Nejimaki Seirei Senki (NL)

Volumen 6

Capitulo 2: Lucha a Tres Bandas

Parte 1

Al este del centro de Katjvarna estaba la provincia de Miogaroki. Su producto principal eran higos, granadas, papayas y otras frutas, y tenía muchos sitios patrimoniales antes de que la “Casa de los Tres Leales” uniera al Imperio y era conocida por estos sitios heredados de la era de la guerra.

Todos eran diferentes en escala, pero si le preguntas al local cuál era el más grande, todos responderían “Zalulu Hunger Castle”. Ese edificio fue, sin duda, el más grande en tamaño y tenía la historia de fondo más fuerte en toda la provincia. Rodeado por una cerca que parecía un campo de lanzas, tenía tres torres intimidantes de altura desigual, y emitía un aura misteriosa.

El castillo fue construido hace más de 400 años y aún podría servir como fortaleza defensiva. Esto no fue por el diseño atemporal del arquitecto, sino porque el lugar fue renovado muchas veces a lo largo de los años. La facción Igsem había mantenido este castillo en privado para su uso en caso de una emergencia nacional.

El nombre “Zalulu Hunger Castle” se originó de la horrible muerte del marqués Barne Zalulu, quien gobernó la región en ese entonces. Las fuerzas de las tres casas leales que buscaban unir a la nación obtuvieron numerosas victorias contra el ejército que se les oponía, y ese ejército se vio obligado a usar este castillo como su tumba.

El marqués Zalulu se aferró a este castillo con solo 600 soldados, y se negó a aceptar su derrota a pesar de estar rodeado por un ejército de 10.000. Prohibió a sus hombres rendirse y les ordenó luchar hasta el final.

Sin embargo, a diferencia del marqués que esperaba llevar su orgullo a su tumba, sus tropas se estaban cansando de las travesuras de su señor. Con la inevitable derrota a mano, se dieron cuenta de que habían elegido el lado equivocado. Los soldados que eligieron sus vidas por encima de su orgullo discutieron en secreto y decidieron vender al Marqués por su propia seguridad, y el método que usaron fue la razón detrás de esta tragedia.

Lo que hicieron fue simple. Cuando el marqués entró en sus habitaciones personales en el sexto piso del castillo, cerraron la puerta desde el exterior. Con la única salida sellada, el Marqués quedó atrapado, y los soldados izaron la bandera blanca y dejaron entrar al enemigo. El comandante de las Tres Casas Leales no derribó la puerta que conducía a la habitación del Marqués, y le dijo desde el corredor… si renuncias a tu autoridad y cedes ante nosotros, abriré esta puerta.

El marqués Zalulu estaba furioso y refutó esa oferta humillante. El comandante no dijo nada más, e ignoró la habitación y la persona que estaba dentro… así fue como murió el marqués.

El agua portátil dentro de la habitación prolongaba su sufrimiento. El marqués se marchitó lentamente después de más de un mes. No podía escapar de la ventana del sexto piso, que se convirtió en una salida para extender sus gemidos de angustia y agonía.

Treinta y seis días después de que lo confinaron a su habitación, la habitación quedó en silencio y el comandante finalmente derribó la puerta. Hubo muchos rumores sobre lo que sucedió después: el rumor más conocido afirma que los huesos de los brazos del marqués estaban desnudos y que el marqués los masticó porque tenía demasiada hambre.

Debido a esta tragedia, el castillo en la provincia de Miogaroki tenía el apodo de “Zalulu Hunger Castle”. Había innumerables historias de fantasmas relacionadas con este castillo, como gemidos desde las ventanas del sexto piso, y un anciano con brazos esqueléticos deambulando por los pasillos. Algunos soldados que eran más tímidos llorarían si fueran enviados allí.

“Está bien ¿Qué hacemos ahora?”

