Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 7

Capitulo 9: La Capital Arde

Parte 3: Normal Y Especial

 

 

——En algún lugar de las Naciones del Norte.

Una caravana marchaba por una carretera de tránsito, custodiada por caballeros por todos lados. Los refugiados abarrotaban la carretera, muchos de ellos con aspecto de bandidos. Observaron desenfrenadamente la caravana, pero los caballeros los ahuyentaron violentamente con sus armas. “¡Ceder el paso! ¡Un paso atrás!”


“Mendigos… ¡Manténganse alejados!”

Los caballeros estaban en guardia, sabiendo muy bien el peligro de detenerse en un lugar como este.

Akane miró desde el interior del carruaje en el centro de la caravana y suspiró. “Es un mundo difícil, ¿no es así…?”

“¿Dónde crees que estás?” Respondió una mujer bien formada desde el otro lado del carruaje. “Y estabas tratando de atravesar todo eso solo… ¿Bajo qué roca te criaron?” La mujer vestía toda de negro, incluido un velo negro sobre el rostro, que le daba un aire peculiar.

“Refugiados, eh… Es triste perder su hogar”.


“Y ya es hora de que me hables del tuyo. ¿Tu papá es un noble?”

“No soy noble. ¡Solo una historia normal de ropas de idols!”

“Ahí tienes otra vez las tonterías… Los nobles protegen demasiado a sus hijas”. La mujer de negro frunció el ceño. Se había apresurado a recoger a Akane cuando comenzaba a caminar por la carretera sin preocuparse por nada. Si bien la ropa de Akane no era familiar para la mujer, su calidad era lo suficientemente buena como para que ella se diera cuenta. Combinado con sus manos suaves, cabello bien cuidado y piel sin curtir, Akane lucía convincentemente el papel de una chica rica protegida. “¿Qué van a hacer estas personas, Mama?” Preguntó Akane.

“Preocúpate por ti, niña”, dijo Mama. A pesar de su voz alta y su complexión musculosa, había cierta sensualidad en ella.

“Disculpe la interrupción”, gritó un caballero desde fuera del carruaje.

“Tengo algo que informar, Big Mama”.

“¿Qué es? Abre ya la ventana” respondió ella bruscamente. Si no estuviera vestida de luto, ella misma podría haber pasado por un bandido. “La caravana de la señora ya ha llegado a la ciudad más adelante”.

“Malas noticias para nosotros… Buenas noticias para la gente de aquí, estoy segura”.

“¿Cambiamos de rumbo?”

“Volvemos a Icaros. Parece que vamos a estar decepcionados donde quiera que vayamos”.

La influencia de la Señora iba en aumento a medida que su enorme caravana recorría cualquier pueblo y aldea a su paso, comprando prácticamente todo lo que encontraba. Esto fue nada menos que un regalo del cielo para aquellos que se ganaban la vida vendiendo. Por otro lado, fue un desastre para cualquiera que buscara comprar; imagina una ballena gigante saltando de la nada y tragándose toda su captura. Cuanto más brillante es la luz, más oscura es la sombra que proyecta. Y así el mundo cambió.

“La Butterfly de Holylight… no odio su estilo, pero necesita aprender algo de moderación”.

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“¿Holylight? Ahí es donde está Hakuto. Apuesto a que está tramando todo tipo de planes de nuevo”. Akane se rio.

Mama miró hacia arriba. “¿Eres de Holylight? Escuché que los nobles ricos dirigen el espectáculo allí. ¿Por qué estabas tan triste que te hizo huir?”

“No me escapé sino que vine a buscar algo que nadie más pudiera hacer…”

“¿Qué nadie más pudo hacer, eh…? Habla como alguien que no ha luchado ni un día en su vida”, se rio Mama.

Muchos hombres y mujeres jóvenes, y tal vez incluso ella misma, tuvo que admitir Mama, se consideraban especiales y buscaban su propio propósito único. Por supuesto, solo un puñado de personas eran realmente especiales. A medida que se aventuraban en la sociedad, la mayoría empezó a anhelar la estabilidad de una vida normal. Quizás eso es lo que significó crecer.

