Nejimaki Seirei Senki (NL)

Volumen 5

Capitulo 5: Batalla de las Minas de Mineral de Hioredo

Parte 4

En la base al sur de las minas de mineral, se había establecido una tienda de campaña para que la usaran como lugar de reunión. En el espacio iluminado por la luz de la linterna de Kusu, Ikta, Matthew, Torway y Haro estaban esperando a que Yatori y la Princesa regresaran.

“Después de siete lotes, ¿son unos 300 hombres? El ejército de Kioka en la montaña acogió a todos los prisioneros que liberamos. Deben haber descubierto nuestro objetivo por ahora…”

“Ese chico bonito blanco debe haberlo sabido desde el primer lote. Sin embargo, no tienen más remedio que aceptar a los prisioneros liberados. Si pierden la confianza y la moral de sus hombres, nadie cooperará con él para luchar en esta batalla desesperada.”

Ikta respondió a Torway con los ojos en el mapa que detalla el interior de las minas de mineral. Frente a él, Haro estaba trabajando duro para limpiar la mancha de barro en su camisa y dijo:

“Incluso el “General el Insomne Brillante” se preocupará si se les acaba la comida… ¿ Qué harán entonces?”

“Ese es el problema aquí. Si no se rinden, tendrán que establecer una nueva línea de suministro antes de que se agoten sus raciones, lo que será un problema difícil. Incluso si su refuerzo realmente llega, aún necesitarán romper nuestro cerco para entregar el suministro a la montaña. Los soldados definitivamente morirán de hambre antes de que puedan lograr eso.”

“He estado pensando en eso también. ¿El enemigo entregará los suministros con globos? Si solo necesitan dejar caer los suministros en el aire, se puede hacer volando a una altitud más alta que el alcance del Rifle de aire antimaterial, ¿correcto?”

“Considerando la capacidad de un globo, eso no es práctico en absoluto. Incluso si envían una compañía de soldados de la fuerza aérea, también podemos enviar nuestra caballería y perseguirlos hasta su zona de aterrizaje. Esto es diferente de la situación con el teniente general Rikan, que no puede atacar el territorio del enemigo.”

“Entonces no estás tan preocupado por su fuerza aérea, Ik-kun. Por lo que parece, su preocupación está en la dirección opuesta … ¿qué es subterráneo?”

El joven de ojos de jade cambia su mirada hacia la mesa mientras habla. Ikta asintió con la cabeza:

“Así es. Los túneles y las minas de mineral vienen como un paquete, y en caso de emergencias y su campamento base está rodeado, la excavación de un túnel de escape se ha utilizado desde la antigüedad. Suponiendo que esa cosa exista, también se puede usar como línea de suministro.”

“Lo que quiero preguntar es si esa suposición es práctica. Se necesitará un túnel realmente largo para pasar debajo de nuestro cerco, y no se puede hacer en cuestión de días.”

“No es cuestión de días, Matthew. Este mapa es de los tiempos en que el Imperio controlaba las minas de mineral. En aquel entonces, el túnel de escape ya estaba medio completado. Después de todo, el Imperio también estaba preocupado por estar rodeado por el enemigo. No se sabe si Kioka había continuado con los trabajos de excavación, ¿correcto?”

Matthew tomó el mapa y gimió mientras lo miraba. Ikta desvió su mirada hacia otro mapa: el terreno alrededor de las minas de mineral de Hioredo.

“A unos 700 metros al norte de las minas de mineral hay una gran jungla… Si su túnel llega allí, pueden evitar ser detectados por el enemigo que rodea las minas de mineral y establecer contacto con el exterior. Esa es la posibilidad de la que desconfío. En cualquier caso, quiero confirmar si este túnel existe.”

“¿Cómo planeas averiguarlo? No puedes hacer un peine de toda la jungla, ¿o estás pensando en escuchar con los oídos al suelo en lugares sospechosos?”

“Al cavar un túnel tan largo, la idoneidad del terreno es muy importante. La tierra alrededor de este lugar no es firme según ningún estándar, así que si…”

Los pasos desde afuera de la tienda detuvieron la discusión que se estaba calentando. Después de abrir la entrada de la tienda, entró una niña de pelo bermellón. Los cuatro saludaron a su compañero con la mirada.

“Bienvenido de nuevo, Yatori-san. Llegaste tarde esta noche, ¿sucedió algo?”

