Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 11: El Hijo del Héroe

Capitulo 11: Estilo Japonés

Parte 9

 

 

“¡Jajaja! ¡No hay mayor honor para un militar que poder compartir asiento en la misma mesa que usted, lord Veight!” dijo un anciano con barba sin afeitar y luego mordió con ganas una pierna de cordero a la parrilla. “Me preocupa haber gastado toda mi suerte este año.”

Bajó el trozo de carne con un largo trago de su copa antes de continuar.

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“Mi familia tiene una gran deuda con los Wajar, ya que el virrey anterior, Kishuun Wajar, salvó la vida de mi abuelo. Con suerte, me las he arreglado para devolver algo.”

“Ciertamente lo has hecho. Gracias a ti, podremos evitar un derramamiento de sangre innecesario. No tengo ninguna duda de que el difunto lord Wajar también está orgulloso de ti.”

Había conocido a Balkel una vez en Karfal. Era ese mercenario miserable que había estado buscando unirse a la compañía de Zagar. Su armadura todavía estaba despareja y abollada, pero su comportamiento seguía siendo tan regio como antes.

“Mi abuelo fue una vez parte de la guardia real, pero hizo algo que lo metió en problemas con el personal del palacio. Nunca nos dijo qué sucedió exactamente, pero aparentemente, fue un error lo suficientemente grande como para haber tenido que pagar con algo más que su trabajo para compensarlo.” Balkel sonrió con nostalgia. “Pero lord Kishuun respondió por mi abuelo y logró que lo perdonaran. Si no lo hubiera hecho, tanto mi abuelo como mi padre, que era un niño en ese momento, habrían sido ejecutados.”

Diablos, debió ser un gran problema.


“No solo eso, lord Kishuun también pagó los gastos de manutención de mi abuelo. Gracias a su apoyo, el anterior lord Peshmet le otorgó a nuestra familia una parcela de tierra. Mis hermanos mayores todavía tienen allí una plantación de azúcar.”

Peshmet era la ciudad más alejada río arriba y era bastante remota. El hecho de que la familia de Balkel tuviera tierras allí significaba que habría sido un problema si se les hubiera permitido permanecer cerca de la capital. Ahora tengo curiosidad por saber qué clase de locura hizo el abuelo de Balkel para recibir tanta atención.

Amani, que también estaba comiendo con nosotros, tomó un sorbo de la sopa de albóndigas de pollo que habíamos preparado Grizz y yo y dijo, “Mi padre creía en mostrar amabilidad con todos. O, bueno, debería decir que cree, ya que todavía goza de buena salud.” Ella sonrió y agregó, “Incluso si su generosidad no es recompensada, su reputación como persona generosa tiene valor en sí misma. Eventualmente, esa reputación te ayudará a ti o a tus descendientes. Al menos, eso es lo que dice mi padre. Y bastante a menudo.”

Veo que estás harta y cansada de escuchar la misma lección de tu padre. La sonrisa de Amani se volvió triste y me miró.

“Sin embargo, supongo que ahora no tengo más remedio que aceptar que mi padre tenía razón, ya que sir Balkel se salvó gracias a él y ahora es él quien nos salva a nosotros.”

“Ah, eso es cierto…”

Asentí. Balkel estaba aquí como mercenario por orden de lord Peshmet. Su trabajo consistía en infiltrarse en la compañía de Zagar y vigilar lo que estaba haciendo. Amani y lord Peshmet eran amigos cercanos, razón por la cual ella había podido ponerse en contacto con Balkel para terminar la trampa que le tendimos a Zagar. No tenía una imagen completa de quién estaba empleado por los nobles del río, pero sabía que había más espías que Balkel en la compañía de Zagar.

Esta vez, Balkel había sido fundamental para hacer un acto lo suficientemente convincente como para que Zagar fuera tras el Orbe Valkaan.

Había preparado todo el acto e incluso había creado un libro falso y una estantería secreta para que Zagar los encontrara. El libro falso estaba basado en el real del que me había hablado Pajam e incluso usaba exactamente la misma encuadernación, pero faltaban las páginas que detallaban cómo usar realmente el orbe. En la remota posibilidad de que Zagar realmente lograra adquirirlo, no podría hacer nada con él.