“Akane, ¿verdad?” Preguntó Mama. Pronto aprenderás sobre el mundo.

Entonces tal vez algo sobre ti”.

“Mm… es cierto que no sé mucho sobre el mundo y todo eso, pero siempre seré yo”.

“¡Ha! Cuán ingenuos pueden ser ustedes los nobles inmaculados…”

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“¡Pero cuéntame de ti, Mama! ¿En qué trabajas? ¿Por qué estás vestida de negro? ¿A dónde vamos? ¿Es sabroso un Icaros? ¿Es la ciudad que acabamos de pasar—?

“¡Deja de zumbar, pequeña…! ¡Haga una pregunta a la vez!” Mama lloró molesta. Aun así, sintió una extraña necesidad de decirle a Akane todo lo que quería saber.

Esto fue gracias a una de las habilidades especiales de Akane, Agente Secreto, una habilidad para romper el equilibrio que hacía que la gente quisiera filtrarle todo tipo de detalles. A veces, Akane simplemente tropezaba con información importante que la beneficiaría. De vuelta en el juego, esta habilidad debilitó todas las habilidades de sigilo, lo que ayudó enormemente a Akane a detectar y atacar a los jugadores primero.

Naturalmente, Mama no pudo evitar explicar: “La gente llama a Ícaros la ciudad del mal. Es el montón de basura del norte”.

“¡¿Ciudad del mal?! ¡Eso suena genial! ”

“Si no estás bromeando, chica, tu ingenuidad comienza a ponerse divertida. Administro un montón de chicas trabajadoras allí. Algunas de ellas se están ahogando en deudas, otras están allí por dinero extra. Algunas chicas fueron prácticamente secuestradas, pero hay muchas chicas nobles como tú, caídas en desgracia”.

“¿Tiene un negocio en una ciudad tan peligrosa? ¡Impresionante!”

Mama frunció el ceño detrás de su velo negro, viendo lo despreocupada que estaba Akane por la descripción de su trabajo. Había visto muchas chicas nobles que nunca habían conocido problemas ni habían visto la oscuridad del mundo. Parte de su trabajo consistió en entrenar a esas chicas desde cero, evitando que se volvieran locas o suicidas cuando se enfrentaran a su nueva y dura realidad. Las niñas pronto aprendieron que, una vez que cayeran en Icaros, todo lo que vendría de lamentarse o luchar por su destino eran cortes, magulladuras y un miedo más profundo al mañana.

“Te atrapó una de las caras de esa ciudad aterradora. ¿Entiendes la situación en la que te encuentras?”


“¡Es agradable no tener que caminar! Oh, no tengo nada para la tarifa del taxi”.

“Eres un hueso duro de roer…” Mama suspiró, viendo a Akane tan radiante como siempre. No se parecía a ninguna otra chica con la que se hubiera encontrado mamá.

“Pareces agradable, Mama. Iré contigo a Icaros”.

“No seas tonta… No es un lugar donde una chica como tú debería estar cerca… A menos que quieras ser una prostituta”.

“No, soy una idol pura. Chica común. No hay entrevistas en el sofá para mí”.

“Más tonterías de nuevo… Pura, ¿eh?” Mama se acarició la barbilla y miró por la ventana. La palabra le pareció distante. Sin forma.

Al ver la preocupación en su rostro, Akane se apresuró a decir: “Oh, no me malinterpretes. No estoy diciendo que haya nada malo con las chicas que lo hacen”.

“Es un mundo podrido. Una chica tiene que sobrevivir de alguna manera”.

“Supongo,” respondió Akane pensativamente.

Luna, quien ascendió hasta la posición de Doncella Sagrada de la nada como huérfana, así como Yukikaze y Mikan, quienes se ganaron su camino para salir de la pobreza aventurándose, fueron sin duda casos especiales en este mundo. Las mujeres normales tenían que sobrevivir por todos los medios necesarios.

Akane estaba familiarizada con la división de clases, habiendo vivido bajo el dominio del Imperio, donde el Pueblo de Dios vivía vidas drásticamente diferentes al resto de la población. Tan despreocupada como actuaba, Akane conocía bien el lado oscuro de la humanidad.

