Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 7

Capitulo 9: La Capital Arde

Parte 16: Alboroto II

 

 

Este es un lugar lleno de engaños.

El Señor Demonio se rio cuando un par de hombres cayeron al suelo.

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“¡¿Cómo… cómo está él aquí?! ¡Se supone que está a-a–a-a-atrapado en los suburbios…!”

“Oh, no, no, no, no… ¡Eyze, es ese tipo!”

Las expresiones del Señor Demonio y de Ren cambiaron, sabiendo que ver más allá de Posición Sigilosa requería un cierto umbral de habilidad. “¡N-No digas mi nombre, idiota! ¡¿Y si lo recuerda?!”

“¡E-Espera, no me ahogues, Eyze! ¡Por favor, Eyze!”

“¡Cállate!”

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La pareja se reveló completamente. Tan pronto como el Señor Demonio se llevó un cigarrillo a la boca, Ren lo encendió.

“Guardias de la ciudad, por lo que parece”, dijo el Señor Demonio. “Buen ojo… Eyze.”

“¡E-Ese no es mi nombre! Este novato de aquí, e-es un mentiroso en serie, nacido y criado…”

“¡Eso es horrible, Eyze! ¡No me llames mentiroso, Eyze! ¡¿Por qué dirías algo así, Eyze?!”

“¡Deja de llamarme por mi nombre! Sabes lo que estás haciendo, ¿no es así? ¡¿Eh?!”

Al ver a Eyze y su compañero luchar, el Señor Demonio se rio entre dientes. Sintió una extraña sensación de simpatía después de que lo llamaran implacablemente Rey. Una unidad de patrulla, compuesta por Lilus y sus hombres, los escuchó y se acercó.

“¿Qué está pasando? Maldita sea, Eyze”. Lilus miró a Eyze con el ceño fruncido desde lo alto de su caballo, recordando las numerosas ocasiones en las que uno de los arrebatos de Eyze detuvo su misión o sus viajes. Luego, vio al Señor Demonio en su traje y lo discernió como Rey. “¿Vas a adular al Barrio del Cielo ahora, Eyze?”

“N-No, yo…”

“Por eso siempre serás un perdedor. Lo único que tienes en mente es montar en los faldones de alguien más que tiene lo que se necesita… Me disgusta.” Lilus escupió en la cara de Eyze.

Eyze lo limpió con un sucio trozo de tela que apenas podría llamarse pañuelo. No importaba lo miserable que fuera, no podía replicar.

“Y apesta para ti”, agregó Lilus, “no tiene lo que se necesita. Solo un perdedor a punto de ser ejecutado”. Levantó el brazo, lo que llamó a un centenar de mercenarios para que se formaran, todos apuntando con sus armas al Señor Demonio y a Ren, casi feliz de que se hubieran ahorrado la molestia de arrinconarlos en los barrios bajos.

“¿Qué pasa, Rey? Es la primera vez que te veo sin tu armadura”.

“Estás equivocado. Mi nombre no es Rey, y nunca nos habíamos conocido antes”.

“Así es como suenas. Eres un hombre tranquilo en el campo de batalla, pero tienes una buena voz de bajo”.

“Soy—”

“¡Vamos, hombre! Nada de esto, no eres un toro rey. ¿Crees que nadie sabría quién eres sin tu armadura?” Con una risa exasperada, hizo avanzar a sus hombres.

Ren dio un paso hacia adelante como para interponerse entre ellos y el Señor Demonio. “Son hostiles, Maestro”.

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“Vamos, Rey, ¿te vas a esconder detrás de esta monada? Un poco decepcionado, si estoy siendo sincero aquí. Patético sin tu armadura puesta…”

El Señor Demonio había estado disfrutando tranquilamente de un cigarrillo, pero decidió preguntar: “Solo para confirmar, ¿estás tratando de matarme?” Al igual que los matones de los barrios marginales, parecía evidente que perseguían específicamente su vida.