En este momento, en el sexto piso en la “habitación confinada” del Castillo del Hambre, conocido por su sangrienta historia, dos soldados desconcertados por los rumores se sentaron dentro. El general honorario Yorunzaf Igsem se sentó arrogantemente con los pies sobre la mesa y la cabeza en alto:

“El cuartel general militar en la capital, Banhataal, o más bien, todas las instalaciones militares prominentes en el centro habían sido incautadas por la facción Remeon, e incluso sellaron las carreteras, por lo que será difícil conectarse con las facciones Igsem en otras provincias Hemos sido completamente cortados.”

En contraste con lo que estaba diciendo, “Un solo Igsem armado sonaba intrigado”. Por otro lado, el mariscal de campo Solvenares Igsem miró por la única ventana de la habitación y permaneció tan callado como una estatua.

“Suspiro, no todas son malas noticias. El mariscal de campo está a salvo y tiene un ejército de 4.000 con él. Este lugar está un poco deteriorado, pero tenemos una base de operaciones. Esto es lo suficientemente bueno para que podamos lanzar un contraataque.”

“……”

“Y ahora, el problema es el Emperador. ¿Cuánto tiempo seguiremos siendo el ejército oficial?”

Cuando Yorunzaf dijo eso, el mariscal de campo Igsem rompió el silencio por primera vez:

“No. Según la ley imperial, un edicto emitido durante un golpe de estado para transferir ilegalmente la autoridad militar no puede anular el edicto emitido antes de eso. Por lo tanto, no importa si se emitirán edictos en el futuro, siempre seremos el ejército oficial.”

“Eso podría ser cierto legalmente, pero aún se emitirá un edicto, ¿verdad? Es lo mismo con “Jewel Voice Broadcast”. Solo una oración será suficiente para convencer a las personas que no son expertos legales.

Pensando en las cosas pragmáticamente, el viejo general cruzó las piernas sobre la mesa hacia el otro lado.

“Pero hay algo que no entiendo, ¿por qué no ha sucedido eso todavía?”

“      ”

“Si yo fuera ese chico Terushinha, obligaré a Su Majestad a emitir un edicto que “Terushinha Remeon sucederá a Solvenares Igsem como el comandante de más alto rango del Ejército Imperial”, incluso si tuviera que estrangularlo. Incluso sin ninguna base legal, hacer que el Emperador apoye verbalmente su causa es el movimiento correcto. Será más que suficiente para agitar a aquellas personas que fingen ser patriotas.”

Después de exponer su punto de vista audazmente, el general Yorunzaf gruñó: “Si es posible, cualquiera lo hará en esta situación. Pero no quiso decir que había sucedido un problema que le impedía emitir un edicto…. ¿Cómo trataría la facción Remeon al Emperador? No purgarían a la realeza y promulgarían una dictadura militar, ¿verdad?”

Sería demasiado apresurado para ellos hacer eso en este momento: las palabras del viejo general podrían considerarse peligrosas, dependiendo de la forma en que se interpretaron. Sin embargo, solo estaba pensando en las cosas poniéndose en el lugar del enemigo. El mariscal de campo Igsem no se quejó cuando entendió eso, y continuó la conversación:

“O la salud de Su Majestad está enferma.”

“Sí, Su Majestad no ha estado bien por mucho tiempo, es posible que esté demasiado enfermo para emitir un edicto. ¡Hola, Zeoh! ¿Quién es el actual emperador del imperio Katjvarna?”

El espíritu de fuego sentado en el reposabrazos de la silla de su amo respondió de inmediato:

“Arshankrut Kitra Katjvanmaninik.”

“¿Oh? Al menos él todavía está vivo.”

El general se recostó en su silla sin parecer particularmente preocupado.

Cuando el Emperador fallezca, según la norma, su compañero espíritu que lo despidió anunciará su muerte a todos los ciudadanos imperiales. Eso se hizo a través de “wel Jewel Voice Broadcast”, un método milagroso donde todos los espíritus del Imperio dirían lo mismo. Este método también podría usarse para emitir edictos imperiales, y esta habilidad fue la razón detrás del mandato celestial del Emperador.