Parker había invocado a los espíritus de un ex bibliotecario y secretario real para ayudar a que el libro fuera lo más auténtico posible, así que dudaba que Zagar se diera cuenta de que era una falsificación. La facilidad con la que los había invocado era un escalofriante recordatorio de que, si alguien se ponía en su contra, Parker podría invocar fácilmente a un ejército de no-muertos lo suficientemente grande como para arrasar una nación.

Balkel tomó un sorbo del ron de alta calidad que le habíamos regalado y dijo con un leve sonrojo, “Estoy muy feliz de haber podido pagar mis deudas con lord Kishuun y lord Peshmet. En realidad, soy un mero mercenario errante, así que si no me hubieran hablado del complot de Zagar, habría seguido siendo su leal subordinado.

Un poco vacilante, Amani preguntó, “¿Por qué no aprovechar esta oportunidad para trabajar oficialmente con lord Peshmet? Estaré encantada de escribirte una recomendación. Si dice que no necesita tus servicios, eres bienvenido en Wajar.”

Balkel era leal y sorprendentemente versátil. Sus habilidades como soldado eran excelentes y también sabía meraldiano. Honestamente, podía ver por qué Amani lo quería de su lado.

“Lady Amani tiene razón, Balkel. Eres demasiado bueno para desperdiciarte como mercenario. Como representante de Meraldia, también me gustaría recompensarte. Dado que sabes meraldiano, serías bienvenido en el ejército demoníaco en cualquier momento.”

Balkel me miró conmocionado y luego se rascó la cabeza con torpeza.

“Este… bueno, esto es bastante complicado. Un puesto tan importante sería un honor demasiado grande para alguien como yo. Nunca imaginé que llegaría el día en que tanto lady Amani como el vicecomandante de un reino extranjero querrían mis servicios.” Sacudió la cabeza mientras decía eso. “Sin embargo, me temo que soy demasiado patriota para irme a Meraldia. Por favor, perdóneme, pero me temo que debo declinar.”

“Oh, no, en todo caso debería disculparme por hacer una solicitud tan descarada.”

Mierda, casi me olvido de que la gente de este mundo se preocupa mucho más por su tierra natal que la gente de la Tierra. Por supuesto, todavía quería agradecerle, así que pensé en una recompensa diferente que podría ofrecer.

“En ese caso, ¿preferirías un regalo en efectivo? También podría proporcionarte una armadura superior y un poderoso caballo de guerra si eso es lo que deseas.”

“No hay necesidad. Mis logros esta vez no fueron en batalla. Sería un error de mi parte pedir demasiado.” Mientras decía eso, Balkel me lanzó una mirada sugerente. “…Me doy cuenta de que esto puede ser presuntuoso de mi parte, pero ¿estaría dispuesto a concederme su nombre, lord Veight?”

“¿Mi nombre? ¿Qué quieres decir?”

“Me gustaría recibir formalmente una letra de su nombre y de ahora en adelante llamarme Valkel. ¿Sería una recompensa aceptable para pedir?”

Me sorprendió que existiera una vieja tradición japonesa aquí en Kuwol, aunque me sorprendió más que eso fuera todo lo que Balkel quería, especialmente porque apenas cambiaría la pronunciación de su nombre.

Amani se rió entre dientes y explicó, “Pensé que eras un hombre de pocos deseos, pero veo que deseas algo mucho más valioso que una espada legendaria o un famoso caballo de guerra. Recibir una letra del nombre del vicecomandante de un reino extranjero es un honor tan grande como ser nombrado capitán de la guardia real.”

“¿En serio?” En mi cabeza, me di cuenta de que era un gran honor, pero aun así no lo sentía. Pero bueno, si eso es lo que quieres, no me importa. “Si mi nombre por sí solo es suficiente para satisfacerte, entonces por todos los medios siéntete libre de adoptarlo. Oi, ¿hay alguien por aquí? Necesito un papel de contrato.”

Uno de los sirvientes me trajo un papel encantado y comencé a escribir. Una vez que escribí el contenido de la recompensa, escribí mi firma con tinta especial y el papel comenzó a brillar débilmente. El hechizo en el pergamino evitaría que se deshilache o acumule polvo. Mientras no se tratara con brusquedad, duraría más de cien años.

