Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 13

Capítulo 4: ¿Puedo Quedarme Con Él?

Parte 2

Sin embargo, eso no explicaba por qué éste se había convertido en un Treant.

“¿Qué hizo que empezara a moverse, de todos modos? ¿Era así desde el principio?”

“No, al principio era sólo una planta. Empezó a moverse cuando la puse en esta maceta”.

Aisha explicó que le gustaba empezar a plantar sus flores en el jardín antes de trasladarlas a sus macetas. Una vez que crecían lo suficiente, las devolvía al jardín. Todavía estaba experimentando, por lo que las macetas y las plantas en su interior eran tan diferentes.

“Hrm.”

La maceta en sí era una cosa perfectamente ordinaria que habíamos comprado juntos en una tienda de artículos generales hace un tiempo. Me pareció muy poco probable que fuera un objeto mágico o que estuviera encantado.

“No le hiciste nada raro, ¿verdad?”

“No; lo traté igual que los demás. Estoy usando la tierra que me preparas. Parece que tiene más nutrientes que la tierra de por aquí”.

Eso probablemente descartaba la tierra, entonces. Siempre le hice tierra perfectamente ordinaria con mi magia. No era algo en lo que pusiera mucho esfuerzo. Tal vez le di un toque de afecto a mi hermana pequeña, pero eso no parecía relevante.

“Oh, espera. A veces le daba restos de agua del baño, supongo”.

¡Sobras de agua de la bañera! Hmm. Yo no estaba en ese momento, por lo que habría sido infundido con el sudor de Sylphie y Aisha … tal vez un poco de Nanahoshi, también.

Intrigante. Podría ver cómo eso podría llevar a una planta a crecer algunos tentáculos tupidos.

Bien, Rudeus. Deja de ser un idiota.

“Hmm…”

¿Qué podría haber causado esto, entonces? Ella había plantado una semilla normal, y la había cultivado normalmente, pero de alguna manera se había convertido en un monstruo. ¿Era algo que simplemente… ocurría a veces?

Era más probable que una semilla de treant se hubiera mezclado accidentalmente con las normales. Los treants eran imitadores naturales. Tal vez sólo estaba fingiendo ser una planta Vatirus normal al principio para pasar desapercibida. Parecía una teoría coherente, al menos.

“Bueno, en cualquier caso, supongo que deberíamos matar a esa cosa”, murmuré para mí.

“Tal vez podría quemarla o algo así”.

“¿¡Qué!?”, gritó Aisha. “¿¡Por qué!? ¡He pasado todo este tiempo criando al pequeño! ¿Por qué ibas a quemarlo?”

Me sorprendió un poco la ferocidad con la que se opuso. Pero, de nuevo, me había traído aquí para mostrar su Treant. Supongo que tenía sentido que no estuviera muy contenta de deshacerse de él.

“…Aisha, sabes lo que es esta cosa, ¿verdad? Es un Treant. Es un tipo de monstruo”.

“¡Pero mira qué pequeño es! ¡Es adorable!”

“Sí, por el momento. Pero una vez que crezca, podría empezar a atacar a la gente. Es peligroso”.

“¡Yo lo entrenaré! Me aseguraré de que no haga daño a nadie”.

Ahora se aferraba a mi cintura desesperadamente, y había lágrimas en sus ojos. Estuve muy tentado de decir “Oh, está bien. Pero no voy a limpiarlo por ti”.

Sin embargo, no estábamos hablando de un gatito callejero. Era un monstruo.

“Vamos, Rudeus. ¿No puedo quedármelo? ¿Por favor?”

“Los ojos de cachorro no van a funcionar conmigo. Tenemos que deshacernos de él”.

“¡Pero es un buen chico, de verdad! Es bueno con todos los demás y hace todo lo que le digo”.

“Ahora sólo estás inventando cosas, Aisha. ¿Cómo va a hacer un Treant lo que tú le digas? Ni siquiera tiene orejas”.

