Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 12

Capitulo 2: Cuando Las Lloronas Se Atraen, Todos Los Demás Lo Tienen Difícil

Parte 3

Sus rasgos eran extremadamente similares a los de Nephy. Tenía orejas puntiagudas como un elfo y su cabello era plateado. Sin embargo, en contraste con Nephy, sus ojos eran dorados y su piel oscura. Se había establecido en la iglesia, pero en realidad no formaba parte de ella, por lo que permaneció vestida como una hechicera. La mujer ahora se consideraba la hermana pequeña de Nephy, pero en realidad era su clon.

“Es inusual que tengas negocios conmigo, hermano mayor. ¿Paso algo?”

“Sí…” dijo Zagan mientras acompañaba a su cuñada a la plaza frente a la iglesia y la sentaba en un banco. “Hay algo importante que necesito decirte. Esto puede ser algo duro de escuchar para ti, pero… ”

Nephteros se puso rígido. Sin embargo, tal vez habiéndose dado cuenta de esto ya levemente, no le tomó tanto tiempo prepararse.

“Okay… Déjame escucharlo. ¿Qué le está pasando a mi cuerpo?” ella preguntó.

Zagan respiró hondo y luego dijo con voz clara: “Nephteros. Vas a morir en unos meses más”.

Tal era el problema que Zagan se había estado devanando los sesos hasta el punto de que tuvo que dejar en suspenso los pensamientos sobre la celebración del cumpleaños de Nephy.

***

Sin forma de saber la angustia que Zagan estaba experimentando, Lilith se encontró en un dilema completamente diferente dentro del Palacio Archidemonio. Nephy y Foll tampoco parecían desinteresados en la pregunta de Naberius. No la miraban a los ojos, sino que la escuchaban con mucha claridad y atención.

Reinaba el silencio. Lilith, por supuesto, tenía derecho a guardar esto para sí misma, pero su corazón no era capaz de soportar la presión de la novia y la hija de un Archidemonio, otro Archidemonio y la vampira que servía como protector de su hogar.

Sí, incluso Alshiera, que había fingido desinterés, estaba bastante interesado en el asunto. Ella nunca pensó que ese chico se convertiría en un Archidemonio. Honestamente, se sorprendió bastante cuando se reunió con Furcas dentro de la barrera. Sus caminos se habían cruzado hace quinientos años, y aquí él había reaparecido ante ella con el Sello del Archidemonio en su poder.

Alshiera se sintió algo abatida porque no la recordaba. Incluso si se pudieran ver seres longevos como los hechiceros en todas partes, reunirse con alguien después de varios siglos era un evento raro.

Y ahora, ese chico estaba tratando de seducir a su lindo cervatillo. No había forma de que ella estuviera desinteresada. Tal presión de grupo podría aplastar a los débiles de corazón, sin embargo, Lilith exprimió sus palabras entre respiraciones entrecortadas.

“Ummm… Uhhh… no he… respondido… todavía…”

“Oh vaya. ¿No es de tus gustos?” Preguntó Naberius, con los ojos muy abiertos mientras actuaba descaradamente como si esto lo sorprendiera.

“No, eso no es…” murmuró Lilith, jugueteando con los dedos todo el tiempo.

“¿Odias a los hechiceros?” Preguntó Foll, inclinándose hacia adelante en su asiento.

“¡N-No! La gente del castillo son todos hechiceros, y son mucho más amables de lo que he oído. No tengo ese tipo de prejuicios…”

Bueno, el señor de dicho castillo pasaba todos los días preguntándose cómo podría llevarse bien con Nephy a pesar de declarar que ella era su novia. Ser testigo de algo así a diario haría que incluso los hechiceros más cansados recordaran su humanidad.

“Entonces, ¿es su edad, entonces?” Preguntó Nephy. “Um, he oído que Lord Furcas es mucho mayor de lo que parece”.

“¿Eh? ¿Es así de viejo?” Preguntó Lilith.