“Aquí tienes, Balkel… o más bien, Valkel.”

El desaliñado guerrero aceptó el papel reverentemente con ambas manos.

“Este es verdaderamente un honor más allá de las palabras. Yo, Valkel, atesoraré su amabilidad por el resto de mi vida.”

Realmente te gusta ese nuevo nombre, eh. Valkel enrolló el pergamino y lo guardó con cuidado en su bolsa.

“Por fin, he restaurado el honor de mi difunto abuelo. Era un hombre amable y en sus últimos años, constantemente nos pedía disculpas por arruinar nuestro apellido. Ahora que me he ganado este nuevo nombre, puedo visitar su tumba con la cabeza en alto.” Valkel se puso de pie y se inclinó. “Ahora bien, si me disculpan, deseo volver a casa y ayudar a mis hermanos a cuidar los campos de caña de azúcar. Ahora que tengo este certificado, estoy seguro de que podré encontrar una dama espléndida dispuesta a ser mi esposa.”

Amani también se levantó de su silla y dijo, “¿Estás seguro de que esto es todo lo que deseas, sir Valkel? Todavía estaría dispuesta a contratarte.”

Valkel sonrió y respondió, “Ya he recibido más honor del que merece un simple hombre de armas como yo. Incluso si fuera a servirle, no podría obtener mayores logros.”

Confundido, le pregunté, “Eres un soldado hábil y eres leal a más no poder. Si quisieras, podrías ganar mucha fama como guerrero. Entonces, ¿por qué sientes que no puedes lograr más?”

Valkel soltó una carcajada cordial. “¡Jajajaja! ¡Qué cosas más raras dice! La razón de eso reside en usted, por supuesto, lord Veight.”

“¿En mí?”

“En efecto. Mientras esté cerca, no habrá más conflictos a gran escala. ¿Cómo puedo aumentar mi fama si no hay guerras que pelear?”

Después de decir eso, se arrodilló y se inclinó ante mí.

“Lord Veight, se lo ruego. Conserve la paz de este país. No podría pedir mayor recompensa que mantener mi hogar a salvo de los estragos de la guerra.”

“Tiene mi palabra, sir Valkel, que haré todo lo que esté en mi poder para mantener Kuwol a salvo.”

Agarré su mano callosa y se la estreché.

***

 

 

Habían pasado dos días desde que Zagar se enteró de la existencia del Orbe Valkaan. Estaba en una reunión con los cortesanos del palacio cuando escuché el aullido de un hombre lobo en la distancia. Eso suena como a Monza, pero nunca se me ha dado bien distinguir los aullidos. Mi cerebro seguía funcionando con software humano, así que me costaba hacer muchas cosas que la mayoría de los hombres lobo encontraban naturales.

“¿Pasa algo, lord Veight?” preguntó el gran chambelán. Le hice una reverencia y me levanté de mi asiento. “Mis disculpas, pero parece que tengo un asunto que debo atender.”

“Así que ese sinvergüenza de Zagar finalmente…”

“Sí. Acabo de enterarme de uno de mis subordinados que ha tomado 500 jinetes y se fue de la ciudad.”

“Ese es un séquito bastante grande para ‘buscar un rey perdido’.”

Los funcionarios fruncieron el ceño con tristeza, aunque me di cuenta de que sintieron un poco de alivio y disgusto. Zagar había dejado la capital para buscar el tesoro que lo convertiría en un Valkaan. Por supuesto, la razón oficial de su partida fue que iba a buscar al rey, pero todos sabían que básicamente estaba huyendo.

La reina Fasleen me miró confundida y preguntó, “Zagar tiene cuatro mil hombres bajo su mando, ¿no es así? ¿Por qué no se los lleva a todos?”

Pregúntale a él, no a mí. Aun así, le di mi mejor conjetura sobre sus acciones. “Sospecho que es un problema de logística. Tiene que pagar la comida y el alojamiento de sus soldados hasta el Monte Kayankaka. Ahora que los nobles se han vuelto contra él, será difícil encontrar ayuda financiera para pagar los gastos de viaje de los cuatro mil soldados.”