Mama se rio entre dientes al ver que la sonrisa de Akane se desvanecía. “Akane, ¿no es así…? No lo tuerzas. Nos aprovechamos de los hombres, aprovechándonos de sus mentes pequeñas y sencillas. Ponga a un hombre solo en una habitación con una chica que le guste y observe cómo se convierte en un chico, sin importar su nacimiento. Es lindo.”

Los ojos de Akane brillaron, mostrando un interés evidente en la afirmación de Mama. “¿D-De verdad…? ¿Es lo mismo con un chico mayor? ¿Cómo, como, un dandy de cuarenta y cinco años, tipo estoico?”

“Eso es bastante específico…”

“¡Nunca he tenido citas, así que quiero aprender de tus décadas de experiencia!”

“¡¿Décadas?! ¡¿Cuantos años crees que tengo?!”

Mientras continuaban su conversación, un precursor de la caravana corrió hacia la ventana. “Big Mama, hay innumerables cuerpos esparcidos en el camino por delante”.

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“¿De cuántos estamos hablando?”

“No hemos hecho un recuento… Pero debe haber un centenar”.

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“No pensé que hubiera zonas de guerra potenciales en nuestra ruta”. El aire en el carruaje cambió. Un puñado de cuerpos habría sido una cosa, pero esta cantidad de cadáveres indicaba un enfrentamiento a gran escala.

El caballero añadió tensamente: “Este camino conduce a Icaros. ¿Quién sería tan estúpido como para iniciar una escaramuza aquí?”

“Quizás un rebelde protegido…”

Icaros, fiel a su apodo de la ciudad del mal, estaba plagado de drogas ilegales, tráfico de personas, contrabando, tráfico de armas, prostitución, combates a muerte, juegos de azar peligrosos y cualquier otro libertinaje imaginable… todo a plena luz del día. Naturalmente, muchas figuras poderosas de todo el continente frecuentaban la ciudad, incluidas aquellas que mantenían una imagen santa de su propia gente. Teniendo en cuenta que también había muchos mercenarios basados en la ciudad, habría sido difícil encontrar a alguien dispuesto a iniciar un conflicto con Icaros.

La caravana continuó hasta que el carruaje de mamá sufrió la devastación que había informado el precursor. Ella inspeccionó en silencio el sitio durante algún tiempo, antes de llamar silenciosamente a los caballeros de guardia: “Quédense aquí”.

“¡No debes ir sola, Big Mama!”

Mama despidió a los caballeros y caminó hacia el campo de cadáveres, seguida por Akane.

“Tú también te quedas en el carruaje, niña.”

“¡De ninguna manera la superestrella Akane, detective privado, va a dejar pasar la escena del crimen!” Akane infló su pecho, sosteniendo una lupa. “Todo es diversión y juegos para ti, ¿no es así…? No te enfermes de ver a los muertos”. Mama parecía haber renunciado a hablar con sentido común con Akane. “No parece que ningún humano hiciera esto, sin embargo…” murmuró Mama, inspeccionando los cuerpos, todos cortados arriba y abajo a través de sus armaduras.

Akane también podía ver lo poderoso que debía haber sido el asesino. Silbó una melodía y la concluyó diciendo: “No me está gustando…”.

“¿Qué estás haciendo?” Mama preguntó mientras Akane seguía olfateando algo en el aire.

Ambas escucharon un leve gruñido y se volvieron para encontrar a una hermosa dama caballero al borde de la muerte. Era tan alta como los otros caballeros, con deliciosos mechones dorados. En otra vida, podría haber tenido éxito como modelo.

Mama se acercó a la dama caballero y le comentó: “Te llaman monstruo en el campo de batalla… ¿Qué hizo esto?”

“Ojalá no me hubieras visto así. Era un diablo con una gran guadaña…”

“Ya veo… ¿Tienes algunas últimas palabras?”