Haro dejó de frotar las manchas y le preguntó a Yatori suavemente. Sin embargo, en contraste con ella, la cara de Yatori estaba muy rígida. Torway notó que:

“¿Qué pasó, Yatori-san?”

“… Si. Mi compañía ha recibido órdenes de regresar al Imperio.”

Yatori dijo monótonamente, y su respuesta hizo que los cuatro abrieran mucho los ojos:

“Regreso al Imperio … ¿Eh? ¿Entonces eres el único que tiene que regresar? No hemos terminado nuestros objetivos de tomar las minas de mineral, así que … ¿qué está pasando aquí?”

Matthew hizo una pregunta obvia. Los otros tres se preguntaban lo mismo, pero la chica de pelo bermellón no respondió. Al ver su reacción anormal, Ikta pensó brevemente por un momento, luego golpeó la mesa rítmicamente con los dedos.

“¿Qué pasa?”

Al convertir el código de señal de luz de Kioka en sonido, Ikta intentó preguntarle en secreto. Yatori se dio cuenta de lo que estaba haciendo, reflexionó por un momento, luego se acercó a la mesa y tocó una respuesta con los dedos.

“No puedo decir nada.”

El joven sintió que la temperatura de su cuerpo bajaba ante esta corta respuesta: no puede decir nada. Ser expulsado de la primera línea era obviamente una situación anormal, pero Yatorishino Igsem todavía insiste en que no podía explicarle la situación a Ikta Solork.

“… Está bien, lo entiendo.”

Solo en tal situación el silencio sería un medio temible de debate. Como no pudo obtener una respuesta, Ikta solo pudo trabajar hacia atrás para resolver la pregunta. En otras palabras, algo más terrible de lo que podía expresar con palabras había sucedido.

“¿Cuándo te vas?”

Ikta preguntó mientras se levantaba. Yatori respondió simplemente: “Tengo que irme esta noche, unas dos horas más tarde.”

Al saber que no tenían mucho tiempo de amortiguación, Matthew y los demás quedaron sin palabras. Pero Ikta solo asintió y salió.

“… Saldré por un tiempo. Pasa por aquí de nuevo en una hora.”

El joven de cabello oscuro dijo mientras pasaba junto a Yatori, y salió de la tienda con pasos rápidos … Después de irse, los otros compañeros que no entendieron la situación miraron a Yatori que estaba allí en silencio. Sus puños estaban apretados con fuerza.

Después de dejar a sus camaradas, Ikta se dirigió directamente a la tienda principal de la sede. Era imposible que el comandante en jefe no supiera que Yatori dejaría los frentes con la compañía bajo su mando.

“Disculpe mi intrusión.”

Ya había pasado por la entrada cuando dijo eso, actuando antes de que pudiera obtener una respuesta. Más de diez oficiales de alto rango y el mayor general Saba estaban en la gran carpa, y lanzaron miradas de desconcierto y amonestación al joven primer teniente que había irrumpido. El mayor Sazaruf y el mayor Melza también estaban presentes, pero los que llamaron la atención de Ikta no eran ellos Sus ojos oscuros encontraron de inmediato a los tres oficiales de grado de la Compañía que vio por la tarde.

“Quee. ¡Uwah!”

Ikta se acercó al trío que estaba hablando con el mayor general Saba, agarró a uno de ellos por el hombro y los detuvo:

“¿Qué pasó?”

Esto era diferente del estilo habitual del joven de hacer las cosas, ya que exigía una respuesta de manera directa. El oficial desvió la mirada debido a su comportamiento intimidante, negándose a responder. Ikta continúa agarrándolo mientras gira los ojos hacia un lado:

“Mayor general Saba, con respecto al asunto del primer teniente Yatorishino retirándose de la primera línea, ¿qué le han dicho?”

El joven hizo caso omiso de cualquier protocolo y le preguntó al comandante en jefe quién era mucho mayor que él. Todos los oficiales de alto rango miraban con los ojos bien abiertos por la indignación, pero al general de división Saba no pareció importarle y respondió claramente:

“Solo he aprendido que es un “redespliegue estratégico de gran importancia.” “¿No hay más explicaciones? Entonces, ¿quién firmó las órdenes?”

“Field Marshal Igsem.”

“¡M-Mayor General! Es un simple teniente, ¿cómo puedes…?”

Uno de los oficiales que trajo este problema aquí protestó, pero el mayor general lo fulminó con la mirada.

