Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Capítulo 5: El Acontecimiento De La Santa

Parte 2

Liselotte dio su opinión sobre el tema con fluidez.

“¿Me estás rechazando pase lo que pase?”

“Sí. De hecho, no lo entiendo. ¿Por qué estás tan obsesionada conmigo como individuo…?” Liselotte dijo, mostrando un atisbo de su confusión.

“Para ser honesta, originalmente tenía mi ojo en la influencia del Gremio Ricca. Sin embargo, cuando escuché los nombres de los productos, comencé a interesarme por la persona detrás de ellos. Originalmente creí que un asesor era el que inventaba los productos, pero después de hablar contigo, lo he descubierto. Eres tú, ¿no? La que crea productos usando palabras de la Tierra”, dijo Erica, mirando a Liselotte.

Liselotte ladeó la cabeza con curiosidad. “¿Qué quieres decir…?”

“No es necesario actuar ignorante. No, veamos. No te hagas la tonta conmigo. Mi nombre es Sakuraba Erika, pero tú… ¿Quizás tu nombre es Rikka? Pareces una joven adolescente, pero ¿cuántos años tienes por dentro? ¿Entiendes lo que estoy diciendo?” De repente, Erica abandonó su tono cortés y santo y comenzó a hablar con familiaridad, como una mujer joven normal de su edad.

“Realmente cambias de tema tan de repente. Ahora también has cambiado de tono. ¿Es esa tu verdadera forma de hablar?” Liselotte preguntó en estado de shock, con los ojos muy abiertos.

“Preferiría que respondieras mi pregunta primero. De ahora en adelante, no soy Santa Erica hablando, sino Sakuraba Erika. Solo si no te importa que tu sirvienta te escuche, claro.” Erica miró a Aria, que estaba detrás de Liselotte.

“Entiendo… En ese caso, soy yo quien está detrás de los productos del Gremio Ricca. Está bien si Aria se queda aquí”.

Después de la primera vez, cuando Rio le trajo a Miharu, ella le explicó su vida anterior a Aria sola.

“Mmm. Entonces, ¿cuál es tu nombre y tu edad? ¿Es usted la Señora Rikka? ¿O la Señorita Rikka?”

“He respondido una pregunta, así que por favor responda mi pregunta a continuación”. Si Erica iba a decir lo que quisiera, Liselotte no tenía ninguna razón para reprimirse más.

“Así que la regla es que respondamos una pregunta a cada una. Bien. ¿Qué querías preguntar? Ah, mi forma de hablar, ¿verdad? Este es mi verdadero yo, no, este era mi verdadero yo”, dijo Erica, respondiendo a la pregunta anterior de Liselotte.

“¿Era?”

“Ahora es mi turno. ¿Cuál era tu nombre en tu vida pasada?”

“Minamoto Rikka. ¿Qué quieres decir con ‘era’ tu verdadero yo?”

“Sakuraba Erika es tan buena como muerta… ahora mismo soy la Santa Erica”. Una sombra cruzó el rostro de Erica por un momento, pero inmediatamente la cubrió con una sonrisa.

“¿Tan buena como muerta?”

“Mi turno para preguntar. ¿Qué edad tenías en tu vida pasada?”

“Dieciséis.”

“Oh, eso es bastante joven. Pensé que tenías más o menos la edad de un estudiante universitario, pero podrías ser mayor que yo si sumabas tu edad total. Aún te ves como una niña, así que es bastante difícil de creer”.

“Suficiente sobre mi edad. ¿Qué quisiste decir con ‘buena como muerta’?” Liselotte preguntó a continuación, no queriendo participar en una charla ociosa. “Porque ya no puedo ver a mi amado más querido. Él lo era todo para mí. No tengo intención de casarme con nadie más, así que ya no siento la necesidad de ser Sakuraba Erika. Por eso me convertí en la Santa Erica. Sin embargo, hablar contigo me ha traído algunos de esos buenos recuerdos”.

Es como si hubiera regresado solo por este momento, pensó Erica con un poco de tristeza.

“¿Qué debo preguntar a continuación? Veamos… ¿Dónde vivías en Japón?”

“Bunkyo, Tokio”.

