Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 12

Capitulo 2: Cuando Las Lloronas Se Atraen, Todos Los Demás Lo Tienen Difícil

Parte 1

“¡Mi nombre es Asura! ¡Brazo del Maleficio Asura! ¡El Héroe de Occidente, Asura! ¡Grábalo en tu mente!”

Eso fue lo que exclamó el chico mientras se me revelaba. Nunca lo había visto antes. Era un humano con cabello escarlata y ojos carmesí, lo que significaba que era un grigori. Eran bastante comunes entre el equipo de Solomon. Eran personas bastante trágicas que fueron utilizadas como herramientas por los serafines.

En este mundo, donde todas las personas menos los serafines eran indeseables, la atención de los serafines no convertía al grigori en un símbolo de envidia. Eran herramientas desechables. Los serafines los mataron sin ninguna tontería o razón en particular. Eran solo juguetes para jugar.

Nacidos bajo la dirección de los serafines, ni siquiera tuvieron la opción de huir como todas las demás razas. A los que habían sobrevivido tanto tiempo se les concedió la vida, sin excepción, a costa de otra. En ese sentido, se podría haber dicho que eran la raza que más odiaban los serafines.

El chico grigori se puso de pie en una postura imponente, bloqueando mi camino y mirándome con ojos esperanzados. Después de varios segundos de estar parado allí en un confuso aturdimiento, me di cuenta de que aparentemente se estaba presentando a mí.

Me resultaba un dolor tremendo recordar nombres y rostros. Quiero decir, incluso si tratara de recordar, todos desaparecieron bastante rápido. Por lo tanto, hice todo lo posible para desviar la mirada y pasar junto a él. Todavía estaba cargando a Murdock. Era pesado y tuve que mantenerlo, así que estaba bastante ocupado.

“¡Oye, espera! ¡¿Por qué me ignoras?!”

Se aferró a mí con los ojos llorosos. La mayoría de la gente entendió cuando los ignoré y no traté de hablar conmigo, por lo que su reacción fue bastante inesperada.

Tras una inspección más cercana, noté que parecía tener unos catorce o quince años. Quizás ese comportamiento tenía sentido para un niño. Dejé de caminar y me di la vuelta con una mirada extremadamente disgustada en mi rostro. El chico me miró fijamente por un momento, luego se puso de pie con vigor e hinchó el pecho.

“Heh. Eres el as en estas partes, ¿no? Bueno, soy el hombre que masacró a los serafines del oeste. ¡Llevémonos bien como compañeros líderes!”

Le di un asentimiento que fue acompañado por un suspiro de comprensión. Los recién llegados aparecían aquí de vez en cuando. Tenían a decir cosas inexplicables cuando los impulsaba la euforia de saber que iban a luchar contra serafines, por lo que su acto no me sorprendió en lo más mínimo.

Habiendo dicho eso, yo todavía era un niño. No tenía ninguna razón para vivir salvo un ardiente deseo de venganza. No era una persona tan notable como para despreciarlo por su emoción. Como tal, le di la mínima cortesía de un leve asentimiento—algo de lo que Orobas y Solomon nunca se quitaron de encima—y giré sobre mis talones.

“¡Oye! ¡Al menos dime tu nombre!”

No pude responderle en el acto. Sin embargo, esto no se debió a que lo encontrara problemático. Simplemente no podía recordar mi nombre. Solomon y mi hermano mayor me llamaban Ashy, pero eso no era más que un apodo. Tenía un nombre propio de algún tipo, pero por alguna razón, no podía recordarlo.

Aun así, no supuso una gran diferencia. Si alguien me necesitaba, simplemente podía decir “Oye” o “Estás ahí”. Todos murieron eventualmente mientras luchaban contra los serafines, de todos modos. Si tuviéramos que enterrar a cada uno de los difuntos y grabar sus nombres en lápidas, probablemente llenarían todo el continente hasta el límite de su capacidad.

