Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 13

Capítulo 1: Exterminando Monstruos Para Ganarnos la Vida

Parte 2

 

 

Una vez que he teletransportado a Vampy y a los demás de vuelta al castillo del Señor Demonios, me dirigí a una fortaleza humana.

O tal vez debería decir lo que anteriormente era una fortaleza humana.





Fuerte Okun originalmente pertenecía a los humanos, pero el Segundo Ejército lo conquistó en esa gran batalla de hace poco tiempo.

Hmm. Por otra parte, podría ser más exacto decir que los monos enviados por el Segundo Ejército lo conquistaron, no el Segundo Ejército en sí.

¿Te acuerdas de aquellos monos que me dieron tantos problemas en el Gran Laberinto de Elroe?

Bueno, también viven en las Montañas Místicas, por lo que la Comandante Bubis del Segundo Ejército los atrajo y los envió a Fuerte Okun.

Lo molesto de esos monos es que aunque solo mates uno, el resto de ellos seguirá persiguiéndote en oleadas…


Resultó que también era el fin de temporada de reproducción, por lo que había toneladas de monos alrededor y destrozaron por completo la fortaleza.

Así ganó el Segundo Ejército sin una sola baja.

Aunque, solo hay un problema.

Concretamente, los monos. Decidieron mantener Fuerte Okun como su base…

Acabar con ellos debería ser en realidad trabajo del Segundo Ejército, pero la vieja y escurridiza de Bubis se las arregló para eludir esa responsabilidad.

Tiene sentido, supongo. Ella no estaría dispuesta a destruir una fortaleza saliendo ilesa solo para perder un montón de hombres luchando contra esos monos. Eso puede que causara incluso más bajas que el haber luchado contra los humanos.

Quiero decir, estos monos son los que vencieron a los humanos.

Afortunadamente, solo están sentados por la fortaleza y no intentan atacar a los demonios. El Segundo Ejército ha estado simplemente acampando cerca, para vigilarlos.

Aunque es bastante obvio que Bubis solo quiere mantenerse fuera de la vista del Señor Demonio, ¿sabes?

Quiero decir, ella está aterrada por la jefaza.

Apuesto a que probablemente esté deseando el poder esconderse aquí y vigilar a los monos indefinidamente.

¡No en mi turno!

“Tengo órdenes escritas del Señor Demonio.”

Phelmina le entrega la carta a Bubis, luego le explica el contenido brevemente.

“Dice que regrese a casa de inmediato.”

Bubis acepta la carta silenciosamente, frunciendo el ceño mientras la abre.

Aparte de algunas formalidades, dice exactamente lo que describió Phelmina—“Vuelve ya”—y eso es todo.

Tampoco hay muchos adornos adicionales, por lo que solo le toma un momentito el leerla.

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“Pero tenemos que vigilar esa fortaleza…”

“Nosotros el Décimo Ejército asumiremos ese papel.”

Bubis trata de dar una excusa, pero Phelmina le corta. Bubis la fulmina con la mirada.

“Necesitaremos algo de tiempo para prepararnos…”

“Lady Sanatoria.” Phelmina interrumpe fríamente con su nombre mientras Bubis sigue intentando dar excusas. “El Señor Demonio le ha ordenado que regrese de inmediato. Si le desobedece… Estoy segura de que se da cuenta de lo que sucederá, ¿no?”

Bubis se pone pálida.

No mucho después, empieza a moverse realmente rápido.

Su ejército se reúne en un abrir y cerrar de ojos, y están de camino a casa antes de que termine el día.

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¡Madre mía a la velocidad del rayo!

En realidad, es una líder bastante talentosa cuando quiere.

Es buena dando órdenes, y venció una fortaleza sin bajas, aunque fuera a través de un plan sibilino.

Pero la cosa es que ella es una cobarde.

O sea, ella solo se está moviendo increíblemente rápido porque está aterrorizada del Señor Demonio.

Aunque el Señor Demonio la estará esperando cuando regrese de todas formas.

Te va a encantar la forma en que ella misma se echa flores de ser demasiado astuta.

Pero lo que le pase o no le pase a Bubis no es mi problema.

Una vez que el Segundo Ejército salga de aquí y no haya nadie alrededor para mirar, ahí es donde comienza mi trabajo.

“Pues bien, décimo Ejército. Ahora comenzaremos la operación para conquistar Fuerte Okun.”

Phelmina conduce al Décimo Ejército hacia la fortaleza.