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“¿Eh? Qué estás… Viniste golpeando a Euritheis. En el Jack of All Trades. ¿Crees que puedes salir vivo de la capital? Tu cabeza pertenece a las Cinco Estrellas ahora”.

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“Ya veo… Entonces será mejor que me defienda”.

“La cagaste, Rey. Dejas que un poco de infamia se te suba a la cabeza. Infló tu pecho con el tipo equivocado. Ustedes dos perdedores se habrían llevado bien”. Los labios de Lilus se curvaron.

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El Señor Demonio también mostró una sonrisa amarga al recordar su yo más joven en Eyze.

Cuando el mundo de Akira Ono fue aplastado por la avalancha de locura por las redes sociales. Una sección de Internet se había poblado de comentarios despiadados:

El sitio de Ono se bloqueó y se quemó, LOL. Que perdedor.

Está tostado.

Sus juegos estaban tan anticuados.

En ese momento, Akira se sumergió en las profundidades de la bebida y el libertinaje, pasando sus días en el fondo. Con sus ahorros agotados, había comenzado a trabajar en una empresa de videojuegos solo para no encontrar satisfacción allí. Enjuague y repita. Por supuesto, Akira no se había rendido. Esperó el momento oportuno durante mucho, mucho tiempo, antes de arrojar su corazón y su alma al fuego de un último intento…

Recordando los viejos tiempos, el Señor Demonio murmuró para sí mismo: “Desde la caída del mercado y la era del desempleo hasta mis días de trabajadores temporales y contratistas, personas como tú siempre han predicado sobre vencedores y perdedores. Todos y cada uno de ellos eran tan finos como el papel como tú”.

“¿Eh?”

“Ganar… Perder… Lo que significa todo… Eso está solo dentro de cada uno de nosotros. Nada es tan cómico como un completo extraño dando una conferencia sobre lo que significa ganar en la vida”.

“Una historia genial… Pero todavía estás saliendo como un perdedor”. Lilus había llamado discretamente a sus compañeros de equipo mientras mantenía ocupado al Señor Demonio, y ahora había otros tres altos mandos de Cinco Estrellas liderando sus propios equipos de cien mercenarios a la plaza. “¿Pensaste que te estaba escuchando zumbar para entretenerme? Los perdedores solo mantienen sus ojos en lo que tienen frente a ellos en el momento”.

Incluso frente a la compañía de mercenarios de las Cinco Estrellas, el Señor Demonio y Ren permanecieron quietos.

“No hay necesidad de matarlos, Ren.”

“Perdóname, Maestro, pero tienen claras intenciones de matarte”.

“No hay necesidad de ensuciarse las manos con estos rufianes”, dijo el Señor Demonio para sofocar aún más la ira de Ren.

“Maestro…” Con ojos llorosos, Ren envolvió sus brazos alrededor de su cintura. “Si es su voluntad, Maestro, estoy listo para cortar y empalar a mil millones de enemigos”.

“¡Espera, no digas cosas así con tus brazos alrededor de mí!”

Los altos mandos de las Cinco Estrellas compartieron una mirada exasperada ante esto. Cada uno de ellos tenía sus pensamientos sobre Rey, a quien habían conocido en el campo de batalla varias veces.

“Esa es la cara del Rey … Parece incluso más intensa de lo que pensaba”, dijo Giuliani, conocido como el Berserker, un hombre grande con un martillo de guerra aún más grande que convirtió a todos los que se acercaban a él en carne molida. El martillo era tan pesado que ningún hombre común podría haberlo levantado.

“Pensé que sería un poco más joven… Lástima”, dijo Guardián del Infierno Marietta. Era una mujer serpentina que se había convertido en guardiana de esclavos en las famosas minas de oro de Goldstone durante su tiempo libre del trabajo mercenario. Allí, dejó una pila de cadáveres. Su cimitarra era toda dorada desde el mango hasta el filo de su hoja.

