Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 12

Capítulo 6: La Divina Providencia De La Desesperación

Parte 4

En este momento, el conflicto y los verdaderos sentimientos de Filvis estaban siendo expuestos. Para Lefiya, y para todos los aventureros allí, parecía extremadamente inestable e insegura.

—… Lefiya, tienes razón. El día de esa pesadilla, me mancharon.

Antes de que el clon más oscuro pudiera revelarlo, Filvis reveló su propio pasado para Lefiya.

—O mejor dicho, estaba corrompida.

La pesadilla del piso veinte siete.

Un desfile de pases de sacrificio que The Evils habían comenzado en el medio del piso. El terrible incidente había causado pérdidas significativas tanto para The Evils como para los aventureros reunidos bajo la bandera del Gremio.

Una joven Filvis había estado allí ese día, junto con el resto de la Familia Dionysus.

—En ese entonces, todavía estaba llena de orgullo que era muy frágil. Me consideraba una enviada del orden… Me dirigí al piso veintisiete con el resto de la familia, y me perdí
escapando de ese infierno…

En ese momento, Dionysus era efectivamente una tercera facción oculta. Fingía aliarse con los objetivos del Gremio mientras investigaba los movimientos de The Evils, siempre en busca de una oportunidad para derrocar a Orario. Pero esa fue solo su voluntad divina que mantuvo oculta, por lo que Filvis y sus otros seguidores participaron en la Pesadilla del piso veintisiete como miembros de una de las facciones rectas.

—Y ahí fue donde… lo encontramos.

—¿Eso…?

—El avatar del espíritu corrupto.

—¡!

Ella estaba hablando del espíritu corrupto que había sido extraído por Aria. El corazón deLefiya dio un vuelco al escuchar la oscura confesión de Filvis.

—Los demás fueron aniquilados, dejándome atrás. No hubo tiempo para contraatacar. Fue abrumador. Una tragedia. Me rompió el espíritu.

La carne verde ondulante, la misteriosa voz estridente, sus camaradas pisoteados sin medios para defenderse. Este era el espectáculo que se había desplegado en los ojos tristes de Filvis
por un instante.

Pero Lefiya estaba confundida.

—…Espera. ¡¿No abandonaste a tu grupo?! Si diste la vuelta y corriste como una cobarde, ¡¿cuándo te convertiste en un monstruo?!; Bete espetó.

Debe haber notado la misma inconsistencia que Lefiya, ya que la acosó con una acusación llena de desprecio.

Eso fue correcto. Filvis había abandonado a sus amigos y había corrido por su vida desde el piso veintisiete. Ella era una de las pocas que había sobrevivido a esa pesadilla. Bors incluso la había visto vagar por Rivira en el piso dieciocho, aparentemente muerta por dentro, revolcándose en las profundidades de su desesperación. Ese había sido el origen del nombre Banshee, un apodo que la llamaban con tanto desprecio incluso hasta el día de hoy.

Banshee, La elfo asesina de grupos.

Filvis se detuvo ante su sospecha.

—Ella no se escapó; Respondió Ein en su lugar.

—¿Qué …?

Filvis no se había escapado. Los ojos de Lefiya se agrandaron ante la implicación.

—Los escuché pedir ayuda, así que volví para enfrentarlo y me mató. Fue una muerte perdida y completamente sin sentido.

—¿Gh …?

—Puedes adivinar el resto, ¿verdad?

Su cuerpo caído debe haber tenido una piedra mágica incrustada en él. Ella había renacido como criatura. La garganta de Lefiya se secó. Bete frunció el ceño por la rabia visible.

Claramente no le gustó lo que estaba escuchando.

Filvis Challia no había abandonado a sus amigos para sobrevivir. Había vuelto para protegerlos, sacrificándose con el orgullo de un elfo. Después de morir, se transformó en un monstruo.

