Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 10: El Reino del Dios de la Guerra 

Capitulo 10: Dos Conflictos Consecutivos

Parte 3

Al día siguiente, abordé el tema mientras estábamos tomando el té.

“Maestra, asegúrate de decirles a los fungoides que no invadan ningún cementerio cuando hagan su nuevo nido.”

“Mmm, lo haré.”

Los fungoides consideraban sagrados a los cadáveres y su forma de honrar a los muertos era crear nuevos semilleros en su interior. Creían que, al hacerlo, la vida del difunto se renovaba a través de ellos. No importaba si era un árbol, un animal o incluso un demonio, ellos esparcían sus semilleros en cualquier cosa. Si bien era su forma de mostrar respeto por los muertos, a los humanos de Ryunheit no les agradaría eso.

“Quizás sería una buena idea recalcarles una vez más la importancia de seguir las leyes de Ryunheit.”

Fue un alivio saber que la Maestra se estaba tomando esto en serio. Pasamos la prueba de los fungoides, así que confiaba en que escucharían sus advertencias. Oh, sí, ya que estoy aquí, probablemente también debería preguntar sobre la escuela.

“¿Cómo va la formación de profesores?”

Había usado mis contactos para reunir tantos especialistas como pude en Ryunheit, pero la mayoría de ellos nunca antes había enseñado una clase. Eran expertos en sus respectivos campos, pero amateurs en la docencia. La Maestra negó con la cabeza con desdén.

“Horrible. Absolutamente espantoso. Estas personas no saben nada sobre la enseñanza.”

“Lo supuse.” Suspirando, dejé que la Maestra despotricara.

“No comprenden que hay que adaptar sus métodos de enseñanza para cada alumno en particular. Tampoco entienden cuál es el verdadero propósito de la enseñanza.”

“Esas son las dos cosas que más te preocupan, ¿no es así?”

Cuando nos había estado enseñando, la Maestra había estado constantemente observando cuánto tiempo podíamos concentrarnos, dónde estaban nuestras fortalezas y debilidades, y cuáles eran nuestros intereses. Después de recopilar suficiente información, nos proporcionó planes de estudio personalizados para todos nosotros. Se sabía desde hace un tiempo que eso era lo que funcionaba mejor en la Tierra, pero para este mundo, era un concepto novedoso.

Sin embargo, lo que era aún más impresionante era que la Maestra pensaba constantemente en cómo las cosas que les enseñaba a sus discípulos los ayudarían más adelante en la vida. Cuando había estado aprendiendo a ser profesor en mi vida pasada, ese era un punto que todas mis clases habían enfatizado.

Era difícil creer que alguien en este mundo fuera capaz de idear una filosofía de enseñanza tan moderna. No es de extrañar que todos la llamen la Gran Sabia. Honestamente, si no fuera por ella, probablemente no hubiera podido convertirme en mago. Yo no era un aprendiz rápido de ninguna manera.

“Tu filosofía de enseñanza es demasiado avanzada para la mayoría de la gente, Maestra. Aunque, por eso tienes tantos discípulos brillantes.”

“La enseñanza es una de las habilidades más importantes que debe aprender un académico.” Ella infló las mejillas con indignación. “Las técnicas y los conocimientos que adquieren solo tienen valor si se pueden transmitir. Los campos de estudio solo pueden avanzar si las personas transfieren su sabiduría a otros, para que se construya sobre ella.”

Entiendo por qué estás enojada, pero esperas demasiado de ellos, Maestra.

“Estoy de acuerdo con todo lo que dijiste, pero es tu trabajo enseñarles cómo enseñar. Tu filosofía de inculcar conocimiento solo tiene valor si también puedes transmitirlo a otros, ¿sabes?”

“Mrrrr…”

La Maestra cruzó las piernas y comenzó a jugar malhumorada con su tobillo. Sé que te ves como una, pero ya no eres una niña, así que deja de hacer pucheros.

Se inclinó tanto hacia delante que la punta de su sombrero se arrugó contra la mesa y gruñó, “Supongo que sí. Lo que dices es realmente correcto.”

La Maestra era sorprendentemente humilde para ser una Gran Sabia. En realidad, gracias a esa humildad es probablemente que pudo convertirse en una Gran Sabia.