“…Insignificante. También estoy muy preocupado por la anormalidad de esta situación. Nos estaremos preparando para atacar la base del enemigo pronto, y esta orden de retirar 2.000 tropas salió de la nada; y la explicación es tan buena como nada. Incluso si un simple teniente actuó ligeramente fuera de línea desde el rabillo del ojo, es trivial en comparación con la gravedad de este asunto.”

El mayor general respondió en un tono frío y condescendiente. Parece que el comandante en jefe había dado su consentimiento a las bruscas acciones de Ikta. Lo ignoraré incluso si actúas un poco fuera de lugar, interroga a esos tipos tanto como quieras. El joven entendió lo que el general implicaba y asintió levemente:

“¿Mencionaste 2,000 tropas? En ese caso, la unidad de Yatori no es la única que ha sido retirada … Aparte de Yatori, ¿puedes enumerar el nombre completo de todos los oficiales retirados con el rango de Primer Teniente y superior?”

“Muy bien. Mayor Nudakka Megu, Capitán Abunriku Yodoriko, Capitán Maruji Niruhisuna, Capitán Poren Suhiku, Primer Teniente Jigu Daisosu.”

El mayor general Saba leyó los nombres enumerados en las órdenes escritas con fluidez. Después de escuchar la lista completa, Ikta comparó estos nombres con la información en su memoria. No tardó mucho en encontrar lo que tienen en común:

“¿Todos son oficiales de la facción Igsem? Y los que son más activos también.”

Cuando escuchó eso, el oficial que Ikta estaba agarrando torció la comisura de sus labios. Después de confirmar que estaba en la marca, Ikta continuó:

“Yatori no me dijo nada sobre por qué había sido retirada del mercado. Es raro que ocultemos algo el uno del otro. Dejando a un lado los asuntos privados, ya que estamos asignados a la misma misión y trabajamos bajo el mismo oficial, es natural que compartamos nuestra información, ya que esto es obviamente un asunto militar, ¿ por qué dijo que no puede compartirlo conmigo?”

“… Ughh …”

“Lo que puede sellar sus labios, suele ser su posición como miembro de la casa Igsem. Y eso coincide con la situación en la que solo los oficiales de la facción Igsem habían sido retirados… Por lo tanto, puedo deducir con casi perfecta confianza en este momento que algo grave había sucedido en el Imperio, y que involucraba a la facción Igsem.”

¡Suficiente! ¡No digas más! Ese oficial suplicó desesperadamente con sus ojos, pero Ikta lo ignoró. Dijo la frase decisiva en voz alta:

“Comencemos comprobando el peor escenario ¿un golpe?”

En ese instante, el color desapareció de la cara de ese oficial. El joven vio de cerca que el primer disparo realizado lamentablemente había dado en el blanco. El frío que sintió se extendió a todos en la tienda.

“… Y el golpe es lo suficientemente grave como para obligar al mariscal de campo Igsem a recordar las fuerzas que están “definitivamente de su lado” de vuelta al imperio. Hay muy pocos que puedan lograr esto… Usando el simple proceso de eliminación, el autor intelectual es el General Remeon.”

“¡N-No!”

Solo ahora ese oficial lo refutó por primera vez. Sin embargo, sus labios temblaban demasiado para que alguien le creyera. Ikta se inclinó más cerca y lo miró con las narices casi tocándose:

“Oye, si quieres negarlo, al menos danos una razón. ¿Tienes alguna otra excusa que tenga sentido? No se me ocurre ninguno. Este ejército está en una campaña del edicto imperial, pero 2.000 oficiales y hombres de la facción Igsem habían sido retirados repentinamente sin ninguna razón, aparte de un golpe, ¿hay alguna otra razón?”

“¡Ugh … Ugh…!”

“¿No tienes uno? Esto se debe a que el mariscal de campo Igsem entendió que cualquier razón que él fabrica suscitará sospechas, es por eso por lo que lo está forzando con la excusa de “redespliegue estratégico de gran importancia”, ¿correcto?”

Después de mirarse el uno al otro por un momento, los labios del oficial permanecieron herméticamente cerrados. Era como una tortuga escondida en su caparazón, usando su silencio como el mejor medio de defensa. Ikta trató este silencio para confirmar su deducción y se volvió hacia el mayor general Saba:

“Esta es la verdad, Mayor General. Los oficiales de la facción Igsem habían sido retirados repentinamente para lidiar con el golpe de estado en el imperio, por lo que podemos concluir que el ejército imperial se dividirá en dos facciones.”

