Nejimaki Seirei Senki (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: El Incidente De La Provincia De Ebodolk

Parte 7

La princesa aprieta las manos con una tristeza en la cara.

“Debido a esta enfermedad, la población de mujeres en la provincia de Kuntsui había disminuido drásticamente. Y, por supuesto, no es posible criar a la próxima generación sin mujeres: la sensación de muerte inminente probablemente ha alcanzado su punto máximo … Vizconde Hamatoll, eso es lo que te llamó la atención.”

Su tono cambió de tristeza a furia, y miró al gobernador con ojos intensos.

“Y ahora, los residentes de la provincia de Kuntsui quieren mujeres, incluso si tienen que pagar una gran suma por ellas. En otras palabras, las mujeres se pueden vender por un alto precio. Al percibir una oportunidad de negocio de esto, trató de venderlas a la provincia vecina manteniendo todo bajo llave. ¡Esta es la verdadera razón por la que impusiste el impuesto contra las mujeres!”

La investigación finalmente ha llegado al centro del asunto. Las rodillas del vizconde comenzaron a temblar como los espaguetis de mamá.

“Atrajo a las mujeres preocupadas por las deudas a huir a la provincia de Kuntsui … Incluso las rameras son una fuente de ingresos fiscales, pero cuando se enteró de la situación en la provincia de Kuntsui, pensó en una forma más eficiente de venderlas por dinero.”

“… Ughhh … Ahhh…”

“El proceso real es así: las prostitutas que no pueden recaudar el dinero para pagar los impuestos recurrirán a los usureros. Su deuda seguirá aumentando hasta que sea imposible pagarlo todo. Cuando el prestamista determinó que es imposible recaudar más dinero, sugeriría que migraran a la provincia de Kuntsui … Aunque los usureros deben renunciar a esta deuda, eso no es un problema porque el autor intelectual pagará una tarifa administrativa a el prestamista que participa en la trata de personas como intermediario. No es una gran suma, pero son ventajas para el prestamista. Es solo una cantidad trivial, pero están contentos de que alguien esté comprando un cliente del que no pudieron obtener más dinero.”

Solo he de decir que se sentía repugnante. La princesa soportó esta incomodidad y continuó:

“Las prostitutas que fueron enviadas a los límites de la provincia por los usureros serían vendidas al comprador en la provincia de Kuntsui sin siquiera saber lo que les estaba sucediendo … El comprador probablemente revenderá las mujeres a otro comerciante. De todos modos, el autor intelectual obtendrá el beneficio obtenido aquí. Además de la pequeña tarifa para el prestamista, la mayor parte del dinero permanecerá en sus manos. Y es una cantidad considerable, porque los clientes en la provincia de Kuntsui que sufren a causa de la epidemia de gripe de Lucini quieren comprar mujeres incluso si tienen que pagar un alto precio, ¿algo anda mal hasta ahora, vizconde Hamatoll?”

La princesa que había estado dando un largo discurso hasta ahora se detuvo por primera vez y esperó una reacción.

Después de una larga pausa, el vizconde que finalmente tuvo la oportunidad de hablar juntó su vacilante espíritu de lucha y comenzó a proclamar que estaba difamado.

“Esto. ¡Esto es indignante! ¡Todo esto es una tontería sin fundamento! ¿Me estás acusando de ganar dinero con la trata de personas? ¿Dónde está la prueba? Disculpe por decir eso, pero todas estas acusaciones son solo especulaciones de Su Alteza, ¿ correcto?”

En respuesta a su contraargumento, la princesa Chamille sacó un objeto delgado y lo arrojó con fuerza al suelo.

“No te confrontaré tan directamente si solo son especulaciones … Deberías saber qué es este tablero, ¿verdad?”

El vizconde Hamatoll enderezó sus ojos ligeramente miopes y miró el objeto a sus pies.

“Esto parece ser … ¿el permiso de entrada provincial emitido por funcionarios del gobierno? ¿Qué tiene de malo?”