Todavía faltaba bastante tiempo para que abriera la escuela, así que no había prisa por amoldar a los profesores. Ryuunie sería parte de la clase inaugural, pero todavía estaba estudiando en Lotz. Shatina, Firnir, algunos de los hijos de los virreyes y algunos de los jóvenes oficiales demoníacos más prometedores también estarían en la clase inaugural.

Cuanto más se modernizara Meraldia, más se necesitaría gente capaz. Mi esperanza era formar suficientes profesionales capacitados para poder jubilarme y dejarlos manejar las cosas.

Como si la Maestra hubiera leído mis pensamientos, se volvió hacia mí y me dijo, “Por cierto, planeo nombrarte profesor de diplomacia, así que debes preparar un plan de estudios.”

“¡¿Qué?!”

“¿Recuerdas la clase que diste sobre psicología humana a los sobrevivientes de la segunda división? Pensé que hiciste un trabajo espléndido allí, así que quiero que enseñes en mi escuela.”

Estoy bastante seguro de que esos chicos solo me escucharon porque les acababan de patear el trasero, no porque sea un buen maestro… Sin embargo, la Maestra ya había comenzado a hablar sobre lo bien que lo había hecho, así que dudaba que pudiera disuadirla de esto.

“Has sido capaz de traer a todos los que conoces, tanto demonios como humanos, a tu lado. ¿Cuántas personas que querían matarte terminaron trabajando contigo? Tus habilidades diplomáticas son dignas de ser transmitidas. De hecho, solo tendrán valor si se transmiten. Yo también sé jugar a esto, mi joven discípulo.”

Mierda, cavé mi propia tumba.

“Pero, Maestra, mis tácticas de negociación solo funcionaron porque las respaldé con mi fuerza sobrehumana y—”

“Es su trabajo como profesor idear métodos que permitan a cualquiera utilizar tus habilidades y explicárselas a los demás. Además, estoy segura de que los estudiantes estarán más motivados si saben que el vicecomandante de la Señora Demonio les estará enseñando personalmente.”

“Biiiien…”

Sin embargo, siento que no soy la mejor opción para un profesor de diplomacia si puedes vencerme tan fácilmente en una discusión…

***

Mientras disfrutaba de mis días tranquilos en Meraldia, el rey de Kuwol y los nobles de la nación costera continuaron su disputa. Wa estaba interesado en establecer relaciones comerciales con Kuwol, pero la Corte de los Crisantemos no estaba segura de si debían negociar con el rey o con los nobles que controlaban los puertos.

Los Observadores del Cielo habían enviado a sus ninjas a reunir información, por lo que estaban esperando a ver qué podían aprender. Naturalmente, Meraldia también había enviado su propio equipo de investigación. Todos los miembros fueron seleccionados por Petore, así que decidí preguntarle cómo iban las cosas durante la próxima reunión del consejo.

“Petore, ¿has aprendido algo más sobre la situación política de Kuwol?”

Esta era la primera vez que Petore asistía a una reunión del consejo en mucho tiempo. Su edad finalmente le estaba llegando y recientemente había estado enviando a su nieto a asistir a las reuniones en su lugar. El nieto de Petore había heredado su aguda perspicacia y aparentemente era un buen amigo de Ryuunie.

“Sí, todo el lugar está jodido. Ese rey imbécil logró arrastrar a todo el país a su lío.”

A pesar de todas sus quejas sobre su edad, Petore parecía bastante enérgico considerando su tono. Tiré algunos troncos más a la chimenea para asegurarme de que no se enfriara y escuché su informe. Según él, Kuwol como nación se había formado alrededor del río Mejire. Muchas de sus principales ciudades estaban esparcidas alrededor de su camino serpenteante hacia el mar abierto. Los nobles que controlaban esas ciudades controlaban el comercio a lo largo del río, pero no tenían puertos marítimos. Eso significaba que no habían estado involucrados en el conflicto entre el rey y las ciudades costeras. Pero debido a la larga duración del estancamiento, el rey de Kuwol había ido a pedir ayuda a los nobles del río. Como resultado, los nobles de la costa y los nobles del río estaban ahora en conflicto entre ellos también.

Suspirando, coloqué una taza de té caliente frente a Petore. “Eso suena como un desastre. Perdona por interrumpir tu informe, Petore, pero debes probar este té de hierbas. Te calentará de inmediato.”

“Ah, gracias. Veo que eres tan atento como siempre.”

