Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 13

Capítulo 6: Ha Nacido Un Rey Del Agua

Parte 2

Y finalmente, comenzó a cantar, lenta y cuidadosamente, como si revisara cada palabra antes de pronunciarla.

“¡Oh, espíritus de las aguas magníficas, suplico al Príncipe del Trueno! ¡Concededme mi deseo, bendecidme con tu salvajismo y revela a este insignificante siervo un destello de tu poder! ¡Deja que el miedo golpee el corazón del hombre como tu martillo divino golpea su yunque y cubre la tierra con agua!”

A las pocas frases, reconocí las palabras y parpadeé confundido.

“¡Ven, oh lluvia, y llévatelo todo en tu torrente de destrucción!”

Unas nubes negras llenaron rápidamente el cielo sobre nosotros. Simultáneamente, comenzó a caer una lluvia dura y torrencial. El viento azotó la llanura, impulsando el agua hacia arriba y bajo mi abrigo. Mi túnica se empapó al instante. Los relámpagos parpadeaban por encima de nosotros, amenazando con golpear el suelo en cualquier momento.

Todo era muy impresionante, pero ya lo había visto antes. Esto era sólo el hechizo de nivel santo Cumulonimbus.

“¡Te invoco, poderoso espíritu de la luz, brillante señor de los cielos!”

Pero cuando esperaba que el canto terminara, Roxy continuó.

“¿Ves al impúdico enemigo que se eleva ante nosotros? ¿Ves a tu enemigo jurado, en toda su arrogancia? Yo seré la espada sagrada que lo derribe. ¡Que tu radiante poder le enseñe que el Emperador aún reina en forma suprema!”

Con cada palabra que salía de su boca, el cielo sobre nosotros se comprimía. Las nubes negras que se extendían por el horizonte se derrumbaron sobre sí mismas, formando un círculo que se hacía cada vez más pequeño y denso. La electricidad crepitante se extendió alrededor de la masa oscura.

Y finalmente, cuando el anillo de nubes se redujo a un mero punto en el cielo…

“¡Relámpago!”

Un pilar de luz pura cayó a la tierra.

Era un rayo, sí. Pero no se parecía a ninguno que hubiera visto antes.

La onda sonora nos alcanzó una fracción de segundo después.

El estruendo fue ensordecedor, incluso a esta distancia. Sylphie se tapó los oídos con las manos e hizo una mueca.

Yo, en cambio, estaba demasiado ocupado mirando con la boca abierta a la distancia. No encontraba nada que decir. Ni una sola palabra.

Al cabo de unos instantes, conseguí tragar saliva. En algún momento, cerré las manos en un puño; estaban temblando.

Una vez que el rugido pasó por delante de nosotros, no quedó nada. Las enormes nubes negras como el azabache habían desaparecido. Las láminas de lluvia torrencial desaparecieron. La cegadora columna de luz había desaparecido. Y ese enorme árbol también había desaparecido.

Simplemente no quedaba nada.

El cielo sobre nosotros era claro y azul. La tierra que nos rodeaba estaba mojada, pero ese era el único indicio que quedaba de lo que acababa de ocurrir.

Cuando forcé la vista, apenas pude distinguir un grupo negro de madera carbonizada donde el árbol había estado.

“Ugh…”

Al soltar su bastón, Roxy se tambaleó hacia un lado. Me apresuré a cogerla antes de que pudiera caer.

“¿Estás bien?”

“Me alegro de haberlo conseguido. Con mi capacidad de maná, sólo puedo usarlo una vez, incluso con mi báculo… ¿Has visto bien el hechizo, Rudy?”

“Absolutamente, maestra”.

No había podido apartar los ojos de aquello ni un solo segundo. Yo también recordaba cada palabra del conjuro.

“¿Crees que estás preparado para intentarlo?”

“¡Lo intentaré!”

Después de entregar a Roxy a Sylphie, me di la vuelta, extendí mi propio bastón y apreté su asta.