“La edad es sólo un número en nuestro negocio… Rey no debe ser visto a la ligera”, dijo el famoso Sabio Aerios, el Fuego de Sotta. Se había convertido en una especie de héroe local después de quemar todo un nido de goblins en las montañas Sotta, al norte.

“Hmph. Con todos nosotros aquí, podríamos sacar un Firebrand”. Por último, estaba Lilus la Espada Ilusoria, que había ganado su fama como cazador de monstruos después de cazar en solitario un Unicorn Bug.

Cada uno de los altos mandos era un luchador de primer nivel, y el resto de su batallón estaba mejor entrenado que la mayoría de los ejércitos de los alrededores. Era natural que crecieran hasta convertirse en una de las compañías mercenarias más populares del continente. Teniendo en cuenta eso, Eyze lo pasó mal en más de un sentido cuando trabajaba junto a ellos.

Giuliani hizo avanzar su caballo, con el martillo de guerra en un hombro. “Ambos somos mercenarios. Elige una muerte honorable y no la haré dolorosa”.

“No interrumpas mi tiempo con mi maestro”, dijo Ren en voz baja, sus brazos aun abrazando al Señor Demonio.

Giuliani se cepilló la cabeza bien afeitada, luciendo un poco preocupado. “Vamos, niña. No estamos aquí para jugar”.

“No estoy jugando. Mi amor por mi maestro es tan real como puede ser”.

“O-Oye, pequeña niña… ¡¿Podría ser que… me estás usando para confesar tu amor a este chico?! ¡¿Es eso lo que está pasando?!” Giuliani gritó, con la cara enrojecida por la ira y los celos.

El Señor Demonio decidió jugar con esta reacción y dijo: “Una petición para ti, Ren. Entretenerlos un poco”.

Después de un largo silencio, Ren lamentablemente renunció a su control sobre el Señor Demonio. “Sí señor.” Ella se enfrentó a su enemigo.

El Señor Demonio tomó su señal para correr hacia una de las sillas en la plaza, donde colocó su cenicero y una botella de shochu que había tomado del casino, listo para convertirse en un perfecto espectador. “Ten cuidado con ellos, Ren.”

A su orden, Ren sacó una lanza larga de un vacío oscuro que se materializó en el aire. Su arma preferida, Ningen Mukotsu, había enviado a innumerables jugadores a la tumba. El punto estaba formado por una espiral de varias hojas que emanaban un siniestro resplandor rojo, su longitud era más larga que ella.

“La resistencia es inútil. Ríndete ahora… ”

La postura magistral de Ren y la presencia inquietante de la lanza congelaron a los miembros de las Cinco Estrellas, incluso a pesar de su destreza excepcional. Fue precisamente por su talento que sintieron en sus huesos lo peligrosa que era la lanza. Según su estimación, era al menos un legendario y casi con certeza un fragmento antiguo.

Abrumado por el miedo, Lilus gritó: “¡N-No es justo, Rey! ¡¿T-Tienes una lanza c-como… eso?!”

“¿Hm? Estabas jactándote de arriba abajo de lo exitoso que eres. ¿Qué tienes que temer de cualquier cosa que un perdedor como yo tenga bajo la manga? Ve a lo grande o vete a casa. Sin embargo, no volverás a casa después de esto”.

“¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡Esto es como hacer trampa! ¡¿Y te llamas mercenario?! ¡Cruzaste la línea, hombre!”

“¿Le tienes miedo a una niña con una lanza? ¿Es eso lo que significa ser vencedores? Ser valiente. Ve a lo grande o vete a casa. Sin embargo, no volverás a casa después de esto. Eso fue lo suficientemente importante como para soportar repetirlo,” el Señor Demonio los hizo trizas con sus palabras mientras tomaba un sorbo de su shochu en las rocas. Era un cabrón tan profesional que no se olvidó de aguijonear a sus enemigos incluso después de resignarse a ser espectador.