“Esto es confiscado a los traficantes de personas en las fronteras de la provincia. ¿Le suena el nombre el secretario de segunda clase Makinro Tangona?”

“…… ¡Ughh!”

“Este tablero solo es demasiado débil como evidencia. Podrías afirmar que esto fue robado o falsificado. Sin embargo, los que realizan la trata de personas son un personal que trabaja en este edificio burocrático. Lo tenemos bajo custodia ahora mismo. ¿ Cómo vas a defender esto?”

El vizconde Hamatoll no podía creerlo. En tan poco tiempo, la investigación ya llegó a las fronteras de la provincia donde se realizó el comercio…

“… Eso es…. ¡Eso lo hace mi subordinado a mis espaldas! ¡Juro por el dios patrón

Alderamin, que no estoy completamente involucrado en este asunto!”

“¿Quieres llevar la responsabilidad a tus secuaces? Ya hemos recibido el testimonio del secretario de segunda clase de su participación en la trata de personas.”

“Debido a que su sentencia será más indulgente si dice que está trabajando bajo mis órdenes, ¡ese testimonio es solo una farsa! ¡Su Alteza, es una pena! En comparación con las palabras de un descendiente directo de la noble casa Hamatoll, Thezeni Hamatoll, la casa que ha servido al Imperio durante 400 años, ¿le das más peso a lo que dice un empleado de segunda clase?”

“¿Empujar las responsabilidades a otros para reclamar clemencia? Tu posición no es

diferente a la de él. En ese caso, no se puede confiar en los testimonios de ambas partes … Pero este incidente involucra a dos provincias y demasiadas personas, no es natural suponer que un simple empleado está detrás de todo esto. ¿No es más probable que alguien con el estado correspondiente planifique y ejecute la operación real?”

Se escuchó el sonido del vizconde apretando los dientes. No importa lo que dijo la princesa, la opción de admitir la verdad no vino a mi mente.

“¿Entonces quieres forzarme este crimen sin importar qué…? ¡En ese caso, no tengo comentarios! Este humilde también investigará el incidente de trata de personas. Si Su Alteza no tiene otros asuntos apremiantes, ¡tendré que pedirle que se vaya!”

El vizconde expresó su rechazo con enojo, pero la princesa Chamille ya podía decir sus intenciones. Quiere ahuyentar a los extraños y luego destruir la evidencia. Si no resuelven esto en este momento, se volverá problemático; eso fue lo que pensó, pero dudaba en hacer su próximo movimiento. En este momento, el joven de cabello negro intervino:

“¿No está bien, princesa? Como el Vizconde ya dijo eso, volvamos.”

“¿Solork …? No, pero…”

“Dado que el Vizconde afirma que no sabe nada sobre la trata de personas, debe ser así. Pero, aun así, tendremos que interrogar al criminal que mintió nuevamente. Si continúa mintiendo, tendremos que empezar a torturarlo. ¿Qué opinas, Matthew?”

“Ohhh─ Eso es cierto, hagámoslo. Ya atrapamos al criminal después de todo.”

La princesa estaba atónita por su conversación. El vizconde también dijo en pánico.

“E-Espera un minuto, eres el hijo del coronel Mirtog, ¿verdad? Si los militares detuvieron a nuestro personal, espero que nos los entreguen. Porque el enjuiciamiento de delitos no está bajo la jurisdicción del ejército.”

“Ehh … No, no podemos hacer eso. Porque el arroz Kuna gestionado por nuestra unidad está involucrado.”

Matthew sacudió la cabeza. Ikta ignoró a la confundida princesa que no podía decir qué querían hacer, y continuó su acto.

“Los alimentos dentro del Cuarto Granero están destinados a ser raciones para los militares durante emergencias. Lord Vizconde, lo sabes, ¿verdad? Como la comida se movía sin permiso, eso significaría malversación de suministros militares. En ese caso, esto debería ser manejado como un asunto militar.”

