Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 13

Capítulo 11: Día De Graduación

Parte 1

 

 

NO MUCHO DESPUÉS de que Sara dejara la ciudad de Sharia, comenzó el invierno en serio, y yo cumplí dieciocho años. Mi investigación avanzaba con paso firme, y había conseguido completar mis requisitos para el año en la Universidad. Pronto sería estudiante de cuarto año. Todo iba bien.

Elinalise, en cambio, iba a tener que repetir el año. A diferencia de mí, ella era una estudiante general, y su licencia de seis meses la había dejado irremediablemente atrasada. Esto no parecía molestarla en absoluto, pero yo me sentía un poco culpable por ello. Después de todo, había estado ayudando a mi familia.

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Por cierto, Sylphie tampoco había cumplido su cuota de asistencia del año. Pero sus notas seguían siendo excelentes y tuvieron en cuenta su papel de guardaespaldas de la princesa Ariel, así que acabó obteniendo un permiso especial para seguir adelante. A veces todo depende de a quién conoces.

Las cosas también iban bien en casa. Lucie crecía rápidamente. Ya había perdido el interés por la lactancia materna; últimamente comía comida para bebes en lugar de mamar. Y el otro día me habló por primera vez. Me miró directamente y dijo “Wudee”.

Por lo visto, para ella yo era “Rudy”, no “papá” ni “Mr. Bubbles”. Pero nadie en la casa me llamaba ninguna de esas cosas, así que no podía culparla. Llamaba a Sylphie “mamá”, pero eso era porque Sylphie le había enseñado la palabra deliberadamente. Tal vez podría hacer lo mismo y cambiar mi nombre a “Papá”.

No, no hay necesidad de apresurar las cosas.

Todavía era un bebé. Una vez que creciera un poco, le enseñaría a llamarme “Papá querido”. De todos modos, ¿no era un poco loco que ya estuviera hablando? ¡Tal vez teníamos un pequeño genio en nuestras manos!

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Lo sé, lo sé. Es perfectamente normal. Algunos niños empiezan pronto, otros tardan un poco más. Sylphie y Lilia habían estado hablando con ella constantemente, también. Eso probablemente tuvo algo que ver.

Pero mira… cuando ves que tu hijo empieza a hablar, es increíble, ¿vale?

Había algunas desventajas, por supuesto. Una vez que creciera, podría empezar a decir cosas como “¡No laves mi ropa interior con la de papá!”

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Hmm, no. De hecho, ¡estaba deseando que llegara ese momento, por alguna razón!

Como nuestra hija ya no amamantaba, los pechos de Sylphie habían dejado de producir leche. Eso fue una verdadera decepción.

Había perdido la oportunidad de disfrutar de ese dulce y excitante placer. También habían vuelto a su tamaño normal, más pequeño. Me gustaban así, por supuesto, pero… se sentía un poco como ese momento en el que el temporizador se agota en la etapa de bonificación.

En otro orden de cosas, también habíamos terminado nuestro contrato con Suzanne, pues ya no necesitábamos una nodriza. Aun así, iba a intentar seguir en contacto con ella. Había cuidado bien de mi bebé y me había ayudado en su día. Quería devolverle su amabilidad si podía. Tal vez podría cuidar de sus hijos si se matriculaban en la Universidad. Parecía probable que me graduara antes de que eso sucediera, pero siempre podía pedirle a Norn que los vigilara por mí.

Norn y Aisha también estaban de buen humor últimamente. Siempre estaban pendientes de Lucie y diciendo lo guapa que era. Probablemente la niña se sentía más como una hermana pequeña para ellas que otra cosa.

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En un momento dado, las escuché hablando junto a las escaleras. Por lo que parecía, habían decidido no pelearse delante de Lucie. También parecían tener otros pequeños planes elaborados. Probablemente querían que ella los admirara.

Últimamente, no los había visto discutir como antes. Supongo que algunos niños intentan actuar de forma más “adulta” cuando tienen a alguien más joven que ellos en casa. Fue un efecto secundario agradable e inesperado de la llegada de Lucie.

El primer año de Roxy como miembro de la facultad también parecía ir bien.

Últimamente había notado que algunos alumnos de la clase general la miraban con asombro. Quizá empezaban a entender su grandeza, al menos parcialmente. Mi intención era reeducar a la fuerza a cualquiera que se atreviera a burlarse de ella… pero parecía que los chicos de sus clases la escuchaban con respeto. Esperemos que siga siendo así.

La rutina de Zenith era la misma de siempre. Cuando Norn estaba cerca, comían juntos. Y cuando Aisha estaba en el jardín, arrancaban las malas hierbas juntas. A veces apretaba suavemente los dedos de Lucie y le sonreía.