La transmisión de Jewel Voice después del fallecimiento del Emperador podría retrasarse, pero todos los espíritus en el Imperio comparten conocimiento en tiempo real sobre quién era el “Emperador actual”. Esto significaba que en el momento en que el espíritu compañero del Emperador, lo vio morir, los otros espíritus también aprenderían ese hecho. Según la ley imperial, cuando fallezca el actual Emperador, la siguiente persona en la línea de sucesión será declarada el nuevo Emperador.

Y así, si el espíritu fue testigo de la muerte del actual Emperador, la respuesta a la pregunta del general Yorunzaf no podría ser “Arshankrut Kitra Katjvanmaninik”.

“Estrictamente hablando, si aíslan al compañero espíritu, es posible ocultar la muerte del Emperador… Pero eso es un delito grave, y no hay razón para que la facción Remeon recurra a eso. Si el Emperador está muerto, solo necesitan empujar a la próxima realeza para que sea el nuevo Emperador. El primer príncipe está en sus manos, ¿correcto?”

“Eso es lo más seguro. Los únicos miembros de la realeza que pueden escapar de las manos de la facción Remeon serían el Segundo Príncipe en la provincia de Saregita de los territorios del sur, y la Tercera Princesa que está trabajando bajo el Gran General Saba en los antiguos Territorios Orientales.

“No podemos hacer nada con respecto al Segundo Príncipe, pero ¿fue un error no recordar a la Tercera Princesa de los Territorios del Este? El grupo de Yatorishino se apresura desde allí, ¿correcto?”

“No, si dejamos que un miembro real se una a la marcha rápida, podría haber demoras ya que tendremos que evitar el peligro. La prioridad en este momento es reunir nuestras fuerzas lo más rápido posible.”

“… Es verdad. En esta situación, en lugar de la Tercera Princesa, hacer que las tropas se apresuren rápidamente es más importante. Si no lo recordamos, Saba solo observará en silencio desde la barrera. Confiar a la Tercera Princesa a él podría ser el mejor movimiento.”

El viejo general iluminado asintió. En lugar de recordarlos por la fuerza y agregar más incertidumbre, deberían dejar que las fuerzas grises permanezcan grises, ese era el plan de Field Marshal Igsem. Y no buscaría la ayuda de la marina por las mismas razones.

“… Volviendo al tema, no puedo entender por qué la facción Remeon no emitió ningún edicto. Se me ocurren dos posibilidades. El Emperador está demasiado enfermo para emitir uno, o el Emperador no está en manos de la facción Remeon.”

“……”

“Si tengo que decir, esto último parece más plausible. Mi instinto me dice que el movimiento de la facción Remeon en los últimos días carece de confianza. Asumiendo que han asegurado al Emperador, deberían ser más contundentes con sus ataques, en lugar de mirarnos desde lejos de esta manera.”

Dijo el general Yorunzaf mientras señalaba la puerta abierta al otro lado de la habitación. Más allá de la ventana en el corredor, se podía ver claramente una unidad Remeon que bloqueaba la carretera occidental. Pero no hicieron ningún tipo de preparación para atacar el castillo, y se contentaron con vigilar a la facción Igsem que se escondía en su interior y evitar que los refuerzos se unieran a ellos.

“En cualquier caso, tener un miembro de la realeza con nosotros tendrá una gran importancia en los próximos días. El Emperador o el Primer Príncipe, si podemos asegurar uno de ellos, podríamos ser capaces de igualar las probabilidades.”

El general Yorunzaf levantó la comisura de los labios, como si estuviera disfrutando de ser el desvalido.

“… Por cierto, esos tipos no están defendiendo el este en absoluto. ¿Parecen pensar que el refuerzo vendrá del oeste dentro de la capital?”

“Podemos deducir que se ha desplegado una gran cantidad de unidades Remeon a lo largo del paso de montaña Kudra y otras rutas que conducen a las minas de mineral de Hioredo en el este, y juzgaron que esto sería suficiente para su defensa oriental.”

“¡Jaja! ¡Están mirando hacia abajo a la facción Igsem!”

