El Artista Marcial sonrió sin miedo al salir de su escondite en el ataúd.

“Seguro que te tomaste tu tiempo, Shisandan. Incluso me las arreglé para golpearte aquí”.

Ares estaba perdido. Había venido a las ruinas con Danan, por lo que su presencia aquí no parecía demasiado imposible. Sin embargo, este Danan era muy diferente al que había conocido Ares antes. Al hombre corpulento que tenía delante le faltaba el antebrazo derecho. Sin embargo, aun así, exudaba una poderosa presencia que dejaba a Ares sin duda de que él era el verdadero Danan.