Mientras Ein hablaba, Filvis se quedó en silencio, los sollozos y lamentos de ese día resonaban en sus oídos.

—¡Corre, Filvis!

—¡De prisa! ¡Vete!

—Aaarghhh …

—Ve, Filvis … lárgate.

—¡Corre, Filvis!

—Fil … vis…

Sus compañeros valientes y galantes habían caído, uno tras otro. Incluso la segunda al mando, que era como una hermana mayor para todos los miembros más jóvenes de la familia, había sido devorada.

Incluso el más fuerte de ellos, su líder, estaba a punto de ser arrastrado hacia el cuerpo del espíritu mientras trataba desesperadamente de dejar escapar a Filvis. La elfo, que era la más inexperta de todas, le había dado la espalda mientras las lágrimas corrían por su rostro.

——Ayúdame.

Pero luego escuchó ese murmullo final. El capitán le había susurrado algo que había intentado reprimir para que ella no lo oyera. Sus palabras se apoderaron de su corazón. Con lágrimas corriendo por sus mejillas, apretó los dientes y se dio la vuelta para enfrentar a ese repulsivo enemigo.

Fue la ironía más espantosa de todas. Ella había demostrado ser noble, virtuosa y pura. Sin embargo, por esa misma razón, terminó corrompida.

—E-Eso es …

Esa era la verdad de lo que le había sucedido al cuerpo de Filvis Challia el día de la pesadilla del piso veinte siete. Como compañera elfo, Lefiya sintió que le dolía el corazón, como si la hubieran arrojado a los abismos del infierno.

—No fue una coincidencia que el avatar del espíritu estuviera en el piso veintisiete ese día. Lo atraía el olor a sangre… Buscaba nuevas sensaciones entre la gran cantidad de aventureros reunidos allí; Dijo Filvis, con la voz llena de odio por el pecado que había cometido el autor intelectual del incidente, Olivas Act.

Los cadáveres del resto de la Familia Dionysus habían sido implantados con piedras mágicas, pero hasta el último se acababa de convertir en trozos de carne que podían hacer poco más que gemir incoherentemente.

Solo Filvis tenía la compatibilidad, el carácter fuerte para renacer como criatura.

—Entonces… cuando el Sr. Bors y los demás vieron su desesperación en Rivira… no fue porque había abandonado a su familia…

—Sí. Fue la angustia en mí por haber sido degradada a un monstruo.

Tenía la ropa hecha añicos y el cabello manchado de sangre, rasgos que parecían desprovistos de toda vida, y se había arrastrado lentamente, tratando de no acercarse a nadie. Todo había sido la angustia de Filvis mientras deambulaba por la ciudad como un fantasma que apenas se aferra a la vida, buscando la ilusión de sus camaradas perdidos, rogando por despertar de una pesadilla.

—Después de eso… traté de suicidarme.

—…¡!

—Demasiadas veces para contar. Probé todo lo que pude pensar. Pero…

Filvis no había muerto. Ella le había arrancado los brazos. Ella había abierto grandes agujeros en su cuerpo. Ella se había atacado a sí misma. Ella había quemado su cuerpo una y otra vez con magia. Ella se había desangrado a sí misma. Ella se había roto el cuello. Incluso había intentado dejar que los monstruos la comieran. Pero ella no había podido terminar con su
propia vida.

Las increíbles habilidades regenerativas de una criatura la obligaron a sobrevivir a las heridas más letales.

Entonces ella había tratado de raspar la piedra mágica y alcanzar el mismo destino ceniciento que un monstruo espantoso, pero tampoco pudo hacerlo.

—-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¡¿¿Por qué??!!

La piedra mágica de colores vibrantes en su pecho parecía tener el control de su cuerpo. No le permitiría causar heridas fatales. Incluso cuando llegó a la muerte, su cuerpo corrupto no le permitiría cruzar esa línea final.

Filvis se había convertido en un palpador, un sirviente del espíritu corrupto.