“¡Mira!”

Trotando hacia el bebé treant, Aisha extendió una mano hacia él. La pequeña criatura reaccionó deslizando lentamente uno de sus zarcillos alrededor de su delgado dedo índice. Sin soltarse de su “agarre”, frotó suavemente el envés de sus hojas con las yemas de los dedos, y el bebé treant retorció su cuerpo con algo que parecía placer.

Era un espectáculo extraño. La cosa parecía exactamente una planta, pero estaba reaccionando como un animal.

“Bien, suéltalo”, dijo Aisha.

El Treant desenrolló inmediatamente su zarcillo alrededor de su dedo, dejándolo descansar en la palma de su mano.

“¿Cuál es el dedo meñique?”

Tras un momento de duda, el zarcillo se deslizó alrededor de su dedo meñique.

“El dedo medio”.

El zarcillo soltó su meñique y se apoderó de su dedo corazón.

“No lo sueltes, pero agarra también mi pulgar”.

El zarcillo, que seguía enredado en el dedo corazón, se extendió aún más, estirándose obedientemente hacia el pulgar de Aisha. No era lo suficientemente largo como para agarrarlo, pero apenas logró tocar la punta de su dedo.

“Bien, suéltalo”. Siguió jugando con el Treant de esta manera durante un rato más, y luego se volvió para mirarme. “¿Ves? Hace caso a lo que le digo, ¿verdad?”

“Sí, eso parece”.

Para mi sorpresa, era claramente posible comunicarse con esta cosa. Y por lo que parecía, estaba muy unido a mi hermana pequeña.

Necesitaba repensar un poco las cosas aquí.

Los treants eran monstruos. Eso era un hecho. Según mi experiencia, se disfrazaban de árboles u otras plantas y luego lanzaban feroces ataques por sorpresa a los viajeros que se acercaban.

Sin embargo, sabía que había algunas especies de monstruos que podían ser domesticados.

Criaturas como Dillo, la mascota de nuestra familia, y el lagarto que yo montaba en el Continente de los Demonios no solían considerarse monstruos; la gente solía llamarlos simplemente “bestias”. Pero no había nada que los separara intrínsecamente de los monstruos, aparte de su temperamento.

Este bebé Treant parecía lo suficientemente manso, así que tal vez no tenía que clasificarlo como un monstruo.

Sinceramente, tampoco era tan amenazante. Dillo seguramente podría hacer mucho más daño que esta cosa si quisiera.

Dicho esto… Dillo había sido domesticado por un entrenador de bestias profesional.

“Mira, me preocupa un poco que esta cosa intente estrangularte mientras duermes, de verdad”.

“Creo que debería estar bien, Rudeus. Incluso las plantas de Vatirus que han crecido sólo llegan a ser el doble de grandes”.

“Hmm… vale, pero…”

“Si hace daño a alguien, alguna vez, ¡haré lo que dices! Lo prometo”.

“Pero ¿qué pasa si te hiere gravemente la primera vez que ataca?”

“Grr…”

Aisha hinchó las mejillas con mal humor, pero luego pareció reconsiderar su estrategia. Abriendo mucho los ojos, juntó las manos frente a su pecho y me miró con su expresión más dulce e inocente.

“¿Por favor, Rudeus? ¿No puedes darme una oportunidad?”

¿Dónde diablos aprendió a suplicar así? No es sutil, niña.

Estuve tentado de seguir con el tema, pero ahora mismo había asuntos más urgentes.

Bien, veamos…

Estaba seguro de que nunca había oído hablar de alguien que domesticara a un Treant. Tampoco sabía mucho sobre su comportamiento, así que era difícil decir cuál era la mejor manera de entrenar a uno. Lo más importante era que eran monstruos peligrosos, aunque bastante débiles. Si metíamos la pata, aunque fuera un poco, las cosas podrían ponerse feas muy rápido.

