Heavy Object (NL)

Volumen 7

Capitulo 1: Un Mortífero Tiroteo entre Dos Idiotas >> Batalla de Prueba en Oceanía

Parte 4

El estudiante seca el sudor de su frente con el dorso de su mano.

“Bueno, eso explica la gran variedad de personas. Si todos los cadáveres fueran mujeres y niños, tal vez atraerían más la simpatía de las personas viendo TV cómodamente, pero ellos probablemente quieran mezclar a algún hombre macho o dos para hacerlo ver menos inverosímil.”

“Eso significa que algunas de esas personas están siendo secuestradas y asesinadas por la misma razón que la variedad en las listas de juegos de peleas.”

“Incluso si es una operación falsa, algunos soldados tal vez se sientan renuentes de sacrificar a su propia gente. Y eso también se aplica a los dictadores. Pero pueden eliminar un poco de esa culpa asesinando a personas de otras naciones para proteger a su propia gente. Después de todo, esa es básicamente la razón por la que existe el ejército y lo que se le enseña a los soldados.”

Seguramente eso es lo que los secuestradores están buscando. En ese momento, Sewax cambia de tema.

“¿Alguna idea del origen de las armas que usaron aquí?”

“Eran rifles de asalto antiguos. No solo eso, sino que eran inferiores fabricados con metal fundido y re-usado. Ese era el equipo que usaba Oceanía en los días de la nación militar,” explica Heivia.

“¿Acaso los restos del antiguo gobierno militar están envueltos en esto?” pregunta Myonri con expresión incrédula.

Quenser elige sus palabras cuidadosamente mientras responde.

“Bueno, he escuchado acerca de esos restos intentando recapturar Oceanía a pesar de que hay Objects en espera aquí, lo que le da a la coalición una impresionante ventaja.”

Sewax sonríe delicadamente.

“He escuchado que ellos están desesperados por crear relaciones con otras regiones en caos que se oponen a que los Objects los gobiernen. Pero para negociar, necesitan productos. Los recursos del antiguo gobierno se han acabado, así que quieren algún tipo de garantía diplomática.”

“¿Y esa garantía son extras de cadáveres de todas las edades?” murmura Heivia. “El objetivo del antiguo gobierno es retomar Oceanía. En ese caso, tiene sentido.”

“¿Cómo?”

“Quieren una manera de controlar a la gente y nosotros ya hemos visto los preparativos iníciales para eso.”

Después de pensar por un segundo, Quenser hace una mueca. “El mercado negro.”

“Es más un aliado para las personas que las tiendas de conveniencia. Sin él, no tendrían nada para comer. Pero no todos los productos el mercado negro se reúnen buscando entre los escombros. Alguien tiene que obtener fondos para comprar productos para vender.”

“Alimento ganado vendiendo humanos,” dice Myonri con la misma expresión que alguien que encontró una enorme bola de pelos en la comida que estaba ingiriendo. “Si las personas supieran la verdad, ¿acaso no empezarían a odiar el mercado negro del antiguo gobierno?”

“Ellos están usando un incidente cruel para acabar con los estándares del bien y el mal y el sentido común de esta región. Es una forma de terrorismo.”

“A la mierda con todo esto,” dice Quenser, molesto. Sewax sonríe.

“Afortunadamente, lo más seguro es que ésta sea la primera ola de tráfico de personas.”

“¿Qué?”

“He mantenido vigilado el mercado negro y la cantidad de productos se ha mantenido bastante inestable. Hasta ahora, probablemente sólo manejaban los productos que encontraban en los escombros. Pero como la cantidad comenzaba a menguar, ellos comenzaron a perder la tranquilidad. Para evitar que las personas dirigieran su enojo hacia un mercado negro sin suficiente qué vender, idearon un plan apresurado. Si desde un principio hubieran estado vendiendo personas y obteniendo unas ganancias constantes, el mercado negro no hubiera mostrado esa inestabilidad.”

“¿Y eso qué?” Quenser mira a Sewax. “De cualquier forma, necesitamos rescatar a la gente de Oceanía que se desvaneció antes de que sean empacados y enviados. ¿Treinta personas?¿Cuarenta? Terminarán siendo extras de cadáveres. Serán exportados a otro lugar al que no le importa el concepto de ‘guerras limpias’ y terminarán en una grotesca fotografía distribuida alrededor del mundo.”