Aqua Heartia había estado conmigo desde el día en que cumplí diez años, apoyándome en todas las turbulencias de mi vida. Confiaba en que podría lanzar este hechizo sin su ayuda, pero quería utilizarlo de todos modos.

Intentando recordar lo que acababa de ver con la mayor precisión posible, miré al cielo y empecé a cantar.

“¡Oh, espíritus de las aguas magníficas, suplico al Príncipe del Trueno! ¡Concededme mi deseo, bendecidme tu salvajismo y revelad a este insignificante siervo un destello de tu poder! ¡Deja que el miedo golpee el corazón del hombre como tu martillo divino golpea su yunque y cubre la tierra con agua! Ven, oh lluvia, y llévatelo todo en tu torrente de destrucción”.

 Una enorme cantidad de maná brotó de mis manos hacia el báculo, y luego salió disparada hacia los cielos.

Mientras las nubes de tormenta se acumulaban, sentí que la magia se desbordaba a mi alrededor, lista para ser aprovechada y liberada. Si hubiera cantado la palabra “Cumulonimbus” a continuación, el hechizo se habría completado solo.

Pero no iba a hacerlo. Y creí entender por qué. Si le daba al hechizo una forma coherente, probablemente sería imposible lograr esa compresión de las nubes. Necesitaba pasar a la siguiente etapa sin estabilizar el hechizo.

“¡Te invoco, poderoso espíritu de la luz, brillante señor de los cielos! ¿Ves al impúdico enemigo que se eleva ante nosotros? ¿Ves a tu enemigo jurado, en toda su arrogancia? Quiero ser la espada sagrada que lo derribe. ¡Que tu radiante poder le enseñe que el Emperador aún reina en forma suprema!”

Con cada frase que pronunciaba, la magia en el aire arreciaba más y más intensamente. No tuve más remedio que verter más maná en el hechizo para evitar que se descontrolara por completo. Estaba obligando a las nubes a comprimirse, apretándolas con todas mis fuerzas.

Este hechizo exigía poder. Fuerza bruta y cruda. Eso era lo único que lo hacía posible. Nunca había lanzado nada que exigiera una fuerza tan feroz.

No… eso no era del todo cierto. Algo de esto me resultaba familiar. No era tan diferente de lo que sentía cuando llevaba mi Cañón de Piedra al límite de su potencial.

En el momento en que me di cuenta de eso, el hechizo de repente se sintió mucho más fácil de controlar.

“¡Relámpago!”.

Cuando pronuncié la última palabra, pude sentir que se abría algo parecido a un agujero vacío debajo de mi bola de maná comprimida.

Empujé todo hacia abajo a través de él, todo a la vez.

¡KRA-KOOM!

Una vez más, una gran columna de relámpagos golpeó la tierra, y su rugido pasó por delante de nosotros. No había utilizado ningún objetivo en particular, pero el hechizo había golpeado la tierra exactamente donde yo quería.

Una vez más, no quedó nada a su paso. No había nubes negras sobre nosotros, sólo un cielo azul claro. Pero el suelo estaba un poco más empapado que antes, y nuestros abrigos goteaban agua.

La imagen posterior del relámpago seguía brillando ante mis ojos. Mis oídos seguían resonando por su estruendo.

Lo había conseguido.

Sylphie fue la primera en hablar. Pero lo único que consiguió fue un “Oh, wow” sorprendida.

Así de fácil, me convertí en un mago de agua de nivel rey

***

“Eso fue un poco frustrante…”

De vuelta a casa, la expresión de Sylphie estaba ligeramente abatida.

Después de mi exitoso intento, ella también había probado el hechizo. Roxy la inició con Cumulonimbus. Falló la primera vez, pero lo consiguió en su segundo intento.

Por desgracia, no había conseguido invocar Relámpago. Su primer intento había fracasado, y también la había dejado seca. Comprimir el maná era la parte más difícil del hechizo con diferencia; probablemente sólo había tenido éxito porque tenía experiencia haciendo algo similar.

Sin embargo, Sylphie aprendía rápido. Tenía la sensación de que lo descubriría si lo intentaba un par de veces más.