Hizo que sonara como si fuéramos a hacernos cargo de vigilar la fortaleza, pero no somos el tipo de chicos y chicas a los que nos gusta quedarnos sentaditos mirando.

No, nuestro objetivo es eliminar a esos monos.

Siguiendo las órdenes de Phelmina, los soldados vestidos de blanco marchan más cerca de la fortaleza.

Los monos se dan cuenta y empiezan a tirar piedras, pero mi unidad las esquiva fácilmente.

No es que vayan a recibir ningún daño, ni siquiera si son golpeados.

¡Al fin y al cabo, toda esa ropa blanca fue creada especialmente por una servidora, con mi propio hilo!

Su alta defensa está garantizada.

Técnicamente soy la comandante, después de todo.

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Imaginé que si iba a estar a cargo de esta unidad, sería mejor que les diera la mejor armadura que pudiera hacer, ¡así que hice algunas cosas de primera!

Y sí, por supuesto, también están equipados con el mejor equipamiento.

Efectivamente, una vez que llegan a la fortaleza, empiezan a escalar las empinadas paredes en un abrir y cerrar de ojos.

Ignorando las rocas que les lanzan, rápidamente se hacen paso al interior y comienzan el asalto.

Aunque está tan desequilibrado que lo llamaría más bien una matanza.

Está claro que esos monos son un verdadero dolor, pero eso es solo por su abrumadora fuerza en número. El mayor desafío es que ellos no paran de llegar en manada, sin importar a cuantos mates.

Pero no importa lo grande que sea su número, siguen teniendo un límite.

Solo tienes que seguir matándolos hasta que se acaben, como hice una vez en el Gran Laberinto de Elroe.

Los monos de esta fortaleza ya perdieron un gran número de ellos en la lucha con los humanos.

Y cada mono por sí solo no es tan fuerte.

Con todos estos factores en juego, el grupo que entrené sin duda podrá salir victorioso.

El Décimo Ejército es una parte del ejército demonio que está bajo mi mando.

Es un trabajo que el Señor Demonio dejó en mis manos hace unos pocos años mientras nos preparábamos para la gran guerra contra los humanos. Sí, se podría decir que me obligó a hacerlo.

Pero en realidad, es porque no tenía una posición adecuada en el ejército demonio, y el Décimo Ejército no existía como nada más que un nombre en un papel en aquel momento. Ella decidió que encajaba perfectamente conmigo y me nombró su comandante.

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El ejército demonio siempre ha tenido siete ejércitos. Pero el Octavo, el Noveno y el Décimo no eran realmente grupos funcionales. Simplemente no había suficientes demonios como para llenar las filas, debido a la escasez de población.

Pero entre las políticas de expansión del Seños Demonio, la purga de los rebeldes, la reforma estructural y todas esas cosas, decidió formar diez ejércitos decentes.

Así que nombró al Sr. Oni comandante del Octavo Ejército y llenó sus filas con los ejércitos personales de algunos señores que habían cometido fraudes y cosas por el estilo.

Básicamente, es un montón de soldaos que han sido reducidos a esclavos solo aptos para misiones suicidas.

Como esos tipos son en esencia desechables, el Sr. Oni terminó usando sus espadas explosivas para hacer estallar cientos de personas en la gran batalla, incluyendo sus propias tropas.

El Noveno Ejército es una situación totalmente diferente; los soldados son claramente… forasteros, por decir algo.

Al fin y al cabo, el Noveno Comandante es Negro, también conocido como Güli-güli.

Con el fin de vigilarnos a mí y al Señor Demonio mientras nos ayudaba en nuestros esfuerzos, se convirtió en el Noveno Comandante para poder pasar el rato en el reino demoníaco.

En cuanto a su ejército, está formado por sus subordinados—dragones y wyrms que fingen ser demonios.

Son una unidad inusual: Aunque técnicamente son parte del mismo ejército, realmente no sirven al Señor Demonio. Es por eso también por lo que el Noveno Ejército fue la única formación que no participó en la gran batalla.

De todas formas, el Décimo Ejército todavía no tenía comandante, y yo estaba sin título oficial, así que aquí estamos.

Pero en ese punto, la mayor parte del personal disponible ya había sido asignado en otros lugares…

Así que el Décimo Ejército en su mayoría terminó con pequeños novatos recién salidos de la academia, personas que no podían estar en otros ejércitos por varias razones y así.

Básicamente, nadie muy bueno.

El Octavo Ejército ya era una colección de peones desechables, pero esta gente ni siquiera encajaba allí.