Giuliani hizo girar su martillo de guerra como para hacer desaparecer este miasma de miedo. “¡Es un farol! ¡¿Por qué demonios le tienes miedo a esa chica?!” Activó sus habilidades de levantador de pesas y culturista para potenciarse drásticamente. Cada una de estas habilidades aumentó su Ataque y Defensa, y continuó mejorando a sí mismo activando su habilidad Revitalizar, que anulaba cualquier agotamiento, así como la habilidad Entumecimiento, que le impedía sentir dolor. En este estado, Giuliani era verdaderamente un berserker imparable.

“Es hora de convertirte en una pulpa… ¡No más juegos!” Cargó a una velocidad que delataba su tamaño, levantando su martillo de guerra, dando su golpe de gracia que redujo a sus enemigos a carne picada, armadura, escudo y todo. “¡Come esto! ¡Picadora de Carne!”

El golpe estremecedor golpeó a Ren directamente en la cabeza, pero ella no se movió ni un centímetro. Ella simplemente agitó su mano izquierda como para ahuyentar una mosca, lo que hizo que el enorme cuerpo de Giuliani volara y cayera a través de las filas de mercenarios detrás de él, dejando un espacio deslumbrante en su formación previamente impecable. Giuliani estaba inmóvil, con los huesos destrozados por todo el cuerpo.

Cuando la compañía Cinco Estrellas se quedó en silencio, la voz mortal de Ren hizo eco: “Por atreverse a desafiar a mi maestro con una habilidad tan ridícula… La muerte será un castigo misericordioso”.

“¡¿Por-qué… vienes a por mí?!” Marietta, que había abusado y matado a muchos esclavos en su tiempo, dejó escapar el primer grito femenino que tuvo en años mientras Ren se acercaba lentamente. “¡No moriré aquí! Tengo mucho más oro para…”





Con el movimiento silencioso de su lanza, Ren derribó al Guardián del Infierno de su caballo. Había sentido algo de oscuridad en la mujer que le recordaba a Yu; Ren incluso consideró ejecutarla aquí y ahora.

“¿Estás tratando de seducir a mi maestro con ese atuendo?”

“¡Yo-yo nunca lo haría! ¡No tengo ningún interés en él! ¡En serio!” Marietta negó frenéticamente la acusación, atravesada por la mirada helada de Ren.

Ren balanceó silenciosamente el extremo romo de su lanza al lado de la cara de Marietta.

“¡Agghhhh!”

“¿No hay interés? ¿Cómo te atreves a decir que mi maestro no tiene atractivo?”

“N-No, no lo hice— ¡Es un malentendido! ¡Es un caballero muy atractivo!”

“Todo ser sensible lo sabe”.

“¡S-Sí, lo saben!” Marietta rompió a sollozar.

Como si estuviera tratando de romper el espíritu de Marietta en lugar de matarla directamente, Ren se estaba volviendo inusualmente hacia el asalto verbal. Se estaba volviendo difícil ver quién encajaba mejor con el título de Guardián del Infierno.

Mientras tanto, el Señor Demonio estaba haciendo la vista gorda, sentado dentro de su nube de humo de cigarrillo. No vine, no vi, y no conquisté… No pasó nada aquí hoy. En una demostración de pereza máxima, el Señor Demonio se volvió hacia su bebida como si fuera un hermoso domingo en el parque sin nada malo.

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Al ver a Ren preocupado por Marietta, el Sabio Aerios, el Fuego de Sotta, comenzó a lanzar hechizos a velocidades increíbles. Hizo una decisión: muévete ahora o muere.

“¡Lo siento mucho, pero no voy a contenerme! Multiplicado: Flame Bird!”