“¡La conexión entre la trata de personas y la malversación de arroz Kuna aún no se ha establecido! Te digo que mi lado investigará todos estos asuntos, ¿no lo entiendes?”

“Incluso si dices eso, ya hemos obtenido información sobre el arroz Kuna de ese empleado, y él también conoce el almacén secreto … Dada la situación actual, no es natural insistir en que estos dos incidentes no están relacionados, ¿correcto?”

El vizconde estaba perplejo. La princesa entendió en este punto que la actitud concesionaria de Ikta y Matthew era para lanzar un ataque desde otro ángulo.

“Hablando de extradiciones, probablemente le enviaremos solicitudes. Aparte del testimonio de que hice todo de acuerdo con las órdenes del vizconde Hamatoll C, el secretario Tangona aún no ha dado los nombres de otros cómplices. Pero no podemos ignorar la posibilidad de que sus colegas también sean parte de la trama. Si aparecen nuevos nombres durante el interrogatorio, tendremos que traerlos para ser interrogados.”

“¡Qué…!”

“Los sospechosos que encontramos podrían afirmar que todos ‘actúan por orden del vizconde Hamatoll’. Pero esos son testimonios falsos, ¿verdad? En ese caso, tenemos que someterlos a duros interrogatorios para obtener la verdad. Suspiro, qué dolor…”

Ikta se cruzó de brazos y gimió fingiendo. Después de un rato, el joven hizo su siguiente movimiento.

“… Ah, pero ¿qué tal hacerlo de esta manera? ¿Puede investigar de su lado y entregarnos a todos sus sospechosos de una vez? En ese caso, nos ahorrará la molestia de venir a recogerlos cada vez que aparezca un nuevo nombre.”

Cuando la tensión alcanzó su clímax, Ikta propuso un compromiso que fue sorprendentemente ventajoso para el Vizconde. El vizconde no pudo decidir cómo responder.

“De … Por supuesto, también realizaremos una investigación de nuestro lado…”

“Sí, contaremos con usted. En cuanto a nosotros, ya que el asunto se ha vuelto tan grande … Matthew, ¿qué dijo tu padre?”

“No dejará que el asunto descanse a menos que detenga a toda la pandilla criminal. Eso es lo que él piensa, Lord Vizconde.”

Comprendiendo lo que Ikta estaba tratando de hacer, Matthew respondió de inmediato, Ikta continuó con una sonrisa satisfecha:

“Muy bien, ya que Lord Vizconde no está involucrado con el esquema de tráfico de personas, entonces el autor intelectual debe ser otra persona. En ese caso, un posible escenario sería que muchos oficiales de alto rango conspiraran juntos para lograr este complot … Ese sería un guion más razonable, ¿correcto? La princesa también aceptará ese resultado.”

“… Oh ahora entiendo.”

El vizconde Hamatoll que sintió que tenía el buen final de este trato se cruzó de brazos y comenzó a pensar. Si elegía y ofrecía sacrificios de suficiente calibre, la otra parte dejaría que el asunto descansara: el vizconde que interpretó la propuesta de esa manera pensó que era genial que sus subordinados estuvieran ausentes.

Por otro lado, la princesa Chamille, que lo estaba mirando, sintió un fuerte disgusto en su pecho. Convertir a los subordinados del vizconde en chivos expiatorios para todo el asunto, ella nunca aceptaría tal farsa … Sin embargo, la princesa sabía que Ikta y los demás no querrían que las cosas terminaran así. Deben haber puesto algún tipo de trampa detrás de esta conversación.

“Estará bien, Su Alteza.”

Ikta colocó su mano sobre su hombro y reafirmó su confianza. La princesa tomó una decisión rápida y asintió.

“… entiendo, hagámoslo de esa manera.”