Los nobles habían puesto sus esperanzas en el hijo todavía no nacido de Fasleen, por lo que no tenían motivos para ayudar a Zagar. Sin su apoyo, la única forma en que podría reunir suficientes suministros para todos sus hombres sería asaltar el campo y hacer eso pintaría un blanco en su espalda. Así que tomó solo sus 500 jinetes.

“Por supuesto, hay una razón por la que también tomó solo caballería. Si incluyera soldados de infantería en su unidad, tardaría mucho más en llegar al Monte Kayankaka.”

La gran mayoría de la compañía de Zagar era infantería. Pocos de sus mercenarios tenían entrenamiento en equitación y él tenía aún menos caballos de guerra. La única forma en que podría conseguir 500 caballos de guerra sería asaltando los establos de la guardia real, así que sospeché que la mayoría de su caballería estaba usando caballos de montar simples. Naturalmente, los caballos de montar no eran adecuados para el combate, pero los caballos de guerra eran mucho más caros ya que estaban entrenados en maniobras de combate y sabían que no debían entrar en pánico incluso en situaciones caóticas. Me vino a la mente un plan bastante siniestro mientras le explicaba la situación a Fasleen.

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“Dado que Zagar básicamente ha huido de la capital, es seguro asumir que ha abandonado a los mercenarios que dejó atrás. Es posible que les haya dejado algún tipo de órdenes secretas, pero dado que se llevó a la mayoría de sus mejores hombres con él, creo que es poco probable.”

“¿Eso significa que finalmente podemos relajarnos?” preguntó Fasleen, lo que me impulsó a decir la única cosa que había estado en mi mente por un tiempo.

“De eso no estoy seguro, pero hay una cosa que quiero que todos comprendan.”

“¿Qué cosa?”

“Estos mercenarios están haciendo todo lo posible para sobrevivir. Están desesperados porque necesitan trabajar para comprar sus próximas comidas. Algunos de ellos pueden tener hogares y granjas a los que regresar, pero aquellos que no, seguramente recurrirán al bandidaje si no pueden ganarse la vida como mercenarios.”

“Eso es…”

Fasleen y los cortesanos se miraron preocupados. Muy bien, esta es mi oportunidad.

“…Por eso les imploro que les den a estos hombres un techo para dormir y comida para llenar sus estómagos. La capital estará mucho más segura si no se mueren de hambre y tienen un hogar.”

“¿Estás seguro?”

“Absolutamente”, respondí. Solo aquellos que habían experimentado la pobreza sabían lo desesperado que te volvía. “Muy pocas personas intentarán hacer lo correcto cuando han pasado hambre, han pasado días expuestos a los elementos, sin forma de saber si llegarán a mañana y supondrán que el resto de la sociedad los desprecia.”

Así habíamos sido los hombres lobo en el pasado y muchos humanos sufrían en condiciones similares incluso ahora.

“Es imposible entender a qué lleva el hambre a la gente a menos que uno mismo haya pasado hambre. La mayor amenaza para la estabilidad de una nación viene de dentro. Esa es la mayor lección que he aprendido al recorrer varios países.”

Técnicamente lo aprendí estudiando historia, pero esto suena más impresionante.

Powani Karfal se cruzó de brazos y murmuró, “Lord Veight tiene toda la razón. Cuando nos echaron a mí, a mi esposa y a mi hijo de Karfal, me sobrecogió el odio, pero también la desesperación. Si lady Amani no me hubiera ofrecido su ayuda, quién sabe a qué profundidades podría haber caído.”

No dijo nada más, pero podía imaginarme fácilmente hasta dónde habría llegado para proteger a su esposa e hijo. Después de todo, yo haría lo mismo en su lugar.

Amani sonrió y respondió, “Muy bien, entonces todos los nobles y ministros trabajarán juntos para encontrar una manera de albergar y alimentar a los mercenarios. Si están dispuestos a seguir la ley, no me importaría emplear a varios de ellos como guardias de Wajar.”

“Muchas gracias a todos.”

Mientras inclinaba la cabeza, el secretario real entró en la habitación. Le entregó un fajo de documentos al maestro de ceremonias, luego hizo una reverencia y salió de la habitación. El maestro los hojeó y luego se volvió hacia mí.