Aerios lanzó este hechizo de Llama (una elevación de fuego), y un hechizo de clase 3, considerado el cenit de la magia humana. Mientras que unos pocos talentosos como Luna y Yukikaze pudieron lanzar hechizos en rápida sucesión a través del Encantamiento en Cadena, Aerios había lanzado dos iteraciones del hechizo a la vez. Haciendo honor a su título de sabio, había aniquilado a los goblins Sotta y su nido mediante el lanzamiento de hechizos multiplicados explosivos. Los pájaros gemelos del infierno se abalanzaron sobre Ren desde ambos lados.

“¡Esto es el fin!” Aerios pronunció.

Las aves que estaban preparadas para incinerar su objetivo se evaporaron en un abrir y cerrar de ojos gracias a Mundo Queller de Ren.

“No fue— ¡Bragh!”

Ren saltó detrás de Aerios con una velocidad cegadora y lo golpeó en la parte posterior de la cabeza, haciendo que la salvia cayera al suelo, con los ojos puestos ahora en Lilus.

“¡¿Que…?! ¡¿Qué pasa?!” él gritó. Habían superado campo de batalla tras campo de batalla, con el abuso y la degradación de clientes y nobles para llegar tan lejos. Finalmente lo logramos… ¡Somos vencedores! ¡¿Cómo pasó esto?!”

Sacado con una sola mano por una joven, y nada menos que en la fastuosa capital de Euri. Las malas noticias viajaron rápido, por lo que esto podría muy bien arruinar la reputación de la compañía mercenaria.

“¡Rodeadla a todos! ¡No te detengas!”

A las órdenes de Lilus, los mercenarios entraron en acción como si hubieran sido despertados de una pesadilla.

Su movimiento fue rápido y refinado, pero el Señor Demonio tenía un comentario que hacer. “¿Rodear a Ren? Como polillas a una lámpara…”

Se esperaba que los jefes finales del juego, como Ren y el Señor Demonio, fueran superados en número y rodeados de jugadores, por lo que estaban equipados con varias formas de escapar de esta misma situación.

Con una inhalación rápida, Ren activó una de sus habilidades de combate, Autocontrol. Esta habilidad aseguró que sus enemigos se quedaran con al menos 1 HP sin importar cuánto daño les hiciera.

En la superficie, esta habilidad puede haber parecido contradictoria hasta el punto del Juego de Kunai, pero tenía sus usos alternativos. Un jugador podría haber usado esta habilidad para mantener vivo a un enemigo en particular durante algún tiempo mientras lo atacaban repetidamente para obtener EXP y botín. En cierto modo, esta habilidad era un indicador de la gravedad del juego.

Con Ren completamente rodeado, Lilus acababa de terminar un largo encantamiento para lanzar el mejor ataque de su arsenal, desde el principio. Tenía el talento especial de combinar los elementos incongruentes de Luz y Oscuridad para deformar el espacio a su alrededor. En el arte de la Mixología Mágica, fue un genio irrefutable.

—Niebla Sagrada, Visión Oscura

“¡No puedes correr ahora, pequeño rufián!”

—Cárcel de las Tinieblas

Dos fuerzas opuestas chocaron, distorsionando el mundo que los rodeaba, de modo que la mayoría habría perdido el sentido del equilibrio. Lilus se multiplicó en ocho copias de sí mismo y pasó a la ofensiva con el resto de su batallón. Incluso los monstruos estaban desorientados en este espacio, atacando a la nada. Siempre ganaba sus batallas mientras veía a sus enemigos luchar infructuosamente en su prisión. Esta vez, sin embargo, se enfrentaba a Ren Miyaoji, una entidad que superaba con creces a cualquier humano o monstruo que hubiera encontrado anteriormente.

—Primera Habilidad: Destello

Ren hizo girar a Ningen Mukotsu en un movimiento circular a una velocidad divina. Al instante siguiente, las cuatrocientas Cinco Estrellas, la Prisión de la Oscuridad y el propio Lilus cayeron. Si no fuera por el autocontrol de Ren, todos sus torsos se habrían cortado por la mitad.