“No te sientas mal, Sylphie”, dijo Roxy con una sonrisa. “Yo sigo metiendo la pata una de cada cinco veces, más o menos”.

En cierto modo, me alegré un poco de que Sylphie hubiera fallado esta vez. Si las dos lo hubiéramos conseguido en nuestro primer intento, Roxy se habría llevado un golpe en su orgullo.

Sin embargo, esto era interesante. Según lo que había visto hoy, Sylphie parecía tener una mayor capacidad de maná que Roxy. Y la de Roxy no era pequeña en absoluto, por lo que tenía entendido.

“Bueno, alguien tuvo éxito en su primer intento. Eres increíble, Rudy”.

“Sí, eso fue ciertamente impresionante. Tengo que admitir que esperaba que sucediera, pero fue un poco deprimente que lo lograras tan fácilmente.”

“…”

No encontré nada que decirles a los dos.

Claro, había empezado a usar la magia alrededor de los dos años, y me esforcé por ampliar mi capacidad de maná. Pero teniendo en cuenta la cantidad que acabé teniendo, probablemente nací con una cantidad anormalmente grande. Me había esforzado, pero también había tenido suerte. Eso hacía difícil decir algo sobre mis habilidades como mago.

En cualquier caso, tenía que concentrarme por ahora. Todavía no estábamos en casa y mis esposas estaban agotadas.

Una vez que estuviéramos a salvo, tendría que darles a ambas masajes en los hombros. También nos saltaríamos las actividades nocturnas esta noche. Todos estábamos agotados.

“Oh, mira, Rudy”, dijo Sylphie. “¿No es una bonita puesta de sol?”

Miré hacia el oeste, donde el sol empezaba a hundirse en el horizonte. El cielo a su alrededor era de un brillante tono carmesí.

La naturaleza era tan hermosa aquí como en mi antiguo mundo. Eso era algo que no había cambiado.

“Sí, es precioso”.

Hmm… ¿tenía que añadir “pero no tan bonito como tú”?

Con un pequeño suspiro, Sylphie se apoyó ligeramente en mí. Parecía a punto de quedarse dormida en el acto.

Probablemente llegaríamos a casa antes de que oscureciera, pero tendría que estar alerta hasta que llegáramos a los límites de la ciudad. Estos dos no podían usar la magia ahora mismo, así que, si salía algún monstruo, tenía que ocuparme de él.

“…Sabes, a veces me pregunto si todo esto es un sueño”, murmuró Roxy mientras contemplaba la puesta de sol.

Sylphie inclinó la cabeza de forma incrédula. “¿Un sueño?”

“Así es. Tal vez sigo atrapada en ese laberinto, y esto es un pequeño y feliz delirio que estoy viendo justo antes de morir”.

Mantuve mis ojos escudriñando el área alrededor de nosotros en busca de amenazas, medio escuchando la conversación.

Sylphie y Roxy hablaban despacio, con un cansancio evidente en sus voces.

“Ahora soy mucho más feliz que hace seis meses. Para empezar, me he casado y me han contratado como profesora en la Universidad. Supongo que te parezco una especie de intruso, Sylphie… pero estoy contento de estar aquí, montando este caballo con vosotros dos”.

Había sentido que Sylphie se estremecía un poco cuando Roxy pronunció la palabra intrusa. Ahora sacudió la cabeza en señal de negación.

“No eres una intrusa, Roxy. Y me alegro de que hayas sido tan amable y considerada con todo esto. No creo que gane si lo conviertes en una especie de competición…”

La voz de Sylphie era tan insegura que en ese momento sentí la necesidad de interrumpirla con un abrazo. Quitó una mano de las riendas para acariciar mi brazo; era su forma de decir “lo sé”.

“Quiero decir que tuve suerte, en realidad”, continuó después de un momento. “Conocí a Rudy cuando éramos pequeños, y luego me encontré con él de nuevo cuando estaba realmente desesperado por ayuda. De otro modo, nunca habría llamado su atención”.

“Creo que estás siendo demasiado modesto…”, dijo Roxy, con la voz ligeramente turbada.