Ese fue el gran cambio: después de la fiesta de cumpleaños de Norn y Aisha, Zenith había empezado a sonreír con regularidad. Sus sonrisas eran pequeñas y sutiles, pero todo el mundo las reconocía como tales.

Seguía sin hablar y sus expresiones faciales seguían siendo muy limitadas. Pero yo quería creer que estaba progresando en su recuperación.

***

 

 

Hoy era el día de la graduación.


La Universidad celebraba sus ceremonias de entrada en el campus, pero las de graduación se celebraban dentro. Instalaron un gran escenario en un enorme auditorio que yo nunca había pisado, donde los estudiantes de séptimo año recibirían sus diplomas uno por uno.

En total, hoy sólo se graduaban unas quinientas personas. La Universidad tenía más de diez mil estudiantes, así que ese número parecía extrañamente bajo. Esta clase había empezado probablemente con unos dos mil; la mayoría de ellos debían haber abandonado la escuela con el paso de los años.

Era fácil matricularse en esta escuela, pero no era tan sencillo graduarse. En particular, los hechizos de nivel avanzado y la magia combinada eran difíciles de dominar. Para aquellos con menor capacidad de maná, podían ser incluso imposibles.

También había mucha gente que tenía algo de talento, pero decidió que dominar los hechizos de nivel principiante era suficiente para ellos. Y luego estaban los que abandonaban por diversas razones personales o económicas. Los de la Clase Especial lo tuvimos fácil, comparativamente hablando.

Mientras que la mayor parte del escenario estaba ocupada por las filas de estudiantes que se graduaban, todo el profesorado estaba alineado al otro lado. Debían ser doscientos o trescientos en total.

No me había dado cuenta de la cantidad de profesores que empleaba este lugar. Sin embargo, eso explicaba por qué tenían un edificio separado para las oficinas de la facultad.

Era fácil ver a Roxy entre la multitud: era el miembro más bajo de la facultad. Incluso a distancia, pude ver que sus ojos brillaban de emoción.

Por cierto, el alumnado en general tenía el día libre. Los chicos de los otros años no estaban obligados a acudir a este acto, ni a la ceremonia de entrada de los de primer año. De hecho, necesitaban un permiso especial para asistir. Se suponía que participar en ellas era un honor que había que ganarse.

Estaba sentado en el borde del área de asientos reservados del Consejo Estudiantil. Todos los miembros del Consejo estaban aquí: Ariel, Luke, los dos asistentes reales y otras cuatro personas cuyas caras reconocía. Y Sylphie también, por supuesto.

Siempre era agradable verla en su modo de “profesionalidad equilibrada”. No hace mucho tiempo, era indistinguible de un chico con este atuendo. Pero el pelo le llegaba hasta los hombros y su cuerpo se había vuelto sutilmente más femenino después del embarazo.

De alguna manera, se las arreglaba para ser linda y genial al mismo tiempo. Tuve que luchar contra las ganas de presumir ante los desconocidos de que era mi mujer.

En otro orden de cosas, sin embargo… Por alguna razón, Norn estaba sentada en el último asiento de la sección del Consejo Estudiantil. ¿Era ahora miembro o algo así? No había escuchado nada al respecto. Ella no había trabajado para ellos este año, pero tal vez se estaba uniendo al comienzo del nuevo período.

No quería entrometerme ni nada por el estilo, pero esperaba que me dijera de qué se trataba antes de que comenzara el año.

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“Representantes de la promoción… ¡Linia Dedoldia y Pursena Adoldia! ¡Pasen al frente para recibir sus diplomas, y sus credenciales como miembros de rango D del Gremio Mágico!”

Linia y Pursena habían sido elegidas como representantes de su año. Es cierto que se habían desbocado durante un tiempo, pero habían acabado logrando un impresionante expediente académico aquí. Por supuesto, también eran princesas de la tribu Doldia, gobernantes de los beastfolk.

Y parecía que la Universidad prefería conceder este honor a los estudiantes de nacimiento noble. Cuando tenían un plebeyo y un noble con historiales comparables, elegían al noble como representante. Era una forma de ganarse el favor de los poderosos sin causar verdaderos problemas.

Suponía que las cosas serían diferentes si un plebeyo fuera el mejor estudiante del año con diferencia, pero era difícil de decir. Roxy había sido una excelente estudiante en su día, y no le habían concedido ese honor. No tenía forma de saber cuán hábil era en ese entonces, pero parecía que ya era capaz de usar la magia de Nivel Santo… y aun así le dieron el papel a otra persona.