“Ah ha ha. Verte decir eso con esa cara es gracioso. Sin embargo, vivías en una buena zona. Por cierto, fui profesora en una universidad de Shinjuku”.

“¿Por qué asumiste que era reencarnada?”

“Estás hablando con alguien que fue convocada a otro mundo. Simplemente pensé que no sería exagerado que también hubiera personas reencarnadas. También leí algunas novelas ligeras sobre el tema cuando estuve en Japón. Entonces, ¿cómo moriste, Rikka?”

“… Fue un accidente de autobús”, respondió Liselotte con una mirada ligeramente infeliz. Erica seguía haciéndole preguntas que no importaban. “Vaya, qué cliché”.

“Ahora es mi turno. ¿Por qué preguntas cosas tan triviales? Esperaba que me preguntaras algo más significativo”.

“No hay ninguna razón en particular… simplemente no querías hacerle las preguntas a la Santa Erica como Sakuraba Erika. Dije que me sentía nostálgica hablando contigo, ¿no es así?” La sonrisa de Erica se volvió tensa por un momento, como si hubiera recordado una dura realidad.

“Ya veo…”

Liselotte todavía no estaba convencida. Su personalidad era tan diferente a la de cuando era santa, se sentía como si estuviera hablando con otra persona.

“Pero estás en lo correcto. Nada de eso importa. Hagamos que la siguiente pregunta sea la última”.

“Está bien.” Todavía había muchas cosas que Liselotte quería preguntar, pero no podía obligarla a responder.

“Entonces yo iré primero”.

“Claro…” Liselotte se preparó para cualquier pregunta que pudiera surgir, pero…

“Rikka… no, Liselotte. ¿Tienes a alguien a quien amas?”

“… ¿Disculpa?” La pregunta fue tan inesperada que no estaba segura de haberla oído bien.

“¿Estás enamorada de alguien?”

“¿Es eso algo que necesitas saber?”

“Sí. Es un chisme de chicas estándar, ¿no?”

“…No.”

“Eso es una mentira. Hiciste una pausa. Ahora, eso no es suficiente… Tienes que responder honestamente. De lo contrario, tampoco responderé tu próxima pregunta con sinceridad”, dijo Erica con dureza.

“Honestamente, no estoy segura. Estoy demasiada ocupada con el trabajo”, respondió Liselotte con cierta timidez, con los ojos bajos. “Esa reacción me dice que hay alguien en quien estás interesada”.

“Hay alguien que me vino a la mente cuando lo preguntaste por primera vez, pero… no puedo imaginarnos convirtiéndonos en amantes”.

“Ya veo… Pero si hay alguien, no hagas nada de lo que te arrepientas. Este es un consejo de una lamentable situación pasada”.

“Okay…”

“Ahora es tu turno, Liselotte”.

“Correcto.” Liselotte asintió, la pregunta que quería hacer ya estaba preparada. “Entonces… ¿eres un héroe? Solo conozco cinco héroes, ya que no ha habido información sobre el sexto…” se preguntó Liselotte. “Hmm… ¿Vas a preguntar eso?” Erica parecía reacia por alguna razón.

“¿Hay algo de malo en eso? Respondí tu pregunta con sinceridad, así que tú también deberías responder la mía”. Liselotte sospechaba que Erica ya era una heroína, pero quería que Erica lo confirmara para que pudiera establecerse como un hecho.

“No sé si debería. Puede que estés molesto”.

“Pero no lo sabré hasta que escuche la respuesta”.

“Eso es cierto… Entonces te responderé. Soy un héroe”.

Liselotte tarareó ante la respuesta satisfactoria. “Ya veo, entonces realmente eres uno… ¿Pero qué es lo que te molesta de eso…?”

“Ah, qué preocupante en verdad. Todavía necesito mantener en secreto el hecho de que soy un héroe”. De repente, Erica comenzó a hablar con su tono de santa.

“… ¿Eh?” El repentino cambio dejó a Liselotte desconcertada.

“¡Oh!” Inmediatamente después, Erica intentó agarrar a Liselotte. Antes de que se diera cuenta, Erica estaba justo frente a ella, dejando a Liselotte en estado de shock.

“¿Qué crees que estás haciendo?” Aria se paró frente a Erica, agarrándola del brazo. Luego procedió a arrojar hábilmente el cuerpo de Erica contra la ventana; con un fuerte estrépito, el santo voló a través del cristal y cayó al suelo.