“Bueno, probablemente ni siquiera estaría aquí hoy si no hubiera conocido a Rudy de niño”.

“¿Qué quieres decir?”

“Me enseñó magia cuando era joven, ¿sabes? Es lo único que me mantuvo viva”.

Sylphie comenzó a relatar la historia de su vida después del Incidente de Desplazamiento.

Había tenido la mala suerte de emerger en lo alto del cielo del palacio real de Asura. Lanzando rápidamente un hechizo, apenas había logrado aterrizar a salvo. Pero en ese momento, su cabello perdió su color original, posiblemente un efecto secundario de haber gastado demasiado maná en su terror.

La princesa Ariel le había tomado cariño, pero fue su rara habilidad para lanzar hechizos en silencio lo que le había valido un lugar en la corte real. Y cuando Ariel fue superada por sus rivales políticos, esa misma habilidad había permitido a Sylphie luchar contra docenas de asesinos en su huida.

En el cuadro que pintó, mi magia era lo único que la había mantenido viva durante todo esto.

“Cuando trabajaba como mago guardián de la princesa Ariel, un pensamiento me venía a la cabeza: Si no supiera usar la magia, probablemente ahora sería una esclava”.

Mientras hablaba, me pregunté cuán diferente habría sido mi propia vida si no hubiera conocido a Roxy o a Sylphie cuando era joven.

Si no fuera por Roxy, no habría encontrado el valor para salir de esa casa durante años. De eso estaba seguro. Si nunca hubiera dado un paso al exterior, si nunca hubiera conocido a Sylphie, ¿habría sobrevivido al incidente del desplazamiento? ¿Habría podido atravesar el continente de los demonios?

Si no hubiera conocido a Sylphie, no me habrían enviado a la ciudad de Roa. Lo que significa que no habría conocido a Eris o Ghislaine. Tal vez mis padres me habrían enviado a la escuela eventualmente. En algún momento me habría topado con un muro con mi magia, así que quizá habría acabado pidiéndoles que me enviaran a la Universidad de Magia de Ranoa de todos modos.

En otras circunstancias, Paul habría dado su aprobación en lugar de decirme que esperara hasta los doce años. Pero, por supuesto, no habría encontrado a Sylphie esperándome en Ranoa. Tampoco me habría seguido hasta aquí.

Quizá habría acabado en la misma clase que Linia y Pursena y me habría enamorado de una de ellas. Cuando nos graduáramos, volvería al Gran Bosque y viviría entre los beastfolk.

Bueno, no… el Incidente del Desplazamiento habría tenido lugar en algún momento, así que probablemente me habría apresurado a volver a casa, a Asura.

En cualquier caso, mi vida habría sido completamente diferente.

Aun así… no pude evitar sentir que me habría encontrado con Sylphie en algún lugar. Y me habría enamorado de ella, por supuesto.

Sí, seguramente eso estaba predestinado por las leyes de la causalidad.

O simplemente el “destino”, si lo prefieres. Lo que sea.

“Mi vida cambió por completo el día que conocí a Rudy”, concluyó Sylphie, con su historia al final. “Quiero decir… yo también me esforcé mucho, pero creo que tuve más suerte que otra cosa. Así que cuando veo a alguien como tú, que cambió la vida de Rudy para mejor, y sé que ambos se aman, bueno… realmente no quiero que él pierda eso sólo porque yo esté cerca, ¿supongo? Probablemente no tengo derecho a objetar, cuando acabo de llegar primero… Lo siento, no sé cómo decir esto”.

“Está bien”, dijo Roxy en voz baja. “Entiendo lo que intentas decir. Y estoy… muy contenta de que tengas una opinión tan buena de mí”.

No pude ver la cara de Roxy, ya que estaba sentada de frente. Pero pude ver que sus hombros temblaban ligeramente.

Estiré los brazos y la abracé a ella y a Sylphie.

“Rudy…”

En mi antiguo mundo, elegir a Roxy habría significado perder a Sylphie. Y aquí podría haber sido así, si no fuera por la decisión de Sylphie de perdonarme.

