Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 6

Capitulo 29: Emisario

Parte 1

Un poco antes de la apertura del Torneo Mágico Amistoso de las Siete Naciones…

El área urbana de Balmes, una de las siete naciones del dominio de la humanidad, era tan animada como el área urbana de cualquier otra nación.

Había todo tipo de tiendas a lo largo de las calles, que habían estado llenas de actividad desde la mañana. Por supuesto, había tiendas de comida y ropa, y algunas de metales preciosos, productos relacionados con la magia y más. Se decía que se podía conseguir casi cualquier cosa en este mercado central. Tener todas estas tiendas reunidas en una ciudad era algo que nunca verías en Alpha.

Sin embargo, los edificios estaban abarrotados y las calles estrechas estaban llenas de gente.

Y se destacaron los tramos sin pavimentar de la carretera.

Balmes tenía un territorio más pequeño en comparación con las otras naciones. Sin embargo, la diferencia en la población no era tan grande. Como resultado, la ciudad estaba superpoblada, su población chocaba con los demás a medida que avanzaban. Este era el tipo de idiosincrasia que tenía Balmes.

Pero una vez que salía de las calles principales para escapar de la congestión, la atmósfera de repente se sentía desolada y lúgubre.

En un rincón de esa parte de la ciudad había un lugar envuelto en una atmósfera oscura. Este era el cuartel militar de Balmes, ubicado a cierta distancia de las líneas defensivas.

Por cierto, era típico que las naciones construyeran su cuartel general militar en las cercanías de sus líneas defensivas. Esto se hizo para tener en cuenta la seguridad de la población. Sin embargo, a diferencia de las otras naciones, Balmes tenía un grueso muro de hierro entre su cuartel general y las líneas defensivas.

Dentro de ese edificio de paredes gruesas, normalmente se podían escuchar las voces de los oficiales militares. Pero en la actualidad solo había un número disperso de Maestros Mágicos. Balmes tenía menos Maestros Mágicos para empezar, pero hoy el edificio estaba especialmente vacío.

Los Maestros Mágicos que estaban en el edificio caminaban con los ojos bajos, sus expresiones teñidas de desesperación. La razón era que estaban angustiados por el estado actual de Balmes. O más exactamente… no habían sido informados de la situación, pero más o menos tenían una idea. Desafortunadamente, sus especulaciones fueron acertadas.

Los guardias a cargo del área más segura en el cuartel general siempre miraban a cierta puerta en las profundidades del edificio cuando patrullaban. Todos tenían un entendimiento tácito de que las personas detrás de esa puerta estaban trabajando arduamente tratando de idear un método para resolver la crisis.

Un poco después del mediodía.

Habían pasado cinco días desde la conferencia de gobernantes. La emoción por el próximo Torneo Mágico Amistoso se estaba acumulando en las otras naciones.

Eso también era cierto en Balmes, pero no había ni rastro de ello dentro del cuartel general militar. Detrás de esa puerta, dos hombres compartieron expresiones sombrías.

La habitación era grande, pero ahora se sentía asfixiante. Los hombres estaban sentados en lujosos sillones de cuero acolchados con acabados brillantes. Esto solo fue suficiente para mostrar los altos cargos que ocupaban.

En la mesa entre ellos había un mapa del área más allá de sus líneas defensivas. En otras palabras… el Mundo Exterior.

Era relativamente detallado, pero una parte estaba completamente en blanco. Aparte de una pequeña sección, el mapa del mundo no se había actualizado durante casi 100 años. Se acababa de trazar una línea de puntos con tinta fresca en ese espacio nulo.

Uno de los dos hombres era el gobernante de la nación, Holtal Qui Balmes. Miró fijamente el mapa con el ceño fruncido, agarrando violentamente una jarra de la mesa auxiliar. Vertió el líquido en un vaso cercano y luego lo bebió para calmar su garganta reseca.

Tenía una constitución promedio y su cabello ralo estaba muy corto. Su mirada era la definición misma de un hombre de mediana edad. A pesar de la apariencia no amenazante, en ese momento tenía un brillo agudo en sus ojos, que miraban al hombre sentado frente a él.

“Gagareed, obtuve la aprobación para el reclutamiento en la conferencia, tal como querías.”

“Muchas gracias, Lord Holtal.” El hombre le agradeció cortésmente.

Comparado con Holtal, el hombre llamado Gagareed parecía un poco agotado. Pero como militar, su cuerpo estaba bien entrenado. El uniforme militar le quedaba ajustado, y con su cabello corto y espeso y ojos alerta, era la imagen misma de un artista marcial.

Gagareed era el comandante supremo de las fuerzas armadas, el gobernador general de Balmes. Normalmente, habría tenido que correr al lado de Holtal tan pronto como concluyó la conferencia, pero en esta crisis no podía permitirse el lujo de dejar la sede. Por eso, Holtal había terminado acudiendo a él.