No estaba seguro de cómo interpretó el chico mi reacción. Todo lo que sabía era que de repente había una expresión de extrema tristeza en sus ojos. Probablemente pensó que lo estaba ignorando. Bueno, estaba acostumbrado a que la gente pensara de esa manera. Era consciente de lo poco que pensaba en cooperar. Y, sin embargo, el niño bajó la cabeza como si hubiera cometido un error irremediable.

“Lo siento…” dijo, luego se rio con una mirada preocupada. “Entonces, ¿qué tal esto? Cuando vuelva con vida después de la próxima salida, dígame su nombre. ¿Eso servirá?”

El chico me dejó atrás sin siquiera esperar mi respuesta. Después de eso, regresó de la siguiente batalla tal como lo había declarado con tanto orgullo. Terminé teniendo que depender de Orobas para recordar mi propio nombre. Entonces se convirtió en un hábito para este chico hacerme demandas arbitrarias cada vez que peleaba con los serafines.

Cuando regrese, coma conmigo. Cuando vuelva, dime qué te gusta.

Cuando vuelva, déjame escucharte cantar. Cuando regrese… Cuando regrese…

Al principio, encontré todo el asunto desagradable, pero finalmente, me acostumbré y desde entonces todos los sentimientos de descontento se habían desvanecido. El chico era ciertamente fuerte. El grigori se jactaba de tener una gran fuerza por naturaleza. Sus heridas sanaron rápidamente y, por encima de todo, un solo golpe de su Brazo del Maleficio rompió la barrera de un serafín con la misma facilidad que los Cazadores de Serafines.

De hecho, era mucho más fuerte que yo, ya que solo podía disparar a mis objetivos desde una distancia segura. Parecía que no iba a desaparecer de mi vida. Al igual que Solomon y mi hermano, parecía que seguiría luchando con nosotros. Cuando empecé a creer eso, terminamos yendo a la batalla con uno de los grandes serafines.

Gran Serafín Camael.

En general, los serafines tenían un par de alas hechas de luz que brotaban de sus espaldas. Estos se llamaron Alas de Maleficio. También eran la verdadera naturaleza de la barrera de un serafín. Dos alas ya les daban poderes similares a los dioses, pero los serafines altos tenían seis alas.

Cada ala de maleficio adicional aparentemente multiplicó sus poderes en gran medida, mucho más que el doble por ala. Con seis de ellos, un serafín superior estaba en un nivel mucho más allá de tres serafines regulares de dos alas.

Mi papel era destruir al menos tres de las alas del serafín antes de que Camael acabara con la vanguardia. Esto seguramente conduciría a muchos sacrificios. La vanguardia estaba siendo apoyada por ese chico, por Asura.

A pesar de las probabilidades, confiaban en que podrían aguantar durante treinta segundos. Aun así, fue muy poco tiempo para romper tres Alas de maleficio. Si fallaba un solo disparo, seguro que todos morirían. Además, el serafín obviamente no iba a quedarse quieto y ofrecerme la toma perfecta.

Cuando comenzó la batalla, alineé desesperadamente mis miras y apreté el gatillo. No tenía sentido sobrevivir. Siempre soñé con luchar, luchar, dejar una sola marca de garra en un serafín y luego morir. Pero en ese momento supe que no podía morir. Sabía que no podía morir hasta que cumpliera mi papel. Por lo menos, Asura y sus guerreros estaban arriesgando sus vidas, confiando de todo corazón en que rompería esas alas.

Disparé un ala, y aprovechando la agitación del serafín, alineé un segundo tiro y disparé. Con dos alas desaparecidas, incluso el gran serafín tuvo que comenzar a realizar maniobras evasivas. Una vez que un serafín se centró por completo en esquivar, su movimiento superó con creces la percepción humana. Era imposible hacer frente a esto a corto alcance, por lo que teníamos que lidiar con ellos a través de francotiradores de largo alcance.

El gran serafín derribó a mis camaradas uno tras otro. El sudor comenzó a empapar mis palmas mientras agarraba a mi Cazador de Serafín. Mi dedo tembló sobre el gatillo. Sin embargo, me quité el pánico respirando profundamente.