Ren bajó su lanza. Las artes magistrales del combate a menudo se describen como bailables, y esta fue una actuación impresionante. Iluminado por las Piedras de Hechizo de Luz de la capital caída al anochecer, Ren incluso parecía místico.

Fue entonces cuando un estruendoso aplauso atravesó el silencio de la plaza, proveniente de Ignatio, líder de las Cinco Estrellas, y su equipo de cien hombres parados detrás de él, congelados por el miedo.

“He estado observando desde una distancia segura durante un tiempo, pero estás fuera de este mundo. Trampa total, si me preguntas. ¿Eres incluso humano?”

“Que sea breve. Estás perdiendo el tiempo que podría pasar con mi maestro”.

“Ojalá pudiera irme, pero aquí estamos al borde del colapso”. Con una sonrisa plasmada en su rostro, Ignatio desenvainó su espada y se acercó a Ren de frente.

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Ren tuvo un sentimiento extraño sobre esto, pero decidió dejar que las cosas se desarrollaran.

Pronto, Ignatio saltó muy por encima de la cabeza de Ren. “¡Perdón! ¡No voy a tocar a un monstruo como tú con un palo de diez pies!” La capa de Ignatio estaba encantada con el poder del salto de altura, que le permitió llegar mucho más alto en el aire de lo que cualquier hombre sin alas podría alcanzar. “¡Aquí vamos, Aerial Drive!” Controlando el viento e ignorando a Ren por completo, Ignatio voló libremente por el aire y apuntó al Señor Demonio desde atrás, bombardeando en picado hacia la parte posterior de su cabeza.

La espada de Ignatio era única diseñada para absorber los impactos en la hoja y almacenar el daño acumulado. Prefería atacar como un ave de presa, saltando alto en el aire y descendiendo desde el punto ciego natural de muchas criaturas, listo para escapar de nuevo en el aire para otro ataque en caso de que el primero fallara.

“¡Impacto de Espada!” habló mientras desataba todo el daño almacenado en su espada.

Un impacto increíble resonó en el aire mientras la tierra retumbaba y las nubes de polvo se elevaban en la plaza. No importa cuán poderoso sea un monstruo o una bestia infernal, cuanto más fuerte es el oponente, más destrucción produce su espada.

Cuando el aire se aclaró, Ignatio vio, a pesar de sentir la muerte en su swing, que el Assault Queller del Señor Demonio había bloqueado por completo el ataque de Ignatio.

El Señor Demonio dejó su vaso sobre la mesa. “¿Pensaste que este truco de circo funcionaría contra el Señor Demonio del Imperio?” Espera… ¿Eh? Qué es… ¿Hgragh?

El Señor Demonio le lanzó un uppercut ligero a Ignatio que estaba flotando en el aire por encima de él, enviándolo hacia arriba mucho más alto de lo que había saltado por su cuenta. En el camino de Ignatio hacia abajo, Ren le enganchó el cuello con su lanza para atraparlo antes del impacto. Fuera de contexto, casi parecía una pieza de ropa atrapada en un tendedero.

Ren descartó a Ignatio con un movimiento de su lanza y abrió su reloj de bolsillo.

“Cinco minutos y cuatro segundos, Maestro”.

“¿Y si hubieras sacado todas las paradas?”

“Ocho segundos habrían bastado para eliminarlos a todos”.

“Ya veo,” reconoció el Señor Demonio como si estuviera entrenando a un olímpico. Se acercó a Ignatio, quien permaneció tirado en el suelo en completo estado de shock. “Tengo una pregunta para ti. ¿Dónde está la carga que robaste?”

“Manera de patear a un caballo cuando está caído… ¿Para quién trabajas de todos modos…?” Con un débil movimiento de cabeza y una risita, señaló un barco que estaba atracado en el puerto: el mismo que Jack planeaba usar para enviar las mercancías por mar.