“Qué…” Liselotte se quedó sin habla ante la vista.

“La aprehenderé. Los otros guardias asistentes deberían estar aquí pronto. Quédese aquí, Lady Liselotte.”

Con eso, Aria sacó la espada encantada a su lado y saltó por la ventana detrás de Erica.

“Ah, qué preocupante. Qué preocupante en verdad”. Mientras tanto, Erica se quitaba el polvo de su vestido sin un solo rasguño.

Esa santa es un héroe. Como Lady Satsuki, sus Armas Divinas fortalecieron su cuerpo y la hicieron más dura. Matar a un héroe solo creará un escándalo… Esto es un problema… Aria suspiró molesta.

“No eres un asistente normal, ¿verdad?” Erica convocó sus Armas Divinas, el bastón de un obispo, en su mano derecha mientras interrogaba a Aria.

“Por supuesto que no. Ninguno de los asistentes de Lady Liselotte es un asistente normal”.

“Heh. Heh heh heh. Eso es adorable.”

Tan pronto como dijo eso, Erica cargó contra Aria. La poderosa mejora de sus Armas Divinas hizo que su velocidad superara con creces los límites de un humano normal.

Sin embargo, el cuerpo físico de Aria también se mejoró a través de su espada encantada. Pudo reaccionar a la velocidad de Erica sin problema y acortar la distancia entre la santa y ella misma.

“Oh…” Los ojos de Erica se abrieron un poco por la sorpresa. Ya sea para evitar una colisión o para aumentar la distancia entre ellas, ella inmediatamente se movió hacia la derecha de una manera dramática.

Pero Aria pronto cerró esa distancia de nuevo, blandiendo su espada en el momento en que estuvo a su alcance. No podía permitirse el lujo de matar al héroe, por lo que utilizó el lado romo de su espada para atacar. Erica levantó su bastón en el último minuto para bloquear ese ataque.

“Una fuerza tan maravillosa en verdad”, murmuró con asombro, empujando el bastón hacia adelante para enviar a Aria volando hacia atrás.

Q-Qué tremenda fuerza…

El cuerpo de Aria cayó pesadamente hacia atrás; había perdido fuerza a pesar del poder de su espada encantada. La velocidad de movimiento de Erica aún era manejable, pero su fuerza física estaba en otro nivel. “Parece que tus refuerzos están en camino. Debo dejar de perder el tiempo y limpiar esto rápidamente”, dijo Erica, cambiando para pasar a la ofensiva.

Usando el alcance de su bastón, infligió sus golpes a Aria desde fuera del alcance de la espada.

El sexto héroe parece tener una disposición bastante violenta.

Aria a veces vio a través de los ataques y los evadió, y a veces blandió su espada para desviar al bastón de su curso, tratando de cerrar la brecha con Erica. Sin embargo, antes de que Aria pudiera acercarse, Erica clavó su bastón en el suelo con todas sus fuerzas. Inmediatamente después, el suelo se elevó y formó una pared de tierra, bloqueando el camino de Aria.

“…”

En lugar de perseguirla más, Aria se retiró. Consideró la posibilidad de que Erica fuera tras Liselotte y se aseguró de tener la mansión a sus espaldas.

Poco después, la pared de tierra que creó Erica explotó. Erica misma había balanceado su bastón y lo había cortado con molestia. Se enfrentó a Aria una vez más.

“Realmente eres fuerte… No había conocido a nadie tan fuerte antes. Seguro que es un gran mundo…” Erica escupió sus palabras con gran admiración.

“Tu fuerza rápida es excelente, pero no parece que hayas tenido entrenamiento de combate antes”.

“Sí, tendrías razón”.

“Ahora que tengo una idea de tu fuerza, voy a terminar esto ahora”.

“Hee hee hee. Quién sabe realmente sobre eso…” Erica rechazó la provocación de Aria con una risa engreída, luego corrió hacia ella, balanceando su bastón una vez más. El suelo fue raspado de izquierda a derecha, enviando una onda de choque polvorienta hacia Aria.

Sin embargo, Aria vio instantáneamente a través del alcance de la onda de choque y se retiró a un punto donde la onda de choque se debilitó. Pero en el momento en que la onda de choque disminuyó, se acercó rápidamente a Erica.

