Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 10: El Reino del Dios de la Guerra  

Extra 2: La Jefa en la Sombra

Las expresiones de los nobles costeros de Kuwol eran sombrías cuando se sentaron en la sala de reuniones.

“Así que nos están enviando al Rey Negro de los Hombres Lobo de Meraldia…”

“He oído que los hombres lobo son una raza de demonios que viven en Meraldia.”

“No solo es uno de los generales más prominentes del ejército demoníaco, sino que se dice que ha luchado en el frente en nombre de múltiples Señores Demonios.”

“Supuestamente, ha aniquilado ejércitos enteros por su cuenta varias veces y todas las personas con las que se batió en duelo fueron derrotadas con un solo golpe.”

“También escuché que es un maestro de la magia y posee muchas habilidades de las que los magos más grandes de Kuwol nunca han oído hablar. Dicen que incluso puede comandar ejércitos de no-muertos.”

“…Su apodo parece bien merecido.”

La mayoría de los nobles de Kuwol pudieron obtener información decentemente precisa sobre Meraldia de los virreyes meraldianos con los que comerciaban. Tragaron saliva colectivamente al darse cuenta de qué tipo de persona estaba a punto de desembarcar en sus costas.

“El Rey Negro de los Hombres Lobo es sin duda la mejor carta de triunfo de Meraldia. Es su diplomático más consumado; su guerrero más fuerte; y su general más astuto.”

“Supongo que esto significa que Meraldia finalmente se está tomando en serio nuestra difícil situación.”

Por supuesto, este era el desarrollo que esperaban los nobles costeros. Pero la ayuda que Meraldia estaba enviando era tan abrumadora que sintieron más temor que alegría.

“¿Qué tipo de persona crees que es lord Veight?”

“Bueno…” murmuró Birakoya Bahza, sin saber cómo describirlo. Al final, optó por sacar una carta de su bolsillo y leerla en voz alta.

“Es un hombre cordial y amable que prefiere evitar los conflictos. En realidad, es más un comerciante que un soldado y más un erudito que un comerciante. Es un verdadero sabio que valora la cultura y lo académico por encima de todo.”

“Lady Birakoya, ¿es esa carta de ese viejo cascarrabias… este, digo, de lord Petore?”

“Sí. No puedo creer que ese vejete testarudo tenga a alguien en tan alta estima, pero a juzgar por lo coherente que es la carta, dudo que se esté volviendo senil.” Birakoya sonrió levemente. “Sospecho que él es la razón por la que todos los virreyes de Meraldia se rindieron al ejército demoníaco. El poder militar y los incentivos financieros por sí solos no serían suficientes para unir a las ciudades del norte y del sur.”

Los otros nobles asintieron.

“Eso suena plausible… Necesitarías un líder excepcionalmente talentoso para unificar a toda Meraldia bajo un gobernante demoníaco.”

“Me imagino que esto significa que podemos confiar en él.”

Birakoya asintió y se guardó la carta en el bolsillo. “Llegará a mi puerto en unos días. Tengo la intención de ocultar mi verdadera identidad durante nuestra reunión inicial para ver cómo me trata.”

“Ajajaja… veo que eres tan imprudente como siempre, lady Birakoya.”

Los viejos nobles se rieron entre sí. Cuando era joven, Birakoya solía verse envuelta en todo tipo de travesuras junto con los dos alborotadores de Meraldia, el tiburón blanco, Petore, y la ballena negra, Grasco. Parecía que la edad había hecho poco por moderar su espíritu rebelde.

Otro de los nobles preguntó, “¿Qué planeas hacer si no es un hombre tan grandioso como nos han hecho creer?”

“En ese caso, le pediré cortésmente que se vaya antes de que pueda empeorar las cosas. Incluso le daré algunos obsequios para que no tenga motivos para quejarse.” Birakoya respondió sin dudarlo. Ella se rió entre dientes y agregó, “Pero dudo que sea necesario. Tengo fe en el juicio de Petore. Lord Veight debe ser más impresionante que un Héroe para que ese viejo loco lo alabe tanto. ¡No puedo esperar a verlo por mí misma!”

Birakoya sonrió y, a pesar de las arrugas que cubrían su rostro, parecía una adolescente impetuosa.

-FIN DEL VOLUMEN 10-