“Acabo de emitir una orden de arresto contra Zagar”, dijo. “Es buscado como sospechoso del asesinato del rey. Los soldados de Kuwol tienen permiso para ejecutarlo si se resiste.”

“Tienes mi gratitud. Yo me encargaré de él a partir de aquí.”

Ahora podía arrestar legalmente a Zagar, pero sospechaba que esto solo me daría una excusa legal para matarlo. No había forma de que no opusiera resistencia.

Fasleen me miró con una pizca de preocupación en su expresión. “Por favor ten cuidado, lord Veight. Por el bien de tu esposa en casa.”

La sonrisa de Airia pasó por mi mente. Por las pocas cartas que habíamos intercambiado, parecía que ella estaba bien, pero conociéndola, probablemente estaba ocultando sus verdaderos sentimientos para no preocuparme.

Incliné la cabeza y respondí, “Gracias por tu preocupación. Tanto por el bien de mi hijo no nacido como por el tuyo, juro que devolveré la paz a Kuwol.”

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Ahora bien, todo lo que queda es atrapar a este tipo.

***

 

 

El mismo día, tomé mi unidad de hombres lobo y partí. De mis 56 hombres lobo, dos escuadrones, en otras palabras, ocho hombres lobo, se quedaron para proteger a Fasleen y servir como mensajeros. Los 48 restantes viajaban conmigo. Teníamos los Blast Rifles que habíamos mantenido ocultos hasta ahora, ya que esperaba que las cosas se pusieran sangrientas.

“Oye, jefe, todavía quedan como cuatro mil hombres en la capital, ¿verdad? ¿Estás seguro de que solo necesitamos ocho hombres para proteger a la reina?” preguntó Jerrick preocupado, mirando hacia la capital.

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Sonreí con ironía y dije, “Eso es todo lo que me puedo permitir. Si Zagar se ha llevado a quinientos hombres con él, entonces voy a necesitarlos a casi todos ustedes para vencer a su séquito. Esperemos que los nobles de la capital se encarguen debidamente de los mercenarios.”

Fahn también parecía preocupada y preguntó, “¿Realmente podemos confiar en ellos?”

“No todos sus ciudadanos serán buenas personas. Incluso sus criminales y forajidos siguen siendo sus ciudadanos. Es el trabajo de los nobles y reyes administrar adecuadamente a todos, incluidos aquellos que se han desviado del camino correcto.”

Yo no era lo suficientemente bueno para hacer eso, por eso tenía que depender constantemente de la fuerza para resolver problemas. Además, un verdadero líder era alguien que podía hacer que la gente los siguiera incluso sin la amenaza de represalias militares.

Me di cuenta de que estaba tratando de convencerme a mí mismo tanto como a Fahn, así que agregué, “Si no pueden manejar una tarea tan simple como esta, entonces no podrán mantener el país unido el tiempo suficiente para que el príncipe llegue a la mayoría de edad de todos modos. En ese caso, podríamos ver si tienen lo que se necesita.”

Si no… supongo que tendré que estudiar la posibilidad de formar los Estados Unidos de Meraldia y Kuwol. Sin embargo, realmente espero que no llegue a eso.

“Muy bien, todos. Es hora de ir al Monte Kayankaka, donde está consagrado el tesoro del Dios de la Guerra. Vamos a seguir el río hasta el final.” Esperé a que todos asintieran y luego dije, “Zagar y su caballería tienen medio día de ventaja, pero si nos transformamos, deberíamos ser capaces de alcanzarlo lo suficientemente rápido.”

“¿Cuándo vamos a atacar?” preguntó Monza, apenas reprimiendo su entusiasmo. Señalé el mapa frente a mí.

“Después de haber pasado por la ciudad más al sur, Peshmet. Si hay una ciudad cercana cuando ataquemos, Zagar podría intentar refugiarse allí. No le importan las bajas civiles, así que quiero evitar una batalla en las calles.”

Cuando conquistó Karfal, Zagar había matado a un buen número de civiles y destruido las casas de muchos más. Las únicas personas que deberían morir en un campo de batalla son los soldados.

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“Le pedí a Valkel que le entregara una carta a lord Peshmet de camino a casa. Deberíamos poder reabastecernos allí, pero Zagar será rechazado. Una vez que pasemos por la ciudad, no habrá otras en nuestra ruta, por lo que probablemente mostrará sus verdaderos colores.”