Está bien. Puedo hacerlo, me tranquilicé. El gran serafín era rápido, pero no se había desvanecido por completo. Simplemente tenía que predecir la trayectoria de mi objetivo.

Disparé un tercer tiro. Una tercera ala se hizo añicos. Habían pasado veinte segundos. Sin embargo, después de hacer tres disparos desde el mismo lugar, había atraído la atención del gran serafín. Un solo golpe del ataque de un serafín podría destruir fácilmente una pequeña aldea. Ese era el caso de uno con dos alas de maleficio, por lo que un gran serafín con tres podría desencadenar devastación en una escala completamente diferente. No tenía esperanzas de huir a un lugar seguro.

Las tres alas restantes en la espalda del gran serafín irradiaban luz mientras sostenía una lanza luminiscente en alto. Había mil metros entre nosotros. El Cazador de Serafín tenía una velocidad de salida de 853 metros por segundo, lo que significaba que una bala tardaría poco más de un segundo en alcanzar mi objetivo. Por el contrario, esta lanza de luz borró su objetivo en el instante en que fue liberada.

Sería aniquilado cuando mi bala aterrizara. No pude interceptar el ataque ni evadirlo.

En ese caso, ¡solo dispararé!

No pude salvarme, pero el serafín tampoco pudo esquivar mientras atacaba. Me sorprendí por mi compostura mientras tomaba aire. Mi dedo tembló. Tenía la cuarta Ala de maleficio en la mira. El martillo cayó sobre el percutor, disparando una bala por la boca.

Un pensamiento repentino me vino a la mente.

¿Qué dijo Asura esta vez? Cuando regrese—

Observé a través de mi alcance mientras la lanza de luz se extendía, cuando de repente…

“¡No dejaré que mates a Ashy!”

Sentí como si hubiera visto a un niño sumergirse frente a la luz. Y luego, me desmayé. Cuando desperté de nuevo, me encontré encima de una cama en el castillo de Orobas. El dragón, que había tomado la forma de un anciano, se sentó a mi lado. Al parecer, me había estado cuidando.

Intenté sentarme, lo que envió oleadas de dolor a lo largo de mi cuerpo. Tenía más de veinte huesos fracturados, incluidas tres de las costillas, la parte superior del brazo, la clavícula, el fémur y la tibia. Es más, todo mi cuerpo estaba cubierto de quemaduras de alto grado. Y, sin embargo, de alguna manera estaba vivo.

Orobas me dio un breve resumen de lo que había sucedido desde que colapsé. Habían pasado tres días. El Gran Serafín Camael había sido derrotado. Habíamos ganado.

Me dijo que el cañón de Murdock estaba roto. Y luego, me dijo que Asura no había regresado.

En ese momento, el Brazo del Maleficio de Asura había logrado desviar la lanza del serafín muy levemente. Por eso apenas había logrado sobrevivir.

¿Qué era lo que ese chico quería que hiciera cuando regresara esta vez…?

Cuando regrese…

Cuando regrese, enséñame tu sonrisa.

Un dolor que no tenía ninguna relación con ninguno de mis huesos rotos me atravesó el corazón. Mi mente se convirtió en un desastre, y antes de que me diera cuenta, lágrimas calientes corrieron por mis mejillas. El viejo dragón no dijo nada y se quedó pegado a mi lado.

Siempre había deseado la muerte, pero al final, él también murió antes que yo. Había sido otro de los irresponsables. Sin embargo, considerando el hecho de que mi corazón estaba en un estado en el que ni siquiera me había molestado en recordar mi propio nombre, recordar cómo llorar definitivamente me había salvado.

Este fue uno de los preciosos recuerdos que me apoyaron durante los años de mi larga vida.

***

“Alshiera, ¿estás escuchando?” Preguntó Foll, sacando a Alshiera de su viaje de recuerdos.