La Universidad de la Magia se empeñaba en aceptar a cualquiera que quisiera inscribirse allí, sin importar su origen. Pero las personas que la dirigían eran sólo humanos, y claramente tenían sus prejuicios.

“¡Gracias, señor!”

“¡Gracias, señor!”

“Felicidades. Que caminen por el camino de la magia todos sus días”.

Linia y Pursena recibieron sus diplomas con aplomo y dignidad. Fue realmente algo verlas subir al escenario. Habían declarado su intención de encontrar novio durante la temporada de apareamiento. Pero cuando sus numerosos pretendientes se adelantaron, los derribaron y los apartaron uno a uno. Al final, se quedaron juntas en la cima de una montaña de cuerpos, murmurando “¿Qué demonios? Nos hemos hecho demasiado fuertes” y “Qué bajón”.

Esos recuerdos pasaron por mi mente ahora. En aquellos gloriosos momentos, eran la realeza, dos reinas de la selva, invencibles e intocables.

También tenía algunos recuerdos de ellas dirigiéndose a una taberna después y gritando “¡Sr. Row! ¡He terminado con los hombres para siempre!” y “¡Yo también! ¡Los chicos son unos putos perdedores!” en un estado de embriaguez. Pero haría lo posible por olvidarlos.

***

 

 

 

Cuando terminó la ceremonia de graduación, me pasé por el laboratorio de Nanahoshi, donde la encontré envuelta en algo parecido a un grueso albornoz, tosiendo y resollando constantemente.

“¿Te has resfriado otra vez, Nanahoshi?”

“Tos, tos… supongo que sí”.

Desde hacía más o menos un año, la chica enfermaba con regularidad. Por lo general, se trataba de una tos seca o de una fiebre repentina. Yo se las quitaba con hechizos de desintoxicación cada vez que ocurría, pero siempre volvían a aparecer en poco tiempo.

“¿Has pensado en cuidarte un poco más? Ya sabes, salir un poco”.

En general, Nanahoshi casi nunca salía de sus habitaciones. Salía cuando ocurría algo importante, pero aparte de eso se pasaba todo el año encerrada en ese lugar, y sólo salía para comer. Para el desayuno y la cena, recurría a sus reservas de alimentos en conserva.

La mayor parte del tiempo la pasaba sola en estas habitaciones, donde la luz del sol no la alcanzaba. No era de extrañar que su sistema inmunológico no estuviera demasiado bien. Comprendí que tenía sus prioridades, pero sentí que debía empezar a tomarse su salud más en serio.

“¿Por qué no descansas al menos hasta que desaparezca esa desagradable tos?”

“No puedo dejar de trabajar ahora. Estoy avanzando tanto con la investigación últimamente…”

Y con eso, volvió a sus círculos mágicos.

No se equivocaba, la investigación avanzaba a buen ritmo. Hacía varios meses que había completado la segunda fase de su plan, invocando con éxito un tapón que encajaba en la botella que había obtenido en la primera fase.

En este momento, nos encontramos en la tercera fase: invocar un ser vivo, como una planta o un animal. Ese era un gran y emocionante paso adelante. No estábamos lejos de traer vegetales de nuestro viejo mundo a éste, y cada día estábamos más cerca.

“Vamos a seguir trabajando en los experimentos de la fase tres hoy”.

“¿No deberíamos esperar hasta que Cliff y Zanoba estén disponibles?”

“Supongo. ¿Por qué no vas a buscarlos, entonces?”

Sacudí la cabeza. “Por desgracia, hoy no están en el campus”.

“¿Qué, están los dos fuera? Eso es inusual. ¿Sabes por qué?”

“Hoy es el día de la graduación. Nadie tiene clases”.

“¿Día de la graduación…? Ah. ¿Ya es esa época del año?”

Nanahoshi hizo una mueca al pronunciar esas palabras. Para ella, sólo significaban el paso de un año: otro año que había pasado atrapada en este mundo.

“Sí. Linia y Pursena recibieron sus diplomas y todo. Parece que van a volver a casa, así que estaba pensando que podríamos hacer una fiesta de despedida pronto. Tú estarás allí, ¿verdad?”

“…Supongo que sí”.

No sé si Linia y Pursena calificaban como amigas para Nanahoshi, pero era agradable saber que estaba dispuesta a venir a despedirse. La chica seguía siendo encerrada por naturaleza, pero se había vuelto algo más sociable que antes.

“Supongo que volverán a ser princesas cuando vuelvan a casa… Raro, ¿verdad?”.

“Ciertamente no parecen el papel”.