Tenía mucha experiencia cuidando a ancianos. Coloqué un plato de galletas de jengibre que Lacy había horneado antes sobre la mesa y le indiqué a Petore que continuara.

“Los verdaderos líderes encuentran arreglos para las disputas de sus súbditos y evitan los conflictos. Un rey tiene que hacer esas cosas mejor que nadie. Pero este torpe idiota está sembrando discordia él mismo, por lo que no se sabe qué pasará después.” Petore había pasado décadas mediando entre las ciudades del sur y el Senado, por lo que estaba increíblemente apasionado con el tema. “Los precios del azúcar y el ron se han disparado todo porque tuvo que ir y subir los impuestos a sus puertos. Ese maldito tonto.”

“Supongo que realmente no tenemos ninguna razón para ayudarlo, ¿eh?”

Meraldia importaba muchos productos de Kuwol, pero el azúcar era uno de los más importantes. Allí cultivaban caña de azúcar, que era la fuente de azúcar más eficiente. Petore y Garsh vendían lo que importaban a bajo precio al resto de Meraldia para obtener una gran ganancia, por lo que el aumento de los precios fue lo que más los perjudicó. Meraldia no era adecuada para cultivos con un alto rinde de azúcar, por lo que tampoco había otra forma de obtener azúcar. Tanto los humanos como los demonios amaban las cosas dulces, por lo que una escasez de azúcar definitivamente dolería.

Mientras Petore devoraba enojado una galleta, musité, “¿Crees que estallará una guerra civil?”

“No hay forma de saberlo. Alguien podría asesinar al rey antes de que llegue a ese punto, tal vez los nobles de la costa y los nobles del río lleguen a un acuerdo y el rey tenga que comer mierda.” Mordió otra galleta y agregó, “Sin embargo, la discordia entre los nobles costeros y el rey no va a desaparecer pronto. No quiero saber nada de ese maldito tonto. De ahora en adelante solo trataré con los nobles.”

Tiene sentido.

***

El tiempo pasó y, finalmente, llegó el invierno. Debido a que los mares se tornaban tormentosos durante esta época del año, se hizo más difícil controlar la situación de Kuwol.

Mientras tanto, ayudé a Woroy a establecer las reglas de su nuevo deporte y experimenté con nuevas variedades de cultivos con Ashley. También tuve que ayudar a la escuela a prepararse para su gran inauguración y trabajar en la reorganización del ejército demoníaco. Los humanos que empleé para el ejército se separaron en Caballeros Demoníacos y Guerreros Demoníacos.

Estos últimos servirían como soldados rasos de los Caballeros Demoníacos, e hice que tanto los caballeros como los guerreros aprendieran kuwolese en caso de que tuviera que enviarlos allí. Petore también se aseguró de que los miembros importantes del Consejo de la Mancomunidad también comenzaran a aprender kuwolese. Si sucediera algo, serían nuestros diplomáticos en la nación del sur.

Poco después de que comenzara el invierno, llegó un mensajero de Kuwol con noticias urgentes. El rey de Kuwol había ordenado a los nobles leales a él que reunieran a sus tropas y se estaba preparando para la guerra. Ya había reunido un gran ejército en la capital. Los nobles costeros, comprensiblemente, temían ser el objetivo y también habían comenzado a reclutar soldados. Además de eso, habían enviado una solicitud no oficial de ayuda a Meraldia. Cuando recibí la noticia, inmediatamente convoqué a una reunión del consejo.

“¿Qué piensan ustedes? ¿Deberíamos enviar nuestras fuerzas?” pregunté sin rodeos una vez que comenzó la reunión.

“Me gustaría. Si atacan los puertos de Kuwol, Lotz y Beluza perderán una gran parte de sus ingresos. Hay solo unos pocos lugares para que atraquen grandes buques de carga a lo largo de la costa norte del continente sur”, respondió Petore. La mayoría de los residentes de Lotz vivían del comercio de una forma u otra, por lo que su gente sufriría si Kuwol se veía envuelto en una guerra civil.

Garsh levantó la mano y dijo, “También he invertido mucho en Kuwol. Además, Beluza ha sido amigo de los virreyes de sus ciudades costeras durante siglos, no quiero abandonarlos. Si no los ayudamos ahora, perderán la fe en nosotros.”

Los virreyes de las ciudades costeras de Meraldia estaban firmemente en el bando de “ayudar a los nobles de Kuwol”. Entendía el porqué, pero esta no era una decisión que pudiera tomarse a la ligera.