“Oh lo siento por eso. He estado recordando muchas cosas desde que vine aquí”.

Estaban en el vestíbulo de entrada del Palacio Archidemonio, donde previamente había residido el golem hecho de un demonio. Nephy y Lilith también estaban con ellos. Alshiera miró hacia arriba y vio enormes estatuas de piedra dominando el salón tal como lo habían hecho en el pasado. Estos eran golems que podían disparar Fósforo del Cielo que habían sido modificados exclusivamente para el uso de Gremory.

Rafael se había quedado en el castillo. Aparentemente, había una necesidad de planear un poco para evitar que Zagan se diera cuenta de lo que estaban haciendo, y el mayordomo también tenía que ocuparse de las tareas domésticas. Todas las personas a cargo de tales tareas no podían salir del castillo al mismo tiempo.

Habían pasado varias horas desde que secuestraron a Alshiera de la cocina. Durante ese tiempo, les había dado una explicación de cómo se celebraban los cumpleaños, o, bueno, Lilith lo hacía, en su mayoría, pero todavía era cuestionable si algo de eso realmente les había llegado.

Realmente son niños tan adorables. 

Todos eran tan valientes, tan puros, tan serios que Alshiera quería protegerlos, incluso si no era Zagan. Había comenzado a sentir que ya no quería separarse de ellos. Su tiempo restante ya estaba llegando a su fin, pero…

Qué feo de mi parte.

Hace mil años, también habían luchado creyendo que no tenían mucho tiempo. Alshiera se sacudió su sentimentalismo cuando Foll le lanzó una mirada de desconcierto.

“¿Qué recuerdas?” ella preguntó.

“Nada en realidad. Solo recordando algunos recuerdos de un viejo amigo”.

Los subordinados de Zagan también estaban en el Palacio Archidemonio. De los cuarenta o más empleados que trabajaron bajo su mando, alrededor del treinta por ciento sirvió en el castillo, el sesenta por ciento en el Palacio Archidemonio, y el diez por ciento restante fue enviado a la iglesia y varias otras misiones. Shax era parte del último diez por ciento.

En otras palabras, el vestíbulo de entrada tenía hechiceros que lo atravesaban en todo momento, por lo que Alshiera abrió una de sus puertas y avanzó más hacia el interior.

Un largo pasillo se extendía ante ella con muchas puertas alineadas en sus paredes. Principalmente servían como habitaciones de huéspedes en la era moderna, pero hace mil años, eran cuartos de enfermos, almacenes y salas de espera para los portadores del Cazador de Serafines, entre otras cosas. Caminó por el pasillo con las otras tres chicas detrás de ella. Después de pasar tres, luego cuatro puertas, se detuvo en la quinta.

“Esta habitación servirá”.

Las paredes a su alrededor eran gruesas, lo que mantenía el sonido en el interior, por lo que era el lugar perfecto para hablar en secreto. Nada del pasado permaneció aquí, pero esta fue una vez la habitación de la enferma en la que Alshiera había pasado un tiempo. Ella procedió a abrir la puerta sin siquiera llamar.

“¿E-Eh? ¿Qué?”

Un hechicero enmascarado con una constitución grande ya estaba dentro. Parecía estar trabajando en algo, ya que no estaba usando su túnica, exponiendo su musculoso torso. Tenía la espalda vuelta con un martillo en la mano, y en el momento en que vio entrar a Alshiera, su único ojo se movió confuso.

“Um, ¿Lady Alshiera?” Nephy dijo con desconcierto. “Parece que ya está ocupado, así que ¿no deberíamos buscar otra habitación…?”

Nephy echó un vistazo al interior y se encontró con la mirada del desconcertado hechicero.

“Um, eres Lord Naberius… ¿verdad?” ella preguntó. “Lamento la repentina intrusión”.

Ella nunca se había presentado adecuadamente a él, por lo que Nephy le hizo una elegante reverencia junto con esas palabras.