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Pero cuando te poner a mirar cada una de sus historias, en realidad es bastante entretenido.

Especialmente mi subcomandante, Phelmina.

La mayor parte de la vida de esta chica es una historia triste y seria, del tipo de las que ni siquiera puedes hablar sin llorar.

¡Y básicamente todo es culpa de Vampy!

Phelmina es una joven de una importante familia noble.

Incluso estaba comprometida con un joven igualmente noble. Cosas típicas de la aristocracia.

Como tal, fue criada desde la infancia para ser una futura líder de la raza demoníaca, y se sometió a todo tipo de duros entrenamientos. Para empezar, ya tenía talento, lo que significaba que su vida trascurrió sin problemas hasta que llegó a la academia.

Pero ahí fue cuando todo empezó a ser un desastre.

Cuando llegó a la academia, conoció a una jovencita sospechosa de quién-sabe-dónde.

Lo adivinaste: Vampy.

Una chica salvaje a quien no podía importarle menos la etiqueta de noble y causó estragos en la academia en más de un sentido.

Técnicamente, Vampy también es una noble de una familia importante, pero su hogar y su familia fue destruido cuando era un bebé, así que ha sido una niña vagabunda desde entonces.

No es que eso importe, ya que ser de una familia humana noble no te enseña nada de la etiqueta de los nobles demonio de todos modos.

Los demonios están más preocupados por la capacidad de combate.

En ese sentido, Vampy se volvió super fuerte en términos de estadísticas y habilidades en nuestro viaje, y aparentemente, eso hirió seriamente el orgullo de sus compañeros de clase.

Claro que, si eso fuera todo lo que hizo, no sería tan malo.

¿Aplastar el orgullo de algunos pequeños demonios? ¿A quién le importa?

Si eso fue suficiente como para deprimirlos para siempre, entonces nunca estuvieron destinados a la grandeza de primeras.

Pero eso no era nada comparado con el caos que causó a continuación.

¿Que qué hizo Vampy exactamente? Bueno, ella usó sus habilidades vampíricas para Embrujar a todos los chicos para que se doblegaran a su voluntad y bebió un montón de su sangre para empezar.

… Ya, lo sé. Mucho que asimilar, ¿no?

Quiero decir, supongo que eso debería ser lo que los vampiros hacen, pero… qué asco.

Aparentemente, cuando los vampiros entran en la pubertad, su sed de sangre se hace mucho más fuerte.

Para los vampiros, beber sangre no solo los alimenta, sino que también incrementa su número de subordinados.

Así que sí, en plan, ya sabes…

Suena un poco como cierta clase de acoso rarito, pero supongo que se podría decir que están en esa edad en la que se interesan por ese tipo de cosas, ¿no?

¡Ya sabes de qué va!

La mayoría de gente serían capaces de controlarse, pero aparentemente Vampy estaba súper estresada por varias razones, y simplemente se volvió loca.

Embrujó a todos los chicos y básicamente se convirtió en la emperatriz de la academia.

Fue Phelmina quien se levantó en contra de ella.

El prometido de Phelmina, Wald, estaba entre los chicos que Vampy controlaba, y toda la clase gobernante de los demonios estaba en peligro, por lo que se encargó ella misma de deshacerse de Vampy.

Obviamente, fracasó.

La legión de jóvenes de Vampy conspiró contra ella, con Wald en el centro.

Hicieron pleno uso de la influencia de sus familias para presionar a los padres de Phelmina y lograron que la desterraran.

Por cierto, la familia de Phelmina también era un nombre bastante importante entre los nobles demonio, pero con familias igualmente importantes como la de Wald y otras volviéndose contra ellos, no tuvieron más opción que exiliar a Phelmina.

Y la arruinaron así porque Vampy tenía conexiones con el Señor Demonio.

Si le hubiera pasado cualquier cosa a Vampy, no se sabía lo que el Señor Demonio podría hacer. Por lo tanto, ni siquiera los adultos que eran libres de elegir decidieron ponerse del lado de Phelmina.

Yo, eh, me disculpo por mi grupo…

Gracias a mis amigos, Phelmina fue expulsada de la sociedad demoníaca.

Me habría sentido un poco mal dejándola en la estacada.

Coincidentemente, el excomandante del Décimo Ejército al que relevé era el padre de Phelmina, así que terminé tomándola bajo mi mando.

Quiero decir, su apuesto pero de alguna manera desafortunado padre me rogó de rodillas que cuidara de su hija. ¿Qué se suponía que debía hacer?