Por otra parte, si realmente iba a alcanzar un máximo de treinta centímetros de altura, no había mucho que pudiera hacer para dañarnos.

Aisha había criado a esta cosa a partir de una semilla, así que estaba acostumbrada a tener gente alrededor. Eso hacía menos probable que atacara a uno de nosotros… suponiendo que fuera como un animal normal en ese sentido.

Hmm…

Claramente irritada por mi indecisión, Aisha empezó a poner mala cara. “Muy bien entonces. Si así es como vas a ser, tal vez debería jugar mi carta de triunfo”.

“¿Tu carta de triunfo?”

“¿Por qué no les cuento a Sylphie y Roxy tu pequeño secreto?”

“¿De qué estás hablando?”

¿Estaba ocultando algún secreto terrible a las dos? En realidad, no se me ocurrió nada…

Pero entonces, sonriendo con altanería, Aisha me soltó la bomba. “¡Estoy hablando de tu habitación secreta en el sótano!”

“¡Gah!”

Todo el mundo tiene una parte de sí mismo que quiere mantener en privado. En mi caso, era ese pequeño altar del sótano.

Esa habitación era un lugar sagrado que visitaba sólo por la noche, ofreciendo mis oraciones mientras mi familia dormía. Mis diosas estaban ahora físicamente presentes en mi casa, es cierto; pero eso no hacía que el ritual fuera menos significativo para mí.

La fe tiene valor en sí misma, ¿sabes? El acto de la oración nos calma y nos centra, ayudándonos a vivir cada día con plenitud. Hacía años que mantenía esta rutina. Formaba parte de mi vida.

Pero, ¿qué pasaría si se descubriera mi altar? ¿Qué pensaría Sylphie? ¿Qué diría Roxy? Quería pensar que Lilia lo entendería, al menos. Evidentemente, Aisha había guardado silencio al respecto, pero ¿qué pasaría con Norn? Tenía la sensación de que reaccionaría con una abierta repugnancia.

El resultado final sería probablemente la destrucción de mi altar. Y con ello, perdería una parte crucial de mi rutina diaria.

“A-Aisha, escucha. Sólo estoy preocupado por tu seguridad, ¿de acuerdo? Los treants son monstruos peligrosos, así que criar uno podría ponerte en peligro”.

“No me importa que seas un pervertido total, Rudeus, pero me pregunto cómo se sentirán Sylphie y Roxy al respecto. Especialmente Roxy… Has estado adorando sus bragas durante mucho tiempo, ¿no es así?”

¡Agh! ¡Esta chica es despiadada! ¡Sólo estaba tratando de cuidarla, y ahora me está chantajeando!

Maldita sea, ¿qué se supone que debo hacer? ¿Cuál es la opción menos mala aquí?

Mientras me devanaba los sesos en busca de una respuesta, la puerta de la habitación de Aisha se abrió de repente detrás de nosotros.

“Creo que acabo de oír mi nombre. ¿Necesitas algo?”

“¡Gah!”

“¡Guh!”

Aisha y yo nos dimos la vuelta para encontrar a Roxy de pie en la puerta, con aspecto un poco desconcertado.

“¿¡Qué haces aquí, Roxy!?” Espeté. “¿No te has ido hace un rato?”

“He vuelto a por algo que se me había olvidado. Afortunadamente, no tengo clase en este momento”.

¡Típico de Roxy! La pequeña profesora olvidadiza. ¡Qué lindo!

Espera, tratemos de concentrarnos aquí.

“Bueno, Roxy, ¡Rudeus y yo estábamos hablando de su secre-mmmph!”

Hmm. Ahora había ido a taparle la boca a mi hermanita a mitad de la frase. ¿Y ahora qué?

“…”

“…”

Se produjo un silencio incómodo. Los únicos sonidos eran los suaves golpes del bebé Treant retorciéndose en el umbral de la ventana.

Los ojos de Roxy saltaron hacia él y se abrieron de par en par por la sorpresa.