“O-Oh, eres… ¿Nephy? ¿La novia de Zagan?” preguntó a cambio. Sus orejas puntiagudas se pusieron rojas al escuchar eso.

“Oh… Um… Sí… Pero todavía estamos en la etapa de las citas, así que…”

A pesar de estar pegados el uno al otro día y noche, aparentemente todavía se sentía avergonzada cuando otros señalaron lo cerca que estaban. Bueno, la gente del castillo solo veía a esos dos desde lejos, así que nadie se lo dijo a la cara. En cierto sentido, su naturaleza tímida cuando se enfrentaba era perfectamente natural.

Nephy se sonrojó, una expresión feliz pero avergonzada en su rostro. En contraste, Alshiera podía decir que Naberius se había puesto mortalmente pálido bajo su máscara. Dejando a un lado la herramienta en su mano, corrió hacia Alshiera, agarrándola del brazo y arrastrándola a la habitación.

“A-Aha ha ha ha. Tomaré prestada a esta chica por un momento, ¿de acuerdo?” dijo, luego cerró la puerta de golpe sin esperar una respuesta. Esta habitación había sido asignada a Naberius para que la usara como su taller. Se le había encomendado la tarea de reparar los Cazadores de Serafines de Alshiera y cumplir una orden de Zagan.

Al mirar más de cerca, Alshiera pudo ver a un Cazador de Serafín ubicado en una mesa en la habitación. La silla en la que se había sentado Naberius estaba frente a un martillo y un yunque, junto con un horno de alto rendimiento que podía controlarse con maná. Sin embargo, no pudo detectar exactamente en qué estaba trabajando, tal vez porque estaba en medio de una limpieza con productos químicos.

Incluso con la máscara puesta, se dio cuenta de que Naberius puso una expresión espantosa cuando se acercó a ella.

“¡¿Estás loca?!” el grito. “¿Qué estás pensando, trayendo a esa chica aquí?”

Sacudió sus hombros de un lado a otro. Un hombre musculoso estaba sacudiendo a una niña que tenía un muñeco de peluche en sus brazos, lo que no pintaba exactamente el cuadro más bonito. En cualquier caso, Zagan había solicitado que Naberius preparara el regalo de Nephy en secreto. Sería problemático para Nephy verlo hacerlo. Alshiera lo sabía, por supuesto. También sabía que él estaría aquí. Sin embargo, simplemente miró hacia el techo, fingiendo ignorancia.

“Quería que alguien compartiera la desdicha irracional que de repente ha caído en mi regazo”, admitió descaradamente.

“¡Como si me importara!” Naberius gimió, agarrándola por el cuello con lágrimas en los ojos. “¡¿No te la trajiste contigo debido a tus travesuras habituales?! ¡¿Por qué tienes que arrastrarme contigo?!”

“Habla por ti mismo. ¿No es todo esto el resultado de tus travesuras habituales?

Las cosas se habían vuelto algo confusas debido a la intervención de Zagan, pero Alshiera no había perdonado al hombre por poner a Lilith en peligro. Bueno, técnicamente Lilith ya se había involucrado, pero él todavía había tratado de incitarla sin saberlo.

En cualquier caso, Naberius sabía que Alshiera todavía estaba enojado con él. Si se revelaba la solicitud de Zagan, Naberius ya no tendría la protección de Alshiera y Zagan se convertiría en su enemigo. No habría forma de que él sobreviviera.

Aun así, Alshiera no había sido quien propuso hablar en secreto en el Palacio Archidemonio, por lo que Naberius solo podía resignarse a su mala suerte.

“¡Nada de ti, aparte de tu rostro, tu voz y tu personalidad, es lindo en absoluto!” escupió, rechinando los dientes.

“¿Me estás felicitando o menospreciándome?” Ella respondió con asombro.

“¿Lady Alshiera?” una voz reservada gritó desde el otro lado de la puerta. “¿No sería mejor para nosotros ir a otra habitación después de todo…?”