Las tribus de las montañas que vivían alrededor del Monte Kayankaka no eran ciudadanos kuwoleses, por lo que Zagar no tendría reparos en saquear sus tierras.

Fahn sonrió y dijo, “Pero no hay forma de que pueda atacar a las tribus de las montañas, ¿verdad?”

“Con solo quinientos hombres, probablemente no podrá manejarlo, sí…”

Abrí la copia real de Los secretos que un Heredero Debe Conocer en una página específica. A diferencia de la falsificación que le había dejado a Zagar, esta tenía mucha información sobre las tribus que vivían en las montañas. También daba indicaciones específicas sobre dónde estaba escondido el Orbe Valkaan. Después de leer todo en este tomo, finalmente entendí por qué el Monte Kayankaka era el lugar más seguro para esconder el tesoro.

“Honestamente, Zagar ni siquiera es nuestra máxima prioridad. Mientras está perdido en las montañas, nos dirigiremos directamente a la cima de la montaña, donde está el santuario.”

“¡Entendido, jefe!”

Los hombres lobo sonrieron a la espera de la caza que se avecinaba.

***

 

 

—Los Movimientos de la Ambición: Parte VII—

El vicecomandante de Zagar, Kumluk, estaba entrando en pánico.

“Capitán, la mayoría de nuestra caballería no es capaz de luchar a caballo. Si fuéramos atacados por bandidos…”

“No seas estúpido. ¿Qué tipo de bandidos atacarían a un ejército? Ahora somos soldados oficiales de Kuwol, ¿recuerdas?”

Zagar se rió de las preocupaciones de Kumluk, lo que no lo tranquilizó en lo más mínimo.

“Pero las tribus nómadas de esta zona desprecian al ejército de Kuwol. Además, aunque nuestra fuerza principal esté a salvo, nuestro grupo de exploración definitivamente no lo está.”

Zagar tenía algunos mercenarios adelante en una rotación constante para que siempre tuviera algunos exploradores en la vanguardia. Sin embargo, no le preocupaba en lo más mínimo su seguridad.

“Sé que nuestros exploradores están arriesgando mucho, pero no podemos permitirnos que nuestra fuerza principal sea sorprendida. Deberías estar feliz de que les di caballos al menos.”

Kumluk se quedó en silencio durante unos segundos, pero luego preguntó vacilante, “…¿De verdad estamos aquí para buscar al rey?”

Kumluk ya sabía que Zagar había asesinado al rey y arrojado su cadáver en las afueras de Karfal. También sabía que no encontrarían nada en el Monte Kayankaka. Todos los que formaban parte del círculo íntimo de Zagar comprendían que toda esta búsqueda era una farsa. La mayoría pensaba que esta era solo la forma de Zagar de fingir que lo había intentado para poder quedar mejor, pero Kumluk no estaba tan seguro.

“La única vez que diriges personalmente a tus tropas es cuando persigues algo grande. ¿Cuál es la verdadera razón por la que nos llevas al Monte Kayankaka?”

Zagar respondió secamente, “Cállate y sigue mis órdenes.”

“¡Capitán!” Kumluk gritó fuera de sí. Algunos de los otros veteranos del escuadrón de Zagar se dieron la vuelta, pero él les hizo un gesto y dijo, “No es nada, no se preocupen.”

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“Siento haber hablado fuera de lugar, capitán. Pero como tu vicecomandante, quiero saber cuál es tu verdadero objetivo”, preguntó en voz más baja.

Zagar miró a su persistente vicecomandante con el ceño fruncido. “Estás perdiendo el tiempo, no hay un objetivo real.”

Su mirada era aguda, casi como si estuviera mirando a un enemigo. Por primera vez que podía recordar, Kumluk tenía miedo de su capitán. Al ver su miedo, Zagar se volvió torpemente y dijo, “Puedes pensar que me entiendes, pero la verdad es que no hay nadie que lo haga.”

Espoleó a su caballo para que siguiera adelante, sin mirar ni una vez a su subordinado. El caballo de Kumluk también era un caballo de guerra, pero no era tan bonito como el de Zagar. No quería presionar más a su cansado caballo, así que dejó que Zagar se adelantara.