“Ése es el problema, Quenser.” Heivia se rasca la cabeza. “¿Recuerdas la justificación de nuestra comandante de enormes pechos? Una niña fue secuestrada y se hizo una llamada de extorsión a un oficial militar. Como forma de auto-defensa, dicho oficial enviará su unidad para eliminar a la organización criminal. ¿Comprendes lo que estoy diciendo?”

“Sí, claro que sí. Esta operación empezó con ese número equivocado, así que sólo se aplica a la niña de la llamada telefónica. ¡¡Ahora que la hemos rescatado, no tenemos pretextos para tomar acciones militares!!”

“¿Entonces qué hacemos? ¿¡Acaso dejaremos a esas personas a su suerte!?”

“¡No quisiera ser atormentado por pesadillas acerca de filas de bolsas para cadáveres cada vez que voy a dormir, pero éste es un problema totalmente diferente!”

“De cualquier forma, Froleytia recibirá el mismo reporte una vez que la niña llegue a la base de mantenimiento. No importa lo que hagamos, la unidad tomará acciones al final. ¿¡Entonces hay alguna razón para permitir que el número de bolsas para cadáveres aumente si esperamos hasta que esa acción empiece!?”

“¡¡Al menos pide permiso!! ¡¡Actuar como un héroe es genial y todo, pero no quiero ser lanzado tras las rejas a cambio de que hagan una estatua mía en una región segura!!”

Sewax deja escapar un suspiro obvio e interrumpe el silencio subsecuente.

“Revisemos la situación. Ustedes acaban de terminar su misión y estaban a punto de regresar a la zona base de mantenimiento. No tienen permitido llevar a cabo un ataque adelantado contra las fuerzas locales, pero se les permite defenderse en caso de una batalla inesperada. ¿Eso es correcto?”

“¿Estás sugiriendo que digamos que nos perdimos en el desierto y que casualmente nos cruzamos con la organización de secuestradores mientras conducíamos sin sentido?”

“¡Esa es una excusa terrible! ¡¡Nuestra comandante de enormes pechos nos mataría!!”

“Sólo si les disparáramos y matáramos,” dice Quenser mientras ordena sus ideas. “Pero podríamos evitar problemas si nos restringimos a investigaciones y reconocimiento a larga distancia. Es muy probable que Froleytia actúe una vez que escuche lo que esa niña tiene que decir. Incluso si sólo investigamos qué edificios necesitamos atacar y cuántas personas hay dentro, eso podría cambiar el número de personas que podemos salvar.”

“Realmente eres optimista. ¿Y qué tal si ella no actúa? Incluso si es una organización criminal, ellos cuentan como civiles. Si ella no puede justificar asesinarlos con el ejército, no hay nada que pueda hacer.”

“Si eso sucede…” Quenser se detiene, deja de lado su vacilación y finalmente continúa. “Entonces tendremos que resignarnos a ser lanzados a los cuarteles de detención.”

***

Existen métodos adecuados para llevar a cabo misiones de reconocimiento. Y Quenser, Heivia y los demás no tienen el equipo necesario.

Así que…

“¿Quién iba a pensar que obtendríamos el equipo en su mercado negro?”

“Siento que es por nuestra propia culpa.”

Compran equipo militar de reconocimiento especializado en micrófonos parabólicos y aparatos láser. También se aseguran de negociar hasta rebajarlos a la mitad del precio original. A diferencia de las tiendas de recuerdos normales, la noche es el momento más concurrido en el mercado negro. La noche cálida produce una extraña pasión en las personas que se combina con el calor y llena el aire con una atmósfera opresiva que empapa el cuerpo.

“Me estoy asando… Pensé que el desierto era frío durante la noche.”

“Esta área está rodeada de concreto, así que concentra el calor como una isla urbana.”

“Todas estas luces son focos incandescentes pasados de moda y todos están usando generadores de diesel. Me pregunto si eso también afecta.”

Quenser es el encargado de regatear.