Le habían robado su capacidad para controlar su propio destino.

Finalmente, los susurros comenzaron a resonar en su cabeza, la voz ofensiva del espíritu, la madre que había creado esta forma de ella.

—“¿Por qué no nos llevamos bien?”

—“¿Cuál es tu nombre?”

—“Quiero ver el cielo”.

—“Cumple mi deseo”.

Filvis había gritado. Era una elfo orgullosa, pero había sido degradada a un monstruo antiestético. Este infierno viviente la había destrozado por completo.

—…¡!

¿Y si hubiera estado en su posición? Lefiya pensó, pero incluso eso amenazaba con romperle el corazón. Pero ese dolor no comenzó a acercarse al dolor que había soportado Filvis. Nadie pudo comprender su sufrimiento.

—Desarrollé la magia de la clonación después de convertirme en esto…

—No puedo aceptar en lo que me he convertido, pero no puedo morir.

Pudo haber sido una forma de escapismo o debido a su fuerte deseo de ser una versión incorrupta de sí misma. Pero incluso eso no pudo hacer nada para distraerla. Filvis se convirtió en una marioneta que no hizo más que llorar. Sus ojos se volvieron vacíos y se llenó de oscuridad mientras los susurros en su cabeza la atormentaban, al igual que Lefiya había estado después de los momentos finales de Filvis.

—Te afliges y sufres, pero tratas de aferrarte a tu orgullo. Eres hermosa.

Y entonces.

—Te quiero. Estoy enamorado de tu hermoso ser.

Alguien amaba a Filvis tal como era.

—Así es. Te amo sin importar que. Si no puedes perdonarte a ti misma, entonces…; susurró un Dios o un Diablo.

—Hagamos que todos los demás niños sean iguales a ti.

La destrucción de Orario. El espíritu corrupto dominando la superficie. Si eso sucediera, entonces el reino de los mortales se desbordaría de monstruos, y un pequeño puñado de personas elegidas serían convertidas en criaturas por el espíritu corrupto, siguiendo los pasos de Filvis. Después de que el mundo hubiera dado la vuelta, sería capaz de aceptar la existencia de esa chica quebrantada, hermosa y espantosa. Dionysus había usado sus dulces palabras para mojar su corazón agrietado con un veneno disfrazado del más dulce y noble vino podrido, flotando como miel.

—¡¿Pero eso es…?!; Lefiya gritó, incapaz de soportar más esta confesión.

Si el espíritu corrupto tomara el control del mundo de la superficie, la gente perdería la vida.

Era un camino pecaminoso que nunca se podía permitir que pasara.

Y mientras gritaba, la rabia se apoderó de ella. Por primera vez, Lefiya sintió una ira candente por una deidad—furia hacia Dionysus por infiltrarse en el alma indefensa de Filvis y susurrar palabras dulces y falsas para manipularla.

—Pero para mí en ese momento… sus palabras fueron una salvación.

—¿Gh?

—Lord Dionysus dijo que me amaba a pesar de que yo era tan impura. Poder estar con él mientras lograba su sueño… Ese era el único camino que me quedaba.

—Señorita… Filvis…

—Porque él era el único… Nadie me aceptaría como era aparte de él…

Sin embargo, a punto de derrumbarse y sin nadie más a quien acudir, Filvis había aceptado esas dulces palabras, bebido esa miel prohibida. Ella se había unido al diablo.

—Eres un verdadero pedazo de mierda…

Al final de un pasaje oculto, en la cámara llena de columnas, Loki maldijo a Dionysus nuevamente, después de que ella escuchó la historia de Filvis en sus propias palabras.

—Me lastimas, Loki. Y después de todo lo que hice para salvar a mi amado hijo, que estaba quebrantado en cuerpo y espíritu; Respondió Dionysus, sin preocuparse en lo más mínimo.