“……”

“No creo que nadie aquí cumpla con esta condición, pero tenga cuidado con los oficiales de alto rango de la facción Remeon, podrían intentar tomar la autoridad del comando de usted… pero eso es poco probable. Durante la fase de planificación de la campaña de minas de mineral de Hioredo, el general Remeon ya había incluido soldados que podrían interponerse en el camino de su golpe. La prueba es que, incluyéndote a ti, todos los oficiales presentes son más pasivos acerca de las facciones.”

Ikta inspeccionó la habitación donde los soldados estaban parados aturdidos, decidió que su trabajo había terminado y salió corriendo de la tienda.

“¡Oye! ¡Primer teniente Ikta! ¡A dónde vas…!”

Ikta no respondió a la voz de pánico de Sazaruf, y desapareció en la noche.

***

Dentro de la tienda que bloqueaba todo en el mundo, excepto la tenue luz del sol poniente que brillaba a través de las cortinas translúcidas. La princesa se retorcía en su cama por la culpa y el odio hacia sí misma, acurrucada en una bola con una manta a su alrededor.

Después de decirle esas cosas horribles a Yatori y huir, no tuvo más remedio que esconderse en este espacio personal suyo. La princesa tenía demasiado miedo de visitar la estación de suministro de agua a pocos metros afuera, mucho menos conocer a los miembros de la Orden de los Caballeros.

Sintió como si cada árbol, grano de arena y todas las demás cosas del mundo la reprocharan. Estas voces de advertencia seguían bombardeando su mente, desgastando su fortaleza mental desde el interior. Si fuera sometida a un ataque externo, se desmoronaría sin resistencia alguna. Estaba convencida de eso, por lo que su única opción era encerrarse.

“Disculpe mi intrusión, ¿está la princesa Chamille?”

Su corazón se sacudió cuando la princesa escuchó la voz que más temía que provenía del exterior. El aura de la chica de pelo bermellón que se alzaba orgullosamente con el pecho en alto incluso se podía sentir dentro de la tienda.

“Mis disculpas, primer teniente Yatorishino. Su Alteza no desea ver a nadie en este momento.”

El guardia respondió según las instrucciones de la princesa. La niña escuchó atentamente y sintió que alguien asentía levemente. La voz de Yatori volvió a sonar:

“Ya veo, esto puede ser grosero, pero permíteme informar directamente aquí. He recibido órdenes del Imperio de retirarme y regresaré con mi unidad de regreso al Imperio. Ya casi es hora de que me vaya, así que vine a informarles con urgencia.”

La princesa contuvo el aliento … ¿volver al Imperio? ¿En esta situación, y solo Yatori?

¿Pero por qué?

“Los otros miembros de la Orden de los Caballeros se quedarán atrás, así que por favor cuide su seguridad y quédese con ellos tanto como sea posible.”

En este punto, Yatori se detuvo y guardó silencio. Se sentía como si estuviera esperando una respuesta y buscando palabras más sinceras… Sin embargo, la princesa se aferró a su paz obstinadamente, y Yatori pareció notarlo desde afuera de la tienda. Entonces Yatori no intentó continuar la conversación y se despidió:

“Bueno, entonces me iré ─ Princesa Chamille, por favor cuídate.”

Después de decir lo que sonó como una oración, el movimiento de su giro se sintió dentro de la tienda. Al darse cuenta de que sus pasos iban más allá, la princesa comenzó a temblar. Impulsada por su fuerte sensación de ansiedad, sintió la necesidad de salir de la tienda y perseguirla, pero al final, la niña no pudo moverse.

“Ah.”

Esperó hasta que la sensación de movimiento desapareció por completo. En la tenue carpa sin ningún sentido de salvación, la niña se quedó sola una vez más.

Después de despedirse de la princesa, Yatori se dirigió a la tienda de la Orden de los Caballeros. Ni siquiera necesitaba entrar ya que sus cuatro compañeros estaban parados en la entrada con caras serias. Su expresión ya no estaba desconcertada, por lo que Yatori sabía que ya habían aprendido la verdad.

“Y-Yatori-san…” “¿Qué vas a hacer?”