“¡Oh! ¡No! Por favor, olvide que alguna vez dije algo”.

“¡¿Qué?!”

Esto preocupó a Lilith aún más. Nephy se tapó la boca con ambas manos y desvió la mirada. Ella era bastante mala guardando secretos, así que esto era de esperarse. En cualquier caso, ¿qué era exactamente lo que Lilith encontraba inadecuado de él? No parecía que pudiera soportar más preguntas.

“¡Um! Quiero decir…” murmuró Lilith antes de que nadie más pudiera decir algo. “Realmente no sé qué hacer… cuando de repente me dice que me ama…”

Esta doncella inocente con las mejillas enrojecidas era en realidad una súcubo que reunía vitalidad al mostrarles a otros sueños obscenos. También resultó ser la princesa de todas las súcubos que se jactaba de tener la mayor fuerza entre su gente.

Bueno, me sentiría mal si seguimos presionando el tema.

Ahora que había visto algo tan agradable, Alshiera decidió que ya era hora de mediar. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Lilith continuó en silencio.

“Además… yo no soy a quien realmente ama”.

Alshiera frunció el ceño, incapaz de leer las verdaderas intenciones detrás de esas palabras. Era prácticamente imposible para Furcas estar enamorado de alguien más dado su estado actual.

“Lady Alshiera,” susurró Nephy, inclinándose hacia su oído. “Lilith vio ese sueño en el barco”.

Alshiera parpadeó un par de veces confundida, incapaz de entender lo que eso significaba, luego se dio cuenta.

¿Todavía se aferra a esa pesadilla de hace quinientos años con tanto celo?

En ese entonces, cierto incidente había unido a Alshiera y Furcas. Habían actuado juntos en ese momento, pero nunca se reunieron.

Ella lo recordaba de vez en cuando, solo preguntándose qué tipo de vida había vivido después de eso, pero nunca había intentado buscarlo. Ella ya había jurado no involucrarse con los vivos, y el tiempo que tenían en este mundo como vampiro y humano era demasiado diferente, de todos modos. Sin embargo, este fue un asunto diferente para Furcas.

El hecho de que hubieran visto ese sueño significaba que era su último recuerdo. En otras palabras, tenía tanto peso en su vida. Alshiera se levantó de su asiento y se paró frente a Lilith, presionando sus palmas contra sus mejillas.

“Lilith, te equivocaste”, dijo. “Eres la única en el corazón de Furcas en este momento. Es demasiado triste para ti dudar de eso”.

Sin embargo, Lilith negó con la cabeza, luego miró directamente a los ojos dorados de Alshiera y dijo: “No viste lo que hice… Pasó toda su vida persiguiéndote”.

“Oh, ya lo entiendo”, intervino Naberius asintiendo con la cabeza. “Supongo que eso te molestaría, ¿no?”

“¿No puedes actuar como si lo supieras todo?” Respondió Alshiera, mirando al Archidemonio.

“Oh vaya. Quizás eres la única que no lo sabe “, dijo bromeando antes de continuar como si cantara una canción. “El Gato del Valle. El mayor maestro del mundo de los saltos por el espacio. No había tierra en la que Archidemonio no pudiera pisar. Y el último desafío que asumió fue atravesar la barrera alrededor del mundo. Sin embargo, al final, fue víctima de la desesperación”.

“¿Desesperación…?” Repitió Alshiera.

“Sí. Se desesperó por cómo no había podido encontrar lo que estaba buscando, a pesar de que ya había recorrido el mundo entero. Se desesperó por cómo había olvidado lo que estaba buscando para empezar. Aunque, honestamente, nunca pensé que lo serías”.

Furcas había buscado a Alshiera hasta que todos sus recuerdos y emociones se habían hecho añicos. Esas palabras apuñalaron el corazón de Alshiera.

“Ya veo… Entonces fui yo quien lo mató, ¿eh?”

Si me hubiera quedado a su lado hasta el final, nada de esto habría sucedido.