“Ustedes dos se dan cuenta de que nada bueno viene de jugarse el cuello en la guerra civil de otro país, ¿verdad?”

“¿Es una de las enseñanzas del ejército demoníaco o algo así?” preguntó Petore y yo negué con la cabeza.

“No exactamente. Piénsalo. Solo hay un número limitado de tropas que podemos enviar. Incluso si reunimos un ejército de diez mil, no tenemos los barcos para transportarlos a todos.”

Había leído suficientes libros de historia para saber que enviar tropas a tierras lejanas era una maniobra arriesgada. Nuestros soldados estarían luchando en un territorio desconocido y habría poco que ganar incluso si ganáramos. Los virreyes del norte aún desconfiaban de otra invasión de Rolmund, por lo que también estaban en contra de enviar tropas. Incluso entre los virreyes del sur, solo el líder de Shardier, Aram, y la líder de Zaria, Shatina, simpatizaban con la difícil situación de Kuwol.

“Maestro, ¿no hay nada que podamos hacer para ayudarlos?” preguntó Shatina en tono suplicante.

Aram agregó, “Nuestros antepasados ​​vinieron de Kuwol. Si es posible, me gustaría asegurarme de que nuestro antiguo hogar permanezca en paz.”

Chicos, entiendo cómo se sienten. También quiero que la gente de Kuwol viva en paz, pero enviar nuestras tropas es demasiado peligroso. Una vez que enviemos esos soldados, estaremos comprometidos. Esta situación debía ser manejada con cuidado o podría significar un desastre para Meraldia.

“Muy bien, ¿qué tal si enviamos algunos diplomáticos y Caballeros Demoníacos con el pretexto de ‘proteger los barcos comerciales de Meraldia y comprender mejor la situación’. Petore, espero que no te importe que nos prestes tus buques de guerra para esto.”

“¿Solo mis buques de guerra? ¿Qué tal una fuerza de desembarco? Querrás una, ¿no?”

“Si llevamos demasiadas tropas, podríamos provocar al rey de Kuwol para que haga algo imprudente.”

Si los soldados que enviáramos terminaran siendo la chispa que inicie la guerra civil, la gente de Kuwol nos odiaría por toda la eternidad.

“Nuestro objetivo es proteger los intereses de Meraldia en Kuwol. Si sus ciudades costeras se queman hasta los cimientos, dañará toda la economía de Meraldia, no solo las ciudades del sur.”

Potenciar el comercio con Kuwol generaría dinero extra que podría utilizarse para fortalecer la infraestructura, los sistemas educativos y la red de atención médica de Meraldia. Para ayudar a Meraldia a modernizarse, era absolutamente necesario proteger nuestras rutas comerciales con Kuwol.

“Por eso precisamente debemos asegurarnos de no incitar a una guerra. Además, si estalla una guerra, nos será mucho más difícil retirarnos.”

Honestamente, no sabía cuál era la respuesta correcta. Lo más probable es que nadie aquí la supiera, pero confiaba en que mi elección no llevaría al declive de Meraldia, sin importar cómo terminaran las cosas.

Airia asintió y dijo, “Creo que deberíamos adoptar el plan de mi vicecomandante. ¿Hay alguien que se oponga?”

Nadie expresó más protestas y la moción fue aprobada. Lotz y Beluza ofrecieron un solo buque de guerra cada uno para la operación y decidimos enviar algunos diplomáticos, así como los Caballeros Demoníacos del ejército demoníaco para esta misión. Los diplomáticos fueron elegidos entre los creyentes de Mondstrahl que tenían ascendencia kuwolese.

“Informen todo lo que aprendan, por trivial que sea. El más mínimo de los detalles puede resultar vital más adelante. Además, intenten entablar relaciones amistosas con los nobles del río si tienen la oportunidad.”

A cada uno de los buques de guerra se le había asignado un puerto para proteger. Woroy, que ahora también formaba parte del consejo, se cruzó de brazos y dijo con una sonrisa, “Si el rey de Kuwol ataca cualquiera de los puertos que los buques de guerra de Meraldia están protegiendo, tendremos una excusa para declararle una guerra total, ¿verdad?”

“Correcto. Precisamente por eso estamos enviando nuestros barcos a los puertos con más probabilidades de ser atacados. De esa manera, el rey de Kuwol tendrá que pensárselo dos veces antes de hacer un movimiento.”