Haro y Matthew preguntaron con rigidez. Yatori se detuvo a una distancia más lejos de lo habitual de sus amigos, y la razón para mantener sus labios bien cerrados había desaparecido.

“No puedo decirlo porque aún no he comprendido toda la situación… Pero como sucedió algo que alteró el orden de los militares, tengo que enfrentarlo seriamente como miembro de la casa Igsem. No importa quién sea mi oponente.”

Después de escuchar sus palabras que tenían un toque de dureza, el rostro de Torway se contorsionó de dolor:

“Mi padre … ¿realmente había hecho tal cosa…?”

“Sé que no te habían dicho nada. Después de todo, con tu personalidad, no podrás ocultarlo si lo supieras de antemano… El general Remeon probablemente excluyó a su hijo menor del plan intencionalmente.”

Yatori respondió con confianza… Este joven era demasiado gentil, y definitivamente dudaría en disparar a sus viejos camaradas debido al golpe. Su padre debe saber eso muy bien.

“Para ser sincero, eso es una bendición para mí. Después de todo, tu unidad de francotiradores será mi mayor amenaza como enemigo.”

“Qué.”

El joven de ojos de jade estaba estupefacto. Las palabras de Yatori ya habían considerado a Torway como una de las fuerzas enemigas, e incluso simularon una batalla entre ellas.

“No, no solo Torway… Está bien que te quedes aquí obedientemente, pero si no planeas hacerlo, entonces Matthew y Haro también tienen que aclarar su posición. Porque tomar medidas en esta situación significa que debes elegir unirte a la facción Igsem o Remeon. Tienes que estar conmigo y convertirte en el enemigo de Torway, o unirte a Torway y hacerme un enemigo.”

Las caras de Matthew y Haro también se retorcieron de la conmoción. La chica de pelo bermellón decidió decirlo de una manera dura a pesar de que los molestaría. Quería asegurarse de que entendieran la situación y no privarlos del derecho a elegir.

“Tampoco deseo ser enemigo de nadie… Sin embargo, no esperaré que eso suceda. Porque sería problemático si dudo en hacer un movimiento después de ser traicionado.”

Yatori dijo con calma. Yatorishino Igsem se armó de valor antes que nadie, todo listo para dirigirse a un nuevo campo de batalla. A pesar de que su relación iba a cambiar drásticamente, Matthew, Torway y Haro no pudieron dar ninguna respuesta. Como los tres no llegaron a ninguna conclusión, no pudieron encontrar las palabras para decirle:

“No son expectativas, Yatori. En momentos como este, solo tenemos que esperar.”

La única excepción fue el joven de cabello oscuro que dijo lo que ya tenía en mente. Al igual que la chica de pelo bermellón, vino aquí con determinación, sin vacilar en su corazón. Ikta Solork aceptó esta pesada verdad que sabía que vendría, y no vaciló.

Solo ahora Yatori volvió su mirada hacia el joven de cabello oscuro… Estaba planeando despedirse sin decirle nada directamente. Porque no había necesidad de explicarle la situación, o instarlo a que se fortaleciera. Sabían todo el uno del otro.

“… Qué petición tan preocupante. Que nuestra “orden de caballeros” permanezca igual en el futuro no es algo que pueda lograr. ¿Qué necesitamos hacer para hacer realidad esta esperanza? ¿Rezar a Dios?”

“No hay dios, e incluso si “Él” existe, no hará nada… Por lo tanto, solo hay una respuesta: “pon tus esperanzas en mí”.”

Ikta declaró mientras miraba directamente a los ojos de Yatori. Respiró hondo, señaló el sol que caía más allá del horizonte hacia el oeste y dijo en voz alta:

“… ¡Espera esa esperanza, Yatori! Si realmente lo esperas, ¡incluso traeré ese sol hacia el cielo por ti! ¡Si ese es el futuro que anhelas, lo alcanzaré, incluso si está en el fin del mundo!”

“─”

Yatori abrió mucho los ojos mientras el joven seguía hablando de una manera poco científica.

“¡Incluso si ese no es tu deseo, lo espero por mi propia voluntad! No, desde hace mucho tiempo, ¡esperaba esto! ¡Te lo he dicho antes! ¡Mi único deseo es que vivas libremente de la manera que quieras!”