Ella había tenido la intención de no involucrarse con los vivos, pero terminó tratándolo mucho más brutalmente de lo que podía imaginar. Ahora tenía un pecado más que cargar antes de desaparecer, pero esa era exactamente la razón por la que tenía que ser así.

Alshiera agarró la mano de Lilith y dijo: “En ese caso, ahora que finalmente ha encontrado un nuevo amor, me gustaría que le respondieras correctamente”.

“¿Estás realmente bien con eso, Alshiera?” Preguntó Lilith. “Nunca tuve la intención de aceptarlo…”

Cuando se separaron en ese barco, supo que él la había llamado. Sin embargo, Alshiera no se había dado la vuelta. Como resultado, Furcas lo había perdido todo. Su pasado no se podía cambiar. Sin embargo, su futuro era un asunto diferente.

“Puedes rechazarlo. Puedes aceptarlo. En cualquier caso, me gustaría que le dieras una respuesta adecuada”.

Presionar lo que no había hecho con los niños parecía extremadamente egoísta e irresponsable de su parte, pero ese chico finalmente pudo mirar hacia el futuro ahora. El precio por eso fue perder todos sus recuerdos, lo que era una carga demasiado pesada, pero al menos finalmente estaba libre. Independientemente, Zagan había asumido el papel de cuidarlo. Mientras Furcas no lo traicionara, Zagan nunca lo abandonaría.

“Un nuevo amor…” murmuró Lilith.

“Sí. La gente se enamora. Hay momentos en los que no se puede realizar, pero eso no significa que no se les permita encontrar un nuevo amor, ¿verdad?”

Eso dijo, pero Alshiera lo encontró muy inconsistente con su propia experiencia. A pesar de vivir mil años, nunca olvidaría a su único amor.

¿Era realmente posible encontrar otro? El amor era una cosa de una sola vez en su mente. Una vez fue más que suficiente. Pero esa era también exactamente la razón por la que quería afirmar al chico que había encontrado su próximo amor.

“Okay. Lo pensaré bien “, dijo finalmente Lilith asintiendo. “Gracias.”

Alshiera estaba segura de que esto causaría mucha preocupación a Lilith. Sin embargo, la forma en que la súcubo asintió con firmeza a su pedido fue tan absolutamente hermosa.

***

Llegado la noche, después de salir de la iglesia, Zagan se quedó en Kianoides y se fue a una taberna. Era raro verlo solo con una expresión tan sombría en su rostro, meditando en silencio, lo que hizo que la gente del pueblo se diera cuenta una vez más, por primera vez en mucho tiempo, de que este hombre era un Archidemonio. Como resultado, nadie intentó hablar con él.

Zagan le había contado todo a Nephteros. Había tratado de no sorprenderla tanto como pudo, pero hace solo un año, ni siquiera había entendido el concepto de ser considerado. No estaba claro qué tan bien se habían transmitido sus intenciones.

“Nephteros. Vas a morir en unos meses más”.

Al parecer, ya había tenido una vaga noción de esto, ya que no parecía terriblemente conmovida por la noticia en sí. Sin embargo, no había aprobado el plan de Zagan para resolver el asunto. No se puede hacer mucho al respecto. Zagan era un Archidemonio, un rey entre los hechiceros. Cualquier resolución que tuviera que ofrecer implicaba hechicería. Habiendo nacido de la hechicería, para empezar, era muy difícil para ella aceptar tal cosa.

Nephteros es mi cuñada. Debo salvarla…

Tales pensamientos impulsaban a Zagan, pero mantenerla con vida a través de un medio que no deseaba no podía llamarse salvarla. Eso sería imponerle sus propias creencias, que era algo que Zagan más despreciaba en el mundo.

Por supuesto, también existía la opinión de que algún día podría salvarse mientras sobreviviera. Pero en opinión de Zagan, tal punto de vista era simplemente una forma de hacer frente a tiempos difíciles. No era una justificación para prolongar la vida de alguien obligándolo a tomar medicamentos que no quería. Por eso se quedó angustiado por el problema.