El vizconde Hamatoll se sintió aliviado al escucharla decir eso. Su oponente estaba diciendo: ‘Dejaremos de buscar la verdad detrás de este asunto, así que ofrézcame un precio que me permita salvar la cara’ en otras palabras, quieren resolver el asunto a través de negociaciones.

Para el vizconde que no quería que otros probaran sus pensamientos, esta era la mejor manera de salir del escenario: después de todo, no perdería demasiado incluso si abandonaba a todos sus subordinados. Sin embargo, será problemático si dijeron algo innecesario cuando fueron entregados. En ese caso, sería mejor dejar que las personas en ‘ese comercio’ lo manejen.

“… Si los sospechosos que entrego … son cadáveres. ¿Eso estaría bien?”

Preguntó el vizconde mientras consolidaba sus pensamientos. Esta era solo una pregunta natural para él. Pero Matthew e Ikta levantaron las comisuras de sus labios. En la siguiente instancia, la puerta detrás del gobernador que no se dio cuenta de que había sido el cebo principal fue abierta de una patada.

“¿Nos estás vendiendo para salvar tu propio escondite?”

Sonó una voz aguda. El secretario de primera clase Hidashu irrumpió en la habitación con cara de asco y gritó. El vizconde se volvió sorprendido. Esta persona: era el hombre que el vizconde planeaba esculpir en la mente maestra del plan de trata de personas, el jefe de los oficiales de alto rango que tenían autoridad a la par del gobernador.

“Espera, Hidashu.”

“¡Deja de bromear conmigo! Si me estás vendiendo, ¡confesaré todo! Ya sea por malversación de arroz Kuna o tráfico de personas, ¡todo esto se hace por sus órdenes!”

El empleado Hidashu gritó con voz aguda mientras sacaba un documento y se lo mostraba a todos. Parecía una especie de contrato, y parecía estar respaldado por el mismo vizconde Hamatoll.

“¡Mira! ¡Tengo mucha evidencia conmigo! Podríamos ser nosotros los que hicimos el trabajo sucio, ¡pero usted fue quien dio las instrucciones! ¡No pienses que puedes salirte con la tuya!”

El secretario que perdió la calma por la traición expuso los crímenes de su superior en voz alta. El vizconde quería excusas, pero vio a otra persona detrás de su subordinado gritando. Un joven alto y guapo que estaba parado allí ya que no tenía nada más que hacer: el único miembro del Cuerpo de Caballeros que estaba ausente, Remeon‧ Torway.

“… Tú … ¡Mocosos! ¿Es este tu plan desde el principio…”

El vizconde solo se dio cuenta de que estaba engañado en este momento. Pero ya era demasiado tarde. Ninguna evidencia podría superar el testimonio de su ayudante más cercano. Y la verdad era que la princesa nunca quiso resolver el asunto mediante negociaciones en primer lugar. El vizconde había perdido en el mismo momento en que no entendió esto.

“… Veo. No me informaron de esto por adelantado, así que ese era el plan.”

La princesa Chamille miró al gobernador con una mirada aguda. El vizconde Hamatoll, que intentaba callar a su subordinado, se dio la vuelta con la cara rígida.

“Tu … Alteza … Esto es…”

“Suficiente, no quiero perder el tiempo ahorrado.”

La princesa dijo con desdén, luego se levantó y anunció fríamente:

“Vizconde Thezeni Hamatoll. Abusó de su estación para enmendar las leyes e incluso se involucró en el tráfico ilegal de personas. Prepárate para el castigo apropiado. Sin embargo, antes de todo eso, quiero aclarar algo. ¿Por qué hiciste algo tan tonto?”

Tanto el crimen como el criminal habían sido revelados, y la situación ha progresado a cuestionar los motivos. El vizconde se dio cuenta de que no había forma de que él cubriera sus fechorías, y sus ojos se pusieron inyectados de sangre y comenzaron a vacilar.