“No puedo estar en desacuerdo con eso”.

Estaba un poco preocupada por el futuro de la tribu Doldia, para ser sincero. Esperaba que tuvieran suficiente gente competente para mantener las cosas en funcionamiento si terminaban con un imbécil como líder.

Sin embargo, justo cuando estaba reflexionando sobre esto, llamaron a la puerta.

“¿Hm? Uh, entra”.

“¡Perdón!”

“Entrando”.

Nuestros nuevos visitantes eran un gato valiente y un perro de ojos dormidos. Los mismos de los que acabábamos de hablar, por cierto.

Linia y Pursena entraron en la habitación, todavía con sus uniformes escolares.

“Te hemos buscado por todas partes, jefe”.

“¿Tienes tiempo?”

Había algo que me parecía un poco diferente en ellas, pero era difícil de determinar. ¿Era la forma en que Linia parecía un poco nerviosa? ¿O quizás el hecho de que Pursena no tuviera un trozo de carne en la boca? Me pareció percibir algo parecido a la hostilidad en el aire. Me recordó al día en que nos conocimos.

Normalmente, estarían diciendo algo como “¡Muuu! ¡El jefe está pasando el rato en la habitación de una mujer soltera otra vez! Quizá se lo diga a Fitz o a Roxy”, pero esta vez eran todo negocios.

¿Era el momento de otro duelo, entonces? ¿Querían ajustar cuentas antes de salir de la ciudad?

“¿Por favor, jefe?”

“Necesitamos esto, hombre”.

No decían mucho, pero podía sentir el peso detrás de sus palabras. Sus ojos brillaban con determinación.

Tal vez no querían volver a casa como “perdedores”. Tenían su orgullo, después de todo.

Bueno, entonces está bien. No me gusta pelear, pero haré una excepción con vosotros dos. No me sentiría bien si me fuera de la lengua ahora…

“De acuerdo entonces. Lo siento, Nanahoshi. Parece que me necesitan en otra parte”.

“¿Perdón? ¿Qué pasa con nuestros experimentos?”

Nanahoshi no parecía muy contenta con este giro de los acontecimientos. Pero antes de que pudiera objetar algo más, Linia se acercó y la agarró del brazo.

“Ven tú también. Es una ocasión especial”.

“Sí, lo permitiremos”.

“¿Qué…? ¡Eh! ¿De qué va todo esto?”

Parecía que querían que Nanahoshi sirviera de testigo en nuestro duelo o algo así. No era la mejor elección, teniendo en cuenta que rara vez hablaba con alguien… pero estos dos no eran de los que pensaban las cosas tan a fondo.

Por otra parte, el nombre de Silent Sevenstar era relativamente conocido en el mundo. Su testimonio tendría cierta credibilidad, al menos.

***

 

 

Los cuatro nos dirigimos a un lugar a medio camino entre los dormitorios y el edificio de Nanahoshi. Había un bosque a un lado del camino, y montones de nieve por todas partes. Era poco probable que nos vieran desde la distancia.

“Hagámoslo aquí”, dijo Linia, deteniéndose.

“Realmente me hace recordar, hombre”, murmuró Pursena con un movimiento de cabeza.

Este era el mismo lugar donde Zanoba y yo habíamos emboscado y secuestrado a los dos hace varios años. Era el lugar donde había luchado contra ellos por primera vez, en otras palabras. Me pareció un lugar apropiado.

Linia y Pursena estaban ahora de pie frente a mí.

Estaban frente a frente, a unos diez pasos de distancia. Por alguna razón, no miraban en mi dirección.

¿…Eh?

“Jefe, Nanahoshi… Queremos que ustedes dos observen esto cuidadosamente”.

“Eh… ¿qué estamos observando?”

“Linia y yo vamos a descubrir quién de los dos es más fuerte”.

Oh. ¿Se estaban batiendo en duelo?

“¿Y por qué están haciendo eso?” Preguntó Nanahoshi, un poco exasperada.


“El que gane será el próximo líder de la Dedoldia”.

“¿Es realmente necesario? ¿Acaso tu pueblo no tiene dos tribus: la Dedoldia y la Adoldia?”

El lugar en el que me alojé en su día pertenecía a los Dedoldia, pero creía recordar haber oído algo sobre un pueblo Adoldia también. ¿No tenían un segundo líder dirigiendo ese lugar?

Hmm. Tal vez el líder de los Dedoldia era automáticamente el gobernante de toda su tribu o algo así…

“Mew… Al principio pensábamos volver juntos, jefe”.