Él tiene conocimiento acerca de las máquinas y un mejor sentido sobre el valor de las cosas gracias a su vida de plebeyo.

“Temo encontrarme con una de esas chicas de los Uniformes Negros que fueron enviadas a la base de mantenimiento. Si se enteraran de esto, nos dispararían al instante sin molestarse de enviarnos a una corte marcial.”

“¿Qué tal si también compramos uniformes? Aquí venden unos de la Alianza de la Información y de las Corporaciones Capitalistas.”

“Muy bien. Pero si alguien se entera, esto causará un incidente internacional. Personalmente, no iniciaré una guerra.”

Mientras un ebrio es golpeado por algunos de los tenderos por usar dinero falso, ellos compran algunas botellas de sidra y otras bebidas guardadas en una hielera y reciben una transmisión de Sewax.

Previamente, le pidieron a Sewax y Myonri que reunieran algo de información en general.

“En una región inestable como esta, el dinero de las regiones seguras es popular. Es un poco frustrante que los dólares de las Corporaciones Capitalistas sean mejor recibidos que los euros del Reino de la Legitimidad, pero obtuve información interesante.”

“Maldición, se ha gastado.”

“¿Qué?”

“Sólo estoy hablando conmigo mismo,” dice Heivia evasivamente. “¿Entonces te encontraste con algún miembro de mayor nivel de la organización criminal?”

“No llegué tan lejos. Hablé con algunas de las personas trabajando en los escombros conocidos como la Boca de la Verdad. Para ayudar a la recuperación de la región, hay algunos muelles en el puerto internacional abiertos a todo público, pero parece ser que uno de ellos está siendo monopolizado por una corporación protegida. Si transportaran algo que quisieran ocultar, no necesitarían hacer eso.”

“¿Tienes alguna prueba de que los extras para cadáveres estén siendo enviados ahí?”

“No si ordenar una docena más de hamburguesas de lo normal califica como prueba. También llevaban un montón de agua y sal.”

Heivia y Quenser intercambian una mirada.

“¿Entonces una vez que han comido, son metidos en un contenedor para el largo viaje?”

“Si simplemente los meten así sin más, ¿en verdad sobreviven hasta llegar a su destino?”

“Eso depende de a dónde sean enviados,” responde Sewax. “Yo supongo que la mitad muere durante las primeras dos semanas y una décima parte de los sobrevivientes muerte cada día después de eso.”

Esa suposición no es para nada divertida.

La organización criminal no está vendiendo esclavos baratos o juguetes para pervertidos. Están vendiendo extras para tomar el rol de cadáveres. Venderlos con vida sería lo mejor, pero pueden ser vendidos a un menor precio si son congelados después de morir. Cuando un cadáver está asquerosamente quemado, no tienes que preocuparte acerca del rigor mortis ni nada de eso. Es posible que ni siquiera pueda llevarse a cabo una autopsia.

“También obtuve el mapa del puerto. Tengo algunas suposiciones sobre en dónde son cargados los ‘productos’, pero no lo sé con certeza. Necesitamos verlo nosotros mismos.”

“Bueno, no podemos usar el satélite militar sin restricción,” dice Heivia.

“Sabemos cuál es el método más rápido, así que tener que tomar una ruta tan indirecta simplemente es absurdo,” agrega Quenser.

Cada vez que los dos chicos encuentran una pieza de chatarra, tachan otro objeto en su lista.

“Parece que podremos encontrar todo lo que necesitamos. ¿Hay algo más que quieras que busquemos además del equipo de reconocimiento estándar?”

“Una rubia hermosa, un barril de sherry, brandy que tenga al menos ocho años de añejamiento, cigarros sin filtros innecesarios, y una villa con piscina,” dice Sewax tranquilamente. “Oh, y un arco con flechas.”

“¿…?”

***

El puerto internacional en cuestión está ubicado en un extremo de la ciudad de escombros conocida como la Boca de la Verdad.

Quenser, Heivia, Myonri y Sewax detienen su vehículo militar en el camino a tres kilómetros del puerto y salen al asfalto destruido.

Los edificios abandonados sin luces se ven mucho más diferentes a su aspecto durante el día.