La mayoría de los miembros del escalón superior de la sociedad demoníaca parecen sufrir mucho.

¡Aunque eso es principalmente culpa del Señor Demonio!

… En serio, de verdad que me disculpo por mi grupo.

Después de todo ese lío, Phelmina terminó siendo la primera en unirse al Décimo Ejército.

Luego la demás gente en situaciones igualmente malas se unió también, y el ejército empezó a tomar forma.

Por supuesto, el hecho de que todos los miembros estén aquí por motivos complejos significa que todos son niños problemáticos.

Entonces, ¿cuál crees que es la forma más rápida de lidiar con eso?

Así es. La respuesta es darles una buena paliza para que te obedezcan.

Es importante tomar la delantera temprano.

Una vez que inculcas en sus cabezas que eres mucho más fuerte que ellos, generalmente harán lo que les digas.

¿Hmm? ¿Que es inhumano obligarlos a obedecerme con fuerza bruta?

¿Que no debería tratar de domarlos como animales, dices?

¡Bueno, las personas también son animales, en un esquema global!

Además, decir cosas como esas va a hacer que me vengan a buscar grupos animalistas, ¿vale?

Ya, ya.

¡Pero es un mundo paralelo!

¡Aquí no existen los grupos de animalistas!

Si hubiera alguno, tal vez deberían haberme protegido cuando era una arañita bebé, ¡maldita sea!

… Vale, nos hemos salido un poco del tema.

De todas formas, usé mi fuerza abrumadora para hacer que mis nuevos reclutas me escucharan, pero todavía había varios problemas.

Uno, apenas tenemos personal. Dos, eran débiles. Tres, sin equipo.

No había mucho que pudiera hacer con el primero. Este ejército se había creado por la escoria de la escoria en primer lugar.

Es inevitable que no tengamos un gran número de empleados.

Pero el segundo y el tercer problema eran graves.

Bueno, técnicamente era débiles según mis estándares personales. No eran particularmente más débiles que los soldados demonio ni nada.

Pero como ya dije, el Décimo Ejército no tiene muchos miembros.

Lo que nos falta en número, tenemos que compensarlo con fuerza individual.

Aquí estamos hablando de calidad sobre cantidad.

Es decir, dado que no puedo tener más cantidad, no tengo más remedio que buscar una calidad mayor.

Y debido a que el Décimo Ejército estaba formado en último lugar y apenas tenía gente, apenas recibíamos suministros como armas y armaduras.

Todo se distribuye primero a los otros ejércitos, dejando casi nada para el Décimo.

Como resultado, mis chicos se quedaron luchando con armaduras de tela y ramas de árbol como arma, como el equipo inicial de algunos juegos.

Eso solo hacía que fuera aún más importante que cada individuo del Décimo Ejército fuera lo suficientemente fuerte como para compensar su pésimo equipo.

¡Súmalo todo, y no tuve más remedio que entrenarlos!

Así que eso es exactamente lo que hice.

Básicamente, usé el mismo enfoque con viste con Vampy y compañía: hacer que limpiaran algunos monstruos y recolectaran energía para el sistema mientras estábamos con eso.

Ah, pero no les lancé tras ningún monstruo de clase legendaria ni ninguna locura como esa, ¿vale?

Empezamos con los monstruos más débiles y nos abrimos camino a partir de ahí, por supuesto.

Calculé la fuerza de los miembros y elegí niveles de dificultad lo suficientemente bajos como para que no murieran.

Normalmente, los teletransportaba a todos en medio de una marea de monstruos, y luego los volvía a teletransportar a casa para que descansaran una vez que habían acabado.

Usando mi teletransportación, puedo enviarlos a cualquier lugar de los reinos humano y demonio.

Eso hace que sea más fácil visitar regiones llenas de monstruos en las que ni los demonios ni los humanos entrarían normalmente.

Así que seguí usando mi servicio gratuito de entrega de ejército a domicilio para dejar a mis soldados en medio de hordas de monstruos y traerlos de vuelta, repitiendo el proceso para subirlos de nivel rápidamente.

Gracias a ese sistema infalible, sus niveles subieron muy rápidos y se hicieron más fuertes.

Entonces, una vez que tuvieron cierto nivel de fuerza básica, les sometí a mi programa de entrenamiento personal.

En el caso de Vampy, la entrené y luego hoce que subiera de nivel, pero teníamos más tiempo en aquel entonces.