No tengo forma de salvarla.

¿Cómo podría celebrar el cumpleaños de Nephy en tales circunstancias? Dejó intacta la bebida que le habían traído, completamente sumergido en sus propias penas, cuando un idiota se sentó frente al Archidemonio sin preguntar.

“Piérdete, Barbatos. Estoy de mal humor.”

Sentado frente a él había un joven con el mismo rostro de aspecto enfermizo de siempre, realzado por las grandes bolsas debajo de los ojos que hacían parecer que no había dormido durante varios días. Tenía muchos amuletos colgando de su cuello, una túnica gastada y cabello descuidado. Este era uno de los antiguos candidatos Archidemonio y el amigo no deseado de Zagan, Barbatos.

Zagan no pudo ocultar la irritación en su voz cuando una grieta corrió por el cristal frente a él. No estaba exudando suficiente presión para matar directamente a los débiles de corazón, pero probablemente los dejaría inconscientes. La camarera, que había estado esperando la oportunidad de tomar su pedido, jadeó, pero no se derrumbó. Ahora que la miraba, se dio cuenta de que era la misma chica que se había desmayado cuando conoció a Raphael.

La ira de Zagan podría considerarse un ataque, pero su sombrío amigo ni siquiera se inmutó, tomando el vaso roto en la mano. El hielo del interior se había derretido por completo. Barbatos tragó su contenido de una sola vez, luego golpeó el vaso frente a Zagan, haciéndolo añicos.

“Como si me importara una mierda tu estado de ánimo”, dijo Barbatos. “¿Quieres que te ma—?”

Esta vez Zagan habló con clara intención asesina, pero Barbatos fue quien lo agarró por el cuello, volteando la mesa. El silencio dominaba la taberna.

“¡¿Qué pasa con tus quejas a medias?! ¿Quieres pelear? ¡Entonces hazlo como si realmente te importara una mierda!” Barbatos gritó, luego escupió con rabia. “¡¿Por qué demonios te ves tan malditamente deprimido?! ¡¿Estás enojado porque la elfa rechazó tu estúpida idea?!”

Zagan parecía intimidado por las palabras inesperadamente sencillas que salían de la boca de este hombre. Era el hechicero conocido como Purgatorio, capaz de aparecer en cualquier lugar a través de las sombras. Por supuesto, había escuchado la conversación de Zagan con Nephteros.

“Entonces, ¿puedes salvarla?” Preguntó Zagan, rechinando los dientes.

“¡Hah! ¿Por qué diablos tengo que salvar a esa mujer altiva? Eso es lo que quieres, no yo”.

Tenía un punto perfectamente razonable. Zagan era quien deseaba salvar a Nephteros cuando ni siquiera la persona en cuestión lo hacía. Estaba loco por pedir ayuda a este hombre.

“Te lo ruego, hombre… Tú eres el que me encendió y todo”, continuó Barbatos, hundiendo los hombros. Había un tono de súplica en su voz, como si todo su enojo de antes hubiera sido una mentira. “¡Ni siquiera sé si está bien celebrar su cumpleaños o no, y aquí estás deprimido como si ni siquiera importara!”

La tensión en la taberna se disipó en un instante. Los clientes volvieron a sus asientos, volvieron a pedir comida y bebida y mantuvieron conversaciones amistosas. El miedo que tenían por el Archidemonio se había reducido a miradas tibias observando a un joven en crecimiento. Había algo en esto que no le sentaba bien a Zagan, pero ni siquiera había tenido la intención de asustarlos, así que simplemente aguantó antes de volverse hacia Barbatos.