No puede verse iluminación en la dirección de los edificios abandonados. Tal vez buscar chatarra en la oscuridad es demasiado ineficiente o uno simplemente sería atacado cuando sacaba algo de ahí.

“Esta área está tan mal que tienen que juntar chatarra, ¿así que en verdad deberíamos dejar nuestro vehículo aquí? No quiero regresar exhausto del trabajo para descubrir que nuestro medio de transporte se ha ido.”

“Después del ataque de hoy, las personas del barrio bajo no buscarán pelea con el ejército al menos por medio día.”

Quenser y Sewax llevan el equipo de reconocimiento mientras Heivia y Myonri llevan las armas mientras caminan hacia el puerto internacional que está abierto al público para ayudar a la región a recuperarse.

“Si le ves de una manera, recuperarse de la guerra es como un árbol que da dinero,” se queja Heivia mientras se seca el sudor de las cejas. “Y con todo este equipo siendo llevado por todos lados, las personas aparecerán para llevárselo. No hay nadie más aquí, hay un montón de cosas para ocultar, y hay un gran número de puntos para un ataque. Puedo comprender por qué esta área es tan peligrosa.”

“¿Los contenedores enviados por tierra son atacados porque es un área peligrosa o se volvió un área peligrosa porque es una ruta terrestre por la que se envían los contenedores? Es una pregunta similar a la del huevo y la gallina,” dice Sewax rápidamente.

Quenser y los demás no entran directamente al puerto. Éste se encuentra rodeado por una reja y unos trabajadores armados la patrullan. Mantener abierto incondicionalmente el puerto permitiría que la gente robara armas y drogas, así que no es de sorprender.

“Este lugar está siendo usado por traficantes de humanos, así que no están haciendo un muy buen trabajo,” murmura Heivia mientras se oculta detrás de un montón de escombros.

“Sólo para asegurarme, no les dispares,” dice Quenser irritado. “Sólo son personas locales normales.”

“Eso ya lo sé, idiota. Pero los villanos debieron haber contratado a alguno de ellos. Si esto desemboca en una pelea, los clasificaré como amarillos. No los mataré, pero los incapacitaré.”

Como un puerto internacional, es un lugar bastante grande. Continúa por dos o tres kilómetros a lo largo de la costa endurecida por concreto. Además, cerca de la mitad fue destruido en una feroz batalla. Una gigantesca grúa se encuentra derrumbada y hundida en el océano, y algunas cajas metálicas apiladas en la zona de contenedores se derrumbaron y esparcieron como una avalancha.

“Myonri, ¿en dónde está el muelle que nos interesa?”

“E-es el número nueve. Al menos por lo que escuché.”

Hay edificios derrumbados y dañados alineados a lo largo de la zona exterior del muelle. Quenser y los otros tres entran a uno de los edificios abandonados que se encuentra medio enterrado en la arena y suben por las escaleras. Encuentran una ventana que da hacia todo el muelle y se ocultan apoyándose contra los muros.

“En serio, este edificio no se derrumbará de repente, ¿cierto?”

“También estoy preocupado por el asbesto. ¿En verdad esta cosa fue construida con seguridad?”

Los dos idiotas continúan quejándose entre sí.

“Hay alguien famoso aquí,” murmura Sewax mientras mira hacia el muelle con los binoculares. “¿Ven a ese hombre con una cicatriz en la mejilla y un dedo falso en su mano derecha? Se ve como alguien por quien los grandes diarios ofrecen recompensa. Probablemente sea el hombre conocido como ‘Blue Bottle’.”

“¿Quién es ese?” pregunta Quenser honestamente.

“Creo haber escuchado a la división de inteligencia hablando sobre eso,” dice Heivia irritado. “Estaban diciendo algo acerca de una misión no oficial para asesinar a un mensajero que ha estado haciendo montones de dineros y controlando el mercado en Oceanía al escapar de los satélites e inspecciones. Mencionaron que le darían toneladas de identificaciones de visita a la base de mantenimiento como preparación para formar un equipo de asesinato especializado.”

“Espera un segundo. Pensé que estábamos a cargo de las guerras. ¿No se supone que debemos dejarle cosas como esas a la policía local?”