Sin embargo, Holtal no se ofendió por esto. Ese era el tipo de situación en la que se encontraban. Teniendo en cuenta lo que estaba enfrentando Balmes, tener que viajar a la sede no era una falta de respeto ni mucho trabajo.

La mente de Holtal estaba llena de preocupaciones. “Más importante aún, ¿qué pasó con la unidad de reconocimiento? ¿Supongo que fue inútil?” Preguntó con una expresión amarga. Ya tenía una corazonada sobre el resultado, pero no se pudo evitar preguntar.

Después de una breve pausa, Gagareed bajó los ojos y negó con la cabeza. “No lo sabemos. La situación se desconoce.”

“¡¿Cuál es el significado de esto?!” Holtal golpeó la mesa y rechinó los dientes. El vaso parecía que se iba a caer de la mesa por el impacto, pero eso no le importaba. El gobernante miró directamente a Gagareed.

Quien abrió dolorosamente la boca para hablar. “… Perdimos contacto con la unidad de reconocimiento. Ninguno ha regresado.”

“¡¡Qué…!!”

Los ojos fulminantes de Holtal se abrieron de par en par. Un momento después, se reclinó en su silla, pensando en el pasado reciente.

Todo empezó hace dos meses. Habían recibido un informe de una unidad de reconocimiento sobre el descubrimiento de cierto depósito mineral a veinte kilómetros al noreste de Balmes. Cuando la unidad regresó, habían venido con un metal desconocido.

No pasó mucho tiempo después de compararlo con registros antiguos para darse cuenta de que lo que habían encontrado era mitril.

No sabían qué tan profundo era el depósito, pero el mitril era extremadamente valioso. Este descubrimiento tendría un impacto masivo en Balmes. Sin embargo, también se informó que Fiends de clase alta estaban en el área junto con el descubrimiento.

Cuando escucharon esto, Holtal y Gagareed inmediatamente decidieron enviar una fuerza de exterminio para eliminar a los Fiends. Teniendo en cuenta el peligro de los Fiends desconocidos, reunieron una gran cantidad de Maestros Mágicos de alto rango para formar su fuerza.

Eso incluyó a su único Digito Único, Duncal, así como al antiguo Único y actual número 20, Gileada, lo que deja en claro cuán motivados estaban con esta empresa.

La razón por la que incluyeron más de 400 Maestros Mágicos fue para limpiar a todos los Fiends en el camino y en el área alrededor del depósito. Si hubiera Fiends de clase alta como se informó, serían un asunto insignificante para ese número de Maestros Mágicos.

Sin embargo, en cuanto a los resultados…

“Gagareed… ¿Cuándo fue la última vez que supimos de la fuerza de exterminio?”

“Hace catorce días.”

“¿Cuáles son las posibilidades de que incluso uno de ellos regrese con vida?”

“… Un pequeño porcentaje en el mejor de los casos.” Gagareed no había dicho cero por su propio orgullo y sentimientos. Es casi seguro que fueron aniquilados, pero no quería poner eso en palabras.

“… Hablando de manera realista, ¿cuál es el daño total?”

“Los Maestros Mágicos que hemos enviado son el setenta por ciento de las fuerzas totales de Balmes.”

“…” Holtal bajó la mirada hacia la mesa y se pellizcó y frotó el puente de la nariz. Se apartó de sus frustraciones y arrepentimientos para recuperar la calma, tratando de concentrarse en cómo regresar de esta situación. Fue una especie de primeros auxilios psicológicos. Finalmente, habló con resignación mezclada con su tono. “Supongo que tendremos que pedir ayuda a las otras naciones.”

“Pero si hacemos eso, Balmes estaría en deuda con todas las naciones, Lord Holtal… Incluso podríamos convertirnos en el títere de otra nación.”

“¡Sin embargo, a este ritmo, Balmes estará en peligro! Varios cientos de Maestros Mágicos… No, no puedo decir que sean todos, pero no tengo más remedio que asumir que la fuerza de exterminio ha sido gravemente dañada. Y si hay Fiends lo suficientemente peligrosos como para hacer eso, Balmes podría no ser la única nación en peligro.”

“Creo que no tenemos que preocuparnos por eso ahora.” Dijo Gagareed. “La batalla tuvo lugar en la zona del depósito. Ahí es también donde perdimos el contacto con nuestra unidad de reconocimiento de rápido movimiento. En otras palabras, es seguro asumir que los Fiends no se han movido después de la batalla.”

“Incluso entonces, se moverán en algún momento. Y si no estamos en condiciones de lidiar con ellos…”

“Estoy de acuerdo con eso. Pero creo que es posible reunir más Maestros Mágicos con suficiente tiempo, por lo que debemos priorizar la comprensión precisa de la situación y restaurar nuestro poder nacional.”