“Hah, estás planeando provocar un alboroto en otro país extranjero, ¿no? Puedes ser bastante malvado a veces, ¿lo sabes?”

“No me des esa sonrisita. No te dejaré ir, pase lo que pase.”

Con suerte, los nobles costeros agradecerían que enviáramos nuestros barcos a sus puertos más vulnerables. Oh, sí, probablemente debería asegurarme de que Petore no intente nada imprudente.

“Recuerda, Petore, si nuestros barcos son atacados, nuestra prioridad es rescatar a nuestra gente y a tantos civiles de Kuwol como podamos, y luego huir a mar abierto.”

“Sí, sí. No es como si la infantería y los caballeros fueran a ser útiles en una batalla naval de todos modos.”

Petore parecía estar de mal humor, pero me di cuenta de que estaba feliz por dentro. Hombre, tratar con personas mayores es un dolor…

***

El frío del invierno se había instalado por completo cuando los dos buques de guerra de Meraldia llegaron al puerto más grande de Kuwol, Bahza. Los diplomáticos partieron hacia las distintas ciudades costeras, guiados por comerciantes meraldianos que servían como intérpretes y custodiados por los recién nombrados Caballeros Demoníacos. Oré para que todo saliera bien, pero sabía en mi corazón que no sería así. La historia había demostrado que cuando las tensiones aumentaban tanto, siempre se derramaba sangre.

El primer informe que recibí consistió en algunos tallos de plantas secas. Parecían maíz, pero más pequeños. Si tuviera que decirlo, estaban más cerca del mijo perla. Airia miró los tallos confundida.

“¿En qué estaban pensando exactamente los diplomáticos al enviar esto?”

“En realidad, yo les pedí que lo hicieran. Examinar la fuente de alimento básico de Kuwol nos ayudará a entender mejor su cultura, así como su situación actual. Pero hombre, estos tipos sí que trabajan rápido. También se las arreglaron para obtener tallos sin descascarar tal como les pedí.”

A juzgar por las hojas, la planta era una monocotiledónea. Al igual que el maíz y el mijo, parecía ser parte de la familia de las poáceas. Los lugareños la llamaban Meji, ya que crecía principalmente en las llanuras aluviales alrededor del río Mejire. Era un nombre con mucho significado histórico, pero eso no significaba mucho para mí en este momento.

“Aparentemente, este es el principal grano que la gente come en Kuwol. Crece alrededor del río Mejire, por lo que es fácil de cultivar.”

“¿Sabe bien?”

“Eso no lo sé…”

Como nadie lo importaba, dudaba que se adaptara al paladar meraldiano. Airia leyó la pequeña nota que venía con los tallos, que detallaba cómo cocinarlos.

“Entonces, ¿qué planeas hacer exactamente con estos?”

“Por ahora, estoy pensando en molerlos y hornearlos en pan. Todos podemos probar el sabor.”

Después de eso, les daría a los diplomáticos su próxima misión. Con un poco de suerte, los materiales que me habían proporcionado ayudarían a que los nobles del río se sumaran a nuestra causa.

***

Ordené a los diplomáticos que investigaran más a fondo el alimento básico de Kuwol, Meji. También les pedí que investigaran qué enfermedades eran comunes en el área y cuáles eran los tratamientos estándar para ellas. Las cartas posteriores de los diplomáticos me dijeron exactamente lo que sospechaba.

“Vicecomandante, hemos hecho lo que pidió. En las regiones alrededor del río Mejire, existe una enfermedad común conocida como sarpullido fluvial. Al preguntarle a los médicos locales, nos enteramos de que la mayoría de los agricultores son los que contraen esta enfermedad. En sus primeras etapas, la enfermedad hace que aparezcan sarpullidos en la cara. Posteriormente, provoca episodios de vómitos, náuseas y dolor de garganta. En casos graves, el paciente puede perder la cordura o incluso morir.”

Eso lo resuelve. Definitivamente es pelagra. Era una enfermedad causada por deficiencia de niacina.

Mientras Airia y yo comíamos el pan que horneé, le expliqué la importancia de este informe, “Los cultivos básicos con altos rendimientos tienden a carecer de ciertos nutrientes. Si son todo lo que comes, es probable que te enfermes.”