En esta situación peligrosa, el vizconde jadeó un par de veces: de repente levantó el jarrón de porcelana sobre su mesa y luego dio grandes pasos hacia la princesa.

“Por favor … ¡Acepta esto! ¡Esta es la porcelana blanca Shena de la más alta calidad! ¡ Solo un florero cuesta 1,000 monedas de oro!”

“… ¿Qué…?”

“Si eso no es suficiente, ¿te interesan las pinturas? ¿O esculturas? ¿Tal vez accesorios de oro? ¡Por favor, dime lo que quieras, este humilde lo preparará para ti…!”

El vizconde siguió divagando con una sonrisa deslumbrante, y la cara de la princesa se puso aún más rígida.

“Esto … Estás tratando de sobornarme, cierto…”

“¡Sobornar es una forma tan ofensiva de decirlo! Solo quiero mostrar mi sinceridad.”

Espoleada por el disgusto que brotaba de su interior, la princesa agitó los brazos por despecho y golpeó el jarrón de porcelana ofrecido por el vizconde. El jarrón hecho por el famoso artesano se hizo pedazos a los pies del vizconde.

“Mostrar tu sinceridad a través de sobornos … ¿Por qué no entiendes que tal pensamiento es un error?”

El grito fue casi un grito. Al mismo tiempo, el autocontrol del vizconde que miraba los escombros de la porcelana blanca se rompió.

“¿Qué? ¿Qué hay de malo en eso? ¡Mocoso ignorante criado en una casa de cristal, como si lo supieras todo! ¡Esas prostitutas usan la excusa de ser solteras y no pagan impuestos adecuadamente! ¡Su existencia misma interrumpe el orden público y da a luz a bastardos voluntariamente! ¡Hay un tumor para toda la provincia!”

Tiró su compostura y etiqueta por la ventana. Lo irónico fue que era la primera vez que el vizconde Hamatoll decía lo que realmente pensaba sin ninguna falsedad.

“¡Es por eso que hice todo lo posible para atraer a esas alimañas a la provincia vecina que necesita mujeres! ¡No hay razón para culparme por obtener algún soborno por este arreglo! ¡Lo básico de la gobernanza es proporcionar un suministro adecuado para manejar las demandas!”

Mostrar una actitud fuerte pero ilógica fue el mayor error del vizconde de su vida. La princesa sintió que algo en su interior se rompió.

“… Estas llamando…”

La niña murmuró con la cabeza baja, y sus puños apretados estaban crujiendo.

“… ¿Estás llamando a la acción de comerciar con las personas que deberías guiar y proteger por dinero … gobierno?! Gobernanza.”

La princesa levantó las manos y agarró la ballesta en el hombro del joven de cabello oscuro. Ella tensó la cuerda del arco y cargó un tornillo. Había aprendido a usar algunas armas durante su tiempo viviendo en una base militar.

“¡Hyiii…!”

El vizconde retrocede por miedo a la intención asesina. La princesa apuntó a su pecho.

“¡S-Stop! ¡Incluso un miembro de la realeza no puede poner sus manos sobre un gobernador…!!”

“¡Incorrecto! ¡No solo promulgó leyes para sus ganancias personales, sino que incluso trató de sobornar a un miembro de la realeza! ¡Estos insultos son suficientes para que te ejecute!”

Su dedo estaba en el gatillo. El vizconde se sintió intimidado por su feroz aura, y siguió retrocediendo hasta que su cintura golpeó la mesa con fuerza, luego cayó sobre su trasero. La princesa ajustó su puntería hacia abajo para que coincida con los movimientos de su objetivo.

“Huff … puff …! S-Stop …!”

“¿¡Tienes miedo!? ¡Así es, ten miedo! ¡Después de todo, si sabes dónde caerás, entenderás que no obtendrás paz después de morir!”

Sus palabras temblaban … ¿Qué tan fácil sería si solo necesitara acusar al hombre que tenía delante? Sin embargo, la princesa sabía la verdad.