Entrenar antes de subir de nivel es realmente más eficiente, pero no teníamos ese lujo.

Para poder hacerles lo más fuertes posible en un tiempo limitado, el método más rápido era subirlos de nivel rápido y hacer que sus estadísticas llegaran al punto en que pudieran aguantar el entrenamiento.

Si sus estadísticas hubiesen estado muy bajas, mi régimen de entrenamiento los habría matado.

¿Hmm? ¿No lo llamarías realmente entrenamiento si te puede matar?

Bueno, ya, ¿por qué crees que los arrojé primero a manadas de monstruos?

¿Qué? ¿Normalmente eso se consideraría una sentencia de muerte?

… Bueno, ¡el sentido común es para los perdedores!

¡Aunque todos mis soldados se vieran como que sus almas los habían abandonado, lo importante es que sobrevivieron, subieron de nivel, y se las arreglaron para volver de una pieza!

Nadie necesita saber que la cagué en mis cálculos de dificultad y casi hago que los maten unas cuantas veces.

Shhhh, esta bieeeen.

¡Eso les enseñó a correr y a esconderse de los oponentes que no podían derrotar!

Y aquí es donde ves los resultados de ese entrenamiento intensivo.

La enorme horda de monos que vivía en esta fortaleza ha sido completamente aniquilada.

¡Bravo! Plas, plas, plas.

“Todo despejado.”

Asiento ante el informe de Phelmina.

Excelente. Fue un gran trabajo.

¡Mua-ja-ja! ¡Mi Décimo Ejército se ha convertido en una fuerza a tener muy en cuenta!

Por cierto, resolví nuestra escasez de equipo pagando de mi bolsillo.

Como mencioné anteriormente, tejí su ropa blanca con mi propio hilo.


Y hablé con el Sr. Oni para que hiciera armas para ellos.

Con su habilidad que le permite crear armas mágicas, por supuesto.

Gracias a él, los soldados del Décimo Ejército ahora mismo están mejor equipados que todos los demás.

A diferencia del resto de ejércitos demonio, no hacen muchas apariciones públicas; la mayoría de las actividades del Décimo hasta ahora han sido para entrenamiento, y un montón de las demás han sido para mis objetivos personales.

Es por eso por lo que la gente aparentemente piensa que el Décimo Ejército es una especie de operativo secreto que se dedica a recopilar información o algo así.

Hmm. Bueno, supongo que les he hecho hacer ese tipo de cosas.

La mayoría relacionado con los elfos. Les he pedido que localicen a los elfos que siguen curioseando por las tierras demoníacas y que se deshicieran de ellos en caso de que encontraran alguno.

En lo que respecta a eso, gran parte se solucionó antes de que estallara la gran guerra gracias al Coronel, también conocido como el último Comandante del Primer Ejército Agner, así que tampoco quedó mucho por hacer para el Décimo Ejército de todas formas.

Es por eso por lo que me dejé llevar y los envié a cazar elfos al mundo humano también.

Después de todo, el único elfo bueno es el elfo muerto.

Usé mi teletransporte para enviar a mis tropas más allá de las líneas enemigas, donde pudieron confiar en sus habilidades mejoradas para ocultarse, recopilar información y asesinar a los elfos que encontraron.

Así que sí, supongo que es cierto que han hecho algunas misiones encubiertas con anterioridad.

Phelmina en particular parece tener un don para ese tipo de cosas. Se convirtió en una experta en acercarse sigilosamente a un objetivo desde atrás y asesinarlo sin que nadie se dé cuenta.

Como ha estado aquí desde que se creó el nuevo Décimo Ejército, ha sido entrenada más tiempo que nadie, y definitivamente se nota.

Para ser honesta, probablemente sea más fuerte que la Comandante Bubis.

Phelmina probablemente ganaría en una pelea cara a cara, y si no hubiera restricciones, apuesto a que podría ganar todavía más rápido matando a alguien mientras duerme o algo así.

Una joven noble convertida en asesina.

Sep, ¡eso es bastante genial!

Phelmina también da órdenes a las tropas por mí, se ocupa del papeleo y otros asuntos administrativos, y en general, se encarga de las comunicaciones en mi lugar, ya que soy malísima para hablar.

Gracias a su estricta educación como una dama como Dios manda, es excelente en todo tipo de cosas.

En este punto, ¡ella es esencial para el Décimo Ejército!

Es por eso por lo que fue elegida por unanimidad como subcomandante.

Ah, la única que se opuso a eso fue Vampy, pero la hice callar haciéndole ponerse de rodillas.