Las antorchas colocadas en la pared que los rodeaba parpadearon, proyectando una sombra en su hermoso rostro. Con los rasgos perfectos característicos de un deusdea, casi parecía una escultura inhumana.

—Y sobre todo, la alabé. ¡Honré a Filvis por sacrificar a sus camaradas de la familia, vivir y probar la existencia del espíritu corrupto con su propio cuerpo!

Su voz se llenó de pasión. Se había enterado de la existencia del espíritu corrupto gracias a Filvis, que se había convertido en una criatura. Y debido a eso, había podido contactar rápidamente al espíritu corrupto y traerlo a su lado.

—¡Estaba encantado! ¡No había nada más gratificante! Supe de inmediato que se convertiría en la clave de mi plan, ¡especialmente porque no podemos usar Arcanum aquí!

Después de eso, fue tal como Loki había deducido. Usando a Filvis, Dionysus había hecho contacto con las fuerzas subterráneas del espíritu corrupto, con Levis. Había seguido moviéndose detrás de escena hasta ese fatídico día para llevar a cabo su plan.

—… ¿Por qué estás tratando de destruir a Orario?; Preguntó Loki mientras Dionysus mostraba un deleite exagerado, como un actor actuando en un escenario.

Aunque tuviste que matar a todos tus seguidores. Aunque tuviste que hacer un títere de tu amada. Planeaste la destrucción de Orario mientras sacrificabas todo. ¿Para qué era? Dionysus guardó silencio por un segundo. Su sonrisa se deslizó de sus labios cuando recuperó la compostura.

—Para corregir el reino de los mortales; Respondió. Su rostro retomó la máscara divina de una deidad. —El reino mortal es impuro como lo es ahora. Los dioses y diosas simplemente hacen lo que les place. Es necesario cambiar las cosas, devolver el reino a cómo se suponía que era.

—¿Cómo se suponía que iba a ser…?

—Estoy seguro de que lo sabes, Loki. A diferencia de los aventureros de hoy, los héroes del pasado no recibieron ninguna bendición de los dioses cuando se enfrentaron a los monstruos que emergían del suelo.

Durante los Tiempos Antiguos, antes de que las deidades descendieran al reino de los mortales, los enjambres de monstruos que salían del gran agujero invadieron el territorio de todas las razas, invadiéndolos.

Fue la hora más oscura de la humanidad, cuando fluyó más sangre. Eso era lo que Enyo estaba buscando lograr al destruir a Orario. Se suponía que era un mundo cruel donde los monstruos arrasaban en la superficie.

—Esos valientes héroes no tenían la protección de ninguna deidad, al principio abrumados por monstruos. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, comenzaron a resistir y, finalmente, ¡pudieron hacer retroceder a las grotescas hordas!; La voz tranquila de Dionysus se calentó. — ¡Crecieron! ¡Esos niños! ¡Esos residentes del reino mortal! ¡No negaré que hubo milagros hechos por los espíritus enviados desde los cielos! ¡Pero esos héroes superaron los límites mortales con nada más que su propia fuerza!

—…

—¡Y sin tomar prestado el poder de Falna para desarrollar su potencial! ¡Con su noble sangre, lágrimas y una voluntad inquebrantable, atravesaron esa era de oscuridad!

Eso era cierto. A pesar de que hubo intervenciones de espíritus, los residentes del mundo mortal se habían liberado de la dominación de los monstruos por sus propias manos, robando la tierra que les habían quitado. Al final, habían empujado a los monstruos hasta el gran agujero que fue el comienzo de todo. Y luego habían construido una fortaleza, la predecesora
de Orario, para detener el flujo de monstruos.

—…Sí, es cierto. Los niños de esa época eran realmente monstruosos. Solo grupos gigantes de lo desconocido.

Estas fueron las grandes obras de las personas llamadas “héroes”, un logro lo suficientemente grande como para que incluso los dioses que miraban desde los cielos tuvieran que reconocerlo. Aquellas personas elegidas habían crecido, dado grandes pasos y evolucionado.