Comer solo maíz también te dejaría con deficiencia de niacina. Escuché que cocinarlo en una solución alcalina ayudaba a complementar las vitaminas que faltaban, pero no sabía cómo funcionaba ese proceso. Sin embargo, del informe estaba claro que la gente de Kuwol no nixtamalizaba su Meji, razón por la cual tenían tanta deficiencia de niacina. Unos días después, recibí un informe aún más interesante.

“La mayoría de los médicos creen que el mejor tratamiento para el sarpullido fluvial es un cambio de clima. Aparentemente, trasladarse al océano y disfrutar de la brisa marina ayuda a la mayoría de los pacientes a recuperarse.”

También le expliqué la importancia de eso a Airia, “Dado que esta enfermedad es causada por una deficiencia de nutrientes, comer alimentos ricos en nutrientes como el pescado la curará. Aprendí esto en mi vida pasada.”

El atún, la caballa, las sardinas y el bacalao tenían niacina. Pensar en pescado me da hambre.

Airia digirió mis palabras y murmuró pensativamente, “Si una comida diferente es lo que cura esta enfermedad, entonces no necesitas ir a ningún lado para curarte, ¿verdad?”

“Sí. Sin embargo, no es necesario que se lo digamos a nadie todavía.”

Técnicamente, ni siquiera necesitabas pescado. El hígado de animal funcionaba igual de bien, pero la carne era lo suficientemente cara como para que los plebeyos rara vez la tuvieran en sus manos. El pollo era lo suficientemente barato como para que la mayoría de la gente pudiera pagarlo, pero no en grandes cantidades. En realidad, era más barato tomar un bote río abajo y conseguir pescado del océano que comprar carne. No es de sorprender que los nobles y los nómadas rara vez tuvieran pelagra, ya que incorporaban más carne en su dieta.

Independientemente, lo importante aquí era que los agricultores viajaban con frecuencia a la costa para curarse. Los nobles del río dependían de las zonas costeras para que el pescado curase a su gente.

Si los nobles del río declararan abiertamente la guerra a los nobles de la costa, muchos de sus agricultores morirían por deficiencia de niacina. Aunque mantuve los detalles en secreto, hice que los diplomáticos les contaran a los nobles de la costa lo que aprendí. Ahora los nobles de la costa podrían amenazar con “Si nos atacan, todos sus plebeyos se enfermarán” frente a los nobles del río. Con suerte, eso haría que los nobles del río estuvieran más dispuestos a negociar.

Por supuesto, sabía que esto por sí solo no sería suficiente para influir en las mentes de los nobles del río y siempre era posible que la amenaza los pusiera más ansiosos por conquistar las ciudades costeras. Necesitaba encontrar tantas fichas de negociación como fuera posible para apilar las negociaciones a nuestro favor. Sin embargo, estaba a un continente de distancia y trabajaba con la información que me traían otros, por lo que no era fácil.

Según lo que habían aprendido los diplomáticos, los nobles que gobernaban las tierras alrededor del río Mejire tampoco estaban particularmente encariñados con el rey de Kuwol. Por lo que pude ver, la relación entre las dos facciones nobles era algo como esto:

“Miren, tampoco nos gusta tanto el rey. Impone muchísimos impuestos a nuestras plantaciones de caña de azúcar, pero nos hace pagar por todo el trabajo de irrigación.”

“¡¿Entonces por qué no se unen a nosotros y lo presionan?!”

“Nos encantaría, pero no podemos apuntar nuestras espadas a la familia real… Este rey puede ser una mierda, pero tenemos una gran deuda con el anterior.”

“Bueno… lo entiendo, supongo.”

“Intentaremos suavizar las cosas con él, así que dennos un poco de tiempo, ¿de acuerdo? Seguramente verá la razón y se dará cuenta de que se está disparando a sí mismo si les sube los impuestos a ustedes.”

“¿Eso crees? Pero aun así, vamos a contratar mercenarios por si acaso, pero hazle saber que realmente no planeamos pelear.”

“De acuerdo.”

Ambas partes parecían estar intercambiando mucha correspondencia no oficial. Tenía sentido, ya que ambas facciones compartían una cultura, un idioma y una religión. Incluso habían luchado juntos en múltiples ocasiones para defender a la nación contra las invasiones bárbaras. Además, tenían razones muy prácticas para no pelear entre ellos.