La única persona afortunada aquí era yo.

Dado mi historial poco ideal como marido, prometer que las querría para siempre probablemente sonaría a hueco.

Tendría que hablar con mis acciones en su lugar.

***

Una vez que llegamos a casa esa noche, me tomé un tiempo para repasar lo que había aprendido en la lección del día sobre la magia del nivel del Rey.

El rayo era un hechizo complicado, pero el concepto básico era sencillo: Se esparcía una gran cantidad de maná por todo el cielo, se concentraba en un lugar y se dejaba caer sobre el objetivo.

Físicamente hablando, creabas las nubes de tormenta y luego disparabas un rayo. Así de simple.

En retrospectiva, Cumulonimbus y Relámpago eran esencialmente dos partes de un solo hechizo.

Su poder destructivo era el mayor de todos los hechizos que había visto hasta ahora. Sin embargo, eso era natural. No conocía ninguna magia que exigiera más maná en bruto que Cumulonimbus, y Relámpago concentraba toda esa energía en un solo punto.

Hasta ahora, mi Cañón de Piedra completamente cargado había sido el hechizo más letal de mi arsenal, pero éste podría haberlo superado. Con esta cantidad de jigawatts en la punta de mis dedos, podría lanzarme al futuro si quisiera.

Pero en serio.

Aunque el nombre de este hechizo era Relámpago, el verdadero secreto de su poder residía en el paso de compresión de maná. Tenía curiosidad por saber si algún hechizo del nivel del Rey en otras disciplinas podría ser una aplicación de la misma técnica básica.

En cualquier caso, ahora que había conseguido lanzar el hechizo una vez, podría utilizarlo en silencio en el futuro.

La próxima vez que lo utilizara, estaba bastante seguro de que podría acelerar tanto la fase de formación de nubes como la de compresión y lanzar el rayo mucho más rápido que antes. Pero, aunque pensaba practicar con él, no estaba seguro de tener muchas oportunidades de poner en práctica este hechizo. Después de todo, si me enfrentaba a un solo objetivo, mi cañón de piedra solía ser más que suficiente.

Relámpago era un hechizo excesivo, en general. Sería más útil si pudiera encontrar una forma de reducir su poder.

Con este pensamiento en mente, empecé a jugar un poco a una escala mucho más pequeña. Y tras varios experimentos fallidos, di con una forma de generar una fuerte corriente eléctrica.

El método consistía en lanzar silenciosamente un pequeño hechizo de Cumulonimbus, comprimirlo y disparar un hechizo de Rayo en dirección a mi objetivo. El resultado era un pequeño y crepitante rayo de electricidad que podía dirigirse con bastante precisión. Su voltaje parecía ser bastante bajo, así que el daño que causaba no era excesivo.

No estaba seguro de cómo funcionaba exactamente, pero parecía que podía ser útil. Probablemente no era adecuado para el combate a corta distancia. Acabarías dándote una descarga junto con tu objetivo. El lado bueno es que no iba a causar ningún daño duradero. En el peor de los casos, estarías incapacitado por un tiempo. Pero había muchos otros hechizos de magia de ataque que no corrían el riesgo de dañar a su propio lanzador.

Aun así, me pareció que valía la pena intentar perfeccionar esto. Podría usar un hechizo diseñado para aturdir a alguien en lugar de matarlo. Los rayos se ramifican por el aire para alcanzar su objetivo, así que sería imposible evitarlos.

Y la descarga podría incluso ser efectiva para incapacitar a alguien protegido por un aura de batalla. De momento no tenía a nadie con quien probarlo, pero si Badigadi volvía, podría pedirle que fuera mi conejillo de indias.

Si no, podría ser una buena sorpresa que sacarme de la manga contra un oponente más poderoso.

Por cierto, aunque este hechizo no era más que una pequeña forma de Relámpago, decidí llamarlo Eléctrico para poder distinguir entre ambos.

¡Qué día tan productivo había sido!

Leyendas de la Universidad #6: El Jefe tiene una personalidad eléctrica.