“¡Oh!”

La reacción de Erica fue retrasada por su propia nube de polvo por un breve momento. Rápidamente trató de hacer volar a Aria con otra onda de choque, levantando su bastón, pero…

Demasiado lenta.

Aria cortó su espada en el bastón de Erica antes de que pudiera balancearse hacia abajo, tirándola hacia arriba. Luego se deslizó hasta Erica y le dio un fuerte golpe en el pecho con la palma de la mano.

“Guh…”

Era una de las técnicas de artes marciales que había aprendido de Río en el Castillo Galarc el otro día. El cuerpo de Erica salió volando por el aire y la envió rodando a diez metros de distancia.

Definitivamente debería haber tenido un impacto. Incluso con un cuerpo mejorado, habría sufrido una cantidad considerable de daño. En realidad, Erica estaba temblando a cuatro patas, todavía consciente pero aparentemente incapaz de levantarse.

Se acabó. El problema es cómo contenerla… Quizás debería darle un golpe más para dejarla inconsciente.

Aunque fue difícil, no hubo forma de evitarlo. En el momento en que Aria tomó una decisión, se acercó a Erica y le lanzó una patada desde abajo al estómago.

“¡Gah…!”

El cuerpo de Erica se sacudió y, varios segundos después, la gravedad la envió hacia atrás. Esta vez, Erica pareció perder el conocimiento, colapsando boca abajo sin un tic.

“¡Aria!”

En ese momento, Natalie y Cosette salieron corriendo de la mansión. En sus manos había un par de esposas de sellado mágico.

Gracias a Dios que son tan capaces. Si está inmovilizada con las esposas puestas, debería calmarse un poco.

Aria se acercó a la Erica boca abajo. Apoyó su peso en la espalda de Erica, presionándola contra el suelo.

“La sujetaré mientras ustedes dos ponen las esposas… ¡¿Qué?!”

Erica había tirado a Aria de su espalda con una fuerte flexión de brazos. El impulso envió a Aria a volar diez metros o más.

De ninguna manera. ¡¿Ella no recibió ningún daño?!

Ver a Erica de pie y llena de vida debajo de ella dejó a Aria sin palabras. Erica miró casualmente hacia arriba, se encontró con los ojos de Aria y sonrió inquietantemente, luego corrió a toda velocidad lejos de ella, hacia la mansión.

“¡Cosette! ¡Natalie! ¡Detengan a esa mujer!” Aria todavía estaba cayendo por el aire y les dio a sus colegas una orden rápida.

“¡¿Qué?!”

Antes de que Cosette y Natalie pudieran acercarse a Erica, ella había bajado el bastón de obispo hacia el suelo. La onda de choque creada no se parecía en nada a la anterior; era casi como si hubiera estallado una gran explosión, retumbando como un trueno y enviando una nube de polvo por todas partes. Aria no pudo ver el suelo mientras seguía cayendo.

Lady Liselotte…

Apartó la mirada de la nube de polvo y la dirigió hacia la mansión. Podía ver a Liselotte mirando todo por la ventana del segundo piso y a Erica corriendo hacia la mansión. Erica miraba a su alrededor como si estuviera buscando a Liselotte.

No… Date prisa. Date prisa y cae más rápido.

El lapso de unos pocos segundos se sintió como una eternidad para Aria. Cuando finalmente llegó al suelo, comenzó a correr hacia la mansión con todas sus fuerzas.

No podía ver nada más allá de un metro por delante de ella, pero no había tiempo para molestarse por eso. Rezando para que los guardias le dieran suficiente tiempo, Aria corrió a través del polvo a toda velocidad. Finalmente, su visión se aclaró.

“¡Aria, no! ¡Quédate atrás!”

Se escuchó la voz familiar de Liselotte. Al mismo tiempo, vio a Erica esperándola a solo unos metros de distancia con su bastón listo para bajarse. “Ahí estas.”

Erica vio a Liselotte asomándose por la ventana del segundo piso para gritar y sonrió. Al mismo tiempo, terminó de balancear su bastón hacia abajo.

“Guh…”

Y la visión de Aria fue oscurecida por la onda expansiva y la suciedad.