“Lo he reconsiderado un poco. El mundo es muy grande, ¿verdad? Y hay más cosas en la vida que mandar a la gente”.

“Ambos tenemos hermanas pequeñas en casa. Uno de nosotros puede volver y enseñarles lo que aprendimos aquí”.

“El que sea más fuerte puede volver a ser el jefe. El otro puede vivir como quiera”.

Interesante plan. Y por “interesante”, quise decir “ridículo”.

Aunque ciertamente habían cambiado su visión del mundo. ¿Qué pasó con todas esas ansias de poder?

“Íbamos a terminar batiéndonos en duelo de todos modos si ambos regresábamos, mew”.

“Y si nos batimos en el Gran Bosque, la perdedora acabaría con una vida jodidamente aburrida. La harían casarse con el mejor guerrero de la aldea o lo que sea”.

“Es mejor que arreglemos esto aquí y ahora, y que nos vayamos por caminos separados”.

“Sí. No hay resentimientos de ninguna manera, ¿sabes?”

Ah. Ahora empezaba a tener más sentido.

Ambos querían ser el número uno en el Gran Bosque. Pero si no llegaban a esa meta, preferían vivir en otro lugar. Tal vez podrían llegar a la cima allí, si no volvían a casa.

El plan tenía algunos agujeros, por decir algo. Me moría de ganas de hacer algunas preguntas básicas, como: ¿Realmente pueden tomar esta decisión ustedes mismos? ¿Sin hablar con sus padres en casa? Pero, al fin y al cabo, no me correspondía disuadirlos. Estaba claro que habían reflexionado mucho y podía entender su deseo de controlar su propio destino.

“De acuerdo, lo entiendo. No voy a interferir ni nada. Tómenlo, chicas”.

“¿Qué, vas a ayudarlas en su pelea? ¿Estás segura de esto?”, dijo Nanahoshi, con un tono de desaprobación.

“Está bien. Van a luchar de todas formas, esté yo mirando o no”.

Por lo que podía ver, Linia y Pursena estaban igualadas. A menos que tuvieran a alguien que juzgara el resultado de la pelea, existía la posibilidad de que no hubiera un claro vencedor. Peor aún, podrían exagerar y hacerse daño. Nuestra presencia como espectadores era una precaución necesaria.

Además, aunque no iba a darle importancia, se trataba de un duelo, no de una pelea. No estaban enfadados el uno con el otro, estaban compitiendo por la supremacía.

“Te lo agradecemos, mew”.

“Gracias, jefe”.

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Linia y Pursena pronunciaron unas palabras de agradecimiento antes de volver a centrarse en la tarea que tenían entre manos.

Respiraron larga y profundamente… y luego se miraron ferozmente.

“¡Hisss!”

“¡Grrrrr!”

De repente, empezaron a emitir sonidos ásperos de naturaleza poco femenina.

El aire estaba lleno de tensión. Parecía que la batalla iba a comenzar en cualquier momento.

Activé mi Ojo de Demonio y noté que Nanahoshi se ponía uno de los anillos mágicos que usaba para defenderse. Después de todo, estábamos a punto de presenciar una batalla mortalmente seria entre dos beastfolk. No se sabía lo que podría venir volando hacia nosotros.

“Pursena, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo. ¡Estoy harto de tu mierda, mew!”

“¿Ah sí? Pues yo estoy jodidamente harto de ti. Solías ir detrás de mí como mi hermanita, y ahora actúas como una especie de pez gordo”.

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“¿¡Mueca!? ¡Prácticamente fui tu niñera! ¿No recuerdas aquella vez que te cubrí cuando mojaste la cama? ¿Qué pasó con lo de ‘Un Adoldia nunca olvida a los que le ayudan’, eh?”

“¡Te pagué por eso cuando te saqué del río! ¿Qué tan patético fue eso? La tribu Dedoldia y sus legendarias habilidades de natación no tienen nada que ver.

“¡Todo eso fue culpa tuya para empezar! ¡Tiraste el juguete que te regaló el abuelo al agua como un imbécil!”

“¡Tú fuiste el que me hizo dejarlo caer!”

Bueno, esto era interesante. Nunca había escuchado una discusión tan ardiente, pero tan carente de verdadera malicia. Se estaban exaltando bastante bien, pero no escuché el más mínimo indicio de odio en sus palabras.

“¡Eres una gran tonta, Pursena!”

“¡Eres una jodida estúpida, Linia!”

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…Y ahora recurrían a los insultos infantiles.

“¡Eres un imbécil apestoso!”

“¡Tienes las piernas rechonchas!”

“¡Qué…! ¡Eres un gordito!”

“¡No lo soy!”

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