“La caña de azúcar solo tiene valor si hay puertos a donde llevarla y los puertos solo obtienen valor si tienen caña de azúcar para vender”, dijo Petore con un movimiento de cabeza. Había venido a Ryunheit para ver qué estaba haciendo.

“La caña de azúcar cosechada a lo largo del río Mejire se procesa en las fábricas de azúcar locales. Pero no van a ganar dinero simplemente dejándola allí. No es como si a los lugareños les faltara azúcar, así que llevan su cosecha al puerto y la venden a otros países como Meraldia.”

El azúcar no solo tenía una gran demanda, sino que era fácil de transportar y no se echaba a perder. Era el bien comercial ideal.

“En cuanto a las ciudades costeras, incluso si tienen puertos y barcos, no ganarán dinero si no hay bienes para vender. Ambas partes deben asegurarse de no enojar a la otra.”

Eso explica por qué la guerra civil aún no ha estallado, a pesar de que las tensiones son tan altas. Ninguna de las partes quería dañar la infraestructura de la otra facción, ya que también dañaría su propia economía. Este es un factor de disuasión bastante bueno para la guerra. Me pregunto si podemos conseguir una relación como esta con Rolmund. En cualquier caso, esto significaba que no tenía que preocuparme demasiado por la situación de Kuwol y podía concentrarme en los asuntos internos.

Meraldia era un país en rápido desarrollo. Necesitaba actualizar las leyes, planificar nuevas ciudades y capacitar al personal calificado para mantener el ritmo de la modernización. Los errores más pequeños podían provocar grandes problemas y tenía que planificar para el futuro mientras me aseguraba de que todo funcionara sin problemas en el presente. Esto era probablemente lo más ocupado que había estado hasta ahora. No había forma de que pudiera encontrar tiempo para viajar a Kuwol, así que solo podía rezar para que las cosas se mantuvieran tranquilas allí.

***

Lamentablemente, la situación de Kuwol siguió empeorando.

“Nuestros diplomáticos están suplicando volver a casa. Tienen miedo por su vida”, le dije a Airia mientras leía los últimos informes durante nuestra sesión de té de la tarde. Honestamente, me sentí un poco mal por estar leyendo informes durante nuestro descanso, pero Airia era tan santa que nunca se enojaba conmigo por eso. Sin embargo, cuando traté de extender los documentos sobre la mesa, ella extendió una mano para detenerme.

“Es importante tomar descansos regulares o te agotarás.”

“…Sí, señora.”

Lo siento, no lo volveré a hacer.

“Me imagino que los ciudadanos de Kuwol están bastante preocupados.”

“Sí. Si estalla la guerra civil, la gente que vive en la costa será invadida por su propio rey.”

Los nobles costeros no tenían mucho ejército permanente, por lo que habían estado contratando a todos los mercenarios que pudieron encontrar. La mayoría de esos mercenarios rara vez asumían trabajos más importantes que proteger los barcos de carga de los piratas, por lo que carecían de experiencia en lo que respecta a la guerra a gran escala. Dudaba que duraran mucho si el rey atacaba. Como Airia sabía que yo era una reencarnación, a menudo me preguntaba si mis conocimientos de mi vida pasada eran aplicables en momentos como estos.

“¿Alguna vez sucedió algo como esto en tu vida pasada?”

“Todo el tiempo. Sin embargo, viví en una era pacífica, así que la mayor parte de lo que sé es a través de libros de historia.”

“¿Qué crees que pasará ahora?”

Sí que haces algunas preguntas contundentes, mi querida Señora Demonio. Crucé los brazos y consideré las posibilidades.

“La única solución pacífica en este momento es que el rey de Kuwol retroceda y trate de encontrar una manera de reparar las relaciones con los nobles costeros. Pero si no lo hace, las cosas se pondrán feas.”

Todo el país era un gran barril de pólvora. Ambos bandos habían acumulado enormes ejércitos y la más pequeña de las cosas podía provocar un baño de sangre.

“Si estalla la guerra civil, no habrá nadie que pueda servir como mediador. Dado que el poder más alto del país, el rey, participará, si la guerra se prolonga, no importa quién gane, el país será una sombra de lo que alguna vez fue.”

Los nobles del río y los nobles de la costa tenían mucho dinero. Podrían financiar una guerra total durante bastante tiempo. Si la batalla terminaba en un punto muerto, Kuwol estaba condenado.