Era como una familia subiendo de nivel ahora. Continuaron saliendo de sus caparazones, creciendo para cumplir sus deseos más queridos.

Desde la perspectiva de la era moderna, eran algunos de los Irregulares más increíbles del reino de los mortales. Esa fue la era de los héroes, antes de la llegada de la era de los dioses.

—Eso fue Oratoria—¡puro y sin adulterar! ¡El camino de los niños! ¡Una a la que las deidades deberían tener el máximo respeto! ¡Esa fue la razón! ¡Por eso este reino mortal no necesita deidades!

Estaba hablando del inicio de Dungeon Oratoria, los verdaderos héroes cuyos nombres se habían agregado a esas epopeyas. Para alabar eso, Dionysus estaba hablando grandilocuentemente sobre la destrucción de Orario, sobre la destrucción de Babel, el símbolo del descenso de los dioses al reino mortal.

—¡No me importa si me llamas cruel, farisaica o malvado! ¡Usaré todos los medios necesarios para abrir las puertas del infierno! Para manifestar ese reino de la muerte, para que la vida brille de nuevo, ¡devolveré el mundo a esa era maravillosa! Para restablecerlo todo.

—¡Pondré fin a esta era de dioses!

Esta era una perspectiva que solo podía tener como dios. Para los mortales que disfrutan de la paz en todo el mundo, era incomprensible, un veredicto cruel que maldecirían.

Sin embargo, esa también era una perspectiva divina. Debido a que era una existencia sobrenatural, él amaba a los niños del reino mortal. Era una forma de ágape, el amor supremo de un dios por el hombre que respetaba su brillo puro. Tenía que haber muchas deidades que expresaran una comprensión de ese amor. Y Dionysus lo anunció con una mirada altiva, con
los ojos más claros.

Loki abrió la boca, más segura que nunca.

—Mentiroso.

Cuando la habitación se quedó en silencio, su voz cortó el aire.

—Solo quieres ver a los niños gritando y llorando.

Con sus ojos bermellones abiertos, ella envió una mirada fría al dios.

—Te tomaste la molestia de decorar este lugar con estos murales, ¡prueba suficiente de tu corazón podrido!

Por todos lados, las paredes estaban adornadas con murales antiguos: Gente huyendo de los monstruos. Un mar de fuego. Vidas consumidas enteras. Destrucción y matanza. Rapto y caos.

Una espantosa fiesta de la muerte. Escenas del infierno, del inframundo.

Todos estaban arraigados en una manía salvaje.

Era casi audible si escuchaba con atención: los gritos de la gente que huía sin esperanza alguna, la desesperación y la risa rota de alguien que ya estaba más allá del miedo. En una parte de los murales, había gente bailando en juerga salvaje, rezando a los cielos, mientras que a su lado, otros fueron abiertos por garras y colmillos de monstruos, arrojando una fuente de sangre.

Fue una visión del infierno en la que la gente se perdía en una interminable repetición de gritos y risas. A veces, parecía una ceremonia violenta e intoxicada por la forma en que se entregaban a la carne y el vino.

Loki gritó, señalando que todas las tragedias que se mostraban a su alrededor eran una ventana a la obsesión de quien las había reunido.

Lo único que quieres es ver a los niños corriendo por sus vidas, llorando y gritando, destrozados. ¡Quieres presenciar una orgia!

Ella podía decirlo porque ella también era una diosa. Mirando hacia atrás en las palabras y acciones de Dionysus, en su carácter construido, fácilmente podría descartar su discurso de amor

Dionysus bajó la mirada en silencio mientras Loki rechazaba su respuesta.

—¡Je-je-je-je-je-je-je!

Y luego se apoderó de él un cambio completo.

—Oh, Dios… Supongo que lo has descubierto todo, ¿eh?