El viejo general se golpeó la rodilla y se rió. El mariscal de campo Igsem que miraba por la ventana oriental asintió con la cabeza:

“Eso es correcto.”

En su campo de visión, se podía ver la figura de una fuerza amiga que corría hacia él desde más allá del horizonte.

Hasta que entraron al castillo, no hubo ninguna batalla. La facción Remeon que no esperaba refuerzos provenientes de la otra dirección fue una de las razones, y la segunda razón fue: después de viajar más de mil kilómetros en 15 días, un paso más allá del sentido común, los 2.000 soldados quedaron relativamente ilesos y salieron un aura intimidante

“El primer teniente Yatorishino Igsem informando.”

Dieciocho días después de un golpe de estado en el corazón del Imperio, poco después de las 11 de la mañana, después de confirmar que todas las tropas habían entrado en el castillo, Yatori y el comandante de la unidad, el Mayor Megu, informaron al mariscal de campo Igsem:

“Viniste antes de lo esperado. Mucho tiempo sin verte, Yatorishino, bien hecho.”

Yatori respondió con calma los saludos del “otro” Igsem parado al lado del mariscal de campo.

“Estoy halagado, pero deberías dirigir eso hacia el Mayor Megu, General Honorario Yorunzaf.”

“¡Te dije que no saludaras a tu tío abuelo por su rango militar! ¡Maldita pareja de padre e hija!”

Después de saludar a su tío abuelo que dejó escapar un profundo suspiro, la niña de pelo bermellón se volvió hacia su padre:

“Señor Mariscal Campo, ¿puedo preguntar sobre el golpe y la situación actual?”

“La facción Remeon comenzó suprimiendo la capital de Banhataal y el cuartel general de la Central Militar, y tomó el control de las bases militares en la Central. Han bloqueado las carreteras y han cortado las comunicaciones entre nosotros y las fuerzas amigas en otras regiones. Incluyendo las fuerzas en este castillo y los refuerzos, tenemos alrededor de 6,000 hombres. En contraste, la facción Remeon tiene 20,000 soldados participando en el golpe. En resumen, estamos en desventaja.”

El mariscal de campo respondió claramente. Ni el contenido ni su tono suenan como una conversación entre padres e hijos. El comandante Megu observó la interacción de acero entre los dos Igsem con la respiración contenida.

“Primer teniente Yatorishino, por la presente lo asalto a comandante y al teniente coronel Brevet.”

“Sí señor.”

Yatori no se sorprendió por la repentina promoción. Sería desagradable que un Igsem en servicio activo, que tuviera que dar el ejemplo en una situación tan grave, solo tuviera el rango de oficial de grado de la compañía. En el camino de regreso aquí, pensó que podría ser necesario acelerar su promoción.

“Mayor Nudakka Megu.”

“¡Sí señor!”

“Quiero que ayudes a Brevet, teniente coronel Yatorishino como su ayudante. ¿Tienes alguna objeción?”

El mariscal de campo preguntó en serio, y después de un breve momento, ella sacudió la cabeza con una sonrisa seca.

“… Incluso después de atravesar el paso de la montaña Kudra rápidamente, calculé que el viaje desde las minas de mineral de Hioredo hasta aquí tomaría al menos dieciocho días. La que lo acortó a quince días… es tu hija. Y lo hizo sin perder a ninguno de nuestros hombres, por lo que el general Yorunzaf tuvo razón al felicitarla.”

Cuando escuchó las palabras del mayor Megu que sonaban como si se estuviera rindiendo, el viejo general gruñó como si eso fuera un hecho. El mariscal de campo Igsem asintió y continuó:

“Todos los oficiales de campo deben reunirse en la oficina del comandante del sexto piso para una conferencia de guerra.”