“Siempre hay excepciones y algunas personas nos obligan a hacer excepciones. El Reino de la Legitimidad, la Alianza de la Información, las Corporaciones Capitalistas y la Organización de la Fe están peleando por sus propios intereses aquí en Oceanía, pero nadie dará la bienvenida a un criminal que causa daño a todos por igual.”

“Hm,” Quenser no parece comprenderlo muy bien. “¿Entonces por qué le dicen Blue Bottle?¿Enrolla su dinero y lo lleva por ahí dentro de botellas azules?” Sewax se encoje de hombros.

“Es el nombre de una medusa. Una muy venenosa. Aparentemente, hay más gente en Oceanía que fallece por picaduras de medusas que por ataques de tiburones. Él se llama así por la forma en la que hace negocios mientras pasa a través de las redes como un fantasma.”

Eso significa que la organización criminal comandada por Blue Bottle está fuertemente relacionada con el tráfico de personas y el mercado negro.

“Oh, oh. Puedes saberlo a primera vista.” Heivia silba mientras mira a través de los binoculares. “Claramente esos no son trabajadores del muelle. Miren esos enormes rifles de asalto. Yo diría que son entre unos 50 y 90.”

“¿Eh? Sólo puedo ver a unos 20.”

“Pero deben tener dos o tres turnos, así que eso los hace de 50 a 90. Un equipo de fútbol no está conformado solamente por once personas, ¿sabes?”

“Hey, Heivia. ¿Es posible que esos sean trabajadores del muelle que hayan recibido dinero y equipo?”

“No lo creo. Su complexión es diferente. El tono de tu piel puede cambiar bastante en poco tiempo, pero el brillo del blanco de tus ojos no cambia en sólo una semana o un mes. Basados en lo que han estado comiendo, claramente se encuentran en lo alto de la jerarquía. No son personas contratadas para el día. No los mataremos para después enterarnos de que eran civiles normales.”

En otras palabras, no necesitan contenerse.

Quenser mira del mapa que Sewax ha desplegado sobre el suelo polvoriento al muelle fuera de la ventana.

“La primera pregunta es en dónde mantiene su ‘mercancía’ el grupo de Blue Bottle,” dice. “Al parecer hay un buque de carga de tamaño mediano esperando aquí.”

El chico señala hacia el barco lleno con los contenedores metálicos estándar.

Pero Sewax rechaza la idea inmediatamente.

“No están en el barco. El tiempo de vida de los humanos está directamente relacionado con la temperatura y la humedad. Ellos esperarán hasta el último segundo para meterlos en los contenedores. Es como enviar fruta. De esta forma durarán más.”

En ese caso, también pueden descartar los cientos de contenedores en la zona de carga. Si todas esas fueran opciones, tal vez lo mejor hubiera sido darse por vencidos. “¿Entonces en dónde están?”

“Mira en dónde están los soldados, estudiante.” Heivia toca el hombro de Quenser y señala hacia fuera de la ventana con la barbilla. “Están en las salidas, los puntos necesarios para buscar francotiradores, y en las grúas en vez de estar en torres de vigilancia. Todos esos son puntos estándar que encontrarás en cualquier libro de texto, pero algunos de los soldados están en lugares claramente ineficientes. Esos son para evitar cualquier fuga. La ‘mercancía está dentro de esa oficina.”

“Probablemente,” afirma Sewax. “Tiene un techo para bloquear el sol y aire acondicionado para evitar golpes de calor. Y lo más importante, tiene cuatro muros para evitar que alguien escape. Y no tienen que preocuparse acerca de que alguien descubra el impactante hecho de que tienen personas secuestradas.”

Quenser comienza a concordar, pero entonces frunce el ceño. Mira a través de la ventana una vez más.

“La reja exterior no está muy lejos de ahí. Si gritaran, su voz podría escucharse. ¿Acaso eso no les da una oportunidad de escapar?”

“¿Y qué harían después?” Heivia sonríe cruelmente. “Ésta es una ciudad desierta. Todos los que buscan en los escombros están trabajando para el mercado negro. No toman parte del tráfico de personas activamente, pero mantendrán el secreto si Blue Bottle les grita.”