“Un barco, ya veo.”

“Vende esos y podrías gobernar el lugar por un tiempo… No es justo aquí, ¿verdad?”

“No sé de qué estás hablando, pero no lo necesito”.

“Qué quieres decir—”

Sin molestarse en responder, el Señor Demonio saltó alto sobre un techo, luego saltó de casa en casa. Ren hizo lo mismo.

“¡Vamos, ¿son mejores usando Viento que yo?! Dame un respiro…” Ignatio se derrumbó, el alma destrozada.

Pronto, el Señor Demonio llegó al puerto, donde estaban atracados muchos barcos de pesca y comercio. El que había señalado Ignatio era una carraca anclada frente a la costa. “Nadie está a bordo tampoco. Perfecto.”

“¿Qué carga hay en el barco, Maestro?”

“Algún tipo de crack o cocaína o lo que sea”. El Señor Demonio arrojó el Fuego de Sodoma al recipiente sin dudarlo.

La daga desencadenó Experto en Ataques en Cadena, sacudiendo la carraca con un estruendo ensordecedor antes de que un fuego negro emergiera de la hoja, envolviendo rápidamente a toda la nave. El fuego de Sodoma lamió la madera, la cuerda y la vela inflamables en poco tiempo. La llama rugiente redujo todo a cenizas: el Trance, los valiosos artefactos y piezas de arte, e incluso la montaña de Krack que podría haber financiado todo el tesoro de una pequeña nación durante un año.

El fuego negro parpadeó en sus ojos, el Señor Demonio se rio. “¡Ese es un desastre de la lista! ¡Quemar! ¡Quemar!” El Señor Demonio estaba emocionado de que se ocuparan de esta semilla de problemas, sin importar que acababa de incendiar el barco de una nación extranjera. La violencia y las carcajadas se estaban convirtiendo en el título del Señor Demonio; Ren lo miró con cariño, sabiendo que la carga a bordo había sido una especie de narcóticos peligrosos.

“Odio entrometerme en su celebración, Maestro, pero la gente está empezando a darse cuenta”.

“Entonces, pongámonos en marcha”.

Usando Posición Sigilosa, la pareja se desvaneció en el aire.

***

 

 

La estela dejada por estos dos jefes finales que pasaban por la plaza de la mazmorra fue bastante desastrosa, las pilas sobre pilas de mercenarios de Cinco Estrellas incapacitados esparcidos por el lugar. Eyze, que había visto el encuentro de principio a fin, todavía no podía creer lo que veía. Sus excompañeros de equipo excepcionalmente talentosos estaban esparcidos como escombros esparcidos. “¿Qué demonios…? ¿Cómo perdieron ustedes…?”

“Eyze…”

A pesar de aquellos que lo habían degradado, insultado y abusado de él tirado en el suelo en derrota, Eyze no sintió ninguna reivindicación, sino un abrumador sentimiento de indignación. Los talentos que tanto había reverenciado en sus compañeros de equipo habían sido aplastados por la fuerza bruta. La evidencia de esta cruel realidad se extendió ante él. Eyze no sabía cómo manejarlo.

“E-Eyze, tenemos que llamar al equipo médico…”

“Bien…” Eyze comenzó a alejarse.

La derrota de las Cinco Estrellas, sin embargo, fue solo el prólogo de la devastación que la pareja de jefes finales causaría en Euriteis. El sonido de una gran explosión llegó a la plaza, atrayendo todas las miradas de la multitud hacia los muelles, solo para que ellos encontraran una llama rugiente que pintó el puerto de carmesí.

“No…”


“¡Está a-a-a-a-ardiendo, Eyze! ¡El barco está en llamas!”

“¡Puedo ver eso!”

La llama parecía presagiar el final de una era, como si el barco que se hundía en las llamas fuera la propia Compañía Jack of All Trades.

 

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