***

Las cuatro paredes de la ciudad habían sido selladas y se había aconsejado a los residentes que se quedaran en sus hogares. En este momento, la capital Banhataal estaba cerrada. Las calles vacías hacían difícil imaginar que esta fuera la bulliciosa capital habitual, y los soldados de la facción Remeon habían reemplazado a los nobles corruptos del pasado para formar un gobierno temporal. Y en el palacio en las profundidades de la ciudad…

“… Por qué…”

En la elegante sala de conferencias rodeada de cuadros famosos, este lugar fue utilizado para la discusión de políticas, pero los nobles encargados de este importante papel estaban muertos. A solas con su ayudante en esta lujosa habitación, el general Terushinha Remeon estaba profundamente preocupado:

“… ¡Por qué la realidad se desvió tanto de mi plan…!”

Él gimió. Desde el golpe hasta ahora, ha habido demasiados problemas inesperados.

En primer lugar, el mariscal de campo Solvenares Igsem debería haber sido capturado en la sede central militar. Pero huyó de la base con 4.000 soldados, apenas se sacudió la persecución de la facción Remeon y se escondió en el Castle Castillo del Hambre Zalulu” de la Provincia de Miogaroki.

Para el general Remeon, esta fue una desviación grave de sus planes. Envió a más de una compañía de artilleros de viento para capturar al mariscal de campo Igsem que estaba solo. Escogió al equipo con cuidado y delegó el mando al veterano de confianza Coronel Saru Kualun, y confiaba en que incluso el espadachín más fuerte del continente no podría escapar de esta trampa … Sin embargo…

“General Yorunzaf … el retirado hace mucho tiempo “Un Igsem armado”, solo tenía que elegir esta vez para visitar la base, qué chiste horrible. ¡Solo planeamos reunir a un león, pero otro saltó de la nada!”

El segundo Igsem. La última carta de comodín que arrojó una llave en los planes del general Remeon. No había forma de planear esto. Un anciano de unos setenta años cuya capacidad de mando y esgrima seguía siendo la misma que su mejor momento, y aún representaba la amenaza de cien hombres, ¿quién en la tierra podría esperar algo tan ridículo?

“… Aun así, todavía debería haber hecho una contingencia para esto. Como soy el comandante, este es mi deber. Al final, la unidad de Kualun perdió la vida debido a mi pobre comando…”

“General señor, por favor cálmate…”

“No solo eso. ¿Después de que Sol escapó de la base, en realidad fue al “Castillo del Hambre Zalulu”? ¡Imposible! ¡No es la segunda o tercera base central, sino un castillo mohoso construido hace 4 siglos! ¡Se conserva como un sitio de patrimonio histórico, pero no hay forma de que sea lo suficientemente resistente para uso militar!”

Cortando las palabras de su ayudante, el general de ojos de jade apretó los dientes. Las medidas preventivas de la facción Igsem contra el intento de golpe del general Remeon funcionaron espléndidamente. El mantenimiento del castillo debe haberse hecho en secreto sin dejar que la facción Remeon sepa de su intención. Las bases militares en Central habían sido aseguradas en el golpe, e hizo arreglos para detener cualquier intento de fuga de Central y el mariscal de campo Igsem ya hizo provisiones para todo eso.

“Sol lidera la facción Igsem con 4.000 hombres. Con tanta gente defendiendo el fuerte, será difícil aplastar su resistencia…”

En teoría, si compromete a todas las fuerzas Remeon a atacar el castillo, tomar el Castillo del Hambre es bastante plausible. Sin embargo, necesitaría recordar las tropas desplegadas en las bases centrales, la capital y las que bloquean el camino. Si hacía eso, las fuerzas de Igsem en las otras regiones notarían que algo andaba mal, y se apresurarían al lado del Mariscal de campo y recuperarían las bases y el capital que han comprometido las defensas.

“La facción Remeon y la facción Igsem son casi pares… Si luchamos en una guerra total, nos destruiremos mutuamente, y Kioka será el único que estará contento con eso. ¡No puedo permitirme forzar el problema con fuerza bruta…!”

La carga del futuro de la nación pesaba sobre el general. Sintió como si todos los huesos de su cuerpo crujieran por la presión… Sin embargo, el mariscal de campo Igsem también quiere evitar una guerra total. Y así, el golpe se convertiría en negociaciones con el respaldo de sus fuerzas y para luchar por las fichas de negociación.