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Un corte fatalmente profundo corrió desde el hombro de la dama caballero hasta su costado, y le faltaba la pierna izquierda desde la rodilla hacia abajo. Por lo que Akane podía decir, estaba casi muerta, solo colgando de un hilo. Ningún elemento o habilidad, tal vez ni siquiera la de Yu, podría haberla salvado.

“Dile a mis camaradas… se necesitó Entre IX’am…”

“Por eso te falta la armadura…”

Los engranajes en la cabeza de Akane giraron mientras escuchaba la conversación. El tenue olor, el diablo con la guadaña, la armadura extrañamente nombrada… Todas las piezas se estaban juntando.

“¡Eureka!” Gritó Akane. “¿No es esta la armadura de la que estás hablando? ¿O algo súper similar?” Sacó la armadura que Belphegor había estado usando de su mochila de respaldo.

La dama caballero y Mama se quedaron mirando asombradas; era casi idéntica a la armadura en cuestión, salvo por su color.

“Este se llama Examen Final”, agregó Akane. “El tuyo debe ser Examen de Ingreso, ¿eh?”

“Increíble… Hubo dos iteraciones de Entre Ix’am”, murmuró la dama caballero, curvándose los labios. Si bien no entendía del todo de qué estaba hablando Akane, estaba claramente divertida. “Heh… Ese diablo… puede chuparlo…”

“Si estás hablando del diablo de aspecto estúpido con la calabaza, lo voy a matar. Promesa. Dulces sueños.” Akane acarició suavemente la mejilla de la dama caballero. En este gesto de bondad se vislumbró el frío dominio de Akane sobre la vida y la muerte.

“Chica graciosa, lo eres. Toma esto… Tengo algo de dinero… Cuídalo, ¿quieres, Mama?” La dama caballero arrancó de su cuello lo que parecía una placa de identificación, la encantó y se la entregó a Akane. Luego cerró los ojos, abrazando la muerte sin un rastro de remordimiento en su rostro.

“Otro se fue… El mundo no es justo, ¿verdad?”

“¿Se conocían, Mama?”

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“Ella era una mercenaria. Vivió la vida de un hombre, siempre vistiendo esa armadura completa. Dijo que era la única forma de ganarse el respeto en el negocio. Toneladas de chicas como ella en Icaros”.

“Entendido…” Akane levantó la placa de identificación, brillando con sangre fresca. Por temor a que sus cuerpos fueran dañados más allá del reconocimiento en la batalla, muchos caballeros y mercenarios optaron por usar una placa de identificación, una representación de su humilde deseo de ser conocidos como quienes eran cuando sus cuerpos fueron puestos en reposo. “Mama, esta placa de perro está encendida”.

Maou-sama Retry! Volumen 7 Capitulo 9 Parte 3 Novela Ligera

 

“Una señal de que te dejó su propiedad… Todos esos mercenarios piensan en lo que sucede después de su muerte para que estén listos para partir cuando llegue el momento”. Mama cerró los ojos en una breve oración. Cuando los abrió, simplemente ordenó a uno de sus caballeros que enterrara el cuerpo y comenzó a irse como si nada hubiera pasado.

“Hmph. Vamos. Tienes derecho a su propiedad ahora”.

“¿Eh? No necesito nada de eso”.

“Esas fueron sus últimas palabras. No vas a ignorar esto”. Big Mama le dio a Akane una mirada escalofriante que la presionó incluso a estar de acuerdo.

“No he descubierto mucho sobre ti, Akane, pero hay una cosa”.


“¿Oh sí? ¿Qué es eso?” Preguntó Akane, bastante disgustada por haber dejado que esta extraña mujer vestida de negro le infundiera un segundo de miedo. Quizás un producto de su experiencia de vida, en lugar de una fuerza bruta.

“Eres increíblemente afortunada. Empezando conmigo encontrándote”.

“Soy la Señorita Suerte encarnada. En todo caso, estás en una racha de suerte, Mama”.

“Veamos cuánto tiempo puedes seguir así”, se burló Mama y regresó al carruaje.

Persiguiéndola, Akane le dio a la placa de identificación una segunda mirada… y encontró en ella dos inscripciones.

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