Cuando miró hacia arriba, no había rastro del dios aristocrático por ningún lado. Echándose el pelo hacia atrás con la mano, torció los ojos como los de un animal. La espantosa sonrisa que adornaba su rostro transfiguraba sus bellos rasgos, haciéndolos absolutamente repulsivos. Incluso el diablo no podía empezar a compararse con el estar parado ante Loki. Él soltó una
risa espantosa cuando su verdadera naturaleza se reveló. Su disfraz finalmente salió completamente.

—¡Vamos, Loki! ¡Si llegas tan lejos, es aburrido! No sabes nada de mí. No tenemos pasado juntos, ¡pero aun así lo viste todo!

—¡…!

—¡Pero estás en lo correcto! ¡Diste en el clavo! ¡Solo hay una cosa que quiero!

Loki fue asaltada por un odio como nunca antes había sentido cuando vio al Dionysus transformado. Pero él no le prestó atención mientras extendía los brazos y gritaba a los cielos.

—¡Ah, orgía! ¡La fiesta más dulce de la locura!

Su rostro feo parecía intoxicado, deformado. Su cuerpo temblaba de excitación, imaginando la exaltación y el placer que tanto deseaba.

—Aquellos días antes de que florecieran los héroes, ¡cuando el mundo mortal fue invadido por monstruos! ¡Eso fue lo mejor! ¡Sus gritos podrían reventar los tímpanos, llenando el aire mientras todos huían aterrorizados de monstruos espantosos! ¡Mi corazón siempre se aceleró mientras los veía desde los cielos!

Él tenía las mejillas enrojecidas como una doncella enamorada. Sus ojos estaban llenos de éxtasis. Había una lujuria aberrante en sus palabras mientras continuaba su alabanza.

—¿Lo sabías, Loki? ¡Justo después de que los niños débiles y frágiles se liberaran de las ataduras de la razón, se rieron!

—¡¡—!!

—¡Una cantidad devastadora de miedo convirtiéndose en un clímax magnífico, y su mente y alma se liberan! Pueden consumir tanta carne o vino como quieran, ¡pero nada se puede comparar con ese último momento de euforia! ¡Solo puede ocurrir en medio de la sangre y las entrañas traídas por los colmillos y garras de monstruos! ¡Esas jóvenes y encantadoras
ménades ofrecieron sus propios cuerpos en sacrificio, entregándose como ofrenda a mí! Dionysus era un dios degenerado—un dios que se deleitaba en provocar resentimiento y trastorno, en provocar el caos en el mundo virtuoso, en crear una explosión de éxtasis místico.

Era distante e incomprendido, ocupaba un puesto que poco tenía que ver con el orden social.

Al finalmente descubrir su verdadera naturaleza que había permanecido oculta hasta el final, Loki abrió sus propios ojos en estado de shock.

—¡Los gritos enloquecidos de los niños son incluso mejores que el mejor vino!

Aquellos a quienes había declarado arbitrariamente sus ménades eran en realidad solo jóvenes mujeres mortales. Era como si estuviera diciendo que el loco caos creado por esas personas hermosas e inocentes era la verdad última de la realidad. Apretando su mano derecha que cubría la mitad de su rostro, Dionysus se rió. Sus huesos faciales crujieron bajo la presión.

Era un espectáculo demasiado siniestro.

—¡Pero ese paraíso llegó a su fin con la llegada de la era de los dioses!; En un arrebato de pasión, él expresó su descontento. —¡Todo es culpa de Ouranos! ¡Porque ese viejo dios hizo un trato secreto y selló el agujero, el alboroto de los monstruos, ese paisaje infernal terminó!

¡Mi orgía desapareció!

—… Por eso viste a Ouranos como un enemigo, ¿eh?

—¡Tienes toda la razón! ¡Ese viejo de mierda todavía ofrece oraciones…! ¡Gracias a él, nunca podría estar satisfecho! ¡Incluso en los cielos! ¡Él siempre se interpuso en mi camino!