Ah, entonces este tipo vino aquí para pedir consejo sobre el cumpleaños de Chastille…

Bueno, después de avivar tanto las llamas, tenía sentido que le molestara ver a Zagan actuar como si no le importaran las celebraciones de cumpleaños en absoluto. En realidad, al ver el rostro afligido de Barbatos, estaba claro que solo tenía a Chastille en su mente. No le importaba lo más mínimo Nephteros. Qué terrible ser humano.

Pero supongo que estoy en el mismo barco.

Zagan solo estaba tratando de salvar a Nephteros para poder disfrutar al máximo del cumpleaños de Nephy. Por supuesto, no tenía intención de abandonar a Nephteros, pero Nephy seguía siendo una prioridad para él. Estos dos hombres eran los peores hechiceros, el colmo del egoísmo, pero como resultado, estaban de acuerdo en que Nephteros tenía que ser salvada.

Zagan dejó escapar un pequeño suspiro, girando su dedo en el aire para representar la hechicería. La mesa volcada y los cristales rotos volvieron a ser como estaban, como si el tiempo se hubiera rebobinado. Afortunadamente, el vaso todavía estaba vacío, por lo que no había necesidad de preocuparse por desechar el contenido. Después de eso, llamó a la camarera.

“Brandy.”

“Cerveza. Además, carne ahumada y queso”, agregó Barbatos. “Vas a pagar por eso tú mismo…”

Y justo cuando volvieron a sentarse a la mesa… “Tee hee. Y me gustaría un poco de vino”.

Zagan y Barbatos se volvieron hacia la dulce y familiar voz. Antes de que se dieran cuenta, una joven que parecía completamente fuera de lugar en una taberna se sentó con ellos. Colocó otra silla a su lado, donde sentó su espeluznante muñeco de peluche. Aparentemente, era mucho más pesado de lo que parecía. La silla, e incluso el suelo debajo de ella, crujieron bajo la presión.

“¿Qué demonios estás haciendo aquí?” Preguntó Zagan.

Después de enterarse de su lamentable pasado y saber que no podría salvarla durante esa pesadilla, sintió un gran alivio cuando alguien más la había salvado. Sin embargo, todavía no podía adivinar lo que pasaba por su mente y era malo tratando con ella. Además, esta vampira era peor que Zagan al leer el estado de ánimo. En una situación tan grave, grave para la gente de aquí, al menos, no quería verla.

Alshiera se encogió de hombros, fingiendo ignorancia, antes de decir sombríamente: “También estoy al tanto de las circunstancias de Lady Nephteros”.

Después de estar a su lado durante un mes, era natural que Alshiera hubiera notado la irregularidad. Sin embargo, Zagan se mantuvo en guardia. Sería problemático si las cosas se complicaran aún más.

“Todavía no sé por qué Nephteros pesa tanto en tu mente”, dijo.

Esta chica solo se movió cuando involucró a los descendientes directos del Rey de Ojos Plateados o Azazel. Nephteros estaba más estrechamente relacionada con Azazel, por lo que en realidad era alguien que Alshiera debería haber deseado morir.

Y, sin embargo, Alshiera respondió con un susurro compasivo, diciendo: “Incluso yo no puedo evitar simpatizar con una chica tan pura y directa”.

Zagan estaba a punto de replicar, pero, curiosamente, no se sentía como si estuviera mintiendo. Al notar su mirada perpleja, Alshiera elaboró un poco más.

“De hecho, tenía la intención de no ser más que un mero espectador, pero la situación ha cambiado un poco”.

Solo podía imaginar tiempos turbulentos por venir cuando esta vampira estuviera involucrada.

“Bien, entonces”, dijo Zagan con un bufido, manteniéndose cauteloso con ella. “Ahora que estás aquí, haré que me prestes tu maldita ayuda”.

Este fue el momento en que estos tres, que habían vivido vidas completamente ajenas al acto de celebrar cumpleaños, formaron una alianza para salvar a Nephteros con el propósito exacto de celebrar el cumpleaños de otros. En cualquier caso, Zagan había estado completamente perdido por su cuenta, por lo que agradecía cualquier consejo.