“Capitán…” murmuró a la espalda que se retiraba de Zagar.

Mientras tanto, los exploradores de Zagar habían llegado a la base de la montaña. A diferencia de las llanuras áridas por las que habían estado viajando hasta ahora, el pie del Monte Kayankaka era un bosque frondoso. Una vegetación vibrante se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Sin embargo, era pleno verano, por lo que el interior del bosque era caluroso y húmedo.

“Pensé que podríamos refrescarnos en la sombra, pero es como una sauna aquí…” murmuró uno de los mercenarios, secándose el sudor del cuello. Los demás asintieron.

“Está demasiado húmedo para llevar armadura.”

“Nuestros caballos también están agotados. Deberíamos descansar junto al arroyo.”

Los mercenarios habían encontrado un arroyo claro que no estaba demasiado adentro del bosque. Era una de las muchas fuentes que alimentaban el Mejire. Aunque técnicamente estaban en una misión de exploración, no era como si hubiera enemigos cerca, así que, naturalmente, los mercenarios bajaron la guardia. Los siete exploradores charlaron ociosamente entre ellos mientras conducían sus caballos hacia el arroyo.

“¿Soy solo yo, o nuestro capitán ha estado un poco raro últimamente?”

“Sí, un poco. Solía ​​sonreír mucho más, pero en estos días solo grita todo el tiempo.”

“Él tampoco nos ha estado pagando tanto.”


“Sí, y no para de hablar de que tenemos que seguir las reglas y esas mierdas mientras estamos en la capital. He oído que está siendo incluso más estricto con nosotros que la guardia real con sus soldados.”

“Ni siquiera nos pagan tanto como a esos tipos.”

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Los mercenarios se estaban hartando de Zagar, especialmente los exploradores, ya que estaban haciendo un trabajo peligroso sin recompensa adicional.

“Un buen capitán mercenario debe ser imbatible, razonable y pagar bien, ¿verdad?”

“No hemos peleado mucho recientemente, así que supongo que estamos imbatidos, pero la paga apesta y el capitán está lejos de ser razonable ahora. Tal vez sea hora de que renunciemos.”

“Dices eso, pero no es como si hubiera mejores compañías mercenarias a las que podamos unirnos.”

Lo único que impulsaba a estos exploradores era saber que este trabajo era aún mejor que cualquier otra cosa que pudieran encontrar. En ese momento, uno de ellos detuvo su caballo.

“…Hay alguien aquí.”

“¿En qué dirección?”

El mercenario señaló en silencio el arroyo que se podía ver asomándose a través del follaje. Todos se bajaron de sus caballos, sacaron sus ballestas y espadas y se escondieron en un matorral cercano.

“Heh, esas son unas chicas lindas.”

Sentadas en una roca cerca del arroyo había tres mujeres jóvenes. Sus cestas de bambú estaban llenas de pescado, pero los mercenarios no podían ver ninguna herramienta de pesca por ningún lado.

“¿Son de las tribus bárbaras que viven en los alrededores de Kayankaka?”

“Probablemente. Mira esos muslos.”

Las mujeres se habían enrollado los taparrabos y sus piernas bronceadas estaban a la vista de los mercenarios. Al final, uno de los mercenarios murmuró, “Creo que es hora de que aprovechemos las ventajas de nuestro trabajo. De lo contrario, perderé la cabeza.”

“Oye, espera…” Otro mercenario trató de disuadirlo, pero sus ojos también estaban pegados a las piernas de las mujeres. “Esas chicas no son kuwoleses, son simplemente bárbaras de las montañas. Y por lo que parece, no hay nadie más alrededor.”

“Sí, pero ¿qué haremos con ellas después de habernos divertido?”

“Ahogarlas en el Mejire.”


“Me parece bien.”

Los mercenarios salieron de puntillas de la espesura. Cuando las mujeres de piel oscura los notaron, ya estaban rodeadas.

“Hola, hermosas damas. ¿Están picando los peces?” dijo uno de los mercenarios para dar tiempo a sus amigos a terminar el cerco.

“¡Atrápenlas!”

Los hombres cargaron al unísono.

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