Bien, tal vez pueda aprovechar esto en mi beneficio. Roxy debería ponerse de mi lado en esto, ¿verdad? Estoy seguro de que sabe lo peligrosos que son los Treants.

“Eso es un Treant, ¿no?” preguntó Roxy con curiosidad.

“¡Claro, sí!” Dije. “¡Aisha me acaba de decir que quiere criar a esa cosa como mascota! Pero los Treants son monstruos, ¿sabes? Podría ser peligroso. ¿Puedes ayudarme a convencerla de que se deshaga de él?”

Aisha me agarró la mano, que amortiguaba sus gritos de protesta, y trató de apartarla. Niña tonta. No puedes vencerme en un concurso de fuerza. Muérdeme los dedos si quieres, ¡no te soltaré!

Gah, espera. ¡No los lamas! ¡Para! ¡Eso es pelear sucio!

“No sé, Rudy. Creo que debería estar bien”.

¿¡Eh!? ¿¡Se pone del lado de Aisha!?

“Los treants son criaturas leales si se les cría adecuadamente”, continuó Roxy. “Y este es bastante pequeño, también. No debería haber mucho peligro”.

“Espera, ¿en serio? ¿Puedes domesticarlos?”

“Claro. No parece ser muy común en este continente, pero la tribu de los Migurd utiliza a los Treant para ahuyentar a los pájaros de sus campos”.

¿De verdad lo hacían? Hmm… quizás. Mis recuerdos de esa visita eran un poco borrosos en este momento.

¡Oh, sí! Tenían esas cosas que parecían plantas piraña en los campos. Aunque no me había dado cuenta de que eran Treants.

En cualquier caso, parecía que Aisha tenía razón después de todo, así que la liberé de mis garras.

“Lo siento, Aisha. Parece que me equivoqué en este caso”.

Ella me miró dudosa por un momento, pero finalmente sonrió aliviada. “Está bien, Rudeus. Sólo estabas preocupado por mí, ¿verdad?”

“Sí, por supuesto. Tienes que admitir que criar un monstruo parece que puede ser peligroso”.

“De acuerdo entonces. Supongo que me callaré después de todo”.

“Gracias, Aisha. Recuérdame que te invite a una buena comida un día de estos”.

“¡Lo haré!”

Alejándose de mí, Aisha corrió hacia Roxy y la abrazó.

“¡Gracias, hermana mayor! Te quiero”.

“…De nada, supongo”.

Roxy aceptó el abrazo, pero parecía tan perpleja como siempre.

***

A partir de ese momento, el bebé Treant de Aisha se unió a la casa como nuestra segunda mascota. Naturalmente, establecí algunas reglas y condiciones de antemano.

La primera y más importante: Si alguna vez hacía daño a alguien, nos desharíamos de él inmediatamente.

En segundo lugar, Aisha debía entrenarlo a conciencia para que no atacara a nadie.

Tercero, tenía que explicar a todo el mundo qué clase de “planta” era.

En cuarto lugar, no iba a dejar que se acercara a ningún bebé, por si acaso.

Y así sucesivamente.

Le di estas reglas a Aisha en forma de un estricto sermón, pero ella asintió a cada una de ellas sin ni siquiera fruncir el ceño. La chica cumplía sus promesas, afortunadamente, así que probablemente esto funcionaría bien.

Por cierto, le puse a nuestro pequeño amigo el nombre de “Byt”, escogiendo algunas letras de las palabras Bebé Treant.

Esperaba que se convirtiera en un miembro fiable y útil de nuestra familia. Ya me lo imaginaba plantado en los campos de Aisha, defendiendo mis preciados cultivos de arroz de los depredadores.

¿…Cómo diablos había encontrado la chica mi altar secreto? Realmente había que vigilar a estas sirvientas.

Leyendas de la Universidad #4: El Jefe ha domesticado a los monstruos que viven en su casa.