“Cuanto más dure la guerra, más se deteriorará la tecnología y la infraestructura de Kuwol. La mayoría de los nobles no se dan cuenta, pero sus agricultores y marineros son trabajadores calificados. Son expertos en marinería y agricultura, entre otras cosas.”

Sin embargo, cuando estallara la guerra, serán ellos los que mueran en masa. No solo fueron reclutados como soldados de infantería desechables, sino que los nobles rara vez se esforzaban por proteger a los que no luchaban.

“Si Kuwol pierde la capacidad de cultivar y procesar caña de azúcar a gran escala, el reino no podrá recuperarse en décadas. Durante ese tiempo, sus vecinos probablemente fortalecerán sus ejércitos y buscarán una oportunidad para invadir.”

Rolmund y Wa estaban a punto de modernizarse. Meraldia tampoco se estaba quedando atrás. Una vez que hubiera algunas naciones industrializadas, comenzaría la era del imperialismo. No tenía forma de saber qué tipo de sistema político tendrían Meraldia o Wa para entonces, pero si estaba muerto no podría influir en nada.

“Kuwol tiene muchas tierras de cultivo ricas gracias al río Mejire. También tiene varios puertos grandes y un producto valioso como el azúcar. Puedo imaginarme fácilmente a alguien tratando de colonizarlo si el poder del reino decae.”

“¿Colonizar?”

“Sí. Significaría pisotear los derechos del pueblo de Kuwol y causaría muchos daños a largo plazo, pero a corto plazo, reportaría enormes beneficios a la nación colonizadora.”

La justicia y la compasión no tenían sentido en el mundo de la diplomacia. No eran más que bonitas palabras utilizadas para disfrazar la verdadera fuerza impulsora de las negociaciones, que era poco más que intereses nacionales. Por cruel que fuera, no querría ningún subordinado que priorizara ideales tan elevados como la justicia sobre los mejores intereses de Meraldia.

Le expliqué brevemente el concepto de imperialismo a Airia, luego negué con la cabeza y agregué, “Pero cualquier nación colonizada eventualmente recuperará su independencia. Simplemente no se puede engrillar una región a un continente entero por mucho tiempo.”

La independencia también vendría con mucho derramamiento de sangre y dejaría atrás una animosidad duradera. Los rencores como ese eran aún más peligrosos en este mundo, porque los Héroes existían. Si uno liderara una guerra justificada de venganza contra una nación colonizadora, las bajas serían inmensas. Incluso si Meraldia no estuviera directamente involucrada en algo así, aún sentiría las repercusiones. No tenía ninguna duda de que Kuwol probablemente tenía algunos artefactos antiguos de producción de Héroes propios.

“Si queremos mantener a Meraldia fuerte por los próximos cien o doscientos años, lo mejor para nosotros es evitar una guerra civil en Kuwol. No digo esto solo porque simpatizo con su gente.”

Airia me sonrió y respondió, “Pero de todos modos simpatizas con su gente, ¿no es así?”

“Sí.”

Mis instintos violentos de hombre lobo siempre estaban al acecho debajo de la superficie, así que tenía que tener cuidado de no perder la humanidad que había retenido cuando reencarné. El hecho de que todavía pudiera simpatizar con la difícil situación del pueblo Kuwol fue un recordatorio tranquilizador de que todavía era un ser humano por dentro. Por supuesto, mi posición significaba que no podía extender una mano de ayuda basada solo en la simpatía. Necesitaba una excusa válida.

“Hay arrugas en tu frente otra vez.”

“¿En serio?”

Me froté la frente y sonreí con tristeza.

“Tienes razón. Creo que realmente necesito relajarme.”

“Me alegra que lo sepas. Puse azúcar de Kuwol en el pan de hoy, ¿por qué no te tomas un descanso y pruebas un poco?”

El pan de azúcar era una de las comidas favoritas de la Maestra. Aunque la receta parecía simple, era un lujo que pocos podían permitirse. Solo los nobles tenían dinero para servirlo como bocadillo. El azúcar era caro, por supuesto, pero el aceite también. Espero poder hacer que Meraldia sea lo suficientemente rica como para que todos puedan al menos pagar postres como estos.

Mientras tomaba un trozo de pan, Airia se rió entre dientes y dijo, “Estás frunciendo el ceño de nuevo. Mira, puedo ver las arrugas.”

“Oh, hombre…”

Realmente necesito aprender a relajarme.