La chica de pelo bermellón entendió lo que Ikta quería decir. No le estaba diciendo que entendía la resolución que ambos tenían que tomar, sino que debían trabajar más duro hacia su objetivo común… y no perder la esperanza, solo porque ella tenía que esforzarse. El último mensaje que la joven le transmitió hizo que las emociones completamente controladas de Yatori fluctuaran intensamente.

“C-¿Puedo realmente aferrarme a esta esperanza?”

La chica de pelo bermellón murmuró y le dio la espalda al joven de cabello oscuro… Como no tenía la confianza de mantener la calma, tuvo que aprovechar esta oportunidad para despedirse de ellos. Ella caminó hacia el sol que estaba a punto de ponerse, y aumentó su ritmo como si estuviera tratando de sacudirse cualquier duda.

La chica con dos cuchillas nunca se volvió cuando su figura desapareció cuando el día se convirtió en noche.

“… ¿Qué debemos hacer, Ikta? … Que hacemos ahora…?”

Las indefensas palabras de Matthew rompieron el silencio… Siempre se había advertido que no confiaba demasiado en sus camaradas sobresalientes, pero en este momento, su mente estaba en blanco mientras buscaba ayuda a ciegas. Torway y Haro sintieron lo mismo que Matthew también.

Yatori se fue y la orden de caballeros se había roto. Dependiendo de la situación, podrían dividirse aún más. Cuando pensaron en eso, incluso el suelo debajo de sus pies parecía que se estaba desmoronando…

“Ustedes tres, escúchenme. Ya había terminado de pasar por el proceso de pensar, preocuparse y ansiedad.”

En este pantano caótico, la voz de Ikta sonaba firme y segura como siempre. Descansan sus ojos en él, aferrándose a cualquier esperanza.

“No me quedan opciones. Además de esperar, ya me he preparado. Y ahora … voy a arrastrar al sol que se había puesto nuevamente en el cielo una vez más.”

“¿Eh…?”

“Primero, tenemos que reunir a todos los oficiales de alto rango. Obtendré Su Alteza, por favor use el nombre de la Princesa Chamille para arreglar las cosas con el Mayor General Saba. Si es solo una vez, probablemente aceptará el uso forzado de la autoridad real. Podríamos estar haciendo esto antes de obtener el permiso, pero eso estará bien por ahora.”

Dijo Ikta mientras tocaba su hombro uno a la vez. Su tono era el mismo de siempre, pero el aura a su alrededor parecía un poco diferente. Haro fue la primera en darse cuenta de que Ikta estaba realmente extremadamente tenso.

“Ikta-san, ¿qué…?”

Sintió un extraño escalofrío cuando preguntó. El joven de cabello oscuro sacudió la cabeza con una sonrisa amable:

“Pronto lo descubrirás… Recuerda prepararte mentalmente. Tendrás que elegir qué quieres proteger y qué quieres ser un enemigo con.”

***

Aproximadamente una hora después de que Yatori se separó de sus camaradas, los oficiales con el rango de Primer Teniente y, sobre todo, se reunieron en la gran carpa ubicada al sur de las minas de mineral de Hioredo.

“¿Qué está pasando…?” “¿Por qué nos han convocado a todos?” “Atacaremos las minas de mineral pronto, ¿está realmente bien que relajemos el cerco?” “¿Esta reunión está relacionada con las unidades que se están retirando? al imperio─?”

El sonido de la discusión del soldado llenó el lugar. La tienda en sí podía albergar hasta cien personas, y como estaba a plena capacidad, se sentía realmente llena. Los largos bancos que se establecieron para esta reunión estaban en su mayoría llenos.

“¡Creo que todos están aquí, ¡cuándo va a aparecer ese tipo…!”

En la tercera fila desde el frente, Matthew, Torway y Haro se sentaron juntos. Como fueron quienes se acercaron al mayor general Saba y solicitaron reunir a todos los oficiales, estaban sentados con alfileres y agujas. Esperan que cualquier truco que Ikta quiera jugar comience lo antes posible.

Los tres volvieron la vista al frente y pudieron ver la figura del mayor general Saba sentado dos filas delante de ellos. Tenía una expresión rígida, como siempre, y todavía no parecía tener ninguna opinión sobre la situación. Sentados en su fila estaban los coroneles y tenientes coroneles, y detrás de ellos estaban el mayor Sazaruf y el mayor Melza, que miraban con inquietud. Especialmente, Sazaruf, que estaba preocupado por lo que sus subordinados intentaban lograr.

“¡…! ¡Él está aquí!”