“Está bien”, respondió Alshiera. “Este hombre es simplemente tímido. No se preocupe, él amablemente le dará un consejo sobre un regalo para elegir”.

“¡Noooooo!” El silencioso chillido de Naberius fue música para los oídos de Alshiera. Él parecía haberse rendido, así que fue a abrir la puerta. Con un chasquido, todas las herramientas de la habitación desaparecieron gracias a la brujería antes de que nadie pudiera verlas.

“Um, ¿está realmente bien…?” Nephy preguntó tímidamente.

Habiendo logrado esconder todo, Naberius puso su mano sobre su máscara y se dio la vuelta por la cintura con una carcajada. Su mente incomprensible aparentemente le permitió recuperar rápidamente la compostura, por lo que nadie cuestionó sus acciones.

“Eres bastante educada, ¿no? A diferencia de cierta vampira. Estaba en medio del trabajo, así que es un desastre, pero no me hagas caso y entra”.

“E-Entonces, discúlpenos…” murmuró Nephy y se inclinó un poco hacia atrás, abrumada por el comportamiento de Naberius, antes de entrar en la habitación.

“¿Puedo entrar yo también?” Preguntó Foll, mirando en la habitación todo el tiempo.

“Foll. Eres la hija del Rey de Ojos Plateados, lo que significa que prácticamente eres la dueña de este castillo. No hay habitación a la que no puedas entrar libremente”, le dijo Alshiera.

“¿En serio?”

“Me sorprende que tengas el descaro de adoctrinar con tanta calma a la educada hija de otra persona con semejantes tonterías. ¿Qué pasó con que no se le permitiera involucrarse con las idas y venidas de los vivos?”

Alshiera pensó que escuchó a alguien quejarse, pero probablemente era solo su imaginación. Foll asintió rápidamente con la cabeza y luego entró en la habitación. Por último, Lilith miró tímidamente dentro.

“Oh… Um, tú eres la persona que me ayudó a salvarme ese tiempo…¿verdad? Uh, no te he dado las gracias por eso todavía. Bueno, gracias. Mi nombre es Lilith”.

Ahora que Alshiera lo pensaba, Lilith y Naberius se habían conocido, pero nunca habían tenido la oportunidad de hablar entre ellos, y mucho menos de presentarse adecuadamente. Lilith le hizo una reverencia y, por alguna razón, Naberius empujó su mano contra su máscara, probablemente donde estaba el rabillo del ojo, y bajó la cabeza.

“Um, ¿estás bien?” Le preguntó Lilith.

“Está bien. No te preocupes… Mi corazón simplemente se conmovió por el hecho de que hay una chica que puede mostrar la debida gratitud aquí…”

Alshiera cerró la puerta, sellando todo sonido del exterior. Era una habitación espaciosa, acorde con su uso anterior como habitación de enfermo. Tenía tanto espacio como el vestíbulo de entrada. La mitad de la habitación estaba llena de camas andrajosas, mientras que la otra mitad se había convertido en el taller de Naberius, donde se guardaban todo tipo de herramientas.

Alshiera se acercó a la cama más cercana al lado del taller, sacó un pañuelo de su amado muñeco de peluche, lo colocó encima de la cama y tomó asiento. Todos los demás siguieron su ejemplo y comenzaron a sentarse también.

Naberius se apoyó contra la pared frente a Alshiera. Foll se dejó caer en la silla a su derecha. No había una silla a la izquierda, así que Lilith se sentó inquieta en la cama de al lado. Nephy vaciló sobre a dónde ir antes de decidirse a sentarse en la misma cama que Alshiera, justo al lado de ella. Por lo tanto, todos formaron un círculo improvisado.

En ese momento, un estruendo surgió del estómago de Foll. “Oh vaya. ¿Tienes hambre, Foll?” Preguntó Alshiera.

“No, pero algo huele muy bien aquí”.

“¿Un olor…?”

Los ojos ambarinos de Foll brillaron mientras miraba a Naberius.

Oh, ella mencionó que la trataron como espectadores en su cumpleaños…