Sus dedos rasgaron su cabello mientras escupía esas palabras con desdén. Era la imagen misma de un dios tonto y egoísta interesado sólo en su propio placer. Sus palabras albergaron este frenesí resuelto.

La imagen del dios justo que les mostró a los niños de ese tranquilo
vecindario no se veía por ningún lado.

Pero al mismo tiempo, Loki entendió que esos eran los verdaderos sentimientos de Dionysus.

Sus repetidas advertencias sobre Ouranos y la hostilidad general hacia el viejo dios cuando había estado borracho se basaban en su verdad, la oscuridad profunda en su corazón. De hecho, la hostilidad no empezó a hacerle justicia. La verdad es que Dionysus detestaba a Ouranos con una rabia homicida.

—Ah, hablando de los cielos. Hestia también se interpuso en mi camino. Esa estúpida diosa…

Después de trabajar tan duro para atraer a los otros dioses a una pelea asesina y crear una orgía en los cielos…

—¡Gh…!

—Pero… eso podría haber sido lo mejor. Si ella no me hubiera detenido, me habría consumido
el asesinato y no habría podido controlarme.

Él estaba callado, como si recordara el pasado lejano, pero duró solo un segundo. Sus ojos llamearon, adquiriendo una nueva furia.

—¡¿Un juego?! ¡¿Que juego?! No importa cuánto traté de matarlos, ¡se siguen riendo hasta el final! ¡Las deidades son seres degenerados que no pueden sentir miedo ni desesperación! ¡Ustedes, bastardos, nunca podrían experimentar una verdadera orgía!

En sus ojos, el mundo de Dionysus siempre era gris. Siempre parecía bloqueado por un obstáculo enorme.

Le pareció algo desagradable, algo insatisfactorio, algo malo. Y debido a eso, traería el infierno al reino de los mortales y crearía una nueva orgía.

—… Entonces básicamente, no pudiste comenzar un festín de locura en los cielos, ¿así que trataste de recrearlo en el reino mortal?

Los monstruos que fluían sobre el suelo y la mano del espíritu corrupto eran lo que estaba más allá de la destrucción de Orario. Ese era el verdadero objetivo de Dionysus. Estaba deformando el reino mortal por el bien de sus propios deseos. Era de esperar de las obras de un Dios maligno.

—¿Por eso tomaste este camino fácil?

—¿Camino fácil? ¿Me tomas por tonto, Loki? Si me equivoco aunque sea un poco y uso mi Arcano, entonces simplemente terminaría como si nunca hubiera sucedido, entre las otras deidades y la capacidad del mundo para arreglarse, incluso si la tierra aquí fuera arrasada.

—…

—Si quisiera lograr mi objetivo usando solo el poder disponible para mí, entonces por extensión, tendría que deshacerme de todos los demás dioses además de mí.

Haciéndolo imposible. La mente de Dionysus estaba torcida, pero estaba completamente tranquilo y racional en su razonamiento. No podía intervenir directamente como Dios. Por eso tuvo que usar solo elementos que existían en el reino de los mortales y manipular las cosas detrás de escena. Tenía que provocar la destrucción siguiendo todas las reglas del mundo.

—Déjame hacerte una última pregunta.

Loki había estado en silencio por un minuto antes de finalmente pedir algo para aclarar el fragmento de duda restante escondido en un rincón de su corazón.

—Se trata de lo que dijiste cuando estábamos en la tumba donde fueron enterrados tus hijos.

¿Fue esa disculpa… una mentira también?

—“De vez en cuando, vengo aquí para no olvidar este sentimiento”.

—“Una disculpa. Nada mas.”

Ella hablaba de cuando había visitado el Cementerio de los Aventureros con Lefiya, Filvis y Dionysus. Dionysus había depositado flores en las lápidas de sus seguidores y ofreció una disculpa. Loki no había dudado de su promesa.