“Necesitamos producir fichas de negociación efectivas para que la facción Igsem se rinda… El movimiento más efectivo es dejar que el Emperador emita un edicto para reconocernos como el ejército oficial. Entonces tendremos la autoridad justa y le daremos a la facción Igsem una sensación de derrota.”

La moral de la facción Igsem era alta debido a su orgullo, ya que eran el “ejército oficial”. El general planeaba usar el primer edicto para luego vacilar, y dejar que el Primer Príncipe que tomará el trono en el futuro cercano exprese su apoyo a la facción Remeon a través de “Jewel Voice Broadcast” como seguimiento. La facción Igsem perdería el ánimo.

“Pero, pero … ¡Trisnai! ¿Dónde … has escondido a Su Majestad?”

Después de gritar el nombre de su enemigo jurado que no estaba allí, el general Remeon golpeó su puño sobre la mesa ante él. Este fue uno de sus mayores fracasos, después de su fracaso para capturar al mariscal de campo Igsem.

Poco después del golpe, su principal prioridad era proteger al Emperador, y lideró esta misión personalmente. Después de verificar toda la información disponible para él, el general Remeon estaba seguro de que el emperador y el canciller Trisnai estaban en el palacio restringido.

Esta información indirecta no era infalible. Así que tuvo mucho cuidado y envió espías al palacio varios días antes del golpe. Sus agentes informaron periódicamente sin falta, y hasta la noche anterior, confirmaron que el Emperador y Trisnai todavía estaban en el palacio.

Pero cuando el equipo del general Remeon irrumpió en las cámaras del emperador, estaba vacío. Registraron cada rincón del palacio restringido y descubrieron varias habitaciones de cámara, pero estaban vacías. El emperador y el canciller se habían desvanecido en el aire.

… No, más exactamente hablando, tuvieron algunos hallazgos. En una habitación en el segundo piso, encontraron a alguien que se parece mucho a Trisnai, vestido con túnicas caqui de un burócrata de alto rango. El general Remeon concluyó que sus agentes fueron engañados por el doble del cuerpo de Trisnai, y que el astuto zorro lo había superado.

“No podemos emitir un edicto sin Su Majestad… Si no podemos emitir un edicto que respalde a la facción Remeon, entonces la facción Igsem mantendrá su moral como el ejército oficial. Este golpe se está hundiendo lentamente en el peor atolladero…”

“General … General Sir.”

“¿Qué debo hacer … Tengo que pensar en una manera. ¡Soy yo quien arrastró todos estos hombros hacia una guerra civil, la responsabilidad recae en mí…!”

“¡Señor!”

Un fuerte impacto golpeó las mejillas del general de ojos de jade que estaba cayendo en un ciclo de autodesprecio. El general Remeon se puso rígido por la sorpresa, y el rostro familiar de una mujer se inclinó cerca de él, con las palmas de sus manos sobre sus mejillas.

“…… Teniente Coronel Lucika….. ”

“¿Ya lo has sacado?”

Miró directamente a los ojos de jade del general Remeon con una mirada aguda. Quien audazmente interrumpió su línea de pensamiento fue el ayudante del general, el teniente coronel Lucika Kursk. Ella era una mujer oficial cercana a los cuarenta años, y algunos de sus subordinados chismosos le dieron el apodo de “Dama de hielo”.

“Este no es el momento para reprocharse a sí mismo, general Terushinha Remeon. No es el momento de averiguar quién tiene la culpa, sino de elaborar un plan práctico para superar esta crisis. Si no podemos lograr resultados, entonces no tiene sentido luchar y preocuparse por todo esto. ¿Lo entiendes?”

“… S-Sí… ”

“Muy bien. Entonces detente con todos tus “es mi culpa”. Eso es solo una pérdida de tiempo.”