“No tenemos tiempo para tomarlo tan despacio.” Dijo Holtal.

“Según el último informe que recibimos antes de perder el contacto, los Fiends más fuertes eran seis de Clase A. Si bien no podemos ser demasiado optimistas, con Duncal allí, deberían haber tenido un 100 por ciento de posibilidades de ganar. Así que no podemos descartar que hubo algún tipo de desastre natural o error…” Gagareed casi había aceptado el destino de la fuerza de exterminio, pero una vez más intentó escapar de la realidad agarrándose a un clavo ardiente.

Finalmente, Holtal dejó de tratar de ocultar su irritación cuando literalmente escupió:

“¡¿Entonces por qué no ha vuelto nadie?! ¡¿Por qué no hay informes?!”

“Quizás no pueden moverse, o…”

“¡Que horrible!”

Gagareed finalmente se resignó. No quería creerlo, pero era muy probable. Tendrían que lidiar con eso de alguna manera. “Independientemente de lo que sucedió, es posible que debamos considerar hacer una solicitud a Kurama…”

“¡¡Gagareed!!” Holtal gritó en tono de reprimenda a Gagareed, que había pronunciado el nombre tabú.

“Considerando los Maestros Mágicos restantes, es una decisión razonable. De hecho, no tenemos margen de maniobra para mantener las apariencias. Son una fuerza a tener en cuenta, y al menos se mueven con dinero. Incluso si exponemos esta desgracia a las otras naciones y hacemos que nos protejan, es posible que solo queden seis naciones después de esto.”

“Pero si alguna vez se descubre que el gobernante de una nación dependía de un grupo de delincuentes… ¡no puedo permitirme eso!”

Había grupos de criminales y marginados que acechaban en la oscuridad, y el que se consideraba el más peligroso, era Kurama.

Los miembros conocidos iban desde criminales que cometieron actos terroristas mágicos a gran escala, también conocidos como criminales de primera clase, hasta antiguos Maestros Mágicos de un solo dígito a quienes se les revocó la licencia, lo que los convirtió en un grupo muy problemático. Entre las muchas organizaciones criminales, tenían una gran cantidad de miembros que podían manejar bien la magia.

El grupo estaba en la lista negra internacional, pero se decía que los seis ejecutivos que lideraban la organización estaban a la par con los Únicos. Debido a esto, ninguna nación podría tratar con ellos descuidadamente.

No solo eso, sino que Kurama tenía su propia poderosa red de información, ocultando su verdadera forma, y nadie en las naciones conocía siquiera la ubicación de su cuartel general.

Otro dolor de cabeza fue cómo funcionaba la organización Kurama. Definitivamente eran una organización criminal, pero también aceptaban el trabajo sucio de las naciones a cambio de una alta recompensa. Tenían conexiones con personas de alto rango en todas las naciones y especialmente con personas profundas en las naciones más débiles como Balmes y Hydrange. Entonces, aunque fueron denunciados públicamente, con frecuencia operaron detrás de la escena política del mundo.

Ese tipo de circunstancias complejas permitieron a Kurama esconder su cuartel general, y eran la razón por la que todavía existían hoy.

Holtal era el gobernante de una nación. Si bien no se llamaría a sí mismo de mente abierta hasta el punto de asociarse con nadie, tenía una idea de la situación detrás de escena.

Sin embargo… encontró que confiar en Kurama era inaceptable. Era mucho más arriesgado que solicitar ayuda a otras naciones, y también era una opción que podía exponer esta vergonzosa situación. Si solo trajese desgracia a Holtal personalmente, eso era una cosa, pero incluso podría persistir como una mancha oscura en la historia de Balmes.

Lo peor de todo es que no había forma de saber qué podía hacer una organización criminal. Puede que no solo se conformen con una recompensa exorbitante, sino que también se deleiten con Balmes. Aunque era un trato que se haría teniendo en cuenta el dinero, simplemente no se podía confiar en una organización criminal.

Sin embargo, Gagareed continuó, a pesar de captar las preocupaciones de Holtal. “Por favor, tome su decisión. No se puede hacer una tortilla sin romper unos huevos, tal y como dicen.”

“¡Gagareed, tú…!”

“¿Cuál es el punto de mantener las apariencias? Un porcentaje de la nobleza ya tiene conexiones con Kurama. Por supuesto, lo hacen pensando en Balmes. No sé si sabías esto, pero los altos mandos ya han solicitado ayuda a personas que se cree que son parte de Kurama.” Dijo Gagareed. De hecho, estaba empezando a aceptar la situación con calma. Como tenía un conocimiento más profundo de la magia y la lucha contra los Fiends, tenía una comprensión de cuán realmente grave era la situación. Había hablado con eso en mente.

Holtal miró al gobernador general con rabia, pero se dio cuenta de que éste podría ser su último recurso. Aun así, su razonamiento le impidió cruzar la línea.