Como castigo a Vampy por hacer que desterraran a Phelmina, le puse una pequeña maldición.

Cuando digo ¡sit! Tiene que ponerse sobre sus rodillas y sus manos.

Es súper útil cuando necesito castigar a Vampy por estropear algo.

Y cada vez que Phelmina ve que obligo a Vampy a arrodillarse, parece animarse un poco, así que eso es un bonito extra.

Como el resto de los miembros del Décimo Ejército también saben lo que Vampy le hizo a Phelmina, siempre están matando con la mirada a nuestra pequeña chupasangre.

El hecho de que Vampy no se desanime o incluso parezca no notarlo es algo impresionante.

Ella tiene verdaderas agallas, la verdad que sí.

Mientras tanto, Wald, el exprometido de Phelmina, siempre tiene dolor de estómago o alguna tontería.

Él es el que se quedó Embrujado por Vampy en la academia y expulsó a Phelmina.

Claro que, eso no es culpa suya, ya que fue Embrujado. Él solo es una víctima.

Pero escucha esto.

A pesar de que los efectos del Embrujo terminaron, sigue suspirando por Vampy. Se unió al Décimo Ejército solo para seguirla e incluso la convenció para que lo convirtiera en vampiro.

Es como un fan obsesivo persiguiendo a Vampy ahora mismo.

Y por supuesto, los otros miembros del Décimo Ejército no ven exactamente eso con buenos ojos…

Por no mencionar que su ex prometida Phelmina, cuya vida básicamente arruinó, es ahora su superior…

Por lo que no es exactamente una situación cómoda para Wald.

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Lo juro, cada día se le ve más pálido. Oh, pero eso puede ser por que ahora es un vampiro, supongo.

De todas formas, mientras reflexiono sobre todo esto, voy recogiendo los monos muertos esparcidos por la fortaleza.

Los demonios no van a comerse los monos, así que alguien tiene que hacerlo.

Con eso me refiero a mí, o más específicamente, mis pequeños clones.

Sigo arrojando los cadáveres de los monos en el bolsillo dimensional donde guardo a mis mini-yo, limpiando la fortaleza.

Ahora que ya no vamos a usar más este fuerte…

Como el Décimo Ejército es pequeño en número, no podemos aguantar y mantener un fuerte como este como base. Tan solo lo dejaremos cuando acabemos nuestros asuntos aquí.

Sería un desperdicio el dejar una valiosa mano de obra aquí. También podríamos rendirnos y permitir que otro demonio lo use para algo más productivo.

No es como si los humanos fueran a venir a recuperarlo de todas formas.

¿Que por qué estoy tan segura, preguntas?

Porque ya he preparado las cosas para que sucedan de ese modo.

Je-je-je.

¿De verdad crees que he estado sentada y sin hacer nada durante estos últimos años?

A decir verdad, la mente maestra que manipuló los movimientos, no solo del ejército demonio, sino incluso el de los humanos, ¡no es otra que yo!

¡CHAN, CHAN, CHAAAAN!

Hombre, fue como un dolor de muelas, tengo que decirlo.

Tuve que teletransportarme como una loca por todas partes.

Hubo algunas maquinaciones importantes involucradas.

Esa gran guerra entre los demonios y los humanos fue uno de los resultados de mi arduo trabajo.

Sin embargo, llevó muchísimo esfuerzo llegar hasta ahí.

¡Soy muy trabajadora, si se me permite decir!

… Pero el trabajo duro apenas ha empezado, por mucho que odie decirlo.

Será mejor que termine de recolectar estos cadáveres de monos, que vuelva a armar al Décimo Ejército y vuelva al castillo del Señor Demonio inmediatamente.

Necesito que mis soldados altamente capacitados me ayuden con mi próximo trabajo detrás de bambalinas. No podemos perder el tiempo con una estúpida fortaleza de monos.

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La guerra fue sin duda un gran evento, pero cuando miras el final del juego al que nos dirigimos el Señor Demonio y yo, tan solo es un paso de muchos en el camino.

Indudablemente no hay tiempo que perder.

No si vamos a salvar a este mundo de una destrucción segura.

Así que, como parte del trabajo preliminar para ese objetivo, voy a darle al Décimo Ejército una misión súper secreta muy importante.

Específicamente, los estoy enviando al Reino de Analeit, hogar de nuestro compañero Yamada y su hermano mayor Julius el héroe, para destruir el lugar desde adentro.

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