Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 12

Prologo: Cumpleaños

“Cumpleaños de… ¿Nephy?”

La totalidad del castillo se sacudió violentamente debido a la confusión interna de su señor.

Un residente gritó: “¡Eek! ¡Lo siento mucho, mi señora…! ¿Eh?” mientras se levanta de la cama.

Otro murmuró: “Hm, parece que hoy será un día ruidoso”, mientras reajustaba el horario de cocción.

Un tercero dijo: “Gracias a Dios, la señorita Gremory está de viaje de negocios”, con un suspiro de alivio.

Zagan se sentó en el centro del temblor, frente a una antigua alta elfa en su sala del trono… es decir, la Archidemonio Orias.

“Oh, parece que realmente no lo sabías”, dijo con una sonrisa preocupada.

“Orias, permíteme hacerte una pregunta”, dijo Zagan, mientras se limpiaba tímidamente el sudor frío de la frente. “¿Podría ser que en la sociedad normal, exista algún tipo de costumbre de celebrar cumpleaños?”

La sonrisa de la antigua Archidemonio de repente se transformó en una mueca de dolor.

“Oh… Bueno, supongo que debería haber comenzado desde allí. Perdón.”

“Quiero decir, no es que sea completamente ignorante. Al pensar en mis viejos tiempos como un niño abandonado, puedo decir que definitivamente he visto algo un poco así antes”.

De vez en cuando, Zagan había visto a ciertos niños recibir pan o chatarra al azar que podía venderse por una suma razonable de dinero sin mucha explicación. Incluso cuando les preguntó a los demás por qué, nunca le respondieron y solo hicieron muecas como para decirle que lo averiguara.

Mirando hacia atrás en esos días ahora, definitivamente habían sido cumpleaños. Sin embargo, en su mente, tales ocasiones venían de la mano de recuerdos claramente amargos, razón por la cual se enfrentó a una gran crisis.

¿Cómo se celebra exactamente un cumpleaños?

Zagan ni siquiera sabía la fecha de su propio cumpleaños, por lo que nunca había tenido la oportunidad de celebrar, ni nadie lo había celebrado por él. La forma en que los desamparados hacían las cosas no podía usarse como referencia en absoluto. Lo máximo que pudo decir de ellos fue que era típico dar algún tipo de regalo.

“No te preocupes”, dijo Orias asintiendo, leyendo la inmensa sensación de confusión que recorría la mente de Zagan. “No es tan complicado. Simplemente ofrece palabras de felicitación junto con un regalo”.

“¿E-Es eso realmente suficiente? El día que nació Nephy es el día más bendecido del mundo, ¿no es así?”

Orias entrecerró los ojos agradablemente al escuchar eso y respondió: “Creo que mi hija está verdaderamente bendecida de que la tengas en tan alta estima”.

“No me tomes a la ligera, Archidemonio Orias. Te prometí que haría feliz a Nephy. Y te aseguro que apenas he comenzado mi trabajo”, declaró Zagan con toda la majestad de un Archidemonio.

Por alguna razón, Orias se cubrió la cara con ambas manos. Parecía que las puntas de sus puntiagudas orejas estaban teñidas de rojo un poquito.

“¿Por qué estás desviando tu mirada?” Preguntó Zagan.

“Ustedes dos son demasiado deslumbrantes…” murmuró Orias. Luego, se golpeó el pecho varias veces para tratar de calmar su corazón antes de recomponerse. “El cumpleaños de mi hija es el veinticuatro de Arnaki”.

Arnaki fue el cuarto mes del año. Actualmente era el comienzo del tercer mes, Thalassa, por lo que había mucho tiempo para prepararse. Aun así, escuchar que ella nació en ese día específico hizo que los ojos de Zagan se abrieran en estado de shock.

“El vigésimo cuarto de Arnaki… ¿Estás seguro?” preguntó. “Uh, ¿sí? ¿Te pasa algo?”

Zagan se rascó la cabeza, encontrando algo difícil de responder, antes de decir: “Ese es… el día en que Nephy y yo nos conocimos”.

O, bueno, el día que la compré…

En retrospectiva, le pareció desconcertante que Nephy se hubiera enamorado de un hechicero que se había gastado toda su fortuna comprándola.

“¿Qué…? ¿En serio?” Orias preguntó con asombro. “Sí.”

“Entonces tal vez ya hayas cumplido tu promesa”, dijo con una sonrisa amable.

“¿En qué sentido…?”

“En la mente de mi hija, el día que te conoció es el día más feliz del mundo”.

Zagan sintió que su rostro se ponía más caliente al escuchar esas palabras inesperadas.

“Un Archidemonio no debería estar soltando palabras tan frívolas. Um, quiero decir… incluso yo me avergüenzo a veces,” murmuró.

“¿Eh? Ooh… ya veo”, dijo Orias, aunque hizo una mueca como si dijera que se lo estaba contando demasiado tarde; no es que Zagan tuviera la compostura para ver eso, por supuesto. Luego, de repente, se cruzó de brazos de manera preocupada.

“¿Qué ocurre?” Preguntó Zagan.

“Hablando del cumpleaños de mi hija, me pregunto cuándo nació Nephteros”.

Nephteros, la elfa oscura que ahora se consideraba la hermana pequeña de Nephy, era en realidad el clon de Nephy. Como homúnculo, era poco probable que tuviera un cumpleaños específico. Sin embargo, a pesar de todo eso, Zagan negó con la cabeza como si no fuera gran cosa.

“Ella es la gemela idéntica de Nephy. ¿No es razonable que compartan el mismo cumpleaños?” él dijo.

“Sí tienes razón. Vayamos con eso. Su cumpleaños es el veinticuatro de Arnaki”.

“Sí.”

Incluso cuando Zagan estuvo de acuerdo, nubes oscuras envolvieron su corazón.

Un cumpleaños… Pero con el tiempo que le queda…

Enfrentado a la imperiosa necesidad de resolver el problema de Nephteros antes de su cumpleaños, Zagan extrañamente sintió algo cercano a la ansiedad. Este fue el punto de partida del incidente que se avecinaba.