“¿Qué hay de los inofensivos trabajadores del puerto?”

“Tienen que atravesar la ciudad para llegar vivos a casa. ¿En verdad crees que causarán problemas innecesarios?”

Con eso dicho, Heivia hace una seña a Myonri. Entonces toca el hombro de Quenser.

“¿Qué fue eso?”

“Estás trabajando con el ejército, ¿así que qué tal si intentas aprender nuestro lenguaje?”

Quenser y Heivia salen del edificio abandonado, dejando a Myonri y Sewax dentro. Se agachan y avanzan mientras se ocultan detrás de los escombros de concreto en el camino.

Quenser parece confundido cuando ve lo que lleva Heivia.

“¿Qué harás con eso?”

“La oficina con la ‘mercancía’ dentro no está lejos de la reja. Tú fuiste el que remarcó eso, Quenser.”

Los chicos se acercan casi totalmente hasta la cerca y se detienen a unos 100 metros de la oficina. No pueden acercarse mucho más. Si se asomaran desde detrás de los escombros, comenzaría un tiroteo con la organización criminal de Blue Bottle.

Además es innecesario decir que una batalla con una cerca metálica en medio pondría a Quenser y Heivia en desventaja cuando lo que intentan es rescatar gente secuestrada.

La oficina es un edificio de dos pisos construido con concreto reforzado. La escalera se encuentra afuera del edificio.

Todas las ventanas del primer piso están cubiertas por persianas, así que no pueden ver lo que hay dentro.

Pero en el segundo piso…

“Aquí vamos,” murmura Quenser con los binoculares en una mano. “Puedo ver a una mujer anciana. Probablemente tenga unos 80 años. Es un tipo de persona que te hace quererlos proteger. Es perfecta para uno de sus extras, maldición.”

“¡No otra vez! ¿¡No podemos encontrarnos con una mesera de grandes pechos o una hermosa secretaria en traje formal!? ¡¡Necesito un poco de motivación aquí!!”

“Más importante,” dice Quenser irritado. “Ella es la única a la que puedo ver desde aquí. Se supone que son unas 30 personas, ¿cierto? ¿En dónde están los demás? Espero que no estén encerrados por separado.”

De pronto, Sewax habla a través de la radio. “Probablemente ahí es en donde les dan su última cena.”

“¿Qué?”

“Las personas secuestradas serán metidas en contenedores y enviadas por el mar. Su tiempo de supervivencia es afectado por la temperatura, humedad y cantidad de alimentos.”

Quenser apunta los binoculares hacia el segundo piso de la oficina.

La pequeña anciana está sentada en una silla cerca de la ventana. La mesa redonda contiene una hamburguesa y patatas de un restaurante de comida rápida además de un vaso lleno con soda.

“Después de ser metidos al contenedor, tendrán que subsistir con sal y agua,” continúa Sewax. “Si les dieran comida adecuada, se echaría a perder rápidamente en las altas temperaturas y gran humedad. Es por eso que les hacen comer tanto como puedan antes de tiempo para mantener la frescura de su ‘mercancía’.”

“¿Entonces estarían en problemas si las personas organizaran una huelga de hambre?”

“Incluso si los obligaran a comer amenazándolos con armas, el estrés extremo los haría vomitar, arruinando toda la idea. Es por eso que les dan algunas esperanzas. Están en un cuarto con aire acondicionado, la reja exterior no está muy lejos, y tienen una linda vista desde la ventana del segundo piso. Se les hace pensar que tal vez pueden escapar, así que necesitan comer para mantenerse fortalecidos. Una vez que comen por propia voluntad, pueden ser exportados.”

La anciana tiene comida frente a ella, pero no muestra señales de ingerirla. Simplemente tiene la cabeza agachada mientras continúa sentada en la silla. La hamburguesa se ha enfriado y la grasa de las patatas ha manchado el contenedor. Quenser no puede imaginar cuánto tiempo ha estado ahí sentada.

“Ella sabe que todo terminará una vez que coma.”

“Malditos. Ha pasado tiempo desde que vi una comida menos apetitosa que nuestras raciones.”