Después de decir eso fríamente, el teniente coronel Lucika retiró sus manos del rostro de su superior. Su rostro todavía le dolía por el dolor cuando el general Remeon finalmente se dio cuenta de lo poco saludable que era su proceso de pensamiento en este momento:

“… Gracias, teniente coronel. Me sacaste de mi rutina. Eso fue desagradable de mi parte.”

Volvió a su tono digno habitual y agradeció a su ayudante.

“Está bien. Esperaba que esto sucediera cuando los dos estamos solos en esta habitación.”

El general sonrió torpemente cuando escuchó al teniente coronel Lucika decir eso sin ninguna reserva. Habían trabajado juntos durante mucho tiempo, y él no podía ocultar este lado de él de ella. Desde hace mucho tiempo, sacar al general de su ciclo de odio a sí mismo había sido el trabajo de su ayudante.

“No hay nada de qué avergonzarse. El pensamiento cuidadoso e intrínseco del general es tanto a favor como en contra. Solo tenemos que pensar en una solución para esto.”

“Estoy agradecido por tu consejo directo, aunque tu método es demasiado duro.”

“Si quieres que alguien te lo recuerde suavemente, puedes preguntarle a tu esposa. Pero para regresar a su hogar que anhela, primero tenemos que resolver los asuntos problemáticos a mano.”

El aliento sarcástico de su ayudante empujó al general Remeon a recuperar la compostura, y volvió a revisar los problemas.

“… Necesito pensar en esto cuidadosamente. Sin Sol y el Emperador, estamos en desventaja. ¿Qué debemos hacer ahora?”

“Tenemos dos opciones. Podemos intentar ganar sin buenas cartas en nuestra mano, o podemos intentar sacar las buenas cartas que perdimos la última vez.”

“Es imposible capturar a Sol sin pelear una batalla total. En cuanto al Emperador… Suponiendo que la facción Igsem lo tenga, se aplicarán las mismas condiciones.”

“Entonces tenemos que confirmar si eso es cierto.”

El teniente coronel Lucika dijo claramente. El general de ojos de jade asintió seriamente:

“… Así que los investigamos para obtener información. ¿Sol estará de acuerdo con una reunión?”

“Eso es muy probable. Ambas partes quieren sondear al otro en busca de información.”

No somos el único bando que se vio obligado a arrinconar. Después de interpretar las palabras del teniente coronel como tal, el general Remeon comenzó a reducir sus opciones. Pero en ese momento, un golpe urgente llegó desde la puerta:

“¡Capitán Kinerigo aquí! ¡General, tengo algo que informar!”

“¡Entrar!”

Con el permiso del general, el capitán Kinerigo irrumpió en la habitación e informó al general:

“¡Los refuerzos llegaron desde el este y se unieron al enemigo en el castillo! ¡Son más de 2000! ¡La unidad de guardia desconfía de un ataque de pinzas desde el Castillo del Hambre, y no pudo evitar que los dos grupos se unieran!”

“… Desde el este, eh.”

Esta terrible noticia hizo que los ojos de jade en general apretaran los dientes. El teniente coronel Lucika lo miró preocupado desde un lado, pero todavía era un general de un ejército y no perdió la calma:

“Si llegaron en este momento, eso significa que después de que la campaña Hioredo Ore Mines recibió noticias del golpe, regresaron por la ruta más corta a través del paso de montaña Kudra. Y sumaron 2,000, que son aproximadamente todas las fuerzas de Igsem que esperamos que recuerden. Lo hicieron aquí sin ninguna pérdida, parece que había sido demasiado optimista.

Esa última línea fue como un puñetazo en su propia cara, y el general Remeon completó su análisis de la situación actual:

“El número de tropas acuarteladas en el Castillo del Hambre ahora es de 6,000, suficiente para defender su base y enviar una gran unidad de destacamento… No podemos darnos el lujo de tomarnos nuestro tiempo con nuestros preparativos.”

“… Así es. Sus órdenes por favor, general señor.”

Su ayudante lo instó en voz baja. Bajo la mirada vigilante de sus dos subordinados, el general de ojos de jade decidió su próximo movimiento.