Con ese comentario, Heivia comienza a ensamblar el arco militar detrás de los escombros. Es una versión reforzada de un arco para atletas pintado con camuflaje para el desierto.

“¿Hey, en verdad haremos esto con tan pocas personas? Si sabemos en dónde están las personas secuestradas, tal vez Froleytia tome acciones.”

“No usaré esto para matar a nadie, Señor Feliz. La ventana del segundo piso se encuentra a 100 metros. Si apunto muy alto, la flecha pasará por la ventana. No hará mucho ruido, así que los guardias vigilando fuera no lo notarán.”

Quenser comprende lo que Heivia quiere decir, así que se rasca el cabello rubio cubierto con arena.

“¿Dispararás una radio a esa anciana?”

“Las flechas ya tienen transmisores. Se usan para indicarle al Object dónde disparar, pero con unas rápidas modificaciones, podemos usarla para comunicarnos.”

“¿Quién la modificará?”

“Si quieres probar tu valía, mejor ponte a trabajar, Quenser. Desarmar unos audífonos y retirar el oscilador es mucho más fácil que desactivar una bomba.”

“¿Y quién me pagará?”

“¡Ahora que lo pienso, yo tampoco tengo una respuesta para eso! ¿¡Por qué diablos me estoy tomando esto tan en serio!?”

Sin un soldador eléctrico o pinzas para cortar cables, Quenser tiene que sacar un pequeño cuchillo usado para cocinar de su kit de supervivencia. Usa el cuchillo para desarmar el aparato y combinar las partes necesarias. Sus movimientos son lentos pero precisos, así ve un poco como un cocinero en un buque de pesca.

Después de preparar la flecha, Quenser se la entrega a Heivia. “¿Cómo está la ventana?”

“Abierta. Probablemente haya aire acondicionado dentro, pero la ventana abierta incrementa la esperanza de las personas.”

“Sólo tienes un intento. ¿Estás seguro de que la llegarás a la habitación a la primera?”

“Fácilmente, una vez que la pase por un programa balístico de cálculos. ¿Qué tal si la disparo justo en la hamburguesa en la mesa?”

“¿Tienes algo tan peligros? ¿En verdad debería haber algo como eso en el mercado negro?”

“No seas tonto. Esto es para los amantes del golf. Es una simple casualidad que también puedas usarlo para llevar a cabo correcciones para morteros y cosas así.”

“¿Entonces es cómo usar el palo de golf para abrir un cajero automático y sacar el dinero?”

“Ésa es otra diferencia entre los ricos y los pobres. Hay personas que tienen que adentrarse en el mercado negro y engañar por comida, pero hay otros que construyen un campo de golf en el desierto para divertirse. De otra forma, algo como esto no estaría aquí.”

El programa de cálculos balísticos funciona conectando un aparato portátil al mango del arco y mirando la pequeña pantalla. Las imágenes de la cámara agregan líneas como guías para lanzamientos de béisbol.

Es como si todo estuviera relacionado con los deportes.

El chico sujeta el arco y dispara una flecha. Ésta pasa silenciosamente sobre la cabeza de un guardia, viaja formando un arco cae diagonalmente hacia la ventana en el segundo piso del edificio, y entra con precisión a la habitación.

Al igual que la banderilla en una hamburguesa para niños, la flecha se inserta en el centro de la hamburguesa sobre la mesa.

“Heh. ¿Viste eso, Quenser? Eso es lo que el súper inteligente, apuesto y rico noble Heivia puede hacer. No logras un hoyo en uno confiando en la suerte de principiante. Necesitas la habilidad y compostura de un caballero.”

“¡Idiota, asustaste tanto a la anciana que se cayó hacia atrás con la silla! ¿Y qué no estabas diciendo que cualquiera podría hacerlo usando ese lo que sea balístico?”

“¡Si te vas a comportar así, mejor inténtalo tú! ¡¡Siempre me dejas los trabajos físicos!!”

Los dos idiotas casi comienzan una pelea de puñetazos, pero recuerdan que ese no es el momento. No hay problema si la anciana cayó silenciosamente por la sorpresa, pero perderán su oportunidad si provoca una conmoción.

Quenser modifica la frecuencia en su radio y la acerca a su boca.